Matrimonio perfecto
Por: Andy Yogima.
Capítulo 7. "¿Me harías el honor de ser mi esposa?"
Apenas abrió los ojos saltó de la cama corriendo al baño donde vomitó hasta que la garganta le ardió. Lily salió del cuarto y tambaleándose logro llegar a su cama, desplomándose con un resoplido. Se llevo una mano a la frente cerciorándose que su temperatura estuviese normal, extendió los brazos sintiéndose mareada. Y fue entonces cuando notó la ausencia de James.
–¿Lily? –susurro Lidia al otro lado de la puerta.
–Adelante –murmuro temiendo que con solo abrir la boca volviera a vomitar.
–¡Al fin, bella durmiente! –mofo sentándose en la cama- son casi las once.
–¿Las once¿Y James?
–No lo sé, no lo he visto desde ayer.
–Ya veo…
–¿Te sientes bien? –coloco su mano sobre la frente de Lily.
–Si, es solo que…
–Creo que necesitas comer algo.
Sin esperar reclamos de su prima, la obligo a levantarse empujándola fuera de la habitación. Llegaron al comedor encontrando la casa en completa calma, en la mesa ya las esperaba el desayuno para Lily quien al sentarse miro la comida sin mucha intención de ingerirla.
–Por cierto –musito Lidia con una sonrisa peligrosamente grande- ¿cómo se te declaro?
Lily la miro de reojo ruborizándose notoriamente al entender la pregunta. Su prima quería saber como le había pedido matrimonio James. Lentamente su mirada se perdió en el infinito evocando aquel suceso.
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Habían compartido toda la tarde en medio de diversión; el cine, teatro, parques y cerrando el día con una romántica cena en barco. Pasadas las diez y lista para volver a casa, abordaron la limosina que se desvío del camino planeado.
Medio adormilada, Lily bajo del auto a petición de James. Cruzaron un pequeño terreno baldío hasta llegar a una cabaña, al parecer abandonada. Lo sorprendente del lugar se encontraba dentro, un solo cuarto amplio con chimenea y varios cojines frente a ella. El techo, las paredes y el piso brillaban con lunas y estrellas fosforescentes sobre la oscuridad del lugar, una linda melodía instrumental opacaba el silencio de la noche. Lily entró maravillada por el escenario y logró percibir un suave aroma a rosas.
-Que bonito lugar –comento admirando su alrededor.
-Me alegro que te guste –dijo James ya instalado frente a la chimenea estirando el brazo invitando a Lily a acompañarlo- no sabes lo que me costo realizarlo.
-Bueno, te quedo muy lindo –sonrió tomando su mano, sentándose frente a él- pero supongo que estamos aquí por una razón¿no?
-Si… tengo algo muy importante que preguntar –respiro- Lily¿me harías el honor de ser mi esposa?
Fue como una aguda punzada en el pecho para Lily, una presión de felicidad y nerviosismo en su corazón. James la miraba firme con ternura presionando su mano produciendo un leve calor que la obligo a mirar su palma donde ahora descansaba una gran rosa roja que al segundo siguiente se transformo en una bella sortija de oro con un diamante en forma de lágrima.
-Pero¿qué…?
-Creo que ya diste tu respuesta –sonrió con un brillo intenso en sus ojos. Algo que Lily nunca había visto en él.
-No entiendo.
-La rosa es mágica. Si tu respuesta es sí, se transformaría en la joya exacta que te gustaría recibir.
-¿Y si la respuesta hubiera sido no? –indago admirando la pieza.
-La flor se hubiera marchitado –suavemente recostó a Lily sobre los cojines inclinándose para besarla- te amo –musito antes de unir sus labios.
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–Wow, que romántico –chillo Lidia con los codos recargados en la mesa y la cabeza sobre las manos, escuchando atentamente el relato de su prima- cuando yo me casé quiero que sea con un hombre que me ame tanto como James a ti.
–¿A qué te refieres?
