"En el Manicomio"

Por Makita.-

Siempre por las mañanas se podía distinguir la peculiar silueta de Newton bajo el gran árbol de cerezo. Se iba a ese lugar un poco mas alejado, para reflexionar acerca de los grandes conocimientos que poseía y para perfeccionar sus teorías mas conocidas.- Tomaba una ramita delgada y la colocaba entre sus labios, simulando una pipa.

Sus compañeros se acercaban a él, para que les platicara de sus grandes aventuras (solo ocurridas en su imaginación) y con gran desplante y talento las contaba, dejando a todos sorprendidos por su buen lenguaje.-

Pero ahora estaba aburrido, ya que todos estaban convalecientes y no había nadie que quisiera elogiarlo. Su amigo Rutherford todavía estaba bajo los efectos de esa desagradable vacuna y era muy temprano para que los demás despertaran.-

Como se halló solo, suspiró y por un momento dejó de fingir locura. El tiempo pasaba rápido y aún no encontraba esos planos con las fórmulas de armas nucleares.- Ni tampoco su autor.- ¿Qué haría? Tenía que encontrarlos como de lugar y escapar del sanatorio, para enseñárselo a su comandante. Aunque ese lugar fuera apacible, tranquilo y agradable, afuera la guerra continuaba, más feroz y mortal que nunca y sus compañeros militares estaban guerreando mientras él se la jugaba por encontrar la fuente de las armas más poderosas.-

Se levantó, totalmente recuperado y caminó un par de pasos, cuando una joven aterrizó justamente sobre él, cayendo los dos al suelo. Gracias a sus instintos logró sujetarla para que no se lastimara, pero de todas formas los dos acabaron arañados y sucios.-

-¡Lo siento! ¡Lo siento!- dijo ella tratando de levantarse.-

Él no dijo nada, sólo atinó a mirar a la chica. Su vestido era de un rosa muy clarito y en sus manos llevaba pétalos de cerezo. Su rostro estaba magullado y sus rodillas sucias.- Le pasó su mano para que él se levantara.-

-De verdad perdóneme…

Ella lo quedó mirando. No lo había visto antes ¿por qué?- Pero era muy guapo, le pareció. Era alto de cabellos negros y unos hermosos ojos azules. Era delgado y de tez muy blanca.-

-Usted es…-preguntó ella.-

-Soy Eri… ¡Soy Newton!

-¿Ehhh? ¿Es un loco?

-Bueno…creo que no…

-¡si es un loco!

Ella se alejó enfadada del lugar, decepcionada porque todos los chicos apuestos eran locos, a excepción del Doctor Kinomoto.- Miró sus manos mas frustrada aún.- ¡Todas las flores que había recolectado se habían esparcido por el suelo!- se devolvió para recogerlas pero Newton ya lo había hecho y se las entregó cortésmente.-

-Tome señorita…son suyas.-

Ella se sonrojó ante el comportamiento del "supuesto" enfermo y sonrió, tomando entre sus manos las delicadas y bellas flores.-

-Soy Tomoyo Daidouji.-

-Un gusto señorita Daidouji.-

Ella se marchó a paso lento, muy coquetamente con las flores en sus manos y volteando de vez en cuando para ver al hombre, apoyado con una mano en el árbol, mirándola fijamente.- Se dijo a sí misma, que a ningún otro paciente le quedaba tan bien el uniforme como a él.-

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Li había escapado del acoso de la enfermera Mihara y caminaba tranquilamente por el patio. Sus manos descansaban atrás de su cabeza y sus ojos estaban completamente cerrados.- Sintió la voz de la señorita Sakura llamándolo, así que decidió esconderse.- De seguro lo castigarían de nuevo, ya que "supuestamente" estaba "ahorcando" a Max Planck.-

Se avergonzaba de su actitud tan infantil, pero era la única forma de probar que estaba loco. Una, creyéndose Einstein y la segunda por su actitud de niño (eso le habían aconsejado que hiciera).

Li se detuvo un momento para verla mejor. Se notaba melancólica y triste. Sus manos estaban atrás de su espalda y miraba fijamente un nido de pajaritos sobre una rama de un árbol. Sus ojos verdes se posaron sobre él y se acercó lentamente.-

-¿Dónde estabas? Te estaba buscando.-

-Sólo salí a pasear, señorita Sakura.- Dijo él, jugando con las mangas de su uniforme blanco.-

-¿Sabes algo? El otro día te escuché interpretar una melodía muy hermosa con el violín.-

Ella caminó hacia una banca y se sentó. Él la acompañó y se sentó a su lado. Estaba preocupado por su actitud tan pasiva y nostálgica. ¿Acaso la señorita Sakura tenía un problema? ¿Pero como podría preguntarle que le sucedía?-Si hacía eso, podía levantar sospechas.-

-¿Podrías interpretarla para mí?

