Tres Días en la Mansión Kido

Capitulo VI

¡Buenas Noches!

(Un capítulo para hacer espacio) Por Anako Hiten

Al terminar la cena, se levantaron a punto de reventar. Saori se iba ya a dormir, no sin antes recordarles a sus caballeros la reunión del día siguiente.

—Me voy a la cama, muchachos. Recuerden que mañana llegan nuestros invitados y deben estar descansados para disfrutar del día.

—Oye, Saori¿invitaste a Kanon?

—¿Por qué tanto interés, Seiya?

—Es que... si él y Saga vienen mañana... va a ser muy divertido— dijo Seiya traviesamente.

—¡Oh, Seiya¡Tú y tus locuras!— suspiró Saori subiendo a su recámara— Buenas noches caballeros.

—¡Buenas noches Saori!— se oyó en la sala.

—Aaaaah, chicas, me voy a dormir— bostezó Ikki levantándose del sofá— la pelea con el pato me dejó algo cansado.

—¿Chicas¿Por qué nos has llamado chicas?— preguntó Hyoga indignado.

—Oh, lo siento— respondió Ikki sonriendo con malicia— Eso era sólo contigo... ¡Buenas noches!

—¡Bastardo! Te crees muy macho¿no?

—Bueno Ikki, si te soy sincero— comenzó Seiya entretenido por ver una discusión antes de irse a dormir— Si Hyoga fuese una chica... ¡Tú ya te hubieras acostado con él!

—¿EH?— Ikki no sabía cómo responder a eso. Luego de pensarlo, respondió una grandísima, pero GRANDÍSIMA estupidez— ¡A MI NO ME GUSTAN LAS RUBIAS! Buenas noches, hermano— dijo dándole un beso en la frente a Shun y se fue a su habitación.

—Será mejor que tome una ducha— dijo Shiryu estirándose— No puedo irme a dormir en este estado.

—Sí, aún hueles a queso y a pescado¡jajajajaja!— rió Seiya mientras le hacía cosquillas a Shun— Anda, termínate de ir, yo me quedaré con estos dos.

—Buenas noches amigos... y Seiya, recuerda lo que te dije: cierra la puerta con llave— Shiryu se marchó dejando a Seiya nuevamente pálido.

—Yo sigo algo aturdido, así que también subiré a dormir.

—Hyoga¡no seas aburrido!— rezongó Seiya— ¡Todavía es muy temprano!

—No sé como tienes tanta energía a estas horas Seiya— dijo Hyoga subiendo— Mañana nos espera un...— pensó en Camus— un largo día. Hasta mañana chicos.

—Buenas noches Hyoga. Que duermas B I E N— dijo Shun enfáticamente.

—Gracias Shun— respondió el rubio casi llegando al piso superior— Y a ti también, Seiya, por haber callado a Ikki, fue una excelente respuesta.

—No tienes que agradecérmelo— dijo Seiya airado— Es un talento natural. Anda, ya vete a dormir, cisne.

El muchacho asintió y se encerró en su habitación. Luego de conversar unos minutos más, Seiya y Shun se fueron a dormir. Seiya se metió en su habitación y cerró muy bien su puerta, pues no tenía sueño y tampoco quería que Shiryu volviese a pillarlo.

Por otra parte, Hyoga estaba ya en su cama, semidesnudo, como acostumbraba dormir, y soñando por centésima vez con Camus y Milo. Se despertó de un brinco. Era bastante molesto estar soñando con ése mal momento una y otra vez, ya era hora de deshacerse de eso que lo hacía tan infeliz, de desahogarse y decirle todo a Camus, aún cuando su maestro podría rechazarlo, pero no podía vivir un día más con esa espina que lo envenenaba, que lo quemaba de coraje por dentro. Decidió definitivamente hablar con Camus, debía saberlo. Se recostó en su cama de nuevo, esta vez ensayando mentalmente las palabras que le diría a su Maestro.

Pero se quedó dormido a los pocos minutos.