Este cap es como un regalo de navidad! asi que disfrutenlo

Capitulo X: "En Tus Brazos Esta Noche"

"I never really feel quite right

I don't know why, all I know is there's something wrong

Every time I look at you, you seem so alive

Tell me how do you do it, walk me through it

I'm following every footstep. Is on your own you take a cautious step. Do you wanna give it up? But all I want is...

... for you to shine

Shine down on me. Shine on this life that's burning out"

"¡Achuss!" Estornudó Brisa. Estaba limpiando los muebles y el polvo la había echo estornudar. "Y termine acá. Ahora me toca arriba" Se dijo con entusiasmo. Tomo todas sus casas de limpieza y subió al primer piso. Se paro en frente de la puerta de la habitación de Kanon, era la primer habitación del pasillo. Después de esa noche, en la que el la había besado, no habían vuelto a hablar, solo se trataban con la debida cortesía. Cenaban juntos, ya no reían y tampoco hablaban de sus cosas, no compartían anécdotas…y ya había pasado un mes desde eso, dentro de unos días se cumplirían dos meses desde que ella, lo había encontrado. Tomo el picaporte y entro…nada la había preparado para el desastre que era esa habitación (NdA: nn característica de la autora del fic, jeh), era un desorden tremendo. Aunque ella no quería saber nada de Kanon (mentirosa), no pudo dejar de limpiar esa habitación que formaba parte de SU casa. Así que dejo salir a la mujer histérica de la limpieza que tenia dentro y puso manos a la obra. Media hora después todo brillaba. Pero había un lugar que ella no había limpiado…el placard. Una vez que termino con este, observo su obra: las camisas estaban bien colgadas, las medias dentro de los cajones. Se sentó muy exhausta y fue ahí cuando lo vio. Un paquete escondido, en realidad parecía tirado así no mas, estaba metido entre la caja de los zapatos. Medito un par de segundos, no estaba bien husmear las cosa de los demás, esas cosas simplemente no se hacían…sus manos, a pesar del diferente camino que tomaron sus pensamientos, ya sopesaban el contenido del paquete. Era algo liviano envuelto en un papel marrón. Curiosa, no espero más y desato los cordeles que lo mantenían cerrado. "Es…un vestido". Sentencio al mismo tiempo que sacaba la prenda de su envoltorio, lo estiro y lo observó. Era un vestido de verano blanco, con miles de pequeños ramilletes de orquídeas carmesí. El escote era pronunciado pero no indecente, dos finas tiras lo sostenían a los hombros. Se levanto y se lo probó delante del espejo. Era entallado hasta la cintura y luego suelto, la falda apenas acampanada le llegaba por arriba de las rodillas. Era precioso…y le quedaba perfecto. "¿Pero para quien será?" Se pregunto curiosa. Se saco el vestido y con tranquilidad se dispuso a envolverlo, no sea cosa que él la viera justo…

"Con las manos en la masa¿eh?". Pronuncio una voz grave a sus espaldas

"…Ggk" Brisa se quedo inmóvil, la habían pescado justo en el acto delictivo "…nada que ver, por que voy a querer ver lo que tienes ahí dentro. Es que abrí las puertas del placard y el paquete cayo, se abrió y bueno, no lo iba a dejar tirado ahí¿no?" Trato de explicar, Kanon la observaba desde la puerta, muy cómodo apoyado en el vano de la misma. Brisa se regalo unos segundos de esa visión…

"Mentirosa" Sentencio mientras se le acercaba con una sonrisita curvando esos hermosos labios

"Yo…yo no miento" Le volvió a mentir

"Hum" Le arrebato el vestido de las manos y lo arrojo a la cama. "¿Has ordenado mi habitación?" Pregunto él, que por cierto, se seguía acercando a Brisa... amenazadora

mente

"Emmm, sí" Respondió vacilando, observaba los ojos de Kanon, que ahora eran verdes… ¿Verdes?