Asintió con la cabeza. No sabía porque, pero un nudo se formó en su garganta y le impidió articular alguna palabra. Solo sus ojos mirándolo intensamente y rogándole por la melodía lo estremeció y cerró los ojos fuertemente.-

-¿Por qué?-pudo preguntar por fin.-

-Porque es muy bonita.- Una sonrisa se formó en su rostro.

-A muchos les gusta…

-Porque tocas maravilloso, Li.-

¿Idea suya o le había dicho Li? ¿Se habría dado cuenta que no era un loco? ¿Y que estaba solo fingiendo?-¡eso significaría el fin de su misión! ¡Y no podía ocurrir!- la despistó rápidamente.-

-¡Soy Albert Einstein!

-Ahh, lo siento, es verdad.- ella se apenó.-

Se levantó rápidamente como recordando algo. Li la miró confundido. Más que todo por lo que sentía cuando ella estaba cerca de él.-

-¡Se me olvidaba! ¡Tú no has desayunado!

Lo tomó de la mano, incitándolo a levantarse y se dirigieron hacia el instituto. Aunque no tenía hambre, decidió no darle problemas esta vez.-

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Oculto detrás de un gran árbol y mirando continuamente hacia todas direcciones, un hombre se arrodilló y comenzó a hacer un hoyo en la tierra, con sus propias manos. Se concentró en su tarea hasta darle la profundidad que deseaba al agujero. Nuevamente observó a su alrededor, para asegurarse de que nadie había sido testigo de su acto y enterró unos papeles amarillentos y desgastados.-

Tapó el hoyo y lo cubrió con hojas.-

Se levantó agotado y limpió su frente con la manga de su camisa blanca. Estaba completamente embarrado, pero no le importó.-

Los planos que contenían el fin de la humanidad estaban a salvo y era muy poco probable que alguien los encontrara. Llevaría sus descubrimientos a la tumba, todo por el bien del mundo y del ser humano…-Si, maldita mente. Te lleva a planear fórmulas tan perfectas, exactas, ¿para que? Para que acabe con el mismo humano, si señor.-

Pero no se dejaría vencer por el deseo de reconocimiento y lucro. Primero era el planeta, después su ambición.

Estuvo aproximadamente cuatro meses desaparecido de las cercanías del sanatorio y ahora su vuelta causaría un gran revoltijo entre los demás enfermos. Pero era hora de regresar.-

Emprendió el camino, entre los gigantescos árboles y las plantas que creían a ras de suelo. Después de mucho avanzar, por las enormes áreas verdes que tenía el sanatorio, llegó a donde había más gente. Unos locos lo vieron y corrieron hacia él, contentos.-

-¡Copernico! ¿Dónde estabas? ¡Te buscábamos para irnos a jugar!

El hombre alto y de cabellos grises les enseñó una sonrisa, mientras miraba su enfermera acercarse a toda velocidad.-

-¡Por fin te apareciste!

-Lo siento señorita Lowenthal.-

-¡Tendremos que hablar con la doctora Dannenberg! ¡No puedes desaparecerte así como así!

La mujer de cabellos rubios y ojos azules lo tiró firmemente de la camisa y lo empujó prácticamente para que entrara en el lugar. El joven parecía agotado, después de tanto planear e inventar fórmulas nuevas, y luego borrarlas y luego volverlas a perfeccionar y luego enterrar, no era algo fácil. En alguna parte debía ejercer lo que le encantaba sin ser visto, y el único sitio donde lograba encontrar la tranquilidad que necesitaba, era en un pequeño bosquecito, muy aparte de las demás áreas verdes.-

Si sus estudios físicos salían a la luz pública, los países en guerra no tardarían en ponerle precio y copiarlos. Y tendrían acceso a las más mortíferas y novedosas armas nucleares…

-¡Nicolás Copernico! Ajummm… ¿porqué su desaparición tan repentina?

-No sé, señorita Dannenberg…de repente ¡paf! Y me perdí.-

-¡Pero esa no es excusa para cuatro meses!.-gritó la Psiquiatra levantando su bastón, amenazante.-

-Doctora…comprenda que él es enfermito.- Lo defendió su enfermera.-

-Si, comprendo, comprendo, pero esto me parece muy extraño ¡Jum! ¿Dónde estuviste?

-No lo recuerdo señorita Dannenberg.-

-Ya, ya no quiero seguir perdiendo tiempo con pacientes como éstos.- dijo hastiada la doctora.- Enfermera Lowenthal, tiene que vacunarlo.-

-Si doctora.-

-Ya pueden retirarse...y …

-¿Si señorita Dannenberg?

