Capitulo Tres

El silbato del expreso se dejo escuchar por toda la estación de Hogsmeade. Harry se sobresalto al escuchar el agudo sonido, seguido de un barullo de voces. Se había quedado profundamente dormido, recostado del cristal. Abrió mas los ojos y se estiro perezosamente. Observo a su alrededor y comprendió que estaba solo. Sus amigos no habían vuelto. Ni siquiera comió las acostumbradas golosinas de media mañana. Pero ninguno de esos detalles hicieron mella en él. Había estado en una mejor compañía, haciendo cosas sin duda mas interesantes y disfrutando de una golosina mucho mas exquisita.

Salió al medio del pasillo, que ya comenzaba a llenarse de alumnos. En la distancia distinguió a Hermione, indicando el camino a un grupo de niños.

-Los de primero por aquí, vamos síganme...

-Oh, Harry lamento la tardanza... dijo una voz a sus espaldas.

El moreno volvió el rostro. Era Ginny que algo acalorada lo tomaba de la mano.

-Es que McGonagall nos retuvo todo el viaje, dándonos los pormenores de nuestros nuevos deberes... intento explicarse.

-McGonagall viajaba en el tren?... pregunto Harry sorprendido.

-Si... no sabes todo lo que nos ha encargado... dijo Ginny con fastidio... casi que seremos los guardianes privados de cada alumno.

-Y eso ¿por qué?... pregunto Harry mientras bajaban del tren, solo por intentar seguir la conversación, en realidad no estaba para nada interesado en el tema. Su mirada buscaba inconscientemente a otra chica.

-Pues con todo lo ocurrido el año pasado... decía Ginny mientras caminaba al lado de Harry, iban tomados de la mano... quieren la mayor vigilancia posible... pero como bien a dicho Malfoy eso va a ser bien difícil... sin embargo yo le dije que si nos organizábamos bien tal vez funcionaria.

-¿Malfoy?.-dijo Harry mirando fijamente a Ginny, olvidando por completo a quien estaba buscando.- ¿desde cuando hablas tu con él?

-Hay Harry no seas tonto.- le reprocho ella pero sin poder evitar sonreír.- ambos somos prefectos... tenemos que dirigirnos la palabra en algunos momentos.

-Pues no quiero que mi novia este "dirigiéndole la palabra" al cretino de Malfoy.-reclamo Harry molesto.- es un idiota, además sospechamos que sea un espía de Voldemort.

-Y...¿desde cuando soy yo tu novia?.- pregunto Ginny con picardía. Aunque la idea no le desagradaba en lo absoluto, Harry no se lo había pedido oficialmente, así que jugaría a la desentendida un poco.

-¿Cómo, que desde cuando?... acaso nosotros no quedamos en eso.- pregunto Harry muy sorprendido.

-No. Nosotros no hemos quedado en nada, señor Potter.- le recordó Ginny.-

-Pero...pero... ¿cómo que no?... si yo te dije...

-CAMINEN... VAMOS RÁPIDO... NOS DEJAN LOS CARRUAJES.- les grito Ron

Y así era. Solo quedaban dos carruajes y si no se apuraban quizás no conseguirían puesto. Ginny corrió hasta su hermano, dejando a Harry confundido con su actitud.

La pelirroja se subió al carruaje con una sonrisa

-Y esa sonrisa?.- pregunto curiosa Hermione.

-Estoy siguiendo tus consejos.- le informo rápidamente en un susurro, cuando se sentó a su lado.- veremos que sucede.

Harry subió. Tenia mala cara. Miro de reojo a las chicas y se sentó al lado de Ron, quien engullía una rana de chocolate

-¿Qué pasa compañero?... ¿por qué esa cara de felicidad?.- pregunto Ron con sorna

Harry no respondió. Simplemente cerro los ojos y fingió dormir. Ron miro a las muchachas, como pidiendo una explicación, pero ellas solo se encogieron de hombros en señal de indiferencia.

El moreno no podía disimular su molestia. ¿Cómo se atrevía Ginny a negar que era su novia?. Si bien era cierto que no se lo había pedido con formalidad, ni usando todas las palabras, él se suponía que había quedado sobreentendido.

Al detenerse el carruaje frente a las escaleras del castillo, Harry fue el primero en bajar. Ron lo siguió muy de cerca.

