Prometí que pronto iba a publicar un OS YoruichixSoi Fon, y no iba a quedarme por años ausente como luego de aquel lemmon OrihimexRangiku. Como sea, aquí lo tienen, mi último lemmon de 2021. Disfrútenlo.
Una fugitiva con invitación
En la habitación de la capitana del escuadrón 2 estaba precisamente ella, Soi Fon, haciendo una serie de preparativos. Estaba procurando las cosas más deliciosas posibles, haciendo memoria de platillos que pudiesen ser especialmente bienvenidos para la persona a la que le estaba cocinando. Y es que sí, ella personalmente se estaba encargando de cocinar todo.
No fueron pocos los subalternos que se escandalizaron al ver a la dura y exigente capitana Soi Fon con un delantal floreado puesto mientras tarareaba una melodía alegre al momento de cocinar y preparar algunas ollas, y que incluso bailaba como si estuviera viviendo en un cuento infantil. Claro que quienes cometieron la grandísima estupidez de cortar con su ambiente lo pagaron caro con unos sermones bien dados y una suspensión de sus cargos por dos días por incordiarla en un momento sumamente importante (Omaeda queda en este grupo).
─ ¡Al próximo que se le ocurra interrumpir ya verá por dónde le voy a meter mi bankai! ─ grita luego de casi echar a patadas a dos subordinados indiscretos.
El resto de los hombres bajo el mando de Soi Fon prefirieron callar y dejarla hacer, algunos mirando desde una distancia prudencial y otros pretendiendo que no pasaban nada mientras regresaban a sus puestos de guardia.
Soi Fon casi chilla como fangirl cuando ve que le quedó bien hecho un pastel con forma de cara de gato. Su invitada especial seguramente quedaría encantada con sus habilidades culinarias que, pese a que nunca hacía gala de las mismas, ahora confiaba que le diesen muchísimos puntos.
De vez en cuando Soi Fon mira por la ventana. En cualquier momento sería la hora para que su amada Yoruichi llegase, y por esa razón iba siempre con detalle pero con prisa. Ahora más que nunca deseaba que todo quedara perfecto. Jamás se perdonaría si había un solo detalle en la velada que pronto tendrían que fuera a ser menos que perfecto para la morena excapitana. No, Soi Fon jamás lo permitiría. Quería darle lo mejor a Yoruichi. Ella se merecía lo mejor que pudiese hacer, y así lo haría.
─ Veo que te estás esmerando en la cocina.
Soi Fon sufre un escalofrío de muerte mientras ahoga un grito. Esa voz, las suaves y bellas manos que se asoman sobre sus hombros, el aroma inconfundible a flores y pelo de gato. Ella, Yoruichi Shihoin, acababa de llegar, antes todavía de la hora prevista, y de paso la había agarrado por sorpresa.
─ Y-Yoruichi-sama…
─ Y dale con el "sama" ─ Yoruichi se ríe divertida.
─ Q-qué pena con usted. Mirarme en estas fachas, que ni siquiera me he peinado de manera adecuada…
─ No te angusties por esas cosas, Soi Fon. No me molesta verte en esta faceta más natural. De hecho, creo que me encanta verte así.
Soi Fon se sonroja fuertemente. Ahí iba nuevamente su mentora, haciendo que su corazón latiese a mil pulsaciones por segundo simplemente por decir unas cuantas palabras bonitas. Soi Fon a veces se regañaba a sí misma por reaccionar de esa manera tan infantil, por ser tan impresionable, pero cada vez que se daba la oportunidad de encontrarse con ella ocurría lo inevitable. Soi Fon simplemente era irremediable, y poco a poco iba cayendo en cuenta ante ese hecho irrefutable.
─ Hmm, huele bien. Has trabajado muy duro cocinando, ¿no es así?
