Capítulo 7: "Leve Despertar"

Inuyasha se encontraba tumbado casi en un sofá negro muy mullido de su estudio, bebiendo lo que esta vez era su segunda copa de coñac en las rocas y con la música clásica que inundaba la habitación, sin embargo su mirar perdido en algún punto de la habitación denotaba lo absorto que estaba en sus pensamientos, que no se percató de nada sólo hasta cuando sintió las delgadas y frías manos en su cuello que se enrollaban como una soga y el beso leve en la mejilla lo hizo darse cuenta entonces que ya no estaba solo, sino que frente a él se alzaba la figura alta y lánguida de la mujer que él conocía perfectamente y que lo miraba esbozando una pequeña sonrisa.

-¿Me has extrañado?- Preguntó ésta sacándose el sombrero y los cabellos negros y lisos cayeron sobre su espalda, más abajo de la cintura. Inuyasha la observó sin emoción, como hacía tanto tiempo la miraba. – La próxima vez que vaya a ver a mi madre, iremos juntos- Sentenció moviéndose con soltura por la habitación y deteniéndose frente a la licorera.

-¿Cómo estuvo tu viaje?- Preguntó más por cortesía, la verdad no le interesaba mucho saber, y eso, ella lo sabía perfectamente.

-Mmmm... como siempre... - Murmuró encogiéndose de hombros y llenado una copa de coñac puro. Inuyasha observaba esta vez cada uno de sus movimientos. ¿Cómo había permitido que la farsa llegara hasta ese punto?... Volvió a beber otro sorbo y tragó esta vez sintiendo la garganta reseca y que el licor causaba un escozor que apenas podía soportar. Se levantó en silencio dejando el vaso vacío en la mesita del lado y ella lo siguió con la vista.- ¿Han llegado ya las impresiones de las invitaciones?

Las palabras se clavaron como veneno en su mente. Ahora esta más seguro que nunca ¿Cómo podía permitir seguir con la farsa? Maldición¿En que estaba pensando?... pues... simplemente en que Kagome ya no existía... pero ahora... ahora las cosas eran diferentes, Kagome estaba viva y él... él ansiaba más que nunca estar a su lado, abrazarla, besarla y quedarse por siempre con ella. Volteó y miró a la mujer que se sentaba distraídamente en el mismo sillón en que momentos antes él había estado. Sus ojos dorados se tornaron sombríos y distantes. Ella alzó al fin la vista he hizo una mueca.

-¿Sucede algo?

Qué si sucedía algo... todo, sucedía todo. Se hizo un silencio en la enorme habitación.

-Debemos hablar.- Dijo de pronto, muy serio. Kikyo frunció el ceño y se revolvió inquieta en el sofá.

-Pues, habla.- Sonrió luego intentando controlar su propio inusitado miedo. Lo conocía, Inuyasha estaba demasiado serio esta vez, seguro que iba a decirle algo de suma importancia.

-Nuestra relación... se deterioró hace mucho tiempo... eso lo sabes...

Ante aquellas palabras el rostro de Kikyo se tornó más pálido aún y sus labios rojos se entreabrieron. Sintió que su corazón comenzaba a latir rápidamente y casi de manera involuntaria, apretó más los dedos en el frío cristal de su copa. Tenía, en el fondo de su alma, la sensación que esto sucedería, pero de alguna manera había actuado para que las cosas siguieran el curso que ella había decidido que tomaran desde hacía años, a pesar de que sabía, que él ya no la amaba.

-Qué... ¿qué quieres decir?- Murmuró sin embargo. Inuyasha se acercó más a ella.

-Lo he pensado... mucho... y cada vez estoy más seguro... - Dijo él tragando otra vez con dificultad y observando los sombríos ojos de la mujer.-... tú lo sabes... es lo mejor... para ambos...

-¿Lo mejor?- Gruñó casi y se levantó de un salto del sofá.- ¿De qué estas hablando?- Había tenido un largo viaje y estaba cansada sin contar que también irritada, era lo que menos esperaba tener, al menos, en esta oportunidad.

-Que lo que vamos a hacer es... una equivocación... jamás debimos consentirlo.- Respondió el joven con extrema seriedad. Kikyo ladeó el rostro y luego frunció el ceño, casi asqueada.

-¿Qué!... ¿me ausento tres semanas y te arrepientes?- Gritó exasperada- No, no puedo creerlo, estas jugando... - Musitó caminado lentamente y luego volteó a mirarlo.- Estas bromeando¿verdad?

Inuyasha la observó con seriedad ¿cómo había podido permitir seguir con algo que a todas luces ya no funcionaba?