"Quien te ha dado permiso" Pregunto él. Ese día estaba de buen humor y aunque se había prometido no bromear más con ella, no pudo con su promesa. Es que hacia un mes que se trataban como…desconocidos y eso no le agradaba. Extrañaba su risa y quizás, ese seria la última vez…

"¡Oye, esta es mi casa y si quiero limpio tu habitación" Le grito ella desafiante

"Mocosa…" Un relámpago de diversión cruzo los ojos de Kanon y a Brisa no se le ocurrió mejor idea que salir corriendo…hacia el balcón, ya que él le bloqueaba la entrada

"Kanon, vete" Le advirtió ella mientras arrimaba su cintura a la baranda del balcón

"Sí, sí, ya mismo te obedezco" Se burlo él, apoyando ambas manos a los costados de ella

"Kanon…"

"¿Qué…mocosa?" Lo ultimo lo dijo a sabiendas de que a ella le molestaba que la tratasen de niña

"¡Apártate!" Le ordeno…aunque no le desagradaba para nada su cercanía

"Nop" Acerco su rostro al del ella y también su cuerpo

"Me vas a hacer caer, tonto" Dijo media asustada

"¿Tienes miedo?" La empujo mas y mas hasta que ella, por instinto le rodeo el cuello con los brazos, muy fuerte. "…Brisa, me estas ahorcando" Exclamo asfixiado

"Embrómate por tarado, tu tienes la culpa" Le reprocho ella, aunque por dentro estaba mas que feliz, por lo menos lo estaba abrazando

"Ummm, creo que podría aprovecharme de esta situación"

"Kanon, no" Le advirtió mientras lo veía acercarse cada vez mas a su rostro, sus labios cada vez mas cerca de los de ella….pudo sentir, literalmente como sus mejillas se incendiaban y sintió calor, un calor no relacionado con la vergüenza. Ya resignada, decidió dejar que pasase lo que tenia que pasar y fue ahí cuando Kanon la soltó y comenzó a reír.

"Eres…eres…¡uhhhh!" Briseida salio enojada de la habitación, no sabia si era por que, él no había echo lo que ella esperaba o por la broma en si

"Se vive ruborizando" Rió Kanon. Nunca se había dado cuanta lo bien que se sentía reír, algo tan simple como eso lo hacia sentir bien y sobre todo, mas bien los hacia sentir esa persona que cono su ingenuidad (y sus rubores) los hacia reír. Fue hacia la cama y tomo el vestido, ese que hacia un mes que tendría que habérselo dado a Brisa. Decidido, tomo el papel de regalo y el lazo que había guardado en el cajón de su mesita de noche y como pudo, lo envolvió.

Briseida cortaba con demasiada fuerza una zanahoria y sin darse cuenta, la cuchilla paso raspándole el pulgar. "¡Aya!" Exclamo al cortarse, 'No te desmayes', se dijo cuando la sangra comenzó a manar, por mas pequeña que fuese la herida, a ella siempre la descomponía (NdA: característica de la autora, jeh)

"Brisa" Kanon apareció en la cocina y la vio, pálida mirándose el dedo que le sangraba "¿Qué te ha pasado?" Dejo el paquete que sostenía y se acerco a ella tomándole la mano

"No es nada"

"Mentirosa, si estas blanca como un papel" Le tomo el pulgar y le seco la sangre con los labios, sintiendo apenas el roce de su lengua…imagínense lo que sintió ella en ese momento (NdA: pónganse en su lugar…sí, sí, es para hacerse pipi encima), las rodillas le fallaron y Kanon la tomo de la cintura al ver que ella caía "No es para que te desmayes, no hay tanta sangre" Le dijo él, ajeno a lo que ella pensaba. Brisa lo miro…primero la hizo parecer una contorsionista y trapecista del circo de Shangai, allá en su habitación y ahora no tuvo mejor idea que secarle la sangre con sus labios…y encima le decía que no era para tanto.

"Suéltame…" Recuperó su mano llevándosela al pecho

"…Loca" Murmuro Kanon "Esto es para ti" Le entrego el paquete y a Briseida el enojo se le esfumo al ver ese paquete tan mal envuelto

"¿Para mi?"

"Ábrelo" Casi le ladro al ver como ella quiso reírse de su pobre intento de envolver el regalo

"Esta bien, no te enojes" Le sonrió y abrió el regalo, ahí estaba el vestido

"Lo encargue…lo mande a hacer al señor Blepiro… ¿Y te gusta?" Kanon estaba nervioso, no estaba acostumbrado a hacer regalos. Brisa sonrió y abrazo el vestido, el lo había mandado a hacer para ella. Se acerco a él, se paro de puntas de pie y rodeándole el cuello con un brazo, le dio un beso en la mejilla.

