Matrimonio perfecto

Por: Andy Yogima.

Capítulo 3. La mansión Potter

Pasados largos minutos en los que Sirius no podía articular más de dos palabras congruentes. Remus se encargo de dar las merecidas felicitaciones a la pareja. Cuando finalmente el anímago logro salir de su trance, suspiro resignado a la realidad abrazando a sus amigos como una muestra de felicidad.

Mientras Remus y Sirius se preparaban para volver a sus respectivos hogares, James y Lily se encargaron de dar la feliz noticia a Dumbledore, prometiendo que enviarían invitaciones a los profesores.

Los Merodeadores y la pelirroja hicieron una última parada en un restaurante muggle, antes de tomar sus respectivos caminos. Conversaron animadamente narrando sus aventuras en el extranjero, donde a pesar de que los viajes eran por estudios ninguno de ellos desaprovecho la oportunidad de disfrutar el tiempo. Finalmente tocaron el tema de la boda, los planes que tenían y como un retroceso: lo increíble que era el ver a James Potter y Lily Evans finalmente juntos.

Cerca de las ocho, habiendo concluido el atardecer, James y Lily volvieron a casa de los Evans. Todas las luces del primer piso estaban encendidas. Entraron encontrando la sala repleta de catálogos, más de 50 ejemplares dispersos entre los sillones.

Lily tomó una de las carpetas sin abrirla. Forrada con un papel rosa chillón, listones dorados y estrellas de papel, la pelirroja supo al instante quien era el responsable de aquel montaje. Alzo la vista, el resto de los catálogos tenían una pinta similar.

James a su lado tomó la carpeta encontrando en su interior fotografías de arreglos florales, diversos y en su opinión ostentosos. La mayoría de ellos tenían un cierto toque que los hacía verse vulgares, con tanto adorno sobre las flores hacían que perdieran su belleza.

-¡¡Lily, querida!! ¡¡Que bueno que llegas!! –exclamo una voz chillona- ¡Oh! Imagino que él es el afortunado –sonrío mirando a James.

-Ah, si, claro. Patricia…

-Paty –reitero ampliando su sonrisa.

-Si… ehm, él es James. James ella es... –miro un segundo a la chica- Paty –murmuro entre dientes –será la encargada de organizar la boda.

-Ya veo… -murmuro sin mucha emoción. Patricia lo observo reprobatoriamente torciendo la boca.

-Ay, Lily. Lamento este desorden –hablo señalando las carpetas sin expresar lo que decía- es que estoy tan emocionada que no pude evitar iniciar los preparativos –chillo dando un pequeño salto acompañado por un aplauso- descuida, solo quiero que veas las fotos y me digas cual te agrada –tomó su abrigo fucsia del perchero- ¡nos veremos mañana a primera hora! –gritó abandonando la casa.

-Mamá… -llamó asomando la cabeza por la puerta de la cocina. Encontró a Esther hojeando los catálogos, sin prestar mucha atención al llamado de su hija- ya nos vamos a dormir.

-Mmm… -asintió.

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-¿Y bien? –preguntó Lily nerviosamente, cerrando la puerta tras de si. James se sentó en la cama mirando fijamente a su prometida.

-No me dijiste que Patricia era tan… extraña.

-Mmm, si, supongo que ella es algo… -balbuceo con las manos pegadas a la puerta, tras su espalda- lo importante es su trabajo. Tiene muy buenas referencias.

James no dejo de mirarla analizando la situación, estuvo a punto de rezongar ante el comentario sobre las referencias pero lo pensó mejor, después de todo, solo había visto uno de los catálogos y aunque no le había gustado mucho el trabajo de Patricia, tal vez el resto de las revistas tendrían mejores diseños. Lily sonrío lo más sinceramente que pudo.

-Ven –hablo tendiendo las manos al frente. Lily llegó junto a él sentándose en sus piernas- ¿a ti te agrada?

-Bueno, a mi madre le agrada y creo que su trabajo es bueno. Podemos darle una oportunidad, ¿no?

