Sakura se quedó en la oscuridad durante un par de segundos, dudando de lo que debería hacer. Quizá su sensei necesitaba espacio, podría ser que estuviera muy dolido por su desconfianza para desear hablarle o verla. Podría desear tiempo, un poco de soledad.

Estaban sucediendo demasiadas cosas, el último ataque fue en frente de su sensei como un acto de desafío, una prueba para saber si realmente podía protegerla ¿Quién quisiera dañar su imagen de ese modo? Ella no era tna importante en la vida del ninja, no era un ataque al azar, pero tampoco encontraba una razón válida para los repetidos ataques.

No era momento de pensar en eso porque no era lo importante, lo importante era sus sensei. Abandonó la habitación sin miedo de salir a esa oscuridad que todavía no se terminaba, aunque la luz estuviera cerca.

-¿Naruto, has visto a Kakashi-sensei?- preguntó Sakura apareciendo en una de las entradas de la Aldea que debían custodiar.

-Debe estar descansando, creí que estabas con él.

-Me distraje un segundo... -la médico no quería entrar en detalles – Cuando regresé, se había ido. Lo conoces, no se puede quedar quieto.

-Etto...- el ninja se rascó la melena rubia mientras asentía a las palabras de Sakura – Debe estar en alguna de las entradas, pero no ha aparecido por aquí.

-Entiendo, lo buscaré en alguna de las otras entradas. Te cuidado, Naruto, mantente alerta.

-Espera, Sakura-chan.

El ninja hizo un clon para que la acompañara en la búsqueda de su sensei. La kunoichi iba protestar pero decidió no hacerlo, después de todo él sólo estaba preocupado. Decidió corresponder a su gesto con una sonrisa, sabía que Naruto no pesaba que ella fuera demasiado débil para protegerse, sólo demostraba su preocupación. De cierta forma era conmovedor. Siempre cuidaba a los demás, era parte de su personalidad.

Naruto era el responsable de custodiar las entradas, sus clones estaban repartidos de manera estratégica, y lo estaba haciendo muy bien. Él mismo había logrado ahuyentar a los ninjas renegados que en realidad no eran otra cosa que hombres armados, pero hizo un gran trabajo cumpliendo con la misión mientras Sakura atendía a su sensei herido. Era más maduro y disciplinado. La médico no sólo estaba orgullosa de su crecimiento, estaba más orgullosa de ser parte de su vida, de seguir como su compañera y amiga.

-¡Kakashi-sensei!- gritó el clon de Naruto. El ex ANBU estaba allí, custodiando el perímetro de la Aldea, pero no buscaba a algún ninja renegado, estaba buscando a alguien más -Me alegra verlo de pie, sensei.

-Hiciste un buen trabajo, Naruto.

-¡De veras que sí! Comencé el ataque con una nueva técnica, eso fue suficiente para que algunos retrocedieran, no esperaban toparse con un ninja como yo...

-Naruto, gracias por acompañarme, yo me quedaré con Kakashi-sensei.

-Pero, Sakura-chan, tenemos muchas cosas de qué hablar, no puedes correrme.

-Los clones desaparecen con un golpe, ¿cierto? – la médico levantó el puño en forma de amenaza, como en los viejos tiempos. El clon de Naruto retrocedió en seguida y desapareció con una cara de absoluto espanto.

Sakura y Kakashi se quedaron solos y en la oscuridad, la luna ni siquiera brillaba con tanta fuerza, estaba un poco nublado, así que la imagen del otro no era tan clara. No parecía ser el mejor momento para hablar, permanecieron en silencio durante largos minutos, Sakura estaba terminando de darle los últimos retoques a su discurso mental, pero su sensei habló primero y perdió la concentración. Quería disculparse, aunque en realidad no fuera culpa de ninguno lo que estuviera sucediendo.

-Deberías volver a la habitación, no es seguro que te quedes aquí – la voz de Kakashi resonó con más fuerza de la que ambos esperaban. A Sakura le conmovió saber que él se preocupaba por su seguridad incluso en una situación así. No recordaba mucho sobre su relación, mejor dicho, sí, pero los genjutsu todavía estaban allí. Las líneas entre la realidad y la ficción no eran claras.

-Estoy bien. Usted debería estar descansando y preferiría que volviera a la habitación.

-Sakura...

