Capítulo 28
Yggdrasil contempló la playa en la cual se diseminaban decenas de charcos de petróleo, allí donde habían caído los Divermons. Dagomon había vuelto al Mar Oscuro y los Señores Demoniacos habían regresado a la gran pagoda.
Los humanos habían logrado escapar. Yggdrasil entrecerró los ojos y apretó los dedos: había podido darse cuenta de la fuerza de Crusadermon y de Omegamon. Los Niños Elegidos tenían una capacidad para hacer evolucionar a sus digimons que era asombrosa. Yggdrasil hubiera soñado con poseer este poder a su favor. Una sonrisa de odio apareció en la esquina de su boca. Estos miserables humanos... sin los digimons, no eran nada. Robaban la fuerza de los digimons para hacerse poderosos y humillarlo a él, Yggdrasil. Pero pronto acabaría con ellos. Lucemon y Barbamon le habían informado que no habían podido evitar que los Niños Elegidos liberaran a Azulongmon. Los humanos que habían entrado en el Mar Oscuro esa noche eran solo siete, sin embargo, Yggdrasil sabía que su grupo tenía once miembros. Esto significaba que cuatro de ellos se habían quedado en el mundo digital; tenían que estar de camino para liberar a otra Bestia Sagrada. Yggdrasil ya no podía darse el lujo de ser paciente.
En este instante, Piedmon surgió en la gran sala y Maki Himekawa entró tras él.
– He reforzado las puertas de la prisión, Señor, dijo Piedmon.
– Muy bien. Sería una pena que se me escapen mis pasaportes para el mundo digital.
Los ojos de Yggdrasil se posaron en Maki Himekawa. Por primera vez, ella no lo miró a los ojos, sino que dirigió su mirada hacia el suelo. Yggdrasil adivinó la desconfianza que agitaba su corazón. Él sonrió para sus adentros: Maki Himekawa quería ser tan fuerte, pero era tan débil.
– Ya veo, Maki, que elegiste serme fiel a pesar de todo lo que Gennai dijo contra mí.
Himekawa miró lentamente a Yggdrasil: en las pupilas de la mujer brillaban una dureza y una frialdad parejas, en ese momento, a las que brillaban en los ojos del Señor del Mar Oscuro.
– Estos niños te han hecho muchas preguntas, Señor Yggdrasil, dijo. Si todavía estoy aquí, es porque quiero respuestas.
– No olvides con quién estás hablando, humana.
– No me harás nada. Me necesitas.
– No por mucho tiempo. Tan pronto como las semillas de la oscuridad de Ken y Gennai hayan crecido completamente, las usaré para salir del Mar Oscuro. Así que ten cuidado con los dices.
Himekawa apretó los labios. Sin embargo, hizo un nuevo intento para que Yggdrasil contestara a sus preguntas.
– Yggdrasil, ¿sabes por qué estos adolescentes, mis amigos fallecidos, Daigo y yo fuimos elegidos como Niños Elegidos? Sospecho que lo sabes.
– Pues, te voy a decepcionar: No lo sé.
Himekawa tuvo una expresión dubitativa: ¿Yggdrasil le estaba mintiendo? Su confianza en el poderoso digimon disminuía día tras día. Pero tenía aún menos fe en Homeostasis, por lo que se había quedado con Yggdrasil a la espera de que encontraría respuestas a sus preguntas. El Señor del Mar Oscuro no podía no saber nada.
– ¿Quiénes eran estas personas que nos precedieron en el mundo digital? le preguntó a Yggdrasil.
– Eran humanos, como tú, pero no sé nada más sobre ellos. Sin embargo, hay una manera de responder a tus preguntas, así como a las que me hago yo...
– ¿Qué preguntas te haces?
– No te concierne.
– Y... ¿cómo podemos responder a tus preguntas y a las mías?
– Tenemos que encontrar un objeto muy precioso, que está escondido en el mundo digital...
– ¿El objeto… que ordenaste a los Señores Demoniacos que buscaran? Entonces, ¿esa era la misión que les has dado?
– No te pedí que llevaras a los Señores Demoniacos al mundo digital solo para que impedirán que los niños liberasen a las Bestias Sagradas. También quiero que encuentren este objeto. Nos dará el conocimiento que nos falta. Pero estoy cansado de esperar. ¿Piedmon?
– ¿Sí, Señor?
– Trae a Gennai aquí.
