Disclaimer Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.
Advertencias Slash.
Nota: Línea original.
a mi segundo amor:
mi vida, mi felicidad, mi entera ternura...
que mi sangre de fe de nuestro amor...
que mi cuerpo destrozado sirva para afianzar sus pasos...
que mi vida permita su vida.
Por favor... sé feliz... aun si no vivo para estar a tu lado.
Treinta y siete: Segundo amor.
.-Me preguntaba...- musitó Draco con preocupación -si llevarás esto hasta el final.
.-¿Final?- preguntó Harry.
Habían tenido un tenso amanecer donde la inevitable noticia sobre la muerte de Deborah Potter había recorrido toda la base; así que magos de todas las edades se reunieron para su sepelio.
Fue bastante sencillo, en opinión de Draco; pero tuvo la suficiente delicadeza para no abatir más al joven viudo. Además, Remus no había estado por ningún lado, cosa que le hizo comprender al rubio que había ido al encuentro del nido. Y de todas maneras no habría podido organizar algo mejor, bastante preocupado estaba ya por lo que su tía le había dicho.
El plan.
El verdadero plan.
.-¿En verdad enfrentarás a Lord Voldemort?- sus ojos se posaron en la tranquila expresión del moreno.
.-¿Aún te parezco indeciso?- ironizó Harry -No sólo enfrentaré a ese infeliz, pienso matarlo.
.-¿Por qué?
.-¿Qué clase de pregunta es esa?- Harry miró a Draco hasta fruncir la nariz -No esperes que te de una razón, como lo hizo mi tía (si es que lo hizo). Sólo lo quiero ver muerto.
.-Aún para eso debe haber una razón- insistió Draco.
.-¿Cómo cuál?- se exasperó Harry y soltó una risotada -¿Quizá una cursi razón¿Quieres oír que hago todo esto por ti, Malfoy?
¿Y su madrina aún se atrevió a decir que valía la pena?
.-Soy demasiado para que bases tus idioteces en mí, Potter- siseó con desprecio antes de levantarse para salir de la habitación -Y de todas maneras no me refería a eso.
.-¿No te complace escuchar que todo lo hago por ti?
Draco pensó que no merecía la pena pelear por eso, así que ignoró al moreno para tomar la puerta y comenzarla a abrir, pero un brusco movimiento apoyó su cuerpo contra la pared y sintió un cálido aliento en su garganta.
.-¿Qué pensarías si te dijera que es así?- murmuró.
.-Pensaría que eres un idiota- replicó Draco.
.-Yo creo que es romántico.
.-Tu pobre concepto de romanticismo me da lástima.
.-Oh... ¿el tuyo es mejor, Draco?
.-Al menos es más práctico - lo empujó -¿Aún recuerdas cómo te sentiste cuando el profesor Snape se arrancó el amor?
Harry parpadeó totalmente tomado por sorpresa.
.-No será ni la mitad de lo que sienta yo cuando mueras venciendo a Lord Voldemort - confesó con enfado -... Las razones pueden ser románticas, pero para nada me parecen satisfactorias. Y si no estás aquí para satisfacerme, será mejor que no estés para nada, Harry.
Harry apretó los labios ante eso.
.-Si no pudiste detener a mi tía, no podrás hacerlo conmigo.
.-Ella no era mi amante... Tú si lo eres.
.-¡No voy a dejar a ese desgraciado con vida!- gritó con enojo.
Draco giró los ojos.
.-Sólo te pido que busques otra manera.
.-Esa es la única manera.
Suficiente.
El rubio terminó de librarse para salir de la habitación.
Habría sido ideal hacer participe a Harry de las palabras de su madrina, pero estaba bastante enfadado como para recuperar un poco de cordura.
.o.o.o.o.o.o.o.
Qué hermoso día.
Con ese espléndido clima nadie adivinaría que estaban en guerra. Nadie adivinaría que muchos habían muerto en ella.
Nadie.
Sirius suspiró y movió su cuerpo en una nueva posición. El sol se filtraba entre las hojas de los árboles brindando un delicioso calor.
El pasto bajo él se sentía cómodo y desde hace un rato había podido escuchar el sonido que provocaban los insectos.
Un día espléndido.
Cómo iba a imaginar un día así en invierno.
Aún con los hechizos especiales que se habían colocado en esa área de la villa de los Potter, recordaba que hacía suficiente frío en invierno y jamás se veía un sol tan bello.
No recordaba haber vivido un día así en Villa Potter a mitad del invierno.
Ni ahí... en el cementerio.
¿En qué estaría pensando aquel Potter para hechizar de esa manera un sitio así?
¿En qué pensarían todos ellos?
Hasta ahora no podía entenderlo. Ni siendo amigo de uno podía entenderlo.
¿En qué estaría pensando Debbie cuando corrió a un ataque dejándolo atrás?
¿Qué clase de felicidad esperaba que consiguiera así?