-No debemos casarnos- Sentenció él sin embargo y las lagrimas se asomaron de inmediato a los ojos de ella, que, sabía, eran las palabras finales de todo lo que había forjado.

-No... - Gimió casi balbuceando, bajó la vista como si le costase reaccionar y luego los alzó hacia él en señal de súplica-... No puedes hacerme esto... no... a semanas de nuestra boda... Esta todo preparado... todo listo... - Inuyasha la miró impasible, podría parecer un hombre frío y hasta sin corazón por lo que estaba haciendo, pero a él también le dolía, era el culpable de haber creado ilusiones en alguien que no se lo merecía, todo por intentar seguir algo que creía podría cambiar.

Kikyo lo observaba con un nudo en la garganta y lo miró con súplica ¿qué dirían los demás cuando supiesen que no se casaría con él?... ¿qué diría la sociedad?.. ¿Sus amigas?... ¿Su propia familia que anhelaba salir adelante a costa de su futuro acaudalado esposo?... ¿y cómo permitir que la dejase si ella lo amaba tanto? Lo amaba, casi, como una insana obsesión.

-Es definitivo... Kikyo... - Respondió él sintiéndose miserable y desgraciado. Podría haberse evitado la escena si tan solo lo hubiera pensado mucho antes, antes... cuando todo en verdad había terminado. La mujer derramó una lagrima por su pálida mejilla y luego de un tortuoso momento se acercó presurosa a él y lo abrazó con fuerza.

-No... ¿qué hice de mal?... ¿porqué?

-No es tu culpa... es mía... - Respondió correspondiendo suavemente a su abrazo pero intentado pronto separarla de su cuello, ella se negaba a hacerlo, estaba desconsolada, abatida.- Kikyo... tu también lo sabes... esto no funcionaría.

La mujer no respondió pero finalmente se separó de él y buscando un pañuelo en el bolsillo de su abrigó comenzó a secar las lagrimas. Sabía que nada de lo que hiciera esta vez funcionaría. La farsa había terminado, el telón de la comedia se había cerrado. Miró a través de sus ojos enrojecidos al hombre y su rostro se ensombreció.

-Estas enamorado de otra ¿es eso?... necesito saberlo. Dime esta vez la verdad- Preguntó con seriedad. Lo vio tragar forzosamente y el rostro de culpable en el rostro del joven se notaba claramente. Él desvió la mirada y comenzó a caminar por la habitación.

-No hace falta que sigas con eso... - Respondió en cambio. – Yo... de verdad lo lamento... Kikyo... - Y volteando la miró con dolor pero también con resolución-... aunque nos duela... es mejor esto... a seguir con algo... que sabemos nunca resultará.

A veces, a pesar de los años que había estado a su lado, a pesar del tiempo que habían sido una pareja, había veces en que realmente se daba cuanta que no la conocía, no conocía cómo iban a ser sus reacciones, ni lo que estaba pensando. Esta vez le resultaba igual de desconocida. Ella lo observó en silencio con los ojos sombríos pero con una inusitada tranquilidad. Inuyasha volvió a tragar con dolor, necesitaba un trago, no, dos o tres. Ella finalmente se acercó e inesperadamente lo abofeteó. Bueno, era lo menos que se merecía, eso, Inuyasha lo sabía perfectamente. Se llevó la mano a la mejilla pero no movió un solo músculo de más. Ella quería que él hiciera algo, pero frustrada nuevamente sus ultimas esperanzas fueron en vano. Volteó y tomó su bolso que estaba en el sillón y cruzó la habitación con la cabeza en alto, digna, se decía, tenía que ser digna ahora. Una ultima mirada en el umbral y al no ver reacción se marchó. Maldiciéndolo entre murmullos. Pero ella tenía que saber qué había sucedió para que él cambiara de opinión. Pero si siempre había tenido la impresión de tenerlo a su antojo, sobre todo después de aquel accidente. Ella lo iba a averiguar.

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Kagome seguía la pauta musical pero sentía que le costaba demasiado esta vez poder dar con las notas más altas, aunque eso era su punto débil, al menos antes lo intentaba, ahora definitivamente no podía. Houjo la observaba de reojo todo el tiempo y tenía mil preguntas que hacerle, todas con respecto a ese "benefactor" del que ella era inesperadamente amiga. Habían llegado rumores que ellos dos se habían ido juntos de la recepción de algunos días atrás. ¿Porqué?... ¿había algo más entre ellos?

-Lo siento... supongo que aún mi garganta esta algo débil- Dijo ella de pronto sacándolo de sus pensamientos. La miró y apretó los labios, luego sonrió apenas.