Ambos estaban allí para hablar de otra cosa y darle rodeos a la situación no cambiaría nada. No cambiaría el pasado de Kakashi, y tampoco las ilusiones de Sakura.

-Sé que fueron ilusiones, pero recuperar lo que el genjutsu roba, el control sobre lo real, es lo más difícil. Sé lo que ha hecho por mí, me ha protegido y cuidado en tantas ocasiones. Recuerdo lo orgullosa que estaba de ser su alumna, sentirme segura cuando estaba con usted, durante las misiones, creo en algunos recuerdos, pero no los siento. Sé lo que sucedió en Suna, recuerdo que sonreía mucho y deseé que pudiera quedarse más días conmigo... lo que me pasó por la cabeza cuando dormía conmigo, la sensación de besarlo era tan fuerte, la atracción... pero me parece que no puedo volver a sentirlo. Es como si estuviera entumida de cualquier sentimiento hacia usted. Y lo odio.

-Lo entiendo.

-No quiero seguir así. Seguramente no vamos a recuperar lo que sea que tuvimos, bueno, lo que pasó por mi cabeza, porque seguro que usted no sintió nada parecido... Extraño a mi sensei, a mi equipo y no dejaré que ninguna ilusión me arrebate eso. No es posible comenzar de cero, no después de todo lo que hemos vivido, pero quizá sí la relación sensei-alumna, ¿qué opina?

Kakashi se quedó en silencio, esa propuesta era más de lo que podría esperar.

-Sólo quiero ser tu sensei, volver a lo de antes, nada más.

La jovencita sonrió al escuchar esa respuesta, era como una especie de tregua que podía acabar con los momentos incómodos, con la situación de los últimos meses tan cansada, tan llena de enredos. Lo que debían recuperar era su relación sensei-alumna, lo único que se podía salvar.

-Gracias por ayudarme, sensei. Estaba exhausta de los genjutsu.

-Me alegra ver que estás bien- le dedicó una sonrisa bajo la máscara.

-Sobre su pasado, lo que me contó...

-No, no es necesario hablar de eso. Sé que no lo vas a olvidar, conviviste con esos recuerdos más de lo que debería estar permitido, pero ya fue suficiente del pasado, por lo menos por ahora.

El amanecer estaba a unos pocos minutos, se había comenzado a aclarar el paisaje, pero seguía un poco nublado, quizá llovería de regreso a Konoha. Era una iluminación temporal, las nubes negras comenzaban a oscurecerlo todo. Para Kakashi no habían terminado esos recuerdos, ahora estaban más vivos que nunca. No podía haber tregua con su pasado.

-¿Cree que podamos irnos pronto? Quiero regresar a la Hoja y tener otra misión, una menos accidentada.

-En un par de horas más. Debemos asegurarnos de que ningún ninja renegado vuelva. Por favor ve con Naruto y avísale de los planes, seguro que está tan inquieto como tú de regresar.

-En seguida, sensei.

La médico se alejó con una sonrisa tranquila, una delicada y sincera sonrisa. Fingiendo que nada había pasado, ni lo bueno, esos días en Suna, ni lo malo, las ilusiones que la llevaron casi a la locura. Era lo mejor, verla sonreír después de todo lo que había enfrentado, los días dormida, atrapada en pesadillas, la desconfianza, el miedo, la duda, todo era mucho mejor ahora que ella sonreía.

Comenzó a llover.

El regreso fue mucho más animado, a pesar de la tormenta que caía sobre ellos. El equipo siete, ese que se quedara estático cuando Sakura se quedó en Suna, cuando Naruto volvió con Jiraiya, y Kakashi regresó a ANBU, comenzaba a resurgir lentamente. Después de más de un año, ya todos habían crecido, madurado y aprendido, eran otros. Los cambios eran inevitables, pero permanecer era opcional, y ellos permanecían.

-¿Hablaste con Sakura?- le preguntó la Quinta cuando volvieron y él entregó el reporte de la misión. Incluido el ataque a la médico.

-Sí, creo que vamos a estar bien.

-¿Alguna idea de quién fue el responsable del ataque?

-No, se mantuvo escondido y eso fue sorprendente. No imagino quién puede controlar a ese nivel el genjutsu, y al mismo tiempo, ocultar su presencia como si fuera de vital importancia. Ni siquiera pude sentir su chakra.

