Capitulo Dos
Ron despertó, se fijo en la cama del lado. Estaba vacía. Consulto la hora y eran las 5.50 de la mañana. Bajo hacia la cocina para ver si Harry estaba allí. Se sorprendió de que la puerta hacia el patio estuviese abierta. Salió y cuando vio dos cuerpos tendidos en el suave césped se acerco lentamente y al descubrir quienes eran, tuvo que hacer uso de todas sus fuerzas para contener el grito que se anudo en su garganta.
-¿Que demonios pasa aquí? - susurro lo más bajo que pudo
Harry y Ginny se despertaron para ver de donde provenía esa voz y pronto se separaron sumamente contrariados.
-Es que no me escucharon?...pregunto Ron .
Su voz temblaba de furia contenida y repitiendo la pregunta, susurro aun mas bajo.
-¿Que demonios pasa aquí?
-Es que... yo salí a tomar aire y me encontré con Harry, nos pusimos a charlar y nos quedamos dormidos.- Ginny habló con total seriedad, poniendo su mejor cara de inocente.
Ron se tranquilizo un poco, por un instante penso que su mejor amigo había estado haciendo cosas "raras" con su hermanita.
-Harry tu cama te espera- le recordó Ron con furia contenida
Harry trago fuerte. Sabia que en ese momento no existía la posibilidad de decir "en un rato subo"
Menos mal que Ron se dio vuelta inmediatamente y se fue hacia su dormitorio. Ginny sabia que si la veía vestida con la ropa que llevaba, la acusaría con sus padres o quizás haría algo peor, porque su hermano era un chico muy celoso.
-Adios Ginny- dijo Harry con claridad, para que escuchara Ron, pero apenas éste se dio vuelta, la atrajo hacia si y le dio un apasionado beso.
Después salió corriendo tras Ron, para que éste no sospechara.
Cuando él la soltó, Ginny se quedo contemplándolo, no se esperaba ese ultimo beso, en realidad no había planeado nada de lo ocurrido esa noche, aunque lo deseaba hacia bastante. Se encamino hacia su dormitorio pensando que, esa, sin duda era la mejor noche de su vida hasta ese momento.
Cuando los dos muchachos llegaron a la habitación de Ron, éste se disculpo, había pensado cosas que no eran. Aunque, quizás no estaba muy lejos de la realidad, pero Harry disimulo las ganas de reír, y fingió aceptar algo ofendido las explicaciones de su amigo, ya que como le dijo el pelirrojo, sabia que a Ginny le gustaba Harry desde hacia mucho y se había hecho el propósito, de aceptar que su mejor amigo y su hermana estuviesen de novios, y le aseguro no hacer nada mas, para impedir que las cosas fluyeran entre ellos.
-CHICOOOOOOOOS! El desayuno esta servido!- Grito Molly desde la cocina
Harry no podía abrir los ojos, solo había dormido 3 horas. Se dio una ducha para intentar despertarse, pero eso no sirvió para borrar las ojeras que tenia, aunque una sonrisa se mostraba en su rostro cada vez que recordaba la causa por la cual había dormido poco.
Ambos chicos bajaron, cuando se sentaron en la mesa estaba toda la familia Weasley. Percy había llegado temprano. Ahora tenia su propio departamento. Harry busco con la mirada a Ginny pero no la encontró.
-¿Donde esta Ginny?- pregunto Ron, notando también la ausencia de su hermana.
-Deja en paz a tu hermana Ronald Weasley- le reclamó Molly enojada- no la dejas vivir en paz, todo el día tras de ella, siguiéndola. Ya no es una nena y sabe cuidarse sola, así que desde este momento te prohibo que la vuelvas a molestar.
-Esta bien mamá- dijo Ron a regañadientes.
Harry ya conocía esa voz de falsa disculpa, la empleaba muchas veces con Hermione. Sabia que su amigo no haría caso a su madre, mucho menos si se trataba de su "hermanita".
-Ginny dijo que no se sentía bien y por eso no le apetecía comer- contestó la pregunta el señor Weasley.
Harry sonrió para si mismo, Ginny podía ser la mas chica de la familia Weasley, pero definitivamente era la mas astuta. Sabia que si aparecían los dos con ojeras serian objeto de preguntas un poco incomodas.
-Harry que estuviste haciendo anoche que tienes esas ojeras?- pregunto con una picara sonrisa uno de los gemelos, sacándolo de sus pensamientos.
-Erm... yo.. anoche.. - Harry se había quedado de piedra ante esa pregunta.
-Terminamos de hacer un deber que nos encargo Snape – Mintió Ron para salvar a su amigo.
-Chicos como les dije ayer, desde hoy hasta el día que regresen a Hogwarts, deberán cortar los Robles Mágicos que están atrás de nuestra casa, porque queremos ampliar la madriguera y necesitamos ese terreno.- dijo la señora Weasley como restándole importancia al trabajo.
-¡MAMAAAAAA, son muy grandes y aparte no podremos solos – protestaron los Gemelos.
-Por eso les ayudaran Harry y Ron- termino Molly Weasley- Ahora a trabajar
Era cierto que eran grandes y también muy pesados, a mitad del día Harry ya no sentía sus brazos y sus piernas le temblaban. Fueron hasta la casa a almorzar. Cuando se dirigían hacia sus respectivos dormitorios.
-¿A DONDE CREEN QUE VAN?- Bramo la señora Weasley
-A descansar mama!- dijo un George enojado
-Ni lo sueñen con este ritmo no terminaran antes de volver a Hogwarts y yo que pensaba que tenia hijos fuertes y sanos, son unos debiluchos... ¡Mira estos brazos!- exclamo tocando los flacos brazos de Ron... Vuelvan a trabajar ¡AHORA!-
Sabían que una orden así era imposible de desobedecer, así que se encaminaron pesadamente, hacia otra "jornada laboral".