-Harry ¿qué pasa?... acaso estas molesto por qué permaneciste solo durante todo el trayecto?... decía Ron mientras intentaba alcanzarlo... lamento que así halla sido... pero esa McGonagall nos retuvo con una sarta de tonterías... además... yo... y Hermione... bueno... nosotros...

-No te preocupes Ron... no estoy molesto por eso.- le aseguro Harry deteniéndose, para que su amigo lo alcanzara.- es tu hermana...

-Ginny?... ¿qué paso con ella?.- pregunto Ron sorprendido.

-Nada... cosas de chicas.- contesto Harry sin deseos de entrar en detalle.- vamos, me muero de hambre, no quiero perderme el banquete por nada del mundo.

Los chicos subieron rápidamente la amplia escalinata y se perdieron por las puertas dobles de roble. Mas atrás les seguían las chicas.

-Creo que se me paso la mano.- dijo Ginny algo temerosa.- Harry esta furioso...

-Peor para él.- opinó Hermione mientras se acomodaba el cuello de la blusa y luego el de la túnica, para tratar de tapar la mayor parte de su piel.- tienes que mantenerte firme Ginny, si quieres que él realmente asuma un compromiso, no te fijaste como lo miran las chicas.

-No.- negó Ginny abriendo los ojos de forma desmesurada.- ¿quién se atrevió a mirar a mi novio?

-No es tu novio... recuérdalo.- recalco Hermione.- además, crees que las demás chicas no tienen ojos... Harry se ha convertido en uno de los chicos mas atractivos... hay que estar ciega para no darse cuenta.

Un extraño palpito se acuno en el corazón de Ginny. La idea de negarse a ser la novia de Harry, ya no le era muy atractiva.

Al entrar al gran comedor, vio a Harry de pie junto a la mesa de Griffindors, junto a sus otros compañeros, y con rabia notó, que Hermione tenia razón. Mas de una miraba al moreno de una forma poco decorosa. Hasta algunas chicas de Slytherin no despegaban sus ojos de él.

Se sentó frustrada al lado de algunas de sus compañeras. Paso un trago de agua por su garganta, para ahogar el grito que pugnaba por salir, para informarle a todas esas víboras que Harry era de su propiedad.

El chico moreno se sentó entre sus amigos, casi frente a Ginny. La miro por un momento y luego desvió la mirada, cuando ella clavo sus ojos en él.

Si ella quería hacerse la desentendida, él le daría gusto. Porque ya había notado, la admiración que, su cambio físico, ese año, estaba causando entre el genero femenino. Por lo que no dudó que, un momento como el vivido en el tren, tal vez se repetiría por mas de una vez.

-Harry este año se escoge nuevo capitán de quiddicth.- dijo Seamus emocionado, sacándolo de sus pensamientos.- quizás te escojan a ti...

-No creo.-dijo Harry desestimando la opinión de su compañero.- es un puesto de mucha responsabilidad.

-Pero si no eres tu... ¿quien mas puede?.- pregunto Ron sorprendido.- para todos, tu eres el indicado para ese puesto.

-Hay otras cosas que ocuparan mi tiempo.- reconoció Harry pensativo.- el quiddicth se merece todo el esfuerzo y tiempo posible, porque esa copa tiene que ser nuestra.

-Precisamente por eso.- intervino Neville.- Malfoy es el nuevo capitán de Slytherin... solo tú puedes darle la pelea.

Harry no opino, porque en ese preciso momento McGonagall pidió silencio. Era el momento de la selección de los nuevos alumnos. Y mientras cada uno iba pasando al frente y el sombrero seleccionador gritaba los nombres de las diferentes casa, el moreno pensó que sus compañeros tenían razón, quien mejor que él para ser el nuevo capitán de quidditch, era el único con la experiencia necesaria, y sin duda el mejor jugador. Miro a su alrededor captando las miradas femeninas que lo observaban sin disimulo alguno. Les dedico una singular sonrisa a algunas de ellas, las cuales se mostraron nerviosas, algo que alimentó sus ganas de probar cada uno de esos labios. Sin embargo de pronto se sintió extraño, ese tipo de pensamientos no eran comunes en él. Algo le estaba pasando. Algo que quizás se le podría escapar de las manos. Volvió su mirada a Dumbledore quien hablaba en ese momento, y recordó cual era y debía ser su único objetivo: el ED y entrenarse todo lo que se fuere posible para rescatar a Sirius del "Velo".

Sin embargo alguien más, había estado observando todo de forma silenciosa.

