"En el manicomio"

Por Makita.-

"Simplemente ella no tenía vida propia. Vivía para los demás, ayudando cooperando… ¿pero los demás que hacían por ella?-Absolutamente nada.-Si se creía que con dinero se pagaba el esfuerzo de dejar tu vida de lado, estaban muy equivocados. Gracias a eso, ella nunca conoció el amor…sólo una vez, un hombre alto y gallardo, con olor a tierra en sus manos, con brazos formidables y un cuerpo joven y trabajador.-

Nunca se alejó de ella, a pesar de las jugosas ofertas.- La última vez que lo vio, él le había regalado una rosa, con un bolso en su hombro y con los pasajes del barco en la mano.-

Nunca olvidaría sus encuentros secretos, cerca del campo, en el establo, donde todo tenía olor a orégano a pasto seco y a animal.- Pero era la hora del adiós y nunca jamás supo algo de él.- Ahora su vida era un vacío, dicen que las mujeres se desgastan y entristecen cuando el amor se larga de su corazón…y éste era el caso de esa joven muchacha…"

La dueña de la historia cerró su cuadernillo con impaciencia.- Dos meses habían trascurrido y la verdad es que la relación con su paciente iba de mal en peor.- Tenía que reconocer que fue muy dulce cuando le dio las gracias, por liberarlo del castigo, pero aparte de eso no existía otro acercamiento.-

Él parecía inundado en otra clase de problemas, lógico, era o se creía un físico, era comprensible…

Pero ella sentía otra cosa.- Sentía que algo ocultaba y quería a toda costa llegar hasta el fondo del asunto. Parecía un loco, pero a veces se comportaba de forma lúcida y normal, cosa que hizo sospechar a la señorita Kinomoto.

Y no era solamente Einstein, si no también Newton. Los dos se comportaban bien extraño.- Recordó una vez que sorprendió a Einstein husmeando en las habitaciones de sus compañeros, buscando desesperadamente algo. Todo el día estaba alerta y observando a su alrededor, al igual que Newton.-

Había decidido guardar silencio y no comentarle nada a la Doctora Danennberg ni a sus compañeras, ya que no tenía pruebas para comprobar lo que ella creía.-

Sentía que la llamaban.- Una enfermera la llamaba desde el sanatorio y le indicó con la mano que se apurara.- Se levantó de la banca donde estaba sentada y corrió al lugar.-

Lo había olvidado.- A la doctora Dannenberg se le exigió de medios exteriores que todo su personal, así como enfermeras, auxiliares de aseo, doctores y pacientes, se vacunaran contra la hepatitis A . Una enfermedad que se estaba volviendo común y en estos últimos meses había atacado a más o menos diez pacientes.

Según el plan, vacunarían a los enfermos primero y luego serían vacunadas ellas.- Como la vacuna tiene varias dosis (dos dosis separadas de cuatro semanas) sería un proceso algo largo, pero necesario, ya que estarían protegidos durante diez años.-

Cada enfermera tomó una aguja y la vacuna, posteriormente fueron a buscar a su respectivo paciente.- Sakura tomó la aguja con inseguridad. ¿Dónde estaba Einstein?

…………………………..

Li tocaba el violín en su habitación. Estaba solo, porque Planck se fue a jugar con sus amigos al patio. Hace tiempo que no gozaba de tanta tranquilidad y paz. En el fondo se sentía un poco mal, ya que habían transcurrido dos meses y ni rastro de los planos ni del físico.- Ya los conocía casi a todos en el sanatorio, pero a ese tipo nunca lograba hallarlo. Sospechaba de Newton, pero después de entablar largas charlas con él, se dio cuenta que era un loco mas del lugar.-

Cesó de tocar cuando sintió unos pasos acercarse y la perilla de la puerta girándose.- Entonces se quedó inmóvil, mirando a la señorita Sakura, de pie a la entrada de la habitación con una jeringa en la mano.-

-Buenas tardes Einstein.-

Él no contestó e intentó escapar por la ventana.-Pero estaba con llave.-

-Previne tu maniobra.- dijo sentándose en la cama y sacando un poco de algodón, y abriendo el paquete que contenía la jeringa.-

Si había algo a lo que le tenía terror era a los pinchazos.- Pero estaba acorralado.- Ella preparaba todo minuciosamente, mientras que él pensaba en una manera de escapar.-

-Ya, ven aquí, que tengo que vacunarte.-

-No.-se apresuró en contestar.-

-Es obligación en el recinto.-

-No pienso vacunarme.-

-Es por tu bien-

-No quiero.-

-Creo que no he sido clara…¡Que te sientes!.- le gritó.-

Li asustado hizo lo que ella le dijo y se quedó quieto y en silencio.- Se sentó en la cama y se sacó su polera, ya que esta vacuna se inyecta en el hombro.- La señorita Sakura limpió la zona donde iría la vacuna con un algodón y luego tomó la jeringa entre sus dedos, con una maestría envidiable.-

-Espere por favor.- dijo él levantándose.-

-¡Que pasa ahora!

