EL RECUERDO DE UN TINTINEO
Kakashi se quedó sentado en la ventana de la habitación de Sakura. Era consciente de que la jovencita estaba pensando en cualquier excusa para alejarse, no tanto como si se sintiera incómoda o tuviera miedo, sino simplemente porque no le interesaba nada de lo que él tuviera que decir. Esa mirada apartada, era mucho peor que el odio. Kakashi prefería el odio, cualquier otra emoción o sentimiento que la nada. Ni siquiera dudó en seguir y cuando Sakura estaba por decir algo para excusarse de su propio dormitorio, el ninja actúo.
Hizo sonar el cascabel que llevaba consigo, eso atrajo la atención de Sakura, sus hermosos ojos jade se concentraron en ese objeto. Sonrió, estaban en una situación incómoda, a falta de una mejor palabra, pero estaba feliz de verla de pie, de que volviera a Konoha.
-Cuando recatamos a Gaara-sama nos encontramos con Itachi- el ninja se bajó la máscara, era como su estorbara, y ella ya conocía su rostro, su reacción fue igual de decepcionante que su mirada, no le importó -Itachi trató de encerrarme en otro Genjutsu, por segunda vez. Pero desde que sucediera la primera vez, tuve extremo cuidado de que no se repitiera. Yo mismo he usado el Sharingan para crear ilusiones, he visto el efecto que produce, el daño que puede causar- la médico dio un paso hacia atrás, la intención de Kakashi no era asustarla -Sé lo que se siente, Sakura, he estado atrapado allí, conozco el dolor, el miedo, y todo lo que se puede sentir en esos lugares. Sé lo que es despertar y ver la realidad, la confusión, pero... yo hubiera preferido quedarme allí que volver, mi realidad es...
-Hay cosas más dolorosas que una ilusión- completó Sakura.
-Sí- el ninja aventó el cascabel que hizo su típico sonido, y después lo atrapó en el aire -Eso es justamente lo que intentaba decir- la mirada de la ninja se hizo más fría, como si por fin reconociera al hombre que estuviera frente a ella. Eso fue doloroso, ¿realmente no lo conocía?¿era posible que dudara tanto de él? – En esa misma misión intenté proteger a Naruto, fui tras él, ¿lo recuerdas? - Sakura asintió- Eso fue real, tan real como cada vez que intenté protegerte. El día que pasaron la prueba para convertirse en el equipo siete, les dije que nunca abandonaran a un camarada, y lo creo, lo creo firmemente. No se abandona a un compañero, pero no sólo me refiero a dejarlo atrás, a seguir adelante cuando a él se detuvo, hay muchas formas de abandono. ¿Has abandonado a alguien?
Kakashi ya había entrado a la habitación de Sakura, estaba frente a ella, con el cascabel en la mano. Seguro de que había creado una fisura en esa espesa capa de dudas, vio un destello en los ojos de Sakura, como si por algunos segundos despertara de un sueño y reconociera al ninja frente a ella.
-¡Sakura-chan!- Naruto gritó desde la calle, pero no tardaría en entrar, era su momento de irse. Kakashi desapareció en un parpadeó dejando el eco del tintineo de un cascabel. Era una conversación para ellos dos, deseó poder tener un momento a solas, como cuando estuvieron en Suna. En realidad, deseó estar en Suna, haría las cosas diferente.
Se quedó cerca, escuchando todo lo que Naruto le decía a Sakura, también observó cómo la jovencita se asomó por la ventana, como buscando a algo, con suerte lo estaría buscando a él. Sus ojos jade recorrían las calles mientras escuchaba a Naruto hablar sobre los detalles de la nueva misión. El ninja se quedó observándola, su cabello rosa se mecía tranquilamente por el viento. Se le veía inquieta, pero quizá eso era bueno. Hubiera sido mejor que saliera y lo buscara, pero no, la búsqueda estaba en sus ojos.
Quien quiera que la hubiera atacado sabía perfectamente lo que hacía, sabía que lo estaba hiriendo de una manera que no creía posible. Quien lo haya hecho sabía del amor que le tenía a esa jovencita de cabello rosa y ojos jade, lo sabía mejor que él mismo. Descubrió su debilidad, y ahora se la mostraba.
