Tres Días en la Mansión Kido
Capitulo XXVII
De Vuelta al Punto de Partida
Por Anako Hiten
— ¡ÁBRANNOS! —gritaba Hyoga, tenía rato tocando, pero nadie salía a abrirles la puerta.
— ¡Es Hyoga! —escucharon un chillido al fondo de la casa.
— ¿En serio? —hubo un estruendo en el interior de aquella mansión, como de cosas cayendo al suelo. Ahora lucía tan distinta…
— ¿Qué estarán haciendo que se tardan tanto? —preguntó Shun, mientras que Hyoga no podía dejar de mirarlo— ¿Sucede algo, Hyoga?
— Te ves... tan distinto…
— ¡MIRA, SE TRAJO A UN AMIGO¿CÓMO ESTÁS HYOGA?
— ¡Feliz cumpleaños, Seiya! —exclamaron Hyoga y Shun al mismo tiempo en que Seiya abría la puerta.
— … tú… yo a ti te conozco…— Seiya observaba bien a Shun, tratando de comprobar sus sospechas— ¡SHUN¡NO PUEDO CREERLO!
— Disculpen la demora, pero es que… O.O— Saori había aparecido en el marco de la puerta, y miraba, al igual que Seiya, a Shun— ¿SHUN?
— ¿Pues a quién más con pelo verde esperaban? —dijo el muchacho risueñamente— ¡Si quieren hacemos la fiesta aquí afuera!
— ¡Cuánto tiempo sin vernos! — chilló Seiya de nuevo, abrazando a sus amigos— ¡Los he extrañado tanto!
— ¡Pasen adelante, pasen!— invitó Saori emocionada— ¡Qué alegría verlos de nuevo!
— Gracias, Saori— dijo Hyoga entrando finalmente a la mansión Kido. Tenía tanto tiempo sin estar en la que una vez fue su casa, y además desde hacía tiempo no sentía un clima tan agradable como el de Atenas, a pesar de que era otoño. Se sentó en el que solía ser su sillón favorito, delante de la ventana, y se quitó la chaqueta.
— Sí, es mejor que la dejes ahí un buen tiempo— dijo Seiya sonriendo, la felicidad era muy obvia en él— No creo que la necesites aquí.
— Muchos años sin sentir más que frío¿no? —preguntó Saori.
— Cuatro años— afirmó Hyoga, algo nostálgico— cuatro años sin ver a mis amigos, me han hecho mucha falta…
— Tú también nos has hecho falta, todos ustedes fueron quienes nos abandonaron— dijo Seiya sirviéndoles té helado— ¡Pero no saben lo feliz que estoy de que estén de regreso!
— Nosotros también estamos muy contentos— dijo Shun entregándole una caja larga y delgada al moreno— Ten, te traje lo que me pediste cuando estuve en Australia…
— No era necesario… ¡NO TE CREO! —al abrir la caja, Seiya quedó impactado— ¡UN DIDJERIDÚ¡GENIAL!
— ¡NO LO VAYAS A…!
¡BRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!
— ¡Cálmate Seiya, guárdalo para después! —gritó Saori, tratando de que su esposo soltara el bendito instrumento— ¡Hace demasiado ruido!
— Sólo lo estaba probando…
— ¡Lo mismo dijiste cuando recibiste la balalaica que te envió Hyoga¡Y no la soltaste en dos días enteros!
— ¡Ahora Seiya es todo un músico¿no? —comentó el ruso.
— Pues… dejémoslo así… —dijo Saori luego de recuperar su audición— Dinos, Hyoga¿cómo vas con tus alumnos en Siberia¿Han avanzado?
— Sí, ya sólo les quedan dos años de entrenamiento— dijo Hyoga orgulloso— Estoy ansioso por saber quién será el que obtenga la armadura del Cisne.
— ¿Y tú Shun? —inquirió Seiya, abriendo el paquete que le dio Hyoga—¿Cómo van las cosas con la extensión de la fundación en Suecia? Aunque no necesito preguntar, te ves fenomenal.
— ¿Suecia? —preguntó el ruso— ¿Qué no estabas en Australia?