-Ya veo. Es mejor que Sakura se quede aquí en la Aldea, por lo menos unas semanas. Tú y Naruto volverán a las misiones.

-Me sentiría más seguro si viene con nosotros, o en todo caso, si me quedo con ella. No pretendo ponerla en riesgo, es sólo que no creo que ella quiera quedarse. Justo antes de regresar me expresó su deseo de volver a las misiones lo antes posible, quisiera que no se lo impidiera., o que me permita quedarme con ella.

-Sakura no necesitan que la protejan, la he entrado yo misma, sin embargo...

-No dejaré que nada le pase- aseguró el ANBU. Sus labios temblaron ante esa seguridad, el recuerdo de Rin lo alteraba, los recientes ataques a su alumna donde él estuvo ausente, pero esta vez sería diferente, no se alejaría. Estaba determinado a cuidarla. Daría su vida para hacerlo.

-De acuerdo - el ninja estaba a punto de desaparecer, pero Tsuande lo detuvo - ¿Crees que estén listos para alguna misión relacionada con Sasuke?

-No han hablado sobre el tema, quizá es porque no han tenido tiempo, pero estoy seguro de que aceptarán esa misión. Ellos están preparados para verlo de nuevo.

-Puedes irte, descansa si lo necesitas y ve al Hospital a que revisen tus heridas.

-Lo haré.

Sakura terminaba de guardar sus cosas de la misión, recién se había duchado por lo que su cabello estaba húmedo y su piel todavía lucía fresca. Después de tanto podía respirar un poco más tranquila, concentrarse en sus recuerdos y separar los reales de los falsos con la confianza de ver a su sensei a la cara sin sentirse desinteresada o temerosa. Pero había algo en lo que no estaba pensando, tan concentrada estaba en separar lo verdadero de lo falso que se olvidaba de un detalle importante.

Unos golpes en la ventana llamaron su atención.

-¿Kakashi-sensei?

-Lo lamento, Sakura, pero la Quinta me ha ordenado que vaya al Hospital para que revisen mis heridas, y en realidad quisiera evitarme todo ese trámite...

-Por supuesto, lo revisaré ahora mismo.

El ninja entró a la habitación con un poco más de confianza, en parte por el tono amable de ella, y en parte por su disposición para pasar tiempo con él, no temerle a estar a solas. Era la primera victoria en días.

-Es mejor que se quite la camisa, sensei, así será más fácil revisarlo.

Sakura observó la espalda de su sensei, se veían las heridas, pero estaban casi cerradas. Era mejor terminar de sanarlo, así que comenzó a aplicar chakra.

De pronto recordó ese detalle importante que estaba pasando por alto, fue como un golpe que le quitó el entumecimiento que le impedía sentir algo por el ninja. Mientras aplicaba chakra pudo sentir una pizca de lo que había olvidado, fue como un relámpago.

Recordó lo que su sensei le había contado, su historia, sus manos temblaron. ¿Era posible que alguien pudiera vivir algo así? Durante la mayor parte del tiempo solía pensar en la vida de sus dos compañeros, Naruto solo desde siempre, problemático y sin amigos, hablador como escudo para no mostrar debilidades; Sasuke, con una familia entera que le fue arrebatada por su propio hermano. No, Sasuke no siempre estuvo solo, pero después de eso ya no buscó más compañía. Ellos dos, sin duda, no tuvieron una vida fácil, la de Naruto había mejorado gracias a su propio carácter solidario, una vez que lo querías era imposible dejar de hacerlo. Y Sasuke, él creía que, donde sea que estuviera estaba mejor que en Konoha. Pero su sensei... perdió a su padre, a su equipo entero, y, a pesar de todo, siguió. Nunca lo escuchó hablar de su pasado, quejarse o hacer algo parecido, era un hombre completamente resignado. El silencio era la aceptación a sus errores, el intento de redimirse era quedarse en la Hoja. Tenía un valor y un coraje que le molestaba haber olvidado, no era justo que alguien se hubiera metido con esos recuerdos.

Después de todo lo que él había sufrido, seguía de pie, protegiendo lo que le importaba, dispuesto a dar su vida por cualquier ninja de Konoha, preocupado por el progreso de sus alumnos. Ni siquiera podía imaginar su dolor. En ese momento comprendió la fortaleza de su sensei, como ninja y como hombre. Había que ser muy valiente para convivir día a día con algo así.

