CAPITULO 8: LA PRISIÓN DE HANNIA
Santuario de Atena, Atenas, Grecia
Templo de Atena
-¿Dohko?- dijo Hannia, abriendo los ojos grandemente. El caballero de Libra se sorprendió tanto que se levantó de golpe y dejó caer su espada al suelo, mirando interrogantemente a la vampiresa.
-¿Cómo sabes mi nombre?- dijo Dohko.
Hannia no respondió. Solo se le quedó mirando largamente, maravillada, como si nunca antes hubiera visto un ser semejante. El caballero, por su parte, la miraba tratando de recordar dónde la había visto antes.
-¿Ustedes dos se conocen?- preguntó Saori, alzando las cejas.
Hubo un pequeño silencio.
-No lo creo, Atena- dijo Dohko de pronto, con un gesto de indiferencia- siempre he tratado de evitar a los vampiros...-
Hannia frunció el entrecejo.
-El tiene razón- dijo ella, cambiando su expresión sorprendida a una un tanto molesta- nunca antes lo había visto...-
"Sí, como no", pensó Shion. El Patriarca notó que era objeto de una mirada furiosa hacia él de parte de la vampiresa, y se aclaró la garganta. El haber pensado eso fue casi como haberlo dicho en voz alta.
-No tiene sentido- dijo Saori- ¿cómo demonios sabes su nombre?-
-Los vampiros pueden leer las mentes de los demás, Atena- dijo Dohko- no se sorprenda si le dice lo que está pensando en este momento...-
-Vaya, eso sí tiene sentido- dijo Saori, pensativa.
En ese momento llegaron los caballeros que habían peleado en el recinto de las amazonas, acompañados de Touma, Melody, Kanon y Tethis.
-¡Atena!- exclamó Aioros- ¿todo está bien?-
-Todo- dijo Shion, señalando a Hannia- Dohko capturó a una de ellos...-
-Atacaron también el Santuario de Poseidón- dijo Kanon- otras cuatro de esas criaturas-
-Y otras tres estuvieron en el de la señora Artemisa- dijo Touma- dejaron a Odiseo muy malherido...-
Mientras hablaban, Hannia había logrado zafarse las manos de los tridentes, a pesar de que haciéndolo se provocó varias heridas en las muñecas. Vaya que esas armas eran poderosas, tanto como para lastimar a un vampiro aunque sea un poco. Mientras los caballeros discutían, la vampiresa se soltó por completo y desapareció.
-¡Rayos!- dijo Dohko.
-No se ha ido- dijo Shion en voz baja- está escondida en...-
Pero no completó su frase, pues Hannia había saltado hacia Shura, quien era el más cercano a la salida. Reaccionando rápidamente, Melody se llevó a los labios su flauta de plata e hizo sonar la misma nota que había fastidiado a Lauri y Gérard antes de que Hannia llegara cerca del caballero de Capricornio. Funcionó, y Hannia se dejó caer al suelo, cubriéndose los oídos con las manos, retorciéndose del dolor provocado por la música. Cuando Melody dejó de tocar, Hannia se quedó muy quieta en el suelo, como paralizada.
-Bien hecho, Melody- dijo Touma.
-Será mejor preparar una hoguera pronto- dijo Dohko- es muy peligrosa si sigue con vida-
-No, espera- dijo Shion- hay algo en ella que me parece muy familiar... y sé que a ti también, aunque lo niegues...-
-Ya te dije que he evitado tener...- comenzó Dohko.
-Yo lo recuerdo muy bien- dijo Shion, y se volvió hacia el caballero de Aries- Mu, ve por las cadenas que fabricaste para mí hace tiempo, por favor...-
Mu asintió y salió hacia su templo.
-¿Acaso esperarás a que amanezca?- dijo Dohko.
-No- dijo Shion- vamos a preservarla a salvo del amanecer por este día...-
-¿Qué?- exclamaron todos. Incluso Hannia estaba sorprendida.
