¡Buenas! Éste es mi nuevo fic. La historia está basada en una película que me gusta mucho y bueno, decidí hacerlo, simplemente porque me pareció divertido. Espero que os guste y que dejéis opinión.
¡Besos!
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Regreso: Capítulo 1No había podido dormir en toda la noche, y si cerraba los ojos solo obtenía como resultado un sueño intranquilo. Se removía entre las sábanas, nerviosa, esperando el resultado del esfuerzo, el resultado de los últimos años...
Los primeros rayos de la mañana salían en el horizonte y desde el balcón abierto podía verse un cielo gris que se iba abriendo entre luces a un nuevo día de verano. Se deslizó como un felino de la cama, sin despertar a la persona que dormía a su lado, y se asomó al balcón para observar el amanecer en París.
Desde el primer día que llegó le pareció una ciudad fascinante con una historia que estremecía. El río Sena lo cruzaba de lado a lado y en el horizonte todo era presidido por la imponente Torre Eiffel y el Palacio de Versalles. Las calles siempre estaban ambientadas por franceses o extranjeros que iban de un lado a otro, que se movían entre fotos y negocios. Lo que ella resumía como la típica vida ajetreada de los parisinos.
Sus ojos marrones se entrecerraron cuando el sol le dio de lleno en el rostro, llevándose la mano a la frente en forma de visera. Una brisa fresca le llegó con aroma a dulce de la pastelería cercana a su casa y sonrió de manera inconsciente cuando le vino a la cabeza el recuerdo de cierta señora regordeta preparando tartas de chocolate. También imaginó un cabello pelirrojo, y una mirada azul de hombre que la observaba con fijeza. Negó enérgicamente cuando esas imágenes como fotografías aparecieron, y decidió que ya era hora de ir a desayunar.
Se recogió la melena castaña con una cinta que cogió de la mesilla de noche y besando a su acompañante, que aún dormía, se dirigió a la cocina para preparar un suculento desayuno. Cocinó con magia, pues nunca tuvo mucha práctica con la forma muggle, así que mediante un hechizo sencillo consiguió que en la mesa hubiera tortitas, croissants, sirope de chocolate, y zumo de naranja acompañado con una taza de café. Tenía las manos en la cintura y miraba con orgullo su obra de arte culinaria, sonriendo para sí. De repente sintió unos brazos fuerte y rudos que enlazaban su cintura desde atrás, y una boca que se acercaba a su cuello con dulzura.
- Buenos días – dijo ella, cogiendo una taza de café de la mesa, girando ofreciéndosela a su acompañante – Está recién hecho.
Sus ojos oscuros se clavaron en la mujer, que desvió su mirada hacia el desayuno para comer una de las tortitas del montón.
- ¿Nerviosa? – preguntó tomando un poco del líquido humeante. Ella sonrió de lado, negando con energía sin mucha convicción.
- ¡No, que va! mi vida como escritora puede acabar hoy con el periódico de la mañana, pero no es razón para estar alterada.
- Ya... – susurró el hombre, dejando la taza en la mesa. Sus cejas espesas le daban un aspecto hosco a su rostro – Creo que después de la promoción del libro deberías darte un respiro, Hermione.
Deslizó una de sus manos finas hasta las rudas del chico y sonrió con ternura.
- No te preocupes Víktor, estoy bien – La miró como se mira a una persona desconocida, y es que después de llevar juntos varios meses aún no lograba conocer todo lo que deseaba a Hermione Granger.
Ya no era la chica sabelotodo de Hogwarts que conoció años atrás, sino que estaba considerada en el mundo mágico como una escritora de éxito, con fama y dinero suficiente como para vivir toda su vida sin trabajar. Pero Hermione seguía escribiendo un libro tras otro sin descanso en aquel apartamento en el que vivía situado en el corazón de París.