Mientras subía las escaleras junto a sus compañeros, rumbo a la casa Griffindors, se topo de frente con Draco Malfoy y sus compinches.

El rubio y el moreno se miraron por un momento de forma desafiante.

-Este año conocerás de que esta hecho un verdadero mago de sangre pura, Potter.- dijo Draco con petulancia.- algo que tu desconoces

-Sí es del mismo material del que están hechos tu y toda familia.- dijo Harry con burla.- pues ya lo se... y es de un olor muy desagradable, que solo a los animales que comen carroña les gusta.

-No voy a tolerar tus insultos Potter.- increpo Draco furioso.

En realidad solo quería una excusa para iniciar una pelea con el moreno. Pero antes de que sacara su varita mágica de la túnica, Harry había colocado la suya, de forma hábil, debajo del mentón del rubio.

-Soy yo el que no va tolerarte nada Malfoy.- enfatizo Harry.- por tu bien, no me provoques, que si me buscas, me vas a encontrar.

-Harry... por favor... déjalo.- intervino Hermione.- es muy pronto para que le resten puntos a Griffindors por tu culpa.

-¡¡A callar Hermione!.- le ordeno.- ¡¡nadie a pedido tu ayuda!.

Todos se quedaron en silencio mirándose unos a otros. La morena retrocedió un par de pasos, al ver un gélido brillo en los ojos de Harry.

Draco también mantuvo la distancia, atento a cualquier movimiento. Comenzaron a escucharse pasos en la lejanía, que poco a poco se fueron haciendo mas audibles. Harry guardo su varita y dedicándole una ultima mirada al rubio,. Emprendió la retirada.

-¿Por qué trataste a Hermione así?.- le reclamo Ron una vez que estuvieron en la habitación

-Ella se lo busco.- dijo Harry molesto.- siempre esta dando ordenes... y tratando de inmiscuirse donde no le corresponde.

-No voy a permitir que hables así de ella.- dijo Ron también molesto.- ella solo trataba de evitar un enfrentamiento entre Malfoy y tu, y que algún profesor los pillara... solo trataba de ayudar.

Harry no respondió. No quería iniciar una disputa y menos con Ron. Pero el pelirrojo no estaba dispuesto a dejar pasar el asunto.

-No me ignores.-exigió Ron.- sabes que no tenias razón para tratarla así... ¿qué te esta pasando?

-Esta bien Ron.- dijo Harry por fin.- lo siento... me extralimite

-No es conmigo con quien tienes que disculparte...

A la mañana siguiente, Harry y Ron bajaron juntos hasta el gran comedor. Hermione ya estaba sentada al lado de Pavarti, examinando su horario. Ron miro a Harry de forma significativa.

El moreno entendió las indirectas de su amigo, por lo que se sentó al lado de su amiga.

-Hola Hermione...¿dormiste bien?.- pregunto Harry algo apenado.

La chica lo ignoro. Harry intento llamar su atención, por lo que coloco su mano sobre la de ella.

-Lo siento Hermione... discúlpame... ayer me comporte muy mal contigo

Se dedicaron una mirada. Él le sonrió tratando de expresar su arrepentimiento. Ella sonrió levemente

-Harry... tenemos que hablar.- le pidió en voz baja, para que nadie mas escuchara.

Hedwin, la lechuza blanca interrumpió la conversación. Traía un pergamino atado a su pata derecha. Ululo abriendo las alas, y mientras Harry retiraba el pergamino, la lechuza bebió de la copa de su amo y luego remonto el vuelo.

El chico leyó el pergamino y sonrió satisfecho.

-De que se trata?.- preguntó Ron tratando de leer por encima del hombro de Harry.

-Algo sin importancia.- dijo Harry guardando rápidamente el pergamino en el bolsillo interior de su túnica.- Dobby, el elfo, que me envía sus saludos.

Ron frunció el entrecejo, se encogió de hombros y ataco su plato de avenas. Hermione mantenía su mirada sobre Harry, quien decidió ignorarla. Su mente estaba ocupada en las palabras que acababa de leer.

-Buenos días.- saludo McGonagall frente a la mesa de Griffindors.

-Buenos días.- respondieron a coro los alumnos.