-¿Cómo puedes siquiera pensar en mantenerla viva?- dijo Dohko- ¿no recuerdas lo que...?-
-Sé lo que trató de hacer- dijo Shion- y debemos averiguar porqué. Es muy tarde para interrogarla ahora y ya casi amanece, así que tendrá que hacerse en la noche. De otra manera, no lograremos saber nada-
Dohko miró furioso a su compañero. Si bien era un santo de más de doscientos años, su corazón seguía siendo joven y no le parecía el plan de Shion.
-Una vez terminado el interrogatorio veremos que hacer con ella- añadió Shion.
Mu volvió en ese momento, cargando unas cadenas doradas.
-Aquí están las cadenas que me pidió, maestro...- dijo el caballero de Aries.
-Gracias, Mu- dijo Shion- Aioros, Saga, ayúdenme con esto...-
Entre los tres dejaron a la vampiresa completamente encadenada. Hannia no se resistió más, ni dijo nada. La protegerían de la luz del sol. Al menos sabía que no moriría ese día.
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Cementerio de Atenas
-¿Y bien?- preguntó Julius- ¿ustedes también cayeron, Lawrence?-
-Irremediablemente- dijo Lauri- los caballeros y las amazonas son demasiados. Y además, tienen aliados: espectros de Hades, generales de Poseidón y un ángel de Artemisa-
-¿Y dónde está Hannia?- preguntó Julius.
-Ella se separó para atacar a Atena por su cuenta- dijo Lauri.
-Nos dijo que la dejáramos atrás si no volvía- añadió Gérard.
Julius miró hacia el Santuario de Atena, y respiró profundamente.
-Aún está con vida- dijo Julius- los caballeros no tuvieron el coraje de matarla como hace tantos años mataron a uno de los nuestros. Bien- añadió, entrando a la catacumba y cerrando la puerta- sabemos que no podemos atacar los Santuarios por separado como antes. Será uno por uno-
-Pero Julius, estamos heridos- dijo Lauri. No hablaba de sí mismo. Shri y Magda, las otras dos vampiresas, estaban seriamente lastimadas. También Tobit y Ivanhoe habían sido heridos, aunque no muy severamente.
-Lo sé- dijo Julius- y aunque no es algo que el tiempo y la sangre curen, necesitaremos toda nuestra fuerza para atacarlos. Descansaremos un par de días. Después, pase lo que pase con Hannia, atacaremos primero el Santuario de Atena...-
-Pero...- comenzó Lauri.
-Y está prohibido ir a ese sitio hasta que yo lo ordene, ¿entendido?- añadió Julius. Todos asintieron- ahora, a dormir-
Lauri golpeó una de las paredes de roca de la catacumba con enojo antes de entrar a su ataúd.
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Santuario de Atena
Coliseo
Antes de que amaneciera, los caballeros llevaron a Hannia al Coliseo, donde estaba la entrada a un pequeño cuarto subterráneo junto a él. No tuvieron muchos problemas, Hannia no se resistió. Al contrario, la cercanía del día había comenzado a lastimarla, y no deseaba nada más que estar bajo tierra.
Una vez que la encerraron, Shion se llevó a parte a Dohko.
-¿Se puede saber que sucedió contigo?- preguntó Shion- es evidente que ella te reconoció... de alguna parte-
-Yo no la conozco, Shion, estoy seguro- dijo Dohko- sabes que los vampiros...-
-Dohko...- lo interrumpió Shion.
-Ya no me sermonees, no tenemos diecisiete años- dijo Dohko.
-Pues no parece- dijo Shion- después de la actitud que tuviste esta noche, lo dudo seriamente. Sabes lo importante que es descubrir quienes y porqué están atacando los tres santuarios...-
-Eso es lógico, Shion- dijo Dohko- los vampiros, y porque son malvados...-
-No es tan simple- dijo el Patriarca- además, usaste las armas...-
-Esa...mujer iba tras la vida de Atena- dijo Dohko- y te recuerdo que no había otra manera de detenerla, más que...-
-¿Y qué hay de la compasión del caballero de Atena?- dijo Shion.
