Si se lo preguntaban, realmente estaba muy arrepentida de haber ido a la fiesta. De saber lo que sucedería se hubiera quedado en casa viendo Netflix mientras se lamenta de varias cosas.
En cambio, ahora, esta dentro de un clóset, a oscuras, con el chico que le gusta, y el ruido de la fiesta al fondo. Pero que viernes más interesante.
Sus dedos jugaban entre sí, los torció de formas poco común, una muestra de nerviosismo. La peligrosa cercanía del pelinegro debido al reducido espacio la tenía con los nervios de punta. Ambos sentados dentro de un clóset, abrazando sus piernas.
Las luces en la habitación se encuentran apagadas, la única que luz que había era la de la calle que entraba por la ventana traspasando las cortinas. Aún así, ambos podían distinguir la silueta del compañero al lado. Se encontraban sentados dentro del clóset uno al lado del otro, completamente quietos como una piedra en un silencio incómodo.
— Voy a matar a esos tortolitos en cuanto pueda salir de aquí. — decidió romper el silencio la de ojos morados.
Giyuuen en cambio siguió en silencio, era lo que mejor podía hacer.
— ¿En cuanto tiempo crees que nos dejen aquí encerrados?
Giyuu solo alzó los hombros sin importancia alguna. Shinobu no lo vio, pero su silencio le decía mucho. Era como estar hablando con la pared.
— Estoy segura que estamos en la habitación de Genya. — aseguró — reconocería esos Pikachu en cualquier lado. — mencionó en cuanto le cayeron un par de calcetines com dichas figuritas.
Giyuu siguió si contestarle, ella no lo sabía, pero de los dos, era el que más nervioso se encontraba.
Shinobu recordó lo conveniente de la situación, el hermano de Shinazugawa se había ido a una pijamada con sus amigos. Le pareció tierno ya que Genya no aparentaba ser esa clase de niño a la que le gustaba ir a pijamadas.
Así que las probabilidades de pasar la noche ahí dentro eran casi seguras.
— ¿Puedes contestarme Tomioka-san? Esto es más incómodo de lo que ya es.
Giyuu parecía ignorarla, o al menos eso aparentaba. La verdad era que no quería mirarla, no si no quería arrojarsele encima y besarla.
Desde que la vio llegar a la fiesta, le costaba quitar la mirada de ella, a pesar de que Shinobu nunca se dio cuenta. A sus ojos, cada día era más hermosa.
Sabía que Mitsuri se traería algo entre manos. Desde que supo que estaba enamorado de Shinobu, la pelirosa siempre intentaba darles el "empujón" para que estuvieran solos, por lo que según él, parte de estar encerrados es su culpa. Aún así debe admitir que a veces, le agrada esos malvados planes que se trae.
— Es por eso que todos te odian Tomioka-san.
"¡Demonios!"
Y ahí vamos con las burlas de nuevo.
En primer lugar, no sabe por qué dejó que Mitsuri le encerrara, aunque gran parte de la razón fue por Douma.
"Oh ese maldito acosador" pensó la pelimorada.
Desde que llegó a la fiesta presentía que algo sucedería. Pero no imaginó quedar encerrada en la habitación de su pequeño cuñado.
Giyuu por su parte empezó a temerle más a las reacciones de Shinobu que a Sanemi.
— Al menos, dime la razón por la que Mitsuri te metió aquí. — volvió a intentar a sacar conversación la de ojos morados, comenzaba a cansarse de la situación.
El pelinegro suspiró. No podía ignorarla para siempre, se supone que es su mejor amiga, no debe actuar tan seco con ella.
— Sin querer rompí una figura de cerámica que había en uno de los pasillo, Shinazugawa-san me vio hacerlo.
"Eso explica mucho." Pensó Shinobu.
— ¿Qué te tuvo distraído para que no te fijaras? — más que pregunta, era sarcasmo, sabía lo distraído que su amigo era.
— Tú.
Ups.
— ¿Qué? — eso no lo vio venir.
— ¿Y tú?