Ella era más fuerte de lo que creía, más inteligente y talentosa, era más de lo que parecía a simple vista, tanto más como para quedarse y contemplarla toda la noche, y toda la vida. Quizás algún día Sasuke se diera cuenta también, y entonces por fin estarían juntos. Era curioso que imaginara a sus alumnos juntos en ese preciso momento. Sonrió, pero no fue una sonrisa de satisfacción, no estaba más alejado de eso, era una sonrisa de resignación amarga. Fue la certeza de que cuando Sasuke pudiera ver lo mismo que él veía, entonces ellos terminarían juntos. Y si no era con él, sería con alguien más, tal vez Naruto.
Se quedó allí un buen rato, hasta que Naruto terminó de contar los planes para la nueva misión, la voz de Sakura se oía ocasionalmente, y era como una melodía suave y tranquila, su risa, los tonos de su voz que subían y bajaban. Kakashi se quedó recargado en el tronco de un árbol maldiciendo cada ilusión en la que ella fue atrapada, y maldiciendo doblemente porque estaban relacionadas con él.
-¡Kakashi!- Guy se había presentado frente a él y lo saludaba con una sonrisa característica -No sabía que habías vuelto.
-Regresé hoy.
-¡Ah! Veo que estabas con Sakura, escuché lo que sucedió -el semblante de Guy se oscureció como siempre que hablaba de algo importante, la "bestia verde de Konoha" sabía lo importante que era ella para Kakashi, lo mismo que Naruto y Sasuke -Espero que se encuentre mejor.
-¿Recuerdas esa misión para rescatar al Kazekage?- Guy pareció sorprenderse de traer de vuelta ese recuerdo. Últimamente lo recordaba demasiado.
-Por supuesto.
-Durante esa misión tuve que ir tras Naruto, y dejé a Sakura con la abuela Chiyo...
-No podías dejar solo a Naruto, ese Akatsuki lo hubiera atrapado.
-Lo sé, y Sakura nunca me reprochó dejarla con la abuela Chiyo, a pesar de que yo no conocía las verdaderas habilidades de ella, tampoco las de Sakura... sigo recriminándome haberla dejado, más de lo que te imaginas, si algo le hubiera sucedido, Guy... quiero decir, la atravesaron con una espada... pudo haber muerto, debió morir si no fuera por Chiyo. No he olvidado el alivio que sentí cuando la vi sana, viva, me sentí vivo y supe que, si la podía mantener a salvo, entonces podría seguir como líder, podría seguir con las misiones y con mi vida, aunque no compartiéramos el mismo equipo, pero nunca lo demostré. No me malentiendas, Naruto y Sasuke...
-No lo hago, Kakashi. Es curioso, solo eso, te pusieron a cargo de ese equipo por Sasuke, si alguien podía entenderlo eras tú, si alguien podía enseñarle a Naruto el valor de un equipo, eras tú, encaminar su preocupación por los otros de una manera correcta; y, sin embargo, te apegaste a tu única alumna, no es extraño, pero sí curioso - el ninja volteó hacia la ventana donde se podía ver la silueta de Sakura. Y luego añadió -Las razones, la motivación y la llama de la juventud están en pocas personas, me alegra que encontraras una de ellas.
-Lo único que quiero, ahora, es que ella esté bien, que se recupere de los genjutsu.
-Lo hará, Kakashi.
El ninja le dio una palmada en el hombro y siguieron su camino dejando a Naruto y a Sakura hablando de cualquier cosa, y Kakashi y Guy cambiaron de tema.
Al día siguiente fue requerido por la Godaime a primera hora de la mañana, el ninja ya sospechaba de qué se trataba. Y también había tomado una decisión.
-Hay una misión- le dijo sin rodeos -Puedes ir o puedes quedarte, depende de ti. Naruto insistió en que fueras, pero quizás quieras esperar un poco, resolver la situación con Sakura.
-Naruto me envió una carta pidiéndome que regresara, si hubiera sabido que las ilusiones de Sakura estaban relacionadas conmigo, no lo habría hecho. Debieron advertirle.
-Tal vez- la Godaime quería decir algo más, y al final lo hizo -Naruto cree en el equipo siete, aunque hubiera sabido que las ilusiones eran sobre ti, te hubiera hecho volver para intentar solucionarlo. De cualquier forma, hubieras estado aquí, justo como ahora. Debes tomar una decisión, no sólo sobre la misión, sobre todo.
-Iré, no puede ser peor de lo que es ahora.