Diez minutos después, Gennai entró en la gran sala con las manos atadas. Parecía débil y había adelgazado bastante. Yggdrasil lo miró desde arriba y dijo:
– ¿A ver, Gennai, querías difamarme? ¿Cómo puedes servir a Homeostasis y ayudar a los humanos cuando eres un digimon?
– Estos niños son nuestra esperanza.
– Eres una vergüenza para tu especie. Pero al menos me vas a ser útil.
Yggdrasil se puso de pie y curvó los dedos. Entonces, Gennai comenzó a sofocarse. Cayó de rodillas, con la mano sobre la garganta. Himekawa lo miró fijamente, asustada. Yggdrasil cerró lentamente el puño. El hielo invadió el cuerpo de Gennai, se inclinó, chasqueó los dientes, jadeando. Su cuerpo comenzó a brillar y una semilla negra del tamaño de un puño emergió de su espalda. Se acercó a Yggdrasil quien abrió la palma. La semilla entró en su carne de hielo. Al mismo tiempo, Gennai se derrumbó en el suelo. Su cuerpo comenzó a chisporrotear, como un programa que se apagará. Luego explotó en miles de píxeles, que desaparecieron. Himekawa se puso a temblar, espantada.
– Está... ¿está muerto?
– La semilla de la oscuridad había crecido demasiado en él, respondió Yggdrasil implacablemente. Tan pronto como tomase posesión de ella, sabía que no podría sobrevivir. De todos modos, era un traidor.
Himekawa, petrificada, miró el lugar donde Gennai se había desmaterializado. El próximo en la lista era Ken. Yggdrasil dejó su apariencia humanoide para convertirse nuevamente en su forma primera, una bola líquida. La esfera flotó hasta el pedestal en el centro de la gran sala y se posó allí. Parecía digerir la semilla de la oscuridad que acababa de extraer del cuerpo de Gennai. De repente, se deformó de nuevo, se estiró y adquirió una nueva apariencia: al igual que su avatar de cristal, Yggdrasil no tenía piernas bajo esta forma y todo su cuerpo parecía estar hecho de una capa de metal blanco y esmaltado. Debajo de su casco blanco brillaban dos ojos rojos y sus brazos tomaron una forma de cañón. Himekawa dio un paso atrás, impresionada por este nuevo avatar. Yggdrasil se elevó en el aire y se acercó a ella:
– Mira, Maki, lo que esta semilla de la oscuridad me permitió conseguir... con una semilla más ya podré salir del Mar Oscuro... pero por el momento, me contentaré con reunir más información para asegurar mi victoria. ¡Daemon! gritó de repente. ¡Tú y los demás, venid aquí!
Chasqueó los dedos y los cinco Señores Demoníacos entraron en la gran sala. Todos, y especialmente Daemon, parecieron sorprendidos e intimidados por la nueva apariencia de su amo. Éste último dijo con deleite:
– Sé que estáis aburridos aquí... pero tengo buenas noticias para vosotros: vais a poder entrar en al mundo digital desde ahora.
– ¿En serio? exclamó Laylamon.
– ¡Qué buena noticia! ¡Tengo muchas ganas de carbonizar algunos digimons! se regocijó Leviamon.
– ¡Y yo, tengo muchas ganas de devorar todos sus recursos! se entusiasmó Beelzemon de antemano. ¡Finalmente, podré comer una verdadera comida!
– ¿No podemos ir allí mañana? Las peleas de esa noche me cansaron, se quejó Belphemon.
– ¡Callaos! les cortó Daemon. ¡Yggdrasil no nos envía al mundo digital para tomar el sol!
– Así es, dijo Yggdrasil. Sabéis lo que estoy buscando. ¡Así que encuéntralo! Maki vendrá con vosotros.
– ¿La humana? gruñó Laylamon, lanzando una mirada celosa a Himekawa. No la necesitamos para satisfacerte, Señor.
– Lamento decepcionarte, Laylamon, pero ella debe acompañaros. Solo un humano puede tomar el objeto que quiero.
Maki Himekawa parpadeó, sorprendida. ¿Solo un humano? Esto significaba que quien creara este objeto había asumido desde el principio que los humanos vendrían al mundo digital. ¿Quién había podido crear este objeto? ¿Qué era exactamente? Yggdrasil se acercó a la ventana de la pagoda y apuntó sus cañones hacia el horizonte del Mar Oscuro. Sus disparos fueron a golpear los muros que encerraban el mundo: una brecha se abrió, detrás de la cual adivinaron un muro de fuego y, más allá, el mundo digital.