"Gracias" Le dijo con una gran sonrisa. Kanon, un poco sorprendido, la miro. Le hubiese gustado abrazarla y besarla hasta dejarla sin aire, pero para cuando reacciono, Brisa ya estaba del otro lado de la cocina. "Preparare una rica cena para hoy…hoy hace dos meses que nos conocemos" Le recordó ella y no pudo evitar sonrojarse, ya que hacia dos meses que estaban casados también

"¿Ah sí?" Estaba nervioso, así que sin decir mas se marcho de la cocina, justo a tiempo, por que sus mejillas habían adquirido un tinte rojizo. "Idiota, ahora te sonrojas" Murmuro para si, mientras se tocaba con las yemas de los dedos el lugar donde ella lo había besado. Medio ofuscado consigo mismo, por comportarse como un adolescente, subió a su habitación, se quedaría ahí hasta la hora del almuerzo.

Briseida se acomodo el cabello y se observo en el espejo…el vestido le quedaba perfecto y tenia mucho valor, por que él se lo había regalado. Ese día, después de almorzar se había dedicado por entero a la cena, una cena bien a la griega. Después de eso se dedico a su persona. Después de pensarlo mucho, decidió que le diría a Kanon lo que sentía. Tendría que decírselo, por que ya no soportaba mas ese secreto y que el lo tomase como quisiese.

Kanon estaba en el comedor, tratando de arreglarse esa asfixiante corbata. Por que demonios estaba tan nervioso, quizás era por lo que tendría que decirle a Brisa. Pero y estaba decidido y él siempre supo que, al larga eso pasaría, supo que todo…"Brisa…" Lo que estaba pensando, se le escapo de la cabeza al ver a su 'esposa' bajar por la escalera. La mano se le quedo inmóvil en el nudo de la corbata y sus ojos se quedaron fijos en los de ella…y se volvió a sonrojar como un adolescente. Brisa se acerco a él y le terminó de arreglar la corbata. Luego lo miro, llevaba puesta una camisa de mangas largas (las cual ya llevaba enroscadas hasta el codo) color celeste claro, los pantalones de vestir negros se le ceñían a las estrechas caderas y llevaba puesto un par de botas negras.

"¡Wow, ahora si que estas arreglado" Dijo ella

"Como siempre"

"…Se"

"Tu también estas hermosa" Le dijo él mientras que, con gesto cariñoso, le acariciaba la mejilla

"Yo no dije que tu estabas hermoso" Se burlo ella

"No hace falta" Le sonrió "¿Vamos a la mesa?" Le ofreció el brazo

"Vamos" Ella lo acepto.

Después de cenar, ambos se sentaron en al galería trasera de la casa. La Brisa calida, el suave aroma de los jazmines y la tenue luz de la luna hicieron que el ambiente fuese perfecto. Briseida estaba feliz, por que todo había salido bien. Miro a Kanon, el cual ya se había desecho de la corbata y tenia tres botones desbrochados de la camisa, se lo diría ahora. Tomo coraje y se levanto para acercarse a él, que estaba apoyado en al baranda, observando el horizonte.

"Kanon"

"Brisa¿Cantarías para mi?" Pregunto él, descolocandola por completo

"¿Qué?" Acaso la había escuchado cantar… ¡Que vergüenza!

"Quiero escuchar una vez mas tu voz" Le pidió con ternura. Y sí, en efecto la había escuchado cantar

"Esta bien" No pudo resistirse mucho, sobre todo de la manera que él se lo había pedido. Inspiro profundo y comenzó a cantar una canción que, en cierta manera trasmitía lo que ella sentía: "Cariño mi amor, no querías estar conmigo, y cariño mi amor, no anhelabas ser feliz"

Kanon cerro los ojos y dejo que la dulce voz de ella penetrara en su mente, igual que la otra vez, sintió que la tranquilidad lo invadía

"No puedo seguir simulando que ni siquiera te conozco, cuando en la dulce noche, eres mío. Toma mi mano, nos iremos de aquí esta noche, no hay necesidad de decirle a nadie sólo nos retendrían. Por eso en la luz de la mañana, estaremos a medio camino a ningún lado, donde el amor es más que sólo tu nombre" Brisa miro a Kanon, su rostro estaba tranquilo y relajado…cuanto lo amaba. "He soñado con un lugar para ti y para mí. Nadie sabe quienes somos allí. Todo lo que quiero es dedicarte mi vida sólo a ti. He soñado por tanto tiempo que no puedo seguir soñando más. Escapemos, te llevaré allí." Brisa cantaba cada frase cada vez con más sentimiento y se sorprendió cuando Kanon la abrazo, aprisionándola entre sus brazos con ternura.

