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Por Kary-chan

Capitulo 1

El silencio roto solamente por mi respiración, los latidos de mi corazón que parecieran aumentar de golpe cuando tu nombre llega a mis pensamientos, y que parece querer salirse de mi pecho cuando la imagen de tu rostro aparece nítida entre todos los recuerdos.

Es solo eso de lo que mi cuerpo parece percatarse o estar consiente de que existe... mas en esta oscuridad que me rodea es de lo único que aun puedo aferrarme.

He perdido la cuenta del tiempo que he permanecido en este sueño profundo, he perdido la cuenta de ya cuantos milenios son los que llevo sin tenerte a mi lado, sin escuchar mi nombre siendo pronunciado entre suaves risas por tus labios. He perdido tantas cosas desde esa noche, pero algo que no he perdido ha sido el amor que te tuve, aunque este se esté escondiendo en el mas profundo rincón de mi corazón para evitar ser alcanzado por el, para evitar ser arrancado sin piedad de mi.

Mi pequeño ángel, tu voz ya se escucha tan distante... tu imagen al principio tan nítida, hoy es demasiado borrosa... no te quiero olvidar, algo esta obligándome a olvidarte... lucho... he luchado tantos años para evitarlo, pero me están ganando la partida... mi pequeño ángel... como quisiera que todo el mundo supiera nuestra efímera pero preciosa historia, y no me refiero a preciosa por que fue hermosa, pues sin duda lo fue; no, me refiero a preciosa por que es mas valiosa que nada en la Tierra, el cielo o el infierno...

En un vano y desesperado intento de mi corazón para que no te olvide, me hace recordar como fue que comenzó todo...

Un joven alto y rubio se hacia paso entre los pocos empleados que aun estaban ahí y los escritorios de estos mismos, por su cara se podía percibir que no se encontraba nada contente por estar ahí o por llevar el encargo que traía en sus manos, o simplemente los dos motivos era lo que lo tenía molesto.

En verdad su molestia más grande era estar en ese lugar, en el edificio que era considerado terreno neutro entre el cielo y el infierno, donde tanto ángeles y demonios podían hablar "civilizadamente".

Para el joven rubio un sitio como ese solo era una perdida de además de espacio, de tiempo, los ángeles simplemente estaban para estorbar... y si bueno, para diversión según su opinión. Los ojos del joven demonio buscaron rápidamente el escritorio al cual se suponía debía deja esos papeles.

Un motivo mas para estar enojado, tenia que entregar precisamente esos papeles a un ángel, no es que no quisiera estar en contacto con ángeles, pero para el, contactar a un ángel era solamente en casos o, muy desesperados o muy aburridos.

Y para ya el gran colmo, cuando llego al escritorio este estaba vació. –lo que me faltaba...- se quejo rodando los ojos mientras soplaba haciendo que el pelo que caía descuidadamente sobre su frente se moviera un poco.

Cruzándose de brazos se sentó en el escritorio, no le quedaba de otra mas que esperar –como si no tuviera nada mejor que hacer- murmuro sacando del bolsillo del apretado pantalón negro una pequeña cigarrera plateada, se colocó el cigarrillo que saco de esta en la boca, tomándose su tiempo para abrir el encendedor dándole fuego al cigarro.

Después de la primera gloriosa bocanada, y se rió ante semejante adjetivo que le dio a esa acción, algo llamó su atención.

Se trataba de un muchacho bastante bajo de estatura, de unos ojos color violeta y el pelo totalmente rosáceo, discutía y hacia graciosas muecas a un hombre mas alto, mucho mas alto que el que parecía mas interesado en lo que había en el techo que en el simple hecho de hacerle caso al muchacho.

Realmente no fue difícil saber que el chico de ojos amatista era un ángel, era lo único que el joven rubio agradecía, la estupidita regla de "los ángeles de blanco, los demonios de negro" pues así nada se prestaba para confusiones o algo parecido.

El chico aparentemente se canso de rogarle al otro tipo (un demonio por su vestimenta) de que le prestase atención puesto que dio un puntapié al suelo y un resoplido de inconformidad para darse la vuelta. Y tuvo la suerte de pasar a su lado para marcharse.

Y de pronto, sorprendiéndose a él mismo pues no le dio la orden a ese brazo de que se moviera, y mucho menos le dio la orden a esa mano de que tomara el antebrazo del joven ángel para evitar que se marchara.

En ese momento sintió como si el tiempo y espacio se hubieran detenido tan solo un segundo al mirarle a los ojos, y es difícil para un demonio aceptar que le sorprenda algo así, pues para ángeles y demonios es tan fácil y sencillo manejar los segundos del eterno tiempo.

Pero sencillamente no había otra manera de explicar la sensación que tuvo al ver esos ojos violetas mirarle con la sorpresa que lo hicieron, dándole un aspecto de mucha mas inocencia de la que ya de por si solos proyectaban, el pequeño pelirosa solamente seguía mirándolo seguramente tratando de comprender el por que un demonio de buenas a primeras lo había sujetado así como así.

Se agacho lentamente hasta quedar a milímetros del rostro del ángel mientras que con su voz tan tranquila pero a la vez grave le dijo casi en un susurro –Dime tu nombre...-

Shu... Shuichi... - le contesto el pequeño ángel con voz trémula. –y.. tu?- pregunto a sabiendas que estaba entablando conversación con un demonio.

El rubio solo sonrió –Soy Eiri... cazador de almas..- contesto con voz suave

Shuichi sintió miedo, no un momento, no lo sintió... pero se suponía que debía de sentirlo... el era un demonio... dio un paso hacia atrás tratando de huirle.