─ S-sí, Yoruichi-sama… Un momento ─ Soi Fon de pronto se había dado cuenta de cierto hecho ─ ¿Cómo es que usted entró aquí? Por los alrededores siempre tengo guardias vigilando cada rincón de las calles, y ninguno me informó de su llegada.
─ ¿Acaso olvidaste lo que soy capaz de hacer? ─ Yoruichi sonríe burlona antes de transformarse en gato y posarse sobre el hombro de Soi Fon ─ Un poco de sigilo y ni cuenta se dan de que algo haya pasado delante de sus narices.
─ Ah, sí. Es cierto. Discúlpeme por ser tan olvidadiza, Yoruichi-sama.
─ No te preocupes. No me molesta en absoluto que pasaras por alto ese detalle. A lo mejor estabas simplemente esperando que entrara por la puerta ─ Yoruichi vuelve a transformarse en humana, y esta vez Soi Fon la ve desnuda ─. De hecho, lo prefiero así como lo hice, pues no se pierde el factor sorpresa.
Soi Fon estaba roja a más no poder. Como antes Yoruichi estaba detrás de ella no se había dado cuenta, pero ahora que se daba cuenta de que no tenía una sola prenda encima se avergüenza tanto que pensaba que iba a darle un infarto y se tapa los ojos. A Yoruichi no parecía molestarle en lo más mínimo ser vista justo como llegó a la Sociedad de Almas, pero sí que le hacía gracia ver a su antigua protegida de esa manera.
─ ¿Qué pasa, Soi Fon? ¿Estás roja sólo porque no llevo ropa? Jeje, estás igualita a cuando eras mi subordinada.
─ ¡N-no diga esas cosas, Yoruichi-sama! ─ Soi Fon intentaba defenderse, pero terminaba pareciendo infantil a su pesar ─ Y-yo no estoy avergonzada ni nada. Es usted quien debería estarlo. Mira que andar desnuda por ahí en habitación ajena.
─ Alguna vez esta fue mi habitación, además que tú no eres ninguna extraña, Soi Fon ─ Yoruichi rodea con un brazo a la capitana y la acerca, haciendo que Soi Fon viese más de cerca sus pechos, y por ende Soi Fon se sonroja todavía más si cabe.
─ Y-Yoruichi-sama, por favor...
─ ¿Ah? ¿Qué pasa? ¿Acaso ves algo que te guste? ─ Yoruichi suelta a Soi Fon antes de que ésta le pudiera responder ─ En fin, si todo está listo digo que empecemos a comer. Quiero ver qué tanto has mejorado, Soi Fon.
─ ¿Acaso no se va a vestir antes? ─ dice Soi Fon escandalizada.
─ Bueno, si eso te hace feliz.
Soi Fon suspira aliviada y señala a Yoruichi la dirección en que se encontraba el armario para que así se vista rápido. Mientras tanto, la propia Soi Fon se centra en arreglar la mesa y hacerse ver más presentable para así cenar con ella.
Diez minutos después
Ya con la mesa servida, Soi Fon arreglada para la ocasión y Yoruichi vestida, finalmente podían comer juntas. Soi Fon miraba fijamente a la morena. Se veía igual a cuando era ella la capitana del segundo escuadrón, sólo que con el cabello más largo. Se sonroja al recordar esos días en que le servía a Yoruichi, y por dentro tenía el deseo de estar bajo su mando de nuevo. Sabía perfectamente que Yoruichi nunca fue tan perfecta como solía verla en el pasado, pero no podía evitar tenerla en un pedestal. Ella era objeto de su devoción más absoluta, y pese a todos los problemas que había pasado por ella, no lo dudaría un solo segundo en volver a pasar por esos mismos problemas mil veces si era necesario, todo con tal de complacerla.
─ ¿T-todo está bien con la comida? ─ pregunta con timidez, rogando mentalmente por haber logrado hacer la comida tal y como le gustaba a su antigua capitana.
─ Está bastante bien. Soi Fon, debo decir que te esmeraste muchísimo ─ le responde Yoruichi con una gran sonrisa que llenaba de calor el pecho de Soi Fon.
