Capítulo 6: "Un paseo por el parque"

Aunque habían caminado bastante, las palabras que habían intercambiado eran casi mínimas al comienzo. Luego, Kagome había preguntado al joven hombre si tenía noticias de su amiga Sango. Inuyasha había negado.

-Los amigos no se acuerdan de sus amigos en su luna de miel- Respondió él con sorna. La muchacha había reído pero su rostro se tornó serio demasiado rápido. Había tanto que deseaba saber de Sango que ahora sólo debía esperar.

El sol suave de otoño aun estaba en lo alto y de pronto ella se detuvo en las afueras de lo que era el parque Hama Rikyu, Inuyasha la observó y sonrió.

-¿Quieres dar un paseo?

-¿No te molesta?- Preguntó ella con seriedad- Es que... siempre paso por las afueras y... nunca me he dado el tiempo para recorrerlo.- Sin contar que realmente le desagradaba visitarlo sola. Estaba convencida que había ciertos lugares que debían ser recorridos y admirados por dos... o más.

Él asintió y entonces ambos entraron al parque. En realidad era un gran jardín emplazado en la capital, que se ubicaba a un lado de la bahía de Tokio. Habían numerosos árboles, muchos de los cuales eran cerezos y duraznos que a esta altura del año sólo mostraban sus ramas sin hojas y que daban un aspecto algo triste. La gente que allí estaba era en su mayoría familias con niños que rodaban por el pasto de los amplios prados y también algunos jugueteaban bajo la sombra de los inmensos arboles que se encontraban más al interior. Si uno se adentraba más en el parque se podía admirar la bahía, y en la noche un espectáculo maravilloso de luces le daba un aire algo mágico.

-Dijiste... - La voz ronca del hombre la hizo detenerse y mirarlo intrigada-... que habías llegado hace poco al conservatorio ¿no es así?

-Así es- Respondió sonriendo y mirando luego las hojas secas de los arboles que comenzaban a caer llevadas por la suave brisa del viento.

-Y... ¿de donde vienes entonces?- Inuyasha sintió que estaba demasiado nervioso, pero no podía dejar de saber, necesitaba aclarar tantas cosas aún. Kagome sonrió y estiró una mano para recibir una hoja seca sobre su palma.

-De Kurama...

-¿Kurama?- Repitió sorprendido y tragando saliva con dificultad. Kagome estaba tan distraída que no se percataba de las reacciones del joven. Inuyasha no podía creer que había estado tan cerca todo este tiempo, Kurama estaba a un escaso par de horas desde Tokio.

-Emmm, no creas que siempre viví allá- Sonrió ella mirándolo a los ojos- Yo nací aquí... en realidad... - Ella dejó de sonreír y volvió a retomar su caminata. Un hombre vendía algunos globos para los niños y más allá había un mimo que jugaba y se burlaba de algunos paseantes.

-Sango... - Dijo de pronto él cuando la alcanzó nuevamente y la joven pareció no reaccionar ante sus palabras-... ella dijo que... desapareciste... que te buscó después de...

-¿Un accidente?- Terminó Kagome la frase mirándolo a los ojos. Él asintió, si se hubiera mirado a un espejo, hubiera notado lo extremadamente pálido que estaba.- La verdad... y puede que sea algo... loco... - Musitó ella intentado sonreír y esta vez sintiendo que estaba un algo incómoda.-... es que... después de un accidente que tuve... yo... la verdad... – Pasó sus manos nerviosas por el tirante de su pequeño bolso-... olvidé algunas cosas... por ejemplo, me había olvidado de ella... y de su novio, bueno, esposo.- Corrió rápidamente. Inuyasha asintió levemente - Sólo cuando la vi en la calle y ella me saludó pude recordarla.

-Y... ¿sólo los olvidaste a ellos?- Preguntó en un hilo de voz.

-Yo creo que sí... bueno, pero eso ya pasó... - Sonrió intentado no darle más importancia al asunto y para cambiar de tema recordó algo que le intrigaba- ¿y tu? Me dijiste que eras benefactor del conservatorio pero nunca te apareces por ahí..