-¿No has hablado con ella?
-Nos interrumpieron.
-Entonces apresúrate, te esperan en la entrada y vas tarde.
El ninja regresó a su casa sólo para empacar lo necesario y llevarse con él ese cascabel que la noche anterior le había mostrado a Sakura. Observó la fotografía de su equipo, ahí estaban su sensei, Minato, Obito y Rin, sus compañeros. Siempre formarían parte de él, y por eso mismo era tan doloroso que alguien hubiera revivido ese momento, no era sólo la muerte de Rin, era todo lo que implica, que Obito no estuviera allí para protegerla como siempre quiso, que su sensei tampoco estaba para apoyarlo y corregir sus errores. Ya era un jounin en ese entonces, pero seguía siendo un adolescente que necesita un guía, desde la muerte de Rin, se sintió más perdido y desubicado. Y hasta ahora no había recuperado el camino, ni siquiera tenía una brújula.
Hubiera sido lo mismo que lo encerraran a él en esa ilusión, de todos modos lo revivía todos los días, cada que veía esa fotografía. Pero haber encerrado a su alumna en algo así...
Había una pequeña mesa junto a su cama que estrelló contra una de las paredes. El ninja no solía ser muy temperamental, la última vez fue cuando dejó el Hospital y estaba desesperado por no tener noticias de Sakura, por llevar su silencio hasta un extremo tan frustrante; si en ese entonces quería destruir la cama, en ese preciso momento hubiera acabado con la habitación entera.
Estaba furioso de que alguien hubiera lastimado a su alumna, estaba furioso con él mismo por no protegerla, por alejarse tanto. Cuando descubriera al responsable, no tendría ni una pizca de compasión, lo haría pagar muy caro su intromisión a la vida de la médico.
Se encontró con que Sakura y Naruto ya lo estaban esperando en la entrada, él desesperado por marcharse, y ella indiferente y despreocupada por su ausencia o presencia; sin embargo, cuando escuchó el tintineo del cascabel dio un pequeño respingo, como de reconocimiento y se mostró más cautelosa. Quizá la fisura seguía abierta.
-Creo que llego un poco tarde- se disculpó con un sonrisa -Es momento de irnos, no se retrasen.
-¡Pero si lo estábamos esperando!- el reproche de Naruto era mitad cierto, mitad emoción por volver a las misiones como el equipo siete -¡Bien!, en marcha.
Y así comenzó a andar su alumno, emocionado y dispuesto a cumplir la misión sin ningún retraso, aunque se tratara de una misión de bajo rango. Casi parecía cualquier otra misión antes de que se separaran en la Arena. Sakura no siguió el paso entusiasmado de su compañero, caminó más lento pero lo suficientemente rápido para tampoco caminar a su lado. La dejaría seguir, no era momento, y él todavía seguía furioso, necesitaba calmarse. Caminaron hasta que el día llegó a su fin, Naruto y Sakura hablaban sobre cualquier cosa, él ocasionalmente participaba y decía algo, pero estaba demasiado concentrado en sus pensamientos como para hacer otra cosa. Había sacado uno de sus famosos libros, pero sólo fingía leerlo, como casi siempre que estaba en alguna misión. Podía parecer desinteresado, aunque la verdad es que sólo fingía.
-Creo que es momento de tomar un descanso, solo durante un par de horas, después seguiremos.
-¡Bien!, pero seguiremos en un par de horas, en realidad no creo sea necesario, pero si insiste...- antes de que el ninja pudiera decir otra cosa, tendió una manta en el suelo y se entregó al sueño como si no hubiera dormido durante días. No era que estuviera particularmente cansado, era que estaba feliz por estar de vuelta en las misiones.
Sakura se quedó parada, observando a su compañero dormir con una mezcla de ternura y diversión. Kakashi también observó la escena durante un par de segundos, se había perdido de mucho. Pero irremediablemente su atención se desvió hacia ella, seguía recriminándose no haber hablado con ella en Suna y decirle que estaba orgulloso y que la dejaba ahí, no porque no estuviera lista para volver, sino para que estuviera un paso más cerca de convertirse en esa ninja médico brillante que la Godaime, Shizune y él, estaban seguros se convertiría.