La había encontrado por casualidad meses atrás, cuando un amigo común los presentó al terminar el partido de Brasil – Uganda de los últimos mundiales. Apenas había reconocido a Hermione, solo al fijarse en su melena enmarañada y sus ojos marrones se había percatado de su identidad. A raíz del encuentro Víktor había frecuentado con más asiduidad la capital francesa, y de esas citas en cafeterías y restaurantes había nacido una relación que duraba ya seis meses.
El timbre de la puerta sonó con insistencia varias veces. Hermione frunció el ceño, extrañada por la urgencia.
- No espero a nadie – murmuraba mientras abría la puerta del apartamento.
Frente a ella se encontraba un chico alto, de tez morena y cabello del mismo color que llevaba en la mano el periódico de la mañana. Hermione abrió los ojos con el corazón acelerado. La sangre corría por las venas a un velocidad vertiginosa y sintió un escalofrío que le recorría toda la espina dorsal.
- Felicidades, madame Granger, tiene usted una de las mejores críticas literarias de los últimos años.
Hermione comenzó a gritar, y embargada por la emoción abrazó al hombre que le anunció la noticia, que sonreía con ella mientras respondía al abrazo.
- Y bien querida ¿qué vas a hacer ahora? – la voz del hombre tenía un acento extranjero que se diferenciaba del francés.
- ¡Voy a celebrarlo por todo lo alto ésta noche¡ - gritó Hermione. Las lágrimas corrían por su rostro. Sin que apenas lo notara la morena Víktor hizo acto de presencia, saliendo de la cocina con su aspecto hosco y aturdido. Ella lo miró, echándose a sus brazos entre sollozos contenidos. – ¡Lo conseguí, lo conseguí!
- Felicidades cariño – le dijo él y le besó el cabello enmarañado – Hola Giork.
- Hola Víktor – contestó al saludo con cortesía, sonriendo socarrón – No sabía que te encontraría aquí ¿ pasaste buena noche?
Krum se encogió de hombros sin responder, y con un último beso a Hermione se retiró para darse una ducha. La morena llevó a Giork hasta el salón, decorado en tonos beiges y lo sentó en un sofá crema, arrancándole de las manos el periódico "Magicien".
- "Y la semana de presentaciones terminó con el lanzamiento del último libro de la aclamada escritora inglesa Hermione Granger, que dotó a su última obra con la brisa fresca que necesitaba la nueva generación de escritores"
- Oh y si sigues unas líneas más abajo podrás ver que te describen como una chica madura y serena a pesar de tu juventud.
El chico miraba el salón con interés, y de vez en cuando echaba miradas de orgullo a Hermione, que leía ensimismada el periódico, donde en la portada había una foto de ella que saludaba alegremente. Giork la saludó también y luego miró a la Hermione de carne y hueso, que arrugó el diario en su pecho.
- Giork esto hay que celebrarlo – dijo entusiamada - ¿qué tal una cena esta noche? Víktor mañana regresa a Bulgaria para entrenar, ya no lo veré en un mes. Podría ser también de despedida...
- Pero yo ya tengo planes querida, de hecho unos planes que no cambiaría por nada del mundo – se levantó del sofá y recorrió la habitación, enredando sus dedos en la planta que descansaba sobre la mesa auxiliar.
- No me digas que tienes una nueva conquista – Giork asintió distraído – Los gays nunca descansáis ¿eh?
- Es un duro trabajo pequeña, pero se hace lo posible para llevarlo adelante – suspiró con tristeza fingida y se sentó de nuevo en el sofá, acariciando la piel del tapizado – De todos modos te dejo en buenas manos. No creo que te moleste el tener una cita a solas con Krum ¿cierto?
- Pero quería compartir mi alegría contigo también, para algo eres mi editor – él hizo un gesto con la mano en el aire, indicando que no le diera importancia.
