He tenido que resubir el capítulo porque la página me hizo una mala jugada y me cambió los formatos.
Gracias a Anata Yume por hacerlo notar.
Tengo una bonita idea de hacia dónde irá Ron y hacia dónde irá Blaise pero la sugerencia de que queden juntos no suena mal... Lo consideraré porque es algo que realmente cambiaría el objetivo de ambos personajes.
Por otro lado, quizás se hayan dado cuenta de que la historia está llena de Smut; les pido una disculpa si les incomoda pero es la manera en que recuerdo la historia original (yeap, I'm a p3rv3rt). Prometo que habrá momentos bien fluff y cuddly porque soy un romántico empedernido. Esta historia está llena de mis propias visiones sobre el amor y las relaciones; también espero no les moleste mucho.
También pueden leer esta historia en AO3 pero siempre he sido fiel a esta página y me mantendré así hasta que me lo permitan mis años.
Espero les guste este capítulo :3.
La suma de todas sus partes
8. La serpiente y el león. Competitive!Draco.
El húmedo rocío acumulado sobre su cuerpo despertó a Harry cuando corrió por su piel debajo de la ropa. Draco intelectual estaba mirándolo desde su asiento con ojos calculadores. El Gryffindor sintió un escalofrío profundo que no supo bien si adjudicar a la mirada penetrante del rubio o a la frialdad de la mañana.
—¿Por qué me retuviste aquí, Potter?—inquirió el Slytherin con severidad.
—¿Eh?... —El aludido decidió fingir que aún se encontraba muy dormido.
—Me retuviste aquí toda la noche hablando de magia y hechizos. Quiero saber por qué—respondió con sobrada calma.
Harry pensó que era demasiado temprano para que su cerebro tuviera tanto trabajo así que decidió darse por vencido con este Draco.
—De acuerdo… —respondió con un suspiro—, pero no puedo contártelo todo.
La mirada gélida se asombró. Quizás no pensó en poder vencer tan fácilmente; o quizás era que el rocío también le estaba calando la espalda.
Harry se acomodó en el asiento mágico que Draco había hecho aparecer y se preguntó cómo explicarle a esta parte del Slytherin lo que estaba sucediendo con él.
—Estás en un grave peligro—decidió al fin—; necesitas mantenerte en la biblioteca todo el tiempo que puedas.
Malfoy cerró los ojos con sospecha y Harry casi podía oír los engranes de su mente girar para entender la información.
—¿Debería confiar en ti, Potter?—exclamó Draco—. Es decir, me engañaste para que me quedara aquí toda la noche, ¿qué impide que me engañes ahora para quedarme en la biblioteca?
Harry pasó una mano por su cabello alborotado. La posición neutral que había decidido asumir iba a ser más difícil de lo que había concebido.
—¿Por qué confié en ti ayer para hacer… lo que hicimos?—preguntó sonrojándose levemente.
Draco-intelectual recompuso su actitud de sabelotodo antes de responder.
—Porque yo estaba realizando una demostración de que el amor nada tiene que ver con la relación sexual.
El Gryffindor decidió atrapar a Malfoy en su propia personalidad para evadir las respuestas.
—Oh, Malfoy, creo que tuvimos relaciones sexuales pero empiezo a enamorarme de ti precisamente por eso.
Harry se mordió la lengua. Esperaba no tener que soltar tanta información acerca de sí mismo, pero era eso o arriesgar la integridad de Draco al contarle todo sobre la poción.
—¿Qué quieres decir?—se sorprendió el rubio—, dijiste que no habías sentido nada. Es imposible que haya una emoción debido a la relación sexual; los grandes teóricos mágicos no han establecido una relación entre el acto de la penetración y la magia del amor. Incluso los muggles saben distinguir entre ambos.
Harry sonrió para sí mismo: Draco había caído en la trampa.
—¿Cuáles teóricos mágicos?—preguntó al tiempo que hacía desaparecer las sillas.