-Debo prepararme psicológicamente para recibir el pinchazo.-

-¡Nada de cosas!...mientras más rápido, mejor.-

Nuevamente se sentó y antes de lo esperado, la señorita Sakura lo vacunó.- Si, le dolió, porque la vacuna de la hepatitis es dolorosa y más aún por los efectos secundarios que acarrea. Ella masajeó delicadamente su hombro para que el líquido se esparciera y lo obligó a guardar reposo.-

-Quizás se te inflame el hombro, tengas fiebre, dolores de cabeza o vómitos.- Es normal, son las consecuencias de la vacuna…

-Ya…-respondió él ya más calmado.-

-Cualquier cosa…me llamas.- le indicó la alarma al costado de su cama.- Yo estaré aquí en cinco minutos.-

La enfermera salió de la habitación y Li se levantó. Quería ir al patio para tomar aire libre, pero antes de eso, tenía que quitarle la llave a su ventana.- Con un palito de madera, logró abrir la cerradura y escapó de la habitación.-

…………………………

-¿Qué vamos a hacer Doctora Dannenberg?-Muchos pacientes están con una fiebre altísima.-

-Nada pues niña…sólo podemos bajarle la fiebre con telas húmedas, pero no debemos darles medicamentos…recuerden que su sistema inmunológico estará débil por un tiempo…

La señorita Meiling salió de la oficina para ver a su otro paciente, Newton. Éste si que estaba con fiebre y vómitos. Entró a su habitación y le hizo compañía largo rato, mientras le cambiaba el trapo de la cabeza.- Supuestamente estarían así un par de días.- La señorita Mihara irrumpió en la habitación, preocupada.-

Ella tenía el cabello largo y color marrón, como sus ojos.- Su cabello siempre lo ataba en dos singulares trenzas y su piel era relativamente morena.- Se acercó a su compañera.-

-¿Qué sucede Shijaru?

-Estoy preocupada por Max Planck.- Le inyecté la vacuna y lo dejé tomando reposo, pero ha desaparecido y no sé donde pueda estar…

-Descuida, quizás esta en el patio…

-Ya lo busqué allí y no lo encontré.-

-Que extraño…pero como ese le tiene miedo a las enfermeras…es lógico que huya de ellas…

-Creo que tienes razón, de todas formas seguiré buscándolo.-

-Buena suerte Shijaru…

La joven salió apuradísima de la habitación, dejándola sola nuevamente con Newton, quien deliraba cosas extrañas.-

……………………..

Li se sentía muy bien. Miraba a sus compañeros, todos vomitando o quejándose de la inflamación y a él no le había pasado nada.- Hace unas cuatro horas que lo inyectaron y nada.- Caminó tranquilamente por el patio, paseando aburrido, buscando con la mirada a la linda enfermera Sakura. Si, reconocía que la encontraba muy linda y hermosa, pero no le agradaba que fuera tan antipática y enojona con él. ¡Si no le había echo nada!.- Siguió caminando y entonces, detrás de unos arbustos divisó a su compañero: Max Planck.-

Estaba tendido boca abajo, sujetando su estómago.- Corrió hacia él y notó que estaba ardiendo en fiebre.- Lo cargo en su espalda y lo llevó hasta su habitación lo más rápido que pudo. Los pasillos se le hicieron largísimos y cada vez se sentía más agotado. Corría como si estubiera en un maratón, pero todo por la salud de su compañero.-

Lo recostó sobre su cama y accionó la alarma.- La señorita Mihara entró como una bala y le tomó la temperatura.- Se quedó largo rato con él, atendiéndolo.

-¿Tu lo encontraste?.-le preguntó la enfermera a Li.-

-Si, señorita Mihara.- dijo actuando como niño.-

-Muchas gracias, estaba muy preocupada por el.

-De nada…-

-¿Y tu? ¿Cómo te sientes? ¿No tienes fiebre?

-Hm. no tengo, no tengo fiebre.-

Pero sí tenía un terrible dolor de cabeza. Se acostó y se tapó hasta arriba porque su cuerpo tiritaba. ¿Cómo? Si hace cinco minutos estaba de lo mejor.- Se arrinconó contra la pared y sintió como el uniforme de adhería a su cuerpo, por la transpiración.-

Todo le daba vueltas, así que cerró los ojos con fuerza.- Escuchaba a lo lejos los quejidos de su compañero y el sonido de la tela untándose en agua fría. Pero prefirió aguantar, para no levantar sospechas y se quedó dormido.-

…………………….