Quizá lo que más lo sorprendió fue que después de todo seguía buscando su compañía, como si ella fuera tan valiosa para desear tenerla cerca. Se esforzó por explicarle todo, revivió su dolor sólo para ella...

-¿En qué estás pensando, Sakura?

-Pensaba en que usted es más joven de lo que aparenta.

Lo siguiente fue escuchar la carcajada de Kakashi, completamente sincera, la única en mucho tiempo.

Las heridas casi se cerraban totalmente. Sakura no lo había dicho en broma, recordó que en Suna había pensado algo parecido, pero con todo lo que sucedió después... Ahora que curaba su espalda, que el perfil de su rostro sin máscara estaba ante sus ojos, lo pensaba de nuevo. Se hablaba tanto de él, de su historia, de sus logros, pero es que su actividad ninja comenzó desde muy joven. La médico sabía que era más de una década mayor, pero eso no le quitaba juventud. Su cabello gris quizá era una pista confusa, como su actitud demasiado sobra, pero cuando se le vía de cerca, sin esa máscara que tapaba gran parte de su rostro, cuando sonreía despreocupado, se veía cierta juventud en él. Su piel era suave y cálida.

-Gracias por ayudarme con esto, Sakura.

-Ya puede volver a vestirse, sensei- la médico había terminado su trabajo – Espero que se sienta mucho mejor.

-En realidad sí.

-Si necesita algo más, no dude en venir – quería decirle algo más ahora que podía sentirlo, que recuperaba un poco de sus sentimientos, pero el momento sólo pasó. Las palabras no salieron y fue como si su corazón se cubriera con esa capa de ilusiones y mentiras, de recuerdos falsos.

Sakura observó a su sensei ponerse de pie, indeciso de marcharse o no, como si todavía tuviera algo más qué decir. No confiaban plenamente en el otro, y ella se arrepintió de no hablar a tiempo, la próxima vez aprovecharía hasta la más mínima oportunidad.

-¿Sucede algo, sensei? – el ninja se acercó a ella que se concentró en no retroceder. No podía seguir huyendo. Kakashi se paró frente a ella, a escasos pasos de distancia, con las manos en los bolcillos, todavía no se ponía el chaleco jonin. Se le vía tan diferente, la médico observó su semblante, reprimió un suspiró porque no tenía ni idea de lo que eso pudiera significar.

-Godaime-sama se pregunta si están listos para una misión relacionada con Sasuke.

-¿Sasuke-kun?- la médico volteó a ver la fotografía – Hacía un tiempo que no pensaba en él – admitió Sakura sin darse cuenta, la frase se escabulló de sus labios sin siquiera desearlo.

-Es una buena pista, quizá podamos traerlo de regreso, Naruto y tú han mejorado mucho.

-Entonces deberíamos intentarlo – su tono no sonó tan entusiasta como alguno de los dos esperaba.

-Le diré tu respuesta a Tsunade-sama.

-¿Kakashi-sensei?

-Dime, Sakura.

-Nada... - la jovencita sólo sonrió para ocultar la indecisión de esos momentos – Naruto estará muy entusiasmado de escuchar esa noticia.

Kakashi quería abrazar a su alumna, o por lo menos estar un poco más cerca de ella, acariciar su rostro o tomar su mano para demostrarle que entendía esa pequeña parte de duda, no se trataba de no desear de vuelta a su compañero, era que habían sucedido demasiadas cosas últimamente. Cuando se separaron en Suna había sido con el deseo de volverse más fuerte y poder traer a Sasuke, pero ya no eran los mismos, esa prioridad se convirtió en algo más lejano, y asuntos más urgentes tomaron la primera posición. Los movimientos de Akatsuki se volvieron más evidentes, casi todos los sabían.

Quería decirle a Sakura todo eso, acercarse un poco más, como en los viejos tiempos en los que no había ninguna clase de incomodidad, sacudir su cabello o bromear con ella, hacerla enojar con su impuntualidad o fingiendo estar más enfocado en sus libros que en lo que sucedía alrededor. Pero no era el mejor de los momentos, así que sólo le dedicó una sonrisa a su alumna y desapareció. Debía darle espacio y abrazarla era volver a cruzar una línea demasiado delicada.

