Declaimer: Obviamente los personajes no me pertenecen, son de JK y aunque ya me harte de pedírselos como regalo de Navidad no cambia de opinión… si alguien me da a Harry, Sirius o James, le estaré eternamente agradecida
"Volver a confiar, volver a amar…"(by Lady Verónica Black)
La presencia de Lily en aquel apartado lugar de Escocia fue mal recibida por James Potter. Según él ella albergaba oscuras intenciones con respecto a él y sus compañeros de trabajo. Lily tenia la necesidad de aclarar el malentendido y de que ese hombre confiara en ella… pero para eso ella tenia que contarle un secreto que no estaba dispuesta a revelar…
-Capítulo Tres-
Entre los dos lavaron los platos y cuando terminaron, Lily volvió a mirara por la ventana.
"¿Cree que ya…?"
"No –la interrumpió él-. Con esta tormenta no hay manera de salir de la cabaña y cruzar el río."
Era cierto. Los pinos se inclinaban peligrosamente ante la fuerza del viento, y grandes olas llegaban hasta aquella caleta retirada.
En la ventana apareció el reflejó de James llevando una lámpara de aceite. Se detuvo a su espalda y se quedo observándola con intensidad.
Una fuerte tensión se creo entre ellos, y para romper el incomodo momento, Lily preguntó temblorosa:
"¿Y sí me voy caminando? Mañana puedo regresar por el bote."
El hombre contuvo una maldición ante la terquedad de la pelirroja, y dijo sin ningún expresión facial:
"De acuerdo."
A la muchacha le extraño que respondiese de inmediato, y más aun le extraño el tono en que lo dijo.
"Vamos, vete."
"Necesito una chaqueta y tal vez un paraguas…"
No le dio la oportunidad de buscar ninguna de las dos cosas, porque abrió la puerta de un tirón y la obligo a asomarse por ella. Al momento, Lily sintió que el pelo le azotaba la cara y que el viento helado se le colaba por todos los resquicios de la ropa.
"¿Ahora entiendes que tienes que quedarte esta noche aquí?" –le preguntó él al acabo de un minuto con voz extremadamente cortante.
Ella asintió vigorosamente, anhelando la calidez que reinaba en el interior de la cabaña.
Una vez dentro, se aparto el enredado pelo de los ojos y preguntó desalentada:
"¿Qué vamos a hacer?"
"Irnos a dormir. Los tres. Ahora no hay nada que hacer, lo único que nos queda es esperar que la tormenta termine. Ya veremos que sucede mañana."
Ella intento protestar, pero James se le adelantó:
"Aunque es demasiado temprano para irnos a dormir –miro su reloj, y continuo-. Hay que hacer algo que nos guste a los dos, para pasar el tiempo más rápido."
"Ya le he dicho que no" –se apresuro a contestar la chica.
"En ese caso…"
De una mochila saco un equipo de música portátil y unos cuantos CD's, preparo todo en unos cuantos segundos.
"¿Te gusta la música clásica? –y sin darle tiempo a contestar, añadió-. Me alegro que sí porque es lo único que tengo acá."
Encendió el aparato y se sentó. Ella también se sentó y se dispuso a escuchar. James sé hecho hacia atrás, extendió las piernas y apoyo las manos en los brazos del sillón. Lily estaba demasiado tensa como para poder relajarse con tanta facilidad, pero la música no tardo en invadir sus centros más sensibles y se abandono a su influjo.
Abrió los ojos cuando el CD termino y se encontró a James mirándola fijamente. Le pareció que sus ojos expresaban una cierta admiración y algo semejante a la incertidumbre, sin embargo, lo que más la inquietó fue otra cosa, en brillo en la mirada de él le aceleró los latidos del corazón de forma inhumana, de una forma que nunca en toda su vida había conocido.
"¿Pongo otro?" –preguntó él, al tiempo que pagaba el aparato.
Al ver la formalidad con la que la trataba, pensó que se había equivocado al tomar sus palabras anteriores como insinuaciones, y respondió lo más cordial posible:
"No, gracias. Si me hace el favor de irse a su habitación, yo…"
"La que se va a la habitación sos vos. Yo dormiré aquí."