Un día cuando terminaron de desayunar, los cuatro chicos se dirigieron hacia su pesado trabajo cuando Molly los llamo y les dijo que por ese día y el siguiente quedaban libres del trabajo.
El motivo: el cumpleaños de Harry.
-SI!- Gritaron los cuatro jóvenes y se fueron a sus habitaciones.
-Pero antes.. Ron y Harry vengan acá. - dijo la señora Weasley.
Los dos se acercaron tímidamente temiendo alguna reprimenda, aunque no se imaginaban que podían haber hecho.
-Me imagino que tienen todo ordenado allá arriba en sus habitaciones.. Esta tarde llega Hermione por si lo habían olvidado..
-QUE? -Harry casi queda sordo al oír el grito de Ron
-¿Que no se los había dicho? pregunto despreocupadamente la madre de Ron-seguramente se me paso por alto.. con tantos quehaceres domésticos..- y salió de la cocina..
Ron se desplomo en la silla mas cercana, Harry lo entendía. Todavía no se había preparado para enfrentarse con el peor de sus miedos: declarársele a Hermione.
Si bien el pelirrojo había cambiado su actitud y su timidez había quedado en el pasado, aun tenia mucho temor de como respondiese ella.
Harry después de un largo rato logro levantarlo de la silla y lo llevo hacia la habitación. Una vez allí el pelirrojo se tranquilizo y tomo la decisión a decirle todo a Hermione esa misma tarde. Harry se puso muy contento y se fue a bañar.
Cuando salió se encontró con que el dormitorio estaba impecable, parecía trabajo de un Elfo Domestico, toda la ropa perfectamente acomodada, las camas tendidas, y todo reluciente.
-¡Ron! Arreglaste tu solo el dormitorio.- exclamo con sorpresa Harry
-Es.. que creo que debemos dar la impresión de que somos organizados y prolijos ¿no?- dijo Ron intentando que su voz sonara tranquila, pero su amigo noto que las orejas se le habían puesto rojas.
-Si.. si claro Ron... Pero mejor pasa a darte una ducha así estarás... mas.. presentable.. para .. tu sabes..- Harry dijo esto lentamente para disfrutar la reacción que sus palabras provocarían en Ron.
El color de la cara de su amigo tomo un tono rojo oscuro y entro rápidamente al baño.
Harry aprovecho su tiempo a solas para acomodar su baúl. Lo vació todo sobre la cama y empezó a acomodarlo. Doblo con cuidado sus túnicas. Y vio el espejo que le había regalado su padrino. Una extraña sensación se apodero de su cuerpo, el pecho de le cerro y se le hizo un gran nudo en la garganta, una lagrima se le escapo.
Cuanto lo extrañaba, pero ahora se había fijado una meta, Voldemort no importaba, solo sabia una cosa, ese año se esforzaría en el E.D y sacaría un par de libros de la sección prohibida para aprender todo sobre las artes oscuras y su defensa, ese año tenia otro objetivo: Bellatrix Lestrange. Ella pasaría a ocupar el lugar de su padrino Sirius Black en el Velo. Viva o muerta.
En ese momento entro Ginny a la habitación para darle un mensaje a Ron.
Harry la miro sorprendido y esperanzado. Desde aquella noche, casi ni habían hablado, la relación era la misma pero parecía que Ginny lo evitaba y cada vez que se cruzaban las miradas ella se ponía colorada.
La joven no quería presionar a Harry y había pensado que era mejor no forzar las cosas.
Vio a Harry con el espejo en la mano. Sabia a quien había pertenecido. Sabia que fue un regalo de Sirius. Se sintió conmovida y sin pensarlo dos veces se acerco a Harry y lo abrazo con todas sus fuerzas.
Harry le devolvió el abrazo. En esos brazos tan tiernos se largo a llorar como nunca lo había hecho en su vida intentando desahogar toda la pena que sentía, por que lo mas parecido a un padre había muerto.
Pasaron un rato así, sin decir palabra, cuando Harry termino de llorar levanto la mirada, se poso en los ojos de Ginny y susurro..
- Gracias...
-No te preocupes Harry, ya paso... todo va a estar bien..- le aseguro Ginny tratando de consolarlo
Ginny esbozo una tímida sonrisa y bajo la mirada, no podía resistir mirar directamente esos ojos verdes, pero Harry le levanto la cara
-Hay algo que quiero decirte...
El corazón de Harry golpeaba fuertemente su pecho pero no tanto como el de Ginny.
-Ginny..Me gustas .. y mucho..- no dejo siquiera que ella le contestara y tomándola de sorpresa le dio un tierno beso.
Como extrañaba ese sabor, esos labios tan suaves. Ambos se recostaron sobre la cama sin darle importancia a toda la ropa que faltaba acomodar, lo único que importaba era seguir sintiendo los labios del otro.
Ella se coloco sobre él. Y mas que besos, necesitaban volver a sentir la piel del otro.
Ginny escondió sus manos por entre la camisa de Harry.
Pero en ese momento Ron salió del baño..
-¡QUE DEMONIOS PASA ACA!- pregunto Ron sin darse cuenta que la puerta estaba abierta y que alguien se encontraba parado allí.
-HERMIONE!- grito Harry quien había vuelto su mirada, hacia la puerta, al sentir un perfume inundar la habitación
Ron se quedo de piedra, se olvido el motivo de su enojo y cuando se dio vuelta solo pudo ver una cara que venia hacia él, y su corazón dio un vuelco al sentir unos tibios brazos alrededor de sus hombros.
