- 12... 11...- Y así empecé a contar las campanadas que me conducían a un nuevo año, un año que empezaba tan solitario como el anterior. Aun que había que fue una soledad auto impuesta ya que tanto Haku como Kei me había insistido hasta el cansancio en que los acompañara la noche vieja, pero yo me había negado esperando que Haku tuviese el suficiente valor como para ir y decirle a Kei lo que sentía.
Por otra parte estaba Mitsui. El chico (Na: A pesar de lo que muchos penséis según vuestros comentarios XD) había sido un cielo. Me había intentado sacar de mi depresión, y aun que no lo había conseguido completamente, el saber que el moreno sentía algo por mi me había subido los ánimos. No era por elevar mi ego ni nada así, simplemente el rechazo de Hanamichi me había hecho plantearme si es que había algo en mi que alejase a las personas.
Pero después de aquel dulce beso que habíamos compartido el día anterior, yo me había dado cuenta de que no podía intentar sustituir a Hana tan fácilmente, por lo menos no tan pronto. Por lo que le dije que por ahora lo único que podía darle era mi amistad. Mitsui se mostró algo triste pero había terminado por aceptar que mi corazón ahora mismo pertenecía completamente a una sola persona. A mi torpe.
Aquella noche vieja había sido algo aburrida, sin embargo había elaborado una lista de mis intenciones para el año que venía que a mi parecer eran completamente serias y necesarias.
1- Olvidarme de mi torpe
2- Dejar de cascarmela casi todos los días (que fuera más o menos una vez a la semana o así, con eso me conformaba) pensando en el pelirrojo.
3- Cancelar el pedido que le hice hace tan solo unos días a aquella bruja que me encontré en el parque y que aun que empecé dejándola que me leyese la mano, al final terminé comprando un mal de ojo para la estúpida novia de Hanamichi.
4-
Debo intentar ser menos pervertidos... Ideas para
conseguirlo
a) Leerme la Biblia de cabo a rabo con todo eso de los pecados
capitales y sus castigos.
b) Tortura intensiva a base de ver enteras las series de Marco, Heidi y aquella de la abeja que tanto me irritaba. Aun que para no traumatizarme también veré aquella otra que tanto me gustaba... Chicho Terremoto creo recordar que era.
c) Ante la falta de más ideas siempre puedo tomarme zanahoria, que según Kei... ¿O era yo mismo? cuidaba la vista y la memoria... Si era tan multiusos seguro que podía hacer algo con mi falta de imaginación.
5- Ya se que en los propósitos para año nuevo no hay que poner peticiones, pero ya que estamos por la labor, quiero pedir a los reyes magos o a quien quiera que exista para eso, que me cumpla mi sueño de jugar en la NBA. Quiero ser famoso, adorado y asquerosamente rico para que cuando Hana me vea por la tele se muera de envidia al ver lo que se ha perdido por quedarse con esa cerda.
Ya dejando de lado mis ideas de futuro, había que decir que aquel día yo me sentía particularmente triste. Ya estaba acostumbrado a pasar mis navidades completamente solo, pero ahora el golpe era más duro porque tras imaginarme de mil formas como podía ser mi noche vieja junto a mi pelirrojo, el golpe era bastante peor.
Mis pensamientos dejaron de vagar cuando escuche como el snob del presentador anunciaba por la televisión la 5 campanada, léase... quedaban 5 segundos y yo tenía aun 10 uvas para comer. Haciendo un esfuerzo logre comerme todas para cuando las campanadas iban por el 2 y así, atragantándome, es que recibí el año nuevo felicitándome a mi mismo.
2... 1... Y...- El feliz año nuevo se perdió por que de pronto alguien llamó a mi puerta. Por un momento decidí ignorarlo ya que lo primero que me vino a la cabeza es que la gente no podía dejarme tranquilo ni aquella noche. Pero entonces el timbre empezó a sonar de nuevo y esta vez no paró.
- ¡¡¡Ya voy!- Grite mientras me levantaba de mi sillón y me dirigía a mi puerta- ¡No hace falta que me fundas el maldito timbre!
Inmediatamente el sonido cesó y cuando por fin llegue a la puerta y la abrí dispuesto a gritarle a quien fuera por ser tan inoportuno, mis palabras murieron en mi boca al ver lo que había frente a mi puerta.
- ¿Pero qué...?- Miré hacía todos los lados de mi calle para saber a quien pertenecía aquella enorme y casi podrida caja de madera. Mediría más de metro y medio de alto y era casi tan ancha como yo abriéndome de brazos.
Pero lo más intrigante era el cartel rosa chillón que colgaba en una de sus paredes. En el ponía en letra de muy mala caligrafía: "¡¡Feliz año nuevo Kaede y también feliz cumpleaños!"Aquí está nuestro regalo, espero que lo disfrutes... Aun que sabemos que te va a gustar"
Yo me quedé algo impactado, bueno a decir verdad la cara que puse en aquel momento habría tenido que inmortalizarse. Pero aquello hizo que una idea entrara en mi cabeza y como si conmigo no fuera la cosa dije...