"No le voy a sacar su habitación, señor Potter."
"Será por esta noche nada más."
Se dirigió a la escalera dando por hecho que ella lo seguiría.
"No he cambiado las sabanas de la cama. Aunque solo se han usado una vez, pero sí quieres, en el armarios hay sabanas y mantas limpias."
"Tal como me siento, no me importaría dormir sobre una piedra y sin nada con que taparme. Pero usted no debería…"
James le sello la boca con un dedo. Al sentir el roce de su piel, la chica se quedó inmóvil, sin respirar. Él la miraba con tal intensidad que la hizo ruborizarse. ¿Habría pensado que sus palabras eran una señal para dar rienda suelta a sus deseos?
"Yo tengo una bolsa de dormir que colocare sobre la alfombra de la sala. Esta habitación y el baño son para ti. Encontraras toallas limpias y un poco de ropa por si deseas darte un baño."
"Gracias, señor Potter."
"Ah, otra cosa, querida. Basta de llamarme señor Potter, ya me están hartando esas palabras, creo que ya pasamos la fase de timidez y que me puedes llamar James. Después de todo casi tenemos la misma edad ¿Ok?."
"Pero, señor..."
"Pero nada, Lily. Solo James. Haber dilo, es un nombre sencillo… JA-MES…"
"James –respondió ella entre dientes y con los ojos entrecerrados.- pero sabe, resulta que yo no soy más que una simple asistente, y no se me tiene permitido hablar con tal confianza al señor de la casa. Espero comprenda mi situación, señor Potter. Buenas noches, que duerma bien."
James solo asintió, sabiendo que de seguir la conversación terminarían discutiendo; de reojo vio como la hermosa y temperamental pelirroja entraba al baño.
Un rato después de que salió del baño, Lily lo oyó reprender a Snippet por entrar mojado a la sala. Entro a la habitación, y se acostó directamente a la cama, esta era enorme, y durante unos cuantos minutos se dedico a explorarla con las piernas. De ella desprendía el mismo aroma de la ropa que la señora Potter le había prestado. Ahora que conocía a James sabia que era su aroma, la fragancia de una colonia que nunca había olido y que le llegaba a lo más profundo de sus sentidos, aquel aroma despertaba en ella una gran inquietud…
Hundió la cara en la almohada para poder ahuyentar esos pensamientos y como no lo lograba, decidió pensar ene el cuento que quería escribir.
"La protagonista será una mujer llamada…. Lily ¡como yo, Y el hombre se va a llamar… no, James no. ¡Jake!… Jake es bonito, y va bien con la trama… Lo malo es que no tengo ninguna trama grrr..."
La tormenta rugía afuera, haciendo temblar los cristales de las ventanas. El aire se colaba por todos los resquicios, provocando extraños y tétricos sonidos. Estaba muy oscuro y los relámpagos forman sombras fantasmales en las paredes. Lily empezó a desear que en la mesita de noche hubiera una linterna, queria iluminar aquellos sombríos y oscuros rincones de la habitación para asegurarse de que no había nada malo en ellos.
Saco la mano bajo las sabanas para buscar a tientas algo que produzca luz, pero no encontraba nada. En ese momento, oyó una respiración pesada procedente de la puerta, sobresaltada, movió bruscamente la mano y tiro algo que estaba en la mesita. El grito que hizo el objeto al caer al suelo arrancó un grito desesperado de su garganta.
Después, oyó ruido de pasos precipitados en la escalera y en el pasillo. La puerta se abrió de pronto, y algo brinco sobre la aterrorizada chica. Esta vez el miedo le impidió gritar, y tan solo un sollozo brotó de sus labios.
Un ladrido sacudió el cuerpo de aquel ser que cayó sobre ella, y Lily lo abrazó al instante.
"¡Snippet! –exclamó-. ¡Que alegría verte!"
Como pudo, evitó el contacto de su lengua caliente y pegajosa, y volvió los ojos hacia la puerta. En el umbral había una figura masculina, iluminada apenas por la luz de la linterna que portaba.