Sakura se quedó en su habitación, estaba organizando todo lo de su última misión, pero mejor se detuvo, sospechaba que pronto debería empacar de nuevo, así que no tenía caso. No la atormentaba volver a ver a Sasuke, pero sí la aturdió escuchar su nombre después de tanto tiempo, la sensación de que podría volver a verlo fue como sentir un escalofrío. La inquietaba enfrentarse a esa parte de su pasado cuando sus recuerdos todavía se tambaleaban. Hubiera querido tener un momento para hablar con su sensei.

Al día siguiente la Quinta convocó al equipo siete en la Torre Hokage.

-Tengo una misión para ustedes – Tsunade no demostró un interés particular -El equipo de Kurenai, y parte del equipo diez, están en una misión que resultó tener cierta conexión con Kabuto, aún no sabemos de qué forma. Ustedes se reunirán con los otros equipos, pero misión será rastrear a Kabuto y averiguar qué está planeando y si Sasuke sigue vivo. Hace mucho que no sabemos de él, y ya es tiempo de que Orochimaru cambie de cuerpo.

-¿Cuándo podemos irnos, Abuela? – el entusiasmo de Naruto contagió a los dos ninjas que aguardaban silenciosos.

-Hoy, y ya está retrasados.

Era la segunda misión que tenían como equipo y el rango se había elevado significativamente. La Quinta ya tenía una idea de las habilidades de Sakura, como médico y como ninja, Jiraiya era testigo del progreso de Naruto, y nadie podría dudar de las habilidades de Kakashi, era lógico que tuvieran una misión de mayor rango. Partieron ese mismo día, la médico y el ex ANBU ya habían empacado, así que esperaban a Naruto en la entrada.

-Nunca pensé que tú y yo estaríamos esperando a Naruto, soy yo el que suele ser impuntual – comentó el ninja fingiendo leer uno de sus clásicos libros.

-Siento como si el tiempo no hubiera pasado, como si el último año y medio fuera un sueño – Sakura había cambiado drásticamente de tema, por lo que Kakashi cerró el libro y se concentró en su alumna – Es como si volviéramos de Suna, todos, y esto es lo que sigue. Sé que los equipos deben separarse, Ino me ha contado las escazas misiones que ha tenido el equipo diez y desde la muerte de Asuma-sensei sus misiones no son las mismas. Cuando te conviertes en chunin o jonin de alguna forma te separas para dar el siguiente paso, formar tu propio equipo, o tomar algún cargo. Pero no quiero eso.

-También me alegra volver a las misiones como un equipo.

-Cuando estuve en Suna, alguna vez le dije a Kankuro que los elegiría ustedes antes que cualquier misión o entrenamiento, porque no importaba lo que fuera de mí, a lo exitoso que fuera mi entrenamiento, ustedes estarían conmigo. Me alegraría estar con usted, sensei, aunque no fuera en alguna misión.

-¿Recuerdas cuando estuvimos en Suna y salíamos a pasear por las noches?

-Sí, por supuesto. Recuerdo que estaba muy feliz, me dolían las mejillas por sonreír tanto. Cocinó para mí, y estaba delicioso, cuando se fue extrañaba mucho su comida.

-Pero no recuerdas esa sensación.

-No – la médico se acercó y tomó su mano. Era el primero acercamiento voluntario de parte de ella, y lo sorprendió, ella parecía estar dispuesta a abrazarlo – Pero me gustaría hacerlo.

-Lo harás, con el tiempo.

-No quiero que sea muy tarde – los ojos de Sakura brillaron de una forma especial, una que hacía tiempo no veía – No sé lo que sucederá en esta misión, pero me gustaría, más que nunca, recordar lo que sentí por usted en Suna.

El ninja se quedó sin palabras, deseaba hacer algo más que quedarse callado, aceptar esas palabras como la declaración, pero pensó que lo decía principalmente por la emoción de encontrarse con Sasuke, por enfrentarse a sentimientos pasados en medio de toda la confusión que sentía. Quizá las ilusiones despertaron los viejos sentimientos por su compañero, después de todo era algo conocido y seguro.

-Vamos a estar bien- el ninja acarició una de las mejillas de Sakura, su piel era tan suave como lo recordaba. Sonrió con cierta nostalgia. De nuevo esa barrera, esa misma barrera que siempre los separaría, que impedía que cualquier hiciera un movimiento, que los había llevado hasta esa instancia. Los límites estaban volviendo, eso siempre lo complicaba todo. Era como si estuvieran destinados a tentar siempre esa barrera y los límites sin llegar a romperlos. Completamente frustrante. Si tan solo uno diera el siguiente paso.