– Aquí está vuestro pasaje, demonios, dijo Yggdrasil. Id y no me decepcionéis.
Maki Himekawa miró a Yggdrasil, asombrada.
– ¿Puedes... abrir un pasaje hacia el mundo digital?
– Como puedes ver, esta nueva fuerza que saqué de la semilla de la oscuridad de Gennai es poderosa. Sin embargo, no es suficiente para permitirme salir de este mundo. Pero es suficiente para enviar mis demonios al mundo digital sin recurrir a tu digivice. Ve con ellos y acuérdate bien: solo obtendrás respuestas si sigues siendo mi aliada.
Himekawa leyó en los ojos de Yggdrasil una luz amenazante: sostuvo su mirada sin pestañear. Con una voz grave, preguntó:
– ¿Cuándo vas a usar la semilla de Ken?
– No de inmediato. Ken había reducido considerablemente su semilla al ponerse del lado de los Niños Elegidos. La ventaja es que al controlarlo, controlo a sus amigos que se han quedado en la Tierra. Puedo pervertir la amistad que Ken siente por ellos para mantener a estos niños dormidos en el hospital. Pero estos sentimientos de amistad hacen que la semilla de Ken sea más difícil de madurar. Creo que pasarán otros cinco días antes de que pueda usarla.
Himekawa se inclinó brevemente y salió de la pagoda para unirse a los Señores Demoníacos. Si quería salvar a Ken, tenía cinco días para encontrar el objeto que Yggdrasil quería.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Esa mañana, el director de la Agencia Establecida llegó temprano a su oficina. Encendió su computadora principal y revisó su correo electrónico: tenía un mensaje del Agente Nishijima. El director tuvo un mal presentimiento. Abrió el correo: mientras leía el contenido, su corazón se puso a latir más fuerte. La puerta de su oficina se abrió y el Sr. Mochizuki entró, tan mañanero como el director. Se quitó el sobretodo y lo saludó:
– Buenos días.
Al ver que su amigo no le respondía, Mochizuki se dio la vuelta:
– ¿Estás bien? Tienes la cara lívida.
– Sabía que era demasiado simple, que todo iba demasiado bien, murmuró el director, ansioso.
– Pero, ¿me vas a decir qué está pasando?
– El agente Nishijima nos escribió... nos informa que después de liberar a Azulongmon, tres de los Niños Elegidos quisieron liberar a Ken y Gennai. Se las arreglaron para llegar Mar Oscuro secretamente, sin avisar a los demás... tres adolescentes, entre los cuales estaba Meiko.
Esta vez a Mochizuki le tocó sentir la adrenalina corriendo por sus venas. ¿Su hija había ido en el Mar Oscuro? Se acercó a la computadora, febril.
– Y... ¿consiguieron escapar de ese mundo?
– Al parecer. Están todos a salvo.
Mochizuki volvió a respirar normalmente. El director continuó:
– Nishijima acompañó al jefe de los Niños Elegidos y a otros dos adolescentes para rescatarlos, con Baihumon. Parece que una nueva digivolución del ADN se concretó entre los digimons de Takeru y Hikari.
– ¿Una nueva digivolución?
– Sí. Tengo que estudiar esto.
– ¿Qué hicieron los cuatro adolescentes que no les acompañaron al Mar Oscuro?
– Se fueron a liberar a Zhuqiaomon.
– ¿Es la Bestia Sagrada del Sur?
– Sí.
– ¿Sakae está con ellos?
– Sí.
Los dos hombres intercambiaron una mirada preocupados. Los Niños Elegidos habían escapado del Mar Oscuro, pero su misión aún no había terminado. El director, en particular, sintió de nuevo ansiedad al pensar que Koushiro y Sakae estaban de camino para liberar a Zhuqiaomon, con solo dos de sus amigos. Mochizuki le puso una mano en el hombro:
– Tenemos que mantener la cabeza fría. Mientras el agente Nishijima pueda escribirnos, significa que los niños están bien. Si han podido escapar de Yggdrasil, lograrán liberar a las dos Bestias Sagradas que todavía están encarceladas.
– Espero que sí... desde varios días, voy releyendo todas las notas que nos dejó nuestro amigo.
– ¿Y entonces?
– Aparte del hecho de que tenía una letra horrible, como muchos matemáticos, encontré el pasaje en el cual desarrolla sus reflexiones sobre el mundo digital. Expone muchas teorías, sin embargo, creo saber lo que está buscando Yggdrasil.
