Bien, aquí está el tercer cap. de mi fic... sé que me demore un poco, pero igual, no tengo internet... bueno, los dejo para que lean lo que ha creado mi malvada mente...
Promesas rotas del Ayer
Habían pasado dos semanas desde que comenzaron las clases, Miroku se había marchado, dejando a Sango triste. La muchacha no entendía porque tenía que separarse de él tan repentinamente. Tanto le había costado llegar a establecer una relación con él, y ahora se separaban así. ¿Por qué tenía que suceder justo ahora? Pero confiaba en Miroku, ya no era como antes, ahora si le creía, no había motivos para dudar. Por otro lado, Miroku la extrañaba demasiado, sabía que ésta separación podía entristecerlos mucho...
"Querido Miroku:
Ya van dos semanas sin ti, y siento que no puedo esperar más. La costumbre de tu presencia junto a mí, me hace recordarte todos los días. Pero darme cuenta que estás lejos, me entristece. Nunca pensé que llegaría a decirle esto a alguien, pero quiero que regreses pronto.
Aquí las cosas no han cambiado mucho: InuYasha sigue siendo el molestoso de la clase, aunque el primer día de clases lo castigaron por faltarle el respeto a un profesor. Estaba muy enfadado.
Por otra parte, estoy pensando en tomar psicología, es una carrera interesante¿no crees?
Mi madre me dice que estoy diferente, según ella estoy enferma, como menos y esas cosas, pero yo me siento de lo mejor, sólo triste por lo de tu partida. Mi hermano insiste en que tengo cara de zombie, y papá dice que son ojeras. ¡Vieras como se ríen! Kikyou dice que es porque tú no estás, seguro es lo más probable.
Nos vemos pronto, en cuanto pueda, iré a visitarte.
Con amor y cariño,
Sango"
Guardó la carta en un sobre, y escribió la dirección. "Como me gustaría verte" pensó Sango, mirando la dirección. Dejó la carta en el escritorio y se puso el pijama, se metió a la cama e intentó dormir. Últimamente no podía conciliar el sueño, siempre recibía un beso de buenas noches de parte de Miroku, y ahora le faltaba. Se quedó dormida, entre recuerdos, susurrando la voz de su amado. Al día siguiente, envió la carta por correo, esperando recibir respuesta pronto.
-Mañana nos vemos- se despidió Miroku, cerrando la puerta de su departamenteo. Miró alrededor, buscando con la mirada algo que lo ayudará a soportar esa separación tan brusca. Dejó las llaves en la mesa y colgó su chaqueta en el perchero; miró la correspondencia, esperando tener algo de ella:
-Cuentas, cuentas, carta de mis padres, cuentas, renovación de pagos...- Murmuró, mientras revisaba el correo.- ¡Por fin!- tomó un sobre y lo abrió rápidamente, leyó las palabras y se dirigió a su cuarto a escribir la contestación. "Sería mucho mejor si tuviera internet" pensó, mirando su notebook. Su cone´xión había fallado el mismo día de su regreso, y aún no lo podía reparar. Sacó sus cosas de la mochila, buscando lápiz y una hoja; se sentó en el escritorio y comenzó:
"Queridísima Sango:
Espero que estés bien. Yo lo estoy, sólo que te extraño demasiado. Laconexión sigue mala, no sé porque no han podido repararla. En fin, aquí estoy yo, sin poder hacer nada. La Universidad está más pesada que antes: ahora mismo acabo de llegar de la biblioteca. Creí que actuación no sería tan difícil, pero te exigen bastantes cosas: canto, danza, voz, personalidad y actuación. Tú sabes que yo no canto muy bien, y casi repruebo en el exámen de la semana pasada. Tambien estamos investigando historia del teatro y del canto, obras dramáticas y autores. Es interesante, pero cansa, está todo junto.
