- Mételo más… ¡Más adentro Hana!- Dos chicos se encontraban en una cocina, uno inclinado y apoyado con sus dos manos en una gran mesa y el otro inclinado sobre este, pegando su pecho a la espalda del otro.- No debes titubear torpe, si no todo se irá al garete.
- Lo hago lo mejor que puedo, además… ¿Si ibas a estar quejándote todo el rato por que no lo hiciste tu?
- ¡¡Oye! ¡Pero si fuiste tú el que me suplicó que te dejara meterlo!
Ahora solo falta decir que una de esas personas era yo, Kaede Rukawa, alto, moreno, ojos azules, magnifico jugador de baloncesto, derrochador de encanto y tan guapo como cualquier modelo que se aprecie. No hará falta decir a estás alturas que carezco de abuelos… Alguien me tiene que tirar flores.
Otro rasgo a destacar sería mi estado de completo enamoramiento por cierto pelirrojo llamado Hanamichi Sakuragi, un dios pelirrojo que en aquel momento se encontraba con su cuerpo pegado al mió y mirándome con furia.
- ¿Estás diciendo que no se meterlo?- Preguntó el pelirrojo con una voz que daba escalofríos.
- Vamos Hana, eres pésimo.
- ¡Pero es que no ves que es asqueroso? ¡Meter ahí dentro cualquier parte de mi cuerpo es repugnante!.
Yo miré cansinamente por encima de su hombro derecho mientras mis brazos le rodeaban por la cintura desde atrás y después entrecerré los ojos mirando fijamente a aquel gran pavo que desde la mesa, parecía retarnos a intentar de nuevo rellenarlo. El problema era que en casi una hora, el pelirrojo no había sido capaz casi ni de tocarlo.
- ¿Por qué insistes en hacer esto si ves que te es imposible?
- Ya lo sabes, quiero dar una buena comida a mis padres este sábado. Quiero pillarles bien comidos para cuando le de la noticia de nuestro noviazgo
- Si tienes tanto miedo a su reacción… ¿Por qué no esperas más tiempo para contárselo? Solo llevamos tres días saliendo
Pude sentir como Hanamichi se tensaba inmediatamente, y sin saber que había pasado me separé de él dándole la vuelta para poder ver su rostro. La mezcla que allí encontré de furia y dolor me dejó completamente shockeado.
- ¿Qué me estás intentando decir? ¿Tan pocas esperanzas tienes en lo nuestro que ya desde el principio la condenas al fracaso?- Yo solo atiné a abrir los ojos ante la sorpresa producida por sus palabras
- Yo no quise decir eso… Me refería a… - Intenté tranquilizarlo, pero fui interrumpido por un grito del pelirrojo.
- ¿¿¿Crees acaso que no tiene sentido decírselo a mis padres?
- Hana… Yo lo decía porque todo está muy reciente y puede que necesites tiempo para atreverte a contárselo a tus padres. No entiendo como puedes creer otra cosa…
Hanamichi me miró con duda, pero momentos después el chico se acercó a mí rodeándome con sus brazos y escondiendo su cara en mi cuello. Un escalofrío me recorrió cuando su cálido aliento me hizo cosquillas.
- Lo siento….- Susurró tan bajo que casi no le pude escuchar- Estoy nervioso y salto a la mínima.
Yo le devolví el abrazo mientras mis manos se deslizaban por su espalda en una caricia tranquilizadora.
- No te preocupes. Si quieres puedes decirles a tus padres simplemente que rompiste con tu novia y que te mudaste aquí. Puedes presentarme como un compañero de piso.
- No. Kaede, si me vine aquí contigo es porque estoy seguro de lo nuestro. Eres lo más importante para mí y no me importa lo que pueda opinar la gente de lo nuestro. No te voy a mentir Kaede, por que la verdad es que me gustaría tener la aprobación de mis padres, pero si no es así, las cosas no van a cambiar. Yo me quedare aquí junto a ti pase lo que pase.
Aquellas palabras lograron conmoverme como nada hasta ahora lo había conseguido. Estrujé entre mis brazos el cuerpo de mi amado como si de alguna forma intentara fundirme con el.
