El sol se reflejaba en sus cabellos dorados y Marinette, tendida a su lado, tomó una decisión. Iba a dibujarlo. Emocionada, tomó su bloc de hojas blancas y comenzó a trazar la línea de su mandíbula, su barbilla, su delicado y bello rostro, dibujó también los mechones rubios y les dio forma. Esbozó sus ojos, guiándose por su propia memoria, su mirada traviesa y profunda a la vez fue apareciendo en el papel, añadió la máscara negra que siempre llevaba. Marinette sonrió ante su obra.

-Buenas días, prrincesa- La voz de Chat Noir estaba algo ronca, ya que acababa de despertar. Se estiró como un gato.

-Gatito, quédate quieto, ya casi termino- Marinette le mostró la hoja. Él sonrió.

-Wow, exageras, Marinette. No soy tan guapo ¿O sí?- Chat Noir le guiñó un ojo y Marinette se puso un poquito roja.

-No, eres mucho más guapo. Mis dibujos no te hacen justicia, amor-

-¿Q-qué dijiste?- El rubio abrió mucho los ojos y Marinette supo que había metido la pata.

-Yo lo, lo siento mucho, Chat. No eh, ¡No volverá a suceder!- Estaba tan apenada que el joven la abrazó, movido a compasión... ¿O era algo más?

-Shh, tranquila, Mariquita. Yo, bueno, nunca me habías llamado así y me sorprendí. Es todo- Dijo mientras abrazaba a la azabache contra su pecho. A Chat Noir le fascinaban las mariquitas. En su mansión había un jardín invernadero repleto de ellas.

-Entonces no, ¿No te molestó?-

-No lo sé. Solo intenta no decirlo muy seguido, ¿Sí?- Auch. Gancho derecho. Chat Noir le dio un casto beso en los labios, como para suavizar el golpe.

-Chat ¿Por qué?- Ella lo miró con ojos de perrito triste. Él negó con la cabeza.

-¿Por qué qué, Nette? No te preocupes, no tiene importancia- Él le sonrió, esa sonrisa pícara que la desarmaba.

-Pero de verdad quiero saberlo. No sé mucho sobre ti, Chat- Marinette era adorable haciendo puchero. Su labio inferior sobresalía y el chico quiso besarlo, morderlo, así que se inclinó sobre el rostro de Marinette, encendido en rubor, y presionó sus labios contra los suyos en un beso diferente, posesivo. Introdujo la lengua en su boca, pero Marinette lo apartó entre jadeos colocando las manos sobre su pecho.

-Casi nunca hablas sobre ti, pero yo siempre te hablo sobre mí cuando me preguntas- Dijo ella.

-Oh vamos, Nette, tú y yo no estamos aquí para hablar- La azabache se puso como una cereza. Su corazón se aceleró en su pecho.

-Eso-e-eso fue a-anoche, Chat- El enmascarado rozó su oreja con los labios.

-Entonces, ¿Me permite volver a hacerle el amor, mademoiselle?- Chat Noir la miró a los ojos. Los suyos se habían oscurecido. La llama del deseo ardía en él cada vez que veía a Marinette. La dulce, inocente y bellísima Marinette. Su amiga... y algo más al caer la noche.

La azabache sonrió.

-Lo haremos si me cuentas algo más sobre ti, Minou-

-Oh está bien, está bien. ¿Qué quieres saber?-

-Pero si ya te lo dije. Quiero saber quién eres. Quiero saber tu nombre-

-¿Mi nombre? Eso no eh, no tiene ninguna importancia, Mariquita-

-Claro que la tiene-

-Pero no puedo revelarle mi identidad civil a ninguna persona, Marinette. Las reglas...-

-No, no. No pongas una excusa tan barata, Chat. ¿Reglas? La azabache los señaló a ambos, que debajo del traje y las sábanas, respectivamente, estaban desnudos.

-Nosotros siempre las rompemos-

-Por favor, dímelo. Será mi secreto mejor guardado, créeme. O acaso...- La mirada de Marinette se había nublado.

