4º CUANDO TODO COMENZO


A la mañana siguiente, sábado, me levanté con dificultad. Cuando por fin me desperté, me metí a bañar, me refresque con cada gota que caía.
Ese día era la primera salida a Hosmeade.
Salí de la Sala Común, donde no estaban Harry Ron ni Matthew, y seguí mi camino hacia el Gran Comedor.

Harry y Ron, estaban sentados en los mismos asientos que la noche anterior, y Matthew, que desayunaba con ellos.

-Herm ¿Qué tal dormiste? –saludó Harry, pero en verdad no quería hacerlo con aquellas palabras. Sentí que me sonrojaba, pero de todas formas, respondí:

-Bien, gracias, Harry –dije sonriéndole y sentándome a un lado de Matthew, frente a Harry y Ron.

-¿Qué hay, Herm? –saludó Ron.

-Buenos días Hermione –saludo Matthew mostrándome su hermosa sonrisa.
No me salieron palabras, debí parecer una tonta.

Terminamos de desayunar hablando cosas sin importancia, luego nos dirigimos, con los demás alumnos hacia las puertas del castillo para ir a Hosmeade.

Íbamos caminando por el sendero que guiaba al pueblo, con el aire frío chocando en nuestras caras. No tardaba en nevar, platicábamos de todo lo que haríamos al llegar. Primero, como de costumbre, fuimos a las Tres Escobas, y escogimos una mesa apartada de las demás.

-¿cuatro cervezas de mantequilla?-preguntó Ron antes de tomar asiento.

-¿Cervezas de Mantequilla? –pregunto Matthew extrañado

-Es deliciosa¿Te pido una?

-Pues… si –respondió Matthew

Ron fue por las cervezas mientras que nosotros nos quedamos en silencio, observando a nuestro alrededor. Ron no demoró mucho y pronto llegó con las cervezas.
Nos las tomamos lentamente, entrando en calor cuando de pronto Ron dejo su cerveza de un golpe y dijo:

-Tengo que comprar algo… ¿Cómo se me pudo olvidar? –Se puso de pie

-¿Vienes, Harry?

Harry asintió y volviéndose hacia nosotros nos dijo:

-¿Nos vemos aquí…? O ¿En donde?

-En la entrada de Zonko –respondí después de pensar un momento

-Bien… -Harry dudó, antes de seguir a Ron fuera del bar.

-¿Nos vamos? –pregunte a Matthew después de un momento de silencio

-Claro –respondió él.

Salimos hacia el frío pueblo.
Caminamos unas cuantas calles, mientras Matthew me contaba interesantes cosas acerca de Durmstrang. Por fin llegamos a donde yo quería, la Oficina de Correos, que era enorme y con el piso, paredes y columnas cien por ciento de mármol blanco.
Vi la expresión de admiración que se dibujo en el rostro de Matthew al entrar, estuvimos observando varias lechuzas, muy graciosas otras no fuera de lo común.

Salimos de allí y nos encaminamos a Zonko. En la entrada había unas bancas en donde nos sentamos a esperar a Harry y Ron.
Estaba temblando de frío, pero por lo que veía, Matthew ya estaba acostumbrado a eso.

-¿Tienes frío, verdad? –dijo Matthew como burlándose de mi en broma

Pero al mismo tiempo paso su brazo por detrás de mí abrazándome.
Asi estaba mejor, pensé. De pronto llegaron Harry y Ron, el último con un misterioso paquete. Harry me lanzó una mirada incomoda antes de decir:

-Será mejor que volvamos, esto esta helado y lleno de gente.

Matthew, Ron y yo asentimos sin decir nada y fuimos directo al castillo.
En el camino nos topamos con el director de Durmstrang que rápidamente se dirigió a Matthew diciéndole algunas cosas en búlgaro.
Éste se dirigió a nosotros y nos dijo:

-Los veré en la cena… -se dio media vuelta y siguió a su director dentro del castillo.