-Ya se que esto es una cámara oculta... Pero bueno, perderé mi tiempo por curiosidad.- Vale... Realmente no es que lo creyera, pero por si las moscas siempre era mejor ser precavido. Con un suspiro de frustración cogí la caja agarrándola y tiré con todas mis fuerzas. Pero no se movió ni un milímetro.- Por el amor de dios... ni que hubiese un maldito elefante dentro.
Por un momento mi corazón dejó de latir cuando creí oír un ruido proveniente de la caja. Pero como cesó al instante pensé que me lo había imaginado. Grave error. Empujando con todas mis fuerzas durante los 5 minutos siguientes, no conseguí absolutamente nada, la caja parecía clavada al suelo por lo que usando mi ya para entonces congelado cerebro, me metí en mi casa y cogí una palanca de la caja de herramientas.
Cuando volví al lugar del "crimen" la caja seguía ahí como desafiándome a que la abriera y yo con una sonrisa maligna dirigida a aquella maldita cosa que tanto trabajo me estaba dando puse la palanca en uno de los lados y apreté con todas mis fuerzas.
Cuando una de las paredes de la caja salió de su sitio cayendo al suelo estrepitosamente yo solo pude quedarme congelado viendo lo que había en el interior de la caja. Aquello debía ser una maldita broma. Y una de muy mal gusto.
La caja, ante todo pronostico, se encontraba forrada por dentro con terciopelo rojo oscuro. Eso en si no me hubiese dejado en tal estado comatoso, pero el hecho de que en el centro de la caja se encontrase una persona arrodillada ya iba cambiando las cosas.
Con los ojos abiertos como dos platos, mire incrédulo a Hanamichi. Incapaz de moverme miré incrédulo al chico que parecía sacado de una película y es que si ya de por si, el que Hanamichi estuviese dentro de una caja como regalo para mi el día de mi cumpleaños era toda una sorpresa, el hecho de que el chico estuviese totalmente desnudo, bueno rectifico, tapado por un tanga que constaba de unas tiras de cuero que no tapaban nada y en su boca una de aquellas bolas que se ponían en los videos pornos y que se ataban detrás de la cabeza con una correa de cuero era algo que mi cerebro no terminaba por asimilar. Por mucho que lo tuviese delante.
La pregunta del siglo era: ¿Qué demonios hacía Hana enfrente de mi casa, estilo actor porno, cuando se suponía que debía estar pasando la noche vieja con su novia? Sí, decidí, aquella sería la pregunta que le hería, pero antes tenía que conseguir que el aire entrase a mis pulmones y mi corazón latiese a un ritmo aceptable, vamos en definitiva, esperaría a volver a ser persona.
Cuando al fin pude moverme un poco, la luz que provenía de mi casa y que hasta el momento yo había estado tapando con mi cuerpo, dio de lleno en el rostro de Hanamichi y pude ver como sus ojos brillaban furiosos. Miles de ideas cruzaron entonces por mi mente, ¿Y si aquello no era más que una maldita broma de alguien con poco sentido del humor, o uno muy raro…?
Acercándome más a la caja, le tendí una de mis manos para que el chico saliera de allí, pero cuando tras pasar unos momentos y ver que el chico no hacía nada, mis ojos se posaron en sus brazos, que se perdían en su espalda y muy acertadamente supuse que tendría las manos atadas.
Agachándome entonces, le cogí como pude por la cintura para que saliera de una maldita vez de la caja y lo conduje a la entrada cerrando la puerta tras nosotros. El pelirrojo solo se quedó allí de pie sin mirarme a la cara y con las mejillas muy sonrojadas. Solo faltaba saber si aquello era de furia o de vergüenza
Me puse tras de el para desatarle las manos, pero sorprendido vi que lo que las amarraba no era una cuerda, si no unas esposas, y unas muy bonitas había que decir, forradas por una tela negra muy suave, parecida al terciopelo. Además de que mi vista podía recrearse también con las nalgas de Hanamichi, que tras sus manos, podían verse en todo su redondeado y apetitoso esplendor.
Dejando aquellos pensamientos de lado, me puse de nuevo frente a el, aun que esta vez algo alejado. El no saber de que iba aquella situación me ponía a la defensiva y además no estaba del todo seguro de si podría aguantar el impulso de saltar sobre el.
- Veamos… ¿Dónde están las esposas Sakuragi?- Pregunte sin mirarle a los ojos, pero cuando el otro no respondió, me di cuenta de que estúpidamente no había caído en que el pelirrojo no podría hablar con aquel artefacto en la boca.
Con un suspiro de frustración me acerqué hasta que su cara y la mía quedaron a solo unos centímetros y le rodee con mis brazos para desabrochar la correa de cuero que sostenía la bola. Al momento esta caía al suelo llena por completo de su saliva.
- ¿Un elefante?- Casi me gritó en la cara- ¿Me has comparado con un elefante?
- ¿De qué hablas?
- No te hagas Rukawa, te escuché antes desde la caja cuando no pudiste moverla.
- Yo no tengo la culpa de que estas navidades hayas engordado Sakuragi- La verdad es que no quería sonar tan frío, pero el recuerdo de lo que había pasado no me dejaba relajarme del todo a su lado.
