Hola, holita.

Primero de todo pedir mil y una disculpas por le retraso del capitulo, pero no he tenido mucho tiempo para dedicarme a ello y que tampoco tenía mucha inspiración, además yo tengo la teoría de que de donde no ahí no se puede sacar y en mi cabeza solo tengo dos neuronas y una de ellas se pasa la vida rebotando contra todo, así que la pobre que lo hace todo no se sentía últimamente muy entusiasmada con escribir algo, repetía cosas como huelga, huelga y al final creo que se puso en huelga.

Rohermione: Gracias por tu opinión y por estar de acuerdo con Leohagrid, yo no lo estoy pero os lo agradezco mucho a los dos, a decir verdad, la única razón que me llevo a subir el fic, fue que Emily Wolen se empeño y te aseguro que puede llegar a ser mas que pesada.

Kata Higurashi Evans: Yo no haga Lemon, más bien lo intento para que lo vamos a negar, pero prometo que habrá alguno más completito según vaya transcurriendo la historia.

Paula: Gracias por el primer review, aunque espero que no sea el último y que te guste este capitulo.

Eowin potter: quedan muchas cosas todavía del pasado de Anne que espero que aun quieras leer. Y ya tienes la continuación, perdóname por ser tan baga, porque no ahí otra palabra que vagancia para explicar la razón por la que no he publicado antes.

Monik: Creo que eres la que me ha dejado el review mas largo, je, je, je, si te debo confesar algo, a mi la pareja de Harry & Hermione me esta empezando a gustar ahora, antes tenía otra pareja en mente, mas bien era de Ron Hermione, aunque he de decir que nunca de Harry Ginny, esa pareja no la soporto, pero tengo una amiga que es una pesada con esta pareja y se pasa la vida escribiendo sobre ella, así que de tanto leer sus fics me estoy aficionando también a esta pareja y me esta resultando bastante perfecta.

Le miraba mientras dormía, contemplando las pequeñas arrugas que se habían formado alrededor de sus ojos, su rostro ya no era el de un niño feliz, pensó en lo mal que lo debía haber pasado el, perdiendo a sus amigos, a su familia en un solo día, se había quedado sin el apoyo que necesitaba para las noches de luna llena y para curar sus heridas al día siguiente.

Las personas no acostumbraban a tomarse bien las situaciones distintas y diferentes, pero quien era ella para juzgar a los demás, si tampoco ella reacciono como debía cuando se entero de que era un licántropo.

- Necesito hablar contigo – ya llevaba un tiempo insistiendo en esa conversación tan importante para el.

- Ahora no puedo Remus, nos vemos después en la noche.

- Esta noche no puedo, no estaré.

- ¿Tu madre vuelve a estar enferma?

- Algo así… necesito hablar contigo ahora – ella dejo escapar un suspiro.

- De acuerdo. En una hora – el la agarro del brazo y la llevo hasta un aula vacía – vale ¿Qué tal ahora? – dijo ella ante la instancia de él.

- Anne quiero que escuches atentamente lo que te voy a decir.

- Te escucho – le dijo mientras le daba suaves besos por el cuello.

- Anne – llamo separándola de su cuerpo – necesito contarte algo por favor.

- ¿Qué ocurre? – ella se puso seria – me asustas. Dímelo ¿Qué pasa?

- Veras a veces pasan cosas en la vida que no puedes impedir ni controlar y aunque lo desees con todas tus fuerzas no puedes hacer nada para cambiarlo y lo único que piensas es en evitarlo y …

- ¿Me estas dejando? – interrumpió bruscamente.

- Claro que no, pero tal vez cuando te diga esto seas tu quien me deje a mí.

- Te quiero Remus – contesto mientras acariciaba su mejilla – y no puedes decirme nada para que yo te deje.

- Soy un licántropo – soltó de golpe.

- ¿Que? – pregunto sorprendida y alejándose de él - ¿Estas de broma?

- No, no lo estoy – el se acerco a ella y Anne volvió a retroceder alejándose de él mirándole confundida – se que es difícil.