-Los extrañe mucho- decía Hermione mientras soltaba a Ron y se dirigía a abrazar a Harry.
Ginny también se abrazo a Hermione y ambas sonrieron de una manera cómplice. Hermione nunca saludaría a ambos chicos con un abrazo y menos a Ron. Solo lo hizo para salvar a Harry y a Ginny de una situación muy "delicada".
-Hermione no te esperábamos sino hasta la tarde- dijo Harry
Pero ella no respondía tenia sus ojos fijos en una cosa... En Ron
-Hermione.. ¿Hola?-dijo Ginny con una sonrisa picara.
Ron al darse cuenta de que había salido solo cubriéndose las partes inferiores con un Boxer se avergonzó mucho.
Hermione estaba embobada mirando a Ron..
Harry y Ginny contemplaron divertidos la situación.
-Ron.. -Dijo Hermione sin poder contenerse- Estas .. muy cambiado..-
Era cierto, Harry lo acababa de notar.
-Bueno..- dijo Ginny- llego el momento de irnos, se viene una conversación solo de mujeres..- y sonriéndole a Harry salió de la habitación arrastrando a Hermione con ella.
Ron no se había movido desde el abrazo de Hermione, ni siquiera pronunciaba palabra.
-¡Todos a comer!- grito una conocida voz desde abajo.
Ron reacciono ante la voz de su madre. Miro a Harry y una enorme sonrisa ensancho su rostro.
-Me abrazo... ¡Hermione me abrazo!...- Ron dijo esto casi en un susurro pero la voz denotaba toda su felicidad-
Harry le dedico una picara sonrisa.
-Ya esta Harry, no me mires así... ¿es que no lo entiendes?.- le reprocho el pelirrojo algo exasperado.- Ella ya dio el primer paso, ahora se me fue la timidez, la voy a conquistar a como de lugar.
Diciendo esto se vistió rápidamente y salió directo hacia la cocina, Harry lo siguió contento de que se hubiese olvidado del pequeño incidente con su hermanita.
En la tarde dieron un paseo por las afueras de la madriguera...
-Hermione al final no nos dijiste porque viniste antes – pregunto Ron, mirando directamente a los ojos de la chica.
Hermione se sonrojo un poco
-Porque quería verlos... ¿que acaso no me extrañabas Ron?- Ella no se dejaría intimidar tan fácilmente.
-Si te extrañamos y no sabes cuanto.- contesto Ron sin sacarle los ojos de encima.
-Ron, yo puedo hablar por mi mismo- dijo Harry sonriente- yo también te extrañe Hermione pero al parecer no tanto como Ron.
Lo había hecho, había dicho lo justo, tanto Hermione como Ron se sonrojaron y por un largo rato no dijeron palabras.
Después de caminar sin dirección, viendo que se estaban alejando de la casa decidieron volver pero cuando Ron levanto la vista y miro a Harry se acordó de algo.
-mmm.. Me parece que hay alguien aquí, que cree que me olvide de algo que paso antes de que tu llegaras Hermione.. - ahora era el turno de Harry y Ginny sonrojarse...¿Qué?... ¡acaso crees que solo ustedes pueden reírse de nosotros?- se burlo Ron.
Harry y Ginny se sorprendieron del cambio de actitud, no se había enojado ni puesto a gritar, por lo menos era un avance.
A la mañana siguiente un grito despertó a Harry muy temprano
-FELIZ CUMPLEAÑOS HARRY!- Eran Hermione, Ginny, Ron y los Gemelos.
Todos se tiraron encima de él en la cama y lo aplastaron.
Cuando se recupero recibió mas felicitaciones de las que nunca había tenido en un cumpleaños, seguramente seria el mejor de su vida.
-Abre los regalos Harry- dijeron los Gemelos entusiasmados
Harry abrió primero el regalo de Hermione: era un libro de Artes Oscuras "Como aprender las Artes Oscuras y usarlas para el bien"
-Wow Hermione-exclamo Harry
-Pensé que serviría para las clases del E.D.- dijo Hermione sonriente.
El regalo de Ron era un kit para mantenimiento de escobas.
El de Ginny lo dejo para abrir a solas, gracias a una mirada de esta, por suerte nadie se dio cuenta. El regalo de Lupin era un libro "Todas las maldiciones desde el siglo XV".
El de Hagrid muchos chocolates de HoneyDunkes.
El de Moody un detector de tenebrismo.
El de la señora Weasley el típico suéter con una H en el centro.
El de Dooby un calcetín rojo con un león y otro calcetín amarillo con varias saetas de fuego.
Por ultimo quedaba el regalo de los Gemelos que estaban ansiosos por que lo abriera.
-BOOM!
Toda la Madriguera tembló. Los chicos en la habitación quedaron en el piso. Toda la ropa desparramada, y desde el techo caían dulces, chocolates, y grageas de todos los sabores.
-FUNCIONO!- gritaron Fred y George
-¿QUE DEMONIOS PASO ACA?- reclamo furiosa la señora Weasley.
-Solo fue una.. pequeña broma mamá- aclaro George poniendo cara de inocente
-Agradezcan que hoy es el cumpleaños de Harry, porque si no..- Dijo la señora Weasley un poco mas tranquila al ver a salvo a todos sus hijos... y por cierto... ¡esto llego para ustedes!
La sonrisa del rostro de Harry y Ron se borro de inmedianto, en cambio la de Hermione se amplio considerablemente.
-Cartas de Hogwarts... chillo Hermione... los TIMOS...
Corrió hasta la señora Weasley y casi le arrebato el manojo de sobres, escritos con tinta verde.