-Lo olvidaba… debo entregar esto… -dijo Ron señalando el paquete

Harry asintió y Ron dio media vuelta y se dirigió a la lechucería. Harry camino unos pasos y se detuvo al ver que yo no me movía.

-¿vienes? –me pregunto

-Claro… -respondí acercándome a él.- ¿pasa algo? –lo había notado un poco molesto en el camino de Hosmeade.

-Si –respondió sencillamente, sin querer continuar con el tema.

-¿Qué es? –pregunte no queriendo parecer muy entrometida.

Antes de responderme caminamos un poco más, hasta llegar a un pasillo no muy amplio y que estaba desierto.

-Bueno, Herm, pensé lo habrías adivinado –cuando dijo eso, se detuvo y yo también lo hice.

-¿Por Matthew? –pregunte en casi un susurro, y bajando mi mirada hacia el suelo de piedra.

-Si… -respondió él en el mismo tono que yo use pero más despacio, al mismo tiempo que, con su mano temblorosa, me levanto la cara para que lo mirara a los ojos.

Me puse nerviosa, no sabia si sonreír, alejarme o llorar. Lo mire fijamente sin saber que hacer o que decir. El me devolvió la mirada, sin saber que seguía.
Retiro su mano de mi cara y siguió caminando, hice lo mismo. Permanecimos callados en silencio sin tener un destino al cual llegar. Después de unos minutos, Harry me dijo:

-¿Quieres ir a la Sala Común…?

-Vamos afuera-le dije. Quería pasear por los terrenos, aunque hiciera frío.
Harry se sorprendió por mi respuesta, pero asintio y volvimos por nuestro camino.

Salí del castillo a su lado, sin saber como actuar con él. Seguía queriéndolo como mi mejor amigo. Pero sabía que él estaba sufriendo. Observe el carruaje a un lado de la cabaña de Hagrid… no habíamos ido a visitarlo, recordé, no le tomé importancia en ese momento.
Llegamos a los límites del bosque prohibido y seguimos por ese camino, sin internarnos mucho.

El sol comenzaba a meterse y el cielo se volvía cada segundo más obscuro. Entonces comencé a sentir mas frío, me cruce de brazos y seguí caminando con Harry. Éste se dio cuenta y se detuvo.

-¿Quieres que regresemos?

Yo dije que no moviendo mi cabeza negativamente

-Pero tienes frío -insistió

-No importa –respondí en voz baja. Tenía razón, me estaba congelando, pero por alguna extraña razón que en ese momento no conocía, prefería seguir al lado de Harry, aunque no dijéramos nada, a estar en el bullicio de la Sala Común con Ron y los demás.

-Está bien

-Pero si tú quieres regresar, Harry –le dije

-No, yo estoy bien, gracias

-Esta bien…

Sin que me lo esperara Harry me abrazo, protegiéndome del frío. Me sentía mucho mejor con él. No se como describir ese momento, nunca, ni aunque me borraran la memoria iba a olvidar ese atardecer, ahí fue cuando comenzó todo. Me deje arrastrar por los sentimientos que Harry sentía hacia mí, me deje abrazar por él. Apoye mi cabeza en su hombro, queriendo saber lo que pasaba por su mente. Harry me fue soltando despacio y delicadamente. Me miró a los ojos. Yo miré los suyos. Nos quedamos asi un momento, dudando, y entonces, Harry se fue acercando a mí de nuevo, me tomo del cuello con las dos manos y me acerco a él. Sin pensar lo que estaba haciendo, me besó. Yo no sabia si hacer lo mismo, cerré mis ojos, olvidando mis confusiones y también lo besé. Fue una emoción incomparable, me sentí en las nubes ese breve momento, en donde Harry sacó el sufrimiento que sentía desde hacia mucho tiempo y expresaba sus emociones y sentimientos en ese maravilloso beso, en nuestro primer beso.