Draco lo miró como si fuese la primera vez que le observaba. Por un momento, Harry contuvo el aliento; esperaba haber entendido lo suficiente a esta parte de Draco la noche anterior. Malfoy titubeó por unos instantes, como sopesando la inquietud por saber los secretos de Harry contra su propia desesperación por sacar la información que tenía en su cabeza. Al final, inspiró hondo y comenzó:
—Agnes Sampson, famosa bruja escocesa, estableció que el vínculo amoroso era una poderosa herramienta mágica para canalizar embrujos. Lo demostró cuando hizo naufragar el barco de Jacobo VI de Escocia y de su esposa en el año de...
Mientras Draco hablaba, Harry lo dirigía hacia el castillo y hacia la biblioteca convencido de que el Slytherin continuaría hablando si hacía las preguntas correctas. El sol apenas estaba saliendo y Harry, por una ocasión, se felicitó por esa pequeña parte maquiavélica de Slytherin dentro de sí mismo.
—… es parte de un artículo en Investigación Wicca Moderna del año pasado; y por eso debemos sopesar las implicaciones de la energía mágica del amor contra la fuerza de la relación coital.
Harry estaba abrumado. Había tratado de mantener el ritmo al pensamiento sin control de Draco, pero luego de haberle preguntado a Draco sobre el hechizo de su madre para protegerlo no pudo entender nada de lo que estaba diciendo el Slytherin.
Tardó unos minutos en registrar que Draco se había callado y que lo miraba con intensidad. Ya habían llegado a las puertas de la biblioteca para ese momento así que Harry se detuvo y le encaró.
—Malfoy, prométeme que te quedarás en la biblioteca, por tu bien.
El aludido volvió a mirarlo con sospecha.
—¿Por qué?—preguntó lacónicamente.
—Porque estás en un grave peligro; NECESITAS quedarte aquí.
Malfoy suspiró. Sus ojos delataban que su pensamiento corría a mil por hora, pero Harry comenzaba a acostumbrarse a que esta parte de Draco estuviera siempre cavilando en sus propios pensamientos.
—El vínculo mágico que se forma entre dos personas que tienen una relación coital es más débil que las que tienen una relación amorosa, Potter.
Harry se preparó para una nueva oleada de datos inútiles y verborrea intelectual, pero Draco continuó en un tono tajante:
—No sé por qué, pero siento que debo confiar en lo que me dices —suspiró—. Quizás sea porque tuvimos sexo ayer o quizás sea este estúpido enamoramiento que creí haber superado de manera lógica y racional; pero... confiaré en tu palabra.
El héroe del mundo mágico se había quedado sin palabras luego de la admisión de Malfoy. Sin saber exactamente qué debía decir, se limitó a parpadear. Deseaba abrazar y besar a Draco; pero ya los estudiantes mañaneros que acudían a la biblioteca lo miraban extrañados. "No pueden ver a Draco" recordó.
—Bien, Potter; espero que vuelvas a visitarme pronto. Es agradable tener a alguien con quien hablar sobre ciencias mágicas.
Antes de que Harry pudiera hacer algo, Malfoy entró a la biblioteca aprovechando que un par de estudiantes habían dejado la puerta abierta. Harry se encontró en sus pensamientos. Seguro, Draco le había dicho la noche anterior que se sentía atraído hacia él, pero nunca había hablado de un enamoramiento. ¿Acaso era lo mismo? ¿Había exagerado al decir que estaba enamorado de él o había sido muy cauteloso al hablar de "incontrolable atracción" el día anterior? La confusión en Harry crecía a cada minuto que pasaba.
Sabía que debía parecer un tonto o un loco al estar parado simplemente cerca de las puertas de la biblioteca. El lugar donde Malfoy había declarado su enamoramiento por Harry se había quedado vacío; tan transparente para el Gryffindor como lo había sido el mismo Draco para todos los demás estudiantes.
Las clases pasaron demasiado deprisa para Harry. No le había sido posible concentrarse en el hechizo exfoliante que el profesor Flitwick enseñaba y le había dejado a Neville un severo caso de verrugas de sapo en la cara. Pasó el almuerzo junto a su compañero en la enfermería, esperando que los ungüentos de la señora Pomfrey le salvaran la piel.