-Potter... necesito verte en mi oficina... antes de tu primera clase del día.-

Harry se puso en pie, al ver que la subdirectora emprendía el camino fuera del gran comedor. Y sin mediar palabras con nadie, se levanto y fue tras ella. Siguiéndole los pasos, se dirigió hasta su despacho. Recordó el pergamino que llevaba en su bolsillo, lo saco y volvió a leerlo

"Te he extrañado tanto... dime por favor donde podemos vernos y cuando"... Susan Bones

Esta vez sonrió con malicia, dejando que su mente volara por todo el castillo, buscando un lugar ideal para un encuentro, como el que ya su imaginación tenia planeado desde el mismo momento de bajarse del tren.

-Bien Potter... pase y cierre la puerta...

Era la voz de McGonagall. Harry fijo su atención en la subdirectora, apartando a Susan de sus pensamientos.

-Como bien sabe, este año necesitamos de un nuevo capitán de quiddicth... así que tanto el profesor Dumbledore como yo, hemos decidido que sea usted, quien asuma este puesto.- dijo la subdirectora sin preámbulos, no causando ningún tipo de asombro en el chico.- sin embargo quiero que sepa que al principio no estaba de acuerdo, porque este año será muy fuerte para usted... entre sus clases habituales, los entrenamientos de la ED y los de quidditch, necesitara de mucha disciplina para llevar a cabo todas esas labores sin que ninguna perjudique lo mas importante: su rendimiento escolar.

-No se preocupe profesora.- acoto Harry con algo de petulancia.- podré manejar todo a la perfección

-Por favor señor Potter.- intervino McGonagall mirándolo fijamente.- lo conozco desde su primer curso... usted es un alumno promedio y ha tenido que esforzarse tanto o mas que el resto del alumnado, en algunas materias... así que me parece que este año tendrá que tomar las cosas mas en serio para poder cumplir con lo que se espera de usted.

Harry sintió una repentina olea de rabia, como respuesta a las palabras de la bruja, pero su cordura reprimió su deseo de quejarse, porque ella tenia toda la razón. Si bien sus notas eran bastante aceptables y había obtenido todos sus TIMOS, también era muy cierto que para lograrlo debió estudiar y practicar por horas interminables, y muchas veces había necesitado de la ayuda de Hermione.

-Es por ello que le he pedido a la señorita Granger que le ayude.- interrumpió McGonagall sus pensamientos.- algo que no será ningún problema para ambos, dado la gran amistad que los une.

-Ella siempre me ha ayudado, sin que nadie se lo pida.- puntualizo Harry sin poder evitar sonreír y sonrojarse.

-Si lo se Potter... eso para nadie es un secreto.- confeso ella.- solo que lo que antes hacían a escondidas, prefiero que ahora lo hagan con mi consentimiento.

Un duda surgió en la mente de Harry. ¿Hasta que punto estaría enterada la profesora McGonagall de todas las cosas que habían vivido juntos?.

-Se le hace tarde Potter... su próxima clase empieza en cinco minutos... le dijo la profesora con una sonrisa

Harry abandono el despacho con la firme convicción de que sus sospechas eran ciertas: La jefa de la casa Griffindors sabia mas de lo que decía.

Apresuro el paso para llegar justo a tiempo a la primera clase del día: Encantamientos. Busco con la mirada a sus amigos.

Ron y Hermione estaban sentados juntos y se hablaban casi en susurros. Harry se sentó detrás de ellos y alcanzo a escuchar lo que se decían

-Vamos Hermione, yo se que quieres, tanto como yo.- le decía Ron con impaciencia.- o es que no te gusto?

-Sabes que lo que siento por ti es mas que gusto.- dijo Hermione indignada.- pero no se... si... si estoy lista.

Hermione bajo la mirada y se escondió entre las paginas del libro que tenia frente a si. Ron suspiro resignado y se aparto de ella con cierta molestia, tenia las orejas coloradas.

Harry los miro sorprendido. No podía imaginarse a sus dos amigos en una situación intima. Pero era algo inevitable. Si él llegó hasta el limite con Susan Bones, con quien si a penas había cruzado un par de palabras en el curso anterior, que seria entre ellos, que desde hacia mucho se les notaba a leguas lo que sentían el uno por el otro.

El profesor comenzó la clase, explicando los hechizos que aprenderían aquel año, como preparación para los EXTASIS.

Ron miraba de reojo a Hermione, quien escribía rápidamente sobre su pergamino. A la mente del pelirrojo se aglomeraron algunos recuerdos.

Caminaban de regreso de la reunión de prefectos. Les tocaba la primera ronda de vigilancia.

