- Anne sigues aquí ¿Qué te ocurre? – Snape la zarandeaba para que despertara.
- ¿Que? – pregunto ella confundida – no pasa nada, solo…
- ¿solo que?
- Nada, ha sido algo raro, es como si – miro al hombre que estaba junto a ella – si te ríes, te juro que te hechizare.
- No me voy a reír ¿Qué pasa?
- No estoy segura, de repente me entro una excitación.
- ¿De emoción? – pregunto el hombre.
- No exactamente.
- ¿nervios?
- No, tampoco de nervios, estaba excitada, ya sabes.
- No, no lo se – miro a al chica que lo miraba mal –OH una excitación de esas ya. Llevas demasiado tiempo sola niña deberías hablar con el licántropo, para que te bajara esas excitaciones que te suben de golpe.
- No se porque me molesto en hablar contigo.
- Porque no tienes a nadie mas ¿Estas preparada? – interrogo cuando se pararon delante de una puerta.
- No, pero es algo que debo hacer – Severus pico fuertemente a la puerta y un elfo les abrió la puerta.
- ¿Qué quieren? Váyanse la señora no quiere ver a nadie, fuera.
- Creo – dijo Anne mientras quitaba su capucha mostrando su rostro – que la señora estará dispuesta a verme.
- Señorita, no sabia, perdón señorita – el elfo comenzó a golpearse con la puerta mientras Anne rodaba los ojos.
- Ya basta Rulquof estate quieto – le dijo tirando del saco que llevaba por ropa – ve a avisar de que estoy aquí.
- Si señorita perdón, ahora aviso a la señora, perdón – con un plof el elfo desapareció y ellos dos entraron dentro de la casa.
Anne miro a su alrededor contemplando la gran casa que en sus tiempos había sido toda una mansión, ahora estaba oscura y tétrica sintió como toda su piel se erizaba.
- ¿Qué es eso que ese viejo elfo dice? – una mujer bajaba las escaleras los dos la miraron – Severus hacia mucho que no me venias a visitar – el hombre hizo una reverencia con su cabeza en forma de saludo y la mujer miro a Anne, se acerco a ella y la miro fijamente a los ojos – así que el elfo decía la verdad has vuelto – Anne no tuvo tiempo de contestar nada antes de que la mujer le diera un tortazo haciendo que su cara girara.
- Yo también me alegro de verte madre.
- ¿Cómo te atreves? – grito - ¿Cómo tienes el valor para aparecer aquí después de lo que hiciste? Deshonraste a la familia, eres una vergüenza – la mano de la mujer volvió a chocar contra la mejilla de la chica - me das asco.
- Tampoco yo te tengo mucho aprecio madre – la mujer hizo ademán de volver a golpearla, pero Severus la sujeto antes.
- Señora Jackoson se esta precipitando, debería permitir que ella se explique.
- Como me puedes decir tu eso, ella te dejo te abandono y por su culpa Voldemort mato a mi marido ¿Tanto nos odiabas? – gimió la mujer.
- Tanto me odias tu madre que sigues sin comprender lo que hice.
- Nos desobedeciste tenias que haber echo lo que nosotros te dijimos y no lo que tu quisiste, siempre fuiste demasiado rebelde.
- Vosotros solo obedecisteis lo que el os dijo hicisteis lo que Voldemort os ordeno.
- Hicimos lo que debíamos hacer.
- ¿Cómo puedes decir eso madre? Destruiste a tus dos hijas y no sientes ningún remordimiento. ¿Te has olvidado de Sundy?
- No digas eso – la mujer cada vez gritaba mas alto y si no fuera porque Severus aun la sostenía sujeta, se hubiera tirado sobre Anne – yo jamás olvidare a la única hija que he querido, porque oyere bien ella era la única que nos importaba.
- Pues si fue así, como permitiste que mi padre la matara porque Voldemort se lo pidió.
- había razones que tu nunca comprendiste Sundy era demasiado poderosa y ella lo entendió.
- ¿Qué ella lo entendió? madre solo tenia quince años.
- Pero ella era obediente no como tu, ella era una buena hija.