Una vez que Neville le aseguró que estaría bien y que debía irse a comer algo y descansar, Harry abandonó el castillo. No se sentía con ganas de ver a Ron o a Ginny o a Hermione. Seguía pensando en la admisión de Draco-intelectual.
Sí, caviló el Gryffindor, Draco-inseguro, Draco-celoso y Draco-enojado habían demostrado que sentían algo por él; pero ninguno lo había dicho en voz alta. También estaba esa versión de Draco que le había hablado de salir a Hogsmeade. Draco-amable, con seguridad. ¿Cuántas partes tenían de Draco? Nueve, al parecer; eran cinco las que habían hablado de sentimientos sobre Harry. ¿Debía contar al Draco-lujurioso, que no dudaría en acostarse con Harry? ¿O quizás tomar en cuenta los comentarios de Draco-vanidoso que lo había medio insultado, medio halagado? Era ya la segunda vez que hacía un repaso por todas las personalidades de Draco y no tenía en claro lo que el Slytherin verdadero sentía por él.
Se había alejado conscientemente de la zona donde había pasado la noche con Draco-intelectual así que había llegado al campo de Quidditch. Decidió, casi antes de entrar a él, que lo mejor sería liberar su mente volando un poco.
Buscó en el armario de escobas de entrenamiento una escoba medio decente. Su Saeta de Fuego se había destruido en la persecución de los siete Harry al inicio de la guerra y como no había vuelto a volar por respeto a ella, no había comprado una escoba para reemplazarla. Suspiró profundamente cuando encontró una Nimbus 1900. El mango estaba desgastado y varias ramas estaban salidas, ¿hacía cuánto tiempo que no le daban mantenimiento a las escobas de la escuela?
—Es una suerte que nadie haya tenido un accidente—murmuró por lo bajo.
Salió al campo de Quidditch y recordó la primera vez que había estado en él, en su primer año. Era tan joven y tenía tan pocos problemas en ese entonces. Mientras montaba la escoba y se elevaba, un destello pasó por su memoria: el siguiente año Draco había entrado al equipo de Quidditch. ¿Ya sentía algo por él en ese entonces? De acuerdo al Draco-intelectual, sí, ya lo sentía.
Los recuerdos se agolparon en la mente de Harry y comenzó a pensar de nuevo en cada uno de los momentos en que Draco Malfoy se había cruzado con él. Con el viento cortándole las mejillas y los músculos tensos para sostenerse, Harry dejó que sus recuerdos le elevaran tan alto como lo estaba llevando la escoba en la que volaba.
Harry no esperaba encontrarse con nadie en las regaderas del estadio así que le sorprendió escuchar el agua correr y encontrar una bolsa de deporte cerca. Él no llevaba ropa para cambiarse así que sólo se daría una rápida ducha para aligerar la sensación del sudor seco contra su piel. Seguramente ni siquiera tendría que encontrarse con la persona bañándose en el primer cubículo.
Se desnudó y ató una de las toallas genéricas de la escuela a su cintura. Caminó casi sin hacer ruido, pasó por el primer cubículo y abrió la puerta de la regadera al fondo de los vestidores. Pero sólo alcanzó a hacer eso cuando una voz conocida lo detuvo.
—¿Harry?—inquirió la voz de Ron Weasley.
El cuerpo de Harry se estremeció. No había considerado siquiera la posibilidad de encontrarse con Ron en medio de las duchas ambos desnudos y apenas con unas toallas para cubrirse. Tampoco tenía la posibilidad de escapar pues Ron se encontraba más cerca de la salida.
Las gotas resbalaban por los músculos del pelirrojo. El corazón de Harry comenzó a latir con fuerza; ¿qué clase de situación era esa luego de estar pensando toda la tarde en el atractivo Draco Malfoy y su cuerpo delicioso?
—Estaba a punto de irme, Harry—murmuró Ron al ver que el aludido estaba totalmente paralizado—. ¿Sabes? He tomado la costumbre de bañarme aquí para no incomodarte más.
Harry asintió sin razonar. Era cierto que cada vez veía menos a Ron pero había asumido que era porque había hecho todo lo posible por evitarlo.