–Por favor, Lily. A kilómetros se nota que haría lo que fuera por ti. Si le pides que se suicide seguro que lo hará sin pensar –mofo, hablando rápidamente.
–¿Tú crees…? –musito sonrojándose de nuevo.
–Pero¿qué veo? No haz comido nada, vamos, come. No quiero ser culpable de desnutrirte.
–No tengo hambre –murmuro agitando el vaso de jugo- de hecho, se me antoja… algo con chocolate.
–¿Chocolate?... Bien¿por qué no vamos de compras? –se puso de pie- y de ahí podemos comprar tu chocolate.
–Eso suena bien.
–¿Qué¿Escuché "compras"? –grito Tamara asomándose por el umbral de la puerta.
Abrió las puertas principales de golpe, entró con los brazos extendidos hacia arriba caminando como si estuviera en un pasarela. Se detuvo al centro del salón principal y miro a su alrededor de forma soberbia con las manos en sus caderas. Inhalo ruidosamente.
–Cuando yo sea la señora Potter, todo esto me pertenecerá –sonrió dando un giro rápido sobre su lugar quedando de frente a James quien no la miraba muy hospitalariamente.
–¿Qué estás haciendo aquí? –exigió mordazmente manteniéndose tranquilo.
–¡James, cariño, te estaba esperando! –chillo tratando de abrazarlo pero el chico le sostuvo las manos alejándose.
–¿Qué es lo que quieres?
–Ay, pues hablar contigo. Digo, tú y yo podríamos tener algo¿no te parece?
–¿Qué no entiendes lo que significa que estoy comprometido con Lily? Si me disculpas iré a ver a MI NOVIA –paso de largo acercándose a las escaleras.
–¿Estás seguro que Evans se encuentra allá arriba? –chillo cruzando los brazos con superioridad- ¿o si acaso está en la casa?
Por una fracción de segundo, James se detuvo asimilando las palabras de Carol. Una pequeña llama de desconfianza inundó su corazón pero sabía que Lily estaba en la casa. Sin más, continuo su camino llegando al segundo piso.
Abajo, Carol sonreía triunfante, si seguía a ese paso fácilmente podría destruir la relación de James con aquella sangre sucia. Sabía que con algo de suerte, Mark concluiría con su plan. Tranquilamente giro hacia el jardín, donde gracias a la información de un elfo, sabía que encontraría a su futura suegra.
Por quinta vez el grupo salió prácticamente huyendo de la tienda en turno para llegar al sanitario. Dos de aquellas ocasiones fueron responsabilidad de Tamara y Judith; las últimas tres a causa de Lily.
–Tal vez tenga un malestar estomacal –opino Lidia, ella y las niñas esperaban a la pelirroja cerca de una fuente.
–Pero se ve muy pálida –comento Judith sentada a la orilla de la fuente meciendo los pies.
–Espero que no sea nada grave –murmuro la mayor de ellas.
–Ya regrese –musito Lily apareciendo al lado de Tamara.
–¿Estás bien? –pidió la niña.
–Si, solo…
–Si te sientes mal podemos volver a casa –propuso Lidia.
–No, descuida. Aún quiero mi chocolate –sonrió.
–Disculpen –las chicas giraron encontrando a un joven un poco más alto que Lily, la más grande del grupo; de tez morena y cabello café decorado con rayos dorados; sus ojos del mismo tono que su cabello. Se acerco a Lily- ¿esto es tuyo? –mostró un estuche que contenía espejo.
–Si, gracias. ¿Dónde estaba?
–Lo dejaste tirado allá atrás –sonrió galante señalando la dirección. Lily supuso que la pieza debía haber caído de su bolso cuando salió del sanitario.
–Bueno, gracias de nuevo. Hasta luego.
–Espera, yo te conozco –coloco una mano sobre su hombro.
–¿En serio? Yo no te recuerdo –musito pensativa.
–Si, si. Sé que te conozco, pero no recuerdo de donde.
–¿Por qué no vienes con nosotros? –propuso Tamara- si se conocen ya lo recordarán y sino, de todas formas creo que nos hará falta "opinión masculina".