-Que esto no se vuelva a repetir.-

-Si señorita Dannenberg.-

Ambos salieron de la oficina- Ahora que todo estaba claro, "Copérnico" tendría que acatar las órdenes de la fastidiosa dueña de la institución y no volver a desaparecer tan repentinamente. Tendría que mantener todas sus investigaciones y descubrimientos, en blanco por un tiempo.-

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-¿Qué le pasa señorita Sakura?-preguntó Meiling al ver el estado decaído de su compañera.-

-¿Eh? Nada, sólo estoy preocupada.-dijo levantando la cabeza.-

-¿Porqué?

Estaban sentadas en una larga mesa del comedor, mientras sus respectivos pacientes almorzaban.

-Es que…bueno yo hace un tiempo estoy escribiendo una historia…

-¿y?-preguntó la ojos rubís con curiosidad.-

-y…no sé como ponerle el final…en un principio pensé que la protagonista debería morir después de que muriera su abuelo, tras una vida de desdichas y…

No continuó al ver a su compañera de trabajo riendo a carcajadas.- Cuando finalmente logró calmarse, escuchó su opinión.-

-¡Sakura! ¡Que graciosa!...si quieres que te de mi opinión, creo que tu puedes hacer lo que quieras…si te da tristeza matar a tu protagonista, ¿porqué no cambias el rumbo de las cosas?

-¿cómo?

-Puede que esa muchacha logre conocer nuevamente la felicidad…como por ejemplo, que consiguiera otro trabajo y que deje de cuidar de su abuelo…

-Pero…

-Incluso podría enamorarse nuevamente, ir a recorrer el mundo con su amado…

-No puede ser, porque ella ha tenido un solo amor, que la abandonó.-

-¿Porqué no? Si el desgraciado la abandonó ¿Por qué no puede encontrar otro?...hay muchos hombres en el mundo Sakura…

-Pero ella sólo lo quiso a él…

-Bueno. Yo ya te di mi opinión…tú puedes manejar la historia como te plazca…puedes dejar a la protagonista morir cruelmente o simplemente que rehaga su vida…está en tu imaginación, amiga mía.-

Meiling se levantó de la mesa dejando pensativa a la autora. Si bien podía cambiar el rumbo de la historia, no quería.- ¿porqué?...algo le daba inseguridad y no era capaz de tomar el lápiz nuevamente.- Algo extraño la hacía dudar.-

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La Doctora encorvada y de cabellos blancos miraba atónita a su sobrina. Su cabello largo y negro no estaba suelto y lacio como siempre. Lo había tomando en un moño y sus vestidos anchos y siempre en colores pastel, ahora eran reemplazados por un uniforme blanco.-

-¿Qué sucede hija?-tartamudeó la Psiquiatra.-

-¡Tía! ¡Quiero ayudarte con tus enfermos!

-Pero…¡jum! ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

-Es que no quiero pasar el resto de mis días sin hacer nada…

-Me parece excelente, pero creo que primero deberías tomar un curso.-

-¡Nada de eso! ¡Quiero que me otorgues un paciente para atender!

-Pero no sé cual…hay unos algo peligrosos niña…

La Doctora se paseó por su oficina pensando en algún enfermo tranquilo y no agresivo, que fuera dócil y manejable.-

-¿Te gustaría cuidar al que se cree perrito?

-No.-

La Doctora siguió meditando. ¡No se le ocurría ninguno! Obviamente descartado Hulk, descartado Copernico, Max Planck, Max Von lave…

-¿Qué tal Einstein? Toca el violín, hasta podrías componer canciones con su ayuda…

-No estaría mal, pero yo quiero a uno en especial, Tía.-

-¡Porqué no me lo dijiste antes! ¿y a cual te gustaría atender?

-A Newton, Tía.-

-Mhh, Hecho…la señorita Meiling necesita algo de ayuda…estar con dos pacientes al mismo tiempo es agotador, así que puedes atender a Newton de ahora en adelante.-

-¡Bien!

Tomoyo saltó por la oficina y abrazó a su tía.- Luego salió corriendo por los pasillos. Tendía que aprender todo lo necesario, para ejercer como una buena enfermera.-

Continuaraaaaaaaaaa… - - - -

Bueeenoo, aquí tá el capi numero 8 de este loquísimo fic XD. Dedicado especialmente a la Meli, quien me recordó que debía actualizar…. (y yo ya tenía este capi listo desde hace un tiempo) :p

Saludos a todos mis reviewers! XD a Celina Sosa, a Kirsche, Lizbeth, Sanguito, Ai –chan nn y a mi nee-chan, la Meli …XD

Ahora, me retiro…u-u sé que el capi estaba cortito, pero no podía alargarlo más :/ ojalá les haya gustado esta actualización, ya que no esperaron tanto tiempo para nada XD (ñ-ñ no me reteeen T-T)

Nos Vemos a la próxima!!

Bye bye!!

Makita.-