—No quiero que esto sea complicado para los dos—continuó el chico—, pero es que de verdad tengo muchas ganas de tener sexo contigo.
Ron se acercó con pasos titubeantes hacia el moreno.
—No tiene que significar nada, Harry; es que te has puesto tan bueno últimamente y yo… bueno… —Se detuvo ligeramente para dejar caer su toalla revelando una erección enorme— He estado muy caliente.
Harry se mordió los labios. Volar pensando en Malfoy lo había dejado excitado. En especial porque sus últimos recuerdos habían sido de sus sesiones de sexo con sus diferentes partes. Estaba seguro de que deseaba estar con Draco, pero en ese momento tenía a Ron dispuesto a tener sexo con él.
"¿Por qué no lo reconsideras?" susurró la voz que se parecía a Zabini en el interior de su cabeza. Había estado sospechosamente callada mientras pensaba en el chico rubio. "Si cedes ahora puede que Ron deje de tener curiosidad y podrán volver a su amistad" caviló. "Necesitas un amigo que te entienda" susurró finalmente la pequeña voz que se parecía a Hermione.
—Por lo que veo tú también necesitas desahogarte, amigo—dijo Ron mirando a la evidente carpa que se había formado en la toalla de Harry.
Se mantuvieron en silencio por unos cuantos segundos. Harry se sentía abrumado por la decisión que debía tomar. No sólo por él sino también por Hermione y por Draco. Pero también pensaba en cómo iba a funcionar la amistad que tenía con Ron si pasaba algo entre ellos. ¡Eran casi como hermanos! "Pero también quieres follarte a su hermano Charlie, ¿qué hay de diferente entre ellos dos?" pensó la voz de Blaise en su cabeza. Harry estaba indeciso; Ron había acortado poco a poco la distancia entre ellos, como acercándose a un animal herido para no espantarlo. El moreno no traía lentes, pero conforme se acercaba Ron podía distinguir mejor sus facciones, su mentón fuerte, su pecho ancho, sus piernas como troncos; en su cara empezó a distinguir las pecas de su amigo, ¿cuántas veces se había preguntado si los labios de Ron se sentirían como los de Colin sobre su miembro? "Al fin y al cabo, Harry" volvió a escuchar la voz de Blaise, "sólo eres un hombre".
Con este último pensamiento, Harry dejó caer la toalla a sus pies. Se sentía sudado pero la calentura le estaba exigiendo ese momento. Ron cerró finalmente la distancia entre los dos y le plantó un beso suave en los labios, como esperando una reacción de Harry; casi como si esperara que éste se arrepintiera; pero el lado animal de Harry ya había tomado el control. Movió sus piernas para que el miembro de Ron se acomodara en el arco entre sus ingles y comenzó a moverse mientras profundizaba el beso.
Tomó desprevenido a Ron quien sólo atinó a pasar sus brazos por la cintura de Harry. Le tomó por el cabello y se fundieron en un beso salvaje donde las lenguas y los gemidos luchaban por el control.
La inusual pareja se dirigió hacia el área de vestidores, lejos de las duchas. Harry sentía la humedad en la piel del pelirrojo en sus axilas y su espalda. Tomó entre sus manos los fuertes glúteos de Ron y deseó hacerlos suyos. Ron susurró:
—No, Harry, primero quiero que seas mío.
La suavidad del susurró fue el complemento perfecto para la fiereza de lo que se había dicho; era justo lo que necesitaba el moreno para finalmente deshacerse de todas sus dudas. Rompió el beso y empujó a Ron sobre un banco. Ron le miró hacia arriba con ojos inyectados en pasión pero de repente lo miró con dudas.
—¿Harry? ¿Dije algo que te moles…?
Ron no pudo terminar la frase porque Harry se había arrodillado frente a él. Trató de recordar lo que le había enseñado Draco la noche anterior y lo que le había dicho la primera vez que le vio con Blaise en la torre de Astronomía; pero el miembro de Ron era mucho más grande que el de Draco y más grueso que el de Blaise.
