Algunos días pasaron, él gran diseñador Gabriel, estaba echando humo por los oídos, su desvergonzado hijo no había vuelto de la dichosa fiesta.

Gabriel conocía tan bien a su hijo que pensó que estaba en alguna otra fiesta, todo con él afán de hacerlo enfadar, así era siempre. . . se perdía por varios días. . . e incluso llegó a desaparecer por un mes.

Por supuesto que eso no significaba que él padre no se preocupara por su hijo. . . siempre mantenía a alguien cerca de su hijo vigalondo. . . a veces él mocoso lograba burlar a los guardias secretos y en otras ocasiones ni se percataba de ellos.

Esta vez fue de esas ocasiones en dónde Adrien logra burlarlos. . . es por esto que Gabriel estaba tan enojado. . . no sabía cómo manejar él temperamento tan desastroso de su hijo.

*

Por otra parte, de noche en alguna calle solitaria de la ciudad de París. . . cierto gatito negro caminaba asustado, escondiendose con él más minimo ruido.

Los últimos días de su vida siendo gato habían sido terribles.

Llamaba a gritos a las personas por auxilio. . . pero sus gritos eran simples desgarradores aullidos, lo único que lograba era asustar a la gente a la que se le acercaba haciendo que lo corran e incluso algunos le avienten cosas con la intención de ahuyentarlo.

Desgraciadamente las personas eran muy supersticiosas, asi que su color no era de gran ayuda para él. . .todos pensaban que los gatos negros eran augurio de mala suerte, por lo que nadie lo queria cerca.

Pero sobre todo lo que más le había costado trabajo era alimentarse. . . aguanto él hambre en un inicio, pero después fue imposible aguantar, así que se vio obligado a comer comida de la basura y en casos más extremos en mal estado ya resignado comenzó a beber agua de cualquier cuerpo de agua. . .

Estaba desesperado, ya no sabía que debía hacer ni a dónde debía de ir, ya estaba cansado de caminar sin rumbo, con la esperanza de que alguien lo ayudara.

No importaba cuánto intentara suplicar clemencia a los seres que lo maldijeron, estos no aparecían.

Para su desgracia (conveniencia del guión) terminó en un callejón que para mal era territorio de gatos callejeros, gatos realmente agresivos y territoriales. . .por su puesto a nuestro modelo nunca se le ha dado bien estar en peleas, por supuesto mucho menos siendo un gato y que tus contrincantes también lo sean.

Terminó golpeado, rasguñado y herido en una de sus patas delanteras. . . y la gota que derramó él vaso fue cuando comenzó una lluvia torrencial.

Derrotado comenzó a cojear a él lugar más seguro que pudo encontrar, una caja de cartón debajo de un bote de basura, para refugiarse de la fuerte lluvia, ciertamente a este punto ya había comenzado a perder la esperanza.

Su vista estaba nublada, poco a poco todo se vio borroso y cuando pensó que todo había terminado y que moriría de hipotermia en ese desagradable lugar, un ángel apareció en su pequeño campo de visión.

Una chica de cabello azul azabache apareció sosteniendo un paraguas transparente, haciendo que la luz de los postes de luz la iluminaran como una aureola divina, sus ojos azules lo veían con tristeza.

Eso fue lo último que vio antes de desmayarse.

Marinette veía con preocupación al desdichado gatito herido, acurrucado y temblando de frío; no podía quedarse simplemente así e irse y dejarlo a su suerte, ella no era ese tipo de persona.

Lo primero que vio fue su pequeña patita herida, ya era muy tarde para llevarlo al veterinario y estaba lloviendo muy fuerte, lo mejor que podía hacer era mantener su pata inmovil, así que sin pensarlo demasiado se retiró él pañuelo de su cuello y envolvió con firmeza su pata herida.

Con mucho cuidado lo agarró y se lo llevó en brazos intentando mantener él pequeño cuerpo tembloroso del gatito lo más caliente posible hasta que llegaran a su casa.

Una vez ahí, intentaría secarlo y cuidar que no le pasara nada malo en toda la noche, hasta que alguna veterinaria abriera al día siguiente.