Aquel jueves, a tan solo semana y media de noche buena, me levante más cansado de lo normal. Una noche completa de pesadillas habían hecho mella en mi cuerpo y en mi mente. Hacía ya mucho tiempo que aquellas pesadillas habían dejado de acosarme todas las noches, y aquello me había llevado a la falsa esperanza de que nunca volvieran. Pero me había equivocado.

Con un suspiro de frustración me levanté de la cama dispuesto a saltarme aquel día el instituto, no me encontraba con fuerzas suficientes para hacer nada aquel día. Sin embargó cuando mis pies tocaron el suelo, mis rodillas cedieron ante mi peso como si no pudieran sostenerme y entonces yo me asuste de verdad. No quería volver a caer en lo mismo en lo que caí hacía 3 años. Una depresión que me mantuvo en terapia psicológica durante bastante tiempo y tomando abundantes antidepresivos. Pero aquello lo había superado casi por completo, o por lo menos eso había creído hasta esa misma noche.

Solo el hecho de recordar el pasado me provocaba una terrible jaqueca en aquellos momentos, pero como si mi mente no fuera capaz de dejarlo de lado, todos los recuerdos parecían venir a mi cabeza dolorosa y constantemente.

Todo empezó hace ahora casi 4 años, yo, como cualquier niño de 15 años, vivía felizmente con mi padre y mi madre. Era un chico alegre y extrovertido que veía en la vida una prueba sencilla y divertida de pasar. Pero todo cambiaría cuando un día, de repente, mi padre decidió marcharse de casa y abandonarnos a mi madre y a mí.

Los dos por un tiempo teníamos una la esperanza de que regresara a nuestro lado, pero tal como pasaban los meses mi madre empezó a sufrir depresiones consumiéndose ella en su propia locura. Hasta que de pronto, un día, dejó de ser mi madre para convertirse en una completa extraña. Una extraña que solo veía en mi el recuerdo de lo que una vez fue su feliz vida y por lo tanto un obstáculo del que deshacerse.

Solo hicieron falta unos meses para que mi madre perdiera completamente la cordura y justo el día de mi cumpleaños, como si aquella fecha fuera demasiado para ella, simplemente me echó de mi casa. Fue terrible superar aquello, los gritos desgarradores de mi madre diciéndome que era una basura y que me quería fuera de su vida. Por suerte mis tíos maternos quisieron hacerse cargo de mi, al principió intentaron llevarme a su casa, pero tras mi rotunda negación, se vieron obligados a alquilarme un apartamento del que más tarde, a la muerte de mi madre un año después, pude pagar yo mismo el alquiler con el dinero que me quedó de herencia. La muerte de mi madre fue un duro golpe, pero como todo lo demás, termine asumiéndola con una fortaleza no muy común en alguien de mi edad.

Pero todo aquello me había afectado demasiado y durante más de un año estuve yendo a psicólogos para una terapia contra las depresiones que tenía. Los médicos más tarde me darían el alta alegando que lo peor había pasado y que ya no necesitaba de los antidepresivos, y yo, tan ingenuo como solo un niño de 16 años puede ser, les creí.

Pero solo ahora me daba cuenta de que aquella heridas no era como las magulladuras físicas que terminan curándose. Aquellas heridas infligidas a tu alma nunca se terminaban de curar y a mi solo me quedaba cargar con ello por el resto de mi vida.

De ahí mi mascara de frialdad e indiferencia. Durante mi etapa depresiva la cree para defenderme de la gente ya que un golpe más por parte de las personas a quienes quería me habría terminado por hundir. Decidí que si nadie me quería y yo no quería a nadie... nunca me herirían. Pero todo eso cambio cuando conocí a Hanamichi, alguien con un carácter explosivo que me hizo darme cuenta de que mi solitaria vida solo me afectaba más y sin darme cuenta un día descubrí que me había enamorado de el. Algo que me costo admitirlo bastante más tarde, pero había sido mi amor por Hanamichi lo que había conseguido sacarme de mi auto impuesta soledad y aquello no quería perderlo por nada del mundo. Puede que las heridas aun doliesen, pero yo era fuerte y con ayuda de el sabía que algún día podría estar seguro de que mis pesadillas no volverían.