Quizás si lo hubiera hecho, ahora podría abrazarla, o por lo menos estar un poco más cerca. No tenía caso, podría pasar toda la noche y el día siguiente recriminándose lo mismo, pero no serviría de nada. No volvería el tiempo para comportarse de manera diferente, o decir otras cosas. El tiempo no volvía, las decisiones tomadas se quedaban allí, estáticas, sin poder ser cambiadas, las acciones se convertían en pasado y no se movían. Ya no importaba cuando se quedaban atrás, pero a él todavía lo seguían.
¿Por qué le era tan difícil soltar el pasado? Porque para él todavía era presente. No era historia trágica, y no pretendía que lo fuera, no se compadecía se sí mismo ni esperaba que los demás lo hicieran, aceptaba sus errores y trataba de redimirlos, todos los días, en cada misión.
Encendió una fogata y esperó. El cascabel seguía tintineando con cada uno de sus movimientos. De alguna forma ese sonido le traía paz.
-¿Debería despertar a Naruto?- preguntó Sakura con cierta timidez.
-No, déjalo dormir un poco más. Es una misión simple, o por lo menos no tan complicada, estamos en tiempo.
-Entiendo- no le pasó desapercibido que la médico había dejado de referirse a él como su sensei, o mencionar por lo menos su nombre -Quizá...
-¿Qué sucede, Sakura?
-Quizá en otro momento, unas semanas antes, tendría miedo.
-Jamás te haría daño, Sakura- esas palabras ocasionaron un parpadeó en los ojos jade de la joven que brillaban de manera especial con el fuego, de pronto algo resonó en su interior que la hizo temblar. Ahí estaba fisura que era su única oportunidad de recuperarla.
Kakashi se acercó a ella que dudaba en retroceder, en el fondo sí tenía miedo. La jovencita estaba sentada en el césped, así que él tuvo que inclinarse para quedar a su altura. A pesar de que Sakura todavía pensaba en alejarse o no, el ninja acarició su mejilla con tanta suavidad, como si sus manos no estuvieran manchadas de sangre, y deseó que no fuera así para tocarla con absoluta libertad, para que sus dedos no temblaran ante ese contacto que no dejaba de sentirse prohibido.
La piel de Sakura era tersa, lo recordaba, fue como si estuvieran en Suna, pero la jovencita no era la misma, su mirada estaba llena de tensión, como esperando un ataque, resignada ante él, como si fuera un asesino
-¿Cuál es tu mayor miedo?- preguntó rompiendo el silencio, con voz suave para tranquilizarla.
-Usted, su pasado, lo que hay dentro de usted y no veo, lo que mantiene oculto.
-¡Eh, Kakashi-sensei!- Naruto se había despertado y era claro que no entendía la situación. Los veía completamente confundido, estaba medio dormido todavía -¿Qué está sucediendo?
-Tranquilo, tranquilo, Naruto, solo me aseguraba que todo estuviera bien. Me alegra que despertaras, así podemos continuar.
Se alejó de Sakura que lo veía fijamente, pero no todavía no había nada allí, si tenía suerte podrían reconstruir lo más cercano a una amistad, pero nada más. Lo supo cuando vio sus ojos, cuando no pudo encontrar nada para él en ellos. Lo entendía, lo entendió muy bien. La fisura era una ilusión.
Siguieron con su camino, sentía que Sakura lo veía de reojo, ¿estaba asustada, se mantenía con la guardia alta en caso de que él quisiera atacarla? Hubiera querido saber qué pasaba por su cabeza para que lo estuviera observando tanto ¿Realmente le temía tanto?
Lo cierto es que dudaba de él, que sabía que ocultaba algo, y que la duda crecía con cada día que él no confirmaba lo que la Quinta le dijo, que era una mentira. El problema es que no podía hacerlo.
Sólo necesitaba un momento a solas con su alumna, pero dudaba que lo consiguiera pronto.
La misión en la que estaban involucrados era bastante simple por ser la primera después de tanto tiempo como equipo, no se trataba de sus habilidades, sino de aprender a trabajar como equipo, acostumbrarse al otro. Por eso la misión era simplemente proteger a una aldea de un intento de ataque de ninjas renegados que sólo intentaban asustar a los aldeanos y robarles. No era nada secreto, ni la misión de más alto riesgo, pero era un inicio, un recordatorio de los viejos tiempos.