- Difícil, no es la palabra, me estas diciendo que eres un… que tu… no puedo… necesito pensar… no puedo – salio corriendo del aula dejándole allí plantado.

Un licántropo, había estudiado mucho sobre ellos y sobre su historia, pero que su novio fuera uno, era algo que no podía asumir, le costaba pensar con claridad y asimilar lo que le había dicho.

- Te estaba buscando – sentada delante del lago miraba las aguas en calma hasta que una voz la sorprendió – no esperaba esa reacción por tu parte.

- ¿Cómo esperabas que reaccionara? – ella miro al chico que se sentaba junto a ella

- Eres una Slythering y si he de decir la verdad, no confió en ti.

- Gracias Black, eres muy amable, tu apoyo en estos momentos es justo el apropiado.

- Pero Lily si confía en ti y Remus esta loco por ti – siguió el ignorando las palabras de ella – y los dos dicen que eres muy inteligente, así que me pregunto ¿Cómo una chica tan inteligente puede llegar a ser tan estupida?

- ¿Perdona? – contesto ella molesta.

- ¿Quién te crees que eres para romperle el corazón? Si de verdad le quisieras, no te importaría lo que el fuera, por que a él no le importa que tu padre sea un sucio mortigafo.

- No creo que estés en condiciones de hablar de mi familia Black, la tuya no es muy distinta.

- Cierto, eso es cierto, pero yo tengo claras mis prioridades ¿y tu? El es el mismo, tu tienes tus días al mes y el también ¿Qué vas a hacer?– ella no le contesto, se quedo mirando al lago en silencio – si quieres un consejo, a las seis de la mañana pásate por la casa de los gritos, si le quieres, si no, haznos un favor a todos y desaparece de su vida – se marcho dejándola sola con sus pensamientos.

Y eso fue justo lo que hizo, a las seis fue a la casa de los gritos, donde se encontró con un chico agotado y débil después de su transformación echado en una cama donde sus amigos lo arropaban, se sentó junto a él y espero a que abriera sus ojos.

- Hola – susurro el.

- Hola.

- ¿Qué… haces aquí? – parecía que hasta le costaba trabajo hablar y se notaba muy cansado.

- Pues veras, resulta que tengo una amiga que tiene un problema, su novio le ha contado un secreto muy importante para el y ella se comporto como una imbecil y le dejo tirado como una colilla y ella quiere pedirle disculpas, pero no sabe si el le perdonara – el sonrió.

- Seguro que el no tiene nada que perdonarle a ella.

- Si, si que tiene porque no le apoyo cuando él lo necesitaba y eso estuvo mal.

- Pero volvió a su lado y eso es lo que importa – ella le abrazo suavemente y le dio las gracias a Sirius con sus labios sin pronunciar ni una sola palabra.

Leía el libro que había cogido en la biblioteca tranquilamente apoyado en el cabecero de su cama cuando noto como los dorsales de su cama se abrían para dejar paso a la chica más preciosa que había visto nunca.

- ¿Pasa algo Hermione? – le pregunto sin poder evitar fijarse en aquellos diminutos pantalones que llevaba y esa camiseta que le estaba volviendo loco, quien quería camisones teniendo esa ropa.

- Nada – fue lo único que ella digo, mientras se metía en la cama y cerraba los dorsales tras ella.

- Hermione – llamo el nervioso, pero ella no le contesto, se sentó a horcajadas sobre el y le beso, el se quedo impresionado, pero no iba a dejar escapar la ocasión, así que le devolvió el beso extasiado por tenerla allí así, cuando ella se separo de sus labios el gruño por la falta de contacto y otro gruñido se escapo de su boca cuando la vio llevar sus manos a la camiseta y la fue subiendo despacio y su boca se seco cuando se la termino de sacar por la cabeza, se quedo mirando el busto de la chica sin atreverse a tocarla, ella cogio su mano y la llevo hasta su seno mientras se empezaba a mover encima frotándose contra el, que no perdió oportunidad.