- Da igual, no importa haga lo que haga o diga lo que diga tú seguirás pensando lo mismo y yo te odiare hasta el resto de mis días a ti y a mi padre por haberme condenado a mí y asesinar a mi hermana. He venido a ver la tumba de mi hermana y presentarle mis respetos no a discutir con alguien que para mi esta muerto, si me disculpas – paso al lado de su madre y se alejo de los dos saliendo al patio y viendo una estatua de un pequeño ángel, miro las iniciales del nombre que estaba debajo del ángel Sundy Jackoson, lo acaricio con sus dedos y callo al suelo de rodillas.
- ¿Cómo se a atrevido a venir? No tiene vergüenza ni respeto.
- Quería ver la tumba donde reposan los restos de su hermana, es lógico según yo lo veo.
- Cuando vuelva dile que no quiero que vuelva a aparecer por esta casa jamás – la mujer giro sobre sus talones y volvió de nuevo a subir las escaleras hasta que desapareció.
Separo las dos puertas que abrían el comedor donde se habían sentado tantas veces a leer, había un olor a muerte en la estancia y aun cuando lo quería evitar, todos los recuerdos volvieron de nuevo a su mente.
- Estas muy delgada.
- ¿Qué? – pregunto sobresaltada al hombre que estaba junto a ella.
- ¿Has comido algo hoy?
- Cuando llegaste no te oí.
- No me extraña, parece que estas en otro mundo, Anne llevamos apenas dos meses casados y se que no eres feliz que no estas a gusto con esta situación, pero dejarte morir no va a remediar nada – la chica ignoro sus palabras y siguió mirando a un punto vació de la habitación - ¿No iba a venir Sundy hoy a visitarte?
- Si, pero algo le debió surgir, no ha venido.
- Pues vete tú a verla a ella – la mirada de ella se ilumino.
- ¿Puedo?
- Claro que puedes, nunca te he prohibido salir de casa, solo te pedí que me dijeras donde ibas para no preocuparme, estos momentos son difíciles Anne y peligrosos.
- Gracias Severus – contesto ella feliz abrazándolo.
- Te acompañare si no te importa, necesito hablar con tu padre.
- Claro – contesto ella feliz.
Se trasladaron a la casa por medio de polvos flu, en cuestión de segundos ya estaba allí, había algo raro en el ambiente, Anne no pareció notarlo al principio, pero Severus lo podía oler, el olor de la sangre, el de la muerte.
- Sundy ¿Estas en casa? Madre - Anne gritaba por toda la casa hasta que encontró a su madre arrodillada delante de las escaleras sollozando – madre ¿Qué ocurre?
- Era lo que se tenía que hacer, debemos obedecer sus órdenes.
- Madre ¿Qué dices? ¿De que estas hablando? – se arrodillo junto a ella y la abrazo - ¿Qué pasa madre cuéntamelo?
- Mi pequeña, el nos lo ordeno, tu padre tiene razón no podíamos decir que no – el rostro de Severus se ensombreció comprendiendo lo que había ocurrido.
- Anne – la llamo – vuelve a nuestra casa.
- ¿Qué? – casi grito ella – no me pienso ir, no ves como esta mi madre, no la voy a dejar aquí así.
- Por esta vez obedéceme y vuelve a casa te lo estoy … - callo al oír un ruido proveniente de la sala, Anne se levanto rápidamente demasiado para el que no pudo impedir que abriera las puertas y se encontrara con la escena, en el suelo en un charco de sangre se encontraba la pequeña Sundy con sus ojos abiertos y vacíos, Anne soltó un grito y se derrumbo sobre su hermana intentando que reviviera que le contestara a su llamado, fue entonces cuando vio a su padre con un cuchillo ensangrentado delante de ella, tenia la vista perdida, Anne retrocedió asustada hasta tropezar con otro cuerpo que la sostenía, se giro asustada para ver a Severus.
- Vete a casa yo iré ahora – y fue lo que hizo, volvió a la chimenea y reapareció en la casa que compartía con el, al llegar allí miro sus manos y su ropa, estaban llenas de sangre, sin saber lo que hacia ni a donde iba se volvió a introducir en la chimenea.
- Los recuerdos no son siempre buenos – miro a su interlocutor apoyado en la puerta, no sabía ni lo que había pasado, estaba en mitad del salón arrodillada donde el cuerpo sin vida de su hermana había descansado una vez – y castigarte recordando lo que paso no te va ayudar.
- Odio esta casa y odio a mi familia por lo que nos hicieron a mi y a ella – se acerco a ella y la levanto del suelo, volvió a colocarle la capucha para tapar su rostro, cuando salían de la casa, pudo ver a la señora Jackoson arriba de las escaleras mirándolos con odio.