Fueron recibidos por el gobernante de esa Aldea que estaba entusiasmado de recibir ayuda de ninjas tan importantes, les ofreció hospedaje, comida y todo lo que pudieran necesitar. Según el gobernante, no era más que un pequeño grupo renegado, pero demasiado revoltoso, atacaban la Aldea todas las noches, y estaba seguro de una lección de ninjas más fuertes, sería suficiente para que no volvieran.
-No repartiremos para vigilar a la Aldea- ordenó Kakashi – Cada uno vigilará una entrada.
-Pero todavía falta mucho para la noche, Kakashi-sensei, deberíamos ir a comer algo. Tengo hambre.
-No podemos distraernos de nuestra misión, Naruto. Si tienes hambre, haz un clon y ve por comida, pero no descuides tu posición.
El ninja dejó a sus alumnos y se dedicó a proteger los límites de la Aldea, había demasiada diferencia entre esas misiones y las ANBU, pero no importaba, aunque hubiera estado en silencio durante la mayor parte del camino, disfrutó de estar de vuelta con su equipo. Se quedó allí toda la tarde, leía mientras estaba atento de algún movimiento sospechoso, pero nada extrañó sucedió. Cuando la noche cayó en su totalidad, supo que algo andaba mal, cerró su libro y lo guardó. No se había escuchado ni un solo ruido desde que llegara a vigilar esa entrada, sin mencionar que la sensación de ser vigilado era descarada. No, no eran ninguno de esos ninjas renegados, ellos no podían causar una sensación así. El hecho de que lo estuvieran vigilando era lo más peligroso porque implicaba que él no era el objetivo.
-¡Eh, Kakashi-sensei!- Naruto apareció de improviso, su rostro delataba que no se había percatado de nada -Solo para informarle que no hay cambios.
-¿Sakura?
-Estaba por ir con ella.
-No, quédate, yo iré.
-¡Pero yo soy un clon!- gritó precisamente el clon.
-Entonces ten el doble de cuidado.
El clon comenzó a protestar, pero se mantuvo atento mientras se quejaba en voz baja. Hubiera sido divertido en otra ocasión. No intentó disimular que todo iba bien, desapareció y apareció donde se suponía debía estar Sakura, y en efecto, allí estaba. Pero eso no lo tranquilizó, seguía sumergidos en un silencio demasiado descarado. Y la sensación allí era completamente diferente.
-¿Qué sucede?- preguntó ella inquieta por su presencia y por algo más. Definitivamente ella también lo sentía.
-¿No has notado nada sospechoso?
-En realidad no- la médico observó a su alrededor -Ni siquiera un ruido, es como si estuvieran cuidando que nadie se acercara.
Apenas acabó de hablar Sakura una kunai salió disparada hacia su dirección. Kakashi no tuvo problema en esquivarla, se colocó frente a su alumna y descubrió su máscara. Ese ataque podría parecer demasiado obvio y débil, pero el problema era que no podía detectar a nadie, era como si vinieran de la nada. ¿cómo podía alguien ocultar su presencia de esa manera?
-Quédate atrás, Sakura.
-Naruto...
-No, él está bien, este ataque no va dirigido a él.
La kunai había ido en la dirección de su alumna. Se mantuvo alerta esperando otro ataque, esperando con el Sharingan porque no le daría ninguna oportunidad a quien quiera que la estuviera atacando. Había un ambiente pesado, tenso, sofocante. Lanzaron cinco kunai más, de nuevo las detuvo todas. No entendía esos ataques, eran demasiado obvios.
-¿Puede verlas?- preguntó Sakura en un susurró, su voz sonaba diferente.
-¿De qué hablas, Sakura?- quería girarse para verla, pero lanzaron más kunais, esta vez no fueron sólo ciento. No podía ver nada, quien quiera que estuviera atacando seguía escondiéndose.
-Las flores.
El ninja se dio cuenta inmediatamente de lo que sucedía, el ataque era para Sakura, pero el daño para él. Sakura debía estar a su espalda, se giró inmediatamente para tomarla de la mano e inyectar chakra y que la ilusión terminara, pero la médico ya no estaba atrás de él, ni siquiera cerca, caminaba en dirección contraria extendiendo la mano como si estuviera tocando algo. Una lluvia de kunai fueron en la misma dirección. El ninja no tenía tiempo que perder, se encargó de cubrirla y por fin tocó su mano.