- ¿Estas segura de esto? – las palabras se atragantaban en su boca, mientras ella le besa el cuello y seguía por su pecho.

- Más que segura – contesto.

- Hermione – gimió cuando ella toco su miembro por encima de los calzoncillos – si, así.

- ¿así que? – que clase de pregunta era eso, pensó él y porque tenía Hermione la voz tan ronca – Harry ¿Estas bien? – abrió sus ojos y lo primero que vio, fue el techo de la sala común, miro a su lado y Ron lo miraba sonriente.

- ¿Qué sueños húmedos con Hermione?

- No se de que hablas – contesto molesto.

- Ya sabes de eso de "Hermione si Hermione sigue así Hermione"

- Cállate Ron.

- Menos mal que ella ya se despertó hace un cacho y no te oyó, porque era una meli forno.

- ¿Una que? – pregunto sin entender.

- Una meli forno – contesto convencido.

- Peli porno Ron, peli porno.

- Lo que sea, era lo mismo.

- ¿Tu que sabes de películas porno? – su amigo se puso Rojo hasta las orejas.

- Tu no sabes nada de los de las pelis y yo no se nada de tus sueños húmedos con nuestra perfecta – la respuesta de Harry, fue rápida dándole con la almohada en la cara.

Un ligero golpe la despertó abrió sus ojos y miro lo que la había sacado de su sueño y ahí delante de ella de pies, estaba Remus con una bandeja sobre sus manos.

- Te desperté. Lo siento – le dijo el sentándose sobre la cama, espero que ella se acomodase y puso la bandeja sobre sus piernas – pensé que tendrías hambre cuando despertaras.

- La verdad es que estoy hambrienta – contesto mientras le daba un sorbo al café - ¿Qué hora es?

- Las nueve pasadas. Dormiste bastante.

- Mis clases – grito ella sobresaltada y si no hubiese sido por los reflejos del licántropo vertiendo todo el desayuno sobre las camas.

- Tranquila, Severus se esta ocupando de ellas.

- Oh bueno los Gryffindor no lo llevaran muy bien, te apuesto a que pierden todos los puntos que han conseguido en la semana.

- No quiero apostar a caballo perdido – le contesto el con una sonrisa.

- Me da pena, era mi último día, me hubiera gustado dar mis clases y despedirme de los chicos.

- Seguro que podrás hacerlo igualmente, además no darás más clases, pero aun no has terminado tu labor aquí.

- No, todavía me queda lo mas importante... – susurro ella – Dumbledore quiere que hablemos hoy con Hermione – dijo pesadamente.

- No crees que Hermione pueda ser lo que necesitamos para proteger Harry.

- No, no es eso, no creo que este preparada, es una gran responsabilidad.

- No conozco a nadie tan responsable como ella.

- Pero es una niña Remus.

- Nosotros no éramos mucho más mayores que ella.

- Puede que no, pero si teníamos mas carrera a nuestras espaldas – el se rió.

- No tanta, éramos más irresponsables y no pensábamos que Voldemort iba a tener tanto poder, yo nunca creí que mi vida iba a ser así.

- No, la verdad es que cuando estaba aquí, pensaba que todo sería distinto.

- Yo creía que me casaría contigo y tendríamos muchos niños, estaba seguro.

- Remus – susurro ella acariciándole la mejilla y mirando sus ojos castaños y bajando su vista a sus labios a los que se acercaba cada vez más.

- Dais ganas de vomitar – se separaron rápidamente para ver al profesor de pociones en la puerta.

- Buenos días a ti también – le dijo Anne.

- Dumbledore quiere que hables con la señorita sabelotodo antes de la comida.

- Te he dicho que te odio.

- No, hoy aun no.

- Hermione ¿Estas bien? No estas comiendo nada – la voz de Ginny la saco de sus pensamientos.

- Si, solo estoy un poco pensativa, no me quedo muy clara la lección de pociones.

- Pues olvida esa lección y come – le dijo la pelirroja y ella obedeció para que la dejase de preguntar.