- ¡Yo no estoy gordo!- Su aliento rozándome toda la cara desde luego no ayudaba demasiado en eso de controlar mis instintos- Lo que sucede es que no tienes apenas fuerza.
Cuando me disponía a gritarle, el chico una vez más me dejo sorprendido y con mis palabras en la boca al irse de allí rumbo a mi salón sin escucharme si quiera y con cara de quien esta completamente a sus anchas. Yo solo pude seguirle como el idiota que era.
Cuando llegué, vi que el chico ya se había puesto cómodo sentándose en el sillón negro completamente relajado. Parecía como si hubiese olvidado su desnudez, claro que a mi no me podía pasar lo mismo, ya que cada vez que le miraba mi pene parecía saltar en mis pantalones.
- Haber… Dime de una vez como quitarte las esposas
- Pues…- De pronto toda la calma del chico había desaparecido y en su lugar Hanamichi se encontraba ahora completamente colorado y con la cabeza gacha- Está en el tanga
- ¿Cómo?- Pregunté yo sin creer haber oído bien. Pero mi mirada casi por inercia bajo hasta la prenda nombrada y yo mismo me sonrojé. El pequeño tanga de cuero negro no dejaba nada a la imaginación, y yo me pregunté, haciendo mención a lo bien dotado que estaba el chico, cómo habría podido meter todo su… su equipo en aquella miniatura.
- Será mejor que empiece explicándote por que estoy aquí. Aun que a decir verdad mi idea no había sido la de presentarme ante ti en tanga y en una caja esposado. Pero Rukawa pondría las manos al fuego en que solo tu eres capaz de, por una vez que te haces amigos, hacerlo de las personas más raras del planeta.
- ¿Me estás diciendo que Haku y Kei…? – Pregunté yo sin poder creer una palabra.
- Espera, solo te pido antes de decir nada que me dejes hablar a mí. Tengo bastante que contarte y no quiero que me interrumpas- Hanamichi me miró por primera vez a los ojos desde lo del tanga y vi que parecía algo indeciso- Solo una cosa antes de empezar… ¿Está aquí Michi?
- ¿Michi?- Pregunte yo con un mal presentimiento
- No te hagas el tonto Kaede, te vi en el vestuario el viernes.
Mi muy inteligente cerebro no fue capaz de sugerirme nada inteligente que decir, pero pronto me vi salvado de hacer el ridículo ya que Hanamichi siguió hablando como si nada.
- A decir verdad me importa una mierda si él está o no aquí. De todos modos voy a contarte lo que tengo que decir por que me ha costado mucho admitírmelo a mi mismo como para venir ahora y echarme atrás por algo como un tercero.- Debió ver mi confusión en la cara estúpido que estaba poniendo, ya que me dijo- No te preocupes, ya entenderás. Solo no me interrumpas. Y por cierto siéntate, que no es como si te fuera a comer o algo así. Pareces una estatua ahí de pie.
- Bueno… - Empezó una vez le hice caso sentándome en la otra esquina del sillón a la que estaba el. Hana solo me miró con algo de burla- Como ya sabrás de sobra, yo estoy saliendo con Haruko desde hace unas semanas. Ni se te ocurra- Agregó al ver que abría la boca- Mierda… Es muy difícil explicarlo. Veamos… Hasta hace dos semanas yo tenía muy claro el futuro que iba a tener. Probablemente sería un jugador de baloncesto y me casaría con alguna chica teniendo una par de hijos. Por lo tanto cuando Haruko, la chica de la que había estado enamorado durando tanto tiempo aceptó salir conmigo, fui realmente feliz
En aquel momento supe que mi Hana no tenía corazón, y que estaba desgarrando el mió a una velocidad increíble
- Pero entonces llegaste tú. Fue algo que nunca hubiese podido imaginar, algo que me pilló totalmente desprevenido y tengo que admitir Rukawa que si por algo tengo que admirarte es por la perseverancia que puedes llegar a mostrar. Pero eso no importa, no me voy a desviar de mi línea ahora. ¿Te acuerdas aquella vez en la que me derramaste un café?- Pregunto, pero por lo visto fue una pregunta retórica, por que antes de dejarme si quiera responder, él ya estaba siguiendo con su narración- Bien, pues fue ahí cuando empezó todo. Yo sabía que era hetero. Para algo estaba enamorado de Haruko, pero cuando tú empezaste con tus acercamientos, todo el caos comenzó. Al principio pensé que aquello sucedía solo por curiosidad. Que mi atracción física hacía ti era fruto del experimentar algo nuevo.
Hanamichi se acomodo mejor en el sofá. El chico miraba fijamente algún punto en la pared y parecía completamente perdido en sus pensamientos. Yo no sabía donde llegaría aquella charla exactamente.
- Pero aquella no duró demasiado. Cada día que pasaba tú te acercabas más. Con cada beso, con cada caricia me hacías ver que la atracción que sentía hacía ti era mucho más que mera curiosidad. Pero Rukawa tienes que entender que me he criado en una casa muy chapada a la antigua. Mis padres nunca me hablaron de la homosexualidad y para mi el solo pensar que podía sentir algo por alguien de mi mismo sexo era realmente duro. Sin embargo era algo tan evidente que no pude ignorarlo.