"No dejes de cantar" Le susurro él

"Olvida esta vida. Ven conmigo…" Brisa apoyo la cabeza en el pecho de él, pudosentir el regular latir de su corazón "…No mires hacia atrás, estás a salvo conmigo…" Rodeo su cintura con sus brazos y lo abrazo con fuerza "... Destraba tu corazón. Baja la guardia. No hay nadie que te detenga… Olvida esta vida. Ven conmigo…". Poco a poco la voz de ella fue cesando. Ambos se quedaron abrazados, con la luna como único testigo de ese amor que ninguno de los dos confesaba. Kanon la abrazo mas, tratando de dejar grabado la forma de ese cuerpo en el suyo. Quería mantenerla en su mente, por que ya estaba en su corazón.

Brisa lo escucho suspirar y las palabras que pronuncio la destruyeron por dentro "Mañana vuelvo al santuario". Kanon espero gritos o lagrimas por parte de ella, pero ninguna de las dos opciones llego. Ella se separo de él y sin mirarlo, se marcho. "Maldición" Mascullo Kanon, hubiese deseado que esa noche terminase mejor, que fuese especial. Por que esa seria la ultima. En ese momento deseo, simplemente, nunca haber nacido y así evitarse todo el dolor que sentía dentro.

Kanon se dio vuelta en la cama, eran las tres de la madrugada cuando sintió una presencia en la habitación. Abrió los ojos y se pego el susto de su vida, al costado de su cama estaba brisa, que con el camisón blanco parecía un fantasma.

"¿Brisa?" Kanon se sentó en la cama y al ver que ella no respondía se levanto y se acerco a ella. "¿Qué te pasa?" Le pregunto y el levanto el mentón con un dedo. Las lágrimas surcaban su rostro y su nariz estaba roja. Ella no había dormido nada desde que se acostara, había estado llorando. Había decidido hacer lo último que le quedaba por hacer: "No te vayas" Le rogó ella. Si a Kanon verla llorar, sin saber la causa de esas lagrimas, ya lo estaba matando, esas tres palabras le desgarraron el corazón

"Brisa, no llores" Le pidió él. Le tomo el rostro con las manos y le trato de secar las lágrimas, pero estas no cesaban

"No te vayas, por favor" Rogaba entre sollozos "No me dejes" Lo abrazo y el impulso lo hizo caer en la cama de espaldas, llevándosela a ella consigo. Su llanto era desgarrador, lo estaba haciendo sentir la peor escoria del mundo. La abrazo con dulzura y trato de calmarla.

"No llores, Brisa" Le susurro al oído, pero las lagrimas calidas siguieron cayendo sobre su cuello. Sus largos cabellos azules colgaban de la cama, miro el techo tratando de organizar sus pensamientos… ¿Qué haría ahora, demonios?

"No te vayas, Kanon, voy a morir sin ti. Yo te amo" Las lagrimas cayeron copiosamente, una detrás de la otra, acompañando a la confesión. Esas palabras, decididamente desequilibraron por completo los pensamientos de Kanon. Mando a pasear su auto control, que hasta hacia segundos lo había mantenido con férreo control. Con sus manos levantó el rostro de ella y miro esos ojos verdes que lloraban su partida

"Ya no llores, mi amor, ya no llores" Le susurro con ternura mientras la besaba, apenas rozándole los labios "No derrames lagrimas por mi" Beso su mejilla, secando con sus labios sus mejillas "Ya no llores" Volvió a sus labios. La beso con tanta ternura y suavidad que, Brisa conmovida separo sus labios para recibirlo, sintiendo el sabor salado de sus propias lágrimas. Kanon entrelazo sus dedos con los cabellos de ella, deslizándolos con lentitud, sintiendo la suavidad de cada hebra dorada. Luego bajo las manos, deslizándolas por la espalda de ella, bajando hasta aferrar su redondo trasero…. Brisa se separo de él, un poco sorprendida y Kanon pudo observar a través de ese deseo que encendía a sus ojos verdes había temor

"Yo nunca…" Comenzó ella, pero él apoyo un dedo sobre los labios de ella y la hizo callar. Luego tomo una mano de ella y la apoyo sobre su musculoso pecho

"Soy todo tuyo" Dijo con una sonrisa, mostrando una hilera de blancos dientes "Puedes experimentar"