Supongo que tú también estás con muchas cosas. ¿Tienes muchos trabajos? Te comprendería, yo estoy lleno de investigaciones y lecturas: tengo que aprenderme 'Western', deShakespeare; Bodas de Sangre, de Federico García Lorca y otros. Además, tengo que dramatizar una escena romántica con una compañera, Elizabeth ZethVannHoussen. Es muy simpática, sabe trabajar muy bien, no tengo quejas.
Ay, Sango, las cosas aquí no son nada fáciles para mí, y menos sin ti. Cada día me siento más solo.
Con respecto a lo de estudiar psicología, creo que está muy bien, tu eres muy inteligente, te iría perfecto. Sólo espero que vengas a estudiar acá, y así podamos estar juntos.
De verdad te extraño mucho, pero sólo te pido que te cuides mucho, come bien y no te despreocupes de ti.
Te extraña y ama,
Miroku"
Leyó la carta y decidió que así estaba bien. La guardó en un sobre, escribió la dirección y la dejó a un lado; luego, tomó la carta de Sango y la besó, mirando el retrato de la muchacha. De repente, se fijó en la hora.
-¡Maldición, Elizabeth está por llegar!- exclamó poniéndose de pie. Tocaron a la puerta.- Debe ser ella.
El muchacho abrió la puerta: una muchacha delgada, de ojos verdes y cabellos claros esperaba afuera.
-Hola Miroku- saludó la muchacha, besándolo en la mejilla.
-¡Elizabeth¿Cómo estás?- Él la hizo pasar.
-Bien¿y tú?- Contestó Elizabeth, observando el desorden del apartamento.
-Bien, no te preocupes...- Miroku fue hasta la cocina.- ¿Quieres algo, mientras me esperas? Para ordenar un poco aquí.
-Sí, por favor, tráeme algo para beber... Se ve que has estado muy ocupado.
-Un poco... Extraño casa, tan sólo es eso. No me dan ganas de ordenar.
-Ya veo. ¿Y tu novia, cómo ha estado?
-Bien. Bueno, eso espero. Creo que ha dejado de comer...
-No debería hacer eso...- comentó la muchacha.- Tiene que cuidarse para cuando regreses... Tiene mucha suerte.
-Gracias- Miroku llegó con cosas para picar: papas fritas, aceitunas, refrescos y otras cosas-. Pero la entiendo, yo tampoco me he sentido muy bien.
-¡No te desanimes! Tienes que poner mucho entusiasmo.
-Sí, supongo que sí. ¿Empezamos?
Elizabeth sonrió. Recién se venía a dar cuenta que le atraía el muchacho
-"Oui maseur"- murmuró ella. Aunque tenía raíces alemanas, sabía muchos idiomas.
Miroku sonrió y comenzaron a ensayar, con fingidas palabrasde cariño,besos con aparente pasión y falsos juegos de caricias. Aunque llevaban todas las semanas ensayando lo mismo, él estaba como ausente, lo que molestaba a Elikzabeth. El desconcentrarse, Miroku tropezó y cayó sobre Elizabeth, en el suelo. Quedaron muy cerca; Miroku miró fijamente a los ojos a Elizabeth, y ella se sonrojó, mirando también los de Miroku. Aunque muchas veces habían actuado así de cerca, nunca se habían sentido de esa manera. Ellalevanto lentamentesus manos al rostro de Miroku, acercándolo para besarlo. Miroku quedó perplejo con la actitud de su amiga: los besosreales eran muy distintos a los actuados.Él comenzó a sentir la calidez de ese cuerpo, de esa muchacha que había llegado justo cuando el se sentía más solo, extrañando caricias y viviendo sólo de recuerdos. Olvidando todo por un momento, se dejó llevar porElizabeth, recorriendo su cuerpo. Engaño a Sango, y ni siquiera pensó en ella. O sí, tal vez, sí...
