Su Deseo
– Lo lamento tanto, Onee-Sama…
Nanami se cubrió con la sábana hasta la altura de sus modestas tetas y parecía que estaba a punto de largarse a llorar. Le había fallado… Le había fallado otra vez a su ser más querida al no atreverse a hacer el amor con Yuuna de forma física… ¿Qué era lo que estaba mal con ella misma?
– No importa, Nanami. Yo siempre esperaré hasta que te notes cómoda y segura.
Yuuna apoyó con suavidad su frente con la de su contraparte y acto seguido le besó con ligereza la punta de la nariz a su novia.
– A veces noto que no te merezco, Onee-Sama… Algo anda mal conmigo… Yo quiero pero…
– ¡No digas eso, Nanami! Nunca te voy a forzar a nada. Te daré todo el tiempo que necesites.
A estas alturas Nanami no sabía si agradecerle a Yuuna o no que fuera tan paciente con ella porque se conocieron apenas cumplieron los 15, se enamoraron poco después y a los 16 fue la primera vez que Yuuna le pidió a Nanami en la víspera de año nuevo que hicieran el amor… Ahí empezó una tortura sensual que duraba ya casi un año porque por alguna razón Nanami le tenía miedo acto sexual en sí mismo… Pero si en efecto era así debía ser algo general y no debería pasarle en particular con Yuuna ya que para Nanami era literalmente el amor de su vida aunque eso sonará recontra cliché. Si ni con Yuuna se atrevía algo bastante malo le pasaba en la psiquis…
Al rato se terminaron durmiendo abrazadas en la cama pero sin, como siempre, haber hecho previo el amor físicamente.
Unas horas de sueño después…
Nanami se "despertó" antes que Yuuna pero no la vio acostada a su lado. Cuando se vistió y quiso abrir la puerta esta estaba trabada.
– ¿Eh? ¿De verdad… estoy encerrada…?
Nanami lo intentó varias veces más pero la puerta estaba fírmeme cerrada o trabada y no recordaba que Yuuna tuviera llaves para su propia pieza. Podría salir por la ventana pero eso no quedaría muy elegante… Y mientras pensaba en esa posibilidad vio que justamente de la ventana (que estaba entreabierta) se aparecían otras dos chicas pero eran de un tamaño ridículamente pequeño…
– ¿¡Pero qué…!? ¿¡Qué son ustedes…!?
Nanami, evidentemente asustada, se puso de espaldas contra la puerta y estaba por empezar a gritar del miedo…
– Te dije que debíamos seguir esperando, Mai…
La reprendió Reo levitando sobre la cornisa de la ventana.
– No lo creo. Lo mejor es actuar más temprano que tarde llegadas a este punto.
Nanami estaba petrificada por el miedo ante lo incomprensible de la situación y cuando ese par de chicas que vestían como unas típicas brujas de negro (con sombrero en punta inclinada incluido) se le acercaban levitando largó unos grititos.
– Ey, cálmate, ni que te fuéramos a devorar.
Le mencionó Reo estando a como dos metros frente a Nanami.
– Lamento que te asustemos tanto… pero créeme que si te dejáramos ver nuestra auténtica forma te daríamos una impresión más negativa aún… Ahora tenemos piel de humanas para "mezclarnos" con los habitantes de este mundo…
– Creo que le estás contando todo empezando por la mitad y no por el principio, Mai…
– Sí, pero bueno… Soy Mai y ella es mi novia Reo. Somos seres de otro mundo que nos alimentamos en parte de las emociones ajenas. En todo el cosmos sólo existen escasos mundos en los que surgió y se mantiene la vida hasta le fecha según hasta donde sabemos. Y en el tuyo, Terra, es donde más energía de emociones hallamos hasta el momento. Nuestra intención es formar una simbiosis con los humanos para asistirlos a dar lo mejor de sí mismos y a cambio obtener buena parte de su energía de emociones. Ya, ya, tranquilízate, lejos de querer hacerte alguna especie de daño vinimos junto a vos porque al menos en nuestras patrullas por este mundo nunca habíamos notado tanta energía de emociones juntas en una sola humana… Ahora mismo estás en medio de un sueño inducido por nosotras… Quieres demostrarle afecto a tu pareja por medio de relaciones sexuales físicas, ¿verdad? Bueno, nosotras podemos romper la última barrera que te impide amar más y dejarte amar más. Pero para eso tienes que demostrar que sos merecedora de ver cumplido tu deseo. Para ello simplemente derrota a tu sombra que representa el miedo a dejar ser amada en tu caso y con ello verás que por fin obtienes lo que tanto anhelas.
