Niccole Watterson, había vivido toda su vida en los Ángeles, y si alguien conocía esa ciudad de arriba hacia abajo, era ella y a un así en ocasiones a un le sorprendida lo rápido que podía cambiar la vida de las personas en segundos, del cielo al infierno y viceversa.
En su niñez se maravillaba, por el hecho, de que una simple salida familiar a comer, ir a comprar la despensa, e incluso algo tan mundano como solo caminar por la ciudad, uno seguramente se toparía con alguna celebridad, en su adolescente incluso salió a cazar alguno que otro autógrafo cuando tuvo la oportunidad.
Pero justamente en sus mozos años de adolescencia fue que, conoció el otro rostro de la moneda, y descubrió crudamente que no todo lo que brilla bajo el sol era precisamente oro.
En la secundaria empezó a conocer terroríficas historias, amigas que tontamente se habían enamorado de algún debutante a estrella juvenil, siendo solamente utilizadas y tiradas en ocasiones literalmente a un lado de la autopista como basura, tampoco faltaban los vende humo y tahúres, que aseguraban fama y fortuna a los incautos e inseguros a cambio de dinero, y así fue en parte su realidad durante su vida estudiantil hasta el día de graduación al menos.
Una vez graduada, pensó que había dejado lo peor atrás, hasta que conocido el horror de trabajar siendo una joven mujer soltera, mas o menos bonita.
De sus cinco experiencias laborales previas, en tres había sufrido alguna clase de acoso sexual, siendo la razón principal de su renuncia de esos trabajos, su cuarto empleo finalizo cuando su empresa fue absorbida por otra mas grande y no continuo laborando después de la restructuración y el quinto, fue debido a problemas financieros de su empleador.
Y eso la traía a esa entrevista de trabajo, no había escuchado de la empresa nunca, pero era usual que eso pasara en la ciudad, la cantidad de postulantes también era lo común, a un que era mayor el numero de solicitantes de los que esperaba ver en primer lugar.
La entrevista de trabajo era realizada por una chica de su edad, que a pesar de ello, hablaba con bastante profesionalismo.
De los sesenta postulantes iniciales, quedaron treinta solamente después de la primera ronda de entrevistas, siendo los eliminados acompañados hasta la salida por un guardia de seguridad, no sin antes recibir el cheque prometido al inicio de las entrevistas.
Sonrió levemente, no era mal premio de consolación para los postulantes, una semana de paga mínima, parecía poca cosa, en ocasiones, pero recibirlo solo por tener una entrevista de trabajo, era bastante mas de lo que generalmente recibían después de sacrificar unas horas de su vida, postulándose para el empleo.
Mas si se tenia en cuenta que ese cheque podía ser la diferencia entre, poder comprar alimentos, pagar alguna factura, o rellenar el tanque de la gasolina del auto familiar.
La entrevista prosiguió y del grupo de treinta quedaron veinte nada mas, para disfrutar el almuerzo, y con cada nueva ronda de entrevistas sus nervios crecían exponencialmente, necesitaba el empleo en verdad.
Su casero amenazaba con echarla, ya no podía pedirle dinero a sus padres, y debía dos mensualidades de su tarjeta de crédito.
Del grupo de veinte quedaron solamente cinco, y a un que estaba alegre por ese hecho, los nervios la estaban carcomiendo por dentro, si no pasaba el ultimo filtro, al menos sabia que el cheque que ahora recibían los eliminados, era por la paga de dos semanas laborales e incluía una cuponera con treinta cupones, para ir a comer un paquete familiar en KFC o en In-n-out - , una grata ayuda a su parecer.
Se mordió levemente su labio inferior, a un que algo todavía le generaba algunas dudas, y posiblemente lo preguntaría durante su siguiente entrevista si se presentaba la oportunidad.
· - Déjenme felicitarlas – dijo la joven frente a las postulantes algunos minutos después – y darles la bienvenida a nuestra empresa, tenemos justamente cinco vacantes – festejo la chica – tan solo aremos una pequeña entrevista final, pero les aseguro que el empleo ya es suyo – comento con una enigmática sonrisa en sus labios.