-Si tú la aceptas, está bien –sonrío dándole un beso.

-Bien, entonces iniciaremos los preparativos mañana. Pero, un momento, ¿cuándo iremos a ver a tus padres?

-Sabía que no tardarías en insistir con eso.

-¿Entonces…? –puso mirada triste.

-Lily, no me mires así… Está bien, iremos. Pero que sea lo más pronto posible, quiero solucionar esto de una vez.

-De acuerdo –se levanto- que sea mañana.

-Pero mañana…

-Cualquier cosa puede esperar –sonrío- ahora todo lo que importa es que conozca a mis futuros suegros.

James sonrío con ternura ante la felicidad empalagosa de su prometida. Parecía una niña con juguete nuevo, y no quería arruinar su alegría con suposiciones sin sentido. Ya tenía tiempo que no veía a sus padres, no podía negar que quisiera verlos pero ahora Lily estaba de por medio y como lo había prometido frente a Dumbledore: no dejaría que nada malo le pasara a su Lily.

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A la mañana siguiente, James y Lily abandonaron la casa muy temprano en medio el entusiasmo de la pelirroja que parecía brillar por la emoción. Por su parte, Esther y John también habían tenido que madrugar por la repentina pero sospechada llegada de algunos parientes, los primeros que esperaban.

De entrada, la prima Jessica de la misma edad que Lily, a quien se le 'agradecía' la presencia de Paty. Físicamente era alta, de piel bronceada, cabello originalmente castaño pero que constantemente teñía, en está ocasión de negro azabache. Sus ojos negros, lucían azules gracias al uso de lentes de contacto. Era la pariente más rechazada por su peculiar personalidad: orgullosa, vanidosa y sobre todo entrometida. Trabaja en una estética muy prestigiada.

Tamara, hermana menor de Jessica, con doce años de edad, hiperactiva en toda la extensión de la palabra. Su mayor cualidad es su sinceridad, siempre dice lo que piensa sin importar quien fuera, de ahí que ella y Jessica no se llevaban muy bien. Su cabello castaño-rojizo, piel blanca y ojos rojo oscuro casi negro.

Lidia era todo lo opuesto a Jessica, de ahí que siempre las comparaban. Era alta, esbelta, rubia de ojos miel y piel por encima de lo claro. Siempre amable y muy inteligente, hábil con las manualidades y buena para escuchar. Estudia psicología.

Finalmente, el primo Lex de 25 años, comisionado a cuidar de las chicas. Exageradamente coqueto, de cabello castaño, piel morena y ojos color marrón. Siempre esforzándose por perfeccionar su cuerpo hasta en el más mínimo detalle. Trabaja en un local de repostería, su especialidad.

-¿Dónde está Lily? –pidió Tamara dando pequeños saltitos en su asiento.

-Salió muy temprano, no creo que llegué tarde –excuso Esther- supongo que se quedarán.

-Si nos permites –hablo Lidia cortésmente.

-Por supuesto –sonrío John saliendo de la cocina con una bandeja de bocadillos.

-Seguramente se fue con su prometido, ¿no? –dijo Jessica melosamente. Esther asintió sonriendo- ¿qué les ha parecido Paty?

-Es muy alegre –tosió John mirando lejos del grupo.

El timbre sonó repetidas veces sin cesar como si se tratara de una canción. El señor Evans se puso de pie recibiendo a Paty quien acostumbraba tocar el timbre de aquella forma.

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La mansión Potter era mucho más de lo que Lily pudo soñar. Interminables metros de áreas verdes, árboles, estatuas, fuentes y flores que formaban arcos perfumados rodeaban la imponente mansión. Con más de cien habitaciones, la estructura del edificio irradiaba magia y un ligero toque hogareño. La entrada principal destacaba por su gran portón blanco decorado con ángeles que recitaban bellas melodías con sus arpas.

-Lily, ¿estás segura de esto? –preguntó James mirando su casa como si nunca hubiese estado ahí.

-Claro que si –sonrío tocando la campanilla que anunciaba su presencia.

