Y hay una cosa que jamás le dijeron a Rey, a aquella chica que tan tormentosa vida había llevado pensando que sus padres no la amaban, había luchado contra una orden que llevaba tanto tiempo acosando a la galaxia y ella con ayuda de la resistencia había salido victoriosa de toda aquella batalla. Se había convertido en toda una jedy, había vivido cosas que jamás hubiese imaginado cuando su hogar era Jakku y era una simple chatarrera pensando que había sido vendida por sus padres por ser una molestia, venia de un linaje de poderosos Sith con los que ella personalmente había demostrado que en lo único que les unía a ellos era en la fuerza tan poderosa que habitaba en ella; el dolor que sintió cuando supo la cruel verdad, sus padres no la habían abandonado sino muy por el contrario la vendieron para protegerla de su abuelo el temido Palpatine, a pesar de que le habían creído muerto todos aquellos años el había estado oculto esperando el momento idóneo para que el legado de la fuerza oscura siguiera y todo acabo en ese día en el cual todo quedo en el Exodo.

Consiguió gracias a la fuerza de los jedis salvar a la galaxia del gran poder de los Sith y para ser concretos de su abuelo Palpatine y todo los linajes de los Sith unidos, todos los jedis le dieron la fuerza necesaria junto a la suya para destruir a aquel horrible Sith de la faz de la galaxia pero, acosta de su vida, ella lo acepto feliz sabiendo que todos tendrían una nueva oportunidad de vivir tras tanta muerte y destrucción, tras tanto sacrificio y dolor…

Todos tendrían una nueva oportunidad y lo único que ella tenía que hacer era sacrificarse por toda la galaxia. Sacrificarse por que Ben tuviera su oportunidad después de toda una vida luchando contra la oscuridad por fin había encontrado la luz y acepto su final con tranquilidad.

Con lo que no contaba es que Ben, su mitad, su complemento en la diada, hiciera el mismo sacrificio pero, esta vez por ella simplemente, esta vez hacia el sacrificio por que ella tenía que seguir en la galaxia no él.

Cuando abrió los ojos pensó sinceramente que los jedis les habían ayudado de nuevo dándoles una nueva oportunidad, una nueva esperanza pero, tras un beso muy deseado por ambos y una felicidad de que por fin estarían juntos en el bando correcto y de la manera correcta, ella sintió como la vida se le escapaba a Ben de los brazos, una sonrisa sincera y llena de amor le dedico antes de caer al suelo sin vida, ella parpadeo conteniendo lágrimas que aún no habían caído necesitaba fervientemente encontrar una solución, todo no podía acabar ahí, la redención de Ben no podía acabar así; pero, sin poder evitarlo vio como su cuerpo desaparecía dejando solo en su lugar la ropa que hasta ese momento tenia puesta, dejando ver solo a través de la ropa donde antes estuvo aquel hombre que había conseguido vencer al lado oscuro.

Lágrimas silenciosas salieron de ella cuando dejo de sentir en su interior la fuerza de él, su interior se rompió y resquebrajo al dejar de sentirle, eran una diada y ahora él le había dejado sola, sentía una felicidad extrema de que la primera orden por fin hubiera caído y que los Sith por fin dejarían de existir y atormentar a más jedais pero, eso no la consolaba a que ahora estaba sola en la fuerza, nada podía hacer que el interior de su corazón y alma se llenasen pues esa mitad se había ido con la fuerza y a pesar de esperar sentirlo con ella, esta no lo hacía.

Cuando salió de Exodo y llego al refugio de la resistencia todo era fiesta pero, ella estaba en una nube turbia de pena y dolor. Celebro el fin de la batalla pero, lo vivió como si ella no estuviese presente, bebió, canto y bailo con sus amigos y camaradas de batalla pero no sonrió sincera como ella era.

Algo se había apagado en ella y no se volvería a encender.

Sabía que no podía hacer lo mismo que hizo su maestro Luke Skywalker de exiliarse, su deber era formar a más jedis, encontrar a seres sensibles a la fuerza y enseñarles el camino y el equilibrio de esta pero, primero necesitaba curarse, primero necesitaba un tiempo de soledad y meditación que le ayudase a tomar el camino por donde debía.

Y ahí se encontraba un mes después en Tatooine había llegado hace un par de semanas a la granja donde se había criado su maestro con un claro propósito, el de enterrar los sables de Leia y Luke.