Ella suspiró con algo de culpa y de ironía. Einstein había quedado parcialmente inconsciente por la fiebre tan alta que tenía, pero en parte era su responsabilidad, ya que él no la llamó ni alertó.-

Siguió cuidando de él, intentando bajarle la fiebre. En la misma habitación estaba Shijaru, en las mismas condiciones de ella, sólo que Planck estaba despierto.-

-¿Y despertó?

La voz de su compañera la desconcentró de su tarea.-

-No. Aún no.- ¿Qué hora es?

-Son las 12 de la noche.-

-¿y como estarán los demás?

-Igual…

-Ojalá que la segunda dosis no sea igual.-

-No, claro que no. Porque ya su cuerpo se ha acostumbrado.-

-Oh, que bien.-

Siguió con lo suyo. Estaba sentada a un lado de la cama, con la fuente de agua fría a su derecha. Se agradó ver el rostro de él, ya que a pesar de la fiebre y los demás malestares era tranquilo, plácido y relajado. Una mano descansaba sobre su abdomen y la otra estaba bajo las sábanas completamente inmóvil. Se contentó de tener un paciente tan apuesto. Lentamente llevó sus manos a los dóciles cabellos castaños que caían sobre su frente y comenzó a acariciarlos. Su mirada, cambió a una de felicidad, de ternura, cuando lo escuchó emitir un suspiro y moverse sutilmente.

Quizás cuanto rato estuvo mirándolo, sin despegar la vista de sus facciones. Tomó con cuidado y cariño una de las manos que estaba sobre su estómago y la apretó con fuerza, deseando que saliera rápidamente del desmayo y abriera sus ojos.-

-¿Te gusta?

Soltó rápidamente su mano y giró para ver a su compañera de trabajo, sonriéndole con comprensión.

-No, claro que no.- dijo nerviosa.-

-Es que como lo mirabas tan embobada…

-¡No es verdad! ¡No estaba embobada!- dijo haciendo un pucherito.-

-De todas formas no es crimen enamorarse del paciente.- dijo con algo de melancolía.-

-¿Porqué lo dices?

-Porque es muy común…varias enfermeras me han comentado lo mismo.-

-Ya veo…

-Pero aunque no es un crimen es algo prácticamente imposible…ya sabes, por su estado.-

-Así es…ellos viven en una realidad diferente a la de nosotras.-

Shijaru asintió con la cabeza y se levantó del lado de Planck.-

-¿Vamos Sakura? Ellos deben descansar…No creo que les aumente la fiebre.-

-Si, vamos.- dijo Sakura imitándola.-

…………………………

Los rayos del sol mañanero se filtraron entre las cortinas de la ventana.- Li sentía voces que lo llamaban pero se sentía incapaz de abrir los ojos. Aún estaba mareado y tenía ganas de ir al baño.- Alguien jugaba con los dedos de sus manos y se apresuró en hablar.-

-o hayou gozaimasu.-dijo.- (Buenos días, por la mañana)

-Ehhh?.- Planck lo miró sorprendido.-

-hai?

-¡Einstein!.-gritó Planck sorprendido.-

-wakari masen.-

-¡Estás hablando en japonés! ¡Wow!

De repente despertó de golpe y le tapó la boca a su compañero.-

-¿Qué? ¿Qué dije?.-

-Hablaste en Japonés…-dijo el de ojos grises aún sorprendido.-

-No le digas a nadie que hablé en japonés ¿ne?

-¿Es un secreto?

-Ehhh, se podría decir que si.-

-¡Entonces no lo diré! ¡Porque es un secreto!

-Bien…

-¡Pero enséñame! ¡Yo quiero aprender!

-¡Estás loco!

Ugh un momento, si está loco…

Entró la enfermera Mihara para verlos y se sorprendió. Nuevamente Li estaba atentando contra la vida de su paciente (al menos eso distinguió ella de la escena)

-¡¿Se puede saber que están haciendo?!

Los dos se miraron sin saber que decir.-

Continuará

Wow, al fin salió esta actualización. De que me costó, costó, pero cumplí :p Saludos a Kanna Sagara, Celina Sosa, Ai-chan, Kirche Himitsu y a Tenshi akire por sus reviews n.n

Espero que les haya gustado este capi…si no, tómense la libertad de dejar sus reclamos XD

Suerte!

Se despide, Makita.-