Cuando me di cuenta, comprobé que ya podía levantarme, aquel dolor sordo de mi pecho había disminuido y yo supe a la perfección que la causa de ello era Hanamichi. A veces me asombraba lo que su sola imagen podía curar en mí. Pero así era.

Baje a desayunar y decidí que me dedicaría a ordenar toda mi casa. Últimamente parecía un basurero o una pocilga...

Mientras tanto en mi colegio una extraña escena se estaba dando en el patio principal. Hanamichi, junto a todo el equipo, se preguntaban preocupados donde demonios estaría yo por que tras llamarme a mi casa y buscarme por toda la escuela, nadie había podido encontrarme y el entrenamiento estaba a punto de comenzar. Aquello por si solo no parecía muy extraño, pero el hecho de que Hana pareciera en verdad preocupado era ya algo que me habría dejado con la boca abierta o con una de esas tontas sonrisas que muestran los enamorados.

Además, para poner más ironía a la situación, junto a Hanamichi se encontraba su novia Haruko, que con expresión preocupada y cogida del brazo del pelirrojo, hablaba con Ayako sobre mí.

- ¿Pero donde puede estar? Los profesores le llamaron a casa y todo. ¿No tiene por aquí ningún familiar que nos pueda informar?

- Rukawa vive solo- Dijo Ayako dejando a los demás perplejos.

- ¿Solo? ¿Cómo va a vivir solo si es menor de edad?- Dijo Haruko con una expresión de intriga

- Eso no os lo puedo decir, aun que de todas formas ni yo misma estoy enterada de todo. Basta decir con que el vive solo y nadie de su familia esta cerca si quiera de nuestra ciudad.

Todos se quedaron pensativos, cada uno quizás inventando su tonta versión de por que yo vivía solo. Siempre habían corrido rumores sobre eso, pero por lo general los de mi equipo no se los habían creído. De pronto Mitsui miro a Haruko cogida del brazo de Hana y una expresión de triunfo se dibujo en su cara. Si Ryota podía hacer trampas, el también podía.

- Vaya y ustedes en verdad están juntos. ¿Y cuanto llevan saliendo?

Hanamichi no contestó, parecía que de pronto una mancha invisible del suelo era lo más interesante del mundo por la atención que la estaba prestando. Pero Haruko si que dijo con una gran sonrisa.

- Casi dos semanas. Siento no habérselo dicho antes, será que tanta felicidad me hizo olvidarme de lo demás.

Un silencio culpable pareció extenderse entre los presentes y la mayoría ahora miraba a Hana con cara de enojo. Pero este pareció no darse cuenta

- Hacen muy buena pareja- Soltó Mitsui como si nada- Se ve que estáis enamorados.

- Si, la verdad es que yo...- Pero Haruko fue interrumpida por un comentario de Ryota que le valió un codazo pro parte de Ayako

- Yo siempre pensé que Haruko acabaría con Rukawa.

Haruko se sonrojó mientras balbuceaba que no sabía por que había pensado eso y Ryota, aun con el dolor por el codazo, sonrió satisfecho al ver la cara pálida de Hanamichi.

- Debería ir alguien a casa de Rukawa para ver como está, no se por que no contesta el teléfono, pero espero que no le pasara nada malo.- Ayako miro a los demás esperando algún voluntario. Sin embargo nadie estaba por la labor de visitarme.- Vamos chicos, que se que después si algo le pasa os sentiréis culpables.

- Yo iré- Dijo de pronto Haruko llamando la completa atención de su novio, quien dejo escapar un gemido de lamento.

- Espera Haruko... nosotros ahora íbamos a ir a...

- Vamos Hanamichi, no nos cuesta nada pasar por su casa- Haruko tiró de su novio con la intención de que se moviese, pero ante la resistencia de Hana fue otra voz la que se ofreció.