-¡Eh, Kakashi-sempai! – gritó uno de los ninjas que custodiaban la entrada, Izumo. El ninja se había olvidado de que alguien los estaba viendo, estaban demasiado cerca. Ella lo tomaba de la mano, y él acariciaba una de sus mejillas. No era precisamente una escena cotidiana.

-Izumo-senpai, un día muy tranquilo, ¿cierto?

-Más tranquilo que otros días. Sakura-san, me alegra que vuelvas a las misiones, aunque también era muy reconfortante saber que estabas en el Hospital, Kotetsu no deja de repetir tus habilidades como médico.

-Izumo-kun, espero que se esté recuperando de su última misión, pero debió quedarse descansando por lo menos unos días más, como Kotetsu.

-Estoy bien, Sakura-san...

-¡Sakura-chan!- era Naruto que venía corriendo y seguro que querría marcharse de inmediato. Kakashi lamentó que la situación se hubiera desviado de él y Sakura, ahora ya estaban a unos metros de distancia y sin ninguna posibilidad de terminar la conversación. Era lo mejor, él no daría ningún paso, no después de que su cercanía hubiera causado las ilusiones de Sakura.

Durante todo el camino pensó en Azuma, su ausencia todavía se sentía en la Aldea, y seguro que a Kurenai siempre le haría falta. La vida de un ninja no era fácil, la mayoría de ellos rehusaba de una vida amorosa por precaución, o por que ya habían perdido a alguien. Quizá las nuevas generaciones se arriesgarían un poco más, pero él no.

Llegaron a reportarse con el equipo que lidereaba un antiguo ANBU, uno que reconocía perfectamente y que la Quinta lo incorporó para apoyar al equipo de Asuma. Nunca dejaba de sorprenderle cuánto podían cambiar las cosas. Acordaron que se quedarían en la fortaleza que Tenzo había creado, sólo durante un par de horas y después partirían a su verdadera misión.

Naruto y Sakura charlaban animadamente con sus antiguos compañeros y se ponían al día. Era bueno que convivieran, que, aunque fuera por algunas horas, pudieran relajarse.

-Es bueno volver a verte, Kakashi-senpai.

-No pensé que pudieras dejar la máscara, Tenzo.

-Yamato, ese el nombre que me dio Tsunade-sama – Tenzo parecía haberse incluido bien en el nuevo grupo – He escuchado algunas cosas interesantes de tus alumnos.

-Son mejores de lo que escuchaste – Kakashi suspiró – Sakura es una médico con un potencial que superará al de la Quinta, estoy seguro. Es más que una médico, es una verdadera ninja, pero no pierde su calidez, es más paciente de lo que parece, aunque Naruto la haga enojar mucho y se preocupa demasiado por los demás. Es muy dulce, pero finge ser dura. No necesita que nadie la proteja, pero cuando la vez, cuando convives con ella, no quieres hacer otra cosa que cuidarla. Sakura es especial...

-Creo que comienzo a comprenderlo – se había delatado. El ninja se sentía orgulloso, nunca lo dijo en voz alta, y seguramente nunca lo diría porque no hacía falta, pero ella era la kunoichi más talentosa de toda su generación. No necesitaba que la protegieran, pero él lo intentaría siempre que pudiera.

-Debo enviarle un reporte a la Quinta. Éxito con la misión.

Kakashi se concentró en una de las habitaciones vacías y se quedó allí durante un par de horas.

-¿Sensei?

-¿Sakura, está todo bien?- la médico tenía el mismo semblante preocupado. La kunoichi se acercó dudosa. No se acercó a él, caminó en la habitación sin un rumbo fijo y al final se sentó en el otro extremo.

-Usted también podría encerrarme en una ilusión – el ninja se tensó - ¿Podría encerrarme en una última ilusión? En un recuerdo específicamente, quiero recordar el día que me pidió que me quedara en Suna.

-Sakura... - el ninja se puso de pie y dejó a un lado el pergamino con las instrucciones – No voy a hacer eso.

-Por favor, sólo quiero revivir ese día otra vez, sólo ese día, no pido más. Por favor, sensei.