-Iba tras la vida de Atena- repitió Dohko- tenía que...-
-¿Después de que Melody la paralizó?- dijo Shion. Dohko desvió su mirada de la del Patriarca. Este le puso la mano en el hombro- Dohko, siempre hemos sido amigos... ¿qué es lo que te molesta tanto?-
-Ella- dijo Dohko.
-¿Ella?- dijo Shion.
-Shion, tú no lo entiendes- dijo Dohko, cabizbajo- ellos... los vampiros mataron a Jorunn-
-Lo sé- dijo Shion- y lo entiendo perfectamente. Pero a menos de que compruebes que esta chica en particular fue la que lo hizo, no veo porqué tienes tantos deseos de dañarla...-
-Solamente devuelvo lo recibido- dijo el caballero de Libra, separándose de la mano de Shion- iré a dormir un poco... hasta luego- y se fue. Shion se quedó mirándolo mientras se alejaba.
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Templo de Escorpión.
Después de que encerraron a Hannia bajo tierra, los caballeros se fueron a dormir. Habían tenido una noche muy pesada y al menos sabían que los vampiros no atacarían de día, así que podían dormir tranquilamente.
Tan pronto como Hannia fue encerrada, Selene y Clara volvieron a las Doce Casas. La primera aún estaba muy asustada por lo ocurrido hacía unos momentos. Digo, ver un vampiro intentando chuparle la sangre a su esposo es algo que asustaría a cualquiera, ¿no?
-¿Seguro que estás bien, Milo?- dijo Selene.
-Seguro- dijo Milo- no te preocupes... me preocupas más tú. ¿No te hizo nada ese...?-
-No- dijo Selene antes de que el caballero añadiera a su frase un sustantivo que pudiera quedarle al vampiro según su punto de vista, y tal vez no sería muy lindo que digamos- no tuvo tiempo. Los espectros llegaron rápidamente...-
-Me alegro- sonrió Milo- quise morirme en el instante que me di cuenta que ese vampiro entró al recinto...-
-Todo salió bien- dijo Selene, respirando profundamente- no me siento nada tranquila pensando que escaparon...-
-Si vuelven a atacar, estaremos listos- dijo Milo- no te preocupes más por ellos y duerme, será lo mejor...-
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Coliseo
Después de haber descansado un rato, a media tarde, Dohko se había vuelto a poner la armadura de Libra y, sacando uno de los tridentes, vigilaba la entrada al cuarto subterráneo donde habían puesto a Hannia.
-Tal vez debería abrirlo y ponerle fin a todo esto- murmuró el caballero para sí mismo. Luego sacudió la cabeza- no, Shion tiene razón. Necesitamos que hable...-
Dohko suspiró.
-¿Cómo supo mi nombre?- volvió a preguntarse- no le abrí mi mente en ningún instante, y me aseguré de que solo se concentraba en vencerme...-se revolvió el cabello con las manos- ¿cómo lo supo?-
El caballero trató de entrar en la mente de la vampiresa, pero no lo logró. Estaba letárgica por completo.
-Rayos...- murmuró Dohko para sí mismo de nuevo- se me hace demasiado conocida... ¿quién demonios es?-
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Templo de Aries
Shion observaba a su amigo desde el primer templo, sentado junto a Arelí en el primer escalón. Sabía muy bien que Dohko se vería tentado a abrir la puerta de Hannia y acabar con ella. No fue así, y el Patriarca agradeció a los dioses por ello, no tenía muchas ganas de pelear con él de nuevo.
-¿Porqué Dohko desprecia tanto a los vampiros?- le preguntó Arelí de pronto.
-Pues... ¿porqué preguntas?- dijo Shion. Arelí alzó una ceja- parece que nada se te escapa-
-No- dijo Arelí- sé que hay algo ahí-
-Y tienes razón- dijo Shion- hace más de doscientos años, cuando teníamos dieciocho, Dohko estaba enamorado de una chica que rescatamos de los bosques de Finlandia. La trajimos a Grecia y se convirtió en una dama de Afrodita. Pero una noche, como la que acaba de pasar, un grupo de vampiros atacaron nuestro Santuario y el de Afrodita. A nosotros nos fue bien, solo un caballero resultó herido. Pero en el otro santuario no tuvieron la misma suerte; la reencarnación de la diosa Afrodita y sus cinco damas murieron a manos de los vampiros-
-Por los dioses...- murmuró Arelí.