Llegaron al colegio y Anne fue a sus aposentos, Severus quería decirle algo, ayudarla en su dolor, pero nunca había sido bueno para ello y también sabía que no era el indicado para ello, entro en su habitación y tiro polvos a la chimenea, se arrodillo y espero hasta que del otro lado un hombre apareciera.
- Deberías saber que hoy hemos ido a la mansión Jackoson, creo que con eso esta todo dicho – salio de la chimenea y se dirigió al baño a darse una ducha.
- ¿Estas dormida? – pregunto el chico a la espalda de ella.
- No ¿Y tu?
- Si, en realidad estas hablando conmigo en mis sueños – ella se rio y se giro para mirarle.
- Necesitamos hablar – comento ella.
- Si, supongo que si.
- No se que paso Harry ni siquiera se si debía haber pasado.
- Tal vez fuimos demasiado deprisa – dijo el.
- Tal vez. ¿Lo lamentas?
- Si – dijo el y ella sintió como su estomago se retorcía – lamento no haberlo echo antes y que Ron nos interrumpiera y lamento haberlo echo porque te quiero a mi lado y tengo miedo de que si esto, sea lo que sea, no funcione te pierda.
- Oh – fue la única respuesta de Hermione.
- Tal vez deberíamos ir despacio no se, salir un día a Hogmesdage como una pareja normal y hacer cosas así.
- ¿Me estas pidiendo una cita? – dijo la chica feliz.
- Si, supongo que es eso. ¿Aceptas?
- Pues claro que acepta y por favor os lo pido dormiros de una vez que me estáis empezando a desesperar, si dormimos en la sala común, dormimos en la sala común, si queréis hablar, salís de la sala ahora callaros los dos.
- Ron – protesto Harry – no te inmiscuyas que nadie hablaba contigo. ¿Aceptas? – volvió a preguntar.
- Si acepto – fue la respuesta escueta de ella.
- Vale ya acepto ahora a dormir los dos, no me voy a la habitación a dormir porque sois capaces de montároslo aquí mismo de nuevo.
- Cállate Ron – grito Hermione golpeando al pelirrojo.
- No si encima las llevo, que mala leche.
Sentía que las fuerzas la abandonaban y que si no se sentaba pronto terminaría desmayada en el suelo, pero seguía allí de pies sin moverse, noto como su cuerpo caía hacia atrás y como era recogido por unos brazos que la sostuvieron en el aire.
- Remus – llamo en un susurro.
- Tranquila estoy aquí contigo, todo esta bien - la llevo hasta su cama y la sentó allí mientras le quitaba la capa y los zapatos, la empujo suavemente hasta que su cabeza quedo sobre la almohada y le recogió lo pies también sobre la cama, se echo a su lado y ella puso su cabeza en su pecho mientras el le acariciaba el pelo - ¿Por qué volviste a esa casa?
- No pude estar en su entierro y necesitaba ver su tumba aunque solo fuera una vez ¿lo entiendes?
- Si, pero deberías haber pensado que seria demasiado duro.
- ¿Te quedaras conmigo esta noche? – pregunto ella como una niña pequeña.
- Claro, me quedare contigo hasta que tu quieras – ella cerro sus ojos y se dejo vencer por el sueño, pero el no podía dormir, era como volver a vivirlo todo de nuevo.
- Sirius no me apetece ya te lo he dicho.
- Vamos lunático una noche de juerga los dos solos, conoceremos a chicas y las traeremos a nuestro apartamento, aparte de Lily ninguna otra chica a entrado en el.
- Que no, no seas pesado vete tu solo.
- Venga Remus no puedes seguir así, hace dos meses que ella se caso con el grasiento, no la vas a olvidar.
- No es por ella – contesto su amigo molesto – es porque no me apetece acostarme con una chica que acabo de conocer ¿vale?
- Pues antes no te importaba.
- Eres un pesado – salio del comedor donde estaban discutiendo dejando a su amigo solo sentado en el sofá.