-¿Por qué ese día, Sakura? – Kakashi se inclinó frente a ella, la jovencita lucía un poco atormentada. E ninja no quería revivir ese día, ahí había comenzado todo. Se equivocó desde ese día en que debió decirle lo importante que era para el equipo siete. No quería revivir ese momento, pero Sakura se lo estaba pidiendo como un favor especial.

-Lléveme a ese día, a lo que recuerda.

-Sólo serán unos segundos, no más- el ex ANBU no podía negarle eso, no cuando ya había visto tanto, quizá un recuerdo familiar, algo que tenían en común, le haría bien.

El ninja descubrió su Sharingan, esperaba no estar cometiendo un error, su relación no soportaría otro. O lo superaban o se terminaban de hundir.

En un momento Sakura estaba allí, y después todo cambió, estaba en la habitación de su sensei, él estaba recostado en una cama. La misión de rescate del Kazekage había sido un completo éxito. Kakashi extralimitó el Sharingan, así que necesitaba descansar un poco aun en contra de su voluntad.

Gaara le propuso quedarse, y aunque en un principio ella rechazó la oferta, su sensei le pidió quedarse. Así que ahora estaba para despedirse, se acercó a él y en un acto que ninguno de los dos esperaba, le dio un beso en la mejilla antes de salir corriendo. La kunoichi revivió ese momento una sola vez, pero lo que sintió resonó tan fuerte que la sacudió, que sacudió cada pizca de indiferencia o de confusión. Por esos segundos que estuvo allí, el sentimiento de amor puro, de confianza y admiración, volvió a latir. Fue como recuperarlo, aunque sólo durara escasos segundos. Quería quedarse allí más tiempo, revivir ese recuerdo tanto como fuera necesario, sentirse así siempre.

Cuando reaccionó, su sensei estaba sentado frente a ella, preocupado. La ilusión había terminado.

-Gracias – dijo la jovencita conmovida, aferrándose al recuerdo de esos sentimientos. Esa fue su despedida, y aunque tiempo atrás fue dolorosa, ahora sonreía – Recordaba, en medio de todas las ilusiones, lo importante que era para mí, recordaba admirarlo. Esa despedida sin duda fue dolorosa, pero lo fue porque lo quería tanto, me gustaba tanto su compañía, disfrutaba de estar con usted y no quería dejarlo. Revivir ese momento fue revivir lo que sentía por usted, y fue tan real, ese beso...

-No fue la mejor de las despedidas, incluso cuando te volvía a ver en Suna no me permitiste disculparme, y debí hacerlo, perdona que no te escribiera, ni que respondiera.

Así como había sido inesperado el beso de despedida, así también lo fue el abrazo de Sakura. La médico se lanzó a sus brazos con determinación, quizá eran los residuos de los sentimientos, pero desaparecerían en cuestión de minutos, cuando la ilusión pasara. No tenía mucho tiempo. El ninja disfrutó de ese momento, de volver un poco a la confianza de antes, aunque eso era mucho más que un abrazo, aunque se negara a reconocerlo.

-Gracias, sensei- Sakura se separó y le dedicó una auténtica sonrisa. Se le veía más tranquila, pero con una pizca de curiosidad que hacía brillar sus ojos. Las manos de la jovencita fueron hasta su rostro y lo acariciaron sobre la máscara, con suavidad y delicadeza. Los residuos de los sentimientos todavía seguían allí, seguían tan presentes que la hicieron acercarse a él y besarlo. Realmente lo besó, sobre la máscara, pero en los labios. Sintió una calidez que nunca había sentido, porque a pesar de todo lo que sucedió en Suna nunca se atrevió a besarla, no podría haberlo hecho, y ahora era ella quien lo hacía. Cuando pensó que nunca más tendrían una oportunidad, cuando todo estaba en su contra y lo único que les quedaba era una simple relación de sensei y alumna, ella lo besaba.

Fue un corto beso, la médico lo terminó en cuestión de segundos, pero se quedó cerca acariciando sus mejillas y pensando en el siguiente movimiento. Al final se decidió a hacerlo, sus dedos fueron hasta el borde de la máscara y comenzó a bajarla tranquilamente, sin prisas, como si tuvieran todo el tiempo, como si los sentimientos de Sakura no fueran a desaparecer en cualquier momento, el ninja solo estaba esperando ese cambio en sus ojos, en sus acciones, esperaba que se alejara. Pero cuando su rostro quedó al descubierto, la mirada de ella seguía siendo la misma, no se alejaba, no hubo duda. Y volvió a besarlo.