Le engulló poco a poco; trató de relajarse para evitar su reflejo del vómito. "Respira por la nariz cuando vaya hasta el fondo" le había dicho Draco-intelectual. Ron lanzaba gemidos y le acariciaba las orejas. Pero Harry no quería que fuera suave con él. Tomó la mano de Ron sin dejar de ocuparse con la boca y la colocó en su cabello apretando un poco. Ron entendió inmediatamente el mensaje.
—Oh, sí, Harry, trágatela toda.
Ron movía su cadera y empujaba a Harry jalándole el cabello. Lágrimas salían por los ojos verdes del Gryffindor pero se sentía más vivo que nunca.
—¿A eso le llamas follar, Weasley? No hay duda de por qué Granger te dejó.
La sangre de Harry se heló. Draco Malfoy se encontraba totalmente sudado recargado en el quicio de la puerta de los vestidores de hombres. Ron se paralizó por un momento también antes de que un nuevo destello de lujuria pasara por sus ojos. Harry tembló y trató de sacar el miembro de Ron de su boca pero éste no se lo permitió. Por el contrario, le mantuvo la cabeza firme y retomó el movimiento de sus caderas.
—¿Crees que puedes hacerlo mejor, Malfoy? Demuéstramelo. Harry será el juez.
Draco Malfoy comenzó a desnudarse sin mediar palabra. Era evidente que las palabras de Ron habían tenido un efecto en él.
Ron se sorprendió un poco cuando el Slytherin no replicó nada, momento que aprovechó Harry para levantarse y hablar en susurros.
—¿Qué crees que estás haciendo?—reclamó
—¿No crees que esto será más candente si él está involucrado? —le respondió Ron con una media sonrisa—; además, tiene buen culo.
Los celos de Harry comenzaron a luchar contra su lujuria. Pensaba que Draco debía ser sólo suyo, pero imaginar la pálida piel de Draco en contraste con la sonrosada y pecosa de Ron le estaba excitando demasiado.
—¿Van a seguir hablando o podré dejar en ridículo a Weasley, Potter?
—Sin duda debe ser el Draco-competitivo—murmuró Harry.
De repente fue consciente de su cuerpo y volteó a ver a Ron quien sugestivamente le indicaba con sus gestos que continuara haciendo su labor oral. "Deseas esto también, Potter" volvió a la carga la voz de Blaise; "¡pero debes tener cuidado, Harry!", le recomendó la voz de Hermione.
Draco ya se hallaba totalmente desnudo y con una erección que mantenía mientras se acariciaba el pene. Harry ya lo había saboreado pero no permitió que el instinto le ganara al cerebro, por una vez. Se dirigió a su mochila y tomó su varita. Lanzó varios hechizos y la puerta se cerró con un fuerte seguro mágico.
—Estoy seguro que yo puedo hacer un hechizo candado más fuerte, Potter.
El Gryffindor rodó los ojos. A veces esa personalidad de Draco podía resultar muy necia. Ron ya se había levantado y se hallaba cerca de Harry, a unos pasos de Malfoy. Comenzó a morder el cuello del moreno mientras miraba sugerentemente al Slytherin.
Draco se colocó al otro lado de Harry y comenzó a mordisquear el otro lado del cuello de Harry. Éste se hallaba como en un trance. Tenía ahí a dos de los hombres más sensuales de Hogwarts, dispuestos para él. No iba a arruinar su oportunidad.
Decidió tomar la iniciativa y se agachó entre ellos. Tomó sus dos erecciones entre sus manos y comenzó a masturbarles. Draco y Ron gemían por encima de él. Los ojos verdes estaban embriagados de lujuria al ver el fuerte lavadero del pelirrojo junto al suave abdomen del Slytherin. "Si se besan creo que me correré aquí y ahora" pensó Harry mientras consideraba cuál de los dos miembros engulliría primero.
Miró a los dos hombres por encima de él para decidir pero descubrió que no le miraban a él sino que se contemplaban como dos jugadores antes de un importante partido. De repente y sin ningún aviso previo sus labios se encontraron. No fue un beso tierno sino cargado de lujuria y competencia. Ambos empujaban al otro, las lenguas se entrelazaban soltando sonidos ahogados. Dos manos distintas trataban de dominar la cabeza de Harry mientras el otro par apretaba muslos y glúteos.