─ ¿Lo dice enserio? Si usted así lo quiere, puedo más tarde empacar un poco para que se la lleve.
─ No creo que haga falta, pero te agradezco muchísimo el gesto ─ Yoruichi se termina su plato, y luego le dedica una mirada intensa a su antigua protegida ─. Realmente ha pasado mucho tiempo, ¿verdad?
─ Pues sí. Mucho tiempo, tal y como dijo ─ Soi Fon ahora estaba un poco más seria ─. Me acuerdo de muchas cosas que usted me enseñó. No creo haber llegado a nada si no fuera porque usted llegó a mi vida, y por eso me siento en deuda. Sabe bien que si hay algo, cualquier cosa, en que usted necesite de mi ayuda, estoy dispuesta a lo que sea con tal de ayudarle.
─ No lo dudo, Soi Fon. Sé que estarías dispuesta a lo que sea. Una vez incluso dijiste que habrías estado dispuesta a desertar a mi lado cuando me fui de la Sociedad de Almas. Créeme que esas palabras tuyas me conmovieron.
Soi Fon se sonroja al recordar sus palabras. No podía negar lo que dijo. Jamás se le ocurriría decir nada que ponga en duda su lealtad y cariño hacia ella, a pesar de todos los años de dolor que significaron para ella y su corazón la ausencia de Yoruichi. De improvisto siente que un brazo le rodea el cuello, y de paso siente sobre su rostro el contorno sobre la tela de los redondos pechos de Yoruichi, y eso la alarma mucho.
─ Y-Yoruichi-sama… ¿Qué está…? ─ es silenciada cuando la morena le hunde el rostro en su busto.
─ No sé si lo habrás deducido o no, pero la verdad es que vine para algo más que simplemente hablar contigo, Soi Fon ─ Yoruichi amplía su sonrisa y acaricia la nuca de Soi Fon mientras apretaba un poco su abrazo ─. No me puedo quejar sobre mi vida. Asumí lo que implicaba no estar más entre los trece capitanes de la corte, pero siempre aprovechaba cada oportunidad que tenía para pasar el rato durante estos años. Sin embargo, había algo que me habría gustado hacer, y que hasta entonces no tuve la oportunidad adecuada para ello.
─ ¿De qué está hablando?
─ Pues de esto, Soi Fon…
La más baja fue completamente tomada desprevenida por el beso que Yoruichi le empieza a dar. No sabía que ella tenía esa clase de sentimientos, pero no era quién para atreverse a decirle que no. Muy por el contrario, deseaba que aquello no se terminara nunca. A veces se decía a sí misma que no era lo correcto, pero siempre había soñado con sentir los besos de Yoruichi. Lógicamente no había dicho esto a nadie, ni siquiera a la propia Yoruichi, y menos a sus subordinados o a sus colegas capitanes. Tal vez Komamura, Ukitake, Unohana y Kyoraku estuviesen de acuerdo, aunque luego vendrían la indiferencia sobre el tema de parte de Byakuya y Kenpachi, la opinión precisa y crítica de parte de Genryusai Yamamoto, y finalmente las idioteces que diría Mayuri sobre los sentimientos y lo inútiles que son a su parecer.
─ Yoruichi... sama...
─ Shhh, no digamos nada de momento ─ la morena pone un dedo sobre los labios de Soi Fon ─. Mejor dejemos que nuestros cuerpos hablen, ¿te parece?
Soi Fon asiente automáticamente. No comprendía cómo es que de pronto la cosa había cambiado tanto, pero confiaba ciegamente en lo que Yoruichi le había indicado. Si no era el momento indicado de hablar, entonces no sería ella quien inicie el tema de conversación. Su completa devoción hacia Yoruichi jamás le permitiría cuestionar lo que ella le indique.