"Te…tenía miedo –dijo ella, intimidad a su pesar por la actitud que exponía James, arrogante y burlona-. Usted esta acostumbrado a los huracanes y a los tifones que soplan por aquí, porque decididamente esto no es una tormenta normal, pero yo.. yo no lo estoy… solo quería un poco de luz, pero de pronto oí un ruido muy fuerte y me asuste.
"Yo también lo oí" –la imponente figura masculina rodeo la cama para inspeccionar los daños.
"Pagare todo lo que halla roto –ofreció la chica avergonzada-. Cueste lo que cueste."
"Ya puedes empezar a ahorrar, Lily –fue la irónica respuesta que obtuvo, le mostró una lámpara de pilas-. Esta intacta, tienes mucha suerte, te has ahorrado cinco libras."
James dejo la lámpara en la mesita de noche y se quedó mirándola, con las manos en la cadera, entonces la chica se dio cuenta que solo estaba vestido, si a eso podia llamárselo estar vestido, por unos pequeños pantaloncitos negros y una camiseta blanca sin mangas.
Le costo trabajo apartar su mirada de su alta y fuerte figura, recorrió el vientre plano, los brazos musculosos, y los amplios hombros que la remera apenas ocultaban. Sin embargo en su rostro apenas si lograba identificar una expresión.
"No se admiten perros en las habitaciones –declaro James con severidad-. Y mucho menos en la cama."
Uniendo sus palabras a la acción, tomo al animal y lo deposito en el suelo, a lado del lecho. Al momento Lily volvió a oír el rugido del viento y volvió a recordar lo tenebrosa que se veía la habitación con la luz apagada.
"Deje que Snippet se quede conmigo –suplicó-. Para que me haga compañía. Me siento muy sola."
"Eso tiene fácil arreglo. Córrete para el otro lado, este es mi lado de la cama."
La idea de compartir el lecho con aquel magnifico ejemplar del sexo masculino la horrorizo… y también, aunque no quisiera admitirlo, la excito. Esto fue lo que más la alarmó.
"¡NO! –exclamó al instante-. Gracias, pero… no. No se preocupe, estaré bien. Váyase a dormir tranquilo."
"No he podido pegar los ojos porque este animal me empuja sin descanso para echarme de la alfombra frente a la chimenea. ¿Y teniendo una cama enorme, blanda y tibia debo volver a ese horrible y duro piso de madera? No, señor, eso si que no."
Al decir estas palabras, su rostro adquirió una expresión maliciosa, sin esperar respuesta hizo salir a Snippet de la habitación y cerro la puerta.
"En ese… -las palabras se negaban a salir de su boca-. En ese caso…. en ese caso, usted…"
Pensó en amenazarlo, pero la casa era suya… la cama era suya… todo allí era de él.
"En ese caso –repitió con la boca seca-. Júrame que no te moverás del lugar donde te acuestes."
"Lo intentare… -al ver la cara de rabia de ella, cambio inmediatamente la respuesta-. Esta bien, prometo no moverme."
Lo dijo con un tono demasiado natural y con una cara de angelito que no convencería a nadie. No tuvo mucho tiempo para pensar en la respuesta que le había dado, porque James levantó las sabanas y ella se dio cuenta de que la camiseta que se había puesto para dormir se le había enrollado más arriba de la cintura, dejando al descubierto sus largas piernas y parte de su estomago. Inmediatamente intento cubrirse, pero el lo impidió tomándole suavemente las muñecas.
"Permíteme admirar un poco el paisaje. Me he portado como un verdadero caballero y ha llegado el momento de corresponder a mis atenciones, ¿no te parece?
Al cabo de unos segundos, durante los cuales ella no pudo más que tratar de cubrirse su desnudez con ambas manos. James la tomo en brazos.
"¿Qué te propones, Potter?" –protesto la chica con el entrecejo fruncido.
"Ayudarte a que te mudes."
La deposito en el otro extremo de la cama y luego se dejo caer en ella. La chica se lo quedo mirando perpleja y con las mejillas rojas de la vergüenza y la furia.
