Disclaimer: Harry Potter y todos los personajes de Hogwarts no me pertenecen (ojalá...), son de exclusiva propiedad de J.K. Rowling, una verdadera genio, la Warner Bros, y varias otras personas que no conozco
Capítulo 3: Él detrás de todo esto...
Para Harry ya era conocida la escena que se vio al otro día en el desayuno. Sí, era exactamente lo mismo que había vivido en primer año – entre otras ocasiones- cuando McGonagall le había quitado cincuenta puntos a él junto a Ron y a Hermione por estar "merodeando por el colegio a altas horas de la noche" como les había dicho. Uno por uno, cada uno de los estudiantes de Gryffindor que llegaba a medio despertar, se despertaba completamente al ver los relojes que marcaban los puntajes de las casas. Abrían dramáticamente los ojos y en seguida le iban a "preguntar" –a discutir más que nada- a los prefectos de su casa, es decir, a Ron y a Hermione pues la profesora McGonagall aún no llegaba.
Ahora era el turno de un alumno de segundo que se acercaba a Ron
- em... ¿Ron?, ¿te fijaste que el reloj de Gryffindor muestra cincuenta puntos menos que ayer?, debe ser un error ¿no crees? No creo que alguien haya podido perder cincuenta puntos de la noche a la mañana, ¿por qué ya no están esos cincuenta puntos?
Ron, que había logrado mantener la calma con los otro veinte que le habían preguntado lo mismo, esta vez no pudo hacerlo y dejando su vaso en la mesa y se volteó para contestarle
- ¡¡¡Arg, juro que si me vuelven a preguntar una vez más por qué no están los cincuenta puntos, me voy a encargar de quitarles yo otros cincuenta más!!!... ¡¡¡no tengo ni idea de dónde están los malditos cincuenta puntos, y no tengo por qué saberlo, ¿por qué no se lo van a preguntar a la profesora McGonagall en lugar de estar arruinando mi desayuno?!!! – luego suspiró tranquilizándose y añadió – ahora con tu permiso... tengo asuntos que resolver
y sin decir más siguió comiendo su tocino. Así que el alumno no tuvo más remedio que volver a su puesto seguido por las miradas de todos, quienes no habían perdido palabra del desahogo de Ron.
- ¡Ron!, sabes que no puedes gritarle así a un alumno, menos si no tienes razón – exclamó Hermione
- ¡¿sin razón?!, ¿te parece poco el que hayan interrumpido más de diez veces mi desayuno?
- no tienes remedio... aun así, ¿quién puede haber perdido cincuenta puntos tan rápido?, estamos recién en la segunda semana
Harry, quien se había cuidado mucho de no dar una apariencia culpable y no había dicho ninguna palabra se atoró un poco con el jugo.
- algún estúpido debe haber salido de su cuarto en la noche – dijo Ginny sentándose al lado de Harry quien estaba haciendo mucho esfuerzo por desatorarse lo más silenciosamente posible
- arg, cuando sepa quien fue te juro que lo amarraré a una silla y haré que cada uno de los alumnos aquí presentes le pregunten una y otra vez lo que pasó...
- no creo que tú tengas mucho derecho para reprocharle lo que hizo al culpable... después de todo, tu ya habrías perdido muchos más puntos que él si te hubieran descubierto recorriendo el castillo de noche – le dijo Hermione
- ¡ahí está el punto! Yo no dejaba que me descubrieran, nosotros somos mucho más listos, ¿cierto, Harry?
Harry tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no dejar que su atoro lo delatara, y simplemente se limitó a asentir disimuladamente
- bueno, sólo hay que esperar a que llegue la profesora McGonagall para que aclare todo... ella debe saber quién perdió los puntos, y quién se los quitó – suspiró Hermione
Fue como si le hubiesen tirado un balde de agua fría a Harry. No se le había ocurrido pensar que la profesora McGonagall lo debía saber; ella se lo diría a todos. Y si no lo hacía, el profesor Snape no tendría ningún inconveniente en publicarlo por todo el colegio. No, debía evitar eso. Rápidamente se volvió a ver la mesa de profesores para ver si Snape estaba al tanto de lo que pasaba. Pero al fin tuvo un alivio, Snape tampoco había llegado todavía... estaba a salvo... por ahora, porque sabía que sólo faltaba que pusiera un pie en el comedor para que abriera la boca y dijera lo que había ocurrido la noche anterior.
Pero en cuanto volvió a concentrarse en su desayuno oyó algo que casi hizo que le dio un infarto
- Vaya, vaya, miren a quién tenemos aquí, si no es Potter que está desayunando – dijo una voz despectiva que arrastraba odiosamente las palabras.
