Disclaimer. Nada de lo que reconozcan es mío.

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Hoy, yo te digo te amo

Hoy yo te anuncio mi amor

Hoy, ante la luna y el sol

Hoy y solo hoy…

La nieve caía constantemente en los alrededores del castillo. Navidad se acercaba y los alumnos podían prácticamente sentir el espíritu navideño en sus mortales e infelices almas, sobretodo aquellos quienes habían tenido que dejar el colegio por unos días para asistir a funerales de familiares o amigos.

Dentro del castillo, concretamente en el Gran Comedor, los alumnos cenaban para retirarse a sus cuartos y dejarse llevar por los amorosos brazos de Morfeo.

Sus ojos grises recorrían la mesa de Gryffindor esperando verlo, pero solo vio a Granger y Weasley, cenando… solos. Esto no le olía nada bien, y no era por que Crabbe se hubiera echado un gas ni por el perfume que Pansy se acaba de poner en exceso y que olía a insecticida súper-hiper-mega-fuerte hecho especialmente para cucarachas y demás bichos indeseables.

-'¿Qué buscas, Dray?'- siseó una voz en su oído.

Y es que Blaise Zabini lo había estado observando desde hacía ya varias semanas. La razón: Draco Malfoy había sufrido un extraño cambio en la actitud, no peleaba con los leones, no provocaba a Potter ni insultaba a sus amiguitos. Nada de nada. Y eso sí era extraño.

-'¿Buscar? ¿A quien voy a estar buscando, Zabini?'- refutó Malfoy con coraje –'Aparte, que yo sepa, tú no tienes por que estar metiendo tu cuchara en mis asuntos ni tampoco eres mi niñera para estarme observando a cada rato'-

Malfoy se levanto de la mesa ahogando sus ganas de estrangular a Zabini. Puede que el moreno fuera su mejor amigo, pero en algunas ocasiones se ponía muy pesado e irritable. Y eso no lo soportaba él.

Yo te lo grito al alma:

Te amo dentro de mis mares

Te amo con locura y pasión

Te amo como un hada ama sus flores

Te amo en la luz y oscuridad

Hacia varios meses que no se encontraban a solas, únicamente se veían en los pasillos. Lo único que a Draco le ayudaba a sobrevivir a tantos días sin besarlo, sin probar sus labios sabor canela, era ver que traía puesta la cadena que le regalase.

Siendo sincero consigo mismo, no tenía ganas de ir a su dormitorio. Así pues, salió en dirección al lago. El viento lo recibió con coraje y si no fuera por que traía atada la bufanda con un nudo, se la hubiera llevado. Camino entre la nieve, sus pies enterrándose a cada paso que daba. La nostalgia embragándolo a cada segundo. Le dieron ganas de llorar. Estaba parado encima del lugar en el que por primera vez beso Harry. Aquella noche en que le encontró bajo la sombra del árbol llorando silenciosamente.

Ahogando sus ganas de gritar de agonía, continúo caminando. Sus pies se detuvieron sobre el frío hielo. La nieve cubría su cabellera, rubia.

-'Y luego dicen que yo soy el irresponsable'- Draco reconoció esa voz y sus mejillas se tiñeron de rosa.

-'Harry…' su voz fue un susurro pero el otro lo escucho.

-'No, Caperucita Roja'- fue la respuesta del moreno. Draco se dio la vuelta, quedando así a un palmo de distancia. Harry sonreía divertido.

Draco se perdió en sus ojos verdes y sus mejillas pasaron del tono rosa al rojo fuego vivo al recordar sueños nada tranquilos con el moreno. Harry se aparto un poco, aún con la sonrisa en sus labios y Draco salió de su trance.

Y que mejor que día que hoy

Para gritarlo al mundo entero

Que poco me importa a mi si se enteran o no

Mundos mortales que una vez en sí se ahogaron

Y es que hoy te lo grito

'Te amo con el corazón'-

-'Nadie dice que eres irresponsable, Harry'- el moreno le dio una mirada escéptica. –'Oh, bueno, quizás un poco'- Harry levanto una ceja y Draco lo encontró adorable.

-'Ya'- era claro que no le creía-'De todos modos, ¿Qué haces aquí afuera con toda esta ventisca?'-

-'Salí a pensar'-

-'Menuda forma de pensar'- Draco solo se digno a mirarle enojado. Harry río alegre al ver que lo había conseguido.

-'Yo no le encuentro la gracia'-

-'Tal vez a eso no, pero a esto sí'- Y pronto sus labios se encontraron, y cuando les hubo faltado el oxígeno a sus pulmones, se retiraron, quedando aún muy cerca uno de otro.

-'Entremos al castillo, Draco. Vamos a coger una pulmonía aquí afuera'- recomendó Harry.

Draco se limito a asentir. Harry le tomo de la mano y se dirigieron al castillo. Ya dentro, fueron al séptimo piso. Draco miraba curioso como Harry volvía a pasar tres veces por el pasillo muy concentrado en sus pensamientos. Hasta que al final, una puerta apareció…

Entraron y un cuarto lleno de colores verdes y plateados los recibió. Había una chimenea encendida. Una cama con doseles de plata y una mesa con exquisita comida. Decir que Draco Malfoy estaba sorprendido era decir poco. Harry solo sonrió ante la cara de estupefacción del rubio.

Entre la guerra de hoy y de mañana

Te veo agitado momentáneamente

Hoy entrenas, mañana tal vez

Hoy me dices

"Quédate no corras"

Hoy ante el silencio me declaras tu amor.

Harry fue y se tumbo en la cama. Draco lo imito, pasado la etapa de asombro. Los dos se quedaron acostados, disfrutando simplemente de la presencia del otro. Hasta que Harry rompió el silencio.

-'Draco'- llamó en un murmullo.

-'¿mmm?'-

-'Hoy quisiera decirte esto'-Unos ojos grises le miraron con confusión.

-'¿Qué?'-

-'Hoy te quiero decir te amo'-

Y es que son palabras tan simples

Que solo hasta hoy he logrado decírtelas

Te amo

Aquí o en la luna

Te amo con locura.