Rascándose la cabeza, el chico por fin me miró, y vi que sus ojos estaban algo húmedos. Lo que no sabía era que en aquel momento los míos estaban exactamente igual.
- Durante un tiempo intenté acercarme lo más que pude a mi novia, y alejarme de ti. Pero era imposible. Allá donde yo iba estabas tú y poco a poco, aun con mi novia al lado, ya no pude evitar desear tus caricias y tus besos. Cuando me di cuenta de mi grado de necesidad por ti, me asusté y lo único que fui capaz de hacer fue refugiarme en lo único seguro. En Haruko. Aquella fue la época donde intentaba ignorarte como fuese posible, sin embargo no resulto. Ya no podía soportarlo más por que ahora no solo eran tus avances, ahora era yo el que cada vez que te miraba deseaba posar mis manos sobre ti. Y ahí fue donde me decidí, te busqué Rukawa, y no sabes cuanto me arrepiento de ello- Mis ojos se abrieron como platos ante el dolor de aquellas palabras, pero cuando el chico siguió hablando el nudo que había apretado mi corazón desapareció
- No te confundas. No es que me arrepienta por haberme acostado contigo, de lo que me arrepiento es del motivo.- Hanamichi pareció no soportar mirarme más y sus ojos se desviaron al suelo- Fui un egoísta, simplemente no pensé en nadie más que en mi y te busqué aun sabiendo que aquello dañaría a más personas que a mi. Por una parte estaba Haruko, a quien estaba engañando miserablemente y lo que me hacía sentir muy mal, y por otra parte tú. Sabía que de alguna forma aquello era como jugar contigo, con tus sentimientos, pero no me di cuenta hasta demasiado tarde, cuando ya no había vuelta atrás. Te utilice de la peor manera y después mi propio miedo me hizo alejarme más de ti.
- Después de aquello no sabría ni yo mismo decirte muy bien que ocurrió, estaba demasiado confuso y dolido pro lo que había hecho. Tanto el verte a ti como ver a Haruko me recordaba la clase de persona que podía llegar a ser y en verdad lo pasé muy mal. Pero no me rendí, si algo puedo decir bueno de mi es que lo último que pierdo siempre son las esperanzas. Intenté recobrar mi vida tal y como la tenía antes, hasta quise acostarme con Haruko. – Sin poder evitarlo un gruñido salió por mis labios. Esto hizo que el pelirrojo me mirara de nuevo interrogante y yo solo le dije
- Lo se. Oí como Haruko decía que ambos ibais a hacerlo.
- Ahh, vaya eso explica lo frío que estuviste en el partido. Pero te juro que no paso nada. Rukawa si te cuento todo esto es por que me he dado cuenta de algo. Fue en aquel preciso momento, cuando intenté sentir con ella lo que sentía contigo. Pero fue inútil y es que comprendí que aquella necesidad de ti no era solo sexual. Quería tenerte cerca, y quería que fueras tú. Si hubiese sido solo deseo insatisfecho, por lógica cualquiera me habría servido, pero no fue así. El pensar que debía acostarme con ella fue como un cubo de agua helada. No es que no pudiera, es que simplemente no quería. Aquel día ni fui a buscar a Haruko y más tarde, cuando te vi con Mitsui… Bueno aquello fue realmente doloroso y comprendí por lo que habrías pasado tú al verme con Haruko. Aquellos celos casi enfermizos que hacían querer odiarte y amarte al mismo tiempo.
En aquel momento no hubiese podido decir palabra aun que en ello me hubiese dio la vida. Simplemente estaba demasiado impactado por las palabras del pelirrojo y lo que estas significaban.
- Yo entonces rompí con Haruko y aun que suene cruel decirlo, no me dolió en absoluto. Sin embargo aun no sabía como demonios te iba a contar todo esto. En cierta forma me daba miedo tu rechazo ya que sabía que me lo tenía bien merecido. Pero esta mañana vi a tus dos amigos y fueron ellos los que se acercaron a mí. Quizás fuera por la cara que debía tener ya que en aquel momento estaba pensando en lo desgraciado que era, pero la cosa fue que ellos dos me llevaron a la casa de Haku y allí prácticamente me hicieron contarles todo esto.
- Hanamichi yo…
- No espera, aun no termino. No quiero que pienses que vine aquí solo por sexo al verme así vestido. No te quepa duda de que yo nunca hubiese aceptado todo esto de haberlo sabido. Pero aquellos dos locos simplemente me quitaron la ropa a la fuerza, me esposaron y me metieron en una caja.
Ante mi silencio el chico pareció venirse abajo. Sus lacrimosos ojos ahora estaban completamente centrados en mí a espera de una respuesta. Pero yo aun estaba demasiado sorprendido. Y quizás dolido por todo.
- ¿No dices nada?- Fue el susurro que me saco de mis pensamientos y de pronto comprendí que delante de mi tenía al chico que amaba y que ahora también me amaba. Una sonrisa, aun que vacilante, adorno mis labios
- Realmente no se bien que decir.
- Bueno entonces esta vez seré yo el que te seduzca a ti para convencerte- Dijo mientras se arrodillaba para acercarse a mi- Quítame las esposas Rukawa, quítamelas y déjame mostrarte como te amo.