Malfoy había llegado al comedor seguido como siempre de sus guardaespaldas, los estúpidos Crabbe y Goyle, y había ido hasta donde estaban Potter y los demás.
- ¡Bravo, Malfoy!, al fin te diste cuenta que las personas en la mañana de-sa-yu-nan – dijo Ron quien sentía que había llegado al límite de su odio por el slytherin
Pero Malfoy siguió como si no lo hubiera escuchado. Lo que alarmó un poco a Harry, porque Malfoy nunca había dejado de contestarle a Ron, y el que esta vez no lo hiciera le parecía sospechoso...
- me sorprendes, Potter... pensé que aprovecharías de dormir, después de todo, no es bueno dormir tan poco, Potter – añadió sonriendo maliciosamente
Crabbe y Goyle celebraron la gracia con una de sus estúpidas risas, aunque Harry no estaba muy seguro de que hubieran entendido el chiste. Pero él lo había entendido a la perfección... Malfoy sabía que él había salido de la torre de Gryffindor, y que él había perdido los puntos. La pregunta era ¿cómo?
- ¿sorprendido Potter?
- ¿de qué está hablando este idiota Harry? – preguntó Ginny
- veo que no les has contado tu gracia...
- vete, Malfoy – le gruñó Harry quien comenzaba a temer que no fuera Snape el que lo descubriera frente a todos sino que fuera Malfoy
- no te preocupes, pronto llegará el profesor Snape, y si él se demora, afuera hay una Hufflepuff que está fascinada contando la emocionante visita a la enfermería que le tocó hacer anoche...
y sin decir más se fue a la mesa de Slytherin dejando a todos sin entender nada de lo que había dicho.
- ¿qué quiso decir, Harry? – preguntó Hermione
... tengo que hablar con ustedes – les dijo Harry- en otro lugar...
claro – dijeron ellos
Los tres se pararon de la mesa y salieron del castillo dirigiéndose al lago. Se sentaron a la orilla de este, y Harry comenzó a contarles lo que había sucedido la noche anterior, omitiendo claro para qué había ido a la enfermería. Cuando terminó de contarles lo sucedido, Harry no supo decir quién de los dos lucía más sorprendido. Ron se había quedado con la boca abierta, y Hermione tenía los ojos más abiertos que lo habitual
- ¡¡¡¡¡¿toda la semana con él?!!!!! – exclamó Ron furioso- ese maldito Snape... en verdad Harry no sé cómo vas a salir de esta... lo siento...
- si, pero lo que no entiendo es cómo pudo saber que yo iba a ir a la enfermería...
debiste haberle mentido – le dijo Ron quien parecía más enojado que
Harry
¿crees que no lo hice?, traté de decirle que había ido porque me
sentía mal, pero él seguía mirándome con esa mirada altanera que tenía...
Sólo cuando dijo eso Hermione pareció reaccionar
¿te estaba mirando a los ojos? – le preguntó
- no, fíjate que para intimidar Snape siempre mira los pies de los estudiantes – dijo sarcástico Ron – ¿no es obvio?
- si... – contestó Harry inseguro... no le gustaba nada cuando Hermione hacía esas preguntas.
- y déjame adivinar: tú le sostuviste la mirada
- sí, pero ¿qué...
- ¡Harry, después de que el mismo Snape te enseñara oclumancia el año pasado, no te das cuenta que él estaba viendo todo en tu mirada!
¡Cómo había podido ser tan tonto! Sin duda alguna Snape había podido leer sin ninguna dificultad que él estaba mintiendo... pero todavía no podía estar seguro de que supiera por qué quería esa poción.
- pero Harry, si no te sentías mal, ¿por qué fuiste a la enfermería? – preguntó de repente Ron
Harry no contestó sino que se quedó mirando el lago, pensando en lo que podría inventar para desviar el tema, pero fue Hermione la que lo hizo
- será mejor que entremos, las clases comenzarán luego... – dijo parándose
- pero podemos esperar un poco... – protestó Ron – qué importa que lleguemos unos minutos tarde a...
Ron, tenemos Pociones – dijo Hermione- no podemos llegar tarde
- ¿y si no llegamos entonces? – preguntó inocentemente
- vamos... – suspiró Harry desanimado... sentía que no podría soportar mirar de nuevo a Snape. ¿Por qué diablos tenía que aprender pociones para ser auror?
Así los tres volvieron al castillo dirigiéndose a las mazmorras. Las clases pasaron rápido, y contra las expectativas de Harry, Snape no había dicho nada del asunto, es decir, no le dirigió la palabra en toda la clase. Al parecer estaba esperando a que fuera el castigo... . Sólo esperaba que tal hora se demorara lo más posible en llegar.