Y en ese momento fue en el que adopto su apellido como propio cuando aquella anciana mujer en medio del desierto se presento preguntándole su nombre y sus maestros como fantasmas de la fuerza asintieron pidiéndole que adoptara su apellido como propio, de una manera u otra aunque en sus venas corriera sangre Palpatine ella no dejaba de ser una Skywalker por derecho y eso por un lado le hacía sentirse más cerca de Ben porque aunque él era Ben Solo no dejaba de ser un Skywalker, el último de su linaje.

Tras aquel día pensó en irse a dar vueltas por la galaxia buscando respuestas a preguntas que ni si quiera tenia aun pero sabía que en mi interior tenia muchísimas preguntas sin resolver y todas y cada una de ellas estaban relacionadas con Ben, sabía que antes de comenzar a formar a jedis debía de resolver todas aquellas cuestiones que su mente no paraba de calibrar sin parar.

Finalmente un sueño con un jedy castaño aquella noche en la que decidió quedarse en la granja para al día siguiente partir a responder aquellas preguntas que tenía en su mente, ese sueño fue lo que provoco que se quedase hasta ese momento en el que se encontraba.

Ella se encontraba en un precioso jardín que no reconocía pero que sabía que era el jardín de la princesa Amidala la madre de Leia y Luke, no sabía cómo tenía ese conocimiento pero era real que en su mente eso era un hecho como si ella lo hubiese conocido…

—Deseaba conocerte joven Jedy. —me dijo una voz que sabía que había escuchado en el Exodo cuando todos los jedys me prestaron la fuerza.

— ¿Quién eres? —pregunte confundida a aquel hombre alto y guapo que tenía delante de mí, sabia con seguridad que no lo había visto jamás pero en cambio se me hacia familiar no tenía claro el por qué pero si sabía con seguridad que su rostro me recordaba a alguien.

—Eso no es importante Rey Skywalker. —dijo el hombre sonriendo de manera misteriosa mirando hacia los jardines retirando por un momento la mirada de mí, esa sonrisa me recordó a Ben.

—Tu sonrisa me recuerda a él. —dije sin dejar de mirarle y poniéndome a su lado muy cerca, buscando más similitudes que me confirmaran lo que yo ya pensaba.

—Eres muy lista Rey Skywalker y si soy quien crees. —dijo aquel hombre misterioso que se lo había imaginado de otra manera y para ser sinceras no se lo imaginaba tan guapo y atractivo sino más bien serio y oscuro. —Recuerda joven Jedy que quien tienes delante de ti no es Dark Vader sino Anakin Skywalker. —dijo él con paz dirigiendo sus preciosos ojos llenos de paz a ella.

—Lo siento. —dijo la joven un poco avergonzada.

—No. No me debes de pedir perdón para mi desgracia y mi pena fui muchos más años Dark Vader que Anakin Skywalker mi verdadero yo. —dijo dando un suspiro de pesar, aunque en su rostro se podía reflejar la tranquilidad. —Hace mucho tiempo asumí mi error y aunque ahora sea un ser de la fuerza como siempre debió ser, sé el daño que hice pero lo pasado no se puede arreglar. —dijo volviendo a sonreír ante su propia desgracia.

El silencio se hizo mientras que miraban la puesta de sol entre ellos se veía la energía fluir, Rey de vez en cuando miraba el perfil de aquel que por amor había caído estrepitosamente en el lado oscuro para por la misma razón años más tarde redimirse gracias a su hijo.

—La fuerza es una balanza, el bien y el mal es el equilibrio de la fuerza sin una la otra no vive. —dijo enigmático sin dejar de mirar al horizonte y comenzando a andar.

Ella sin más le siguió andando a su lado en silencio, analizando aquellas palabras que le había dicho aquel hombre del cual ella había adoptado su apellido.

—No entiendo lo que quiere decir, realmente mi abuelo fue derrotado y muerto gracias a la unidad de los jedy. —le dije mirando ahora hacia un edificio que nos dirigíamos.

—Te equivocas joven Skywalker, esa batalla la ganaron la diada los jedys y la resistencia, la unión de la fuerza fue la que hizo ganar y que la muerte de tu abuelo sea un hecho pero no son los Sith los que representan el peligro en la galaxia y en un jedy. —dijo de nuevo de manera misteriosa dejándose la explicación a medias.

