Disclaimer: no son mios... ya lo saben...
Capitulo VIII
El cielo estaba despejado haciendo de la búsqueda de los fragmentos de Shikon algo más ameno, las aves cantaban y los árboles se movían rítmicamente haciendo que las hojas cayeran en el camino tapizándolo de verde; el pequeño zorro de cabello rojizo dormía pacíficamente en el regazo de la joven que había tomado el papel de madre, el joven de traje rojo y ojos dorados renegaba por lo bajo la atención que su novia le ponía al pequeño demonio, los ojos azules del cuerpo del monje escaneaban el cielo totalmente ajenos de lo que sucedía a su alrededor, y los ojos del cuerpo femenino y cabello marrón se fijó en la falta de atención del alma de Sango, recordó las palabras de Kagome sintiendo una agradable sensación de calor en su estómago "le gusto a Sango" una sonrisa de dicha se dibujó en su rostro a la vez que todo a su alrededor parecía tener más color de repente, sin darse cuanta empezó a tararear un canción haciendo que todos lo voltearan a ver con cierta curiosidad.
La notó en el momento en que llegó a la aldea, su cabello café reflejaba la luz del sol viéndose un poco más claro de lo que lo tenía en realidad, amarrado al final con un listón blanco, su rostro era angelical, con ojos grandes y marrones delineados delicadamente de un color rojizo que acentuaba su mirada y de cierta manera la hacia ver intimidante; la siguió sin que lo notaran, la siguió sigilosamente nunca quitando sus ojos de la mujer de Kimono rosa.
Inuyasha paró abruptamente sorprendiendo a sus amigos, su nariz olfateaba el aire en busca de aquel olor que había llegado con el cambio en la dirección del viento
¿sucede algo Inuyasha?- el hanyou se limitaba a rastrear a aquel que se atrevía a asechar a su 'manada', al encontrar el origen de aquella esencia embistió en contra los arbustos, Kagome lo miraba confundida hasta que escucharon el grito de un hombre
detente Inuyasha- gritaron sus amigos mientras se adentraban en el bosque, cuando llegaron encontraron a un joven de aproximadamente 20 años colgando de su camisa en un árbol
¡Inuyasha!- Kagome lo miraba de la manera en que una madre hubiese mirado a un niño cuando este hacia algo de lo cual debería avergonzarse
deja de mirarme de esa manera, este sujeto nos ha estado siguiendo desde hace un buen tiempo- Miroku lo miró confundido, pero fue Sango quien procedió a interrogar al hanyou
y si nos estaba siguiendo hace tanto ¿cómo es que no habías notado su presencia?- Inuyasha se vio claramente ofendido ante esta pregunta, frunció el ceño de manera arrogante y respondió como si fuera lo más obvio
creí que sabrían que la dirección del viento afecta mucho los olores que percibo, este sujeto se mantuvo a favor de este para que no lo percibiera… pero ya se estaba acercando demasiado…- en su garganta se formo el sonido de un gruñido – nos viene siguiendo desde que cruzamos la aldea…- la mirada de el grupo se clavó en el hombre, de cabello oscuro y tez blanca, su mirada miraba a todos con una desesperación que parecía aumentar con cada segundo que permanecía suspendido en el aire, de repente su mirada se clavó en el cuerpo de Sango, por un momento olvidando el temor y mirándola de manera lujuriosa, Miroku sintió un escalofrío recorrer su cuerpo ante este gesto, le repudiaba el que un HOMBRE lo estuviese morboseando " no es a mi…" pensaba constantemente intentando calmarse "no me esta pervirtiendo a mi, lo hace por que estoy en el cuerpo de Sango… lo hace por que cree que soy Sang…" se golpeó mentalmente a la vez que una gran ira se apoderaba de él "¡ESTA PERVIRTIENDO A SANGO!... SOLO YO PUEDO HACER ESO, ELLA ES MIA"
no- dijo por lo bajo, aún así llamando la atención de todos
¿pasa algo Sango?- preguntó Kagome algo preocupada
¡QUE ACASO PERDIO ALGO¡PODRÍA DEJAR DE VERME ASÍ!- la ira en su voz retumbó en la mente de todos los presentes, el joven se dio cuenta de lo que había estado haciendo y palideció, al punto de parecer un fantasma – ¿QUIÉN LE HA DADO LA AUTORIZACIÓN DE MIRARME COMO SI FUERA UN PEDAZO DE CARNE?- los gritos continuaban, la lista de insultos se extendía y Sango no hacía más que mirar atónita lo que sucedía, era más que obvio que Miroku se asqueara con el hecho que un hombre lo viera con lujuria, pero en su voz se percibía algo más, como si no lo estuviese haciendo por él (solamente) "es imposible" pensó suprimiendo un suspiro "no creo que se preocupe por las personas que se fijan en mi… después de todo… no debe creer que soy tan bonita como para que alguien lo haga"
