Hola amigos, mi nombre es Yuzu Araki
Esta vez haré algo diferente a lo acostumbrado pues en esta ocasión vamos a celebrarle el cumpleaños a uno de nuestros héroes de la infancia cuyo natalicio será el 1 de diciembre.
Seiya de Pegaso, el Legendario Caballero Alado como Eterno Protector de la Diosa Athena, Saori Kido desde tiempos inmemoriales, logró detener a muchas amenazas como derrotar a infinidad de Dioses que han atormentado al Planeta Tierra, defensor del Santuario, Protagonista Absoluto como Líder de la Pandilla de Bronce (Ikki es la mera verga).
Y en esta ocasión será un One shot protagonizado obviamente por nuestro Pegaso y su eterna Diosa Athena, su Princesa Saori… La pareja en la que guardamos grandes esperanzas luego de casi más de tres lustros.
Muy bien, ya explicado esto, comencemos
Espero que lo disfruten tanto como yo al hacer este one shot aunque haya sido corto
Yuzu y fuera
PEGASUS RYU SEI KEN
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Cuando salió el sol sobre la mansión de la Fundación Kido, las noticias se esparcieron como la pólvora durante el desayuno.
-¡Oh no!- exclamó Tatsumi visiblemente angustiado- ¡La señorita Saori está enferma!
Los Caballeros de Bronce levantaron la cabeza perplejos.
-Es probable que se deba a la fatiga- dijo Shiryu.
-Sí- añadió Shun- después de todo ser poseída por una deidad no es fácil.
-¿Cuánto?- Seiya levantó la vista de su tazón de café con leche para mirar a Andrómeda.
-Bueno, cómo explicarlo. Por "experiencia de luz", uno tiene la impresión de que está bombeando su energía vital de alguna manera.
-¡Pero es terrible! Iré a verla- El Caballero de Pegaso se puso de pie y caminó hacia la habitación de Athena.
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Cuando escuchó que alguien llamaba a su puerta, Saori anunció débilmente su permiso para entrar. Pero no esperaba ver a Seiya, que fue un cambio de juego. Rápidamente se deslizó en sus mantas. Desconcertado, Pegaso se acercó.
-Saori, ¿Estás bien?
-Uh... sí, gracias- se apresuró a decir la pelilila, pero muy rápidamente su garganta se lanzó con fuerza hacia ella y ahogó su voz.
-Debes salir de ahí para respirar mejor...
-¡Te aseguro que todo va muy bien! Puedes irte, no te preocupes.
Seiya miró la forma que se movía debajo de las mantas, sin parecer convencido en absoluto.
-Hmmm ... ¡No quiero! Me iré cuando veré tu cara- anunció el castañp verbalmente, sonriendo alegremente.
Sin poder verla, la reencarnación de Athena sintió que se sonrojaba. Entonces, su corazón latió más rápido en su pecho.
-Tú…- Tragó saliva- ¿Prometes no burlarte de mí?
-Depende- dijo con picardía.
-No te falta aire delante de tu diosa.
El Pegaso soltó una ligera risa.
-En estos momentos no estoy a una diosa a estas horas, sino a una chica linda a la que quiero fastidiar un poco.
Llevada por una corriente eléctrica, Saori asomó la cabeza entre las sábanas. Era la primera vez que le decían algo así, que la consideraban una humana perfectamente normal.
Seiya la miró fijamente y plantó su mirada rojiza en sus ojos verdes: pensó que era hermosa. Por supuesto que al principio él la disgustó, pero ella había cambiado. Se había vuelto madura, hermosa y llena de bondad. Sabía que era en parte gracias a la sabiduría de Athena, pero su carácter inicial lo había aceptado.
Presa de un impulso repentino, tomó su mano y le dio un delicado beso. La joven lo miró con incredulidad y luego se dio cuenta de lo que acababa de suceder.
-¡Seiya! ¡Tú ... te enfermarás si haces eso!- Su rostro enrojeció de vergüenza y la fiebre era adorable. Esto tuvo su efecto en el Caballero de Pegaso.
-Saori, no te lo dije antes pero eres tan hermosa- suspiró antes de darse cuenta de sus palabras.
-Yo…- La chica se levantó con un golpe- Me voy a lavar, peinarme y maquillarme. Lamento mostrarme en este estado.
Pero la fatiga hizo que la cabeza le diera vueltas rápidamente, sin embargo, sintió que dos fuertes brazos la sujetaban por la espalda y la apretaban con fuerza.
-No te estoy mintiendo. Saori… Tú... Eres hermosa Saori y eso es innegable
Ella miró al rostro que la estaba mirando con una expresión gentil. Fue entonces cuando dio algo que nunca pensaría en dar. Le dio a Seiya su primer beso.
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Y tal como lo dijo predijo la diosa de la Tierra, su más grande protector y su mejor caballero estaba en la cama con un pañuelo sobre la cabeza y un termómetro en la boca, el joven estaba durmiendo tranquilamente aunque estaba tosiendo pesadamente.
-¿Cómo se enfermó durante esta temporada?- Shiryu preguntó luciendo exasperado al ver a su amigo
-Jaja, si supieras Shiryu- El Pegaso se rió por debajo mientras que Shun lo miró y lo adivinó todo.
-Pfff, francamente irrecuperable- Andrómeda se rió entre dientes.
-¿Y eso por qué?- preguntó Hyoga, extrañado ante la pequeña risa del peliverde el cual le guiñó un ojo.
-Simple, le dio la enfermedad del amor