— Sí, pero éstos dos se la pasan abriendo nuevas sedes de la fundación Graude alrededor del mundo, y nos tocó inaugurar una sede en Malmö— dijo Shun, con sus piernas elegantemente cruzadas— Pero he aprendido tantas cosas¡Ya estoy aprendiendo a dominar el idioma! Afrodita y yo estamos muy felices allá.
— ¡Es cierto, él debe estar como pez en el agua! —comentó Seiya alegremente.
— ¡Excelente comentario! —dijo Shun riéndose— Está muy feliz de estar de vuelta en su tierra.
— ¿Y cuándo piensan llegar Shiryu e Ikki? —preguntó Hyoga.
— Shiryu ya llegó de China, pero fue a comprar los ingredientes para el pastel de Seiya— dijo Saori, colocando una bandeja de bocadillos en la mesa— E Ikki ya debería estar aquí, aunque dijo que ésta semana llegaría un nuevo grupo de muchachos y quería recibirlos.
— ¡Es cierto! Oye, Shun ¿cómo es eso de que Ikki se quedó viviendo en Los Ángeles? —dijo Hyoga.
— Es que se quedó trabajando en el centro de rehabilitación, ayudando a otros jóvenes a salir de las drogas y el alcohol— dijo Shun, orgulloso de su hermano— Además, les enseña artes marciales y defensa personal.
— ¿Ikki está haciendo eso? —exclamó Hyoga sorprendido— No puedo creerlo.
— Sí, mi hermano ha cambiado muchísimo…
— ¡Y VAYA QUE TÚ TAMBIÉN, SHUN!
— ¡NIISAN¡LLEGASTE! —el peliverde corrió a abrazar a su hermano, que llevaba unos lentes, y una chaqueta de vestir— ¡Pareces un médico!
— ¡Y tú te ves realmente increíble! —dijo Ikki mirando a su hermano de pies a cabeza— Estás más alto que yo… y tu cabello… ¡te lo cortaste demasiado!
— Pues así me veo más hombre, y me gusta como se ve.
— ¡ASOMBROSO¡UN PAJARRACO QUE PARECE INTELECTUAL! —gritó Hyoga levantándose.
— ¡Y TÚ TE PARECES A UN PATO AMANERADO QUE SOLÍA VIVIR EN ESTA CASA! —exclamó Ikki dándole un fraternal abrazo a Hyoga— ¡No has cambiado absolutamente nada!
— Debe ser porque no me fui a vivir al país más superficial de todos— bufó el ruso— ¡No puedo creer cómo pudiste quedarte a vivir allí!
— Pues yo tampoco puedo creerlo, pero he aprendido muchas cosas, y ahora hasta hablo inglés a la perfección… nunca me lo imaginé.
— Como si fuera algo difícil aprender inglés— masculló Hyoga.
— ¿Ah sí? —dijo Ikki pedantemente— ¿Acaso sabes decir algo en inglés?
— ¡Por supuesto que sí! —contestó Hyoga, mientras que Saori, Seiya y Shun se sentaban a comerse los bocadillos para disfrutar más la discusión, habían tenido demasiado tiempo esperando verla.
— ¡Pues dime algo, pato congelado!
— Bueno… pues… —Hyoga se detuvo unos segundos a pensar, no tenía idea del idioma, ya que lo detestaba— pues… sé decir… ¡AURORA THUNDER ATTACK!
— ¡Je, buena ésa, Hyoga!— celebró Seiya— ¡jijiji… qué payaso!
— ¿Eso es todo¡Qué ridículo!
— ¡No¡También sé decir "Diamond Dust"!
— ¡Oh, pato, you are a big moron!
— ¿QUÉ DIJISTE, PAJARRACO ENDEMONIADO?
— ¡LOSER!
— A parte de avechucho¡gringo! —gruñó Hyoga sentándose de nuevo.
— ¡JAJAJA! Si supieras cuánto extrañé nuestras discusiones, pato— rió Ikki, emocionado por ver a sus amigos de nuevo— No me lo creerías.
— Bueno, uno de mis alumnos es bastante creído e insoportable— dijo Hyoga— ¡Me recuerda mucho a ti!
— ¡AH GANSO, EL QUE SE CREE MÁS DE LO QUE ES ERES TÚ! —exclamó Ikki— ¡PETULANTE!