-Me parece exagerado todo el trabajo que nos han asignado.- se quejo Ron de pronto mientras detenía su andar.- no quiero ser la niñera de nadie.

-No vamos a ser niñeras Ron.- intento explicar Hermione.- es solo que las medidas de seguridad van a ser incrementadas y nosotros como prefectos debemos ayudar.

-Tonterias... te imaginas cuando Harry se entere que tu vas a estar siguiéndole los pasos.- bufo Ron.- se pondrá furioso de que lo espíes

-Yo no voy a espiarlo.- se defendió la chica.- solo a estar mas pendiente de él que de costumbre... además McGonagall me aseguro que se encargaría de que Harry colabore conmigo.

-Pues no se, como va a hacer ella, para lograr que Harry acepte que tu estés pegada a él las veinticuatro horas del día.- dijo Ron pensativo con la miraba clavada en sus pies.- además esa idea me pone mal

-Oh por favor Ronald, no seas exagerado.- le reprocho Hermione algo risueña.- primero no voy a estar con Harry todo el día, solo cuando sea necesario, tengo que respetar su intimidad... y segundo...¿por qué esa idea te pone mal?

Ron levanto la mirada y la dejo fija en los ojos de Hermione. Se miraron por un rato. Quizás este era el momento

Él se acerco a ella, quien retrocedió un par de pasos, hasta que choco con la pared del pasillo.

-Acaso no es obvio.- susurro Ron, colando sus manos temblorosas en la cintura de ella.

Hermione sintió el respirar irregular de Ron sobre sus pechos, seguido del calor de sus labios. Se estremeció cuando él comenzó a besarla suavemente. Volvieron a fijar sus miradas el uno en el otro, hasta que instintivamente cerraron los párpados a medida que el beso se fue profundizando. Para Ron fue increíble sentirla así, y saberla a su merced.

Ella abrió su boca, dejando entrar la lengua de Ron, hasta que rozó la suya. Ambos gimieron ante el húmedo contacto. Las manos de Hermione lo tomaron por los hombros y lo atrajo mas hacia ella y luego sus dedos subieron por su cuello hasta perderse por sus rojos cabellos.

Ron la abrazo con fuerza, al tiempo que el beso se hacia mas frenético y les robaba poco a poco el aliento.

Presos de la necesidad de respirar, se separaron, pero el chico no deseaba separarse del abrazo, por lo que rápidamente hundió su rostro en el cuello de ella y comenzó a besarlo, mientras sus manos subían y bajaban por la espalda de Hermione, quien no dejaba de suspirar, hasta que un dolor agudo le obligó a separarse de él.

-Ron ¿que haces?.- pregunto indefensa llevándose la mano al cuello

-Lo... lo... lo siento... no... no fue... mi... mi intención.- tartamudeo

-Me mordiste.- reclamo ella

-Perdóname Hermi.- dijo él mientras se acercaba a ella de nuevo.- es que me gustas mucho... te deseo tanto

-Pero ¿que deseas?...¿comerme?...

Hermione calló al ver un brillo extraño en los ojos de Ron.

El chico se abalanzo sobre ella y sin darle tiempo a reaccionar se encontró dentro de un compartimiento, con él sobre su cuerpo, besándola con desenfreno, sin dejar de repetirle todo lo que su corazón había callado hasta ese momento, todo lo que sus instintos deseaban hacerle.

Hermione intentaba corresponder con el mismo afán, porque aunque deseaba aquello desde hacia mucho tiempo, aquella no era la forma en que ella lo había ideado.

El traqueteo de tren sobre los rieles, los hizo separarse un poco para evitar caer al suelo.

-Ron creo que mejor nos calmamos un poco.- sugirió Hermione ruborizada al verse semidesnuda.- de seguro nos están buscando... además no hemos cumplido con la ronda

-Al diablo con la ronda... quien piensa en eso ahora... ven.- le pedio Ron mientras la tomaba por la cintura con cierta brusquedad y la atraía hacia él.- dime exactamente donde quedaron mis labios

-No Ronald... no... este no es el lugar... ni el momento.- le recordó ella tratando de soltarse.

-Eso no importa... lo importante es que me vuelves loco.- gruño al volver a su cuello

-Me haces daño.- gimió ella al sentir como él volvía a morderla.

Lo empujo con fuerza y abandono el compartimiento antes de él pudiera reaccionar.

