Marinette llegó de su trabajo derrotada, cumplir con las exigencias de Chloe era bastante agotador.
Lo primero que hizo al llegar a casa fue tirarse en él sillón y tomar un breve descanso, cerró los ojos y se relajo, todo estaba bien pero inesperadamente sintió que alguien la observaba. . .
Abrió los ojos y dirigió su mirada hacia dónde sentía esa presencia y se encontró con unos ojos esmeraldas que la observaban.
Asustada se paró rápidamente del sillón, se había olvidado momentariamente del gato que rescató la noche pasada.
-"Ah, eres tú, te ves mucho mejor. . . No has comido nada, verdad? . . . Lo siento, me olvidé de ti. . . ."- se disculpó sin saber si este le entendía siquiera.
Adrien miró a su salvadora desde él momento en él que entró a la casa, tenía la sensación de haberla visto con anterioridad. . . Antes de ser maldecido por los espíritus, pero por más que lo pensaba no lograba recordarlo.
Pero fue sorprendido mirándola, vio como sus mejillas se tornaron rosadas mientras le decía algo y luego se disculpaba, la vio irse a la cocina y regresar con una lata de atún.
Adrien ya se había resignado a comer casi cualquier cosa, y cuando olió él olor del atún, que antes le era desagradable, su estómago rugió de hambre ya sin ningún problema comió activamente.
Marinette veía encantada como él pequeño minino comía.
-"Es momento de buscar a tu familia pequeño"
Adrien se asustó, él sabía muy bien que no había ninguna familia a la cual volver. . . Osea, si la tenía pero no en forma de gato. . . Nadie iba a responder por un gato callejero.
No quería volver a vivir en la calle y tener que alimentarse de basura otra vez. . . no quería que lo lastimaran de nuevo.
Su única esperanza era esa mujer, la única que lo había acogido, alimentado, cuidado y tratado con cariño. No quería dejarla, si debía hacer una buena acción sería con y para ella.
Con su mirada y sus palabras que más bien eran maullidos le quiso rogar, que no la dejara.
Marinette río, pensando que él pequeño estaba feliz de buscar a su familia. . . Por supuesto malentendidos las acciones del gatito.
-"Muy bien gatito di Miau!"- dijo a la par que le tomaba fotos. Fotos que subiría a Internet con la esperanza de que alguien preguntará por él.
Adrien estaba desesperado, ella no le entendía, no sabía cómo hacer para quedarse con ella y eso le preocupo, ya que si no sabía cómo hacer algo tan sencillo como permanecer a su lado, mucho menos sabría que hacer para ayudarla y librarse de la maldición.
-"Dado que no puedo llamarte gatito toda la vida debo de ponerte un nombre temporal. . . Que te parece. . . ¡Chat Noir!"- sonríe- "perfecto, no lo crees?"
-"Miau"- respondió dócil.
Y entonces lo decidió, cómo sabía que obviamente no tenía familia debía ser él mejor gato de todos, tan bueno que la joven no quisiera dejarlo a su suerte, tenía que aferrarse a ella tanto como pudiera, por su bien y por él bien futuro de ella.
Por otra parte Gabriel estaba cada vez más preocupado, ya había pasado bastantes tiempo desde la desaparición de su hijo, comenzó a creer que le había pasado algo malo y que no era simple capricho de el irse así por qué si.
Comenzó a moverse por debajo de agua, no quería que los fans se enteraran de la desaparición de su ídolo, seria un verdadero caos y así sería aún más difícil encontrarlo, por él temor de que algo malo le pasará.
Así como tenía fans a montones también tenía haters, personas que podrían aprovechar está oportunidad para hacerle algo malo a su adorado hijo.
Debía moverse con discreción si o si.
Así fue los siguientes días, él ahora nombrado Chat Noir se comportaba como él mejor gato del mundo, extrañamente cariñoso y muy bien portado.
No había ningún mensaje por parte de alguien preguntando por él mínimo, la actuación obediente del gato la había convencido.
De todos modos en su mente, ella estaba pensando muy seriamente en conseguir una compañía, ya era una mujer adulta, sin pareja, trabajando a tiempo completo, sin poder ver a sus amigos por falta de tiempo por ambas partes, sinceramente se sentía muy sola.
Quizás él destino la había llamado hacía ese pequeño gato desafortunado.
La chica no podía poder mirarlo con ternura, realmente era un gran alivio que apareciera en su vida de la nada.
Cada día que pasaba, sentía extrañamente que se volvía más cercana al mínimo, podía ver que sus pequeños ojos esmeraldas había un brillo de inteligencia, lo que hacía que ella pensara que él pequeño podía entenderle.
Sin embargo no se le hacía nada extraño, hay muchos animales inteligentes en todo él mundo.
Finalmente cuando no pudo soportar todo sus pesares, pensó que era buena idea abrirse con él, a fin de cuentas solo era un gato.