James se mantuvo en el umbral de la puerta mirando a su madre, que inmersa en su labor parecía no haber notado su presencia. La señora Potter trabajaba en uno de sus mayores pasatiempos: la pintura. Siempre que se dedicaba a ello, no descansaba hasta conseguir un cuadro perfecto, de ahí que la casa estuviese tan llena de retratos, sobre todo aquella habitación designada para lucir obras de arte de la señora.
–¿Qué te parece? –murmuro sin mirar a su hijo.
Él se acerco para mirar. Sobre el lienzo se encontraba plasmado un pegaso volando sobre nubes bañadas de sol y de fondo un castillo plateado protegido por la noche.
–Un pegaso…
–Si, Lily menciono algo sobre ellos hace días –explico dejando el pincel remojando- creo que tu hermana le dijo que quería uno.
–¿Haz visto a Lily?
–Si, se fue con sus primas y tu hermana, dijeron que iban de compras –sonrió. James se dejo caer pesadamente en un pequeño sillón, decepcionado de si mismo por haber puesto en duda la confianza con Lily- ¿dónde estuviste?
–Tuve que resolver un par de asuntos anoche. Dormí fuera y hoy en la mañana fui a trabajar.
–James¿ya hablaste con Lily?
–No quiero hacerlo –Elizabeth tomó asiento al lado de su primogénito tomando su mano- no quiero perderla.
–Tiene derecho a saberlo –dijo dulcemente- y si te ama como yo lo veo, seguirá a tu lado.
El joven Potter guardó silencio. Lily podía morir y si le decía igualmente moriría, pero al menos sería por voluntad y no por engaño. "La amo demasiado como para perderla" se dijo "Pero por eso mismo, porque la amo como un loco es por lo que no puedo verla morir…"
Remus "loco" Lupin:
Como no me des una respuesta razonable a tu
comportamiento voy a matarte.
Todo aquí se cae a pedazos y a ti te da por
tomar vacaciones.
Por cierto¿sabías que Wormtail volvió hace
poco? Según él ya no quiere ser auror, parece
muy confundido pero James dice que lo nota
diferente.
Más te vale que te cuides.
Sirius Black.
Con un pase de su varita sello la nota y la ató a la pata de la lechuza que descansaba sobre el escritorio a la espera de trabajo. Rápidamente el ave desapareció.
–¿Ya escuchaste la noticia? –levanto la vista. Moody se hallaba recargado en el umbral con los brazos cruzados- que Remus se fue.
–Si.
–Escuche el rumor de que se fue a una misión secreta.
–¿De dónde escuchaste eso? –preguntó a la defensiva- ¿de dónde?
–No pensarás que te lo diré¿o si? –mofo.
–Solo quería saber si la fuente era de confianza.
–Te lo estoy diciendo yo –Sirius bajo la mirada pensativo. Ese era un buen argumento- ya no puedes confiar en las mismas personas que antes, ni siquiera del ministerio.
–No estarás insinuando algo sobre Remus¿verdad?
–No lo sé, tú eres su amigo –dijo desafiante. Se miraron en silencio unos segundos antes que la mueca en el rostro de Moody se convirtiera en una sonrisa sincera- de cualquier forma, yo confío en Remus. Es un buen chico. Por cierto¿cómo sigue Lily?
–Bien, eso creo. No la he visto desde ayer.
–Me alegro, pero la vi muy pálida.
Sirius elevo la mirada hallándose solo, Moody se había ido. Miro su reloj, ya era hora de reunirse con la brigada.
Habían pasado horas dando vueltas de tienda en tienda mirando joyería, comprando ropa y paseando entre los locales que mostraban artículos para bodas y bebés.
Finalmente descubrieron que Mark y Lily no se conocían, de hecho el chico era hermano de Carol Bek pero todas corroboraron que él era mil veces mejor persona que la chica. Aunque Judith no dejaba de mirarlo de mala forma siempre renegando sobre la veracidad de sus palabras. Ahora descansaban cómodamente en una heladería a petición de la pelirroja quien ordeno un mantecado triple de chocolate con chispas y jarabe del mismo sabor.