Los ojos jade parpadearon en un par de ocasiones, sus pupilas se movieron inquietas, como quien despierta de un sueño. Estaba confundida, pero afortunadamente sólo habían sido unos segundos. Kakashi estaba furioso, quería ir tras el que había atacado a su alumna de forma tan descarada y directa, y en su propia presencia, como para demostrarle que no podía protegerla, pero se equivocó, falló quien quiera que fuera. Encerrarla en esa ilusión era castigarlo a él, Sakura estaba siendo utilizada como daño colateral y eso era lo más inquietante y desagradable de todo, lo que más lo enfurecía, toda su ira estaba concentrada en ese atacante misterioso. Ojalá pudiera ir tras él.
-¿Qué sucedió?
-No dejaría que alguien te hiciera daño, ni siquiera yo.
-Pero... está herido.
Kakashi sonrió, lo sabía, lo sentía, pero no era grave, o por lo menos no sentía dolor, la adrenalina seguía fluyendo. El ataque había terminado.
El ninja que se escondía entre los árboles, el mismo que encerró a Sakura en ilusiones, contemplaba la escena sorprendido, Kakashi pudo haber esquivado todos los ataques, incluso salvar a su alumna, pero eso significaba que ella permaneciera atrapada en la ilusión. Así que Kakashi prefirió salir herido, usarse como escudo, con tal de que la jovencita despertara lo antes posible, de que su sufrimiento no le alargara un segundo más. No solo la protegió de cualquier herida, también del dolor de una ilusión. Ella era muy importante, era una prioridad.
Ese ataque no terminaría ahí, ahora que conocía la debilidad de Kakashi, se aseguraría de explotarla en otras circunstancias, en otro tiempo.
-Ve con Naruto, quédate con él hasta que estés a salvo.
-No, no voy a dejarlo -Sakura podía ver las kunai clavadas en la espalda del ninja, eran cuatro.
-Voy a estar bien.
Cuando vio a Naruto correr hacia ellos, entonces pudo relajarse un poco, Sakura estaba a salvo. El dolor apareció franco, directo y sin piedad, pero aceptó cada pizca con solo verla a salvo, ella estaba bien. Las descargas de dolor se mezclaron con la pérdida de sangre.
-¡Naruto, ayúdame!, lo tengo, va a estar bien- Sakura lo sostuvo. Era la primera vez que la tenía tan cerca desde su separación en Suna.
Habían sucedido tantas cosas desde esa separación. Ya no eran los mismo, y de repente sintió que habían pasado años, que se reencontraban después de tanto. Esas malditas separaciones, ojalá no le hubiera pedido a Sakura que se quedara en Suna, deseó llevársela consigo la segunda vez, pero ya era tarde para arrepentimientos.
-No quise dejarte en Suna, Sakura- le confesó a su alumna antes de que Naruto se acercara, quería decirle más, pero nunca fue bueno con las palabras, aprendió a ser silencioso, después de que perdiera a su equipo no le quedaron muchas personas con las cuales hablar, ni muchos temas de conversación. Quería decirle lo difícil que fue dejarla, pero no podía ser egoísta, no contigo cuando ella comenzaba a brillar, haría lo que fuera para que conservara ese brillo. O quizá solo tuvo miedo de enfrentar que se sintió atraído por su alumna.
Después perdió el conocimiento. Se sintió aliviado de no decir una tontería.
Despertó cuando todo seguía oscuro, debía ser de madrugada, unas horas después del ataque. Estaba recostado en una cama, y debido a las heridas, estaba boca abajo. Tenía la espalda vendada, pero en realidad no dolía, Sakura hizo un buen trabajo, con su nivel no era de sorprender. Seguro que podrían cumplir la misión y volver sin contratiempos. Pensó que estaría solo.
-Debe seguir descansando- la voz de Sakura irrumpió en la habitación oscura, ni siquiera se había percatado de su presencia.
-Estoy bien, gracias por curarme.
El ninja se sentó en la cama, no quería seguir acostado, no cuando era el único momento que tenía a solas con su alumna, debía aprovecharlo, terminar con todo. Y ahora que estaban en la oscuridad, que no podría ver sus ojos cuando le contara la verdad, no vería la decepción, el dolor en ellos. Era momento de enfrentarse a su pasado una vez más.