- El mérito es tuyo, yo solo gano dinero a costa tuya – se levantó de nuevo, alisándose su traje de chaqueta blanco y atusándose la corbata roja escarlata y los cuellos de la camisa del mismo color que el traje – Bien, creo que me marcho ya, tengo todavía que presumir de escritora. Te veo mañana querida – le dio un beso en la mejilla y luego la miró de arriba abajo con sus ojos verdes – Y péinate por favor.
- Lo haré – le dijo ella, sabiendo ya de antemano que dijera lo que dijera Giork siempre se quejaría de su melena castaña. Acompañó al editor hacia la salida y al cerrar la puerta corrió hacia su habitación, donde Víktor ya se ponía su uniforme de quidditch.
- Entrenamiento – aclaró él, dándole un beso en los labios a Hermione que lo alargó más de lo habitual - ¿Cenamos ésta noche? Tengo que decirte algo.
- Sí, ven a recogerme a eso de... – pero él la acalló con un dedo, negando con la cabeza. Unos mechones cayeron sobre su rostro rudo y sonriente en aquellos momentos.
- Mandaré a alguien a buscarte a las seis en punto. – le acarició el pelo y añadió – Sé puntual.
- Sí papá – y con un último beso se desapareció con un suave plop.
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Eran las seis menos cinco cuando la puerta del apartamento se abrió para recibir a Roger, el chófer que venía a por Hermione. Para la ocasión escogió un traje largo y negro de escote asimétrico. En su muñeca izquierda llevaba una pulsera de plata fina con perlas rojas y el pelo iba recogido con esmero mediante unos palos chinos que tenían incrustados perla rojas a juego con la pulsera.
- ¿Está lista la Madame? – preguntó con cortesía el chófer y Hermione asintió, cerrando tras de sí la puerta e introduciéndose en una limusina negra.
El trayecto hacia el restaurante se le hizo a Hermione más largo de lo habitual, que miraba el reloj del salpicadero impaciente.
- ¿Falta mucho?
- No Madame – anunció el hombre, de mediana edad y pelo canoso bajo su gorra azul. El coche frenó y las llaves de contacto fueron apagadas – De hecho ya llegamos.
Lo primero que pensó Hermione al bajar del vehículo es que aquello Roger se había equivocado de lugar. Estaban en un callejón sin salida apenas alumbrado por unas farolas. Miró alrededor y el pánico se apoderó de su cuerpo cuando el lugar le fue desconocido. Una puerta de hierro se abrió frente a ella con un crujido de visillos. De la oscuridad salió Pierre Delon, el director del hotel mágico donde el equipo de quidditch de Víktor se alojaba durante las largas estancias en París. Vestía un frac negro muy elegante y sostenía entre sus manos su varita iluminada.
- Buenas noches Madmoiselle Granger, Monsieur Krum le está esperando. – sonreía con elegancia y su melena castaña estaba peinada hacia atrás.
- ¿Qué significa todo esto? – preguntó con recelo, siendo conducida por un pasillo oscuro que era iluminado por la varita de Pierre.
El hombre solo la miró y se llevó un dedo a los labios, abriendo después unas puertas enormes que daban a una estancia de grandes dimensiones. Una luces iluminaron la figura de un hombre alto, de pelo negro y cejas espesas que Hermione reconoció al instante.
- ¿Se puede saber qué demonios pasa aquí Víktor?
Krum anduvo hasta ella, seguido por el foco de luz y la cogió por la cintura.
- Estaba pensando en ese respiro que debería de darte ahora que has tenido buena crítica por tu libro – Hermione parpadeó varias veces, no entendiendo bien el fondo de todo aquello.
- ¿Para eso me has traído aquí? – él asintió, sonriente y la besó en la mejilla.
- ¿Te gustaría que ese respiro fuera en Bulgaria frente a trescientas personas? – la morena lo miró espantada.
- ¿Cómo?