-Bueno... no tenía razones para hacerlo- Respondió él bajando la vista y sonriendo.

-¿Y ahora sí?- Preguntó Kagome casi sin pensar. Él levantó el rostro y la miró a los ojos.

-Sí- Respondió sin titubear. Kagome sintió que su corazón iba a salir del pecho, la sonrisa burlona que tenía en esos momentos desapareció de inmediato de su rostro. De pronto ella se detuvo justo en un grupo de no más de cinco personas que estaban alrededor de una mujer que cantaba y su voz parecía sumergirlos casi en un sueño:

The stranger sang a theme

el extraño cantó una canción

del sueño de alguien mas

las hojas comenzaron a caer

y nadie más habló

pero parece que no puedo recordar

cuando tu llegaste

Ingenue

Ingenua...

-Bonita canción... pero triste... - Murmuró Inuyasha. Kagome se estremeció, alzó la vista y vio las hojas caer casi como si fuera en cámara lenta. De pronto tenía la loca sensación que aún no despertaba del todo... parecía que estaba sumergida de alguna manera... en un sueño... no, en el limbo del sueño... el límite de la realidad y la inconsciencia...

Ingenue

ingenua

Ya no sé que hacer...

Tuvo una extraña sensación de angustia y más que nada de tristeza, sus ojos se empañaron con lagrimas, tal vez era la canción, la mujer cantaba con tanto sentimiento, tal vez esa era la razón. La brisa del viento sopló más fuerte y se abrazó a si misma sintiendo escalofríos. Miró al hombre que parecía observar cada uno de sus movimientos.

-Debo irme... – Murmuró con seriedad pero su mirada se concentró en la suya. Por primera vez notaba los hermosos ojos dorados del hombre, que brillaban y parecían querer decir mil cosas, olvidando de pronto su propio malestar anterior.- Tus ojos... son tan hermosos...

Inuyasha se quedó paralizado y aún más, sorprendido, ella sonrió y sus mejillas se tiñeron de rojo, pasó la mano por el cabello y movió la cabeza, como si lo que hubiera salido de su boca hubiera sido sin pensar.

-Bueno... gracias... - Susurró él algo avergonzado pero infinitamente halagado. Ella volvió a mirarlo y sonrió levemente.

Ingenua

Ya no sé que hacer...

-Tengo que irme... - Volvió a repetir pero no se movió de su lugar... escuchaba la canción a lo lejos y su corazón comenzaba a latir algo apresurado, aquel hombre tenía un mirar demasiado hipnotizante, cautivador. Luego pareció darse cuenta nuevamente que estaba comportándose como una tonta y sonrió - Oye... si llama Sango... envíale saludos de mi parte... no creo que ella me llame a casa...

-¿No?- Preguntó Inuyasha levantando ambas cejas y acercándose más a ella. Kagome bajó los ojos y se concentró en los botones de su traje mientras hablaba.

-Mi... mamá... esta algo... disgustada con ella... – Alzó la vista y se mordió un poco los labios.

-Oh!- Inuyasha pestañeó confundido y algo asustado y ella sonrió levemente.- Entonces... sería conveniente... que tampoco le hablaras de mi... - Respondió apenas aprovechando la oportunidad que tenía esta vez. Kagome rió de buena gana rompiendo el ambiente incómodo que desde hacía ya varios minutos de cernía sobre sus cabezas.

-Pero tú no tienes nada que ver!

-Bueno... - Murmuró casi de forma gutural-... uno nunca sabe...

La chica lo miró y arrugó el ceño, luego su rostro se distendió y sonrió con suavidad.

-Bromista- Respondió sin embargo. Al voltear él la siguió y llegaron hasta las afueras del parque, Kagome volvió a detenerse y lo miró a los ojos- Dijiste que... trabajabas en un museo... ¿puedo saber cual?

-¿Me visitarás acaso?- Preguntó él otra vez sintiéndose halagado. Su mente voló años atrás, le era inevitable comparar a la Kagome tres años menor. Sin lugar a dudas ella había madurado... era... más mujer.

-Mmmm... - Murmuró la joven pensativa y luego sonriendo al hombre-... uno nunca sabe...

