¿Por qué?
Cap. 1
-Otra vez, Draco, otra vez –dijo Lucius, mirando a su hijo hastiado-. Ya me estoy hartando.
-No sé de que me hablas –Contestó Draco, volviendo la vista a su libro.
-No creas que no me doy cuenta… La defiendes ¡Maldita sea! ¡Mataste a uno de los nuestros! –Draco cerró los puños-. Y yo no soy el único que me doy cuenta… ¡El lord también lo hace! ¿Y adivina a quien le llamó la atención? ¡A mi! ¡Y no voy a permitir que por tus idioteces me castiguen!
-¿Y qué piensas hacer? –dijo Draco, con burla.
-Dejaras de defenderla o si no la matare… Y no se me hará muy complicado matarla, Draco, lo sabes.
-¿Y entonces por que no la habías matado ya? –preguntó Draco, mirando a su padre desafiante.
-No había sentido la necesidad –dijo Lucius simplemente-. Ya estas advertido, Draco. Me entero que la estuviste defendiendo una vez más y la mato… Y otra cosa –dijo mirando a su hijo, divertido-. Tendrás que violarla.
-¿Qué? ¿Violarla?
-Tendrás que violarla. Tener sexo con ella sin su consentimiento. Sólo es para verte sufrir un poco, Draco.
-¡No lo haré! Además, podré tener sexo con ella, y me pondrá muy poca resistencia. Lo sabes.
-Te pondrá mucha resistencia porque no sabrá que eres tú –dijo Lucius, maquiavélicamente-. Quiero que la veas llorar, sufrir mientras la tomas a la fuerza y tu sentirte miserable por que sabes que eres el culpable de ese sufrimiento. Y veras cada noche en tus sueños suplicándote que la dejes.
-No ganas absolutamente nada con esto, padre. Además no lo haré. No la violare, y la seguiré defendiendo y no permitiré que tu le hagas daño. Sé que no se te haría muy complicado matarla, pero a mi tampoco se me hará complicado impedírtelo. Así que tus amenazas y castigos los haces en vano, padre.
-Dejaras de defenderla y la tomaras a la fuerza o la matare. Tengo todo el apoyo del Lord para hacerlo, así que no podrás hacer nada, y si lo intentas siquiera, la matare a ella y te torturare a ti, ¿Qué te parece?
-Bien, dejare de defenderla. Pero no pienso tomarla a la fuerza.
-Lo haces o la mato.
-¿Qué ganas con eso? –preguntó Draco, apretando los dientes.
-Verte sufrir.
-OoO-
-Tienes un ángel guardián –dijo Luna Lovegood, recostándose de la barandilla de la que estaba recostada Ginny. Se encontraban en una pequeña mansión que había construido Dumblendore, en los que se encontraban todos los aurores y sus familias. Luna se había vuelto su mejor amiga desde que salieron de Hogwarts y se vieron envueltos en la guerra-. Y puedo apostar a que tiene cabello rubio y ojos grises.
-Si tiene esas características más bien podría ser un demonio –dijo Ginny con sorna.
-Hoy mató a uno de los suyos –dijo Luna- solo por defenderte. Creo que aun te ama.
Ginny bufó.
-Es difícil creerlo después de que me dijo muy claramente que sólo jugaba conmigo.
-Yo no creo que haya sido por eso que terminó contigo, Ginny. El es un mortifago y tu una estudiante de auror… Además, ¿crees que si no te amara se arriesgaría tanto para defenderte?
-¡No necesito que me defienda!
-Ese mortifago te hubiese matado si Malfoy no hubiera intervenido.
-¿Por qué lo defiendes, Luna?
-No lo defiendo, sólo digo lo que pienso.
Ginny miró a Luna un momento y se fue a su habitación. Al llegar se tumbó en la cama y cerró los ojos.
Desde que Draco Malfoy había aparecido en su vida, ocupando un lugar –demasiado grande para su gusto– en su corazón, su vida se había vuelto un caos. Lo que había comenzado como una simple rivalidad colegial había terminado en una historia de amor imposible que se había prolongado hasta hace algunos meses, cuando el rubio había decidido culminar la historia con la excusa de que nunca la había amado.
Aun recordaba esa noche como si la estuviese viviendo.
Flash Back
Ginny caminaba sigilosamente por el bosque en el que siempre se citaba con Draco, hasta llegar a un claro donde el rubio estaba sentado mirando a la nada. Se acerco a él dispuesta a sentarse en sus piernas, pero Draco se paró, taladrándola con la mirada.