"¿Es la primera vez, cariño?" –preguntó él sonriendo de forma cínica.
"Puede que sí, puede que no. Eso no es asunto suyo, señor Potter –fue la única respuesta que se le ocurrió.
El arqueo una ceja y sonrió levemente.
"Estoy cansada" –esgrimió Lily a manera de defensa.
"De acuerdo, de acuerdo –respondió el hombre, chasqueando la lengua-. Sé entender una indirecta."
Entonces se levanto, la arropo hasta el cuello, se acomodo en su lado de la cama, y apago la luz. La joven sintió un gran alivio, y a la vez una gran desilusión cuando James se aparto de ella.
"Buenas noches, Lily."
Ella respondió con un murmullo apenas audible, y siguiendo su ejemplo, se volvió y acomodo su almohada. Paso mucho tiempo sin que lograra conciliar el sueño. La profunda y suave respiración de aquel hombre le molestaba más que el rugido de la tormenta. Unos minutos antes deseaba compañía, ahora su compañía la inquietaba más que la habitación a oscuras.
Volvió la cabeza lentamente, y vio una sombra un poco más oscura que el resto. Era el hombro de James. Sin saber porqué, sintió el deseo de acariciarlo, de frotar su mejilla contra aquella piel que había visto minutos antes y…
Controlo sus deseos con esfuerzo y nuevamente trato de relajarse para dormir. Al cabo de otro minuto se volvió hacia el otro lado, pero el anhelado sueño se resistía a llegar.
Le dio la espalda de nuevo, y al poco tiempo se dio cuenta que él también se movía. Ella se apartó lo más que pudo, pero unos brazos la sujetaron muy fuerte por la cintura.
¿No puedes quedarte quieta? –murmuro la voz masculina en su nuca.
Ella no contestó y permaneció inmóvil hasta que el sueño, misericordiosamente, se apodero de ella.
O o o o ODespertó un rato después del amanecer, con la desagradable sensación de hallarse en un lugar desconocido.
"Hola."
Al oír aquella palabra, todo volvió a su mente. A su lado estaba James Potter, con un codo apoyado en su cabeza y mirándola fijamente.
Todos los sentidos de Lily le gritaban que huyera lo más rápido posible de la mirada de ese hombre antes de que fuera demasiado tarde, sin embargo, una pequeña parte de su ser le ordenó que no se moviera.
Fue como si se tratara de otra persona. No podía creer que ella se encontrará en la misma cama que James Potter, el nieto de su jefa, tampoco podía creer lo que pasaba cuando vio que él bajaba la cabeza lentamente hasta rozar sus labios con los suyos… y mucho menos pudo creer que eso le pasaba a ella cuando sintió cuanto estaba disfrutando de ese contacto.
Un momento después sintió como una mano se deslizaba tras su nuca y otra acariciaba sus muslos subiendo lentamente hasta el comienzo de su cintura. Al mismo tiempo que se quedaba quieta un grito de protesta ansiaba salir de su garganta. En cada segundo que transcurría su cuerpo iba cediendo a las caricias y los besos de James, logrando que las palmas de sus manos ardieran por el deseo de acariciarlo a él también.
En eso, el teléfono que se encontraba en la habitación empezó a sonar con una violencia inusitada, sacando a ambos bruscamente del mundo de sensaciones que se encontraban. Él fue el primero en separarse, y levantarse de la cama.
"Mierda…" –dijo James antes de contestar el aparato.
"¿Qué? –grito furioso, al mismo tiempo que se sentaba en la cama con el tubo del teléfono en la oreja; luego suavizando la voz, dijo:- Abuela, ¿tienes idea de la hora que es?… Son las cinco y media de la mañana… No, no soy la bella durmiente, aunque aquí a mi lado si tengo una princesa muy bella y dormilona…
Permaneció en silencio durante unos minutos, con la expresión de alguien que ha oído esas mismas palabras miles de veces.
"Tranquila abuela, no he tenido sexo con ella…"
miró a Lily, y la chica leyó en sus ojos la palabra "todavía".