Busco desesperadamente el suyo, pero al encontrarlo perdió rápidamente el valor.
-Oh léelo tu Ginny... yo simplemente no puedo...
Harry tomo los sobres tomo el suyo y paso otro a Ron. Ginny ya había abierto el sobre de Hermione.
-¿Qué paso?... dime... suspendí en todo ¿verdad?.- dijo la morena mordiéndose las uñas
-No seas tonta... le reclamo Ginny... obtuviste "sobresaliente" en todos.
Harry sonrió al ver la cara de felicidad de su amiga. Aquello para nada era una sorpresa, aunque Hermione lo asumía como tal. Luego clavo su mirada en el sobre que tenia entre sus manos, miro luego de reojo a Ron, cuyo rostro estaba algo pálido y sudoroso. Suspiro y sin mas preámbulos rasgo el sobre y saco un pergamino. No podía creerlo, había obtenido un Sobresaliente en Defensa contra las artes oscuras y un Excelentes Expectativas en el resto de las materias, hasta en Pociones. Aquello debía de ser un error. Sin embargo el pergamino venia firmado por Dumbledore y cada uno de los jefes de casa.
-¡Aprobé todas!.- exclamó Ron incrédulo y con una sonrisa boba en su rostro... puedes creerlo Harry... ¡aprobé!
-Te felicito Ron.- dijo Hermione que le dio un ligero beso en la mejilla.
Ron la miro sumamente agradado. Y sin pensarlo inclino un poco su cabeza y la beso suavemente en los labios. La chica se ruborizó, mirando luego a su alrededor. Pero parecía que nadie se había percatado de lo ocurrido. De pronto todos estaban ocupados en otras cosas: la señora Weasley reprimía a los gemelos por el inusual "regalo". Harry y Ginny comentaban sobre los TIMOS.
-Necesito hablar contigo.- le susurro Ron al oído...
Esa tarde fueron al callejón Diagon a comprar sus útiles escolares.
Se separaron: Las chicas fueron a la tienda de túnicas y los chicos a la tienda de artículos para el quidditch.
Harry y Ron estaban entusiasmados observando los nuevos modelos de escobas, cuando una dulce vos se dejo escuchar a sus espaldas
-Hola chicos...
Ambos amigos volvieron su mirada y para su sorpresa, una linda chica les sonreía.
-Hola Susan¿cómo la pasas?.- pregunto Ron con un sonrisa
Harry la detallo. No podía creer que esa hermosura era Susan Bones. No recordaba que luciera tan bien cuando asistía a las reuniones del ED.
La chica se percato de la mirada del moreno sobre ella, por lo que le dedico una coqueta mirada, que hizo a Harry experimentar un aleteo en su estomago.
-¡Compañeros!... que alegría verlos... dijo Seamus que se acerco a ellos.
Se saludaron amistosamente y pronto se les unió Neville y Dean. Harry intentaba mantener el hilo de la conversación con sus amigos, pero la mirada de Susan sobre él lo ponía un tanto nervioso.
-Esta es la Aurora Boreal... comento Seamus señalando una nueva escoba de modelo aerodinámico... y allá esta la Cometa 3000... vamos a verla
Harry intento seguir a sus compañeros hacia el estante, donde una impresionante escoba era exhibida dentro de un cubo de cristal dando vueltas. Sin embargo el moreno no pudo dar mas de dos pasos, porque la chica se lo impidió, tomándolo de la mano y atrayéndolo hacia ella.
-Harry, me gustaría hablar contigo... ¿me concedes unos minutos?
-Si claro, dime.- dijo Harry algo sorprendido.
-No aquí... ven conozco un lugar cerca donde podemos hablar
Y dicho esto, abandonaron el lugar y caminaron por una pequeña callejuela paralela al negocio de quidditch. Se detuvieron cerca de una pequeña fuente. Harry admiro el lugar ya que nunca había estado allí. Dio un respingo cuando sintió la mano de Susan subiendo por uno de sus brazos.
-He pensado tanto en ti durante este verano... dijo ella con vos suave.
La chica se coloco frente a él y entrelazo sus dos manos en la nuca del moreno.
Harry no supo como reaccionar. Podía sentir su calor y oler su perfume.
Susan acerco sus labios mas y suavemente los poso sobre los de Harry.
El chico se sorprendió sobremanera al verla cerrar los ojos y al sentir que abría su boca para profundizar el beso. Y cerrando también los ojos, se dejo llevar correspondiéndole sin problemas.
Aquello era muy diferente a algo que hubiese experimentado con anterioridad. No tenia comparación alguna. Sentía una nueva sensación nacer en su corazón. Nada parecido a lo que sentía cuando besaba a Ginny.
Luego de varios minutos se separaron. Y Susan le sonrió con picardía.
-Me gustas mucho Harry...
Él trago fuerte; no encontraba palabra. La primera idea que llegó a su mente fue decirle que estaba comprometido con Ginny, pero algo en su interior le hizo callar.
-No se que decir Susan... me tomas por sorpresa... dijo con una media sonrisa
-No tienes nada que decirme Harry... conque me beses basta
Ella lo atrajo de nuevo hacia si, y sin limitaciones se fundieron en un apasionado beso. Y poco a poco se fueron sumando caricias hasta que de nuevo la necesidad de aire los hizo separarse.
-Tengo que irme Harry... nos veremos el primero de septiembre...
Susan le dio un ultimo beso y salió casi corriendo, dejando a Harry totalmente confundido, pero sumamente complacido.