Entonces si que sonreí completamente y mi mano se posó en su vientre, que se encontraba frío, en una caricia.
- Y dime… ¿Por donde esta la llave?
- Jajaja, siento decepcionarte, pero esos dos dijeron que si te dejaban las cosas demasiado en "la masa" acabarías muy pronto- Yo no entendí a lo que se refería, por lo menos hasta que se giró un poco y pude ver que en un lado, atado al tanga por el costado estaba la llave con un lazo. Cuando lo cogí, vi que también había un pequeño papel allí y al leerlo mis ojos se abrieron redondos y sin poder evitarlo me puse a reír ante la intrigada mirada del otro. Yo solo le mostré el papel.
"Regalo por Haku y Kei. Qué lo disfrutes y no te quepa duda de que los dos nos debéis una"
Intentando no excitarme demasiado, cogí a Hanamichi para darle la vuelta y quitarle las esposas. No quería terminar antes si quiera de haber empezado. Una vez estuvieron fuera las tiré sin preocuparme demasiado por donde caían al suelo y después me levanté del sofá. Hanamichi solo me miró levantando sus cejas.
- Vaya… ¿Es eso un rechazo?- Pregunto haciendo un puchero adorable, yo le tendí mi mano para que se levantara y me siguiera.
- No digas tonterías. Pero nuestra primera vez fue en unas duchas. Hagamos algo derecho por una vez y vayamos a mi cama
- Hombre tanto como derecho… Yo no diría que lo que vamos a hacer es derecho….
Más carcajadas salieron por mi boca y sin poder aguantarme más atraje el lindo cuerpo del chico hacía mi. Hanamichi no dijo nada y simplemente me rodeo con sus brazos mientras se pegaba por completo.
- ¡Mierda!- Casi grite, y después simplemente agarré al chico por las nalgas para que me rodeara con sus piernas y partí rumbo a mi cuarto
- Veo que estás algo apresurado, ¿No?- Yo no le hice demasiado caso y en menos de un minuto ya estaba en mi cama con el chico debajo de mi cuerpo.
Yo pasé mis manos por todo su torso mientras mi boca descendía hasta la suya en lo que fue un beso devastador. Un beso que mostraba toda la pasión que ambos habíamos contenido durante demasiado tiempo.
- Hazlo, tómame de una vea- Me dijo Hanamichi mientras jadeaba y empujaba sus caderas contra mi cuerpo. El pelirrojo estaba tan excitado como yo.
- Pero no estas preparado y te dolerá
- Tu solo hazlo, lo necesito Rukawa, quiero sentirte dentro, y quiero sentirte ya.
Hanamichi entonces dirigió su mano hasta mis pantalones y desabrochando el botón hábilmente metió su mano dentro de mi ropa interior para acariciar mi miembro ya más que despierto. Con un gemido de frustración me puse en pie rápidamente quitándome toda la ropa ante la atenta mirada del otro chico y después volví a la cama junto a él. Rápidamente le quité su pequeño tanga y sin poder evitarlo me quede viendo fijamente la excitación del otro, era tan bello que aquella visión casi me hizo perder por completo el control.
Cogí sus piernas pasándomelas por los hombros y elevé sus caderas para poder ponerme en buena posición y penetrarle.
- No sabía que te gustaba el dolor- Susurré con una sonrisa picara. El chico solo me miro decidido y me dijo que lo hiciera.
Intentando no ser brusco, empecé a introducir mi pene por su estrecha entrada, pero cuando llevaba mi punta casi completa el chico soltó un gemido lastimero. Poco a poco terminé dentro de él para después quedarme completamente quieto para que se acostumbrara a la invasión.
- Muévete- Dijo pasados unos minutos, su respiración parecía ser ya más regular. Yo así lo hice, al principio con estocadas suaves, pero Hanamichi parecía estar tan deseoso de terminar como yo, ya que gritándome pidiendo más hizo que el ritmo de mis envestidas aumentara convirtiéndose aquel acto en algo salvaje y que solo parecía buscar el placer de la culminación. Ninguno de los dos tardamos mucho en terminar, y cuando sentí como la esencia del pelirrojo bañaba mi abdomen solo pude dirigir allí una de mis manos para mojarme los dedos y después metérmelos en la boca. Quería volver a saborear aquello que me había sido negado antes.
Bajando las piernas del chico, me tumbé junto a el. Pero Hanamichi parecía tener otros planes ya que completamente desnudo se levantó de la cama y salio por la puerta del cuarto vete a saber donde. Yo solo le miré sin entender nada. Pero antes de darme tiempo a decir palabra alguna el chico ya se encontraba de vuelta con sus manos a la espalda y una sonrisa ladina en los labios. Yo temblé por la anticipación y par que no admitirlo... También con algo de miedo.
- ¿Qué estas tramando? No me gusta nada esa expresión- Dije yo sin moverme si quiera de la cama.
- ¿Qué pasa Rukawa? ¿Tan pronto te has cansado? Pues déjame decirme que esta noche no pienso dejarte dormir.- El chico se acercó a donde yo estaba y se inclinó para besarme, pero esta vez dulcemente.