-Es cierto – en ese momento ni siquiera pudo reconocer su voz – Esa ilusión también es un recuerdo, mi recuerdo. Es real, yo maté a esa jovencita de cabello castaño, con unos ojos hermosos y unas marcas tan distintivas en sus mejillas, aunque todo en ella lo era. Se llamaba Rin y era parte de mi equipo, la única mujer. Se preocupaba por todos y trataba de mantenernos a raya a Obito y a mí, pero no con regaños, nunca levantaba la voz, creo que nunca la vi molesta – habló rápido para que Sakura no pudiera interrumpirlo, para así acabar con todo – Ella, Rin era increíble, me quería sinceramente, y nunca pude preguntarle por qué, sólo sé que lo hacía incluso cuando no le permití decírmelo, pero no hacía falta, era imposible no sentir un amor así. Perdí a mi sensei, y perdí a Obito, el otro integrante de mi equipo, por mis imprudencias, por ser tan estúpido y creer que un rango importaba más que un compañero, que una misión era la prioridad. Después sólo quedamos Rin y yo, prometí que la protegería, estaba dispuesto a dar mi vida por ella, no simplemente porque lo prometiera, sino porque a mí sólo me quedaba ella, después de Rin no había nada ni nadie. Ni siquiera mi padre.
Entonces sucedió esa misión... esa escena que viste es real, pero no es todo. Yo no quería hacerle daño, no quería atacarla pero se interpuso, eligió morir en mis manos y lo hizo con una sonrisa que jamás voy a olvidar. Iban a convertirla en el Jinchuriki del Sanbi, seguramente lo hubieran logrado si ella... Ese ataque no era para ella, Sakura, yo no sabía... no pude imaginar lo que haría y cuando me di cuenta era muy tarde. La maté, Sakura, la maté cuando no pude protegerla. Lo que viste, lo que te mostraron, es real, fue real, pero ya te conté lo que sucedió antes; y después, no hay después Sakura, yo me quedé en ese momento y el tiempo sólo siguió, no hay después porque lo revivo todas las noches, cada que veo la fotografía de mi equipo. Esa es la verdad, toda.
El ninja se quedó en silencio, ni siquiera notó que algunas lágrimas se habían escapado de sus ojos, no solo por Rin, también por Obito, por fallarle en esa promesa, por su sensei, Minato, que no logró verlo convertido en el ninja que debió ser desde el principio. No hubo ningún otro ruido, no hubo nada más, se quedó callado.
-La ilusión en la que estuve atrapada durante seis días- la voz de Sakura temblaba – Es esta. Usted me explicaba cómo no pudo salvar a su compañera, sus intentos desesperados por protegerla, reviví esa escena una y otra vez.
Kakashi se quedó sin palabras. Creyó que lo peor de todo era que Sakura pudiera ver esa parte de su pasado, pero se equivocó, lo peor es que la atraparan en una ilusión para hacerla dudar de cualquier explicación que él le ofreciera, aunque se tratara de la verdad. Quien quiera que lo hubiera hecho fue demasiado inteligente para prever todo, incluso su explicación. Por eso Sakura se mostraba tan extraña, porque la había hecho dudar de la verdad incluso antes de que él se la contara.
No podía soportarlo. Le contó toda la verdad a Sakura, pero ya no era suficiente, ahora dependía de su alumna si elegía creerle a él o a la ilusión. Entendía su confusión, lo entendía perfectamente, pero estaba cansado de la situación, sobrepasado por no poder defenderse ni siquiera de él mismo.
-Suficiente- dijo tomando su camisa y desapareciendo.
No se dio cuenta de que Sakura ya caminaba hacia él con el solo deseo de tomar su mano. Quería tocarlo, comprobar que eso fuera real, que las ilusiones eran las falsas, pero cuando extendió su mano no encontró nada. No había nadie allí, estaba sola.
En su ilusión Kakashi aceptaba que lo hizo, se paraba frente a ella y le decía que era verdad, que mató a su compañera, y eso fue justamente lo que había sucedido. Lo que Sakura no esperaba era el tono del ninja, el dolor en su voz, no estaba preparada para eso. Por eso necesitaba tomar su mano, no para separar realidad y fantasía, sino para decirle que lamentaba todo lo que tuvo que pasar, lamentaba la confusión en su cabeza.
Pero él se había ido. El dolor de ambos estaba en puntos opuestos, ellos también. Para reencontrarse necesitaban hablar, solo eso, pero el problema es que ambos parecían mudos.
-Lo lamento, sensei.