— ¡PUES EL QUE SE LA PASA DÁNDOSE AIRES DE GRANDEZA ERES TÚ! —chilló Hyoga, retando al fénix— ¡Y AHORA CON TUS LENTECITOS DE ÑOÑO…!
— ¡AL MENOS ESTOY HACIENDO ALGO ÚTIL!
— Oigan¿me puedo unir a la audiencia? —Shiryu apareció sentándose al lado de Shun, que estaba fascinado viendo a los pájaros peleando de nuevo.
— ¡SHIRYU!
En ése momento, Hyoga e Ikki se quedaron en silencio y voltearon a ver a sus amigos, para encontrarse con un sonriente, y muy bien vestido dragón.
— ¡No puede ser que me perdí esto! —dijo Shiryu— ¡Cielos, Ikki¡Pareces todo un psicólogo!
— ¡Y tú pareces modelo de revista!
— ¡AY, QUÉ LINDO! —chilló Saori llorando— ¡AL FIN ESTÁN TODOS REUNIDOS!
— Es cierto— apoyó Seiya, sirviendo champaña a los presentes— ¡Estamos los cinco juntos otra vez!
— ¡Como los mejores amigos que somos! —exclamó Hyoga levantándose con su copa en mano.
— ¡COMO LOS HERMANOS QUE SOMOS!— dijo Ikki levantando su copa, muy contento— ¡SALUD!
Seiya, Shun, Shiryu, Saori y sobre todo Hyoga miraron a Ikki sin darle crédito a sus oídos.
— No me miren como si estuviera loco— dijo Ikki sonriendo, y aún con su copa en alto— Estoy muy agradecido de que me hayan tocado unos locos como ustedes por hermanos, así que ¡SALUD!
— ¡SALUD! —dijeron los demás a coro.
— ¡AY, QUÉ EMOCIÓN, QUÉ EMOCIÓN, QUÉ EMOCIÓN! —exclamaba Saori uniéndose al brindis— ¡BRINDO POR ESTA BELLA REUNIÓN, Y POR LA NOTICIA QUE DEBO DARLES!
— ¿Noticia? —preguntó Seiya— ¿Qué noticia?
— Seiya… muchachos… —comenzó Saori, sin dejar de llorar— ¡ESTOY ESPERANDO UN BEBÉ!
El sonido de una copa cayéndose habló por Seiya, mientras que Shun, Hyoga, Shiryu e Ikki abrazaban a la muchacha.
— ¡VAMOS A SER TÍOS! —celebró Shun.
— Seiya¿qué no tienes que abrazar a tu esposa? —le dijo Ikki— ¡Vas a ser padre!
— Voy… a ser… papá… —se decía Seiya estupefacto— papá… ¿yo seré papá?
— Bueno… aprovechando el momento— dijo Shiryu— yo también tengo un anuncio que hacer…
— ¿También estás esperando un hijo? —bromeó Hyoga, mientras trataba de sacar al pegaso de su shock.
— Bueno… es que… ¡Shunrei y yo nos casaremos en enero! —participó el dragón radiante de alegría— Y será frente la cascada de Rozan, donde nos enamoramos.
— ¿No es el amor maravilloso? —exclamó Saori entre los brazos de Seiya, que estaba embelesado acariciándole el vientre.
— Parece que es su frase favorita— susurró Hyoga a Shun, para luego dirigirse a Shiryu— ¡FELICITACIONES!
— ¿Y ese milagro que te dignaste a pedirle matrimonio? —dijo Ikki— ¿Ya se te quitó el ataque de timidez?
— Sí, y estoy muy emocionado por la boda… al fin podré hacer feliz Shunrei…
— Espero encontrar el amor de nuevo— comentó el fénix quitándose los anteojos— ¡Y poder darte sobrinitos, Shun!
— Lo encontrarás hermano— dijo Shun brindándole una de sus más tiernas sonrisas— Y tú también, Hyoga… espero que puedas volver a enamorarte.
— No lo creo, Shun— dijo Hyoga recordando a su maestro— Mi corazón le pertenece y le pertenecerá siempre a Camus.