-Esta bien... no te preocupes... creo que debes descansar un poco... y no forzaremos tu garganta... - El hombre se levantó pero titubeó unos momentos. Kagome ya se había volteado y concentrado en mirar la pauta musical, hablando más para sí misma.

-Maldición... pero si esto no puede ser tan difícil... bueno... Kagome inhala... exhala... al menos antes salía digno... - Se decía en un murmullo. Houjo la contemplaba todo el tiempo y justo cuando había decidido a hablarle Kagura entró a la habitación sonriendo malévolamente.

-Buenas tardes a todos- Rió con burla y entonces la muchacha volteó y saludó de igual forma.

-Buenas tardes señorita Kagura¿cómo estuvo su viaje?

La mujer levantó una ceja y caminó luego con lentitud hasta los ventanales.

-Muy bien... los días de descanso los necesitaba... ya sabes, debo estar relajada para la opera... - Luego miró a Kagome y sonrió con burla- Ah! Lo siento... eso no lo sabes... pero bueno...

Houjo movió la cabeza algo disgustado pero no dijo nada, en cambio Kagome sólo se encogió de hombros. Kagura sin embargo dejó de sonreír y se acercó más a la chica, esta vez la miró con seriedad.

-Tenemos que hablar.- Setenció.

Kagome pestañeó confundida ¿qué había dicho ella?... ¿qué tenían que hablar?... pero... ¿de qué!

-¿Hablar?- Repitió la joven perpleja. La soprano volteó hacia el pianista y levantó una ceja.

-¿Puede dejarnos a solas un momento?

Houjo, hombre sumiso por naturaleza, agachó la cabeza y salió enseguida de la habitación, pero dejando la puerta semi abierta. Kagome miró a la mujer con nerviosismo ¿pero de qué tenía que hablarle?

-El otro día... en la recepción... me di cuenta que hablabas con Inuyasha Taisho.- Comenzó esta. Kagome asintió apenas, esta vez cerrando el cuadernillo y acercándolo a su pecho.

-Eh... sí... es amigo... de una amiga... - Respondió ella algo temerosa. Es que esa mujer con su aire de diva y su actitud desafiante era, aveces, atemorizante.

-Ja! No me vengas con esas frasecitas tontas! Conozco perfectamente a las chicas como tú

Kagome abrió más los ojos y luego arrugó el ceño. Kagura se cruzaba esta vez de brazos y la miraba desafiante.

-No sé porque me trata así, señorita Kagura... a él apenas lo conozco- Respondió en cambio la muchacha adoptando una actitud muy serena, aunque en verdad estaba demasiado nerviosa. No le gustaba cuando le hablaban de esa manera.

-Vi tus coqueteos, las miradas que le dabas, incluso hiciste que él se fuera contigo... eres una desvergonzada!

Kagome entreabrió los labios sin poder creer lo que estaba escuchando ¿pero qué le importaba a ella? Si tenía novio ¿no era precisamente su hermano? Sacudió la cabeza y luego la miró sin expresión, pero estaba fastidiada y disgustada.

-No puedo creer que me venga a regañar por cosas que no le incumben ¿qué le importa a usted lo que yo haga?.- Había sacado la fuerza que muchas veces creía no tenía y la soprano la miró sorprendida- Además ya le dije que apenas lo conozco...

La mujer que había permanecido estática poco a poco se recuperó y exhaló profundamente.

-Claro! Si tú lo dices... pero mejor ni te hagas ilusiones con él... Inuyasha Taisho se va a casar dentro de un mes con su novia de casi toda la vida. Así que más vale no te comportes como una perdida... conozco a las de tu clase... tienes cara de ángel pero en verdad eres todo lo contrario.- Volteó y la dejó dando un portazo. Kagome se había quedado paralizada ¿pero qué se creía esa mujer en entrometerse así en su vida?. Apretó los labios casi con rabia y también el cuadernillo que tenía sobre su pecho. Estaba algo confundida además. ¿Porqué decirle todas esas cosas?. Nunca había tenido una discusión de ese calibre con nadie, sentía que su corazón latía muy fuerte, la sangre corría vertiginosamente dentro de sus venas, la sien comenzó a dolerle.