"¿EH?" No entendió muy bien, pero cuando lo hizo se ruborizo. Pero luego observo la situación, estaba acostada sobre él, en una situación provocativa…acaricio cada plano de su rostro (NdA: Chicas, acá se viene un mini fanservice), con un dedo delineo los contornos de esos labios que la hacían temblar con cada beso. Kanon la miraba con intensidad. Bajo sus manos y acaricio los hombros, los brazos musculosos que parecían gruesas cuerdas cubiertas de satinada piel. Luego siguió el pecho, macizo como una roca, a causa del duro entrenamiento del santuario, libre de bello. Su piel era tersa y suave, no como ella se lo hubiese imaginado, después de todo el se pasaba horas abajo del sol… 'No piense en eso ahora', se reprendió. Su mano bajo por el duro vientre, mientras que la otra estaba sobre su pecho, sintiendo el acelerado ritmo del corazón de él. La otra mano siguió bajando hasta toparse con el borde de los boxers. La intención de ella, era seguir bajando, pero Kanon le tomo la muñeca y chasqueando la lengua, se la retiro. Ella lo miro con inocencia. Él la abrazo e invirtió las posiciones, quedando ellas de espaldas. La miro por unos segundos, admirando embobado su rostro. "¿Brisa?" Susurro él en muda pregunta

Ella lo miro, comprendiendo lo que él insinuaba "Yo…quiero seré tu esposa…en todos los sentidos" Le declaro sin dudas

"¡Dios!" Suspiro Kanon, derrotado y subyugado por completo. Brisa sonrió por la caída del autocontrol de él. "Dímelo una vez mas" Pidió él, a pocos centímetro de sus labios, mirándola con esos ojos mas verdes que azules, oscurecidos por ese fuerte sentimiento.

"Te amo" Pronuncio. Kanon volvió a besarla, con más urgencia esta vez. Sus manos comenzaron a desabotonar la hilera de botones de camisón, besando cada parte de piel descubierta

"Eres hermosa" Le susurro y luego descendió para besar su cuello. Con su mano le acaricio la pierna, desde el tobillo hasta los muslos, subiendo a su paso la falda del camisón. Se separo un poco de ella para sacarle la prenda de dormir por los brazos. Y luego volvió a besarla, apretando su robusto pecho contra la piel suave de ella, presionando sus senos. Trazo un camino de besos desde el cuello hasta sus senos, los cuales beso con abandono, haciendo suspirar entrecortadamente a Brisa. Con lentitud termino de desnudarla, para luego desnudarse él. Se tendió sobre ella, sintiendo el suave roce de los muslos de ella contra sus caderas. Kanon la observo, contemplando sus mejillas arreboladas con ese dulce sonrojo. "Después de esto ya no hay marcha atrás" Le aclaro él, ella asintió "Serás mía, a partir de este momento serás mía"

"Lo fui desde el día que te conocí, fui tuya antes de conocerte ya" Le dijo con una sonrisa y le acaricio el rostro con dulzura. Para Kanon eso fue suficiente, suficiente para abandonarse en lo que sentía y hacerla suya.

Kanon despertó al sentir el suave roce de la piel de Brisa contra su flanco, sonriendo la observó. Dormía placidamente acurrucada contra él, completamente desnuda. La estrecho entre sus brazos…y ahora ¿qué haría? Dejarla no era una opción…pero al santuario tendría que ir. Dejo vagar su mano por la cintura de ella y acaricio el contorno de la cadera. Ante al caricia, Brisa despertó, abrió los ojos somnolientos y le dedico una vaga sonrisa a Kanon. El ex general marina unió sus labios con los de su esposa para un tierno beso.

"Duerme, mi ángel" Le susurro y ella cerró sus ojos, una sonrisa tenue cubría sus labios. "Duerme tranquila, por que volveré…y no me iré jamás" Dijo decidido. El viaje le haría bien para analizar a fondo lo que esa 'niña' le hacia sentir.

