CAPITULO 10: PALABRA DE ADVERTENCIA
Atenas, Grecia
Cementerio de Atenas
Esa noche, Hannia se levantó más rápidamente de lo usual. Entre ella, Lauri y Gérard cazaron su desayuno. Después de eso, los tres se reunieron en la entrada del cementerio.
-Julius me matará si se entera, y tal vez a ustedes por darme la idea...- dijo Hannia, un tanto nerviosa.
-Pero nosotros somos inmortales- interrumpió Gérard, imitando un tanto los alardeos de Zacarías.
-...por no mencionar que los caballeros pueden fulminarme si me ven regresar- continuó Hannia- ¿y aún así apoyan que haga esto?-
-Totalmente- dijo Lauri.
-Vamos, los valientes pueden no vivir para siempre, pero los cobardes no viven nada- dijo Gérard, aclarándose la garganta e inflando el pecho orgullosamente- "cogito, ergo sum", o sea, "pienso, luego existo", aunque este no es el caso, pero...-
-Vamos a buscar algo de desayunar para Shri y Magda, Descartes- lo interrumpió Lauri, sorprendido de lo único inteligente que había dicho su compañero esa semana- buena suerte, Hannia-
-Hasta la mañana- dijo ella.
Hannia se fue volando en la noche en dirección al Santuario de Atena. Lauri y Gérard doblaron la esquina, en busca de una víctima para sus compañeras que se reponían de sus heridas. No se percataron que alguien los estaba observando.
-Esto es muy interesante- murmuró- y parece que a Julius le parecerá igual de interesante...-
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Santuario de Atena
Templo de Libra
Antes de irse a dormir, Dohko sintió un cosmo aproximándose. Sin embargo, el cosmo no entró al Santuario, sino que se quedó vagando en la entrada. El caballero de Libra lo reconoció. Era esa chica, Hannia, la misma de la noche anterior. Sin embargo, esta vez su cosmo no venía agresivo.
-¿Qué rayos pretende esa chica volviendo aquí?- murmuró el caballero- ¿la habrán enviado a espiar?-
Dejando atrás su armadura y vistiendo su habitual atuendo chino, el caballero de Libra salió de las Doce Casas y se dirigió a la entrada del Santuario, de donde provenía ese cosmo. No tardó mucho en encontrarla. Estaba igual que la noche anterior, excepto porque su piel ya no estaba tan pálida y sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas.
-Hola- dijo Hannia.
-Hola- dijo Dohko, sorprendido- ¿qué haces aquí de nuevo?-
-Nada en particular- dijo Hannia, un tanto nerviosa. Dohko se dio cuenta claramente que no se trataba de un caso de espionaje ni mucho menos. Sin embargo, quería averiguar de qué se trataba todo esto.
-¿Quieres caminar?- preguntó el caballero.
-Sí, gracias- dijo ella- bueno, si me dejan entrar...-
-Por supuesto- dijo Dohko- tienes el permiso de un caballero dorado...siempre y cuando no sea para chuparle la sangre a nadie...-
-No, ya desayuné- dijo Hannia, y luego se llevó las manos a la boca- oh, lo siento-
-No hay problema- dijo Dohko, sonriendo levemente y comenzando a caminar. Hannia lo siguió- y... ¿se puede saber porqué volviste?-
-Pues, ni siquiera yo lo sé- dijo Hannia- no sé como comenzar...-
-¿Desde el principio?- dijo Dohko, alzando las cejas. Hannia sonrió.