-Auch!- Se quejó con dolor cerrando los ojos, soltando el cuadernillo que cayó al suelo y llevándose una mano a la sien. – "Inuyasha Taisho se va a casar dentro de un mes con su novia de casi toda la vida. Así que más vale no te comportes como una perdida"- Retumbó en su cerebro la frase y ella sintió que sus mejillas enrojecían- ¿Pero qué me importa a mí!- Masculló con rabia, entreabriendo los ojos e irguiéndose poco a poco, dejando caer ambos brazos a los lados mientras sus ojos castaños se perdían en la puerta de donde la soprano había salido.- ¿Qué me importa que se case?- Murmuró nuevamente y recordó la vez que lo vio en la sala de su casa, la forma en que él la miraba, su encuentro en la recepción, su actitud tan amable con ella, casi, como si la cortejase, la visita al parque. Y sintió rabia y tristeza a la vez, casi sin darse cuenta apretó ambos puños de su mano, el corazón latía muy fuerte y tenía deseos incontrolables de llorar ¿llorar? - No vayas a llorar por eso... - Murmuró apenas pero sintiendo que sin poder evitarlo una lagrima resbalaba silenciosa por su mejilla. Y de pronto otra vez la visión de estar en la oscuridad, corriendo, jadeante casi, llorando mientras la lluvia caía sobre su cuerpo.

De alguna forma sé que no podemos despertar de este sueño

no es real, pero es nuestro

tal vez esta noche, volaremos muy lejos

y nos perderemos antes del amanecer...

La canción, allí estaba nuevamente retumbando de manera incesante en su cerebro. Kagome volteó mordiéndose los labios de rabia

-¿Qué me importa?- Volvió a murmurar cerrando fuertemente los ojos y la imagen de la luz del automóvil la cegó por completo, sintiendo el helado metal del este sobre su cuerpo, su cuerpo crujió entero, sintió que volaba casi en medio de la noche, esos segundos fueron eternos y luego, el frío asfalto de la carretera la recibió de lleno. Kagome abrió sus ojos y volteó hacia los ventanales alzando la vista hacia el cielo poblado de nubes, muchas de las cuales eran grises. De pronto, inhaló una gran bocanada de aire y comenzó a cantar sin siquiera pensar.

Meet me after dark again and I'll hold you

Encuéntrame después de lo oscuro y yo te sostendré

no soy nada más que lo ves ahí

y tal vez esta noche, volaremos muy lejos

nos perderemos antes del amanecer

Al principio la voz salió débil, suave, pero poco a poco fue envolviéndola una ola de emoción, no supo porqué, pero cantaba como si le desgarrase el alma. La habitación vibró por completo y todos los que a esa hora ensayaban dejaron de cantar y los pianos y otros instrumentos musicales cesaron, poniendo atención a la canción, pero más que nada, a la bella y emocionada voz que la entonaba.

Si solo la noche puede tenerte donde yo pueda verte, mi amor

entonces no me dejes despertar otra vez

y tal vez esta noche volaremos muy lejos

nos perderemos antes del amanecer

Hasta Kagura, que en ese instante retomaba su ensayo cayó de inmediato abriendo con sorpresa los ojos y quedándose estática en el lugar. Su agudeza auditiva la hizo darse cuenta en leves segundos de donde provenía la canción y más aún, quien era la mujer que cantaba y sin querer sintió escalofríos. ¿Cómo era posible que ella cantara así?

De alguna forma sé que no podemos despertar otra vez de este sueño

no es real, pero es nuestro

tal vez esta noche, volaremos muy lejos

nos perderemos antes del amanecer

Houjo se asomó despacio abriendo la puerta, sentía que no era posible, desde el tiempo que la tenía bajo su tutoría Kagome jamás había entonado aquellas notas tan altas, era cierto e indudable que su voz era bella y suave, por eso mismo había llamado la atención en el conservatorio, pero a la vez se notaba que ésta no había sido trabajada.

tal vez esta noche volaremos muy lejos

nos perderemos antes del amanecer

Él se estremeció por completo, dejándose de tecnicismos, la canción que ella cantaba estaba tan llena de emoción que sintió un nudo en la garganta y a pesar de que ella se encontraba de espaldas a él sabía que miraba el cielo como si estuviera implorando. ¿Qué era lo que Kagome Higurashi escondía?... ¿porqué de pronto cantar así, como una verdadera profesional?... no, más que eso, cantaba como si fuera de otro mundo... cantaba con el alma.

Kagura se había quedado muy quieta y cuando la voz cesó todo el edificio aun vibraba. La mujer se estremeció, ahora sabía porque tenía tanta reticencia con esa muchacha... ella era su rival en el canto y su puesto como primera soprano estaba en peligro.

Continuará...


N/A:DISCLAIMER: La canción "Before the Dawn" (Antes del Amanecer) es de EVANESCENCE y fue utilizada en este capítulo porque así lo amerita la historia. (Mujer precavida vale por dos ') Lo ideal sería que la escuchasen, para que se forjen una idea de las emociones que transmite la canción y por supuesto, sea reforzada con lo que describí de Kagome.

Nos vemos ;)

Lady Sakura