Inuyasha sonrió divertido por primera vez en largo tiempo. Caminaron lado a lado y luego de unos instantes él volvió a hablar.

-En el museo de historia medieval... - Kagome lo contempló y sonrió pero él prosiguió.-... aunque... no creo que sea el lugar adecuado...

-¿Adecuado?- Repitió ella levantando ambas cejas. Inuyasha la observó con ternura.

-Para... una cita... - Murmuró y la miró con detenimiento. Kagome abrió algo más los ojos sorprendida y enrojeció, ladeando luego el rostro y sonriendo inquieta.

-Ja¿Cita?... ¿Quién dijo que era una cita?... además... ni siquiera sé si eres casado... o tienes novia...

Inuyasha se quedó en silencio y entonces ella miró de reojo su mano, pero para su extraño alivio no había ninguna argolla en su dedo.

-¿Y tu?- Preguntó de pronto él y Kagome pareció no entender- ¿Acaso es tu novio el profesor del conservatorio? Él sostenía tu mano... - Reprochó algo molesto pero intentando con todas sus fuerzas no demostrarlo tanto ante ella.

-¿Houjo?- Preguntó sorprendida e Inuyasha apretó sus puños sin poder evitarlo más.- Quieres decir ¿el profesor Houjo? Noo, claro que no... es mi profesor... nada más... - Inuyasha exhaló el aire que tenía retenido y sintió un agradable alivio.

-Bueno... de cualquier modo... - Dijo de pronto él alzando nuevamente sus ojos dorados hacia ella-... de cualquier modo espero que vayas... y podamos hablar más... será un placer para mi... puedes ir cuando quieras...

-Claro! Además... - Respondió ella aún sonriendo-... se supone que debo ser amable con un benefactor.- Inuyasha volvió a reír divertido ante sus comentarios.

-Y espero que la próxima vez... me dejes escuchar tu voz... - Acotó mirándola con seriedad. Para Kagome la situación era como un juego, pero las palabras y ademanes, sin contar con la mirada del hombre eran todo lo contrario. La confundía un poco, el joven era demasiado serio, era como si cada palabra emitida fuera de vida o muerte, casi, aunque no podía negar que él era agradable, bastante más que cualquier hombre que había conocido hasta ahora.

-Eso... lo veremos... - Respondió ella mordiéndose el labio y dándole una ultima mirada. Volteó y se alejó de él al instante. Inuyasha se quedó estático en mitad de la calle observándola hasta que la perdió de vista Sintió que su corazón latía aún con una fuerza desmedida, pero sentía también un extraño temblor en el cuerpo. Era... como si hubiera retrocedido en el tiempo... aunque a decir verdad, aquella vez no se sintió tan enamorado como lo estaba ahora.

-Si tu supieras... pequeña Kagome... - Musitó sintiendo la herida nuevamente arder en su espalda y que le traía a la memoria los dolorosos recuerdos del pasado que deseaba olvidar- Si tu supieras... – Deseando esta vez que el día que lo visitara, fuera muy pronto.

Continuará...


N/A: Casi me da ataque... cuando estaba subiendo este cap. la pc comenzó a trabajar extraño, luego se apagó sola, luego no quería abrir las carpetas y ahí me dije "le entró un virus, soné"... ufff, el tremendo susto, en fin, borré todos los archivos temporales de Internet y ahora funciona bien... de otra forma no habría podido actualizar... Jejeje... n.n'

-En fin... como escribí en mi blog, la canción se llama "Life in mono" (según yo: "La vida en un color")y apareció una vez en "La Femme Nikita"... adecuada por supuesto al fic... la ocuparé más adelante...

-Ahh, estoy inspirada en este fic, intentaré que sea romántico (aunque ese es mi fuerte¿no?) el que este cap. haya salido corto fue porque me quise abocar solamente a la visita al parque... ya tendremos más situaciones... tranquilas... jejeje...

-Ultimo... muchas gracias por los comentarios, ya saben que alimentan mi alma jejeje. Nos vemos pronto, eso espero. Gracias por leer.

Lady Sakura.