– Y este objeto… ¿es peligroso?
– No lo sé.
– Lo es, dijo de repente una voz grave.
Los dos hombres se dieron la vuelta: Hackmon había aparecido detrás de ellos, envuelto en su habitual capa roja.
– Debía hablaros, dijo a los dos hombres. El tiempo apremia. Gennai ha sido desintegrado.
– ¿Desintegrado? repitió Mochizuki.
– Yggdrasil sacó la semilla de la oscuridad que Piedmon había implantado en Gennai para alimentar su fuerza. Esta operación hizo que Gennai desapareciera. Yggdrasil pronto saldrá del Mar Oscuro. Sin embargo, para eso tendrá que asimilar la semilla de Ken Ichijouji.
– ¿Quieres decir... que este niño va a morir? entendió el director.
– Tenemos que impedirlo. Yggdrasil se vuelve poderoso. Logró fragmentar el Muro de Fuego sin la ayuda de Maki Himekawa y envió a todos los Señores Demoniacos al mundo digital. Los peligros se multiplicarán para los Niños Elegidos. Tienen que evitar a toda costa que Yggdrasil encuentre el objeto que está buscando. Quizás tengan que priorizar esta misión antes de que puedan liberar a todas las Bestias Sagradas. Es hora de que su conocimiento, señores, los ayude y que ustedes demuestren que realmente quieren salvar el mundo digital.
– ¿Qué podemos hacer? preguntó Mochizuki.
– El lugar donde se oculta el objeto cambia constantemente de ubicación. Si ustedes y su amigo fallecido son tan brillantes como ustedes lo pretenden, ayuden a los Niños Elegidos a encontrar este objeto antes de Yggdrasil.
– ¿Homeostasis no puede ayudar a los niños? preguntó el director.
– Homeostasis está al origen del programa que permite que el objeto nunca permanezca mucho tiempo en el mismo lugar. Pero él no sabe su situación exacta en cada momento. Depende de ustedes calcularlo.
Ante estas palabras, Hackmon se pixeló y desapareció. El director de la Agencia y Mochizuki intercambiaron una mirada: no había tiempo que perder.
– Voy a releer otra vez las notas de nuestro amigo, dijo Mochizuki. Tú, encárgate de crear un programa de investigación efectivo basado en los datos que te enviaré.
– Entendido. Pero quiero hacer otro programa antes.
– ¿Para qué?
– Para hacer ganar tiempo a los Niños Elegidos.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Tan pronto como salieron del campamento, Joe, Mimi, Koushiro y Sakae se habían puesto en marcha. Habían rápidamente llegado al mar que rodeaba la Isla Files. En la opaca noche que impregnaba el digimundo, el agua reflejaba la luz pálida de la luna como un gran espejo. Koushiro sacó su portátil, comprobó sus informaciones y finalmente dijo:
– Tenemos que ir al continente WWW. Según mis estimaciones, es allí que Zhuqiaomon está encarcelado. Y como estamos aquí en una isla, no hay otra solución que construir una balsa.
– Un minuto, ¿cuánto tiempo nos llevará llegar a este continente? preguntó Mimi.
– En mi opinión, de cinco a siete días de cruce.
– ¡Nunca tendremos suficientes provisiones para una semana de navegación! exclamó Joe.
– Lo sé, suspiró Koushiro. Pero Taichi nos envió como exploradores, tenemos absolutamente que intentar liberar a Zhuqiaomon.
– ¿Para qué sirve precipitarnos para llegar a este continente? intervino Sakae con la cara sombría. Ni siquiera sabemos si Taichi y los demás van a poder salvar a Meiko, Hikari y Takeru... ni siquiera sabemos si todavía están vivos.
Todos dieron la vuelta. Mimi miró a su amiga: sabía que estaba terriblemente preocupada por su hermana. Joe frunció el ceño: todos estaban ansiosos por el hecho de que sus amigos estuviesen en el Mar Oscuro, pero no tenían que perder la esperanza. Tenían que convencerse de que todos regresarían sanos y salvos, aunque el insidioso murmullo del miedo les repetía lo contrario. Taichi les había dado una misión. Le había pedido a él, Joe, que cuidara a sus amigos durante su ausencia. Era el más mayor del grupo, así que tenía que asumir esta responsabilidad y garantizar la cohesión del grupo. Se acercó a Sakae:
– Sé que es difícil, Sakae, pero te pido que no te preocupes. Nuestros amigos y sus digimons son muy fuertes. Juntos, derrotamos a Apocalymon hace seis años. Sé que Taichi y los demás conseguirán salvar a Meiko, Hikari y Takeru. De eso puedes estar segura.
