Basado en mi personaje de Changeling: El Ensueño. El juego, sus normas de creación de personajes, y todo lo referente a el, es propiedad de sus autores
No me atrevía a abrir los ojos. El cuerpo me dolía, sentía todos y cada una de mis heridas ardiendo como brazas. La arenisca hacia que me escocieran con fuerza. Estaba segura de que las alas estaban destrozadas, al igual que muchos de mis huesos. No era capaz de mover las piernas y las manos solo con mucho dolor.
Estaba aterrorizada .Estaba completamente segura de que ya debía de estar muerta, y la simple idea de tener que abrir los ojos y aceptar el hecho me daba demasiado miedo. Pensaba en mis padres, en la tía Magda, y en mi hermana Sarah.
Recuerdo que la había prometido llevarle una muñeca.
Les había fallado a todos, a Sir Weasly, a Ian y a todos los que han caído. Nadie había sobrevivido a un ataque tan fuerte con Hierro Frío.
Recuerdo la noche en que todo comenzó. Era mediados de verano, y las luciérnagas parecían resplandecer más. Ian estaba esplendido en aquel traje de gala, y yo misma le había prendido broches de oro y plata. Las risas llenaban el ambiente, y no había nada de lo q preocuparse, al menos por esa noche. Cuando llego el baile, yo estaba junto a la galería q daba justo a la colina. Mirella se había fijado definitivamente en Ian y su rostro ilusionado brillaba mientras danzaban.
Entonces el viento resonó, pero yo no lo escuché. Recuerdo que traía ruido de jinetes que cabalgaban sin descanso hacia el Feudo, y sin embargo la alegría del momento lo llenaba todo. Después todo termino de golpe. Solo quedaron los gritos los muertos y la sangre...
Tal vez nadie me encontraría allí, tan solo el cuerpo de Natasha Higgins y ni el más leve recuerdo de Aelsan Diente de Dragón.
Tal vez alguien de la Colina de las Luciérnagas, de los que quedaron en pie esa noche, recordara con el tiempo como la regente
Mis padres se darían cuenta de que tenían una hija cuando alguien les lleve mi cuerpo dentro de un ataúd, y la policía busque desesperadamente
Mi infancia antes de que ella naciera, fue un cúmulo de sombras y de soledades, solo aliviados por la tía Magada. Pasaba junto a ella los veranos, en la casa de campo que sigue teniendo junto al lago, rodeada de gatos. Cuando Sarah me miro de frente con sus grandes ojos verdes, sentí que un amanecer comenzaba después de una noche, que me había parecido eterna.
La idea de ser una familia con el nacimiento de mi hermana, se convirtió en un jirón de niebla, y otra vez mi tía se convirtió en nuestra madre y padre. Ella y mi padre siguen siendo terriblemente contrarios. Vestida siempre de colores vivos y tan brillantes q llegaban a hacer daño a los ojos, al igual q su pelo rojo, y mi padre, serio y calmado.
Y Ricardo jamás sabría que me habría pasado...
El cielo parecía haberse abierto, la noche en la que Ian y yo fuimos a un bar a las afueras de la ciudad. El ambiente era siniestro y estaba cargado, pero la música era buena, y el sitio estaba abarrotado de adolescentes. Sentí un escalofrió cuando aquellos ojos marrones se clavaron en mi, y al girarme vi en él el rostro de alguien que ha recuperado algo que llevaba demasiado tiempo buscando. Y la inquietud seguía siendo manifiesta ahora que miraba de frente a un Nocturno.
Los Nocturnos, los que caminan en la Noche y se alimentan de los vivos: los Vampiros. Siempre he sabido que he de mantenerme lejos de ellos, mas el que me contemplaba esa noche, me resultaba demasiado fascinante como para alejarme d el.