Y ahora estaban allí, sentado uno al lado del otro, tan cerca como no lo habían vuelto a estar, porque aunque él intento buscarla y quedarse a solas con ella, Hermione magistralmente lo evito todo ese tiempo. Pero si Ron hubiese echado un vistazo al pergamino de ella, se encontraría con que la morena no había escrito nada en el. También habia pasado la hora recordando el incidente del tren.

Durante el intermedio, antes de la siguiente clase, Harry le pidió a Ron hablar, lo que Hermione aprovecho para huir.

-¿Qué quieres Harry?.- pregunto Ron sin disimular su frustración al ver como la morena se alejaba de ellos

-Soy el nuevo capitán de quidditch.- le notifico ignorando que Ron no le prestaba la atención debida.- así que esta misma tarde comenzamos los entrenamientos.

-Te felicito.- dijo el pelirrojo cabizbajo.- cuanto mas rápido empiecen esos entrenamientos mejor... así dejo de pensar en tonterías...

-¿Qué te pasa Ron?.- pregunto preocupado el moreno.- estuviste muy ausente en la clase y sin dejar de mirar a Hermione... acaso paso algo entre ustedes

-Pues... si... pasaron algunas cosas, que me tienen aturdido.- confeso ruborizado

-Cosas ¿cómo que?

Harry observaba divertido como el rostro de su amigo se tornaba de un rojo encendido. Y sonrió al pensar que quizás ya había experimentado lo mismo que él.

-Cosas, Harry, cosas... cosas entre Hermione y yo... cosas que solo habían estado en mis sueños y que ahora que las he vivido no puedo sacármelas de la mente...

Ron se rasco la cabeza con impaciencia y volvía a bajar su mirada.

-Te entiendo compañero.- dijo Harry solidario.- yo también he...

Un par de campanadas les indico que era hora de volver a clases, por lo que ambos chicos caminaron al aula de Transformaciones.

Ron no podía evitar mirar a Harry, al parecer él había estado a punto de decirle algo. ¿Seria acaso que su amigo y su hermanita...?

Harry no podía evitar la mirada escudriñadora de Ron. Por un momento estuvo a punto de cometer un grave error. Porque contarle a su mejor amigo sobre su encuentro con Susan Bones, no era para nada aconsejable, ya que el pelirrojo antes que ser su amigo, era el hermano mayor de su novia.

¿Novia?. De nuevo recordó a Ginny, y la conversación que tenían pendiente.

El primer entrenamiento de quidditch, en realidad solo fue una pequeña reunión, para puntualizar quien ocupaba cada puesto, ya que con la vuelta de los gemelos el equipo quedaba completo, además de fijar los horarios de entrenamientos.

Ron estaba impaciente porque Harry dejara de hablar, deseaba estar en el castillo, justo cuando Hermione saliera de su clase de Aritmancia. Pero al mirar su reloj de pulsera por enésima vez, supo que ya el objeto de su impaciencia debía estar rumbo a la casa común de Griffindors, por lo que sin importarle para nada que la reunión no terminará, salió corriendo.

-Y adonde va Ron con tanto afán?.- pregunto Katiee Bell al ser casi atropellada por el chico

-Las hormonas vuelven loco a cualquiera.- comento George picaramente

-Y nuestro pequeño hermano no ha escapado a sus encantos.- bromeo Fred

-O a los de cierta morena.- puntualizo George

Algunos comenzaron a reírse, sin embargo ni Harry ni Ginny los secundaron.

-No es gracioso que se burlen de nuestro hermano.- les reprocho Ginny cuando estuvieron a solas

-No fue nuestra intención.- dijo Fred un tanto apenado

-Pero no puedes tapar el sol con un dedo.- intervino George

-Hasta un ciego se daría cuenta.- continuo Fred

-Que esos dos se gustan.- concluyo George

-Y se desean.- agrego Fred con una amplia sonrisa.

Harry no pudo evitar sonreír esta vez, porque los gemelos tenian toda la razón

-Creo que nuestro hermanito no necesitara de nuestra ayuda después de todo.- dijeron los dos mientras abandonaban los vestuarios.- nos vemos luego... aprovechen nuestra ausencia

Ginny tomo su mochila para abandonar el lugar, pero Harry se lo impidió tomándola de la mano.

-Espera... necesito hablarte

-Sobre que?.- dijo Ginny haciéndose la desentendida

-Bien sabes que hay algo que aclarar.- le recordó Harry mientras la tomaba por la cintura

Ginny cerro los ojos al sentir el contacto. Hacia tanto que deseaba estar a solas con él.