Sakae miró a Joe. En su corazón, quería creerlo. Pero la duda ejercía un dominio más fuerte sobre sus sentimientos. Su digimon parecía tan inseguro como ella.
– Joe tiene razón, ¡no debemos desanimarnos! asintió Mimi tomando su mano.
– Así es, agregó Tentomon. Con Agumon y Gabumon que pueden digievolucionar en Omegamon, Piyomon, Patamon y Tailmon que pueden alcanzar su nivel mega, y además con Baihumon, nuestros amigos saldrán del Mar Oscuro.
– ¿Lo creéis, de verdad? dijo Ryudamon en voz baja.
– ¡Estoy seguro de eso! asintió Gomamon con la cabeza. Por el momento, tenemos que construir una balsa.
– ¡Vamos a buscar madera! exclamó Palmon.
Iban a ponerse en marcha hacia el bosque cuando escucharon un chisporroteo detrás de ellos. Se dieron la vuelta: un círculo luminoso acababa de aparecer sobre la playa, a unos pocos metros del suelo. Sus contornos brillaban intensamente y los cuatro adolescentes pudieron ver, más allá del círculo, un paisaje desértico ocre, al fondo del cual se encontraba un imponente volcán.
– ¿Qué es esto? exclamó Mimi.
Koushiro frunció el ceño y se acercó al círculo. Estiró el brazo y lo atravesó. Sus amigos abrieron los ojos como platos, asombrados.
– ¿Es… un pasaje? preguntó Sakae.
– Sí, asintió Koushiro. Dejadme ver algo...
Se sentó con las piernas cruzadas y abrió su computadora. Comenzó a escribir algo y después de unos minutos exclamó:
– ¡Es lo que pensaba!
– ¿Qué? preguntó Mimi
– Este círculo es un pasaje al continente WWW, más precisamente al lugar donde está encarcelado Zhuqiaomon.
– ¿Eh? exclamaron los otros, asombrados.
– Comparé las imágenes asociadas a las coordenadas geográficas del lugar donde se encuentra Zhuqiaomon con lo que vemos en este pasaje: ¡es exactamente el mismo relieve!
– Pero, ¿cómo apareció este círculo? preguntó Joe, sospechoso.
– Es una buena pregunta, dijo Koushiro. Este programa no parece emanar del mundo digital en sí.
– ¿De dónde viene entonces? preguntó Mimi
– De la Tierra.
– ¿Quieres decir que... alguien en la Tierra creó este programa? preguntó Sakae.
– Sí. Lo estudiaré más tarde. Este pasaje nos ofrece la oportunidad de llegar al sur del continente WWW en un tiempo récord. Vamos a aprovecharlo.
– ¡Espera un poco! dijo Joe. ¿Estás seguro de que esto no es una trampa?
– Estoy seguro de que lo que vemos más allá del pasaje es el lugar al que tenemos que ir. Aunque fuera una trampa, no tendríamos otra oportunidad de llegar a nuestro destino tan rápido.
Joe se cruzó de brazos y se lo pensó durante unos minutos. Finalmente asintió:
– De acuerdo, vámonos.
Todos se acercaron al pasaje virtual y lo cruzaron. Tan pronto como todos pisaron el continente WWW, el pasaje desapareció.
Samy: Muchas gracias por tu último comentario. Para contestar a tu pregunta, en Tri. se ve que Taichi y Meiko se gustan (Meiko se sonroja frente a Taichi en la OVA 5 y Taichi se sonroja cuando la llama por teléfono al final de la OVA 6) así que retomé esta pareja porque quería seguir el canon. Luego sé que muchos fans han odiado a Meiko y justamente uno de mis propósitos en esta fic era redimirla un poco, ya que creo que puede ser un personaje interesante si se le da un desarrollo adecuado y es lo que he intentado hacer. Entonces estoy encantada de que en esta historia Meiko no te caiga tan mal, significa que he conseguido mi objetivo. Muchas gracias por tu cumplidos , la verdad es que Digimon Last Evolution Kizuna no terminó de convencerme, así que con esta historia puedo dar una evolución diferente a los hechos. ¡Gracias por tus ánimos y hasta pronto! ;)
Quiero también agradecer aquí a todos los lectores que han dedicado tiempo a leer esta historia y a los que la están descubriendo. Espero que os siga gustando :D