Se sentía observada y nerviosa, estaba segura de que había tomado la decisión correcta para todos, ella era fuerte y lo conseguiría y contaba con el apoyo de todos los miembros de la orden, aunque no podía pasar por alto la reticencia que había notado en la profesora Jackoson cuando le había dicho lo que querían que hiciera.

- Hermione es un hechizo muy fuerte – le había dicho Anne – y muy peligroso nadie, incluidos Ron y Harry deben saber que lo harás – ella afirmo con la cabeza – tengo que hacerte unas preguntas.

- De acuerdo.

- ¿Quieres a Harry?

- Si, le quiero es mi amigo.

- Lo sé – contesto su profesora – pero no me refiero a ese tipo de querer – la chica enrojeció y bajo la mirada al suelo - ¿Sabes que clase de amor es al que me refiero?

- Si lo sé.

- ¿Y sientes algo así por él? – ella se notaba nerviosa, juntaba sus manos y las separaba, echaba pequeñas miradas a los ocupantes de la habitación.

- Por Merlín señorita Granger quiere contestar de una vez que esta locamente enamorada de Potter para que todos nos podamos ir.

- Severus – le regaño Dumbledore – es normal que la Señorita Granger sienta vergüenza respecto a este asunto, nos esta abriendo su corazón.

- Hermione – llamo Remus - ¿Estas enamorada de Harry? – ella trago saliva y asintió sin decir una palabra.

- Escúchame – dijo Anne – para que el hechizo surga efecto el amor que debes sentir por el debe ser puro, no debe haber en tu corazón ni un solo indicio de que tal vez no sientas algo por el que una pura amistad Hermione, no puedes confundir los términos.

- No los confundo – se defendió – se perfectamente lo que siento por él y es mi amigo, mi mejor amigo junto con Ron, pero también hace tiempo que me di cuenta de que mi corazón le pertenecía.

- De acuerdo – Dumbledore la miro por encima de sus gafas – pues entonces señorita Granger vaya ahora a comer y esta noche dénos su respuesta.

- No hace falta – contesto la chica – quiero hacerlo, si ayuda a Harry lo haré.

- ¿Tienes alguna idea de a lo que te expones? – pregunto Anne – si alguien descubre que tu sangre es la que protege a Harry intentaran matarte.

- Lo sé pero no por ello me voy a echar atrás, quiero ayudar.

- Te pueden matar ¿No lo entiendes niña?

- Anne – interrumpió Remus – creo que ya nos ha contestado que lo haría.

Miraba al chico que estaba sentado a su lado, y se sentía orgullosa de poder ayudarle de protegerle, pero en su cabeza también daba vueltas las palabras de su profesora "un amor puro" para proteger a Harry, debía renunciar a estar con él, esa era la mayor prueba que debía superar, seguir amándole, mientras el debería amar a otra.

Cuando la noche cayo en el castillo en una de las mazmorras mas escondidas del colegio se encontraban tres personas para realizar un hechizo que haría que el niño que vivió volviera a estar protegido contra el contacto de Voldemort que no le podría llegar a tocar nunca mientras Hermione Granger siguiera viva.

- ¿Estas preparada? – ella miro a su profesora segura de lo que iba a hacer.

- Lo estoy – con una aguja pincho el dedo de la chica del que salio una gota de sangre que dejo caer en un caldero.

- Remus me acercas esos pergaminos.

- Claro – el licántropo se los extendió – ay – gimió al ser pinchado.

- Perdona no me daba cuenta de que aun tenia la aguja en la mano – se disculpo.

- No importa – echo la aguja en el caldero y comenzó a leer los pergaminos en voz alta cuando termino una gran luz salio del caldero cegándolos a los tres.

- Ya esta echo – dijo Anne mirando a la chica – espero que estés mas que segura de lo que has hecho, porque a partir de ahora, si Voldemort quiere matar a Harry, deberá de matarte a ti primero – ella tembló antes esas palabras pero no se dejaría achicar por algo era una Gryffindor.