- Está bien, pero… ¿Qué te parece si dejamos el maldito pavo? Será mejor hacer algo más sencillo o si quieres pedimos algo a un restaurante.
Aun que no lo vi, pude notar el asentimiento de mi pelirrojo contra mi cuello. Pero de pronto el ambiente pareció cambiar, Hanamichi había pegado su cuerpo completamente al mío y ahora la tensión sexual era casi palpable en el ambiente.
- Y dime… ¿Se te ocurre algo para entretenernos ahora que hemos dejado al pavo?
Ante tan clara insinuación mi entrepierna pareció reaccionar y deslizando una de mis manos hasta su muslo, le agarré la pierna para subírsela flexionada hasta mi cadera y entrar así en mayor contacto.
- Podemos probar a ver si meter otras cosas en otros lugares se nos da mejor que meter el relleno en el pavo- Susurre contra su pelo aspirando después el dulce aroma que desprendía.
Una risita salió por la boca del pelirrojo y yo noté como mi miembro saltaba. Hanamichi se había apretado contra mi excitación y yo sin poder contenerme lleve mis dos manos a su trasero para apretarle aun más mientras mis caderas se ondulaban creando así fricción entre nuestras excitaciones.
- ¿Me dejaras probar a ver si metértela a ti se me da mejor?- Susurró mientras deslizaba su lengua por mi ojera haciéndome estremecer.
- Un momento- Reaccioné ante sus palabras- Me toca a mi ser seme. La última vez fuiste tú.
- Pero eso fue esta mañana. Quiero hacerte mío de nuevo. Además… me encarta ser yo el que te tome.
- ¡Pero me toca a mí!- Exclame, y tras separarme un poco de el y ver la sonrisa ladina que lucia su rostro yo solo pude imitarle mientras le cogía de la mano y me lo llevaba a rastras a nuestro cuarto. Ya se vería quien terminaba dominando aquella vez
Aquella tarde se podría decir que ambos la pasamos encerrados en aquel dormitorio que ahora compartíamos y mostrándonos el uno al otro cuanto nos amábamos. Por el número de veces que lo hacíamos al día se podía decir que aquel era un ejercicio que nos encantaba a ambos. Éramos jóvenes hormonales que recién despertaban a aquella pasión. Ni siquiera hizo falta luchar por ver quien tomaba a quien. La cosa había sido… Yo tomé a Hana primero, muy lentamente y con todo el amor del mundo. Después me tomo el a mi a cuatro patas y después de haber perdido por completo el control.
Horas más tarde me encontraba yo tirado en mi cómodo sillón del salón durmiendo placidamente cuando algo hizo que me cayera al suelo de golpe.
- ¡¡Kaede Rukawa! ¡Ven aquí ahora mismo!- Aquel grito, que pudo ser escuchado perfectamente por todo el vecindario, hizo que mi aun adormecida mente se preguntara que demonios pasaba.
- ¡¡Zorro estúpido! ¡He dicho que vengas aquí!- Por fin mi mente fue capaz de procesar algo de información y levantándome del suelo me dirigí con pasos lentos e inseguros al lugar de donde provenía la voz. Mi cuarto.
Cuando llegué, vi que mi puerta estaba cerrada, por lo que la abrí para ver que había sucedido. Pero cuando mis ojos se posaron sobre la figura de Hana solo me pude quedar completamente inmóvil con el picaporte en la mano. El chico tenía la cabeza gacha y sus cabellos tapaban toda expresión que su rostro pudiera mostrar en aquel momento, pero lo más importante eran sus manos. Una estaba a su costado cerrada en un puño y la otra… la otra se encontraba estirada hacía mi mostrando el objeto del "delito". Mi grabadora último modelo
Mis mejillas se sonrojaron por la vergüenza y un nudo creció en mi pecho dificultándome de pronto el poder respirar por la angustia.
- Ni te molestes en justificarte, he escuchado solo un cacho, pero ha sido más que suficiente- Hana camino furiosamente hasta detenerse a menos de un paso de mi y con su mano libre me agarró cruelmente por mi antebrazo- Pero contéstame una duda… ¿Solo e sido un maldito trofeo verdad?