Monje Miroku…- Sango salió de su ensimismamiento para mirar a Kagome, cuyas mejillas estaban teñidas de rosa, y sus delicadas manos tapaban las orejas del pequeño zorro "pero¿por qué?" de repente sus oídos captaron los insultos que salían de la voz femenina, haciendo que incluso Inuyasha se sorprendiera ante el extenso 'léxico', ella misma sintió el calor subir a sus mejillas "de donde saca un monje un vocabulario tan vulgar…" lo escucho por unos segundos más "ni siquiera sabía que esa palabra existiera", Kagome le pegó en medio de las costillas para llamar su atención nuevamente, la miró aun sin acostumbrarse a verla tan pequeña a comparación de el cuerpo que habitaba, ella le hizo una pequeña seña la cual tomó inmediatamente
Sango…- le sorprendió la serenidad con la cual salió su voz, casi como él lo hacía… nunca igual, sin embargo para ella el lograr ese tono sereno y lleno de sabiduría le había costado un gran trabajo –creo que es suficiente… - Miroku miró a su alrededor maldiciendo (aún más) para sus adentros por haber perdido el control de esa manera "Buda… que es esto…"
si- respondió alejándose de los demás, no se disculparía con nadie, el desgraciado pervertido se lo merecía
y ¿qué le sucede a ella?- preguntó Inuyasha quien aún no podía creer la demostración que había recibido de su amiga.
Suspiró aliviado al sumergirse en el agua, su cuerpo relajándose de sobremanera, dejó que el correr del río masajeara los músculos magullados, muy para su sorpresa se veía impedido para hacerlo "quién lo pensaría, hace unos días realmente me gustaba espiar a Sango mientras se bañaba, y este cambio hubiese sonado como algo maravilloso… ahora medito hasta si es apropiado el desenredar su cabello" el haber sido visto así esta tarde realmente lo había afectado, en un principio por que por obvias razones le parecía asqueroso que un hombre lo mirara como un hambriento miraría un pedazo de pan, luego, por que era a Sango a quien realmente estaba mirando así ¡ELLA ES MIA! El pensamiento aún lo desconcertaba¿desde cuándo se había vuelto tan posesivo, por unos segundos creyó a ese hombre una amenaza para Sango, más que todo para él "no es que yo le demuestre realmente cuan importante es para mí, si otro hombre la empieza a cortejar no hay razón para que ella no me deje"
¿estas mejor Sango?- la voz lo sorprendió e hizo que una bocanada de agua bajara por su garganta haciéndolo toser, Kagome se paró a su lado, dejando la toalla a un lado para poder sumergirse, y muy para la sorpresa de Miroku, notó que realmente no le interesaba ver el cuerpo desnudo de la joven de cabello azabache "maldición, realmente hay algo muy mal en mi" –nos preocupaste mucho- continuó sentándose a su lado –jamás te habíamos visto actuar así… ni, decir esas cosas- de repente el monje se sintió muy incómodo "genio, es Sango la que queda mal después de eso… es su imagen la que se ve afectada, que bien, si que mejoras con cada momento"
no sé que pasó… debe ser la influencia de ese monje corrupto- dijo intentando alivianar la carga que había puesto en Sango, Kagome frunció el ceño
pero bien que te haya visto así
¿quién?
quien va a ser… Miroku, aunque nunca te he oído decirle eso a él, y bien que se lo tiene merecido… es mucho peor que ese aldeano- eso si que había sido una cubeta de agua fría para el monje, tanto que el agua que corría lentamente parecía caliente en comparación a la temperatura corporal que él tenía "yo… mucho peor que ese tipo…".
Miraba el cielo, no tenía más opción, si miraba al frente encontraría a Inuyasha sin ropa y no podía mirar hacía sus manos como lo hacía usualmente en situaciones de vergüenza ya que ella misma estaba desnuda "como me deje meter en esto" recordó que la necesidad de un baño había sido el por que lo había hecho "pero no contaba con que Inuyasha viniera", el correr del agua aliviaba los nudos de su espalada, y el viento movía gentilmente los árboles haciendo que algunas hojas cayeran de cuando en cuando en el río
Miroku¿ahora si me contarás?- la pregunta sorprendió a Sango y miró al hanyou de manera automática, en el momento en que sus ojos e posaron en su amigo deseo que no lo hubiese hecho, Inuyasha de espaldas a ella acomodando un par de piedras para poder recostarse, sintió su cara arder y agradeció que el joven de ojos dorados no la hubiese visto o empezaría a pensar mal de Miroku "kami sama en qué estoy metida"
contar que- dijo intentando sonar calmada, Inuyasha la volteó a ver y se recostó en el sitio que había acomodado, Sango agradeció el que el agua lo cubriera en gran parte, de esa manera estaría menos nerviosa "solo que no tenga la necesidad de pararse por favor"
pues ¿cómo van las cosas con ella?