–Creo que eres muy joven para casarte –comento Mark- ¿estás segura de lo que haces?
–Claro, quiero mucho a mi prometido –dijo automáticamente sin apartar la vista de su postre.
–Espero que después de esto no quieras un pastel de chocolate –dijo Lidia haciendo una mueca extraña- porque esa cosa tiene tanto de ese dulce que no como es que no te empalaga.
–Es tu culpa, desde la mañana te dije que tenía el antojo –explico sin dejar de comer- y ha estado aumentando.
–¿Antojo? –repitieron Tamara y Judith dejando de saborear sus propios helados.
–¿Estás embarazada? –aventuro Tamara. Por primera vez, Lily dejo su helado y miro a sus primas, por un segundo asustada antes de soltar una leve carcajada.
–¿De dónde sacas esa idea? Claro que no lo estoy.
–Pero piénsalo –dijo Lidia- eso explicaría tus síntomas.
–¿Síntomas? –repitió Mark mirando a la pelirroja.
–¡Ya basta! –estallo Lily golpeando la mesa, poniéndose de pie.
–¿Lo ves? Ahora tienes cambios de humor –hablo Judith con una amplia y traviesa sonrisa.
–No estoy embarazada y no se discutirá más –bufo dejándose caer sobre su silla, ceñuda y con los brazos cruzados. Sus acompañantes rieron disimuladamente, excepto Mark quien miro seriamente a la pelirroja.
–¿Y quién es el afortunado? –pregunto cambiando su semblante.
–¿Mmm?
–Tu prometido.
–Ah, su nombre es James Potter.
–Ya veo –se levanto- chicas tengo que irme. Espero volver a verlas algún otro día –hizo un ademán con la mano a manera de despedida y se alejo.
–Me agrada, es muy diferente a Carol –alabo Tamara.
–No lo sé –murmuro Judith mirando el camino por donde el chico se había ido. No podía recordar que Carol tuviese un hermano, claro que bien podía ser un pariente perdido o algo así pero…- sigue siendo un Bek –murmuro. Solo Lily la escucho, mirándola extrañada.
–Bueno, son casi las seis será mejor que volvamos a casa –anunció Lidia.
–Antes tengo que ir al sanitario –pidió Lily tomando su bolso.
–¿De nuevo? –dijeron al unísono.
–Solo tomara un minuto.
–Si no está embarazada no sé que explicación habrá para esto –se quejo Tamara. Las otras dos asintieron.
Lily llegó rápidamente a los sanitarios, está vez no tenía nauseas pero si un fuerte dolor de cabeza acompañado por una molesta sensación de mareo. Se posó frente al espejo mirando su reflejo pálido y cansado con algo de rubor en sus mejillas, abrió la llave de agua dejando acumular un poco del líquido en sus manos para poder mojarse el rostro.
Rozó su frente y pudo sentir su temperatura algo elevada. Respiro tratando de no alarmarse, levanto su bolso hurgando en el. Accidentalmente dejo caer el espejo y miro su bolsa, confundida extrajo un espejo exactamente igual al que había en el suelo. Uno era suyo y el otro se lo había dado Mark.
Levanto la pieza del suelo abriéndolo con sumo cuidado. Dentro contenía una pequeña nota, la extrajo leyendo: "Eres el ángel más bello que he conocido".
Cerca de las ocho, James seguía esperando en su habitación a la llegada de Lily. No podía entender como las mujeres tardaban tanto en ir de compras pero su madre le dijo que con suerte la pelirroja volvería esa noche.
Descansaba en la cama leyendo uno de los libros muggles de su prometida, cuando escucho una suave melodía que interrumpió su lectura. Salió del cuarto guiándose por la tonada hasta llegar al estudio del primer piso. Entro sigilosamente encontrando a su padre de pie al lado del piano, se acercó más notando la presencia de Lily frente al instrumento con los ojos cerrados.