Cielos...
— Douma. — dijo nomás. Por un momento se había imaginado miles de cosas.
Giyuu sabía de los actos que el rubio tenía con su amiga, que al mencionarlo, no pudo evitar sentir molestia.
— ¿Te hizo algo? — preguntó con preocupación.
Shinobu volteó a verlo, a pesar de que estaban a oscuras, pudo sentir la penetrante mirada de su amigo. Admite que le encanta cómo se preocupa por ella, tal vez, sería ése tipo de novio del que se preocupa por su bienestar que cuando se enoja, se ve muy atractivo... Espera, ¿qué?.
— No... — suspiró — Sólo estaba balbuceando tonterías. Lo de siempre.
— Ya veo.
Volvieron a quedar en silencio. La confianza que se tenían, poco a poco iba desapareciendo. ¿Cuanto tiempo llevaban dentro? No lo saben, pero si ha pasado un buen rato desde que la chica los encerró.
Giyuu volvió a mirarla, la oscuridad le dificultaba un poco, pero podía imaginarla con la cabeza recostada sobre la columna del clóset, mientras se mordía el labio. La conoce muy bien, que sabe que cuando está nerviosa, lo hace. Shinobu sentía la mirada de su compañero, no quería preguntarle la razón del porqué lo hacía, pero la incomodidad entre ellos podía cortarse con un cuchillo.
"¡Estupido Tomioka-san! Cómo te gusta hacerme sentir intimidada." Pensó.
— Shinobu... — le escuchó decir.
— ¿Si...?
Silencio.
Sabía que Giyuu era una persona callada, pero esto es diferente, siente que la ignora. Y comienza a molestarle.
— Nada. — se contrajo
¿Es en serio?
Pensó que iba a decirle algo muy importante, pero se quedó callado. Aún se preguntaba cómo habían llegado a ser mejores amigos, siendo ambos tan opuestos.
"Polos opuestos se atraen" la voz de Mitsuri sonó fugazmente por su cabeza.
— Es suficiente — dijo ella mentalmente — Ya estoy harta, no lo resisto más.
— Tomioka-san, ¿Me puedes responder algo? — si él iba a seguir sin decir nada, sería ella en dar el primer paso entonces.
— Algo.
— ¿Qué? — la vena de su frente volvió aparecer.
— Dijiste que te respondiera "algo", ¿No?
— Eres un idiota.
Giyuu no entendió su molestia, él simplemente respondió lo que ella quería. ¿O no era esa la pregunta? Si a veces se sentía un tonto, estar cerca de ella lo volvía uno.
— Cómo sea — suspiró — respóndeme algo; ¿Por qué siento que me ignoras? Has estado actuando raro conmigo últimamente. Y no lo digo por lo de ahora, si no de hace meses, cada vez que nos vemos en la universidad, o cuando me acompañas a casa. ¿Es que ya te cansaste de mi? - aunque intentara no sonar triste, le fue imposible.
Giyuu giró a su dirección; ¿Cómo decirle? ¿Está bien confesar que ha estado actuando así, debido que le gusta? Cuando llega a casa, no puede evitar sentirse bien ya que toda su atención fue hacia él. Que cada día que pasa, la ve más hermosa de lo que ya es, le encanta todo de ella, para él siempre será única, que él está enamorado...
— No es lo que piensas — logró decir. Sintiéndose culpable al escucharla triste. Jamás se cansaría de ella, nunca.
— Entonces, ¿Qué sucede?
No se dio cuenta cuando Shinobu se había acercado más a él. Estando pegados el uno del otro. Se sonrojó. Shinobu se estaba cansado de que le costara tanto hablar con ella, sin saber la lucha de emociones que tenía Giyuu por su cabeza.
Estaba decidida a separarse de él hasta que sintió su mano tomarla del brazo y acercarla aún más. Quería preguntarle el motivo del por qué de su acción, pero se vio interrumpida cuando sintió unos labios sobre los de ella.
Qué.
Carajos.