Pero como si todo estuviera haciendo un complot en su contra, el día pasó más rápido de lo que esperaba. Un mal día, especialmente después de que la noticia de que él había sido la causa de los puntos perdidos... nunca había deseado tanto desaparecer del mundo. Y después de las clases y la cena, Harry se dirigió a las mazmorras a cumplir el desdichado castigo.
Más de una vez pensó devolverse sobre sus pasos, pero luego pensó que eso sólo empeoraría las cosas... pero ¿para qué quería Snape tenerlo en su despacho toda la semana?, ¿sería peor que Umbridge?. Siguió caminando con la mirada fija en el suelo, hasta que llegó y tocó la puerta
- Adelante - se oyó la voz del profesor Snape – ah, eres tú...
"Si quiere me voy" estuvo tentado de decirle, pero pudo controlarse, tenía muy claro que lo único que le convenía era obedecerlo en todo lo que pudiera... no podía arruinar tan luego el año.
Así que entró y se sentó en la silla que había frente al escritorio de Snape, igual que cuando tenía las clases de oclumancia el año pasado.
- bueno, Potter, no alargaré este asunto más. Sabes por qué estás aquí, así que depende de ti cuánto tiempo más permanezcas
- ¿perdón, señor?
Harry no entendía qué había querido decir con esas palabras. Snape, por su parte suspiró visiblemente exasperado
- no te hagas el tonto, sabes perfectamente de lo que hablo, no creas que te ibas a salvar tan fácil, quiero que me digas para qué estás buscando esa poción
"Para suicidarme, fijate... como si no supiera para qué es la poción" pensaba Harry cuidando de no mirar a los ojos a Snape, después de lo que le había dicho Hermione, temía que Snape pudiera saber sus pensamientos como si se los estuviera gritando. Así que no respondió, por lo que Snape comenzó a exasperarse aún más
- aunque creas lo contrario, tengo toda la noche para esperar a que respondas, así que depende de ti la hora en que termine esta ridiculez
Pero Harry no abrió la boca, decididamente no iba a contarle que estaba soñando con Sirius, no. Y así pasaron varios minutos en los que Snape esperaba tratando de no desesperarse y lanzarle un cruciatus al maldito mocoso para que hablara. Harry por su parte sólo se dedicaba a mirar sus zapatos.
- mira te haré la pregunta más fácil, ¿qué es lo que te está perturbando en las noches esta vez?
- nada... ¿por qué no me da algo que hacer en este castigo? – se atrevió a preguntar
Sabía que se había arriesgado mucho, se podía imaginar la cara que le habría puesto. Imaginado, pues decidió que era más seguro seguir mirando sus zapatos.
- ¡¡NO!!, estarás ahí sentado hasta que oiga lo que quiero saber...
- Ud. Me dijo que tenía que venir todas las tardes de la semana para cumplir un castigo, ¿por qué no me da ese castigo para que pueda cumplirlo? – volvió a decir Harry
Zas!, en menos de un segundo Harry se encontró con la cara de Snape a menos de un palmo de distancia de la suya, que le lanzaba una mirada asesina
- mira Potter, yo en tu lugar dejaría estos estúpidos jueguitos tuyos de hacerte el valiente... me vas a decir de una vez por todas para qué quieres la poción... ¿qué es lo que te perturba tus sueños esta vez?
- eso no le interesa – le respondió mirándolo a los ojos, pero tratando de "cerrar" su mente con todas sus fuerzas como siempre le había dicho Snape que tenía que hacer
- ¡No!, créeme que si fuera por mí, no perdería el tiempo tratando de saber qué es lo que no deja dormir al pobrecito Potter...
- entonces ¿por quién está tratando de averiguarlo ahora si no es por Ud.?
- te basta con saber que tienes el deber de decírmelo... si aprecias tu integridad física
Harry no podía creer lo que Snape le estaba diciendo... ¿quién podría estar pidiéndole a Snape que averiguara con qué estaba soñando?. No se imaginaba que nadie pudiera darle alguna clase de orden a Snape, excepto...
- es Dumbledore, ¿no es cierto?
- deja tu insolencia, Potter; no estás en derecho de tratar al director como un igual... y de todos modos, no tengo por qué contestarte eso
- ¡claro que sí, porque son mis sueños, mis cosas! – exclamó enojado- ¡y no entiendo por qué les tendría que importar!, ¡¡¡¿por qué quieren saberlo?!!!
¡porque ÉL puede estar nuevamente detrás de esto!
Hola!, parece que el capítulo me quedó un "poquito" largo, pero es que me costó darle un corte jejeje.
Gracias de nuevo por los review! Gracias a Jean y Eris Membrana! De verdad xq no saben lo que ayudan los reviews...
Y bueno, espero que les guste... (reviews!)
Un beso enorme...