El señor Potter invito a su hijo a acercarse susurrándole que los dejaría solos. James asintió sentándose a la derecha de Lily llamando su atención y obligándola a dejar el piano.
–Al fin regresas –susurro abrazándola por la cintura, besando su cuello.
–Lo siento, nos tomó más tiempo del pensado –rió ante la sensación, acariciando el cabello azabache- por cierto¿dónde estuviste toda la noche?
Sin prestar atención a su pregunta, James se deshizo de la blusa y siguió besando su hombro moldeando su abdomen recostándola suavemente cubriéndola con su cuerpo.
–Te amo… -susurro tomando sus labios.
–Yo también –musito dejándose llevar por las caricias de su novio.
Sin que ninguno de los dos lo notara, la puerta de la habitación se cerró silenciosa. Al otro lado, Carol se recargó sobre la puerta dando un leve golpe unísono con los puños, cerró los ojos bufando con desesperación. "Maldita, sangre sucia" pensó irritada dando un leve respingo. "Ya no me importa nada" volvió a golpear la puerta alejándose a paso rápido. "Haré lo que sea para tener a James a mi lado, no importa lo que tenga que hacer para alejarlo de la sangre sucia".
Abandono la mansión, molesta marcando un número rápido en su celular. Salió de los terrenos sonriendo ampliamente.
Continuará…
Notas de la autora: Bueno, tampoco tuvimos mucha acción en este cap, ténganme paciencia ya casi llegamos a lo bueno. No estoy muy segura, pero creo que me tarde un poco en la actualización¿no, je, je tampoco creo que haya sido demasiado… bueno, espero sus comentarios sobre el cap, ya saben cualquier duda, sugerencia, amenaza, queja, etc., será bien recibida -
Respondo los reviews:
Kat: Gracias por los saludos, espero que tu también estés bien. Pasando a tus preguntas: el plan de Bek era que Mark lograra distraer a Lily lo suficiente como para que ella pasará tiempo con James, pero ya ves, debemos agradecer a Peter su intervención porque sino… Uyy, el perfume, eres la primera que lo nota, efectivamente no era perfume pero no te diré más porque es un detalle interesante, espero que puedas adivinarlo antes de que yo lo diga, je - Mark, técnicamente solo tiene que separar a Lily de James, simple ¿no? Bueno, digamos que Paty le declaro la guerra a James desde la primera vez que se vieron, y él dijo que el trabajo de Paty era malo (no lo dijo directamente pero lo insinúo, y con eso basto) Sobre los síntomas de Lily no te puedo decir nada porque arruinaría la sorpresa que ocurrirá exactamente en… el capítulo 9 - Sobre tu otra pregunta de que es lo que James le tiene que decir a Lily, también lo sabremos en el capítulo 9. Creo que respondí la mayor parte de tus dudas, disculpa las que no pude responder pero ya sabes, si te lo digo le quito lo interesante al fic. Besos y cuídate mucho )
HermioneGranger91: Bueno, tanto así como tirarse de los pelos, no, pero dentro de unos capítulos tendremos un encuentro algo fuerte entre Lily y Carol, tenme paciencia, esa disputa será el detonante de varias cosas. Veo que tienes una idea de lo que le pasa a Lily, tal vez te lleves una sorpresa, ji, ji. Bueno, sobre el traslado de Remus a Surrey, no puedo decirte nada pero ya averiguaremos algo más, eso si, nada directo. Ah, si, ya hice el otro examen de inglés, me dan resultados dentro de dos semanas, así que todavía tengo que esperar. Gracias por tus comentarios y cuídate mucho )
Bueno, fueron poquitos reviews pero me dio gusto que me preguntarán tantas cosas. Me agrada escuchar sus teorías y responder a sus dudas. Nos vemos en próximo cap. Cuídense mucho.
Su amiga,
Andy Yogima.
Miembro de la MMW.