-¿Qué pasa? –preguntó Ginny, mirándolo extrañada.
-Pasa que me harte de estos estúpidos juegos –dijo Draco, con voz helada-. Fue muy divertido mientras duró, Weasley, pero uno siempre se termina hartando de las cosas, por mas buenas que sean.
-¿Qué estas diciendo? –Preguntó Ginny, con el entrecejo fruncido.
-Que esta va a ser la última vez que nos encontremos, Weasley ¿Es tan difícil de entender?
-Pero… ¿Por qué? ¿Es tu padre, acaso? ¿Estas terminando conmigo por que él te lo ordenó?
-No, Weasley, no. No es mi padre; soy yo. No te amo, nunca lo hice, y ya me harte de ti. Solo fuiste un juego, una aventura… -Pero no pudo decir mucho más, al sentir el pequeño pero fuerte puño de la menor de los Weasley en su cara, para luego ser arrojado por lo menos cinco metros.
Ginny se fue completamente indignada del bosque, comenzando a llorar por el camino. ¿Cómo pudo esa lacra engañarla así?
Se pasó llorando gran parte de la noche, hasta que el sueño la venció. Al despertar se notaba claramente que había llorado mucho, y se sintió terriblemente patética.
-No vale la pena llorar por un hombre que sólo jugó conmigo –se dijo Ginny, prometiéndose que jamás volvería a derramar ni una lagrima por él.
Fin de Flash Back
-No te amo, nunca lo hice.
Pero si eso era cierto ¿Por qué la protegía? Cada vez que iba a la batalla, salía totalmente ilesa y todo gracias a él. No lo entendía… y no estaba muy segura de querer entenderlo.
-oOo-
No podía hacerlo. Sencillamente no se sentía capaz de hacerlo. Pero tenia que hacerlo. Por la seguridad de Ginny y por la suya propia.
-Draco –Lucius Malfoy había entrado en la habitación. Draco no se molestó en desviar su mirada de la ventana-. He mandado a que vigilaran a la Weasley.
-¿Para qué? –Preguntó Draco, mirando a Lucius.
-Sólo quiero facilitarte las cosas, Draco. Deberías agradecerme –dijo Lucius en tono sarcástico.
-No seas cínico –dijo Draco con furia. Las ganas que tenia de mandarle un Avada Kedavra al que decía llamarse su padre, no eran pocas, pero debía controlarse…
Lucius sonrió.
-No sé porque estas molesto. La Weasley no esta nada mal, a mi no me importaría tener sexo con ella… Con o sin su consentimiento.
-No sabes las ganas que tengo de matarte en este momento y tus comentarios sólo lo empeoran –dijo Draco, sujetando la varita fuertemente-, así que haz el gran favor de callarte de una buena vez.
- Simple y llanamente digo la verdad –sonrió Lucius.
-Cállate y lárgate si no quieres salir mal herido –Amenazó Draco, apuntándolo con la varita.
-No hay necesidad de ponerse agresivos, Draco –dijo Lucius, divertido-. Dentro de aproximadamente una semana podrás cumplir tu castigo. Te mandare el informe para que sepas lo que hace tu noviecita –y salió, dando un portazo.
-oOo-
-Hola, Harry –saludó Ginny, sentándose al lado del moreno, que estaba recostado de un árbol.
-Hola, Ginny –saludó Harry-. ¿Estas bien? –preguntó, al ver la cara de la pelirroja.
-Lo más bien que puede estar una persona en un mundo donde hay guerras estúpidas y sin sentido y el lado dizque bueno esta perdiendo, y que además no sabe si la persona que ama la ama.
-Mmm… Deduzco que no estas muy bien –dijo Harry, mirando a la nada. Desde que Sirius murió, Harry se había cerrado totalmente. Prácticamente no hablaba con nadie a menos que fuera necesario… Con la única que hablaba –y no mucho– era con ella.
-A veces me pregunto si vale la pena luchar por esto.
-Siempre vale la pena luchar por sus ideales –dijo Harry, mirándola.
Ginny sintió un escalofrío. El mismo que sentía cada vez que él la miraba de esa forma, como si la estuviese estudiando, leyéndole sus más profundos sentimientos.
-¿Y como saber cuales son tus verdaderos ideales?
-Simplemente lo sabes –dijo Harry con voz profunda-. Aunque uno se puede confundir cuando piensa que esta mal lo que esta haciendo alguien, y sin embargo estas de acuerdo con él.
-¿Qué quieres decir? –Preguntó Ginny, sin comprender completamente lo dicho por el moreno.