Harry pensó que no podría haber visto algo más erótico. Su cabeza luchaba por mantenerse firme para seguir observando la escena pero finalmente las grandes manos de Ron le obligaron a acercar su boca a la entrepierna del chico rubio. Sorprendido porque esperaba que la fuerza se dirigiera hacia el pelirrojo, Harry comenzó su faena. Draco gimió y el Gryffindor moreno sintió a su mejor amigo moverse encima de él, mordiendo el pecho de Draco y apretando su trasero.
Después de estar así unos minutos, Ron empujó a Draco de nuevo al banquillo en medio de la habitación; Harry le siguió, ansioso de seguir complaciendo al Slytherin. Sin embargo, Ron no le permitió arrodillarse; en cambio lo mantuvo con el trasero levantado mientras lo empujaba hacia el miembro de Draco.
El Gryffindor sintió la lengua de su amigo en su entrada mientras Malfoy lo mantenía ocupado. El placer que sentía Harry era indescriptible. No podía creer que estaba con el amor de su vida y su mejor amigo sintiendo tanto placer. "¿Quién dijo algo del amor de tu vida?" se cuestionó con la voz de Ginny, "es sólo sexo, Potter" le recordó la voz de Zabini.
Harry contempló largamente esta realidad mientras Ron y Draco seguían con su labor. Una vez que el pelirrojo se sintió satisfecho con su trabajo movió a su amigo a colocar sus caderas junto a las de Malfoy. Suavemente, el chico Weasley dirigió el miembro pálido en la entrada morena. El chico comenzaba a acostumbrarse a sentir a Draco dentro de él. El rubio recostó su cuerpo en la vieja banca de madera y observó la espalda de Harry contraerse mientras le cabalgaba.
Ron no deseaba quedarse quieto tampoco: manoseaba su miembro y apretaba su pecho viendo a Draco follar a Harry. Finalmente se acercó a la pareja y dirigió su pene pulsante a la boca del rubio. Después de titubear un poco, el chico lo engulló por completo lo que le valió un gemido de aprobación del Gryffindor.
Harry estaba extasiado. Ya había sentido a Draco, pero el saber que Ron estaba disfrutando de su boca tal como él había hecho la noche anterior lo estaba llevando al borde del orgasmo. "Eres un pervertido, Harry Potter" se oyó la voz cándida de Ginny en su cabeza. Las piernas comenzaban a temblarle, pero ya no deseaba detener a ninguno de sus amantes.
Draco se levantó de repente y levantó a Harry de su regazo.
—Es hora de que pruebes a Weasley, Potter —declaró—, debes decidir quién lo hace mejor.
Harry se dirigió a su amigo con los ojos impregnados de lujuria; finalmente sentiría a Ron dentro de él.
El chico no se hizo del rogar. Con inusitada fuerza volteó al salvador del mundo mágico y restregó su miembro contra su entrada. Harry miró a Draco a los ojos, como tratando de hacerle ver que eso era sólo placer. "Ron es mi amigo, yo te amo a ti" repetía como tratando de mandarle el mensaje telepático al Slytherin. Éste sonrió con expresión de triunfo. Al parecer pensaba que Harry ya le había declarado vencedor.
Sentir el miembro de Ron penetrarlo fue tan doloroso como placentero. Ron estaba siendo muy cuidadoso de no lastimarle así que cuando finalmente sintió que el esfínter de Harry se relajaba comenzó un vaivén acompasado que rápidamente aumentó el ritmo hasta que su cadera comenzó a chocar contra los glúteos de Harry.
Malfoy se acercó a ellos y besó a Harry. Ron nalgueó a Draco haciéndolo saltar.
—El pasivo por ahora es Potter, Weasley. Quizás tengas oportunidad de penetrarme otro día.
Harry sonrió. No sabía por qué pero el prospecto de que Draco y Ron se llevaran bien le alegraba más de lo que esperaba. Ron aceleró sus embestidas. Al parecer las palabras de Malfoy habían tenido un efecto en él también.