Al instante apareció un elfo doméstico que invito a pasar a la pareja, feliz de ver a James. Acomodó sus abrigos y los instalo en la sala. El salón con candelabros de oro iluminando, los muebles estaban aterciopelados en color beige. Las paredes decoradas con pinturas de paisajes, algunos estilo muggle y otros mágicos. Variadas piezas de arte, joyería y decoración, así como flores de múltiples colores perfumando el lugar. Los ventanales abiertos de par en par permitiendo un toque rustico.

Inconscientemente Lily aliso su vestido admirando lo que seguramente era uno de los cuartos más normales de la mansión. James la observó divertido aún temiendo por lo que pudiera pasar. El excitante silencio que se había formado fue abruptamente interrumpido por el sonido de una pieza al contacto con el suelo haciéndose pedazos. Una sonriente niña de cabello negro con betas castañas que se distinguían a contraluz, piel blanca y ojos negro-azulados similares a los de James, apareció en la sala. Lucía un bello vestido rosa sin mangas largo hasta la rodilla y una playera blanca de la que solo se distinguían las mangas, peinada de dos colitas se daba un aire más travieso de lo usual en una niña de su edad.

-¡Jami'! –exclamo lanzándose sobre el chico- ¡Que bueno que viniste! –chillo como si no hubiesen pasado años desde la última vez que James pisara esa casa- Lora' me ha estado molestando toda la mañana.

James miro a la niña, divertido mientras Lily cuidadosamente separo a la pequeña limpiando su rostro que tenía manchas de lápiz labial y polvo.

-Así te ves más linda –sonrío.

-Tú me caes mejor que Lora –comento sentándose al lado de la pelirroja.

-¿Ella está aquí? –preguntó James.

-Si, está arriba con mamá probándose un vestido. Le dije que seguramente me quedaría mejor a mí, se enojo y cuando mamá se distrajo me ensució la cara –explico haciendo un puchero- ¿quién eres?

-Me llamo Lily, mucho gusto –extendió su mano.

-Yo soy Judith –sonrío estrechando su mano- ¿por qué vienes con Jami? –Lily miro a James, sonriente al escuchar aquel sobrenombre.

-Es mi prometida –intervino al ver la sonrisa de Lily, evitando que hiciera preguntas.

-¿Tú prometida? Uyy, eso no le va a gustar a Lora –canturreo saliendo de la estancia.

-¿Quién es Lora? –pidió Lily confundida por el último comentario de la pequeña Potter.

-Se llama Carol Bek. A mi hermana no le agrada.

-Me doy cuenta, y ¿ella es…?

-Es una larga historia.

-¡¡¿Qué?!! –se escucho una voz chillona resonando por toda la casa.

-Tal vez deberíamos volver otro día –murmuro James seriamente.

-¿Por qué le tienes tanto miedo a Bek?

-No temo por ella, es por ti.

-James, si hay algo que deba saber apreciaría que fueras tú quien me informara –dijo seriamente.

-Todas las familias de sangre pura planean matrimonios entre sus hijos –explico igualmente serio- hace muchos años me comprometieron con Bek, pero yo me rehusé. Por eso he tenido problemas con mi padre. Mi madre nunca ha dicho nada pero él insiste...

-¿Por qué no me lo dijiste?

-¿Por qué tendría que mencionarte tonterías como esa?

Lily se quedo callada. Tenía razón, si le hubiera comentado ese asunto antes lo habría tomado a mal como una clase de comparación o insulto.

-¿Ella te…?

-No quiero que la conozcas. Es un ser horrible.

-¿Y qué hace en tu casa?

-Eso no lo sé.

-Judith me ha informado que una chica linda acaba de llegar –una señora alta, esbelta de cabello castaño y ojos del mismo color, se presentó en la sala. Vestía una fina túnica roja con adornos en dorado y lucía una sencilla pero elegante joyería.

-Buenos días, mi nombre es Lily Evans –sonrío poniéndose de pie nerviosamente, imitada por James.