Salió de la callejuela, luego de limpiarse los labios con un pañuelo. Miro a ambos lados de la calle principal y cerca de la heladería pudo divisar a sus amigos, que permanecían cerca de la entrada Parecían buscar con la mirada a alguien.
Se acerco a ellos, tratando con todas sus fuerzas que no se le notara las emociones que bullían dentro de él.
-Harry ¿dónde demonios te has metido?... te hemos buscado por todos lados... casi grito Ron al verlo
-Nos tenias preocupados... pensamos que algo te había pasado... dijo Hermione muy nerviosa
-Estas bien Harry?... pregunto Ginny dudosa... tus mejillas están rojas y calientes
La pelirroja había tocado su rostro al verlo tan colorado. Harry retrocedió un poco para apartarse de ella. Pero le sonrió para evitar que las sospechas crecieran
-Es que me perdí... mintió... escuche voces... pensé que eran los mortifagos y por eso abandone la tienda de quidditch y me perdí por un callejuela...
No pudo disimular el sentirse nervioso al mentir de esa forma, y mas aun cuando le mentía a Ginny; pero esa actitud ayudo a que los chicos creyeran en sus explicaciones.
-Oh... tranquilo... ya estas con nosotros... dijo Ginny mientras lo abrazaba.
-Pero de todas formas no vuelvas a hacernos eso Harry... le recrimino Hermione... nos preocupamos mucho
-Cierto compañero... no debes andar solo por allí... le recordó Ron... y si hubiesen sido mortifagos de verdad?
Se sentía algo extraño. Intento buscar en su interior un sentimiento de culpa por lo que había hecho. Sin embargo de nuevo aquella sensación que experimento al besar a Susan lo domino y sonriendo dijo
-Todo esta bien... vamos por unas cervezas de mantequilla
Cuando estaban a punto de entrar al caldero chorreante, los gemelos se les unieron. De pronto varios ¡CRACKS! se escucharon. Gracias a sus reflejos adquiridos del Quidditch, Harry fue el primero en darse vuelta y vio venir un rayo rojo hacia sus amigos
-¡PROTEGO!- Grito colocándose delante de ellos, haciendo que el hechizo rebotara.
-Tanto tiempo...- una voz que arrastraba las palabras se escucho, todos los magos y brujas presentes en el caldero chorreante corrían a esconderse, pero ellos tenían las varitas fuertemente agarradas listos para dar batalla.
Eran diez Mortifagos encapuchados, pero el que hablo era Lucius Malfoy
-Me gustaría divertirme con ellos antes de que los mates Lucius
-No hay tiempo para juegos Bellatrix.- dijo Malfoy molesto.- vamos a lo que vinimos
Un frió recorrió la espalda de Harry Potter al escuchar aquel nombre. Sus ojos mostraban una mirada tranquila y con profundo odio a la vez.
Harry avanzo dos pasos mirando directamente a Bellatrix.
Todos se quedaron de piedra, incluso los Mortifagos no reaccionaban, sus amigos lo miraban con temor.
-¡IMPERIO! - Grito Harry, el haz de luz le pego en el pecho a Bellatrix, quien choco de bruces contra una pared.
Una batalla dio comienzo. No se distinguían los gritos ni los hechizos.
Eran menos pero habían tomado a los mortifagos por sorpresa y ahora Bellatrix Lestrange los ayudaba gracias al imperio de Harry.-
-¡FINITE INCANTATEM!- grito Malfoy apuntando con su varita a Bellatrix.
Esta se recobro y miro a Harry con odio.
-Vamos ¿te vas a quedar alli parada solo mirándome?.. defiéndete... atácame... le reto calmadamente Harry
La mortifaga lanzo un grito de furia y salto para acercarse a Harry
-¡AVADA KEDAVRA!- Grito Bellatrix, un haz de luz verde se dirigía hacia Harry, pero este logro esquivarlo.
-Vamos.. ¿eso es lo mejor que puedes hacer?- Rió Harry.
-JAJA TE PARECES A MI PRIMITO SIRIUS BLACK, SIEMPRE TAN ALTANERO PERO AL FINAL MURIO COMO EL PEOR DE LOS MAGOS- grito Bellatrix para hacerse escuchar.
Harry sintió que todo su cuerpo temblaba, su mente se cerro. Solo quería hacer una cosa, hacer sufrir a Bellatrix Lestrange
-¡CRUCIO!- Grito Harry, el hechizo tomo desprevenida a la Mortifaga y le pego en el pecho.
La mujer empezó a retorcerse en el piso, y a gritar desesperadamente.
Harry contemplaba la escena con una sonrisa en sus labios, le gustaba verla sufrir, le producía un retorcido placer ver a su peor enemiga con el cuerpo contorsionado y el rostro desfigurado por el dolor que le causaba la maldición.
De pronto un grito lo saco de sus pensamientos, era la voz de Ginny, un mortifago la había golpeado y la apuntaba triunfante con la varita.
-¡DESMAIUS! - grito Harry.
El mortifago cayo al suelo dejando libre a Ginny.
Cuando Harry levanto la mirada cada uno de sus amigos se debatía en duelo con un mortifago, los otros se enfrentaban con algunos comensales que les presentaban una débil pelea.
-¡EXPELIARMUS! –
Harry soltó la varita y salió despedido hacia atrás, Bellatrix tenia una sonrisa en la cara.
-Como siempre Potter, defendiendo a tus amiguitos- soltó una carcajada- ahora llego tu hora. Bellatrix levanto la varita y apunto a Harry
-AVADA KED..
-PETRIFICUS TOTALUS- Hermione le había salvado la vida a Harry.
Bellatrix cayo como una tabla al suelo. El mortifago con el que hacia unos instantes, la morena había estado luchando, ahora se encontraba en el piso, y unas cuerdas rodeaban su cuerpo.