Cuando me acordé de que Hana estaba escondiendo algo, cogí sus dos manos, pero estas ya se encontraban vacías.
- Déjame seducirte Kaede. Deja que está vez sea yo el que te incite y te vuelva loco de deseo- El pelirrojo me tumbó completamente en la cama mientras se sentaba a horcajadas sobre mi cintura. Mi miembro empezó a reaccionar entonces.
- Para eso no hace falta que hagas mucho- Susurre mientras mis caderas se elevaban en busca de más contacto, sin embargo el chico descendió hasta que su boca quedo a unos centímetros de la mía y sus manos apresaron las mías sujetándolas por encima de nuestras cabezas.
- Quiero oírte gemir y gritar mi nombre mientras deliras de placer- Susurró., y su aliento baño calidamente mi boca- Quiero que seas mió Kaede.
Su lengua entonces salio juguetona de su boca para lamer mis labios y yo intenté liberar mis manos para abrazarle. Pero Hanamichi las sujetó más fuerte mientras sus labios se apoderaban de los míos y su lengua pasaba dentro de mi boca para acariciar la mía. Pronto todo quedó olvidado cuando el chico ondulo su cadera haciendo una deliciosa fricción entre nuestros excitados sexos.
Las manos de Hanamichi entonces empezaron a recorrer todo mi pecho acariciando toda mi piel, pero entonces me di cuenta de que si las manos de Hanamichi estaban sobre mi cuerpo, algo debía estar sujetando aun mis manos. Confuso miré hacía donde estas estaban y mis ojos se abrieron más de lo normal al ver allí las esposas. El pelirrojo me había esposado a mi cabecero y yo no me había dado ni cuenta.
- Hanamichi… ¿Se puede saber qué quieres hacer conmigo esposado?
- Tranquilo, solo quiero jugar un poco- El pelirrojo llevó su boca a mi cuello lamiéndolo y dejando una estela de húmedos besos. Sus manos mientras tanto acariciaban mis pezones ahora endurecidos por el deseo- Te prometo que seré muy bueno contigo
Yo eché mi cabeza hacía atrás dejando más espacio para la lengua del chico en mi cuello y cuando sus dientes se clavaron allí sin llegar a hacer daño un gemido agudo escapo por mis labios. Entonces la boca de Hanamichi volvió a la mía como si de alguna forma quisiera beberse aquel erótico sonido.
- Me encanta oírte Kaede. Grita, grita para mí.
Su boca bajó ahora hasta mi pecho y sus manos fueron entonces sustituidas por sus labios que empezaron a lamer mis pezones absorbiendo de vez en cuando y dando pequeños mordiscos en mi pálida piel.
- Ahhh, no puedo… - Jadee mientras sentía como la lengua del chico jugaba un rato más con mis pezones y después bajaba hasta mi abdomen haciendo círculos alrededor de mi ombligo.
Hanamichi llevó sus manos a mi cadera haciendo algo de presión allí para inmovilizarme y después la punta de su lengua se adentro en mi ombligo sacándome un gruñido ronco. Mi espalda se arqueó entonces como si buscara más el contacto de aquella boca, y Hanamichi entonces fue descendiendo mientras sus labios no dejaban de besar mi piel hasta llegar a mi ingle.
- ¿Estás muy caliente Kaede?- Me preguntó divertido viendo mi excitación. Aquella estúpida pregunta estaba más que respondida.
Pero si antes estaba caliente, en el momento que los labios del chico se posaron en la punta de mi pene yo creí explotar. Hanamichi lamió primero el prepucio como queriendo probar su sabor y después cogiendo la base del miembro con una mano, lo lamió en toda su longitud. Yo me hubiese caído de la cama si no hubiese estado esposado a ella.
Aquella dulce boca se convirtió de pronto en algo abrasador que me acariciaba y lamía haciéndome sentir cada vez más y más perdido en mi propio placer. Mi respiración era jadeante y mis ojos se ponían blancos en algunos momentos.
- Hazlo de una vez- Le dije entrecortadamente y él pareció entenderlo, ya que al momento siguiente se metió todo mi miembro en su boca absorbiendo y empezando a masturbarme con ella. Sus manos mientras acariciaban mis testículos y mis mullos dándome aun mayor placer.- Quítate, yo… yo me voy a correr
- No, quiero beberlo- Dijo como respuesta a mis palabras. Cuando su boca aumentó más aun su velocidad yo arquee la espalda mientras todos mis músculos se tensaban y momentos después me derramé dentro de Hanamichi. Este solo trago todo el líquido blanco lamiendo cualquier rastro de semen de sus labios.- Delicioso.
Hanamichi subió de nuevo a besarme los labios y pude notar mi propio sabor en el, cosa que no hizo más que excítame. Sus manos estaban en mis nalgas acariciándome y presionándome contra el al mismo tiempo. Cuando sentí la excitación del pelirrojo separé mis labios de los suyos y le dije:
- Suéltame, déjame ahora ayudarte
- No, aun no- Susurró contra mis labios y después juntó su boca a la mía en un beso húmedo y lleno de pasión. Con incredulidad noté como me empezaba a excitar de nuevo. Y solo con un beso. Pero era verdad que el pelirrojo lograba encenderme con su solo contacto.