Con sus brazos rodea la cintura de Yoruichi a la vez que iba tomando un papel más activo en el beso. No quería aburrir a su antigua capitana dejándole absolutamente todo el trabajo mientras ella se queda como una muñeca de trapo. Jamás permitiría algo tan vergonzoso. Todos sus años de preparación, de leal servicio y de capacitación en el combate siempre fueron, entre otras cosas, en función de ser una shinigami digna del reconocimiento de Yoruichi, y aunque el sexo haya sido un terreno inexplorado para ella hasta el momento, no sería excusa para que Soi Fon dé la impresión de ser una simple novata asustadiza. No, ella lo daría todo para demostrar lo que vale.
Yoruichi sonríe al cortar el beso. Estaba bastante encantada al ver el entusiasmo que ponía su antigua protegida en demostrar que estaba a la altura para ser una buena amante para ella. Con ambas manos toma el rostro de la más baja y le da un nuevo beso. Recuperar el contacto con ella la había hecho muy feliz. Ella misma no había sido consciente de lo mucho que la extrañaba y ansiaba sentirla. Ahora que finalmente lo sabía, no quería dejar escapar su gran oportunidad, a sabiendas además que Soi Fon de todos modos no quería decirle que no.
Los besos lentamente van escalando. Soi Fon no lo podía evitar. Podría intentar negarlo después, quizás, pero en ese momento ansiaba con todo su ser besar más y más a Yoruichi, saber que aquello era real y que estaba llegando al corazón de su antigua capitana. Toda la añoranza que había guardado hacia ella salía a flote. Gemía entre besos, estrechaba todo lo que podía su abrazo como si se le fuera a ir en cualquier momento, guardaba en su memoria el tacto de las manos de su amada sobre su rostro.
─ Yo... ruichi... sama... La... amo... ─ inevitablemente suelta. Simplemente no podía callarlo, ni siquiera para dejarlo para después.
Apenas se le entendía. La lengua de Yoruichi dentro de su boca le entorpecía la pronunciación, pero igual la pelimorada captó perfectamente el mensaje. Aquella era la confirmación de cuán honda era su devoción hacia ella, y a Yoruichi le contentaba muchísimo. Le hacía silenciosamente feliz saber que Soi Fon le decía sus sentimientosl, por muy torpe que fuese la manera. Ya la comida no importaba, si igual habían comido lo suficiente. Podían acordarse de ello luego, pero esto era mucho más importante.
Yoruichi de pronto carga a Soi Fon y la lleva hasta el dormitorio. Había pasado mucho tiempo, pero el camino se lo seguía sabiendo de memoría, además que la manera de ser de Soi Fon no admitía desorden de ningún tipo allí, por lo que apenas necesitó desviar su mirada de ella hasta llegar adonde quería.
Dormitorio
La cama se veía bastante ordenada y dotada meramente con lo básico. Meramente un futón con su almohada y las respectivas sábanas, sin mayor adorno ni nada. Eso decía mucho sobre la rigidez con que Soi Fon encaminaba su propia vida, pero pronto las dos lo volverían un desastre. Yoruichi no tenía la menor duda de ello.
Una vez que deposita a Soi Fon, Yoruichi se quita su ropa. En ese momento cualquier vestidura le era un estorbo, y de todas maneras no había querido ponerse nada desde que había venido.
─ ¿Ahora quieres saber cómo es que se demuestra en cuerpo y alma el amor, Soi Fon?
─ Sí... Lo quiero. Pero una cosa antes ─ Soi Fon mira con desconfianza la puerta, a la cual se dirige para cerrarla bien ─. No toleraré que venga nadie a fastidiar, no importa el motivo.
─ Sí que eres estricta, Soi Fon ─ Yoruichi sonríe burlona, y luego estira su mano mientras se acostaba ─ ¿Qué estás esperando? Ven, que no estoy simplemente para posar.