Cuando Hermione corría para ayudar a Harry, un haz de luz roja salió disparado hacia ella, era Antonin Dolohov que en la pelea había perdido su capucha y a sus pies estaba Fred inconsciente.
Antes que Harry pudiera levantarse, Ron corrió hacia Hermione, empujándola, ambos cayeron en el suelo, y así el rayo se estrello contra una pared haciéndola pedazos.
¡CRACK!
-DESMASIUS!-
Diez personas gritaron este hechizo apuntando hacia diferentes mortifagos. Varios lograron esquivarlos pero tres mortifagos cayeron al suelo.
-ESTO NO QUEDARA ASI POTTER- Dolohov era el que gritaba, agarro una mano de Bellatrix y ambos desaparecieron, otros mortifagos los imitaron.
-¿Están Bien ? - Pregunto Tonks, todos estaban vivos, y concientes excepto Fred.
-Gracias a Dios que llegaron- dijo Hermione sin ocultar lo asustada que estaba.
Los miembros de la orden del Fénix habían aparecido en el momento justo.
-¿Por qué no intentaron escaparse?- pregunto Lupin jadeante.
-Yo no pienso seguir escapando... cada vez que aparezcan les daré pelea... y juro ante todos los que me escuchan que agarrare a Bellatrix Lestrange aunque sea lo ultimo que haga.- las palabras de Harry provocaron un inmediato silencio.
-Así se habla muchacho- dijo Moody orgulloso.
Se llevo una mirada severa de los demás miembros de la orden.
-Debemos llevarnos a ese chico de aquí- Era Kingsey, refiriéndose a Fred- lo llevaremos a San Mungo para que lo revisen.
-Eso es demasiado Kingsey solo fue un Hechizo Aturdidor.. mira.. ¡ENERVATE! -Dijo Moody- Fred abrió sus ojos- ¿lo ves?
-¿Que haremos con estos? - pregunto Tonks mirando con asco a los cuatro Mortifagos que estaban desmayados en el suelo.
-Yo me encargo – intervino Moody, - los llevare a Azkaban.
-No era que Azkaban había sido abandonada por los dementores?- pregunto Ron
-Si, pero ahora la controlan varios Aurores y miembros capacitados del ministerio.- contesto Lupin
-Desde cuando has perfeccionado de esa forma las maldiciones imperdonables muchacho?- pregunto Moody dirigiéndose a Harry
-Simplemente las hice, no se como pero me salieron. Supongo que el odio hacia Bellatrix me ayudo a concentrarme aun mas.- dijo Harry sin darle importancia.
-El odio es un sentimiento muyfuerte Harry, no muchos son capaces de controlarlo- dijo Tonks
-Es lo único que siento hacia ella- Dijo con un tono frió dando la conversación por finalizada.
-Dumbledore quiere hablar contigo Harry.- dijo Lupin con seriedad.- acércate a esa botella de allí
Obedeció sin mediar palabra, estaba demasiado cansado como para discutir. Lupin también la agarro para acompañarlo y murmuró
-PORTUS!.
Sintieron una sacudida desde el centro del estomago y los pies se desprendieron del suelo, después de unos instantes se encontraban en el despacho de Dumbledore. Se levantaron y se acomodaron las túnicas.
-Hola Harry- Una voz tranquila hablo, era Dumbledore, el director de Hogwarts. Sus ojos como siempre transmitían paz al hablar.
-Hola – dijo el moreno sin poder ocultar su molestia.
Tenia la idea de que Dumbledore le reprocharía su actitud. Y en ese momento no se sentía con el animo suficiente como para fingir que estaba arrepentido.
-Lo que hiciste esta tarde fue una locura Harry, pusiste en peligro cinco vidas que nada tienen que ver con esto.- dijo Dumbledore sin rodeos
-Ellos se quedaron, yo no se los pedí- Respondió fríamente Harry
-Tu sabes que ellos darían su vida por ti... entiendo que quieras recuperar a Sirius, pero para eso debes entrenarte... hoy doy gracias a Merlín que no paso ninguna desgracia, pero tu sabes que eres responsable de las vidas de tus amigos.- le recordó el director.
-Si, lo se- reconoció Harry un poco aturdido, no se había detenido a pensar, bajo la mirada - lo siento profesor es que en verdad lo extraño mucho
-Te dije que te entiendo Harry, yo al igual que tu estoy cansado de esto, y si queremos que todo acabe, vamos a tener que empezar a enfrentarnos...es por esto que entre todos los miembros de la Orden Del Fénix hemos decidido que desde hoy, el día de tu cumpleaños, seas un miembro más de la Orden- concluyo Dumbledore, con una sonrisa.
Harry no podía creerlo, era un sueño. Al fin le deban un lugar real en la batalla. Era su hora.
Honraría su lugar y no defraudaría a la persona que había confiado en el, Albus Dumbledore.
-Será un honor- dijo Harry firmemente.
-Sin embargo creo que debemos hablar de algunas cosas... dijo Dumbledore mirando a Harry fijamente por encima de sus gafas de media luna
Harry le sostuvo la mirada, aunque sentía como si el viejo mago estaba hurgando en lo mas profundo de su ser.
-Dime Harry con toda sinceridad... ¿cómo te sientes con respecto a los dos nuevos sentimientos que hoy experimentaste?.- pregunto Dumbledore con paciencia
-No se de que me habla... dijo eludiendo la pregunta.
Claro que sabia de lo que el director hablaba. Lo sabia muy bien, porque aun bullían en su interior.