No lo...
... entendía.
Pese a que había pensado en ello desde lo ocurrido, no pudo entenderlo.
Era... horrible.
En ello pensaba cuando vio a Remus. No lo había visto desde que sirvió de testigo.
Remus permanecía de píe, frente a la lápida, con una quietud que alarmó a Sirius.
Parecía irreal pese a lo sólido que se veía. Su tranquilidad le recordaba a la que ella había tenido antes de morir y, aún viéndole acercarse, parecía inexistente.
.-Sirius...
Qué tranquila se escuchaba su voz; que bella.
Sirius sonrió con tristeza y palmeó el pasto para que se sentara a un lado.
Tenerlo cerca le llenaba de paz.
Pese a lo ocurrido se sentía mejor.
.-¿En qué crees que estuviera pensando?- musitó Sirius.
Remus permaneció en silencio, analizando esas palabras. Con suavidad se acomodó sobre las piernas de Sirius y suspiró.
.-En ti... en mí...- respondió finalmente.
.-¿Ambos?
.-Ahora sé que sí.
.-¿Por qué?
Remus se inquietó ante esa pregunta. La verdad es que siempre lo había sabido, pero nunca lo había pensado así, de manera abierta.
.-Porque tu esposa jamás dejará de cumplir sus promesas- musitó.
.-Prometió que me haría feliz.
.-Me lo prometió también- replicó Remus provocando sorpresa en su amigo -Antes que a ti- agregó -Antes de amarte como lo hizo. Ella prometió que haría todo lo que estuviera a su alcance para que fuera feliz.
.-¿Por qué?
.-Porque fue mi amiga.
Amiga.
Después de tantos años podía decir de nuevo esa palabra cuando hablaba de ella. En su niñez creyó en ella ciegamente, pero desde la confesión de Sirus pensó que ella le había traicionado. Hasta ahora, años después volvía a creer en ella con la misma fuerza.
Cuando Remus miró a su amigo notó aún más confusión de la que hubiese visto cuando llegó al cementerio familiar de los Potter, tras dejar una rosa en la tumba de Deborah.
.-Cada noche de luna llena era arrastrado hasta un pasadizo- explicó Remus -todo debía hacerse con discreción, ese era el plan, pero a la 4ª noche alcance a ver a alguien a lo lejos- suspiró. -Atrajo mi mirada pese a que estaba preocupado y me hizo sentir tranquilidad. De alguna manera comprendí que la criatura en mí había visto la criatura en ella.
"Mientras duró la luna llena sólo pude pensar en ella. Mis sentidos fueron capaces de percibir un aroma salado que adormecía mi necesidad de herir a alguien (aunque no completamente) y desee saber quién era. Esas noches mi criatura me dio ese deseo... Por primera vez se comunicó conmigo."
"Deborah Potter... Fue así como James la presentó ante nosotros. Aún no comprendía por qué esperó tanto tiempo, pero dejó de importar cuando la criatura me hizo saber que se trataba de ella... Ella era la otra criatura".
Sirius hizo una caricia que pareció ausente a Remus.
Una caricia que, sin embargo, le embriagó de una manera sutil haciéndole desear más.
.- Ella y yo nos conectamos una Luna nueva –continuó – A partir de ese día solo corría a la orilla del lago para verla escapar con sus "iguales" y ella acudía a la solitaria casa para verme derramar mi propia sangre.
.-Pero pudiste lastimarla –musitó Sirius.
.-A la humana tal vez –admitió el hombre -, pero no a la Sirena. Mi criatura estaba tan maravillada al verla que solo podía concentrarse en su voz... –dudó -¿La has visto, Sirius¿Has visto a la Sirena?
.-No...
.-Es aun más hermosa de lo que describen los libros especializados. Aun más fría que el más frío invierno... Aun más letal de lo que un simple humano podría manejar... Como yo.
.-Como tu hombre Lobo –corrigió Sirius – Ella dejó que la vieras y tu dejaste que ella te viera.
.-Podría decirse que la criatura en ambos vio a la otra. Un cachorro de sirena criado en tierra sufre necesidad por adentrarse a su habitad, al menos unas cuatro veces por año. Hasta su primer celo, es presa de escapadas a un sitio con suficiente agua donde pueda permanecer, al menos dos noches enteras... Deborah siempre escogió la Luna Nueva... De esa manera mi cuerpo estaría débil, pero tendría rastros de la criatura, y permitiría ver al Hombre Lobo, la manera en que su cuerpo se escamaba hasta tornarse irreal.
.-¿Ella dejó que hicieras todo eso¿Por qué?
.-Ambos estábamos solos. Ella tenía a Snape, y yo a ustedes, pero nuestras criaturas estaban solas. Y al encontrarse se dieron cuenta que su naturaleza resultaba ser un consuelo, así que no podían estar separadas... Incluso –Remus se ruborizó -... llegue a pensar que podría amarla.