- Déjalo, yo iré contigo a ver a Rukawa- Todos miraron a Mitsui con perspicacia, pero más que nadie Hanamichi. No pensaba dejar a ese con su novia a solas. En el fondo, si yo hubiera estado en aquel momento viendo aquella escena, hubiese jurado que el chico a quien no quería dejar a sola con Mitsui era a mí, después de todo el día anterior había parecido ponerse celoso cuando le guiñe el ojo y además Mitsui nunca había dado ninguna muestra de sentir nada hacía la chica. Pero Hana, tan cabezón como siempre, solo se dijo a si mismo que Haruko no debía quedarse a solas con el.

- ¡No! ¡Yo voy!

- Pero Sakuragi tu ahora mismo decías que...- Dijo Mitsui con aire inocente

- He dicho que voy y punto- Nadie dijo nada a esto, y momentos más tarde Mitsui Haruko y Hana se dirigían a mi casa en un tenso silencio.

Cuando llegaron a mi puerta, Mitsui empezó a llamar con cierta impaciencia, pero tras cinco minutos de fracaso, se dio cuenta de que yo no iba a abrir. La cosa era que me había dejado una de las luces encendidas, por lo que al verla, todos pensaron lógicamente que algo debía haberme pasado.

Sakuragi, haciendo gala de su reputación como pandillero, saco una tarjeta y en menos tiempo del que me hubiese llevado decir "Hana te amo", la puerta estaba abierta y todos entraban por ella para ver que había pasado.

- ¡Ahhhhh!- Gritó Haruko al verme a mi tirado en el suelo bocabajo, con los brazos abiertos y los ojos cerrados. La escena solo decía una cosa, algo me había sucedido. Lo que nunca se llegarían a imaginar los tres chicos es que el motivo de encontrarme en aquella posición simplemente era que tras dar vueltas y vueltas en mi sillón mientras dormía, había terminado por caerme al suelo. Pero tratándose de mí como se trataba... Era completamente comprensible que mi profundo sueño no hubiese sido interrumpido por un simple grito o unas cuantas llamadas por teléfono. Era así de fácil, yo cuando dormía lo hacía tan profundamente como los osos.

Los tres se acercaron a mí y Mitsui me cogió en sus brazos subiéndome al sillón, pero yo como no, no mostré ninguna señal de vida. Haruko me llamaba mientras me daba pequeñas palmadas en la cara y hasta Hanamichi parecía realmente asustado.

Pero momentos más tarde todos se quedaron en shock al escuchar un sonido. Un sonido que provenía de mí y que era claramente igual a un ronquido.

Tan solo hicieron falta unos minutos para que yo me despertara exaltado tras haberme empapado completamente. Cuando mis ojos se abrieron con terror por pensar en mi muy próximo ahogamiento, pude ver a un muy furioso Hanamichi con una cubeta en sus manos, a su novia puesta junto a mí y con una rara expresión de alivio y a Mitsui detrás de estos dos con una sonrisa en los labios.

- ¡¡Por dios zorro apestoso! ¡¡¡Eres un idiota!- Gritó mi torpe, y yo, como no, solo pude quedarme embobado mirándole por lo guapo que se veía así de furioso.

- Eres un burro Hanamichi, mírale que cara de perdido tiene,... y todo por haberle despertado así.

Yo sentí unas tremendas ganas de reír ante aquellas palabras. Desde luego cara de perdido si que debía tener, pero si aquella chica se llegaba a enterar de mi verdadero motivo se moriría de un ataque allí mismo.

- ¿En que demonios estabas pensando? ¡Todo el santo equipo te está buscando!- Dijo Hanamichi que se había sonrojado, el sabía muy bien lo que significaba aquella mirada.