Sonó el reloj despertador, ella se frotó los ojos y lo apagó. Había tenido un mal sueño, donde ¿Miroku la dejaba? No, no podía ser, él ya no era como antes. Se quitó el pijama y se colocó una blusa china negra con un dragón blanco en el lado izquierdo, junto con unos jeans blancos y apretados. Se cepilló el cabello y salió con Kikyou. Kikyou estaba estudiando publicidad, y le iba bastante bien.
-Kikyou- murmuró Sango-, anoche tuve un muy mal sueño--- y me ha despertado muchas dudas.
-¿Qué soñaste?- Preguntó Kikyou, mientras se estacionaba en el centro comercial.
-Soñé que Miroku me dejaba.
Kikyou la miró sorprendida.
-¿Qué crees que signifique?
-No sé, pero Miroku no sería capaz de hacerme eso¿verdad?
Kikyou dudó. Antes, Miroku hubiese sido capaz de hacer cualquier cosa, pero con Sango había cambiado, y ella no estaba segura de como actuaría Miroku lejos de casa.
-No te preocupes, Sango. Él no sería capaz de hacerte daño.
Sango sonrió: le atormentaba la idea de que Miroku la dejara.
Cuando volvió a casa, eran las 11:13 a.m. "Llamaré a Miroku, ya debe estar despierto" pensó la muchacha, marcando un número.
-¿Aló?
-¿Aló¡Mroku¿Cómo estás?
-Ah... ¡Sango¡Qué sorpresa! Lo siento, me despertaste...
-Lo lamento, pensé que ya estabas en pie...
-No, no te preocupes. ¿Cómo has estado?
-Bien, supongo, aquí, extrañándote...
-Yo también te extraño a tí...
-¿Cómo estás tú?
-Normal, ya sabes... oye, gracias por despertarme.
-De nada.
-¿Sabes? Tengo que salir, lamento no poder hablar más contigo.
-Ah... está bien, no importa. Otro día hablamos¿sí?
-Sí, adiós Saguito...
-Adios, Miroku...
La señal se cortó. Sango miró el teléfono, triste. La voz de Miroku sonaba extraña, distante, como si no estuviera dirigida a ella."No te preocupes, Sango. Él no podría hacerte daño" le había dicho Kikyou. ¿Sería cierto? "No te atormentes, no es nada, seguramente sólo está cansado y tenía muchas cosas que hacer" se dijo a sí misma la muchacha.
Miroku dormía junto a Elizabeth, cubiertos sólo por la sábana, ambos desnudos. Sonó el teléfono, él se frotó los ojos y contestó. ¡Era Sango! El día anterior hubiese hablado horas con ella, pero después de lo que había hecho esa noche¿cómo podría decirle "te amo"? Aunque lo sentía, no era capaz de mentir de esa manera, menos a ella. Terminó rápido la conversación, argumentando que tenía cosas que hacer. ¿Qué cosas? Nada, todo, no sabía bien.
-¿Quién era?-Preguntó Elizabeth, abrazando a Miroku.
-Elizabeth, ahora no. Nunca más. Era Sango- dijo el ojiazul, alejando a la chica, pensativo.
-¿Por qué "nunca más"¿Acaso no te gustó¡Termina de una vez con Sango, ella no puede darte lo que necesitas! Tú necesitas a alguien que esté contigo, presente!ella está ausente!
-¡Tú no entiendes! Yo la amo, ella es la única que ha sabido entenderme, me ha sabido esperar hasta que yo cambiara, que me ha mostrado el verdadero amor. ¡No pienso hacerle esto!
-Pero ya lo hiciste. ¿Cómo vas a remediarlo?- Cuestionó la jóven, mientras se vestía.
Él sabía que Elizabeth tenía razón¿cómo explicarle a Sango lo que había hecho¿Cómo pedirle perdín si le había prometido no volver a hacerlo? Su mente era un revoltijo de recuerdos entre promesas y engaños; y, también, ideas de cómo salir del problema, sin mentirle a Sango.
"Flash Back
Lovía fuertemente, el viento azotaba los cristales de las ventanas, el ambiente era helado.