-Ese mismo día comenzó nuestra guerra sagrada contra Hades- dijo Shion- y Dohko se resistió a morir... porque quería encontrar al vampiro que le hizo eso a Jorunn y vengarse...-
-Ya veo- dijo Arelí- no me sorprende...-
-Tal vez sea mejor así- dijo Shion- tal vez, si esa chica es lo suficientemente antigua, puede decirle a Dohko quien lo hizo... y debe serlo, puede volar-
-¿Lo apruebas?- dijo Arelí. Shion se encogió de hombros.
-Debo confesar que yo también sentí la muerte de Jorunn- dijo Shion- obviamente no tanto como Dohko...-
Arelí sonrió levemente.
-¿Puedo preguntarte una cosa, Arelí?- dijo Shion. Arelí acentuó su sonrisa.
-Ya lo hiciste- dijo Arelí- pero puedes preguntar una más-
-Lo lamento, pregunté mal- dijo Shion, sonriendo levemente- anoche, cuando la chica vampiresa me atacó... ¿cómo pudiste golpearla?-
-Ah, bueno, yo...- comenzó Arelí, un tanto nerviosa- no lo sé, no lo pensé-
-¿No pensaste en alcanzarla con tu hechizo?- dijo Shion.
-No, digo, obviamente sí- dijo Arelí, mientras su rostro enrojecía ligeramente-yo... cerré mi mente a ella igual que ustedes...-
Shion la miró sospechosamente por unos segundos, y luego sonrió. De haber podido le hubiera ofrecido su mano para ayudarla a levantarse. Sabía que no podía hacerlo sin lastimarla. La idea de quitarle la maldición de la misma manera que a Lily era bastante tentadora, pero no se animaba a hacerlo. Después de todo, Lily no se libró de la maldición de una manera muy agradable que digamos.
-¿Qué sucede, Shion?- preguntó Arelí, levantándose por sí sola.
-Nada, nada- dijo Shion- el sol casi se pone y se acerca la hora-
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Coliseo
Al desaparecer por completo el sol en el horizonte, Dohko sintió que el cosmo de Hannia volvía a despertar. Movió la puerta de roca y se encontró con la vampiresa, aún encadenada y muy quieta, como la habían dejado la noche anterior.
-Buenas noches- dijo Hannia, sin mirarlo.
-¿Dormiste bien?- dijo Dohko con sarcasmo.
-He dormido mejor- dijo Hannia.
-Lástima, pues no eres la invitada de honor aquí- dijo Dohko- lo hubieras sido si hubieras entrado al Santuario de otra manera-
Hannia le lanzó una mirada de furia, y Dohko se la devolvió. Ambos sostuvieron las miradas algunos segundos, en silencio.
-¿Qué planean hacer conmigo?- preguntó ella, desviando su mirada.
-Hacerte unas preguntas- dijo Dohko.
-Pues háganlas- dijo Hannia.
-Aquí no- dijo el caballero- en el cuarto del Patriarca...-
Shura y Camus fueron a ayudar al caballero de Libra. Hannia los siguió sin resistirse.
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CONTINUARÁ...
Un vampire fact, los vampiros tienen sus sentidos mejor entonados que los mortales normales.
Otro vampire fact, hay dos maneras de matar a un vampiro. Una es quemándolo por completo y esparciendo las cenizas, y otra es exponiéndolo a la luz del sol. Si las cenizas no se esparcen, el vampiro puede renacer de ellas la noche siguiente.
Otro vampire fact más, un vampiro se cura con el tiempo. Si sus heridas son muy graves, se cura bebiendo la sangre de otro vampiro tan poderoso como él.
Espero que estos detalles les sirvan, mi asesor se ha estado portando insoportable, y dice que quiere invitar a cenar a todas las chicas guapas que leen este fic. Les recomiendo que no le hagan caso. También manda saludos de nuevo a Misao, y agradece los reviews de todos.
Abby L. / Nona