-Pero no es eso lo que me ha sorprendido –continuo seriamente acercándose a la pareja- sino la forma en como ha sido presentada. ¿Tú prometida? –escudriño a James.

-Si madre, ella es mi prometida –afirmo aferrando a Lily por la cintura.

-Tú padre no está, James –su semblante serio se relajo formando una sincera sonrisa que James compartió y tranquilizo a Lily.

-Mucho gusto –aventuro extendiendo su mano.

-El gusto es mío –saludo sonriente- Judith tenía razón, eres muy linda.

-Gracias, señora –bajo la mirada sonrojada. Tomaron asiento.

-No creí que volverías a está casa.

-No fue mi idea. Fue de Lily –dijo enlazando sus manos.

-Me alegra ver que haz podido lidiar con el carácter de mi hijo.

-Creo que no he conocido ni la mitad de el –sonrío mirando de reojo a su prometido.

-¿Se quedarán?

-Hoy no –hablo James- de hecho, estamos aquí para informales de nuestra boda. ¿Dónde está mi padre?

-Salió a una reunión de negocios, tal vez vuelva tarde. Pero creo que deberías dejarme hablar con él, primero –James asintió.

-¡Ya volví! –canturreo Judith dando saltos- ¡Lily, Lily! Ven conmigo mi muñeca está herida –chillo.

-Judith no mortifiques, linda –pidió la señora Potter.

-No se moleste, señora –intervino Lily- vamos a ver a tu muñeca.

-Corre, está al pie de la escalera. Cayó desde el segundo piso –dijo jalando la mano de Lily. James y su madre las siguieron con la mirada hasta que salieron.

-Es una chica muy linda –alabo Elizabeth, claramente refiriéndose a su carácter más que a su físico con lo que ya se defendía bastante.

-Lo sé –musito hipnotizado.

-Y creo que tu hermana quiere ponerla a prueba –mofo reconociendo la extraña petición que Judith había hecho sobre su muñeca. El día en que se anunció el compromiso de Carol y James, había hecho una petición similar a la futura novia, que al contrario de Lily no había pasado la prueba.

-Ya me di cuenta –sonrío recordando el mismo suceso que su madre- ¿qué hace Bek aquí? –preguntó buscando una respuesta coherente y no enterarse que la chica lo espiaba.

-Ha estado visitándonos muy seguido, creo que sus padres aún creen que puede haber algo entre ustedes.

-¿Te agrada? –preguntó temeroso.

-Eso no importa –negó con la cabeza- tú eres quien va a casarse.

Un par de horas después, despidieron a la pareja manteniendo a Carol encerrada en el piso superior toda la mañana. Regresaron al vestíbulo y Judith se acerco a su madre dando saltos.

-Mira, mamá –sonrío mostrando una linda muñeca de trapo que tenía una venda en la cabeza y una mano cubierta, así como una pequeña bandita en la mejilla- Lily la curó y nos regalo dulces –mostró una bolsita llena de caramelos- ella me cae bien. Será una buena cuñada.

-¿Quién será una buena cuñada? –giraron encontrando al señor Potter que acababa de volver. Miro a su esposa notando que había ocurrido algo interesante en su ausencia.

Elizabeth pidió a su hija que fuera a su habitación y escoltó a su esposo a la sala. Sería una tarde muy larga y de ella dependía que la boda de su hijo fuera mejor de lo planeado.

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-¿Qué les parecen lilas? –dijo Esther hojeando un álbum con fotos de arreglos de dicha flor.

-No lo sé… -musito Lidia mirando un álbum similar pero en girasoles- Lily, ¿cuál es tu flor favorita?

-Me gustan las rosas blancas –respondió automáticamente mirando un catálogo de rosas variadas.

-Rosas blancas, eso será difícil de conseguir –opino Paty hojeando un álbum de plantas complementarias- creo que no deberían ser blancas.

-Es cierto, se perderían con tu vestido –corroboró Jessica.

-A menos que utilicemos algo de follaje. Supongo que la fiesta será aquí, ¿no? –chillo mirando a Lily.