Krum no tuvo tiempo de responder, porque unas luces iluminaron toda la galería, dejando ver vitrinas y vitrinas de joyas que lo rodeaban. Cada vitrina estaba presidida por una mujer bien uniformada y entre sus manos portaban cajas de terciopelo negro que contenían anillos de diferente formas y tamaños. Hermione miró todo con suma atención, y luego se fijó en Víktor, que se había arrodillado en la moqueta roja de la estancia.
- Te quiero Hermione, y por eso deseo que te cases conmigo – un silencio sepulcral se apoderó de la sala, mientras que la muchacha lo único que pudo hacer fue llevarse una mano al pecho, sin creerse aún lo que estaba ocurriendo.
- Oh, Dios Mío.... – Krum esperaba una respuesta, y ella estaba tan sorprendida que apenas podía articular palabra.
- Cariño, te hice la pregunta para que respondieras – le dijo impaciente, y ella salió de su estupor, sintiéndose observada por las chicas de detrás de las vitrinas interminables.
- Sí... – murmuró casi inaudiblemente.
- ¿Perdón? – Hermione besó pasionalmente a Víctor, que se levantó del suelo de un salto para abrazar a la morena.
-¡Sí, sí, sí¡ - ambos rieron y entonces divisaron a Pierre Delon, que salió de uno de los rincones y le hacía señas a las chicas para que se enseñaran los anillos.
- Mañana saldrá en todos los periódicos – Krum se imaginó el titular haciendo gestos con las manos – "Víktor Krum, el mejor jugador del quidditch búlgaro comprometido con la famosa escritora Hermione Granger"
- Pero si aún la prensa no lo sabe – rió ella.
- No te preocupes por eso, yo filtré la noticia – Hermione que se estaba probando un anillo con zafiros pequeños lo miró asustada.
- ¿Qué hiciste qué?
- Pues que anuncié nuestro compromiso. Saldrá mañana en todos los periódicos a nivel internacional – dijo orgulloso, pero la palidez de Hermione lo estaba asustando. - ¿Qué te ocurre?
- Nada... – Y a su mente vino la imagen de cierto pelirrojo leyendo la noticia. Un estremecimiento recorrió todo el cuerpo de la chica, y supo al instante lo que tenía que hacer.
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Despertó de un sueño intranquilo cuando sintió el bip – bip conocido de su teléfono móvil. Lo sacó como pudo del bolso, aún atontada por la ensoñación y contestó con la máxima rapidez que le permitía.
- ¿Se puede saber dónde demonios te has metido? ¡Me levanto hoy divinamente de la cama, pensado que he pasado la noche de mi vida junto a mi amor platónico y al mirar el diario veo en primera página una foto tuya y de Víktor anunciando vuestro compromiso!
- Oye tranquilízate Giok – le exigió Hermione, frotándose con la mano libre los ojos – Yo no lo sabía ¿vale? Fue una sorpresa.
- ¿Sabes dónde me encuentro ahora? – preguntó indignado – En la puerta de tu casa con dos mil periodistas en la entrada para conseguir una foto tuya y ¡Oh sorpresa! ¡No estás en casa!
- ¡No te pongas así Giork! – miró a su derecha y le entregó a una señorita un billete – Estoy en el aeropuerto – respiró hondo y añadió – Regreso.
- ¿Qué regresas? ¿A dónde?
- A Londres – explicó ella, contando hasta diez para no colgarle a su editor.
- ¿Y qué se te ha perdido a ti en Inglaterra?
- Un divorcio
- ¿Un divorcio? – preguntó extrañado e incrédulo - ¿De quién?
La chica guardó silencio durante unos instantes antes de responder.
- Mío y de Ronald Weasley – y el teléfono se desconectó, dejando a Giork en un estado parecido al paro cardiaco.
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¡Tened paciencia por favor que es el primer capítulo! Espero vuestras opiniones. Mi hotmail es Shashira_total@hotmail.com El capítulo no ha sido corregido, porque salió en un momento de inspiración, así que disculpas. Me despido ya.
¡Besos!