Hasta ese momento el ninja había mantenido el control, no esperaba un segundo beso, no esperaba que durara tanto, no esperaba que sucediera algo así, no después de todo lo que habían pasado, cuando apenas estaban recuperando un poco de la confianza perdida, y, sobre todo, cuando el ninja ya no tenía esperanza alguna resultó que Sakura lo besaba. Por más que intentó quedarse quieto y no excederse, respondió a ese beso con un deseo reprimido que no sorprendió a ninguno, no después de lo que había pasado en Suna. Ellos compartieron la cama, Sakura despertaba en sus brazos, compartieron un nivel de intimidad que sorprendería a cualquiera que lo supiera.

Así que ese beso era un deseo reprimido de parte de ambos. Era un beso cálido, claro que había deseo, pero el deleite de un ritmo delicado y suave, era mucho más placentero, la manera en la que Sakura acariciaba sus mejillas, con las yemas de los dedos, sentir el calor de su cuerpo que estaba tan cerca, su perfume, el aroma de su cabello, era tan fácil que sus sentidos despertaran y notaran hasta el más pequeño detalle. Kakashi la tomó de la cintura y la acercó hasta que pudo sentir su cuerpo contra el suyo. La tenía de la cintura, pero recorría su espalda, amenazaba con tocar sus piernas, todo su cuerpo si fuera posible. No solo besar sus labios, también su cuello, su espalda, cada centímetro de piel. Sentir la tibiez de su cuerpo desnudo. La tenía aprisionada entre sus brazos, ni siquiera la dejaba respirar, pero es que ella no mostraba deseos de separarse, por el contrario, se acercaba provocativamente.

Los minutos pasaban sin que ninguno se separaran, la intensidad había provocado un calor que era de lo más placentero, que los incitaba a quitarse cada prenda de ropa. Y Sakura ya lo estaba haciendo, le había quitado el chaleco y estaba por quitarle la camisa, sentía sus manos escabullirse por su pecho, esa acción le arrancó un gemido. Pero la detuvo.

-Sensei... - la vocecita que salió de Sakura fue suave, sedosa, lo llamó entre besos húmedos. El ex ANBU tuvo que hacer un esfuerzo casi sobrehumano por separarse.

-Alguien está tocando la puerta – dijo tomándola por la cintura con más fuerza. Necesitaba un momento para calmarse. Su voz sonaba más ronca de lo que esperaba – Espera aquí, no tardaré – la besó una vez más, por si no podía volver a hacerlo otra vez.

Sakura se quedó sentada sin moverse, estaba aturdida seguramente. Se le veía tan sensual, Kakashi debió apartar la mirada inmediatamente para no volver a donde estaba antes. Y antes de abrir respiró profundo.

-Kakashi-senpai – era Tenzo – Nosotros debemos irnos ahora, Naruto dijo que ustedes saldrían al anochecer, en todo caso, creo que nos volveremos a ver.

-Seguramente así será, Tenzo. ¿Dónde está Naruto?

-Se despide del grupo – la mirada del ninja era de sorpresa mezclada con incredulidad, Kakashi no había reaccionado, pero estaba despeinado y no tenía el chaleco ninja, a penas se había acordado de subir su máscara, pero no estaba perfectamente acomodada. Para cualquiera hubiera sido evidente lo que estaba pasando minutos antes, pero el respeto que le tenía Tenzo a Kakashi le impidó decir algo y sólo se marchó con una sonrisa cómplice.

No había reaccionado en lo mucho que se arriesgaron, alguien más desesperado pudo abrir la puerta y encontrarlos. El ex ANBU analizó sus opciones, había intentado alejarse de Sakura, pero cada decisión que tomaba, aunque al principio los alejara, al final era como si terminara por llevarlos por el mismo camino. Observó a su alumna que seguía en el mismo lugar, sentada, lo veía con la misma mirada, con el mismo deseo.

Ni siquiera intentaría fingir que no había tomado ya una decisión. Se acercó a ella con seguridad.

-Sakura...- su nombre resonó en esa ligera oscuridad tan erótica.