2º CONFUSIONES
Al día siguiente me despertaron los primeros rayos del sol que se asomaban por las ventanas del dormitorio de chicas. Voltee a ver a mí alrededor. Vi a Parvati y a Lavander, que desde que me subí la noche anterior, ya estaban dormidas. Asi, que lo primero que hice fue bostezar, no había dormido bien, pero sabía que tenia que ir a clases, tome mi uniforme y me metía bañar. No demoré mucho, y baje a la Sala Común, donde Harry y Ron estaban sentados en los sillones, platicando y, según yo, esperándome. Asi que me acerque a ellos y los saludé:
-¡Hola! –dije sonriéndoles Ellos se pusieron de pie y me saludaron, salimos de la Sala Común y bajamos las escaleras de mármol que dirigían al Gran Comedor. Nos sentamos a la mesa, y comenzamos a desayunar. No sabia por que había tanto silencio entre nosotros, normalmente ellos comenzaban la plática y yo les seguía con la conversación. Pero no aquella mañana, noté que Ron y Harry se lanzaban miradas nerviosas. No les entendía¿acaso sabían algo que yo ignoraba? Y si asi fuera¿Por qué no me decían nada? Terminamos de desayunar en seguida, y nos dirigimos a nuestra primera clase: Defensa Contra las Artes Obscuras.
Al llegar al aula con cinco minutos de anticipación, Harry Ron y yo nos sentamos en el suelo de piedra, a esperar a que la clase comenzara.
-Esta horrible el clima... ¿No? –comente como si nada, pero en realidad quería empezar una conversación (con el clima… claro)
-Si… -respondio Harry, tal vez pensando lo mismo que yo por que me hizo una mueca. Sonreí. Nos quedamos en silencio los tres unos segundos, cuando no me pude contener preguntarles… -¿Pasa algo¿Por qué están tan callados? -
Antes de contestar se voltearon a ver y Ron me dijo:
-No, Herm¿Qué puede pasar…? Es el frío… supongo No me lo creí, claro -Ah… ya –conteste dada por terminada la "conversación" A continuación, la puerta del aula se abrió y por ella se asomo nada menos que ¡Snape¿Qué hace aquí, pensé desesperada, aunque claro todos pensaban lo mismo, mis compañeros de Gryffindor y de Ravenclaw tenían cara de horror.
-Ya pueden pasar –nos dijo con una sonrisa maliciosa Intercambie miradas con Harry y Ron, mientras avanzábamos por el aula hacia los asientos mas alejados del escritorio del profesor.
-Buenos días –saludo Snape, cosa que nunca hacia. Era obvio que estaba de buen humor, aunque su voz se oía todavía fría, igual a la de Malfoy. –Este año seré su profesor de Defensa Contra las Artes Obscuras –un murmullo general. En ese momento pensé algo que nunca creí que seria capaz de pensar: "Odio Defensa Contra las Artes Obscuras, es peor que en quinto" -Es broma –susurre a Harry y Ron que asintieron sin voltear a verme.
-Hoy comenzaremos con las criaturas… -por primera vez, mi cabeza se quedó en blanco en una clase, no podía creer lo que estaba sucediendo, por fin Snape había conseguido ser Profesor de Defensa Contra las Artes Obscuras¿Quién daría pociones?
No preste atención en la clase, solo capte algunas cosas sobre los centauros y hombres lobo… miraba de reojo a Harry y a Ron quienes estaban perdidos, también sin prestar atención.
La clase finalizo y Snape nos dejo una redacción sobre los unicornios. Sin decir una palabra, salí del aula, seguida por Harry y Ron. En silencio, me acompañaron a Aritmancia, y luego ellos se fueron a Adivinación.
Toda la tarde fue asi, no les pregunte porque actuaban de aquella manera, hasta que estuvimos en la Sala Común, sentados en nuestros acostumbrados sillones, junto a la chimenea.
-¿Qué es lo que pasa? –pregunté, interrumpiendo la conversación de Harry y Ron acerca del Quidditch.
-¿De que? -¿Por qué están callados, distantes?
Ellos volvieron a dirigirse miradas cómplices.
-¿Qué sucede?-pregunte incorporándome en mi asiento.
-Nada -No soy ingenua, se que pasa algo¿Qué es?-insistí, me lo iban a decir, quisieran o no -Hermione, no pasa nada¿Qué puede pasar? Tal vez son los nervios de los EXTASIS o algo asi -Falta un año para eso –dije, no podía creer que me estuvieran ocultando algo, cuando no lo habían hecho en los últimos 6 años. Además, desde cuando se ponen nerviosos por los exámenes, por muy difíciles o importantes que fueran, de hecho, eso fue lo que les pregunte a continuación: -¿Desde cuando les importan los exámenes, o se ponen nerviosos por ellos?