—No le entiendo Anakin. —dijo Rey mirando al hombre mientras entraban dentro del edificio que lo resultaba que era una cripta.

—La fuerza del lado oscuro siempre existirá Rey ahora han sido Sith pero siempre se alzara un ser que sea poderoso en el lado oscuro aunque no tenga el poder de los antecesores Sith. —le explico mientras se adelantaba a una única tumba que estaba en medio de la habitación, en esta se veía a una mujer tallada en piedra, era hermosa, se podía apreciar la belleza de sus aristocráticos y delicados rasgos, su pelo rizado y a media espalda.

— ¿Quién es? —volvió a preguntar la jedy teniendo una fuerte y poderosa intuición de quien era aquella mujer pero, deseaba la confirmación de Anakin.

—Ella es Padme Amidala, mi gran y único amor. —dijo sin mirarla sonriendo hacia la mano de esta donde portaba un colgante sencillo con unos dibujos.

El silencio se hizo en la cripta, Anakin acariciaba la mano de la princesa fallecida hace muchos años y ella analizaba a aquella mujer, analizaba a los dos y vio muchas similitudes con sus maestros y con Ben. Nada más pensar en su nombre le ponía la piel de gallina y el corazón le daba un tirón.

—Nuestro amor fue tan fuerte que desafío lo que la antigua republica y la ley jedy prohibía, Padme y yo nos enamoramos perdidamente y de ese amor salió mis maravillosos hijos. —dijo aquel hombre acariciando la mano de piedra en la cual sostenía el colgante. —Mi amor por ella y mi miedo a perderla me hizo entrar en el lado oscuro provocando lo que quería evitar entrando en aquella fuerza su muerte. Mi premonición de que ella moriría en el parto era la premonición de que yo me perdería en el lado oscuro. —dijo con dolor aquel fantasma de la fuerza.

Permanecí en silencio esperando a que continuase hablando no quería interrumpirle quería que me siguiera contando la historia y como si me leyese la mente me miro y continuo con su relato.

—El dolor que le provoque al convertirme al lado oscuro hizo que le partiera el corazón y que no desease vivir, eso provoco su prematura muerte. —finalizo haciendo que de mis ojos se derramasen lágrimas silenciosas por ese amor tan profundo que se profesaron. —Mi nieto Ben. —dijo pausándose durante un segundo viendo mi rostro confirmando lo que él ya sabía. —Consiguió lo que yo nunca conseguí, con la fuerza salvo a su amor, le dio igual el sacrificio pues su amor era tan fuerte que prefirió morir y estar perdido que vivir y no tenerte en la misma galaxia, ojala yo hubiese comprendido eso también. —finalizo aquel hombre mirándola directamente a los ojos.

—Yo no deseaba eso, desde que él se marcho nada es lo mismo, no tuvimos tiempo de nada y me siento rota y vacía como si parte de mi alma se hubiese desvanecido. —dijo Rey mirando a la princesa de nuevo como si en ella estuviera la explicación de cómo se sentía, ella murió por el dolor de perder a Anakin.

—La fuerza es curiosa en sus decisiones joven Skywalker y pronto lo sabrás, mi nieto no está muerto, vive en ti y pronto lo sabrás. —dijo el castaño tocándole el estomago a la jedy con una sonrisa en los labios de completa esperanza.

—No entiendo. —dijo la chica perdida en lo que quería decir Anakin.

—Lo entenderás lo prometo, ahora el tiempo se ha acabado joven jedy, gracias y es un honor haberte conocido y saber que portas mi apellido. —dijo el hombre inclinándose en una reverencia antes de incorporarse coge su mano y le da un beso en esta. —Pronto lo comprenderás todo mi reina. La profecía no estaba en mí directamente aunque si recaería en mis hombros parte de ella. Gracias por lo que hiciste por mi nieto pronto todo volverá a su cauce. —finalizo aquel hombre levantándose irguiéndose en su altura, era alto pero no tanto como Ben.

En algunos minutos todo desapareció y ella abrió los ojos aún sin terminar de comprender que había soñado y que querían decir las palabras de Anakin Skywalker el abuelo de Ben.

Tras dos semanas viviendo allí entrenando y meditando hasta la extenuación intentando comprender las palabras del Jedy e intentando que no le doliera tanto aquella herida que tenía en su interior por la falta de Ben, aún seguía sin comprender nada.