-¿Qué?-

-¿Acaso no confías en mí?-

-Marinette...-

-Chat Noir, ¿Te acuestas conmigo casi todas las noches y no confías en mí?- La azabache parecía a punto de llorar.

-No, claro que confío en ti, no digas tonterías. Es solo que, ¡Cielos, Nette! Me da mucha vergüenza decirte mi identidad. Yo, yo soy A...

-¿Sí?-

-A-alguien que conoces, nosotros eh, ¡Diablos! Estudiamos en la misma universidad- Marinette lo miró sorprendida por un momento, después recordó que allí había más de seiscientos alumnos.

-Bueno, de todos modos, es la única universidad en diez kilómetros a la redonda. Gato tonto- Marinette le pegó con una almohada mientras él se reía.

-Bueno, qué más da. Parece que el Gatito se quedará sin su Mariquita por un tiempo- Afirmó Marinette escabulléndose de entre los brazos de Chat Noir. Se cubrió con una sábana y se encaminó hacia el baño, contoneando las caderas a propósito.

-Marinette Dupain-cheng, ¡No puedes estar hablando en serio!- La azabache, ignorándolo, abrió la puerta, dejó la sábana en el suelo y se puso a cantar de pie bajo el agua de la ducha.

De pronto, sintió que alguien tocaba su cabello y ahogó un grito.

-No voltees, Nette. Soy yo- Su ritmo cardíaco implementó considerablemente.

-Garras dentro- Un fogonazo de luz verde iluminó por un momento el pequeño cuarto de baño.

-Cha-Chat Noir a-acabas de destransformarte- Eso nunca antes había ocurrido. El agua caía sobre ella, pero él rodeó su cintura con ambos brazos y la alejó del chorro de agua.

-Oye ¿q-qué haces?- Adrien comenzó a esparcir shampoo sobre su cabeza y sus cabellos azabaches. Frotó su cuero cabelludo de una forma relajante que la adormecía.

-Mmm...- Marinette disfrutó del mimo inesperado.

-Por favor, hagas lo que hagas, no voltees- Le suplicó mientras le untaba la crema de enjuague y tomó una esponja, la enjabonó y se dedicó a tallar primero sus brazos y su espalda. Lo hacía con suavidad, incluso con ternura.

-Eres adorable, Gatito... Por eso quiero saber quien eres-

-¿A qué te refieres?- Adrien continuaba tallando la piel pálida, dejando algún que otro beso sobre la misma, profesandole adoración a su diosa.

-Me refiero a que yo, yo quiero a alguien como tú, quiero decir te quiero a ti..-

-¿Alguien como yo?- Preguntó el rubio, divertido al notar cómo ella se enredaba con las palabras debido a sus atenciones. Se inclinó y besó su cuello. La tomó por sorpresa, haciéndola soltar un leve gemido.

-O-oye no me dis-distraigas, Chat-

-¿Distraerte? ¿Moi?- Esta vez lamió el punto que había besado. Marinette se estremeció ante la acción.

-¡Cha-Chat! ¡Compórtate, gato pervertido!- Él se echó a reír y mordió levemente su cuello.

-Te lo diré de todos modos- Se obstinó Marinette mientras Adrien seguía besando su cuello y la abrazaba por la cintura, pegándola a su cuerpo.

-Estúpido gato adicto a-al sexo- El joven seguía riéndose en su oído, se reía de las reacciones de su Mariquita. Se reía de ella, pero Marinette amaba su risa.

-Te quiero en mi vida, Chat Noir- Logró decir al fin, y Adrien dejó de reírse. Su corazón se agitó, saltó y eso no terminaba de gustarle.

-Ya me tienes, Nette. Aquí estoy, a su servicio, señorita- Intentó bromear, pero ella negó con la cabeza.