-Está bien- dijo Hannia- hace dos noches, cuando vine, ¿recuerdas que te llamé por tu nombre?- Dohko asintió- bueno, no lo leí en la mente de ninguno. Simplemente lo supe-
-Entonces fue como pensé- dijo él- pero, ¿cómo lo sabías? Yo no te conocía...¿o sí?-
-Yo no recuerdo- dijo Hannia, apenada- me pareces muy conocido, pero no pudiste ser un recuerdo de mi vida mortal, ¿cierto? Digo, eso fue hace mucho, y tú apenas tienes como unos diecinueve o veinte años...-
-No, tengo doscientos setenta y cuatro años- dijo Dohko- cuando tenía dieciocho, después de la batalla de Hades recibí de Atena el don de la Muerte Aparente, y me mantuve así durante bastante tiempo. Hace poco mi cuerpo volvió a la normalidad...-
-Ya veo- dijo Hannia, muy sorprendida- pero yo ni siquiera recuerdo que hacía en mi vida mortal...-
Dohko se sintió mal. Si Hannia se le hacía endemoniadamente conocida, ¿por qué rayos no la recordaba? No, la única persona a quien recordaba antes de la batalla contra Hades era a Jorunn... Jorunn que murió en el Santuario de Afrodita a manos de vampiros. Lo que le recordaba...
-Hannia- dijo Dohko- cuando recién estabas convertida, ¿no recuerdas haber estado en el Santuario de Afrodita?-
Hannia lo miró, forzando su memoria. Luego sacudió la cabeza.
-No lo recuerdo- dijo ella.
-¿No sabes quien mató a Amaia de Afrodita y sus damas?- insistió Dohko- a una dama llamada Jorunn...-
-Jorunn de Noche- murmuró Hannia.
-Sí- dijo Dohko. Hannia bajó la mirada y sacudió la cabeza.
-No, ningún vampiro que conozco la ha mencionado jamás- dijo Hannia.
-Pero conoces su nombre...- insistió el caballero.
-No, lo leí en una capilla en el cementerio de Atenas- dijo Hannia- y hay seis nombres escritos en ella, y ese es uno de ellos...ahí hay seis cuerpos sepultados-
-No, Hannia- dijo Dohko tristemente- solo hay cinco. El cuerpo de Jorunn nunca fue encontrado...-
-Lo siento- dijo Hannia tristemente- ¿era tu...?-
Dohko asintió antes de que Hannia pudiera completar la frase. Ambos se quedaron en silencio hasta que Dohko lo rompió.
-Hace casi doscientos cincuenta años, un grupo de vampiros atacó el santuario de Afrodita y...- dijo Dohko.
-Lo lamento- dijo Hannia- lo siento mucho...-
-Está bien- dijo Dohko, viendo el rostro preocupado de Hannia- eso fue hace mucho tiempo-
-Jorunn de Noche- dijo Hannia, repitiéndose mentalmente el nombre- no sabes lo familiar que me parece ese nombre...-
-Tal vez tú conociste al vampiro que lo hizo- dijo Dohko.
-Julius siempre ha sido el líder del grupo de vampiros, es el más antiguo de nosotros- dijo Hannia- tal vez el sabe, o tal vez fue él mismo-
-¿Puedes decirme donde encontrarlo?- dijo Dohko, frunciendo el entrecejo amenazadoramente- tengo algo que arreglar con él...-
-Oh, lo verás personalmente muy pronto, de eso puedes estar seguro- dijo Hannia, un tanto tristemente de nuevo- planean atacar este Santuario mañana en la noche...-
-¿Lo dices en serio?- dijo Dohko. Hannia asintió- ¿porqué me lo dices?-
-Porque sigo sin estar de acuerdo- dijo Hannia- traté de hacerlo cambiar de parecer, pero Julius no escuchó. No quiere escuchar. Lo único que quiere es ganar esta guerra contra ustedes, cueste lo que cueste...-
-Entonces estaremos preparados- dijo Dohko- te agradezco por la información-
-Una cosa más- dijo Hannia- la chica que es hija de Hades, y las dos hechiceras... tengan cuidado con ellas, Julius las quiere personalmente, a parte de Atena, para robarles su poder-
-Lo tendremos- dijo Dohko- gracias, Hannia-
-No tienes que agradecer- dijo ella- yo les agradezco no haberme cocinado el primer día que los encontré...-
Dohko sintió un vacío en el estómago. La verdad él sí había querido cocinarla el primer día que los encontró.