Nanami de a poco se iba tranquilizando a medida que escuchaba a Mai mientras que Reo, aunque tenía expresión de pocas amigas, le hacía leves reverencias a medida que su novia le explicaba a la humana.
– Dudas de lo que te contamos, ¿verdad? Bueno, eso es normal. Vamos, no disimules tu reacción que a muchos otros humanos les pasa lo mismo. Pero entonces, dinos, ¿quieres superar tu miedo y entregarte con lo mejor que tienes a tu amada?
– Sí, pero…
Nanami no pudo terminar lo que estaba empezando a decir porque la puerta detrás de ella se destrabó y se abrió con lentitud.
– Hasta donde sabemos perteneces al club de kendo, ¿verdad? Bueno, derrota en un combate honorable a tu sombra… y si lo logras… Bueno, eso ya te lo dijimos, ¿te acuerdas?
Nanami dio un vistazo más allá de la puerta ya abierta del todo notando que no estaba en verdad en la casa de su novia sino en un espacio bastante extraño que se extendía hasta el horizonte… Había casi de todo lo que había en su ciudad pero estaba todo distribuido erráticamente como si se tratara de un cuadro surrealista que recordó haber visto alguna vez en un museo… pues había edificios que flotaban en el aire en cualquier posición y ríos que los recorrían sin emitir ruidos algunos… Había siluetas de humanos y de bestias urbanas que parecían estatuas de lo inmóviles que se encontraban…
– Vamos, da unos pasos más y alcanzarás a ver a tu sombra. Sé valiente.
La apuró Mai. Nanami tragó grueso y apenas traspasó el umbral de la puertezuela está se cerró con un estruendo. Con los nervios y confusión que tenía Nanami el portazo la asustó… pero pasado ese susto inicial alcanzó a distinguir como a media cuadra de la vereda en la que estaba a dos figuras humanas femeninas.
– Todo esto es un sueño que me parece demasiado real para serlo…
Murmuró la chica pero se acercó un poco más a las dos figuras y como si todo lo que ya había visto no fuera suficiente la sorprendió ver que se trataba de Yuuna con su vestimenta playera de una sola pieza de color blanco y que a su lado estaba una réplica de sí misma vestida de la misma manera. No parecía casual que estuvieran vestidas con las ropas que usaron anoche mientras caminaban por la playa privada de los Matsubara.
– ¿Yuuna? ¡Yuuna Onee-Sama!
– Ah, Nanami… te deseo tanto… Gracias por amarme… pero quiero que me des más regalos de tu amor…
Esto dijo la Yuuna del sueño con expresión triste y soltándose del brazo de la otra Nanami. De pronto aquella Yuuna apuntó al cielo con los dedos extendidos y apreció frente a ella una espada de madera la cual arrojó despacio a Nanami. Nanami ya sabía lo que significa este gesto… sobre todo cuando la otra Nanami invocó otra shinai y se ponía en pose básica de kendo.
– Pero… esa ropa no es indicada para pelear con espadas…
En un rápido movimiento la otra Nanami casi le impactaba la punta del shinai en la frente a la Nanami original que apenas pudo desviar el ataque justo a tiempo… Nanami se alejó lo que pudo y contraatacó a su sombra con un movimiento lateral… que fue bloqueado por la shinai de su rival... Así empezó la contienda… Movimiento tras movimiento cada una lograba impactar a la otra o bloquearla o esquivarla… Todo iba más o menos en empate hasta que la sombra le impactó de frente en la panza a Nanami que la hizo doblarse para adelante y dejar caer así su shinai… Pero cuando la sombra iba a asestarle un impacto definitivo Nanami con suma rapidez le agarró la muñeca de la mano que sostenía la espada y luego también la otra muñeca cuando la sombra quiso golpearla con la misma… Definitivamente no era para nada elegante pelear así y rompía con un kendo tradicional y honorable pero Nanami bien sabía que estaba literalmente como atrapada en un sueño y aquí casi no valían los estándares del universo de la vigilia… Nanami apretó con todas sus fuerzas las muñecas de su rival obligándola a dejar caer su propia espada… y cuando ocurrió eso empleó sus últimas fuerzas en empujarla… y enseguida agarró la espada de su sombra que yacía con el trasero en el piso de concreto de la gran vereda… y Nanami apuntándole con la shinai robada…
– ¿Te… rindes…?