Oh, pero tu no debes temerme, dulce ángel– le dijo acercándose a él aun más – no podría herir a tan seductora criatura como tú... – pasó la lengua sobre sus propios labios.

Shuichi no podía apartar la mirada de él, ese demonio tenia algo atrayente... algo que hacia imposible apartar la mirada de sus ojos dorados. Ya fuera por su aroma, por esos ojos o esos labios que se curvaban en esa sonrisa pero no pudo percibir en que momento sus labios se habían unido tanto como para ahora estar fundidos en un beso.

Mas el momento del beso no duro mucho pues una voz hizo que Shuichi se estremeciera por lo fuerte y el tono de enojo que tenia –Eiri! Ando buscando esos papeles desde hace una hora!-llego corriendo un ángel de cabello rojizo que caía en sus hombros, frunció el ceño al ver la cercanía por parte del demonio hacia Shuichi.

Shu.. ¿Te hizo algo?- le pregunto viendo como el chico no dejaba de mirar a Eiri, y asumiendo como siempre su papel de hermano protector hacia e l ángel de ojos amatista.

N..- quería contestar Shuichi pero fue interrumpido por el demonio.

Bah.. tu que no estas donde deberías... – le dijo aventándole los papeles. –ya que hice eso me voy...- dijo pero antes de girarse para marcharse observo con una sonrisita a Shuichi quien solo desvió la mirada al suelo, llevándose los dedos a los labios, tocándolos suavemente, lo había besado...dejando esa sensación sobre ellos .. ardían... quemaban... pero no dolían... sin pensarlo sus mejillas se habían vuelto color carmesí...

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Estaba por demás complacido, había encontrado algo muy interesante sin duda en su visita hacia las oficinas, llego al salón de descanso, decorado con tonos tierra y muebles de madera oscura que le daban un aspecto cálido a esa habitación, se dejo caer en un sillón recostándose en el, apenas había cerrado los ojos cuando la puerta fue azotada con fuerza.

–Dime que te crees?- le pregunta esa voz que conocía tan perfectamente.

–Ni se de que hablas– le contesto sin abrir los ojos.

–Bien que lo sabes Eiri...– contesto sin quitar el tono de enojo en su voz – ¿o debería de decir Yuki...? mira lo que son las cosas.. un demonio que es comparado con la nieve...–

Se levantó al escuchar esas palabras, mirando al joven castaño que ahora lo miraba furioso con sus ojos azules que se podía ver bien en ellos una frialdad casi comparable a las de sus ojos castaños. Su vestuario no distaba mucho del suyo, camisa apretada sin mangas y cuello de un color oscuro en su caso color vino, un pantalón negro que el chico siempre usaba con una especie de cadena colgándole de lado en la cadera y unos accesorios en su cuello.

Bah.. me lo tomo de quien me lo dice, baka usagui...–

El chico no perdió su facción de molestia ante el insulto –ese ángel es MIO– dijo claramente toda la oración enfatizando la ultima palabra.

Yuki solo curvo sus labios en una sonrisa – no le vi tu nombre Ryuichi...–

Me ha costado ganarme la confianza de ese ángel...–

Si?... haciendo que?... tus payasadas y pantomimas de niño bueno?– Yuki sabia bien de antemano como se comportaba Ryuichi con los demás, su cara que ahora en verdad parecía la de todo un demonio cambiaba a la de un perfecto e ingenuo ángel, y así había logrado trabajar en las oficinas asegurando que seria neutro como todos los que laboraban ahí.

–El método no te incumbe.. yo quiero a ese ángel y no te lo dejare...–

Lo quieres?... pues sabes... es la criatura mas deliciosa que he probado... y creo...– se llevo una mano a la barbilla sin dejar de sonreír para provocar a Ryuichi –que me lo quedare yo..–

–Si te metes entre él y yo...–

No no.. querrás decir si el mes escoge en lugar de ti–

Ahora fue Ryuichi quien sonrió –oh.. me estas retando... me parece bien Yuki... te apuesto a que ese ángel me dice la palabra prohibida antes que a ti...–

Yuki soltó una risa irónica –¿las palabras prohibidas?.. creía que le tenias un gran amor a ese ángel...–

–Los ángeles solo sirven para divertirse.. tu los sabes bien... pero también sabes que jamás dejo que se me escape una presa...- fue lo que le dijo tras darse la vuelta..

Te advierto que no perderé... yo ganare a ese ángel...- contesto Yuki.

Ya veremos, Yuki... ya veremos...-

Al marcharse Ryuichi, Yuki se sentó de nuevo en el sofá prendiendo otro cigarrillo, cuando una vez mas su paz fue interrumpida por una voz.

Estas jugando con algo peligroso Eiri...- un chico rubio y de ojos verdes se acerco de el saliendo de las sombras.

Este solo se encogió de hombros –es un simple ángel...–

–Decir las palabras prohibidas para un ángel es casi un sacrilegio...–

Te preocupas por el futuro de un ángel Touma?... acaso me dirás que también a ti te gusta ese ángel?–

El otro chico solo entristeció la mirada –me preocupa tu futuro Eiri...– la mirada verde y la dorada chocaron por unos minutos.

–Le quitas toda la diversión...– murmuro soltando una bocanada.

–Yo solo te he dicho que... muchos han sucumbido a los encantos de un ángel... y el castigo que les ha esperado...–

Tranquilo Touma... jamás me enamoraría de un ángel... – contesto levantándose ya harto de esa conversación dispuesto a salir a tomar un trago a algo así..

Touma vio como se alejaba y su mirada se entristeció mas –nunca digas nunca Eiri...-

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Notas de la autora: Por favor dejen reviewcitos w...

Matta ne!