Hanamichi dejó mi boca y se puse de rodillas entre mis piernas abiertas. Con una sonrisa pervertida me agarró de los muslos haciéndome doblar las rodillas y flexionar mis piernas. Su mano entonces bajó hasta mi miembro y empezó a acariciarlo lentamente
- Quiero conocer cada rincón de ti- Dijo mientras su mamo agarraba mi pene ya completamente excitado y empezaba a bombearlo con fluidez
- Ahhh! ¡Hana!- No pude evitar gritar cuando sentí como estaba a punto de correrme, pero entonces su mano bajo el ritmo impidiéndome llegar a la cima. Un gemido salió por mis labios- ¿Quieres torturarme?- Dije como pude entre mis jadeos
El otro solo sonrió y bajo su cabeza hasta depositar un beso en la punta de mi miembro. Mi cadera se elevó entonces, pero el chico solo llevó su boca hasta mi ingle depositando allí más besos hasta llegar a mi entrada.
- ¿Torturarte?… Suena bien- Ni en mis mejores sueños eróticos hubiese podido ni imaginar lo que sentí a continuación. La lengua de Hanamichi lamió en círculos el exterior de mi entrada para después meterse en mi interior.
- ¡Ahh!- Grite, pero Hanamichi simplemente saco su lengua para volver después a meterla. Eso, sumado al hecho de que su mano seguía estimulando mi miembro, hizo que en pocos minutos llegara a mi límite y sin poder contenerme terminé corriéndome en la mano del pelirrojo.- Lo… lo siento
- No hay de que disculparse- Hanamichi entonces se levantó de la cama acercándose a la mesilla y pude ver como cogía de allí la llave de las esposas.- Ahora te soltaré…
El pelirrojo se acerco y colocándose a horcajadas sobre mí, dejando su excitación muy cerca de mi boca, empezó a quitarme las esposas. Cuando sentí mis manos libres y como Hanamichi se disponía a separase de mi, me elevé con un codo mientras que con mi otro brazo rodeaba la cintura del chico. Hanamichi solo me miró confundido, pero yo solo le lance una perversa mirada para después acercar aun más su cuerpo al mío y así mi boca quedó a unos centímetros de su pene.
- Ahora me toca a mí- Susurré, y después quitando mi mano de su cadera, la dirigí hasta la base de su miembro mientras me metía la punta en la boca. Hanamichi apoyó las manos en la pared mientras soltaba un gemido que fue como música para mis oídos.
Mi lengua y mis labios empezaron a recorrer su miembro y el pelirrojo pronto empezó a mover sus caderas en busca de satisfacción. Cuando vi que el chico se tensaba, me metí su pene en mi boca y empecé a bombearlo mientras sus caderas me ayudaban moviéndose en un desenfrenado vaivén. No tuve que esperar demasiado para sentir como su esencia llenaba mi boca.
Hanamichi se separó de mí, pero solo para recostarse encima y pegar completamente nuestros cuerpos. Nuestros labios se volvieron a unir tiernamente y cuando el aire escaseó yo me separé tan solo unos centímetros para susurrarle-
- Hazme tuyo.- No tuve que decirlo dos veces. Hanamichi se puso a cuatro patas sobre mí para descender su mano hasta mi entrada, pero antes de hacer nada la volvió a subir abriéndome la boca e introduciendo en ella los dedos. Mi mano mientras tanto se dirigió a su miembro para masajearlo y cuando sentí como uno de los dedos de Hanamichi intentaba entrar en mi paré todo movimiento tensándome en el acto. Aquello dolía.
- Tranquilo, solo meteré uno- Momentos después el chico tenía uno de sus dedos dentro de mi. Me consolé pensando que el debía haberlo pasado peor cuando le metí mi miembro. Pero poco después el dolor cedió y el pelirrojo empezó a mover el dedo para ensanchar mi entrada. Un gemido escapó de mis labios y llevé una de mis manos al miembro del pelirrojo de nuevo para seguir masajeándolo.
Pronto un segundo dedo se acompasó en movimientos al primero y yo estaba tan perdido en el remolino de sensaciones que me embargaban que no note nada de dolor. Hana lentamente me quito mi mano de su miembro mientras me susurraba al oído:
- Para, no quiero que esto termine tan pronto- Hana quito sus dedos de mi interior y se colocó entre mis piernas elevando mi trasero para tener más fácil acceso.- Espero que no te duela demasiado. Si quieres que pare solo dímelo, que aun que me cueste bastante, pararé.
Yo solo asentí a la espera del dolor que vendría y que efectivamente no se hizo esperar. Cuando la punta de su miembro se introdujo en mí todos mis músculos se tensaron mientras mi rostro se crispaba por el dolor.
- Lo siento- Oí que me decía su voz suave a mi oído y después sus labios acariciaron los míos lamiéndolos para después introducir su lengua en mi boca. Hanamichi se movió poco a poco hasta que por fin entró por completo. El pelirrojo se quedó completamente quieto como esperando mi consentimiento para seguir, pero a mi me dolía demasiado como para decir cualquier cosa, y aquello debió verse reflejado en mí ya que Hana esperó pacientemente hasta que un rato después, cuando sentí aquel dolor punzante disminuir, le pedí que siguiera.