-Bueno, es que de eso depende nuestra vida¿sabes? Tenían razón, pero no les creía por muchas razones que me dieran. Les dirigí una última mirada de desconfianza, me puse de pie y subí al dormitorio. No estaba enojada sino intrigada. ¿Qué seria tan serio… o grave… o privado… que no me quieren decir?
Llegue al dormitorio, que ya estaba obscuro, donde se encontraban Parvati y Lavander platicando, ya en pijama, en sus camas (lo que me extraño, por que normalmente ellas daban paseos nocturnos.
-Hola, Hermione –me saludo Parvati, no habíamos hablado en los dos días. -¿Qué tal las vacaciones? –me preguntó sonriente, parecía que a ella le había ido muy bien.
-Pues… -no pensaba platicarles nada… acerca de lo ocurrido, me harían muchas preguntas y no quería un interrogatorio – nada mal… ¿y a ti? – pregunté, por que sabia que era lo que ella quería, sino, no hubiera iniciado la conversación.
-Genial… no te imaginas… -me contó un montón de cosas, acerca de un tipo… que no recuerdo como se llamaba, no puse atención, estaba demasiado intrigada en que era lo que se traían Harry y Ron, nunca me habían hecho eso. Cuando Parvati termino, me preguntó:- ¿Qué opinas, a poco no es genial? – Distraída le dije:
-Si, es genial… que bien, Parvati… ¿y tu, Lavander? –solo lo pregunte por ser cortes, porque en verdad no quería saber… y me arrepentí de haberlo hecho… otra media hora de cuentos que tal vez eran inventados, y yo pensando en lo mío. Unos momentos después… me empezó a entrar el sueño… -Bueno, yo me voy a dormir, nos veremos mañana –no di tiempo a que respondieran, me puse el pijama y me metí a la cama.
Esa noche dormí muy bien, por eso a la mañana siguiente, me desperté de buen humor. Me bañe, vestí y arregle, nunca me había arreglado de aquella manera solo que, claro no fue exagerado. Después de todo, ya tenia 17 años, ya era tiempo de que alguien se fijara en mí, de todas formas, iba a suceder, tarde o temprano.
Salí del dormitorio, lo más silenciosamente que pude. Bajé las escaleras de caracol, algo nerviosa por la actitud que fueran a tomar todos, por que hiciera lo que hiciera con mi físico, nunca iba a dejar de ser la niña tímida y dedicada al estudio… bueno, en aquel momento, eso era lo que yo pensaba.
Llegué a la Sala Común, donde, como el día anterior, estaban Harry y Ron, solo que esta vez, estaban leyendo… ¿Qué¿Leyendo, ellos¿Sin que sea una tarea? No les dije nada en aquel momento, pero no pude evitar asombrarme, me acerque a ellos y descubrí que lo que leía Harry era Quidditch… bueno, eso estaba bien, pero Ron… estaba leyendo ¡pociones¿Qué sucedía?
-Hola –salude sonriente. Los dos saltaron en sus sillones. No pude evitar burlarme de ellos, con un "hola" los había asustado… -Hola, Hermione –dijo Harry como si no hubiera pasado nada -¿Qué hay, Herm? –Por cierto, ese era ahora el saludo de Ron, en ese momento no me sorprendí. -¿Va… vamos a desayunar? –preguntó Ron, dejando su libro dentro de su vieja mochila y poniéndose de pie, sonriéndome.
-Claro –respondimos Harry y yo al mismo tiempo. Salimos los tres de la Sala Común, y dirigiéndonos al Gran Comedor, que ya estaba abarrotado de estudiantes y profesores.
Desayunamos hablando cosas sin importancia, como antes lo hacíamos, me alegré. Fuimos juntos a nuestras siguientes clases, como si fuéramos tan unidos como siempre. Hasta que llegó la tarde, y fuimos a la Sala Común, teníamos igual o más deberes que en quinto y sexto. Pero, de cualquier forma, aquella noche avanzamos mucho. Cuando ya estábamos fatigados, me fui al dormitorio, donde Lavander y Parvati, se preparaban para dormir. Aquella noche nunca la olvidaré. Me comencé a cepillar el cabello, cuando Lavander se acercó a mí y me dijo:
-¿ya lo sabes, verdad?
-¿Qué? –pregunté ¿Qué tenia que saber?
-Claro que lo sabes, sino no estarías tan feliz.
-Estoy feliz por que estoy en Hogwarts –respondí, claro, diciendo la verdad. ¿Por qué otra razón debería estar feliz? Sabían algo que yo no, estaba segura, pero no quería preguntar.