- ¿Qué? No veras….
- ¡¡Y una mierda que no!- El pelirrojo hizo más presión sobre mi brazo sacándome un quejido, pero ni se inmutó- ¿Cómo meterte en mis pantalones…? ¿¿Ese era uno de tos planes verdad? Uno de tus malditos planes para cazar a tu presa.
- Pero es que no entiendes… Tienes que escucharlo todo para poder decir algo
- No me interesa… Me siento como si hubiese sido usado de la peor manera. Siento como si solo estuviera en medio de una competencia que decidiste empezar con Haruko, y en la que por supuesto yo soy el premio
Yo no supe que decir. Era cierto que si solo escuchabas el principio de la grabación, se podía llegar a aquella conclusión. Yo había grabado mis planes de una forma técnica y lo más impersonal que pude. Pero por eso mismo quería que escuchara toda. Más adelante también había expresado todo el dolor, frustración y sufrimiento que pasé. Y entre todo aquello se podía ver claramente el amor y la felicidad que sentía cada vez que le veía o que le tenía cerca.
Hanamichi tampoco dijo nada, simplemente me soltó y con pasos apresurados se dirigió a la salida de la casa. Lo último que se pudo oír fue el portazo que dio al irse. Yo me dirigí desanimado a mi sillón a esperar su regreso y deseando que el chico escuchara todo lo que había en aquella maldita grabación.
No fue hasta bien entrada la noche cuando Hanamichi regresó. Yo me encontraba con los ojos casi cerrados por el sueño y viendo un aburrido programa en la televisión cuando casi por arte de magia su figura apareció ante mi. El chico había usado las llaves y yo en verdad estaba tan adormilado que ni cuenta me había dado.
Cuando mis ojos se clavaron en los suyos no pude evitar que la ternura se adueñara de mí. Había tanto dolor en aquellos almendrados ojos que casi parecía palpable en el aire. Sin decir una palabra me levanté del sillón con intención de abrazarle, pero él retrocedió unos pasos para evitarlo. Ante mi mirada extrañada el empezó a hablar con voz ronca.
- Yo… no sabía que te había hecho tanto daño- Susurró y cuando me acerqué otro poco elevó la voz hasta casi gritar- ¡No! No me abraces aun. Se que cuando lo hagas me perdonaras por todo y esto se olvidara. Pero necesito pedirte perdón Kaede. Quiero que me perdones por que ni siquiera me había dado cuenta de que mis actos te causaban tanto sufrimiento. Fui un estúpido y….
El pelirrojo no pudo seguir hablando por que yo me adelante y le abracé con fuerza. Su cara se escondió en mi cuello y sentí lastima de él.
- Déjalo Hana, eso es parte del pasado. Puede que sufriera pero fui yo él que se lo busco. Todos los días te confundía y es normal que reaccionaras así.- Hanamichi despegó su cara de mí y vi como se disponía a replicar- Escúchame, deja el pasado atrás. Ahora solo debemos preocuparnos por el presente… Por el presente y por asegurarnos un futuro. Uno en donde los dos estemos juntos.
Mis labios entonces buscaron los suyos ansiosos para empezar un beso que ambos necesitamos. Al principio nuestros labios solo trasmitían aquel amor tan evidente, pero poco a poco se fue tornando carnal.
Mi boca se abrió sobre la de el dando paso a mi lengua que entró acariciando aquella dulce cavidad que me sabía a gloria. Hana gimió mientras pegaba su cuerpo al mío e inclinaba su cabeza hacía tras para profundizar aun más el beso. Ahora éramos ambos los que luchábamos por tomar el control de la situación.
Mi vista se dirigió al sillón que yo mismo había ocupado minutos antes y con una picara sonrisa me separé de mi koi unos centímetros para proponerle algo que de seguro no rechazaría.
- ¿Qué te parecería estrenar el sillón? Es uno de los pocos lugares donde aun no lo hemos hecho
- Mmmm- Murmuró mientras me empujaba haciéndome caer de espaldas en el mullido sillón rojo. Aquello era respuesta más que suficiente.