Sus embestidas empezaron suave aun que de todos modos causaba dolor, por lo menos hasta que en una de ellas el pelirrojo tocó algo dentro de mí que me hizo gritar de placer. Hanamichi aumento la velocidad de las embestidas mientras mis uñas se clavaban en su espalda y yo acoplaba mis movimientos a los suyos. Nuestros gemidos parecieron mezclarse mientras nos acercábamos cada vez más al clímax.
- Ahhh, te quiero Hana- Susurré mientras me tensaba a punto de acabar
- Yo también te quiero mi zorrito- Ambos arqueamos nuestras espaldas mientras no dejábamos llevar por un orgasmo explosivo que me hizo terminar en el abdomen de Hana mientras el me llenaba con su semen. El pelirrojo se dejó caer sobre mi exhausto y yo le abrace con fuerza.
- Esto parece un sueño- Hanamichi me miro y de pronto sus ojos parecieron llenarse de duda.
- Kaede… ¿Qué pasó al final entre tú y Mitsui? ¿No os hicisteis novios o algo así verdad?
- ¡Como iba a estar con el después de lo que a pasado entre nosotros?- Le respondí algo enfadado por su suposición
- Lo siento, a veces soy un burro
- No, pero no te negare que eres un torpe- cuando vi que el me miraba enfadado me apresure a aclarar- Pero eres mi torpe, y te quiero tal y como eres.
El silencio reino durante algunos minutos, ambos estábamos lo bastante agotados como para quedarnos dormidos en aquel instante, pero de alguna forma nos daba miedo que al despertar descubriéramos que todo aquello no había sido más que un sueño.
- ¿Cómo se lo tomo Haruko?- Pregunte sin poder contener mi curiosidad, aun que maldiciéndome por ello.
- Bueno… al principio lloró, y me sentí mal, pero después me dijo que en verdad ya se lo esperaba. Ella de alguna forma lo había notado, y no me extraña ya que me comportaba muy raro todo el tiempo…
- Yo al principio también me sentí un poco mal por ella. Pero fue muy poco tiempo.- No quería mentirle diciendo que había sentido pena pro aquella cerda, después de todo ella había tenido a mi torpe durante demasiado tiempo según mi punto de vista.
- Eres malo- Dijo en broma y yo de pronto comprendí que no quería hablar de ella mientras estaba en la cama con Hanamichi
- ¡Basta! No quiero hablar de ella ni de nadie más mientras estamos así-
- Si serás tonto… Has sido tu quien ha sacado el tema- Hanamichi me miro con una dulce sonrisa para después depositar un beso en mis labios. El momento quedo algo chafado cuando de sus adorables labios escapó un bostezo muy poco digno.- Tendremos que pagárselo de alguna forma a tus amigos. Bueno ahora supongo que también son los míos, después de todo me han ayudado.
- Yo creo que se como ayudarles…- Hanamichi soltó una débil risita mientras estrechaba su abrazo
- Y dime… ¿como se supone que les pagaremos?
- Ellos dos se gustan, solo que ninguno se atreve a decir nada por miedo al rechazo. Les ayudaremos a estar juntos. De todas formas yo y mis planes de cupido somos infalibles.
- Jajajaja. Eres todo un caso amor- El oír a mi Hana llamarme así me lleno el corazón de dicha- Aun que tengo que reconocer que si ellos terminan igual que nosotros dos tu plan habría dado resultados…
Otro bostezo salio por la boca de Hanamichi y terminó pegándomelo a mi.
- Será mejor que durmamos un rato. Ya veras cuando todos se enteren de que somos novios.
- Ah... ¿pero que somos novios?- Pregunté en broma y como respuesta Hanamichi me dio con su codo en mis costillas sacándome un quejido- Eso dolió...
- No digas esas cosas.- Hanamichi tenía los ojos cerrados y yo alargue una mano para apagar la luz en el interruptor que estaba a mi derecha. Cuando mis ojos también se cerraron y estaba a punto de dormirme pude oír perfectamente como Hana decía
- Aishhh, eres un zorro… pero te quiero más que a nada Y como vuelva a ver a Mitsui cerca de ti le arrancare algo que de seguro le es muy preciado.
Y sin decir nada más los dos nos dejamos vencer por el sueño. Aquel día empezó nuestra relación y puede que no fuera a ser fácil, pero por muchos obstáculos que se nos pusieran por delante, nosotros los superaríamos y es que cuando un amor así de grande nace, lo único que puede hacer es seguir creciendo día a día.
¡¡¡¡¡¡Fin!
Vaya este capitulo se me alargó demasiado, aun que espero que a vosotros os gustara tanto como a mi. M e lo pase muy bien escribiendo el lemon y tengo que decir que es uno de los más largos que he escrito. Espero vuestros comentarios y quiero saber si os gustaría un epilogo y si queréis que centre el epilogo en Hana y Ru o en Haku y Kei… Bueno ya veré que me decís Feliz año nuevo a todos y que sea un año lleno de felicidad y yaoi.