-No, Chat. Nuestra relación solo, solo existe de noche, sólo existe aquí en casa. Tienes, eh, tu propio vasito con tu cepillo de dientes y todo aquí, pero nadie lo sabe, porque tú no quieres-

-Marinette...-

-El lado izquierdo de mi cama huele a ti. Huele a, a ese perfume tan costoso y a queso Camembert, por alguna razón- Adrien, a espaldas de Marinette, se puso rojo y Plagg se rió de él antes de marcharse volando.

-Ni siquiera sé porqué. Así de poco te conoz...-

-Mi kwami solo come queso Camembert- Musitó el joven en voz baja.

-¿Qué dijiste?-

-Mira, Nette, los superhéroes como yo tenemos eh, unas criaturas pequeñas a nuestro cuidado. La mía es como un gato negro diminuto. Se llama Plagg. Sin él no puedo transformarme en Chat Noir. Luego de utilizar mis poderes, en cuanto la transformación se agota, Plagg necesita recargar energías y para eso lo único que acepta comer es ese, ¡Ese apestoso Camembert! Por eso huelo eh, ya sabes...- Marinette estalló en carcajadas. Adrien estaba apenado al principio, pero el sonido era contagioso. Las risas del héroe y la civil inundaron el lugar. El joven notó que Marinette tenía los ojos llorosos.

-Te hago reír tanto que al final terminas llorando. Qué buen amigo soy- Alardeó mientras se untaba shampoo sobre el cabello.

-¿Amigo? ¿Enserio?- Marinette rodó los ojos.

-Y no estoy llorando por eso. Es que me hace tan feliz que me hayas contado algo sobre ti, Chat- Confesó la azabache.

-Algún día lo sabré todo- Dijo orgullosa.

-Marinette, por favor, ¿No puedes solo olvidarlo? ¿No te basta con mi calor y mi compañía?-

Ella suspiró resignada. -Tal vez.. Supongo... Sí me basta, por ahora- Adrien siguió lavándose el cabello. -¿Me pasas la esponja, Mariquita?- Ella lo hizo, una corriente eléctrica recorrió a ambos cuando sus dedos se rozaron.

-Tienes, tienes unas manos muy bonitas, Chat-

-Pero si ya las conoces, Prrincesa-

-No así, no sin los guantes- Ella suspiró.

-Veo que no abandonas la idea...- Él estaba tallando su propio cuerpo con la esponja.

-Bueno, no es fácil para mí. Lo siento-

-No, no te disculpes. Yo soy el idiota aquí. Es que, siendo sincero, ¿Quieres que sea sincero?-

-Lo quiero todo de ti, Chat Noir. Creí que ya lo sabías-

-¿Incluso si soy un tonto?-

-Eres un tonto muy guapo y sexy, si te sirve de consuelo- Adrien se rió.

-Y adoro tu risa...-

-Marinette, eso, eso nunca lo habías dicho-

-¿Ah no? Pero no sabes cuantas veces lo he pensado- Él suspiró.

-Al final acabarás conmigo. Tengo miedo- Admitió.

-¿Miedo? ¿Me tienes miedo, Chat?-

-No, no a ti. Yo..-

-¿Sí?-

-Yo soy a-alguien que tú nunca notarías. Quiero decir, en realidad soy muy popular, pero una chica como tú, Mariquita, jamás se fijaría en un, en alguien como yo. Detrás de la máscara solo soy un idiota-

-Chat Noir-

-Lo digo en serio. Lo soy porque nada me hace más feliz que tu sonrisa, tus besos, tus caricias, nada me hace más feliz que tú pero, pero no sé qué haría si algún día me abandonas-

-Gatito, yo nunca te abandonaré- Afirmó Marinette tomando su mano, sintiendo la suavidad de su piel.

¡Nueva historia! Es la primera vez que añado notas de autora. Si les gustó, por favor dejen sus miautásticas reviews. Me encanta leerlas. Empecé a ver Nevertheless en Netflix y no pude resistirme a hacerle una versión Miraculous. Más adelante sabremos cómo fue que Marinette (que no es Ladybug en este AU) y Chat Noir el héroe de París terminaron así de enredados.

¡Les mando muchos besos de gatito y hasta el próximo capítulo!