El juego, sus normas de creación de personajes, y todo lo referente a el, es propiedad de sus autores
-Ni se te ocurra moverte.
Una voz sonó imperativa cerca d mi, y lentamente fui abriendo los ojos. Todo estaba borroso, y por encima d mi, el cielo empezaba a oscurecerse. Tonos anaranjados llenaban el que pensaba seria mi ultimo día en esta tierra, y algunos pájaros volaban en busca de comida, me parecían golondrinas aunque no podría decirlo.
Un par de ojos oscuros, como dos pozos sin fondo cubrieron de repente el firmamento. Unos labios pintados de negro se mostraban serios mientras me observaba, y a mi me parecía que el Ángel de la Muerte, venia ya a buscarme.
El frío estaba haciendo estragos en mi cuerpo, y sentí como la sangre comenzaba a resbalar por mi barbilla para tocar el suelo. No tenia miedo ahora que me encontraba delante del Fin, solo sentía dolor, pero no por mi cuerpo destrozado, sino por todo lo que dejaba por delante y que no volvería.
Después todo se volvió oscuro, y cuando volví a abrirlos, ya no había cielo. Estaba tumbada sobre una cama en una habitación de paredes blancas relucientes. Pensé que aquella debía de ser la estancia a la que llegan los Sidhe cuando mueren, antes regresar convertidos en plebeyos o emprenden un camino en busca de su hogar en Arcadia.
Sin embargo, si mi alma feerica había abandonado ya mi cuerpo mortal, ¿porque seguía sintiendo dolor?
" Al fin t has despertado" la voz sonaba cerca de mi lecho, y al girar la cabeza vi a un Eshu de tez morena, vestido con ropajes largos dorados, que me miraba por encima de sus gafas de montura dorada, mientras sostenía una pipa ricamente labrada y el humo que salía de ella era de un color rosado.
"La fiebre por suerte a remitido, ¡Los remedios del Forjador son siempre buenos!" exclamo mientras ponía su mano en mi frente
"¿El Forjador?"
"¡Yo soy Dorien! ¡El Forjador de Cuentos! ¡Los jóvenes no recuerdan ya las tradiciones!" se quejo acercándose a una mesita repleta de frascos y tazas de mil colores
"¿Estoy muerta?" susurre temerosa
"Si me dieran una moneda de oro por cada vez que alguien me hiciera esa pregunta seria mas rico que el rey. Claro que no estas muerta tontaina"
El legendario orgullo de los Gwydion me comenzaba a inundar ante la insolencia del Eshu, y trate de levantarme para replicarle.
"¡Me merezco un poco mas de respeto por vuestra parte! vos..." tuve que interrumpirme cuando un pinchazo en el costado hizo que volviera a tumbarme.
"Será mejor que no te muevas, me ha costado mucho coser la herida, y no tengo ganas de volver a hacerlo. Se quien eres, Sir Aelsan Diente de Dragón, y considero normal tu sorpresa" ¿Como lo sabia si ni siquiera se había girado para mirarme? "Tus ojos hablan aunqueue tu no los oigas"
"¿Como puedes... oírles hablar?" pregunte asombrada
"El Forjador de Cuentos lee las mentes como si d libros se trataran, pues ese es su Don. Los pensamientos y las vidas son hilos, el solo los entrelaza" después se acerco con una taza con un liquido verdusco "bebe"
"No pienso beber nada de lo que me ofrezca un desconocido, quizás pretendáis envenenarme!"
"Envenenarte?" abrió los ojos extrañado "Nada mas lejos d mi intención, si lo hiciera tendría muchos problemas con el Rey" rió
"El Rey?" empezaba a sentirme confusa " QUE rey? y donde demonios estoy!"
"En la fortaleza del Rey Supremo David Ardy ap Gwydion. Y ahora bebe, después te enseñare a andar con las muletas"
sus palabras me sorprendieron, y sin desearlo me obligo a beber de la taza. El líquido era reconfortante y caliente, y pareció levantar mi espíritu. Después de mirar cara a cara a la muerte, me encontraba en el interior de la Fortaleza del Rey...
Reviews, comentarios, criticas… Todo será bienvenido