- ¿A si?- Aquello me había sorprendido de verdad, por lo que me senté bien en mi sillón ignorando mi camisa empapada que se pegaba a mi pecho marcando cada uno de mis músculos y haciendo casi transparente la tela. Aquella escena llamó la atención de las tres personas que estaban conmigo en la habitación y mientras yo me sentaba bien sin que mi pura mente se coscase de nada, tres pares de ojos lujuriosos me miraban deseosos de acariciar aquella piel que a través de la camisa de veía claramente. - ¿De verdad estabais preocupados? ¿Tu... torpe preocupado pro mí? Debiste darte un golpe en la cabeza.

- ¡¡¡Cállate! Yo no estaba preocupado pro nadie

- No seas así Hanamichi- Le reprendió su novia al ver lo maleducado de su contestación y cavando un poco más su propia tumba dijo- Sabes de sobra que si que estabas preocupado, si no ni siquiera hubieses venido a ver que había pasado.

- ¡Eso es mentira!- Dijo el pelirrojo sonrojado- Vine por que tu querías venir

A todos en el cuarto, y yo me incluyo el primero, esa tonta excusa no nos convenció para nada y Hanamichi debió de verlo en nuestras miradas por que grito

- ¡Por mi te puedes morir! Zorro estúpido.

Haruko se acercó a mí y sentándose a mi lado me pregunto con una voz dulce que yo odie

- ¿Pero por que no contestabas? - Llamaron un montón de veces y hasta los profesores se preguntaron por que no ibas al colegio.

Yo, que de ningún modo iba admitir ante la cerda que estaba tan dormido que no me había dado cuenta, solo dije

- Ni idea, yo no escuché nada, y llevó toda la mañana aquí.

Haruko me miró no muy convencida y Mitsui se sentó a mi lado también para después pasarme uno de sus brazos sobre el hombro y decir:

- ¿Seguro que estas bien no? Que aquí todos sabemos como eres y tú capaz de no decirnos nada.

Hanamichi pareció cansarse de que todos se preocuparan de mi y el fuera ignorado, muy típico de mi torpe, por lo que se sentó en una silla que acerco junto a su novia, pero justo cuando abrió la boca para decir algo, que de seguro era en mi contra, su novia se le adelanto.

- Bueno será mejor que nos vayamos ya y dejemos de molestarte.- Aun que decidí callarme, las ganas de decirla que la única que me molestaba era ella fueron grandes. Y si Mitsui también se iba dejándome a solas con mi pelirrojo aquel día entonces habría merecido la pena. Pero nada de eso ocurrió. Los tres se pusieron de pie y yo les acompañé hasta la salida.

La visita de Hanamichi me había subido el ánimo de forma que nada lo podía hacer. Las pesadillas que me habían acosado aquella noche parecían ahora muy lejanas y en mi mente solo había pensamientos del pelirrojo.

Me dirigí con paso firme a mi cuarto y cogiendo mi grabadora le conté todo lo que me había sucedido aquel día. No sabía cuanto me iba a durar la cinta virgen que estaba usando, pero esperaba que me diera para contar todo mi plan.

Al día siguiente me levanté mucho mejor, mi cuerpo parecía liviano y mi animo estaba muy alto. Quizás teniendo en cuenta como había pasado la noche anterior, aquello era una exageración, pero tras pasar parte de la noche pensando en que hacer ahora para seguir con mi plan de seducir al pelirrojo parecía como si un pero en mi corazón que el día anterior me dolía, hubiese desaparecido.

Me vestí lo más rápido que pude ya que como para no variar, me había quedado dormido. Al final si que conseguí llegar al colegio a tiempo para la primera clase y así el día paso completamente rutinario, por lo menos hasta que fue la hora del almuerzo.

Aquella hora decidí ir a buscar a mi Hana, esperaba que este no estuviese pegado a su novia, pero cuando al fin lo encontré sentado en el césped me lleve una gran decepción. Justo al lado, como una lapa, estaba Haruko. Para mi fue un shock el ver momentos después como la pareja se besaba e inmediatamente quite la mirada de ellos. Parecían tan felices...

Decidido a dejar mi plan para el entrenamiento donde seguramente Haruko no estaría y debido a que no me creí capaz de soportar ver más de aquellos besos, me dirigí a la azotea del colegio a sentarme allí y tomarme mi almuerzo. Pero Hanamichi debió de verme en algún momento ya que apenas cinco minutos después, el chico se presento allí solo.