—Espera un poco, Weasley. Tengo una idea.
Ron salió de Harry y éste sintió un vacío profundo dentro de él. Draco se recostó de nuevo en la banca e invitó al Gryffindor a volver a montarlo mientras tomaba la varita olvidada de Harry.
El murmullo del hechizo de Draco llenó las entrañas de Harry con una sensación adormilada. Cuando se montó sobre el miembro de piel blanquecina apenas sintió dolor; pero el chico sólo podía concentrarse en la expresión de placer que tenía el Slytherin y apenas registró lo que le ocurría.
—Penétralo ahora, Weasley.
Ron se quedó perplejo un momento. Dirigió una mirada significativa a su amigo como pidiéndole permiso.
—¿Te hará daño?
Harry se hallaba muy excitado y sólo atinó a asentir con la cabeza entre gemidos de placer.
Ron se colocó detrás de Harry, entre las piernas del Slytherin y esperó un momento. Besó la espalda de Harry y acarició su espina dorsal hasta llegar a la cadera. Harry sintió un escalofrío; en parte por el tacto de Ron y en parte por la expectativa de sentirles al mismo tiempo.
—Ese escalofrío se sintió delicioso, Potter—dijo el Slytherin—; respira profundo. Cuando exhale, inténtalo, Weasley—les indicó.
Harry inspiró; trató que su cuerpo se relajara. "Eres un buen pasivo, Potter" se dijo a sí mismo con el arrastre slytherin de Zabini.
Ron le penetró cuando exhaló. Draco se había detenido. Harry sintió dolor pero no tanto como esperaba.
—Hechizo de anestesia, Potter—dijo Draco apretando los dientes—. Weasley, tienes un miembro enorme.
Harry escuchó la ligera risa de Ron y sintió que se volvía loco. Trató de mover su cadera pero descubrió que no podía maniobrar demasiado entre los dos hombres. Draco se mantuvo firme y esperó a que el pelirrojo empezara a bombear a Harry.
Los gemidos de los tres chicos se entremezclaron. Harry no sabía cuál nombre gemir así que se limitaba a gruñidos cavernarios. Su mente era un remolino porque el hechizo de Draco perdía fuerza. Sabía que era porque la fuerza mágica de Draco se desvanecía pero no deseaba romper ese momento.
Finalmente sintió el hechizo de Draco desaparecer por completo y se encontró con un dolor profundo al mismo tiempo que el placer total le invadió. Apretó sus puños sobre la piel del pecho de Draco dejando dos marcas visibles. El chico pálido gimió pero Harry no supo si era de placer o de dolor. Draco tomó sus manos e hizo que el Gryffindor apretara sus uñas rasguñándole.
Draco comenzó a sacudirse mientras se venía. Una sensación de humedad llenó a Harry y sintió a Ron acelerar sus embestidas al tiempo que sus gemidos se volvían más guturales. Harry acercó su boca a la boca del Slytherin y le besó con pasión. Draco le jalaba el cabello y mordía sus labios.
—Eso… ah… es muy ero… erótico —dijo Ron detrás de Harry antes de venirse a chorros dentro de su amigo.
Harry sintió la humedad dentro de él aumentar y a Ron salir de dentro de él. Se levantó y sintió las piernas apretadas de dolor; no había sido la posición más placentera para él pero se sorprendió de no haberlo notado antes.
Draco respiraba agitadamente tratando de recuperar el aliento.
—¿Y bien… Potter?—preguntó luego de unos momentos donde sólo se oía el goteo de las regaderas —¿quién folla mejor?
Harry no respondió. Ron le había hecho sentir genial, pero con Draco había sido otra sensación totalmente diferente a las que había tenido con las otras partes de su personalidad.
Ron le miró con ansias sentado en el piso recuperando también el aliento. Harry deseaba sentarse también pero las piernas no le respondían y temía hacer un desastre si dejaba de apretar el trasero.
—Bueno, Draco… Es decir, Malfoy —comenzó preguntándose cómo salir de ese dilema sin herir a ninguno de los dos chicos —. No presté mucha atención, supongo que tendríamos que volver a intentarlo.