-Escucha, yo...- comenzó él, pero Hannia sacudió la cabeza.
-Está bien, Dohko- dijo Hannia- perdiste a la mujer que amabas a manos de un vampiro... yo también nos odiaría si fuera tú-
Dohko sonrió.
-Debo irme, o Julius notará mi ausencia- dijo Hannia- espero no tener que verlos la noche de mañana...-
-Yo también- dijo Dohko, sin saber si esa era una despedida normal o no- hasta pronto...-
Hannia sonrió melancólicamente y se elevó en el aire, para volar hacia el cementerio. Dohko la vio desaparecer a lo lejos, aún tratando de descifrar su identidad. Se encogió de hombros. Había cosas más urgentes de las que ocuparse. De Agata, Lily y Arelí, para empezar. No perdió el tiempo y subió al templo del Patriarca a hablar con Shion.
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Poznan, Polonia
Calle de los Vampiros
Alexandra Parysek caminaba tristemente con su hermano por las calles de la ciudad. A Derek le parecía extraño que su hermana no estuviera alegre como acostumbraba, pero ni sospechaba que su tristeza se debía a que extrañaba a un vampiro llamado Lawrence.
-¿Qué te pasa, Ola?- preguntó Derek.
-No es nada, Derek, no te preocupes- dijo Ola tristemente- es solo que...hace un par de noches que no veo a un amigo mío, y me preocupa...-
-¿Crees que los vampiros lo hayan atacado?- dijo Derek. Ola sonrió levemente. ¿Un vampiro atacar a Lauri? Si, como no.
-No, no lo creo- dijo Ola.
Los dos hermanos siguieron caminando en silencio por la calle de los Vampiros. Sabían que debían hacerlo así para evitar que los inmortales los atacaran. Tras andar un par de cuadras, un sujeto les salió al encuentro. Vestía totalmente de negro, muy elegantemente.
-Buenas noches, señor y señorita Parysek- dijo el hombre.
-Buenas noches- dijo Derek- ¿lo conocemos?-
-No- dijo el hombre que los había saludado- pero nosotros a ustedes sí-
-¿Nosotros? No comprendo- dijo Derek.
-No hay nada que comprender- dijo el hombre- la señorita Parysek tiene que acompañarnos-
Los dos hermanos se quedaron paralizados.
-Sobre mi cadáver- dijo Derek, frunciendo el entrecejo.
-Como gustes- dijo el hombre, lanzándose contra Derek.
Ola se llevó las manos a la boca, deseando que Lauri estuviera ahí.
-Lauri, tus compañeros nos atacan- pensó con todas sus fuerzas- ven a ayudarnos-
Pero pronto se dio cuenta de la realidad. Lauri no iba a llegar. Dio un paso hacia atrás y sintió que alguien la tomaba por la cintura. Quiso gritar pero una mano fría cubrió su boca.
La chica sintió que su captor la elevaba en el aire. El que había atacado a Derek lo soltó y emprendió el vuelo también. Derek miró hacia arriba. Lo último que el chico escuchó de su hermana fue un grito ahogado.
-¡Derek!-
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Atenas, Grecia
Cementerio de Atenas
-¿Y bien?- dijo Lauri al ver llegar a Hannia.
-Nada- dijo Hannia, pasando a un lado de él para entrar a la catacumba.
-¿Ya te vas a dormir?- preguntó Gérard- si apenas acaba de pasar la media noche...-
-No veo porque no- dijo Hannia- no hay nada interesante que hacer...-
-¿Qué, ya agotaste toda la diversión y no dejaste nada para el final?- dijo Zacarías, caminando hacia ellos.
-Piérdete, Zacarías- dijo Hannia.
-¿Qué te puso de ese humor, Hannia?- dijo Zacarías- y no es por molestarte, Julius mandó por ti-
-Vaya que esas son buenas noticias- dijo Hannia sarcásticamente, aunque ahogando un escalofrío. Esperaba que Julius no se hubiera dado cuenta de su pequeño paseo nocturno al Santuario. Lauri y Gérard estaban tensos también, sintiendo el peligro.