"Te juro que no, abuela –continuo James-. No he tenido relaciones con ella, pero hemos dormido juntos… Sí, en la misma cama… Pues porque es la única que tengo…Claro que lo soy, al principio me acosté en la alfombra…¿Alguna vez has dormido en el piso, abuela?…Me lo imaginaba.
El hombre permaneció escuchando unos minutos más antes de añadir:
"No, abuela, ¿Por qué me tomas? Esas cosas solo las hago cuando la chica es deslumbrantemente hermosa y sexy; y cuando se me ofrece con descaro.
Separo el aparato de su oído, y la estridente voz de la anciana retumbo por todo el dormitorio, cuando vio que el tono iba bajando James volvió a hablar.
"Siento mucho haber herido tu sensibilidad, abuela, pero esa es la verdad… Pero.. Ufff te prometo que no le tocare un solo pelo… Iremos cuando el tiempo mejore…No te preocupes volverá a tu lado igual de virginal que siempre… Sí, abuela, lo entendí; Y sé que no es una broma… Ok ok… Adiós."
En cuanto colgó el auricular, subió las piernas a la cama. Lily dispuesta a escapar corrió las frazadas y movió las piernas en dirección al suelo, temerosa de lo que él pudiera hacerle… y de la forma en que ella podría reaccionar a ello.
No pudo escaparse porque él la tomo con fuerza de un brazo.
"¡NO! –exclamó empleando todas sus fuerzas, para resistir la atracción que le hacia sentir la vista de sus musculosos brazos y de su fuertes piernas-. No me toques. Yo no me estoy ofreciendo con descaro."
"¿Estas loca?¿Qué te pasa? –dijo él, sonriendo con malicia-. ¿No te gusto lo que dije o en verdad crees que no te encuentro deslumbrantemente hermosa y sexy?
La pelirroja tironeo con fuerza y se desprendió de su agarre.
"Lo único que me molesta es tu arrogancia y machismo, Potter. Es más, me niego rotundamente a seguir compartiendo la cama contigo un segundo más."
Se dio cuenta que la camiseta estaba prácticamente en la base de sus senos, se levanto rápidamente para estirarla, pero era más que evidente que lo que no llego a ver él se lo había imaginado muy bien. Avergonzada y más que humillada, corrió hacia la puerta, pero se detuvo al oír que él le decía.
"Si crees que lo que estaba haciendo antes es una falta total de caballerosidad, es que en verdad no conoces al macho de tu especie, Evans."
Lily tomo su comentario como un recordatorio más de su falta de experiencia, y eso la molesto aun más. Por lo que cerro la puerta de un portazo y bajo corriendo la escalera, se metió en el saco de dormir de su anfitrión y se acomodo frente a Snippet frente a la chimenea.
O o o o OSe despertó un par de horas después. Doblo el saco de dormir, y subió de puntillas de pie la escalera. Al asomarse al dormitorio, descubrió que estaba vacio, y exhalando un suspiro de alivio, entró.
Se puso una bata que encontro colgada tras la puerta, recogió la ropa que llevaba el día anterior y se dirigió hacia el baño. Quince minutos después salió arreglada, con su ropa puesta y recién duchada.
Bajo con cautela, esperando encontrar a James en la sala. No estaba ahí, tampoco Snippet, por lo que dedujo que James había sacado a pasear al perro. Lo llamo varias veces para asegurarse que no se encontraba en alguna habitación.
Por primera vez se encontraba completamente sola en la cabaña.
"Hay que aprovechar el momento", le dijo una voz interior, "Ahora puedes curiosear tranquila, buscar ideas para tu cuento."
Poniendo manos a la obra, se dirigió a la única puerta cerrada que había en la cabaña. ¿Por qué estaba cerrada?¿Qué secretos guardaba?
El corazon le latía apresuradamente cuando puso la mano en el picaporte, después conteniendo la respiración, lo hizo girar lentamente.
Al fondo, una gran ventana sin cortinas hacia entrar el sol de la mañana a raudales, y por primera vez desde que se levantara se dio cuenta del cambio de clima. Animada por ello paseo la mirada por la habitación.