Habría sido un beso más profundo, pero ambos se separaron de golpe nomás sentir la piel del otro.
— ¡Lo siento! — alzó la voz el pelinegro, claramente avergonzado.
Las únicas veces que habían tenido un acercamiento tan "intimo" era cuando se tomaban de la mano al cruzar la calle cada vez que él la acompañaba a casa. Pero, besarse... ese era otro nivel.
Entonces las dudas que se formaban en la cabeza Shinobu comenzaban a expandirse.
No estaba segura si sería lo correcto lo que está por hacer, tal vez es algo arriesgado, pero estaba dispuesta a conseguir que su "mejor amigo" hablara.
"¡Idiota!" Se gritó Giyuu a si mismo golpeándose la cabeza ¿Ahora cómo la vería a la cara? Una simple disculpa no bastaría.
Es culpa de ella, Shinobu siempre lograba que hiciera cosas que nunca me atreviera hacer. ¿Y si cometió un error y Shinobu se había dado cuenta de lo que sentía por ella? No era un gran secreto, o tal vez si lo seria si en verdad tenía planeado guardarselo hasta la tumba.
— Giyuu...
"Bien hecho Giyuu, va a decirte que eres un atrevido y que jamás sentirá lo mismo si es que se dio cuenta. ¡Arruinaste nuestra amistad!" Era lo que se gritaba mentalmente el pelinegro.
No se atrevía a verla, la vergüenza lo consumía. Daba por perdida su amistad, la había perdido para siempre. O eso pensaba hasta que sintió como su delicada mano se posaba en su barbilla para que voltearlo a donde ella. Unos suaves y tibios labios sobre los de él fue lo que sintió después.
Un momento...
Giyuu se sorprendió, eso significa que... ¿Ella también corresponde a sus sentimientos? ¿O sólo es porque se está dejando llevar? ¿O nada que ver?.
Le estaba costando asimilar lo que sucedía, pero si esta era su única oportunidad... entonces la tomaría.
Cerró sus ojos y posó sus manos sobre su cintura atrayendola más a el correspondiendo al beso. Shinobu descanso sus brazos al rededor de su cuello intensificando más el beso.
"Tal vez... estoy siendo correspondido a mis sentimientos" pensó.
La falta de aire se estaba siendo presente, pero no quería separarse de él, su boca se sentía tan bien...
Se despegó un poco nada más para tomar aire, pero fue la oportunidad perfecta para el pelinegro en introducir su lengua en toda su cavidad bucal. Ambos se sorprendieron, Giyuu en especial ya que no sabía que podía llegar a ser así de atrevido, pero al sentir como Shinobu le otorgaba el espacio, se tranquilizó.
Shinobu toma lugar en él sentándose a horcajadas sobre su regazo mientras es ella quien introduce su lengua ahora. Giyuu rodeó con ambos brazos su pequeña cintura, intensificando el momento pegándola más contra su cuerpo. El movimiento de sus labios encendía sus corazones, el beso intensificando de poco a poco.
Al separarse, un hilo de saliva unia sus labios, Giyuu encendió su rostro en el hueco de su hombro y cuello, comenzando a dar besos en el mismo, aspirando el aroma floral de ella. Shinobu suspiró moviendo su cuello de lado para darle más espacio.
Si alguien les hubiera dicho, que al encerrarlos se besarían de esa forma, no lo habrían creído. Se hubieran reído. Después de todo son amigos, ¿verdad?
Pausa.
La culpa cayó como balde de agua fría, se separó de golpe de ella. Sus ojos tan abiertos que Shinobu tan bien se detuvo. Una mirada extraña en su rostro.
— ¿Qué sucede? — preguntó ella con la respiración agitada.
Giyuu no dijo nada y solo le acarició la mejilla. Sintió que se había aprovechado de ella, se sintió muy mal.
Entonces...
— Eres mi mejor amiga... — atinó a decir él.
Supo lo que era, porque lo sintió en el silencio, con las luces apagadas.
Él esta enamorado.
Y eso no pudo haber dolido más.