Le preguntó entre jadeos Nanami.
– Sí… en efecto… me ganaste… La victoria es tuya…
Respondió apenas con un hilo de voz la sombra de Nanami que se volvía de a poco transparente hasta desparecer del todo. Pero Nanami enseguida fue como ensartada por la espalda con la otra shinai pero casi lo único que notó fue un empujón…
– ¿¡Qué…!?
La vista rápidamente se le fue nublando a Nanami… hasta que… se despertó de aquel sueño tan extraño…
Al lado de Yuuna…
– ¿Nanami?
Yuuna estaba desnuda casi del todo excepto por una bombacha mal puesta y humedecida…
– ¿Onee-Sama…?
Nanami estaba encima con las extremidades a los lados del cuerpazo de su novia.
– ¿Qué pasó, Onee-Sama? ¿Estás bien o te duele algo…?
Nanami parpadeó perpleja sin saber bien qué más decir…
– ¿Eh? ¿No te acuerdas…? Sin mediar palabra cuando estaba yo a punto de dormirme vos, que parecías antes dormida, despertaste de pronto y empezaste a acariciarme y a besarme por todas las partes de mi cuerpo… Eso sí, estabas un poco rara porque tenías los párpados semi cerrados pero no pensé mucho en eso porque... todas aquellas bellas sensaciones que pasamos mientras por fin hacíamos el amor me hacían notar que tocaba el cielo… De verdad me sorprendiste… Para bien, digo… Je je je…
– ¿¡Eeeh…!? ¿¡De verdad hicimos el amor, Onee-Sama!?
Nanami no se lo podía creer y empezaba a estar más colorada de lo que ya estaba…
– Sí, así es… y fue maravilloso… Y se notaba que vos también lo disfrutabas, pillina… Je je je…
– ¡Onee-Sama…! ¡Ay, cuánto te quiero…!
Nanami largó estas palabras en un gritito y acto seguido cayó rendida al lado de su amada muy mareada y colorada a más no poder… Casi todo el resto del domingo Yuuna tuvo que cuidar a Nanami por la ligera fiebre que la agarró… pero eso lejos de molestarla le producía dicha porque estaba asistiendo a mejorarse a su ser más querida de toda la vida…
Ese mismo día pero más tarde en un lugar desconocido para los humanos…
– Vaya, vaya, vaya, le costó bastante pero lo logró… ¿Viste que muchos humanos sólo necesitan de un empujón para animarse a dar lo mejor de sí mismos en un determinado momento? Y lo mejor es que no recuerdan nada de estos sueños gracias a nuestra tecnología mágica de punta.
Mai estaba muy contenta por la humana Oda Nanami y por ellas mismas pues habían concentrado mucho poder de energía de emociones gracias a aquella humana.
– Mai, dime algo que no sepa. Pero bueno, creo por hoy nos merecemos un descanso, ¿no?
– Sí, Reo, ¿y qué te parece si nos duchamos juntas?
– No estaría nada mal… Me apunto, Mai.
Aquel fin de año…
Nanami y Yuuna se graduaron de Saint Michael tras haber hecho muy buenos recuerdos de escuela… y de su tiempo como pareja de enamoradas que eran… Y en efecto Nanami no recordaba que había tenido ese sueño inducido y casi nada recordaba del mismo pero ya había obtenido lo que quería por mérito propio aunque apenas se daba cuenta de ello… Además ya no le tenía miedo al sexo consentido con su pareja y aunque le pareció extraño perderlo de golpe no podía estar más contenta…
– Onee-Sama, ¿estaremos juntas de por vida?
Le preguntaba Nanami a su pareja sosteniendo su título de egresada de la secundaria alta mientras los pétalos de los cerezos caían con suavidad a su alrededor en frente del gran portón principal del campus escolar. Había muy poca gente cerca de ellas.
– Claro, Nanami, no lo dudes.
Nanami y Yuuna se besaron y abrazaron con suavidad sellando una promesa que en realidad no era necesaria decir o mencionar porque ambas se amaban desde lo más profundo de sus corazones.
FIN
Notas del Autor: Bueno, esto es lo mejor que pude lograr para un nuevo (¿y atípico?) fanfic de Sono Hana. Porque por lo menos para este fic quería hacer algo un poco más distinto de lo que se suele hacer para este fandom y por eso fue todo bastante Ooc además de ser un universo muy alterno… Pero bueh, peor es nada dicen por ahí xD. ¡Saludos, yuristas!