.-¿Tu? –se sorprendió Sirius y dejó de acomodar ese cabello veteado de mechas blancas -¿Amarla a ella?
¿Y por qué no?
El mismo Sirius llegó a hacerlo... pero...
.- Pero... –Remus suspiró –Me enamoré de alguien antes... Me enamoré de otra persona que se me declaró en una Luna Nueva, justo cuando corría para verla a ella...
Sirius se ruborizó ya que sabía de la persona que hablaba.
.-¿Tu... me amabas?
.-Si...
.-Pero... Cuando yo me declaré no dijiste nada...
.-Idiota –reprochó Remus –Estaba bastante shokeado para responder.
Sirius guardó un inteligente silencio. No sabía qué decir de todas maneras. Saber su tiempo perdido le dolió, pese a que había amado a alguien más.
Le... dolía haber perdido el tiempo obligándose a tener un amor más, cuando en los primeros días aun moría de amor por Remus.
.- Ella estuvo ahí – informó Remus – Te me declaraste justo en una Luna Nueva... justo a la orilla del lago... Ella lo vio.
.- Y al día siguiente dije esa estupidez – dijo Sirius.
.- Al día siguiente corrí a llorar a sus brazos – musitó Remus – Creo que ella te odió... pero jamás estuve seguro... Y tras casi una semana comenzaste a cortejarla...
Sirius lo recordaba perfectamente. Sin embargo no había esperado que ella lo rechazara porque sabía de la confesión que había hecho a Remus... no sabía que ella lo había presenciado y que le estaba dando tiempo para recapacitar.
Más bien lo vio como un juego. Y a medida que ella se ponía más difícil, Sirius se encaprichaba más.
Porque de esa manera había nacido su amor por Deborah, solo por capricho.
¿Ella lo supo siempre?
.- Y un día... – continuó Remus - ... tras mucho negarse, tras mucho darte tiempo... tras todo... – suspiró - ... ella se enamoró de ti. Tu insistencia la cautivó y tuvo que comprender a su corazón haciendo a un lado a su razón. Deborah Potter te aceptó aun sabiendo que no la habías amado a ella desde un principio... – Remus frunció el ceño – Jamás pude entender todo el dolor que debe causar que ames a alguien que no ha decidido amarte desde un principio. No hasta ahora... Siempre pensé que me había traicionado, nunca reflexione en lo que estaba sintiendo en verdad... Hasta hoy pude hacerlo... Hasta el momento en que murmuró los votos y sus ojos se llenaron de lágrimas... hasta el instante en que sus manos perdieron fuerzas y dejó de besarte... –suspiro – Lo comprendí hasta tener en mis brazos los huevos que ella dejó.
.- Lo siento... –susurró Sirius al fin.
.- No servirá de nada lamentarnos ahora – dijo Remus con una suave sonrisa – Lo que importa es lo que harás a partir de hoy, Sirius... ¿Qué harás?
.- No lo sé – admitió el mago – Ella me pidió que fuera feliz, pero me es imposible concebir la felicidad ahora.
.- ¿Ni conmigo?
Sirius miró a su amigo.
No podía negar que estaba sorprendido por esas palabras y dejó que un espacio de silencio los inundara a ambos para reflexionar esa pregunta.
¿Con él?
¿Podría ser feliz con él?
Había perdido a un ser amado, pero... podría recuperar a otro.
.- ¿Aun con lo que te hice? –preguntó Sirius.
.- Te amo, Sirius – confesó Remus – Mi amor es suficiente para perdonarte esa pequeña confusión. Me es más gratificante vivir el resto de mi vida a tu lado a vivirla esforzándome por estar molesto por una pequeñez.
.- Pero los años...
.- Es tiempo de recuperarlos – Remus sonrió y se incorporó para mirarlo de frente – Es tiempo de que seamos tu y yo...
.- Ella...
.- Se egoísta por una vez, Sirius... Piensa en ti por una vez... Ella lo hizo, deberías ser capaz de hacerlo también.
¿Era eso?
¿Había pensado más en ella de lo que ella pensó en sí misma?
Pero...
... aun cuando la idea le emocionaba, no podía dejar de sentir dolor...
.- Yo la amé...
.- Lo sé...
.- Planeaba envejecer a su lado... con nuestros hijos.
Remus bajó la mirada. Delante suyo había un corazón herido.
¿Dónde habría quedado aquella parte que Sirius dedicó a él?
¿Sería posible que...
... ya no le... amara?
Un vuelco en su pecho asustó a Remus. La sola idea lo asustó.
Si eso era cierto.
Si era cierto...
... Debbie habría sacrificado todo en vano.
.- Debo... pensar... – musitó Sirius y se puso de pie sin percatarse de la manera en que Remus apretó sus manos sobre la túnica.
.- Si...
.- Yo... lo lamento...
.- Yo también – Remus se mordió el labio inferior.