- Estupendo otra noche los dos solos con el lamentándose, va a ser muy divertido – pero se sobresalto al oír algo detrás de el, se giro justo a tiempo para ver como una chica salía de su chimenea y caía al suelo – que demonios – mascullo saltando por encima del sofá hacia ella – oye ¿estas bien? – la giro y la apoyo en su cuerpo, se quedo estático mirándola, tenia sangre en su rostro y ropa, lloraba descontroladamente y parecía estar en estado de shock, busco entre sus ropas pero no encontró ninguna herida – tranquila preciosa estas a salvo, Remus mas vale que vengas y pronto – grito a su amigo.
Estaba sentada en la cama del licántropo, el con un trapo húmedo le iba limpiando la sangre de su rostro y manos, mientras Sirius aparecía con algo de ropa para ella, Remus le fue desabotonando la túnica, mientras ella no hacia ningún movimiento.
- Remus – el se giro y miro a su amigo que le hacia un ademán para que se acercara – oye me voy a dar una vuelta a ver si consigo averiguar que a pasado, tal vez me quede a dormir donde la orden, así puedes hablar con ella.
- Gracias amigo.
- Anne yo me voy a ir, pero te dejo en buenas manos – le dijo dejando un beso en la frente de ella que le respondió con una especie de sonrisa.
Lupin la siguió desnudando y poniéndole el pijama que Sirius le había traído para ella, termino de limpiar la sangre y fijo sus ojos castaños en los de la chica.
- Esta muerta – soltó de pronto ella.
- ¿Quién esta muerta Anne? – pregunto suavemente temiendo asustarla mientras le acariciaba la mejilla.
- Sundy – el chico se sorprendió por la respuesta – la mato mi padre, estaba allí con un cuchillo, la mato el.
- Lo siento Anne, de verdad que lo siento – ella apoyo su cabeza en el hombro de el y volvió de nuevo a llorar.
- ¿Cómo pudo hacerlo era su hija? No lo entiendo. No voy a volver, no quiero volver.
- No lo harás, no volverás te quedaras aquí conmigo.
- No puedo Remus, me buscaran y me obligaran a volver a su lado.
- Me da igual no lo conseguirán, no permitiré que te lleven, no voy a consentir que te vuelvan a apartar de mi lado.
- Te mataran no lo entiendes, si no consiguen llevarme de vuelta nos mataran a los dos.
- Pues moriré defendiéndote, pero no permitiré que te lleven – ella volvió de nuevo a llorar – descansa y mañana hablaremos todo con mas calma.
- ¿Te quedaras conmigo esta noche? – pregunto ella.
- Claro que me quedare contigo – la recostó y se echo junto a ella.
- Remus aun te quiero.
- Y yo a ti más que a nada en este mundo – la beso suavemente en los labios.
- Hazme el amor.
- ¿Qué? – pregunto el sorprendido.
- Hazme el amor por favor, te necesito – y no necesito escuchar nada más para complacer a la chica.
Cuando despertó a la mañana siguiente su cama estaba vacía y su casa también, no había rastro de Anne por ningún sitio, solo una pequeña nota.
Lo siento Remus pero no voy a permitir que mueras por mi culpa, nunca me lo perdonaría.
No olvides que te amo.
Anne
El cuerpo junto a el se removió inquieto, el la atrajo mas cerca de el y acaricio suavemente su espalda hasta que la mujer se quedo quieta.
- ¿Vas a estar aquí cuando despierte Anne? ¿te vas a quedar esta vez?
Muchas gracias a todas las personas que han leido mi fic y mas a aquellas que me han dejado mensajes diciéndomelo, que me hacen muy feliz ya que recibia tan pocos reviews que estaba empezando a creer que nadie leia este fic, gracias de verdad a todos.
Jill Picolo.
Ady: Muchas gracias por tu email, la verdad es que pensaba que poca gente leia este fic, me hace mucha ilusión que una escritora como tu me mande un email.
Sakurawinner: Gracias pero con que me leas una sola vez me vale, espero que te haya gustado este capitulo.
eowin potter: Remus seguro que al final saldra mal parado o en principio asi sera, me alegro que te gustara la intervención de Ron.
LeoHagrid: Todos tus adjetivos a mi fic me hacen ruborizar, a mi personalmente es un capitulo que me gusta mucho.
Isabel: Gracias, a todo el mundo le gusto la intervención de Ron, la verdad es que no esperaba que quedase en plan comico, pero quedo muy bien o eso creo.
kata Higurashi Evans: Intentare hacer partes asi parecidas porque parece que gustan bastante, fue un consejo de una amiga y tenía razón por lo que veo.