Niccole fue la ultima en ser entrevistada y sintió a un mas presión al ver a sus futuras compañeras platicando, sobre lo felices que estaba por haberlo conseguido.
· - Niccole pasa – exclamo la chica.
Minutos después, la entrevista iba bastante bien, ya estaba pensando en como lo iba a celebrar, a un que el festejo tendría que esperar a su segundo cheque, el primero se iría seguramente a pagar sus deudas.
- - Creo que con esto finalizamos la entrevista – repuso la chica – en ese caso tan solo déjame repetirte mi nombre – dijo mientras acomodaba algunos papeles sobre su escritorio – mi nombre es Stella Zhau y soy vicepresidenta de contrataciones y personal -.
Niccole la observo en silencio, admirada que a su edad ya fuera vicepresidenta, era en verdad una mujer admirable al menos a su parecer – ¿tienes alguna duda? – pregunto su nueva jefa.
Quizás fue por estar distraída, pero la pregunta broto por si sola - ¿Qué era la segundo tarjeta, que le entregaban a algunos de los postulantes – y apenas termino de preguntar, sintió el pánico inundar su cuerpo.
· -- Dame un segundo por favor – pidió la señorita Zhau, mientras caminaba a la puerta, antes de abrir la misma – me gustaría volverlas a felicitar señoritas – dijo sonriendo desde la misma – las entrevistas han finalizado, ya se pueden retirar, nuestra recepcionista responderá a todas sus dudas y preguntas, así que por favor si son tan amables de regresar mañana a firmar su contrato, y de nuevo muchas felicidades – finalizo cerrando la puerta.
Stella regreso a su escritorio y sonrió mientras se sentaba - ¿Qué le pareció su pregunta jefe?- pregunto, al momento que se abría una puerta oculta.
· -- Muy interesante en realidad – Niccole miro al recién llegado y sintió a un mas pánico, si la señorita Zhau le había llamado jefe eso significaba solo una cosa.
· - Nos servirá – sentencio el único hombre de la habitación sonriendo – una educación sobre saliente, domina seis idiomas, manejo de personal entre otras habilidades – leyó en la carpeta que Stella le pasara unos momentos antes – estoy sorprendido por los seis idiomas, Stella domina solo tres, y me apena decir que en mi caso solo domino cuatro – dijo el hombre mientras se recargaba en el escritorio – supongo que te comunicaron que había cinco vacantes – dijo sonriendo – pero una de esas vacantes es para ser mi secretaria si es que te interesa – continuo – y respondiendo a tu pregunta, esa tarjeta era el contacto de alguna de las compañías que trabajan con nosotros, quizás las postulantes no conseguirían trabajar aquí, pero tal vez tendran algo mas suerte en otro lugar – explico mientras terminaba de leer el informe.
El sonido de su alarma la despertó abruptamente, se estiro mientras se levantaba perezosamente, había sido una noche increíble, pero ella tenia que prepararse para un ajetreado día laboral.
Apago su alarma, y aprovecho para volver a conectarse al wifi, justamente entraba en su baño, cuando su celular empezó a sonar como loco, en definitiva seria un largo día en la oficina.
Algunas horas mas tarde.
Lincoln Loud, analizaba los portales de noticias en líneas, buscando algún indicio de contagio del caso, pero el arresto de Wallace Bright, acaparaba todos los medios, opacando cualquier otra cosa, debido a los ingredientes del crimen.
Alcohol, drogas, corrupción de menores, armas de fuego y un seudo famoso involucrado de por medio.
Siguió leyendo las noticias y algunos de sus informes, cuando los gritos inundaron su oficina .
· - Déjame entrar zorra – gruño un hombre de tez anaranjada, vestido de una manera demasiado juvenil para su edad, y un tinte de pelo barato.
· - Lo siento señor Loud, no pudimos detenerlo – exclamo su secretaria sumamente apenada – llamare inmediatamente a seguridad.. – intento decir.