-Sabes muy bien de lo que hablo... y se que te sientes confundido... y no es para menos... sin embargo también te sientes eufórico, porque son dos sentimientos que te hacen sentir fuerte y capas de vencer barreras... pero debes tener cuidado Harry... a veces no es bueno dejarse llevar por los instintos...
-Confié en mi profesor... no haré nada que pueda defraudarlo.- dijo Harry con respeto
-A quien no debes defraudar Harry... es a ti mismo... le recordó Dumbledore... y no dudes nunca en acudir a mi, cuantas veces lo necesites.
-Así lo haré profesor... confirmo Harry... tratare de ser un digno miembro de la Orden del Fénix.
Dumbledore lo observo por unos segundos. Harry sabia muy bien a que se refería el director con sus palabras, pero no quería negarse la posibilidad de conocer mas de cerca esos dos nuevos sentimientos: la vanidad y el odio.
-Esta bien Harry, voy a confiar en ti, como hasta ahora lo he hecho. Vamos, ponte de pie, debo marcarte como nuevo miembro de la Orden del Fénix- dijo Dumbledore dándole un voto de confianza al chico- Ábrete la camisa
Harry lo hizo sin dudar.
Dumbledore levanto su varita apunto el pecho de Harry y dijo fuertemente
-Por el poder que me confiere La Orden Del Fénix te marco a ti Harry Potter, como parte de la organización mas importante para la lucha contra el lado Oscuro... ¿Estas dispuesto a dar la vida por cada uno de los miembros?
-Si Señor- contesto firmemente.
-In nominis Fenix!- un calor inundo el pecho de Harry,
-Desde ahora ten siempre la seguridad, de que nosotros también daremos la vida por ti.
-Gracias profesor.- dijo Harry algoabrumado
-Ahora te puedes sentar – le sugirió Dumbledore con amabilidad.
Harry así lo hizo. Aun no podía creerlo. Era un miembro de la Orden del Fénix, igual como lo habían sido sus padres.
-Ten esta túnica
Dumbledore le entrego una elegante túnica color Negro con un Fénix bordado en oro ubicado en su pecho del lado izquierdo.
-Ahora le agregaremos esto- y haciendo un movimiento con la varita dibujo dos siglas en la manga derecha: E.D. -Harry , este año tendrásla obligacionde entrenar a la Entidad de Defensa o Ejercito de Dumbledore, como quieras llamarlo y cuando sean lo suficientemente capaces formaran parte de La Orden Del Fénix. Ahora ten estas túnicas que darás cuando comiencen.
Le entrego otras 20 túnicas con la sigla E.D., bordadascon rojofuego en el brazo derecho.
-Será una materia nueva y podrás dar o quitar puntos, así como asignar deberes, y esas cosas... continuo explicando el director de Hogwarts... Espero que uses estos privilegios con responsabilidad. Ahora puedes retirarte.
-Antes tengo una pregunta.- intento aclarar Harry
-¿Que pasa Harry?- dijo tranquilamente Dumbledore
-La Orden Del Fenix no era secreta?- pregunto Harry
-Lo fue hasta el año pasado, ahora el Ministro Fudge sabe de nuestra existencia. Tarde o temprano teníamos que darnos a conocer. Por supuesto que algunos de nuestros miembros están en el anonimato, su papel es ser espías, pero los demás siempre usamos estas túnicas – dijo mostrándole la túnica que tenia bajo su capa de viaje, era idéntica a la de Harry, pero sin las siglas E.D.
-De donde viene profesor?- pregunto Harry curioso, al notar por primera vez que el despacho Dumbledore estaba algo desordenado, parecía haber llegado de alguna parte.
-Bien, como ahora eres miembro de la Orden, tienes derecho a conocer los motivos de mi viaje, aunque te pido que a esto no se lo comentes ni a tus amigos
-No se preocupe, no diré nada... aseguro Harry con seriedad.
-Fui a entrevistarme con Arthur. El ha sido enviado a Grecia a una misión... explico Dumbledore.- Si todo sale como planeamos te contare el resto. Pero quiero anunciarte antes que nadie que Arthur será postulado para el cargo de Ministro de Magia, si bien es cierto que Fudge se ha arrepentido, no queremos otro error que nos cueste mas vidas.
Harry solo asintió, no quería recordar la muerte de Sirius y todo lo que ella implicaba. La imagen de Bellatrix bajo los efectos de la maldición Crucius ocupo su mente y no pudo evitar sonreír. Agradeció que Dumbledore estuviese ocupado acomodando el desorden de su escritorio, porque si lo hubiese visto quizás no aprobaría su conducta. Pero aunque tenia claro que aquello que estaba experimentando y por lo cual el director se preocupaba, no era normal y estaba alejado de su forma de actuar, había tomado la decisión de no reprimir esos nuevos sentimientos que de manera extraña estaban ocupando un lugar en su corazón.
La mañana del primero de septiembre transcurrió tan rápido, que Harry junto con los Weasley casi no logran tomar el tren con destino a Hogwarts. Se unieron rápidamente a sus otros compañeros, arrastrando sus baúles por el pasillo principal de uno de los vagones.
Una vez dentro de un compartimiento, Hermione les recordó a Ron y a Ginny
-Debemos ir al vagón de los prefectos...
Harry miro a Ginny con algo de desilusión, había pensado disfrutar de su compañía durante aquel viaje y hasta intentar unos momentos de privacidad, que desde aquella noche en el jardín de la madriguera, no habían vuelto a compartir.
-Será solo por unas horas... luego volveremos aquí... le prometió Ginny mientras le daba un tierno beso en los labios.