¿con ella?- maldición ¿cómo se suponía que supiera como iban las cosas, como saber de quien hablaban "de una de las tantas novias que Miroku ha tenido…" una duda empezó a hacer nido en su pecho "y ¿qué pasa si en este momento tiene una y no me ha querido comentar por que se siente obligado a cumplir la promesa de que nos casaríamos?"
pues si… con ella- su tristeza fue reemplazada con rencor y decepción
pues nada, no hay absolutamente nada que contar- Inuyasha arqueó una ceja en seña de pregunta e incredulidad "¿desde cuando lo dice con tanta rabia?"
y pretendes que crea que esas desaparecidas misteriosas de los últimos días no significan nada
¿qué?
pues sí, las veces en que te vas con Sango se hacen más frecuentes, y cada vez es más tiempo- sus labios dibujaron una sonrisa que Sango nunca le había visto usar – entonces quiero saber que ha pasado…-
pues no ha pasado nada- dijo sonando natural, algo confundida ante la expresión de Inuyasha "pero que creía ¿que no lo haría, es hombre… no es pervertido, pero tampoco es una blanca paloma" los ojos dorados del joven lo miraron fijamente, intentando sacar una verdad, al final se resignó cerrando los ojos y relajándose totalmente
que decepción… pensé que por fin le habías dicho la verdad
¿la verdad?- dijo ella olvidando que tenía que pretender el saber todo de lo que el hanyou le hablaba
pues si… es más que obvio, las mujeres son algo torpes y se guían mucho por sus sentimientos pero es muy fácil de ver…
¿lo es?- dijo cada vez más confundida- el joven del cabello plateado soltó una carcajada
no me digas que no lo sabias, hay que estar ciego para no ver que estas muriendo por esa mujer…- Sango sintió que el color subía rápidamente a sus mejillas
no… eso no, es…
¡por favor, vas a decirme que no lo haces obvio…
pues… no- dijo su voz temblando al igual que sus manos, su cara estaba hirviendo, tanto que cuando la hundió en el agua sintió que tocaba hielo, las palabras de Inuyasha rondando su mente 'hay que estar ciego para no ver que estas muriendo por esa mujer' "eso es absurdo… no puede ser", su mente se lo negaba con fuerzas, sin embargo sus labios se negaban a dejar de Mostar una sonrisa y las mariposas en su estomago no se detenían.
Todos estaban en torno a la fogata, Inuyasha y Kagome se encontraban abrazándose y besándose de vez en cuando
que horrible- esputó el zorrito con desagrado – mejor me duermo- se alejó lo más que pudo de la pareja y se sumió en un profundo sueño
¡keh! Mocoso- dijo a la vez que besaba tiernamente la mejilla de Kagome, ante esto la joven dejó escapar una risita y se sonrojó, Sango y Miroku contemplaban la escena con añoranza, sus corazones latían con fuerza ante el conocimiento de los sentimientos del otro, pero ninguno se atrevía a decir algo, Miroku miró a su derecha, en donde Sango se encontraba viendo el piso atentamente; sintió una voz dentro de su cabeza, distinguió el timbre dulce "Sango"
Condenado monje… por que nunca me dice nada, por que me tiene que confundir tanto la vio levantar la mirada para ver a la pareja que jugaba divertida no pido tanto, sé que es imposible el pedir que alguien me mire como una esposa, o como una mujer…se lo poco femenina que soy, también estoy consciente del poco empeño que pongo en mi apariencia… nunca seré como las mujeres que Miroku suele buscar, lindas niñas que se preocupan más por un lindo vestido que por sus vidas…no puedo serlo, y no quiero…¡esta llorando! Ante lo último el monje reacciono y tocó sus mejillas con incredulidad, y se sorprendió al encontrarlas húmedas "estoy llorando…" la última vez que lo había hecho… no lo podía recordar, y el estarlo haciendo en ese momento lo conmocionaba, y de cierta manera lo avergonzaba, el mostrarse vulnerable ante Sango era algo imperdonable, pero había sido tan subconsciente… le había dolido, más de lo que podía expresar, el dolor que le causaba a la mujer que amaba, le dolía más que cualquier otra cosa "es eso lo que sientes… ¿es eso lo que te hecho creer?"
HOLA! JEJEJEJEJE, no estoy muerta / aunque los entiendo si creyeron que así era, hace mucho que no escribía… pero es que el colegio cada vez se pone peor… uu;. Y la inspiración no llegaba… pero aquí está y tomé una de las sugerencias que me dieron (¡gracias!) … espero que les haya gustado… y que me dejen comentarios y sugerencias en ese buzón color morado