Su mirada era seria y cuando le vi sentí como mi corazón saltaba de mi pecho a punto de salirse. El pelirrojo se acercó donde estaba y se sentó a mi lado. Para mi gusto demasiado separado, pero no le iba a decir eso en aquel momento. La intriga de saber por que me había buscado me estaba matando.

- ¿Cómo estas Rukawa?- Dijo mientras sus ojos castaños no se apartaban de los míos en ningún momento. Aquello no había sido un saludo, si no preocupación. Mi adorado y amado Hana estaba preocupado por mi.

- ¿Cómo?- Dije yo sin saber muy bien que contestar a aquello, el chico frunció un poco el ceño y me dijo algo brusco

- No te hagas Rukawa, a Haruko y Mitsui pudiste engañarlos, pero ayer te pasaba algo. Tu mirada distante volvió por ratos.

Me quedé realmente impactado pro sus palabras. No pensé en ningún momento que el se fuera a dar cuenta precisamente.- Mira no creas más de lo que es, estoy preocupado por ti, Sí, pero no por que me gustes o algo así, simplemente me preocupo por la gente que conozco como hace cualquier otra persona normal- No me decepcione por aquella respuesta. Después de todo que esperaba... ¿Una declaración de amor? Sin embargo que el chico se preocupara por mí después de todo era a mí entender un gran avance.- Fue imaginación tuya torpe...- Hanamichi soltó una carcajada irónica y dijo

- No pienses que podrás engañarme Rukawa, Para empezar... ¿Por qué faltaste al colegio? Ni siquiera quisiste ir a entrenar, y eso en ti es realmente extraño.

- ¿Eso a ti no te importa? – Dije bruscamente, lo último que quería en aquel momento era hablar de mi "problema"- ¿No te esta esperando tu novia abajo? Pues tira y deja de molestar

- ¿eso quieres? ¿De verdad quieres que te deje solo y no me preocupe de ti? No creo que pueda llegar a entenderte nunca. A veces pareces un chiquillo de 5 años y otras te comportas como todo un hijo de puta.

Eso me dolió bastante, pero mi carácter empezaba a traicionarme, aquel podía ser la persona que más quería, pero simplemente no pude evitar saltar enfadado- ¿Por qué quieres meterte ahora en mi vida?- ¿No crees que no eres el indicado para hacer esa pregunta? Eres tu el que me has metido Rukawa, yo no lo busque.- Vale tenía razón.

- Joder,... Son cosas mías. En verdad no quiero hablar de ello- La paciencia que entonces demostró Hanamichi me sorprendió, con una sonrisa, como si de alguna forma me entendiera, se acerco más a mi y poniéndome una de sus manos sobre mi hombro dijo

- De verdad... ¿No te sentirías mejor si me lo contaras?- Mi corazón pareció detenerse. En realidad siempre había deseado compartir mi secreto con un amigo, pero me daba miedo. ¿Qué pasaría con Hana si se lo contaba todo? Me tendría lastima... No quería eso.

- No.

- ¿Por qué no confías en mi? Pensé que todo lo que había estado haciendo no era solo un juego, pero veo que me equivoque.- Hanamichi parecía en verdad decepcionado y mi estomago se contrajo por dolor

- ¡¡No! No eres un juego. De verdad... De verdad tú me gustas. Pero hay cosas en mi pasado que no... No quiero que nadie sepa.

Yo sabía que debía parecer todo un tomate, pero no me importo. Hanamichi me miraba con una expresión mezcla de la sorpresa y la vergüenza.

- No digas eso... Yo no... No te puedo gustar

- ¿Por qué no? Ya te lo dije... Eres hermoso y deseable, y sobre eso esta el hecho de que tu sola presencia parece iluminar allí donde estas.

Hanamichi se sonrojó y mis brazos temblaron por abrazarle, pero decidido, empecé a hablar sobre aquello que me había causado tantos problemas y pesadillas. Era hora de que se lo contara a alguien, ¿¿y a quien mejor que a el?