-Nada –sonrió Harry-. Será mejor que nos vayamos, esta oscureciendo –dijo, levantándose.
Ginny lo imitó y empezaron a caminar.
Desde hace unos días, la pelirroja no podía dar un paso sin sentir como si alguien la estuviera siguiendo. Lo mismo que sentía en aquel momento.
-Alguien nos sigue –advirtió Ginny, deteniéndose.
-Yo no veo a nadie –dijo Harry, deteniéndose el también y mirándola extrañado.
-Alguien me sigue –insistió Ginny-. Cada vez que voy a algún sitio me siento observada.
-Sólo son imaginaciones tuyas, Ginny –reclamó Harry, siguiendo su camino.
Pero Ginny no se sintió tranquila hasta que llego a su habitación. Era el único lugar donde no sentía que era observada.
-oOo-
Draco estaba, como siempre, en su habitación. No salía de allí a menos que fuera estrictamente necesario. Cada paso dado en aquella apocalíptica mansión era como si fuese un paso a la muerte. Nunca se sabía lo que podía pasar, todo ocurría de repente. Nadie estaba seguro en aquel lugar, y eso era algo que se sentía en el ambiente. Pero la sensación de inseguridad desaparecía cuando se entraba a una de las habitaciones; aunque solo se perdía la sensación, porque ningún lugar era seguro… En ningún sitio.
Estaba revisando el informe que le había pasado su padre sobre los movimientos de Ginny. La pelirroja pasaba mucho tiempo sola en el bosque donde solían encontrarse. Eso, lamentablemente, le ponía las cosas más fáciles al rubio. Todos los días sin excepción, se internaba en el espeso bosque; y para empeorar las cosas, lo hacia de noche. Podía cumplir su cometido cualquier día que se lo propusiera, y Lucius, obviamente, quería que fuera lo más pronto posible; y para asegurarse, le dijo que tenia que hacerlo en aquella semana si o si. Y esa semana se le había acortado terriblemente cuando El Lord oscuro decidió que había demasiados mortifagos mediocres y les había impuesto horarios de entrenamiento excesivos, comenzando el miércoles y sin dejarle ningún día libre hasta un día antes de la próxima batalla que la habían planeado dentro de dos semanas. En conclusión, tendría que violar a Ginny al día siguiente, pues ese día no se sentía capaz de hacerlo. Aunque en realidad no se sentía capaz de hacerlo ningún día.
No entendía como se había enamorado tan estúpidamente de ella. Recordaba que la había acusado darle un filtro amoroso…
Flash Back
-¡Tu! –Exclamó Draco, poniéndose frente a frente a la pelirroja-. ¿Quién te crees? ¿Creíste que no me iba a dar cuenta?
-¿Estas loco? –Preguntó Ginny con el entrecejo fruncido.
-¡La que estas loca eres tu! ¿Cómo te atreves a darme un filtro amoroso?
Ginny se quedó mirándolo un poco sorprendida, para luego soltar una sonora carcajada.
-¿Qué yo… te di… un filtro amoroso… a ti? –dijo Ginny intentando en vano controlar la risa.
-No intentes negarlo, Ginny…
-Discúlpame, pero si tu te enamoraste de mi no es culpa mía –dijo Ginny, parando de reír un momento-. Pero no te culpo ¿Quién no se enamoraría de mí? Digo… Estoy hablando de… ¡mi!
Draco le mando una mirada asesina ¿Cómo podía ser tan vanidosa? ¿Cómo podía decir que no le había dado un filtro amoroso? No había otra forma de que él, Draco Malfoy, se enamorara de ella. ¿Quién podría enamorarse de alguien tan petulante, vanidosa, linda, graciosa, inteligente…? ¡No! Ya estaba volviendo a pensar estupideces…
-Además, si te hubiese dado un filtro amoroso, estarías demasiado ocupado besándome los pies para pensar que estas bajo los efectos de un filtro amoroso –Dijo Ginny.
A Draco se le cayó el alma a los pies. La –insertar insulto– pelirroja tenia razón. ¿Lo peor? La pelirroja ya sabía lo que sentía por ella.