─ E-entendido. Lo siento mucho, Yoruichi-sama ─ Soi Fon estaba rojísima, pero igual se apresura en quitarse su ropa también, no queriendo parecer una pasmada en el momento más importante de su vida, solo después de cuando vio por primera vez a yoruichi ─. Y-ya estoy, aunque es un poco vergonzoso...
─ La vergüenza no nos llevará a lo que sigue, así que no prestes atención a eso ─. Yoruichi agarra una mano a Soi Fon para tirar de ella y abrazarla ─. Este momento es entre tú y yo. Dejemos cualquier cosa que no nos sea importante afuera, y sigamos adelante.
─ D-de acuerdo.
Ambas se besan de nuevo. Ahora que estaban completamente desnudas, cada una tenía la oportunidad de palpar a detalle el cuerpo de la otra. Numerosos fueron los roces y las caricias que se dedicaron en medio de la oscuridad, pues la luz que se colaba era muy escasa. Soi Fon lo prefería así. Sólo así es que podría demostrar en ese momento su amor y su deseo por la responsable de que fuera quien es ahora.
Cada abrazo y beso se sentía con peculiar intensidad. Soi Fon sentía estar viviendo un sueño lúcido, sin duda el mejor de toda su vida. La admiraba, la amaba, la deseaba, la procuraba, pero nunca antes había pensado que acabarían precisamente de esa manera. Antes pensaba que Yoruichi no compartía sus gustos, o que simplemente no contaba con ningún interés amoroso en particular. Pero eso no le importaba en absoluto, pues ella seguiría amándola sin importar si ese sentimiento era correspondido o no. Y ahora que sabía que sí era correspondido su sentir por ella, no podía ser más dichosa. Ahora que sabía que Yoruichi también guardaba sentimientos por ella, estaba dispuesta a dar su cuerpo, su mente, sus sentimientos y su vida por ella de una manera completamente nueva. La amaría de una manera más cercana y física, ahora que sabía que tiene la oportunidad.
Los dedos de Yoruichi se pasean lentamente sobre su intimidad, sacando suaves gemidos de Soi Fon. La morena mostraba una sorprendente capacidad para ser gentil y para erizar la piel de la menor. Soi Fon procura no quedarse atrás, y por ello también usa sus dedos para tocar la flor de Yoruichi. Se sentía suave, húmeda, prohibida, y esa sensación la estaba excitando a pasos agigantados. Quería sentirla toda, y que a su vez Yoruichi la sienta a ella. Abre sus piernas para que así Yoruichi no tuviese ningún problema en tocarla y poner a prueba la sensibilidad de su piel. Eso obviamente le daba una importante ventaja a la morena que no deja pasar ni por un instante.
Era una experiencia completamente nueva para Soi Fon. Ni siquiera había podido imaginar que una sensación así fuera posible, y la disfrutaba mucho, especialmente porque era Yoruichi quien le estaba proveyendo ese placer. Nuevos besos tienen lugar, y Soi Fon introduce sus dedos, queriendo mostrar su capacidad, aunque su inexperiencia no la dejaba llegar demasiado lejos. Pero aun así le gustaba mucho a Yoruichi, por lo que Soi Fon estaba jubilosa. No tenía dudas de que con un poco de mejora podría ser la mejor amante posible para su queridísima Yoruichi.
─ ¿Le está gustando... ahhh... Yoruichi-sama?
─ Sí. Me tienes encantada, Soi Fon ─ Yoruichi gime su respuesta ─ ¿Y qué me dices tú? ¿También lo estás disfrutando?
Soi gime en asentimiento. Yoruichi había empezado a introducir sus dedos con buena velocidad, lo cual hizo que Soi Fon perdiera por un momento la capacidad del habla. No importaba, si igual lo que hacía Yoruichi valía lo que sea. Ambos cuerpos estaban bastante juntos, y cada una seguía usando con frenesí una mano para hurgar la intimidad ajena, mientras que con la otra se amasaban mutuamente los pechos. Soi Fon jamás estaría a gusto haciendo esto con nadie más, de eso estaba plenamente segura, pero con Yoruichi era una cosa completamente diferente. Los espasmos de su cuerpo anunciaban un clímax bastante pronto, y Soi Fon sentía que su energía estaba siendo drenada por esa sensación. Yoruichi también parecía a punto de llegar gracias a sus dedos. Era una dicha total saberse que es quien lograba aquello.