-Pobre de ti que la engañes- dijo InuYasha, amenazante.
-No sería capaz...- Respondió Miroku.
-Si lo haces, te mato- agregó InuYasha.
-Lo sé, pero no es necesario que me amenaces.
-Nunca está de más. Eso es todo, sólo espero que te vaya bien, cuídate.
-Gracias, tú igual- Miroku leapretó la mano, despidiéndose, y volvió a la sala, donde le esperaba Sango.
-¿Que quería?- Preguntó ella.
-Nada, sólo despedirse- respondió e´l.
-Es cierto, mañana temprano tevas...
-Vendre a visitarte, lo prometo.
-Lo sé, eso no me preocupa. Sólo te pediré una cosa.
-Hago lo que sea por ti.
-Prométeme... que... no... me... engañarás...
-Prometo... que... no... te... engañaré...- repitióél, junto a ella.
-Confío en ti, Miroku.
-Sango, te amo, no soy capaz de hacerte daño. Me mato antes.
La muchacha sonrió, confiando ciegamente en su chico.
Fin del Flash Back."
-"Me mato antes"- murmuró Miroku, mientras caminaba al terminal-. ¿Cómo que no estoy muerto?- Se subió al bus camino a casa. Tenía que explicarle a Sango todo lo que había sucedido. Pensando todo el camino, llegó a la conclusión de que era mucho mejor decirle la verdad, no ocultarle nada, contarle todo. Llegó a las ocho de la noche, corría viento y hacía frío. Se dirigió a la casa de Sango, decidido a todo. Tocó el timbre y Kohaku abrió:
-¡Hey¿Qué haces tú aquí?- Preguntó el pequeño.
-Vine a ver a tu hermana¿está?- respondió, un poco nervioso, Miroku.
-Se está bañando, creo. Pasa. ¡Sango!
-¿Qué!- Contestó la muchacha desde arriba.
-¿Vino tu novio!
-¡Ya escuché¡Dile que suba!
Miroku sonrió y subió. Ella era alguien segura de sí misma, pero cada vez que él estaba presente, dudaba.
-Permiso...- Miroku entró, lentamente, y miró alrededor: el cuarto estaba limpio y ordenado, lleno de cosas y recuerdos. Sango salió del baño con el cabello húmedo y vestida, sonriendo.
-¿Qué sucede, Miroku?
El joven la observó cuidadosamente. ¿Cómo había sido capaz de engañarla? Y ahora¿cómo se lo diría? Era algo tan fácil de decir, un simple 2lo lamento, te engañé", pero tan difícil, pues era esa simple frase la que acabaría con sus sueños para siempre. Pero tenía que hacerlo, nada más eso sabía. Y que después de romper esa promesa, estaba acabado: si no lo mataba Sango, lo haría InuYasha.
Ella se acercó al muchacho, lo abrazó tiernamente y lo besó en los labios.
-Sango, no...- murmuró Miroku, apartándola un poco.- Tengo que decirte algo muy grave...
La chica se sentó en la cama y lo observó, preocupada, con miedo. Él cerró los ojos y comenzó:
-Mira, yo sé que confiaste en mí más que nada, pero... hice algo terrible, Sango, algo de lo que me arrepiento profundamente. Ella era tan distinta y, a la vez, tan familiar. Lo que te hice no tiene perdón, pero...
-¡Ya basta de rodeos¿Qué hiciste?- Preguntó la muchacha. Sabía que lo que vendría no era bueno. Miroku suspiró y continuó:
-Sango, yo te engañe.
Bueno, eso fue todo... Les adelanto que después se pone muchísimo mejor... ¡Uy, tengo tanto escrito a mano! Como no tengo internet, empecé a escribir a mano... bueno, tengo como tres cap. más, está muy avanzado... voy a intentar subirlos rápido, pero creo que no será hasta como en un mes que lo tenga... bueno, eso es todo, espero que les guste, eso es todo