— Debes superarlo, Hyoga— opinó Shiryu— No puedes cerrarte al amor, eres demasiado joven.
— Por los momentos sólo voy a centrarme en mis alumnos, quiero entrenarlos para que sean excelentes guerreros— dijo Hyoga tranquilamente— Y ya superé la muerte de Camus, pero no quiero volver a enamorarme, no por ahora… tal vez… si aparece alguien extremadamente especial…
— Bueno, bueno, es mi cumpleaños y no acepto nada de tristeza— dijo Seiya poniéndose de pie— ¡Vamos a celebrar este reencuentro a lo grande!
— ¡Estoy de acuerdo! —exclamó Hyoga— ¡Vamos a emborracharnos como en los viejos tiempos!
— Yo ya estoy tan aburrido del alcohol…— dijo Ikki, mientras terminaba la jarra de té helado— Así que solamente me burlaré de ustedes de borrachos.
— Y yo voy a preparar tu pastel, Seiya— dijo Shiryu entrando a la cocina— ¡NO QUIERO A NADIE CERCA DE LA COCINA!
— Descuida, que Seiya no se separará de la panza de Saori por un buen tiempo— dijo Shun, viendo cómo Seiya le hablaba a la barriga de la muchacha.
Mientras Seiya estaba embobado con la barriga de Saori, los demás se contaban sus experiencias y anécdotas durante los cuatro largos años que estuvieron separados. Luego de toda una tarde de risas, bromas, y unos tragos de vodka, llegó la noche, el pastel de Shiryu y la cantada de cumpleaños para el pegaso, que fue bastante desentonada, ya que la mayoría de ellos estaban hasta las metras de licor. Saori estaba ya muy cansada, por lo que se fue a dormir acompañada de su marido, mientras que Ikki conversaba animosamente con Shiryu, acerca de la futura boda del dragón.
— Menos mal que pensaste bien, tenías demasiado tiempo haciendo esperar a esa niña— decía Ikki— Serás un excelente esposo, Shiryu, eres paciente ¡y cocinas muy bien!. Y te lo advierto, apresúrate a darme sobrinos, le había pedido tres a Shun cuando éramos más jóvenes ¡y mira con la que me salió!
— Los que quieras, Ikki— le sonrió Shiryu— Pero¿cuándo piensas tú darnos sobrinos?
— Pues… —el fénix bajó la mirada, pero sonrió muy pícaramente— Primero tengo que decidir pedirle una cita a la secretaria del centro donde trabajo…
Hyoga y Shun, que se encontraban charlando, inmediatamente se volvieron para ver a Ikki, boquiabiertos.
— ¿QUÉ?
— Hermano¿te gusta una chica de allá? —preguntó Shun, inmensamente feliz de escuchar a su hermano hablando de esa forma.
— Es que es tan hermosa… sus ojos azules… su cabello rubio…
— ¡JA¡Dijiste que no te gustaban las rubias!
— Mira pato¡no estés inventando cosas! —le gruñó Ikki— ¿En qué momento dije eso?
— Ay, no comiencen— se quejó Shiryu— ¿Te gusta o sólo quieres una cita para pasar el rato, como lo hacías aquí?
— Realmente me gusta, y cuando regrese a Los Ángeles pretendo conquistarla— declaró Ikki.
— ¡Cielos, los milagros existen! —exclamó Hyoga, parándose de su silla— ¡Espero que el año que viene nos invites a la boda!
— Yo también¡me estoy poniendo viejo y no tengo novia!
— Apenas tienes veintitrés, —dijo Shun— ¡no eres ningún viejo, hermano!
— Es que hemos vivido tantas cosas que parecemos más viejos de lo que en realidad somos— comentó el dragón.
— Creo que ya nos debemos ir a dormir— dijo Hyoga observando el reloj de la sala— Mañana vamos a salir a desayunar fuera¡yo invito!
— ¡Qué bueno¡Así podré comer todas las waffles que quiera!
— ¿Tú no estabas durmiendo? —preguntó Ikki a Seiya que había aparecido de la nada.
— ESTABA— contestó el moreno— Pero es que quiero quedarme un rato más charlando con ustedes… necesitaba a mis amigos…
— Tú nos has hecho mucha falta también, Seiya— dijo Shun abrazándolo— Nadie nos puede alegrar el día como tú lo haces.