-Bueno Harry, temo que nosotros también vamos a abandonarte... te quedaras solo por un rato.- dijo Fred fingiendo tristeza, una vez que habían quedado los tres solos.
-Cierto compañero... tenemos negocios que atender.- reconoció George
-Tranquilos estaré bien.
Pasados algunos largos minutos, Harry estaba recostado de la ventanilla, apunto de dormirse, cuando un ruido lo hizo sobresaltarse.
Volvió sus ojos hacia la puerta y se incorporo rápidamente al ver a Susan Bones sonriéndole. Lucia increíblemente atractiva.
-Hola Harry... saludo suavemente
-Hola Susan...¿qué tal?.- dijo Harry tratando de no lucir nervioso al ver como la chica se le acercaba y se sentaba a su lado.
-Pues no muy bien...te he extrañado mucho.- confeso ella, mientras colocaba su mano sobre el muslo derecho de Harry.
Él solamente atino a sonreír, porque un nudo en la garganta le impidió decir algo coherente.
-¿Estas tu solo en este vagón?.- pregunto Susan mirando a su alrededor.
-No... Ron, Hermione y Ginny están en el vagón de prefectos y Fred y George deben de estar por volver.- dijo Harry mirándola fijamente. De pronto un extraño ímpetu le hizo formularse una idea y sin remordimientos la expreso.- ¿Por qué preguntas... tienes algo en mente?
-Pues si.- reconoció la rubia con una amplia sonrisa.- hay un compartimiento vació al final de este vagón... ¿te gustaría ir...?
Efectivamente el compartimiento estaba totalmente vació. Harry entro detrás de Susan. Cerro la puerta y con su varita conjuro un hechizo para sellarla, de manera que nadie pudiese abrirla, y ningún sonido pudiese salir. Se volvió luego hacia ella quien permanecía de pie. Se miraron por unos segundos y él se le acerco lentamente. No entendía muy bien porque daba cabida a la extraña situación que estaba a punto de desarrollar entre ambos, pero al sentir de nuevo los ardientes labios de la chica entre los suyos y su lengua jugueteando con la suya, supo que había llegado a un punto sin retorno.
Hábilmente Susan le quito la túnica escolar y el chaleco. Retiro sin problemas la corbata y la camisa. Harry la observo mientras ella recorría con sus labios su cuello y bajaba por su pecho. De pronto se sintió incomodo al comprender que la chica se había percatado de la marca que llevaba, la marca de la Orden del Fénix. Pero Susan no pareció sorprenderse ni inmutarse, al contrario pareció complacida. Delineo el tatuaje, donde un ave fénix se encontraba traspasado por una varita mágica, suavemente con la yema de sus dedos y mirándolo a los ojos le susurro seductoramente.
-Eres un miembro de la Orden del Fénix... No podía esperar menos de ti, Harry Potter.
Y sin esperar respuesta lo beso apasionadamente.
Él moreno, presa de una excitación incontrolable, la despojo de sus ropas y se perdió entre su blanca y suave piel, que sin problemas se rindió a sus deseos.
Devoro todo a su paso; desde los rozados pezones, los cuales mordisqueó a su antojo, hasta perderse por su vientre y bajar por su entrepierna.
Susan lo empujo levemente y Harry se sentó. La tomo por la cintura y la invito a sentarse en su regazo. Y así lo hizo, no sin antes dejar en libertad el miembro masculino visiblemente erecto.
Ella lo atrapo entre sus piernas, y dejándose vencer por la gravedad lo introdujo en su concavidad.
Él no pudo evitar gemir al sentirse dentro de ella, y dejándose llevar por sus instintos, comenzaron a moverse acompasadamente.
No dejaron de mirarse mientras gemían y suspiraban bajo los efectos de aquel encuentro que cada momento cobraba mas fuerza.
Harry no podía creer lo que ocurría. Estaba haciendo por primera vez el amor. Allí en un vagón del expreso de Hogwarts, con quien menos él se hubiese imaginado. Todo era tan inverosímil, tan increíblemente aturdidor, tan excitantemente placentero.
Y es que la chica sabia muy bien lo que hacia, el chico solamente se dejo llevar. Sin embargo parecía que él también sabia como brindar placer a su compañera, la cual se lo demostraba cada vez con mas fervor.
Llegaron al limite, dejándose aturdir por un increíble orgasmo que los recorrido por entero. Volvieron a mirarse fijamente, mientras lograban recobrar la calma.
-Ha sido increíble Harry.- dijo Susan con voz entrecortada.- como me lo había imaginado.
-Tu has sido quien ha hecho que esto halla sido así.- reconoció Harry besándole el cuello.
-Quisiera saber si estas dispuesto a repetirlo de vez en cuando.- pregunto ella con cierta duda
Harry la miro contrariado. Recordó a Ginny y por un momento la culpa lo embargo. Pero al verse reflejado en esos cálidos ojos claros, de nuevo la vanidad tomo fuerza en su interior.
-Se que estas con Ginny Weasley... pero te doy mi palabra que ella no se enterara.- confeso Susan sin un dejo de culpa en su voz.
El chico se sorprendió aun mas, ante tal declaración. Sonrió con picardía, bajo sus manos hasta los glúteos de ella, los apretó con malicia y le susurro al oído.
-Será como tu quieras cariño.
-Así me gusta.- ronroneo ella.- veras lo bien que la vamos a pasar.
De regreso a su compartimiento, Harry volvió a sentarse en el lugar que ocupaba, antes de que Susan apareciera. Miro de nuevo por la ventanilla, viéndose a si mismo reflejado en el cristal, sonrió mientras sus ojos brillaron de forma enigmática. Parecía que este nuevo año que daba comienzo seria muy diferente a los anteriores.