Harry no pudo evitar la tentación de besarla. Y al hacerlo sintió que los sentimientos hacia ella tomaban mas fuerza en su corazón.

Mientras sus labios acariciaban con dulzura y deseo los labios femeninos, sus manos se introdujeron lentamente por debajo de la blusa, acariciando suavemente la suave piel de ella. Ginny hizo lo propio, recorriendo con las yemas de sus dedos la espalda masculina.

Harry movía su lengua dentro de la boca de Ginny, enredándose con su homónima; y al mismo ritmo los dedos de él jugaban con los pezones de ella, quien no podía evitar gemir; logrando sin querer que él deseara mas.

Atrapó los pechos con sus manos, apretándolos con mas fuerza a medida que la besaba. Ella acariciaba sus cabellos azabache, mientras sus labios bajaron al cuello de él, haciéndolo estremecer ante la sensación de aquellos suaves besos por su piel. Esto aumento mas el deseo de Harry por un contacto mas intimo. Bajo sus manos por las caderas y los muslos de Ginny. Con premura las deslizo por debajo de la falda y comenzó a tocar la ropa interior, sintiendo por encima de la tela, la humedad que había comenzado a manar de aquella zona producto del deseo.

De pronto un ruido le hizo detenerse. Alguien mas estaba en los vestuarios. Se separaron. Ginny corrió y se escondió en una de las duchas.

Harry se acomodo la corbata y la túnica justo a tiempo antes de que una voz le hiciera volverse

-Aquí estas.

Hermione se sintió aliviada al verlo. No había vuelto con Ron y se tardo mucho en regresar, así que pensó que algo, quizás le había ocurrido. Harry frunció el entrecejo y tratando de controlar su molestia ante la interrupción dijo

-¿Qué quieres?

-Nada en especial Harry... solo que me preocupe al ver que no regresabas a la sala común.- dijo sonriendo

-Pues ya vez... no me ha pasado nada.- Harry miro de reojo hacia las duchas.- creo que Ron te estaba buscando

-Si así es... nos esta esperando en el gran comedor... vamos Harry la cena ya esta servida

Y tomándolo de la mano le hizo seguirla. El chico no entendió la actitud de su amiga. No quería irse y dejar a Ginny.

-Adelántate... debo organizar algunas cosas.- se apresuro a decir él.- yo luego voy.

Hermione se mordió el labio inferior. Harry pudo notar en su mirada que estaba preocupada por algo

-Ocurre algo.- pregunto por lo bajo, para que Ginny no le escuchara.- tiene algo que ver con Ron?

La morena afirmo con un movimiento de cabeza y bajo la mirada

-Te hizo algo?... se pelearon?.- siguió preguntando para intentar entender la actitud de su amiga

Ella negó con la cabeza. Él se estaba impacientando. La adivinación no era su fuerte.

-Y entonces?

-No preguntes Harry... solo ven conmigo... acompáñame.- le pidió ella en un susurro.

Sin mas que hacer, Harry abandono los vestuarios junto a Hermione, sin poder decirle nada a Ginny.

La pelirroja salió unos minutos después de su escondite. Y con sigilo los siguió hasta el gran comedor.

Los dos chicos caminaban juntos sin decirse palabra. Ginny estaba presa de incertidumbre al notar la actitud de la morena hacia Harry. Pero al notar la actitud de los tres amigos durante la cena, pudo comprender lo que ocurría. Hermione estaba usando de escudo a Harry para evitar que Ron se acercara a ella.

El moreno también lo había comprendido, por lo que se sintió fastidiado ante la situación. Suspiro frustrado y molesto por lo que dejo inconcluso con Ginny, solo por ayudar a Hermione. Pero se resigno al notarla tan nerviosa. Miro de reojo a Ron, tratando de entender que seria lo que éste le había hecho para ponerla en ese estado.

De pronto una melodía llego a los oídos de Harry. Miro a su alrededor notando que al parecer nadie mas la escuchaba. Y fue solo en ese instante que el tatuaje de la orden del fénix, grabado en su pecho comenzó a latirle, haciéndole comprender que estaba siendo convocado por la Orden.

Se puso rápidamente en pie y disculpándose, casi corrió hasta el despacho de Dumbledore, donde lo esperaban.

-Gracias por venir Harry.- le dijo el director con una sonrisa.- debemos partir... nos esperan.