-Si, esa es la idea…

-¡Grandioso! Tienen un jardín perfecto.

-Estás se ven bonitas –dijo Tamara mostrando a Lily las fotos de rosas color durazno.

-Es cierto… Paty, tal vez podríamos usar rosas de diferentes colores.

-Pero que sean tonos pastel –añadió Tamara.

-Si, eso me agrada… -musito pensativa- bien, trabajaremos en eso.

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-Supongo que sigues empeñado en tu idea –dijo John mirando significativamente a su futuro yerno- no me permitirás intervenir en los gastos.

-Lo siento, pero nada me hará cambiar de opinión.

-Lily es muy exigente –comento Lex con una sonrisa traviesa.

-Eso lo sé –sonrío.

-¿Cuándo conoceremos a tus padres? –intervino el señor Evans.

-No estoy muy seguro. Hoy fuimos a visitarlos pero no encontramos a mi padre –respondió tratando de omitir la verdad.

-¿Dónde viven? –dijo Lex poniendo alerta tanto a James como a John.

-En una zona algo retirada del centro de Londres –dijo rápidamente.

Lex pareció creerse la respuesta, asintió con la cabeza abandonando el estudio. John y James suspiraron al mismo tiempo. Solo los padres de Lily conocían su verdadera 'naturaleza' y planeaban que así siguiera. Por tanto a cada pregunta personal hecha a James debían inventar una razón creíble o decir una verdad a medias.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el golpeteo de un ave pidiendo atención desde la ventana. Ya acostumbrado a la forma de comunicarse entre magos, John espero a que el más joven atendiera al llamado. Abrió la ventana pero la lechuza no entro, solo extendió la pata a la espera que retirara la carta. El ave era más grande que las lechuzas comunes, café con una gran mancha blanca que cubría su pecho, se mantenía erguida. Al segundo de retirarle la correspondencia, emprendió el vuelo de regreso. James miro el sobre con seriedad.

Era de su padre.

Continuará…

Notas de la autora: OK, aunque sea atrasado, espero que todos hayan disfrutado sus vacaciones navideñas D y que este 2005 se les cumplan sus 12 deseos. Pasando al fic, lo prometido es deuda y ya comenzamos con la acción o los problemas como lo quieran ver. La sensacional Carol Bek -- hace su aparición (o más bien su voz, porque aún no la hemos visto –literalmente-) también tenemos a la familia de Lily, parte uno y nos falta la de James. Espero sus comentarios sobre el cap, y no tardarme tanto con el próximo -

Respondo los reviews:

Ishtar Black: Gracias por tus comentarios, a mi también me gusto la parte donde aparecen Sirius y Remus, aunque lamento decir que tal vez no aparezcan mucho, pero descuida tendrán su momento. Me alegra saber que contaré con tu apoyo. Espero tus comentarios sobre el cap, besos y feliz año D

Isa: Mmm, no matar a nadie ¿eh? Bien, veré que puedo hacer - Aunque si no los mato, aún tenemos a Carol que bien puede impedir la boda ¿no crees? Gracias por tus comentarios, no sabes como levantan el ánimo. Ya tendremos un poco de Sirius y Remus más adelante, por ahora estarán algo exiliados. Ten por seguro que si a Sirius le da la fiebre por casarse le daré tu recado P Besos y cuídate.

HermioneGranger91: No te preocupes si te tardas en dejar review, lo importante es que seguiste intentando ) Gracias por tus comentarios y espero verte por acá de nuevo. Besos )

Ely-barchu: Muchas gracias por tu review, espero que sigas leyendo. Besos y feliz año )

Mary93: No te preocupes por el review, me alegra contar con tu apoyo. Gracias por tus comentarios y ten por seguro que se pondrá mejor, entre un problema y otro ya veremos si se realiza la boda. Besos y cuídate )

Muchas gracias a todos los que se molestaron dejando un review, espero que los que leen y no ponen su opinión se animen; es muy útil para la escritora, eso la anima -

Cuídense.

Su amiga,

Andy Yogima.