Briseida se desperezo, el sol entraba a raudales por la ventana bañando su cuerpo con sus calidos rayos. "Algo falta" Dijo frunciendo el ceño, volteo la cabeza y en efecto, faltaba algo "…Kanon". Miro la mesita de luz y vio un sobre con su nombre en el. Lo tomo y leyó el contenido de la misiva: "Brisa, debo ir al santuario, tengo que averiguar por que estoy vivo. Pero…voy a volver, voy a volver para quedarme…", Brisa sonrió ampliamente, totalmente feliz y volvió a leer la carta. 'Asi que mejor esperame con ropas ligeras en la cama…'. "Idiota, no hacia falta que escribas eso" Murmuro mientras sus mejillas adquirían un vivido color rojo. 'Volvere dentro de unos días, cuídate…niña'. "Tonto" Murmuro, aun seguiría llamándola niña. Leyó mas abajo y se encontró con una post data: 'No quiero que ese conejo albino te visite mientras no estoy'. Brisa frunció el entrecejo¿Conejo albino…? luego sonrió, estaba hablando de Lyos…estaba celoso, siempre lo había estado. Se tiro en la cama muy sonriente…las imágenes de la noche pasada vinieron a su mente. Se tapo el rostro con las manos, muy avergonzada por las cosas que había hecho (NdA: Sí, Sí, hicieron muchas cosas que ustedes no leyeron, jijiji). Se tapo con la sabana hasta la cabeza, decidida a dormir hasta el mediodía.

Kanon estaba a medio camino del santuario. Habían trascurrido dos días desde que dejara a Brisa…y ya la extrañaba con locura. "Paciencia, Kanon, Paciencia" SE tranquilizo. Ya estaba dentro de los bosques que pertenecían al santuario. Se topo con una bonita laguna, le haría bien un baño, no podría presentarse ante Atena en esas pintas.

"¡Viejo sordo!" Sintió que Gritaban a sus espaldas. Se volteo y se encontró con una chica que lo miraba sonriente. Cabellos rubios oscuros con reflejos dorados, sus ojos color miel casi verdosos, lo miraban insinuantes. El cuerpo…bueno, no era como el de Brisa….bueno, esta bien, para nada era como el de Brisa, pero por eso no era fea. "Al parecer llegaste a tiempo, a las mujeres no se las hace esperar" Le reto ella. Kanon la observo… ¿De que demonios hablaba?

"Señorita, creo que se equivoca" Le aclaro él

"Saga… ¿acaso quieres jugar a que no nos conocemos?" Le pregunto ella con una sonrisa maliciosa y muy intencionada. Ante los atónitos ojos de Kanon, la mujer que lo confundía con su hermano, comenzó a desvestirse.

"Fhsss!" Resoplo resignado y se cruzo de brazos. Y bueno, seria un show gratuito.

(NdA: si quieren saber lo que pasa cuando Kanon se encuentra con su hermano, lean el cap 24 de Dark Whispers, mi otro fic)

Mientras tanto, en Caballa, alguien tocaba el timbre de la casa de Brisa. Preguntándose quien iría a esa hora de la noche, salio de la cocina directo a la puerta principal. Al abrir la puerta y ver quien estaba parado frente a ella, los miembros se le paralizaron y una extrema palidez se extendió por su rostro a causa del miedo que sintió

"Hola, tanto tiempo" Saludo Kalos. Briseida observo sus ojos que eran rojos como la sangre y la larga capa negra que ocultaba su cuerpo

"¿Qué…que quieres?"

"Hemos venido a buscarte" Kaina salio entre las sombras, sus ojos rojos la miraron con regocijo…un perverso regocijo

"Vendrás con nosotros" Dijo con una sonrisa engañosamente suave, mientras extendió su mano hacia ella. Brisa no perdió tiempo y corrió a la planta alta, a la habitación de su padre, en busca de la escopeta. Pero antes de llegar a esta, Kalos se le apareció de la nada delante de ella

"Umm, no, no" Hizo el gesto de negación con el dedo "Es de mala educación dejar a las visitas en la puerta" Le aclaro él. Brisa asustada, esperaba que aunque sea su perro apareciese…

"¿Buscabas esto?" Pregunto Kaina a sus espaldas, mientras que dejaba caer a Pettit al suelo

"¡No!" Grito ella y trato de correr para auxiliar a su perro, pero se quedo inmóvil donde estaba, no pudo mover ni un músculo, ni siquiera hablar

"Tranquila, solo esta dormido" Le dijo Kalos "Como lo estarás tu" Dijo chasqueando los dedos. Brisa inconsciente, cayo flotando en los brazos de Kalos

"Ahora que la tenemos, él vendrá¿no, Fobos" Pregunto ella

"Sí, mi querida Deimos" SE acerco a su hermana, tomándola de la nuca para besarla. Los hijos del dios de la guerra, Ares, desaparecieron en un remolino negro. El terror y el temor desaparecieron con Briseida, sin dejar rastro alguno.