Ron rió por lo bajo y Malfoy sólo dijo "Pequeña zorra".
Harry se dirigió a las duchas. Se sentía aún más sudoroso. "Quizás", se emocionó, "Draco quisiera bañarse conmigo". Pero el Slytherin tomó la varita olvidada y realizó varios hechizos sobre sí mismo para limpiarse y comenzó a vestirse. Harry notó que su color estaba más vivo que antes de… ejem… toda la acción.
Ron seguía sentado atento a la expresión de Harry hacia Malfoy. Carraspeó sonoramente y le dijo a Harry:
—Deberías bañarte, amigo, o el agua se enfriará.
Malfoy había terminado de vestirse y volteó hacia los dos Gryffindor.
—La próxima vez tendrás que declarar a un ganador, Potter; y ése seré yo.
Con una última mirada hacia Harry salió de la habitación dejando a los dos chicos desnudos y sudorosos.
—Lo amas mucho —sentenció Ron.
—¿Qu- QUÉ? —tartamudeó Harry sonrojándose.
—Vamos, Harry, tu expresión lo dice todo —continuó el pelirrojo—; no pude alejarte de él ni siquiera cuando estaba follándote, lo besaste como nunca antes había visto un beso mientras te penetrábamos. Y ahora —, hizo un gesto indicando la cara de Harry— estás totalmente decepcionado que se haya ido.
El salvador del mundo mágico tuvo la decencia de voltearse para evitar que su amigo viera la verdad reflejada en sus ojos.
—Me alegra por ti, amigo—dijo Ron con sinceridad.
Harry se sorprendió por la afirmación pero no volteó.
—Te lo dije —siguió—: sólo quería sexo. ¡Y vaya que lo cumplimos! No pensé que Malfoy pudiera ser tan buen polvo. Ojalá un día me des permiso de penetrarlo; su trasero está muy firme.
—Yo no tengo que darte ningún permiso, Ron—explicó Harry calmadamente—, es el cuerpo de Draco, él decide a quién dárselo.
Su mirada se mantuvo nostálgica sobre la puerta que Draco había abierto.
Draco había abierto la puerta, incluso después de los hechizos de Harry.
Pero su magia estaba disminuyendo cuando hizo el embrujo sobre Harry.
¿Qué significaba eso? ¿Cómo era que Draco Malfoy había abierto los cerrojos mágicos de Harry?
—¡Ya sé! Me refiero a una vez que sean novios me dejes visitarlos para divertirnos.
El tren de pensamiento de Harry se detuvo. ¡¿NOVIOS?!
El moreno miró a su amigo como si le hubieran salido tres cabezas.
—¿Quién dice que seremos novios?
Ron lo miró con sorna.
—¡Vamos, Harry! No puedes ocultar lo que sientes por él. ¡Y él tampoco puede! Está babeando por ti. ¿Cómo no nos dimos cuenta antes?
Harry tomó su varita, la toalla y se dirigió a las regaderas.
Ron tomó su varita de la mochila de deporte que llevaba y realizó algunos encantamientos de limpieza.
—¡De verdad, amigo! ¡Me da mucho gusto que encuentres a alguien que te haga tan feliz como él!
Harry se detuvo antes de entrar a la regadera al fondo del vestidor.
—Pero sólo le gusto cuando está por partes, Ron. No le gusto cuando está completo.
La sonrisa de Ron se congeló.
—Eso es mentira. Y para demostrártelo buscaremos la forma de reunir todas las partes de Malfoy y él declarará su amor incondicional por ti. ¡Estoy totalmente seguro!
Harry le sonrió. De verdad volvía a ser su amigo Ron. ¿Cómo podría haber dudado de que su amistad se viera comprometida por algo tan banal como el sexo?
—Te veré en la sala común; ¡y ya no te estés follando a todos los Malfoy, Harry!
Harry estaba por cerrar la puerta cuando Ron añadió en voz bien alta:
—¡Y si te los follas estás obligado a invitarme!
La carcajada de Harry le acompañó todo el tiempo que duró su ducha.