Hannia siguió a Zacarías bajo la catacumba, al cuarto donde solo había una silla muy fina, la cual Julius había robado de una de sus víctimas hacía un par de noches. El mayor de los vampiros estaba sentado en ella. Segundos después llegaron Lauri, Gérard y los otros vampiros.
-Buenas noches, Hannia- dijo Julius- Zacarías me ha contado algo muy interesante...-
-¿En serio?- dijo ella- ¿y qué ha sido?-
-Que hace rato saliste del cementerio- dijo Julius.
-¿Y eso qué?- dijo Hannia- si lo olvidaste todos salimos del cementerio. Bueno, excepto por Shri y Magda, porque ellas están...-
-¿Y se puede saber a donde fuiste tú?- la interrumpió Julius.
-A cazar- dijo Hannia- me levanté hambrienta...-
-Sin embargo, es raro que salgas a cazar sin Lauri y Gérard- dijo el mayor de los vampiros.
-¿Qué es esto?¿un interrogatorio?- dijo Hannia, cruzando los brazos- en serio, eres peor que los caballeros...-
-Eso parece, porque se ve que te gustó más estar con ellos- dijo Julius. Hannia lo miró desafiante. Sabía que Julius se moría por entrar en su mente y saber que rayos fue lo que hizo esa noche.
-No seas tonto, no puedes- dijo Hannia- tú me creaste, no puedes entrar a mi mente-
-Pero Zacarías sí puede- dijo Julius.
-¿Zacarías?- dijo Hannia burlonamente- es tan hábil para leer mentes como un mortal-
-¿Entonces no me dirás donde estuviste y qué hiciste?- dijo Julius.
-¿Porqué no?- dijo Hannia con unas sonrisa peculiar.
A Hannia ya no le importaba si Julius descubría lo que había hecho. No tenía nada que perder. Se levantó la manga de su chamarra, desnudando su muñeca, y se la ofreció a Julius.
-Como me has dicho que hacían los antiguos- dijo Hanna- bebe mi sangre y sabrás la respuesta-
Julius la miró, lleno de odio y de enojo. Mordió la muñeca de la vampiresa y bebió algunas gotas de su sangre. Al principio pareció furioso, pero luego se echó a reír. La herida de Hannia se curó de inmediato.
-Ya veo- dijo Julius sin dejar de reír- ¿crees haber sido de ayuda a los caballeros? No, querida mía, todos ellos morirán mañana en la noche, eso te lo aseguro, y tú me ayudarás a eso...-
-Eso es lo que crees- dijo Hannia. Julius acentuó su sonrisa.
-Y con respecto a esa chica, Jorunn de Noche- dijo Julius- tengo un par de palabras que decirle a ese caballero, aunque debo admitir que me sorprende que aún siga vivo...-
Hannia abrió los ojos grandemente.
-¿Quién era ella?- preguntó Hannia- ¿la mataste tú?
-¿No te encantaría saber?- dijo Julius con su maligna sonrisa- ah, pero tampoco tú puedes leer mi mente ¿cierto?- soltó una carcajada- mañana, en el Santuario, lo sabrás-
-Yo no iré al Santuario mañana- dijo Hannia, más furiosa que nunca.
-Como quieras- dijo Julius- tú te lo pierdes...-
Julius los mandó salir de su estancia. Hannia se volvió hacia atrás mirándolo sospechosamente. Era la primera vez que no se enfurecía por su rebeldía. Y eso no auguraba nada bueno. Al contrario, era bastante extraño.