— Y nadie puede reconfortar y animar como tú, Shun— le dijo Seiya— Nunca pensé que me sentiría solo sin ustedes, pero… en la casa solo estamos Saori y yo… y aunque sea mi esposa y me divierta con ella, no es lo mismo que ver a Hyoga pelando con Ikki… —ambos aludidos se miraron— a Shiryu cocinando cosas ricas… a Shun con sus ganas de ayudar… ¡NO QUIERO QUE SE VUELVAN A IR!
El muchacho comenzó a llorar como niño, haciendo que los otros lo imitaran. Tuvieron toda su vida juntos, pasaron momentos muy duros, luchando, muriendo y reviviendo, salvando al mundo y a su diosa… demasiado para cinco muchachos que apenas comenzaban su vida, pero resistieron, y continuaron viviendo juntos hasta el momento en que decidieron buscarse una vida. No era fácil separarse de alguien con quien se crece, se madura, se sufre y se trabaja. Y así fue su historia, no tenían conocimiento de lo mucho que se querían y se complementaban, hasta que se separaron. Se dieron cuenta de que no sólo los unía un lazo de sangre, sino un lazo de almas, siendo su destino permanecer unidos. A pesar de ser hombres hechos y derechos, no podían evitar extrañarse, y eso era realmente hermoso, ya que muchos hermanos llegan al punto de asesinarse simplemente por no tolerarse, como sucedía con Kanon y Saga. Sin embargo, Seiya, Shiryu, Hyoga, Shun e Ikki lograron convivir con sus diferencias, haciendo de ellas lo que los complementaba: Seiya representaba la alegría, que siempre tenía que estar presente para hacer la vida más llevadera; Shiryu simbolizaba la paciencia y la seriedad en equilibrio, para resolver problemas exitosamente y mantener la calma en los momentos difíciles; Hyoga encarnaba la sensibilidad y los sentimientos, necesarios para poder disfrutar de la vida y de los que les rodean; Shun personificaba la sinceridad y la solidaridad, ya que ayudar a otros alimenta el alma; y finalmente Ikki, que representaba la madurez, pero también la terquedad, porque sin defectos no se es un ser humano. Sí, los cinco se complementaban a la perfección: lo que a uno le faltaba, el otro lo tenía.
Ahí, en el salón donde algún día vivieron, volvieron a reunirse, a bromearse, a emborracharse, y terminaron durmiendo juntos, uno encima del otro como cuando eran unos niños viviendo en un orfanato en Japón… soñando con que algún día podrán vivir los cinco juntos con sus parejas e hijos, y ser plenamente felices…
Como los Caballeros que son…
Como los mejores amigos que son…
Como los hermanos que son…
FIN
Pues ya terminé la historia, en tres webs distintas. Veintisiete capítulos, comedia, drama, angustia, acción, tragedia… realmente espero que disfruten leyendo esta historia tanto como yo disfruté escribiéndola. Gracias a todas y cada una de las personas que la leyeron, por dedicarme su valioso tiempo, y sobretodo a aquells que me dejaron su review. No saben lo contenta que estoy de saber que hay personas que gustan de mi fic.
Debo disculparme por el desorden en el que tuve el fic la mayor parte del tiempo, pero sin internet en la casa y con tantas cosas de las que tenía que atender, se me hizo difícil. También me disculpo por cambiarle el nombre, pero es que un día se me había ocurrido "Tres días en la Mansión Kido" y lo anoté, pero perdí el papel y lo encontré cuando limpiaba mi cuarto. Además, "Santos Revueltos" no era un nombre atractivo. Finalmente, reitero las gracias a tods ustedes, que me dieron ánimos para seguir publicando, y que me dieron ideas para incluirlas en mi historia. Espero que también lean mi otro fic, "Doce Corazones", y bueno, me despido hasta una nueva oportunidad.
Atentamente:
B.S.H.
Alias:
Anako Hiten
Caracas, a los veintiún días del mes de octubre del año dos mil cinco.
La imaginación es la voz de tu mente, dale alas ¡y te llevará a volar!