Las siguientes palabras de Parvati, uniéndose a la conversación, me hicieron sentir como que el estomago se me iba a no se donde. Nunca me lo hubiera esperado.
-Le gustas a Harry –me dijo, dirigiéndome una picara sonrisita. Me quedé sin habla, pero después de analizarlo un minuto les dije, tratando de formar una sonrisa en mi boca.
-No es cierto –Afirmé. Me di media vuelta confundida, tomando mi pijama y dirigiéndome al baño. No oí que me dijeran más. Esa noche dormí intranquila, no sabia si era cierto o no ¿como lo sabría? Aunque por otro lado, se habían portado extraños últimamente, aunque podría ser otra cosa… pero¿Qué? No sabia que pensar… yo solo lo veía como un amigo, y estaba segura que siempre lo vería asi. La mañana llegó muy rápido para mi, tenia mucho sueño cuando Lavander y Parvati me despertaron.
-Hermione¡apúrate, vas a llegar tarde a Transformaciones!
Abrí los ojos de pronto, solo las vi cruzando la puerta del dormitorio, ya uniformadas, me di media vuelta y vi mi reloj que estaba en mi mesa de noche, ya eran las ¡7:40!
En 20 minutos empezaba mi clase. ¿Cómo me pude quedar dormida tan tarde? Y luego lo recordé.
Me puse de pie de un salto desperezándome. Me aliste como de costumbre y salí disparada hacia transformaciones, donde ya todos estaban entrando al aula. Yo también entre, y me senté hasta el final con Harry y Ron, como si no pasara nada.
Se me quedaron viendo extrañados, porque no había sido la primera en llegar. No les hice caso, ni les dije nada. Al salir del aula, cuando la clase finalizó trate de irme a la siguiente clase tan rápido como podía, pero Harry me detuvo.
-¿Qué pasa¿Por qué llegaste tarde?
-No llegue tarde –reclamé.
Se quedó en silencio y le dije:
-Mejor hay que irnos a Herbologia… -¿podemos hablar? –me preguntó Harry bajando la voz, y acercándose más para que Ron no lo oyera -¿ahora? – pregunté nerviosa. Si era de lo que yo creía, no quería hablar.
-No, en la tarde –dijo y comenzó a caminar en medio de Ron y de mí, para ir a Herbologia.
Todo el día me la pase mas callada que de costumbre y nerviosa. Pasaban muchas ideas por mi cabeza. No quería que llegara la tarde.
Pero llegó, y los tres fuimos caminando a la Sala Común, en silencio.
Ron, como obedeciendo una orden, subió por las escaleras, sin decir nada, y entró al dormitorio de los hombres.
Observe que Harry lo seguía con la mirada hasta que desapareció. Me quede en silencio mirando al suelo, esperando oír la voz de Harry.
-¿Nos sentamos? Asentí, sin estar completamente segura de querer hacerlo. Me acerque a los sillones y me senté nerviosa. Harry se sentó a mi lado -¿Qué pasa? –Me preguntó -¿Por qué estas rara? Pareciera que te fuera a regañar. Le sonreí. De hecho, tenia razón, tal vez no me iba a decir lo que yo pensaba. -¿De que quieres hablar? –le pregunté, como si nada -Bueno… en realidad no se como lo vayas a tomar, pero solo quiero decírtelo, para que lo sepas.
-¿Qué? -Bueno, lo más probable es que ya sepas o ya te hayas dado cuenta… ¿verdad?
-No se, no tengo ni idea de lo que me dices –trate de que mi voz saliera como siempre, normal, aunque no sé si en verdad lo conseguí.
-Hermione, es que yo te veo mas que como mi mejor amiga… -me sonrió, no muy seguro de si mismo. Abrió la boca para decir algo más, y la cerró, pensándolo mejor.
Yo no le dije nada, pensando si en verdad yo lo veía de aquella manera también. Pero no. Él siempre había sido mi mejor amigo, me había apoyado cuando lo había necesitado y era como mi hermano¿Cómo lo iba a ver más que eso?
-No te quiero pedir otra cosa, nada más que sigamos siendo amigos, como siempre, por que yo te entiendo perfectamente, sólo me quería desahogar, diciéndotelo. Así que mejor me voy a dormir, nos vemos mañana.
Me pasó una mano sobre el hombro, alejándose, y subió las escaleras de caracol. Lo seguí con la mirada confundida.
No se exactamente cuanto tiempo me quede ahí sentada, observando las llamas con mis ojos que me ardían del calor, pensando lo que me había dicho Harry, mi mejor amigo, repasando como sucedió y preguntándome si algún día lo podría ver de aquella manera, pero aquella noche estaba convencida de que no iba a suceder, y que seguiría siendo mi amigo y nada más que eso.