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Santuario de Atena
Templo del Patriarca
-Vamos, Shion, despierta- dijo Dohko, sacudiendo a su amigo- es una emergencia, ¡despierta, por los dioses!-
-¡Dohko! ¿Te has vuelto loco?- dijo Shion, mirando el reloj- son las cuatro de la mañana. ¿Nos están atacando de nuevo?-
-No- dijo Dohko- acabo de hablar con Hannia de nuevo-
-¿Hannia?- dijo Shion, sentándose sobre la cama- ¿qué fue lo que te dijo?-
-Los vampiros planean atacarnos esta noche- dijo Dohko- que ella trató de convencerlos de lo contrario pero que no lo logró. Y que no solo Atena está en peligro, sino también Agata, Lily y Arelí-
-¿Por qué?- dijo el Patriarca, frunciendo el entrecejo.
-Dice que su líder quiere la sangre de las tres para volverse más poderoso...- dijo Dohko.
Shion se quedó pensativo unos momentos.
-Tiene sentido- dijo Shion- hablaremos con los espectros mañana a primera hora. Y aunque no le guste a Agata, tendrá que ir al castillo de Hades hasta que se resuelva este problema. Ya pensaremos en algo para las demás-
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Templo de Piscis
A Agata no le gustaron para nada las noticias de Dohko cuando las recibió a la mañana siguiente. Estaba muy enfadada.
-No me quiero ir del Santuario, Filip- dijo Agata.
-A veces tenemos que hacer cosas que no queremos, Agata- le dijo Afrodita- yo estoy de acuerdo con el maestro Shion. No es seguro que te quedes aquí, menos con esos vampiros locos tras de ti-
Agata cruzó los brazos, molesta.
-Vamos, no seas nena- dijo Afrodita al ver el puchero de la chica- volverás tan pronto como nos hayamos encargado de esos vampiros...-
-No es eso, Filip- dijo Agata, abrazando al caballero con los ojos humedecidos- no quiero que les pase nada, ni a ti ni a los demás-
-No llores- dijo Afrodita- no nos pasará nada, todo va a salir bien, ya verás...-
Así se quedaron los dos, abrazándose. Después de unos minutos llegó Shion para avisarle que los espectros ya habían llegado por ella. Afrodita la acompañó a los terrenos del Santuario, donde Radamanthys y Minos la estaban esperando para llevarla al Inframundo.
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Templo del Patriarca
-Debemos decidir que hacer con las demás chicas- dijo Shion más tarde, reunido con los caballeros dorados- porque no es seguro que se queden en el Santuario-
-Pueden ir a casa de Isis por esta noche- dijo Shura- apuesto a que ahí no las encontrarán...-
-O en la fundación con Julieta- dijo Aldebarán.
-O con el abuelo de Danny- sugirió Máscara Mortal
-Mala idea- dijo Dohko, quien estaba de pie junto al Patriarca con los brazos cruzados, recargado en una columna- el cosmo de Lily y el de Arelí los atraerá hacia donde se encuentren-
-Pero es buena idea para las otras chicas- dijo Shion- Danny, Nahir, Selene, Milekha, Clara y los dos niños pueden ir a casa de Isis, creo que ahí estarán más seguros. Es lo más cercano al Santuario, y si hay problemas, podemos llegar rápidamente-
-¿Y que pasará con Lily y Arelí?- preguntó Mu.
-Se quedarán con Atena, y las protegeremos a las tres- dijo Shion- no tenemos otra opción...-
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CONTINUARÁ...
René Dêcart, o René Descartes, era un filósofo francés. Su frase célebre fue la que dijo Gérard: Cogito, ergo sum, o sea, pienso, luego existo.
Un vampire fact, cuando un vampiro bebe la sangre de otro, puede ver los recuerdos que éste le permita. De nuevo, creadores y creados no pueden leerse la mente. Por eso entre los vampiros es común la frase bebe mi sangre y sabrás la respuesta.
Otro vampire fact, un vampiro es pálido y frío antes de comer. Cuando bebe la sangre de algún mortal, su piel toma color y se enrojecen sus mejillas. Así que, después de comer, un vampiro es casi indistinguible de un mortal normal.
Y hablando de vampiros, mi asesor agradece sus reviews y manda saludos a Misao de nuevo.
Abby L. / Nona
