Lecturas de media noche

Parte I

La mayor parte de los días Law Trafalgar los pasaba en la biblioteca. Totalmente absorto en aquél santuario de conocimiento, con olor a madera, pergamino y algún aromatizante a vainilla. Esa era la biblioteca favorita de Law, no solo por los cómodos asientos, la iluminación baja y el silencio mayoritario sepulcral.

Sino también por el bibliotecario en turno: Luffy . Había notado su nombre en el gafete que adornaba su desfajada camisa un par de veces. Recordaba como fue el primer día que conoció; su sonrisa que contrastaba con aquél ambiente y seriedad, la manera amable en el qué le indicó dónde estaban los libros que necesitaba, y que si no lo encontraba que lo buscara, ya que lo encontraría por él. Y así fue; Luffy, lo llevó por una aventura del tesoro para encontrar el Libro perdido que necesitaba. Desde ese día no había dejado de verlo entre las páginas que pasaba de vez en cuando, sin olvidar que su lugar favorito para sentarse era un esquina alejada que le permitía verlo.

Era una distancia prudente para alguien que se sentía atraído pero que no tenía iniciativa alguna de interactuar con él. Por lo menos no aún. No era el momento para algo así, o eso se decía a sí mismo Law. Por ahora solo se limitaba a mirar, a conocerlo entre los ratos que compartían en silencio y el esporádico intercambio de miradas. Tal vez era algo platónico, tal vez solo era miedo por querer manchar algo tan puro como lucía para él el bibliotecario.

Quién sabe, Law se sentía totalmente perdido por él.

¡Ey! Trafalgar! — llamó gritando por telefóno Kid.

— ¿Qué quieres, Kid? —dijo Law mientras tomaba un sorbo de su amargo café. Se encontraba a un lado de la puerta de una tienda de conveniencia, había salido ya de la biblioteca y el frío estaba más presente a esas horas de la noche.

¿Recuerdas ese chico de la universidad? el que dijiste que tenía bonitas nalgas.

Law gruñó por lo bajo. — Yo no dije eso.— se defendió. No había dicho tal cosa, o por lo menos no en esas palabras.

¿No? Estoy seguro que dijiste algo así, bueno no importa el punto es que, Killer lo conoce así quedamos en ir los cuatro a un club esta noche.

— ¿Los cuatro? — preguntó sabiendo que era evidente que era mala idea.

¡Paso por ti en cinco! Me debes una ¿Estas todavía enfrente de esa aburrida biblioteca, no? — dijo acelerado que dio por colgar antes que Law pudiera contestar tan siquiera.

Gruñó mientras apretaba con fuerza el vaso desechable de su café. No sabía que era peor, ir al club con aquél muchacho que sí era atractivo, o simplemente irse a su casa a seguir estudiando pero eso traería como consecuencia los reclamos de Kid, y probablemente, ese era el peor escenario.


Había días donde no le quedaba más que tomar malas decisiones, ese día, mejor dicho, esa noche era una de esas. El café se le había terminado y kid no dejaba de parlotear un montón de albures; tenía trabajo que hacer y tal vez por más guapo que estuviera su no pedida cita, no podía dejar de pensar en la bonita sonrisa que el bibliotecario le ofreció antes de retirarse.

Suspiró con pesadez. estaba dándole muchas vueltas a un asunto que tal vez nunca tendría solución. Al llegar al lugar, se bajó con bajas expectativas, esperaba que por lo menos el show y alcohol pudieran subirle el ánimo, no quería ser la peor cita del universo. Si le iba bien era probable tener una segunda cita en algún lugar más tranquilo; por ejemplo una cafetería no aquél club nocturno al que fue arrastrado.

Kid golpeó el hombro de Law con soberbia y lo arrastró dentro del club. Pidieron una mesa para cuatro, pero aun así prefirió tomar distancia del pelirrojo en lo que esperaba por la llegada de los otros dos. Podían visualizar varios empleados físicamente atractivos para distintos gustos, iban a venían con órdenes para los clientes, y cuando hacían contacto visual, casi siempre les dedicaban un guiño. Estaba casi lleno, y había algunos bailarines en el escenario.

A Law lo sorprendió una voz familiar y el grito de Kid, quién estaba alegre por ver a los dos faltantes. A su lado estaban Killer y un joven rubio, alto, esbelto y con un gesto serio pero noble.

— Sanji — se presentó mientras le ofrecía la mano de forma de saludo. Se sentó a su lado mientras que dejaba que Killer se sentara a su otro lado y quedara más cerca de Kid. Después sacó uno de sus cigarros.

Law conforme al poco tiempo que lograba conversar con él, notó que en realidad, Sanji le agradaba. Era cómodo hablar con él, y de algún modo era fácil ignorar al otro par que a veces los molestaban con algún comentario. Aunque en realidad el que hacía eso era Kid. Para entonces, Law no pensó en bibliotecario, eso hasta que parecía que la noche en el club iba a tener una sorpresa.

Las luces se hicieron más tenues, y los murmullos se hicieron presentes. La música misteriosa y erótica se hizo presente. Law, que estudia para ser médico no sabe cómo, pero su corazón le falló estrepitosamente. Las luces se dirigían a un joven que ya conocía, pues era alguien a quién miraba constantemente.

Para Law ese número duró una eternidad; tal vez fue porque tardó en digerirlo, o simplemente porque quedó totalmente extasiado. Primero fue lento, pausado y sensual, La manera en que movía y retiraba las prendas de una en una de la manera más provocativa posible. Estaba totalmente extasiado, pero eso empeoró cuando el bailarín llegó al centro donde se encontraba el tubo de pole, y ahí cada fibra de su ser se perdió.

No podía dejar de ver su piel brillosa, suave a simple vista, su cabello negro y salvaje moverse de manera salvaje, y su rostro tan lascivo. Entonces de pronto, su mirada hizo contacto con la de él, con la de Luffy. ese bibliotecario que le hacía volver cada día con ansias a la biblioteca.

El mismo Luffy que se quedaba dormido a ratos, o que se reía de vez en cuando leyendo cuentos, el que también no prestaba atención por estar leyendo libros de fantasía y piratas; por lo que tenías que carraspear un par de veces. Ese Luffy era el mismo que ahora movía su cuerpo contra un tubo, que dejaba su cuerpo expuesto, únicamente vistiendo, ese punto: una tanga que solo podía proteger sus genitales. Pero lo que más le estaba arrebatando el aliento, era esa mirada con deseo que le dedicaba Luffy.

Mierda, ya no había marcha atrás . O eso pensó Law Trafalgar.


Hace poco empecé un AU en twitter, y la chica justamente compartió la idea básica de esta historia; Por lo que me gustó un montón y me sumé con mi versión de la historia. Por lo que este mini fanfic será un regalo para ella S0UL_QUEEN. uwu

Les recuerdo que cicatrices es el long fic que ahorita traigo actualizando, notas mejor lo seguiré al terminar el otro. ono Pero traigo muchas ideas.