Cuarto de hora después Hanamichi, con los ojos inundados en lagrimas me miraba con verdadera lastima. Yo me maldije ya que desde el principio me lo había temido

- No hace falta que me mires así... No debo darte lastima Hanamichi por que lo he logrado superar.

El pelirrojo solo contestó con una voz demasiado ronca

- No es lastima Rukawa, simplemente todo es demasiado triste. Sabes... Te admiro, yo en tu lugar no hubiese podido pasar por ello.

- Si que lo hubiese hecho, eres fuerte Hana- Sus brazos pronto me rodearon en un abrazo y yo me di cuenta de que era la primera vez que tras recordar la historia no me sentía mal. Al contrarió, el contarlo había hecho que mi dolor se aliviara más. Apoyé mi cabeza en su hombro disfrutando de su cercanía y susurre.

- Gracias.

Hanamichi solo apretó su abrazo y entonces levante la cabeza para encontrarme con sus ojos rebosantes de lágrimas.

- No Rukawa, soy yo el que te tiene que pedir perdón, después de todo siempre te he tratado muy mal.

- Vamos no me llores ahora... Se supone que si alguien debe llorar soy yo.

- Pero se perfectamente que tu no lo vas a hacer.

Tenía razón, pero no soportaba verlo triste, y menos si era a causa mía. Por lo que con una sonrisa disimulada, me acerqué a el hasta que nuestros rostros quedaron solo a unos centímetros.

- Shhh, es verdad que a veces eres un cabezón... me tomare ahora mi compensación- Mis labios etonces se fundieron con los de el. En un beso que lejos de contener deseo, expresaba todo lo que le amaba. Un beso lleno de ternura que pareció dejarle sin defensa alguna.- Aishh, si es que soy irresistible- Susurre a unos centímetros aun de sus labios, mi intención era acabar con el ambiente melancólico, y funciono

Hanamichi, como si hubiese recibido un balazo en el culo, se levantó de golpe y me grito

- Se supone que debes estar triste o algo así... ¡¡¡Yo llorando y mientras tú pensando en cosas pervertidas!

Como no obtuvo ninguna respuesta de mí, excepto un guiño, el chico pareció desesperarse

- Entiende esto Rukawa, yo quiero a Haruko por lo que te agradecería que dejases de besarme cada dos por tres.

- Eso no va a ser posible Hana, eres demasiado besable como para hacerlo- Hanamichi ante esto se quedo con una cara demasiado cómica y yo no pude aguantarme, por lo que termine riéndome. El chico debió pensar que aquel argumento era demasiado estupido como para poder si quiera contradecirlo, por lo que con un suspiro de frustración se fue de la azotea. Sin embargo sus mejillas aun seguían sonrojadas.

Entonces comprendí que el corazón de Hanamichi ahora estaba mucho más cerca de ser mió. Puede que aun no me amara con locura, pero el simple hecho de que el pelirrojo se preocupara por mi y pudiera mostrarse tan tierno después de todo lo que ha sucedido abrió en mi todas las esperanzas posibles y por haber. Quizás el pasado siempre estuviese allí, pero con Hana a mi lado yo sería capaz de seguir adelante y quizás abandonar para siempre aquella soledad que me protegía contra algo que solo existía en mi mente.

Al día siguiente empezaría mi siguiente plan, sencillo pero eficaz. Seguiría besándole y persiguiéndole hasta que el se atreviera a dar el siguiente paso. No tendría piedad y su rendición sería inevitable

Continuará...

Quería agradecer a todas las personas que se molestan en dejarme comentarios. Si no los contesto es porque me dijeron que en esta página te borran el fic, aun que no estoy segura de si es verdad o no... También agradecer a quien me deja comentarios sobre los fallos de ortografía. Soy un caso, sobretodo con los acentos y mí única excusa es que en otros capitulos no tenía corregidor en mi ordenador. Espero que este no tenga tantos fallos