Había estantes llenos de libros, una maquina de escribir, unos cuantos ficheros y un gran archivador en un costado. Sobre la pared derecha un gran escritorio de roble cubierto de papeles llamo su atención.
Se acerco y vio que el escritorio estaba lleno de lápices, papeles de varios tipos, hojas escritas a mano e impresiones de computadora llenas de formulas matemáticas, gráficos y números.
Eso basto para que su imaginación se pusiera a trabajar febrilmente. Cada segundo aquel hombre desconocido le interesaba más, James Potter era más que un joven millonario y nieto de una de las mujeres más ricas del planeta, James Potter era algún tipo de erudito en la ciencia.
Entonces recordó lo que su hermana Arabella le había recomendado: "Cuando tengas una idea, apuntala en papel. Nunca te fíes de tu memoria."
Saco su pequeña libreta de notas y escribió algunas palabras que le permitieran recordar el ambiente de aquel santuario secreto de su anfitrión…
"¡Ese seria un titulo genial", pensó ella eufórica, "El santuario secreto de mi anfitrión."
A sus oídos llego el sonido de unas pisadas deslizándose velozmente sobre el suelo. Al instante guardo su libreta y salió con rapidez de la habitación, cerrando la puerta silenciosamente. Un alegre ladrido llego del final del pasillo seguido de Snippet corriendo feliz con una rama en el hocico.
"Que tontito eres, Snippet –lo reprendió la chica dulcemente, mientras acariciaba al animal tras las orejas-. La rama debes llevársela a la persona que te la tiro no a otra."
James que estaba a unos cuantos pasos de ella, la miraba con curiosidad.
Ella, inquieta sin saber porque, dio un paso vacilante hacia él.
"Snippet me ha traído esto" –le dijo con la voz un poco temblorosa.
En los ojos del hombre brillaba de nuevo la desconfianza, su actitud era la de un hombre que esta a la defensiva. Sin decir nada tomo la rama y la arrojo al cesto donde estaban los leños para la chimenea.
Lily, nerviosa por su silencio, dijo:
"Llevo a Snippet a pasear un rato, ¿no?"
"Lo tuyo e suna deducción brillante, Lily –respondió él en tono de burla.-¿Ya desayunaste?
Al ver que ella negaba con la cabeza, añadió:
"Entonces desayunaremos juntos como cualquier pareja civilizada que ha compartido la cama."
"Le agradezco la invitación, señor, pero preferiría regresar a la casa –y con una aspereza que a ella misma la sorprendió, agrego:-Yo no soy huésped en la casa de su abuela, soy su empleada."
"Hasta las perfectas secretarias como vos deben desayunar, Lily. Y déjame aclararte que yo no soy un huésped, yo vivo en esa casa y si no paso la mayor parte de mi tiempo en ella es por razones laborales no porque no viva aquí."
Le hubiera gustado preguntarle que tipo de razones laborales lo obligaban a pasar tanto tiempo lejos de su hogar, pero se abstuvo de hacerlo.
"Seño Potter le agradezco su hospitalidad; sino hubiera aparecido ayer en el momento preciso lo más seguro es que estaría sufriendo pulmonía y andaría delirando medio muerta por las orillas del río. Muchísimas Gracias."
"No es una broma sobre lo que estas hablando, Evans. La pulmonía es una enfermedad muy peligrosa" –dijo él con voz grave.
"Bueno, entonces, te agradezco que me hallas salvado la vida."
James le dirigió una de esas miradas que le traspasaban el alma, y la pelirroja no pudo hacer otras cosa que ponerse la chaqueta para disimular su turbación.
"¿Adonde piensas que vas? " –pregunto él con brusquedad.
"A la casa de la señora Potter. ¿Porqué?"
"¿Y cómo piensas ir hasta allá?"
"Pues como vine hasta acá, en el bote."
"¿Vas a cruzar el río remando?"
"Por supuesto."
"¿Ya has visto como esta el clima?"
"Claro que si, es una mañana soleada y cálida…"
"Estará soleada, pero el viento que sopla con mucha fuerza y esta helado."