· - Vuelva a trabajar señorita Watterson, yo me encargare de esto, en persona – respondió su jefe con una ligera sonrisa.
· - Y claro que se encargara – grito el recién llegado – tiene que sacar a mi muchacho de la cárcel – exigió – hasta donde yo se, este es un país libre y el tiene la libertad de divertirse como le de la gana –.
· -¿ A un que eso incluya corrupción de menores? – pregunto Lincoln seriamente.
· - ¿Cuál corrupción de menores? – reclamo el señor Bright – el no sabia que esas zorras mentían sobre su edad -.
· - ¿Y usted cree que eso lo exonera de las acusaciones? – cuestiono.
· - Como iba a saber mi muchacho, la edad que tenia esa furzilla, la debió conocer en algun antro o bar de mala copa, aquí el delito no es lo que mi hijo haya hecho, si no lo que esa ramerilla de poca monta estaba haciendo – replico molesto el hombre.
El joven Loud dejo sus lentes de lectura sobre su escritorio antes de continuar – lo que me quiere dar a entender, es que ellas son las culpables – inquirió secamente.
· - Pues claro que ellas son las culpables – bufo el hombre mientras tomaba asiento – ellas lo la sedujeron, ellas fuero las que se le ofrecí con mentiras, de eso no tengo duda – dijo sonriendo – por eso mi angelito no debe ir a prisión, mejor que castiguen a esas alcahuetas, o a sus padres- una sonrisa pérfida se asomo en los labios del padre de Wallace – si usted me ayudara a demandarlos y así vera que ya nadie mas se atreverá a hablar mal de Wallace Bright – farfullo intentando regular su respiración.
· - ¿Y dígame a pasado algo parecido antes? – cuestiono.
· ¿Por qué quiere saber eso? – replico el hombre.
· Para saber a que nos enfrentamos en este caso – reviro el chico.
El padre de Wallace medito por algunos minutos – bueno una vez embarazo a la sirvienta, no es nada del otro mundo, incluso yo me acosté con esa zorra, pero el muchacho preño a la chica, por suerte la llevamos a México donde ella aborto -.
· - Creo que se que hacer en este caso – repuso Lincoln con una leve sonrisa, antes de oprimir su intercomunicador – señorita Watterson, por favor mande a seguridad, y de paso llame a las autoridades pertinentes –.
· - Que cree que esta haciendo – replico el hombre levantándose de su asiento.
· No es obvio – replico sonriendo – solo pongo la basura en su lugar -.
Algunos minutos después los guardias de seguridad y un oficial de policía entraban en la oficina.
· - Lo matare – grito el hombre mientras tenia una sostenía entre sus manos una lámpara – a usted y a todas las farsillas que trabajan para usted – replico el hombre mientras se giraba a ver a los recién llegados – y mientras ustedes largo de aquí– dijo arrogándole la lámpara a los guardias, y al oficial de policía, el cual saco su arma en ese momento.
· - Las manos donde pueda verlas – grito el oficial – no me escucho las manos donde pueda verlas – volvió a gritar ante el asombro y miedo del hombre.
· - Usted lo planeo todo – replico mientras ahora intentaba lanzarse sobre Lincoln – usted – grito mientras era tacleado por el oficial de policía.
· Queda bajo arresto por atacar a un oficial, tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga puede ser usado en su contra, tiene derecho a un abogado – replico el oficial.
Algunos meses después, Jordán entraba en la oficina de su jefe, con cara de pocos amigos.
· - Bueno podemos decir que nadie vera a los Bright por un tiempo, al menos no sin esposas en sus manos – dijo con una sonrisa de satisfacción en su rostro
· -¿Quién?- repuso una voz que hacia mucho tiempo no escuchaba, y por primera vez en mucho tiempo Jordán se dio cuenta que el ambiente estaba cargado de rivalidad, después de todo la persona que había hecho la pregunta no era otra que ultima ex novia su jefe.
Y además la mayor amenaza para la relación que ellas tenían con el chico Loud, en especial la de Sid hasta ese momento y esa amenaza tenia un nombre.
Haiku.