-¿Qué pasa, rubito? –Preguntó Ginny, acercándose a él peligrosamente-. ¿Te molesta haberme confesado tus sentimientos por mí? –Preguntó, halándole la corbata y acercando su rostro al de ella-. Es malo guardarse los sentimientos para uno… es mejor desahogarse… y en este caso confesarlo, nunca sabes lo que pueda pasar –dijo la pelirroja lentamente. El rubio sentía su aliento acariciándole el rostro. No tuvo que esforzarse mucho para que sus labios se rozaran, causándole un placentero escalofrió. Con el simple roce de labios, el rubio se sentía en el cielo, ni que decir cuando la chica acarició lentamente sus finos labios con su suave lengua, pidiendo permiso para entrar y explorar su boca, permiso que rápidamente fue concedido.
Sus lenguas se rozaron dando una descarga eléctrica, que le recorrió todo el cuerpo. El rubio puso sus manos en la cadera de Ginny, acercándola más a él, si es que era posible, mientras ella le acariciaba el pecho a través de la camisa de seda.
Lentamente (y por mas falta de aire que de otra cosa) se separaron.
-Nunca se sabe si tus sentimientos son correspondidos –dijo Ginny, sonriendo agitadamente, atacando los labios del rubio nuevamente.
Fin Flash Back
Sonrió ante el recuerdo. Había pasado tantos buenos momentos junto a la pelirroja… y todo se había ido a la mierda por sus diferencias de ideales, además de la rivalidad de sus familiares.
-¡Maldición! –Gritó, propinándole un fuerte puñetazo a la pared de madera, a la cual le quedo un hoyo, y en consiguiente se le clavaron algunas astillas en los dedos, a las cuales resto importancia.
Se sentía tan impotente en aquel momento. No podía ayudar a la mujer que amaba, y para colmo tenia que violarla, causarle un daño frustrante, y si no lo hacia la mataban a ella y a él lo torturarían hasta el cansancio, procurando no matarlo para que sufriera pensando que era el culpable de la muerte de Ginny.
¿Por qué? ¿Por qué la vida era tan cruel con él? ¿Por qué se tuvo que enamorar de ella para luego tener que dejarla bajo amenaza de su padre?
-¡¡¿Por qué te tuve que conocer, Ginevra Weasley!
-oOo-
El bando "bueno" defendía a los muggles y a los denominados vulgarmente sangre sucia.
El bando "malo" no quería saber nada de los muggles ni de ningún mago/bruja hijo/a de estos.
¿Por qué apoyar al bando "bueno"? Su familia lo apoyaba.
¿Por qué no apoyar al bando "bueno"? ¿Qué le importaba a ella esos muggles que ni siquiera sabían de su existencia, y que si la supieran, seguramente se asustarían y los rechazarían?
¿Por qué apoyar al bando "malo"? Exterminaba a todos los muggles, los que, para ser sincera, no le simpatizaban mucho. Siempre con sus perjuicios… Seres inferiores que no dudarían en acabar con todos los magos, solo por el miedo de siquiera pensar que hay seres superiores. Los únicos que tal vez apoyarían a los magos, y aun así con cierto titubeo, serian los familiares de algún sangre sucia…
Los sangres sucias eran otro tema. Ya no sabía bien que pensar de ellos. Podrían aparecer simpáticos defensores de la magia como inmundos que rechazaban sus poderes.
¿Por qué no apoyar al bando "malo"? ¡Mataban por placer!...
¿Algo más? No. ¿Era eso lo suficiente malo como para querer acabar con ellos?
Ginny cerró los ojos. Estaba hecha un revoltijo. Matar por placer era demasiado sádico, demasiado malo.
-Aunque uno se puede confundir cuando piensa que esta mal lo que esta haciendo alguien, y sin embargo estas de acuerdo con él.
No había entendido muy bien aquellas palabras dichas por Harry, pero ahora comenzaba a ver su significado. ¿Sabría Harry acaso su inclinación hacia el lado oscuro? Y si lo sabia ¿Por qué…?
-¡Ah! –Ginny sintió como sus manos eran fuertemente agarradas en su espalda, y era alzada de la hierba en la que estaba sentada.
Notas de la Autora ¡temáis! ¡He vuelto! Jejejeje Este fic me salio de la nada, y he creo que es bastante diferente a todo lo que he hecho. Obviamente es un DracoGinny, ¿se esperaban otra cosa:p
Espero que les guste este nuevo proyecto. Y no se asusten, no tardare en actualizar más de una o dos semanas, ¡prometido!
Quiero agradecer a las personas que intentaron ayudarme con el titulo de esta historia: Valery, Euge y Franco ¡muchas gracias!
A las que me ayudaron con el summary: Conny y Laura.
Y una dedicatoria especial a: EugeBlack, ¡te quiero, cari!
Espero que me dejen sus opiniones. ¡Cuídense muchísimo!