Lo más seguro es que fuera cierto. Pero ella al andar preocupada por obtener datos para su cuento no había pensado en ese detalle.
"¿Crees que una perfecta secretaria como vos tiene la fuerza necesaria para remar contra el viento, llevando encima el peso extra de un perro?" –preguntó James con sarcasmo.
"Yo… -empezó ella vacilante, y añadió como quien ve su ultimo rayo de luz-. El bote tiene motor."
"No sirve. Ya lo he intentado poner en marcha esta mañana temprano mientras dormías –dijo él en tono jocoso-. Sabes que por seguir con tus caprichos terminaras con la vida de ese perro y la tuya. Ayer te fallo la pulmonía, hoy lo intentaras ahogándote, ¿eres suicida o que, Evans?"
"¡Lo de ayer no lo hice a propósito! –exclamo ella furiosa-. Yo viví toda mi vida en la ciudad, no tengo ni idea como es el clima escocés. Además lo ultimo que pensaría en la vida seria suicidarme. ¡Amo mi vida y la quiero disfrutar al máximo!"
"Me alegra saber que aprecias tu vida, Lily, y para que veas lo caballeroso que soy te llevare yo mismo a lo de mi abuela para que puedas disfrutar tu vida al máximo."
"No tien.."
"Ya se que no tengo que hacerlo, si por mi fuera no lo haría. Pero le prometí a mi abuela que te llevaría sana y salva a su lado y cumpliré mi palabra."
"Esta bien –respondió ella, suspirando. Pero con una sonrisa que le salió de lo más hondo de su corazon al pensar que el chico pudiera llegar a preocuparse por ella tras su fachada frívola y desinteresada, añadió:- Me gustaría llegar antes del desayuno, ¿cree que..?"
"Con una sonrisa como esa, no habrá ningún hombre en la tierra capaz de negarte algo, Lily" –repuso James con una media sonrisa.
El pequeño bote se balanceaba peligrosamente sobre las olas que se mecían furiosas sobre el cristalino río. Lily estaba más que asustada, pero no queria reconocerlo, ni siquiera ante ella misma.
"Ninguna mujer puede estar asustada al lado de un hombre como él, sintiéndose protegida y en paz por su fuerza física y su imponente espíritu", le dijo su voz interior. Y, muy a pesar suyo, le dio toda la razón.
Un segundo después, su mente le advirtió que tenia que dejar de imaginarse a James Potter como el hombre perfecto, él solo era un hombre común, corriente, machista, arrogante y cínico; en fin era un chico más del montón.
"Pero no es como todos los chicos que conociste", le respondió su voz interior, "James Potter es un hombre único… y muy especial".
Continuara…Nota de la Autora:
Holas a todos! Cómo están?
Lo sé, lo sé, antes que me maten y piensen cosas feitas sobre mi persona quiero pedir un muy grande: PERDÓN!. Sé que esta vez si que me he tardado más de lo debido, y que no tengo perdón pero de verdad que no sabia como seguir la historia, estaba en blanco! Estos días hablando con un par de amigas, se me han ocurrido un par de ideas un poco descabelladas pero que creo que van a gustar. Espero poder actualizar más rápido que antes, aunque aviso a todos que eso va a depender de dos cosas: 1) Que dejen reviews o algo, para así saber que alguien después de tanto tiempo sigue leyendo el fic jejeje 2)Bueno les cuento que mi compu no anda, así que me las debo ingeniar para poder pasar los capítulos de mis fics, pero ese problema anda ya casi con una solución.
Bueno después de todo esto solo les puedo decir dos cosas, gracias por leer mi humilde historia y espero de todo corazon que se hallan entretenido con el capítulo.
Att. Lady Verónica Black.-"Que la magia los acompañe, las estrellas guíen su camino, pero más que nada griten a todo pulmón: ¡¡Viva Xiao Lang Li, Eriol Hiragizawa, Harry Potter y Los Merodeadores (salvo la rata apestosa ¬¬); Los hombres más lindos y sexys que hay!"
¡¡DEJEN REVIEWS, PORFISS…!