─ Yoruichi-sama, Yoruichi-sama... ¡La amo muchísimo, Yoruichi-sama!
─ Soi Fon, eres genial... Eres la mejor que haya conocido jamás... No creo que esto sea posible con alguien más... ¡Soi Fon!
Su propio sexo se contraía de una manera casi dolorosa, y a su vez sentía que la vagina de Yoruichi apretaba sus dedos. La carnosa envoltura aferrando sus dedos hacía que a Soi Fon se le erizara completamente la piel, pero no era capaz de comentarlo en ese momento. Ahora estaba agotada. No solo el orgasmo, ahora Soi Fon se daba cuenta de que había derrochado bastante de su esfuerzo con todas las tareas ejercidas durante el día, pero que no había prestado atención a ello por estar todo el día emocionada ante la expectativa de encontrarse con Yoruichi.
Parecía que terminaría dormida en cualquier momento, pero antes de eso siente que su antigua mentora la atrapa en un fuerte abrazo, pegando su rostro a aquellos hermosos y grandes pechos de chocolate. Soi Fon se sentía en el mismísimo paraíso.
─ Debes estar muy cansada, Soi Fon. Adelante, duerme. Ya tendremos otras oportunidades para estar juntas, tú y yo.
─ Sí, estaría genial ─ responde sonriente la más joven antes de ceder finalmente.
Al día siguiente
Soi Fon se levanta temprano, como no podía ser de otro modo. Nota que el futón estaba desordenado, además que sus propias prendas estaban igualmente desorganizadas, pues recordaba habérselas quitado y soltado sin más. Era algo que jamás habría concebido que haría, pero al ser por Yoruichi se permite no alarmarse demasiado.
También nota que ella no estaba. De pronto se preocupa, pues se hacía a la idea de que se haya ido, o que algo hubiese ocurrido que la obligara a dejarla, pero ni bien se levanta del futón aparece Yoruichi ya vestida.
─ Veo que ya has despertado, Soi Fon.
─ ¿Yoruichi-sama?
─ Je. Ese hábito ahora sé que nunca te lo podré quitar. Como sea, vístete mientras me encargo de hacer el desayuno.
─ ¿Cómo? ¿Usted se está haciendo cargo del desayuno?
─ ¿Hay algún problema con que le haga la comida a la chica que amo?
Soi Fon se pone bastante roja. Esas palabras de Yoruichi la impactaron completamente.
─ N-no, Yoruichi-sama.
─ Me alegra saberlo. Te lo repito: Vístete. Más tarde volveré al mundo humano, pero antes de eso quiero saber que has desayunado. Y una cosa más ─ Yoruichi estaba por salir, pero antes le da una breve mirada a Soi Fon ─. Si algún día deseas visitarme, me aseguraré de darte un recibimiento igual de bonito y caluroso como el que me has dado anoche. Lo mereces, al fin y al cabo.
Soi Fon asiente feliz. Realmente no podía ser más feliz. La vida cambiaba de golpe para ella, y estaba segura de que ese cambio era para mejor. Claro, siempre mantendría la disciplina intacta en el escuadrón 2, pero a nivel personal las cosas tenían un nuevo color, y es que su amada y adorada Yoruichi también aceptó amarla.
Claro que la visitaría tan pronto tenga la oportunidad.
Fin
Este es el último lemmon del año, y lo estoy publicando in extremis. Espero que les haya gustado, y ojalá volvamos a vernos algún día ¿Pasará? Como ya lo dije, ojalá :v.
Hasta otra