Hana se tumbó entre mis piernas volviendo a buscar mis labios e introduciendo su lengua en mi boca. Sus inquietas manos empezaron a desabrochar mi camisa hasta que por fin logró quitármela. Con un roce que al principio fue vacilante, el pelirrojo deslizo sus dedos por toda la extensión de piel que acababa de dejar al descubierto haciéndome gemir dentro de su boca y arquear la espalda en busca de un mayor contacto.
Sus bronceados y bien formados dedos buscaron mis pezones pellizcándolos suavemente hasta hacerlos endurecer por el plácido toque. Después una de sus manos bajó para acariciar mi abdomen mientras su boca dejaba la mía y empezaba a sustituir a sus manos con mis pezones. Ahora mis gemidos y gritos de placer se podían escuchar perfectamente por todo el salón.
- Veamos… ¿Qué quieres que te haga?- Preguntó, y su cálido aliento rozando mi pecho hizo que mi respiración se acelerara aun más.
- Déjate... Déjate de juegos- Conseguí decir, y pude ver como mi pelirrojo sonreía con suficiencia mientras una de sus manos bajaba hasta mi entrepierna, que para entonces se encontraba totalmente excitada.
Acariciando toda mi extensión de arriba abajo y empezando a bombearla lentamente Hanamichi bajo su cabeza hasta dejarla entre mis piernas y después retirando su mano, su lengua fue la que se deslizó a lo largo de todo mi miembro.
- Di mi nombre Kaede. Quiero que grites por mi- Susurró para momentos más tarde meterse dentro de su boca mi glande y absorber y chupar con decisión logrando lo que tanto ansiaba.
- Ahhh ¡¡Más fuerte Hana!1- Grité sin ningún control sobre mis actos.
Hanamichi empezó a mover su boca metiéndose buena parte de mi miembro mientras que una de sus manos masajeaba la base de este. Cuando me sentí a punto de explotar, Hana retiró su boca y con su mano libre empapó sus dedos en el semen que yo había derramado para entonces mezclado con su saliva y sin una palabra volvió a meterse el miembro en su boca mientras que su mano iba hasta mi entrada. Allí uno de sus dedos se deslizó fácilmente por mi interior y empezó a moverse para ensanchar la entrada y permitir el acceso de un segundo dedo.
Poco después no pude evitar correrme aun dentro de su boca. Hanamichi solo se trago mi esencia y sin decir una palabra retiró sus dedos de mi interior para subir hasta mi boca y besarme con pasión.
- Sube las piernas Kaede, necesito hacerte mío- Dijo contra mis labios mientras me ayudaba a colocar mis piernas sobre sus hombros. Hana elevó un poco mis caderas y después empezó a introducirse en mí. No hubo nada de dolor aquella vez y cuando Hana empezó a moverse con embestidas algo virolentas yo estuve seguro que mi amado novio me había llevado al cielo.
Ninguno tardó demasiado en correrse y cuando esto sucedió, ambos caímos rendidos en el sillón abrazados y murmurando lo mucho que nos queríamos. En aquel momento los dos éramos conscientes de nuestra suerte, los dos sabíamos que aquello que habíamos logrado era algo difícil de conseguir. Nosotros amábamos con todo nuestro corazón y éramos correspondidos, y algo como aquello era difícil de igualar.
Aquella semana pasó muy rápido. Nuestra pasión desbordante parecía no saciarse nunca y cualquier persona que nos hubiese visto solo nos podría haber definido de una manera: Igualitos que monos en celo. Pero aquello no importaba, éramos solo nosotros dos en aquel mundo apartado que ambos habíamos creado. Por lo menos hasta el sábado, día en el que los padres de Hanamichi vinieron a visitarnos.
Aquel día Hanamichi decidió contarles a sus padres toda la verdad en cuanto pisaran la casa. No le parecía bien la idea de darles de comer antes ya que según el pelirrojo aquello sería como intentar engañarlos. Yo no entendí muy bien a lo que se refería, pero preferí no meterme demasiado en aquello. En cuanto llegaron sus padres Hanamichi se sinceró y no estoy seguro de quien se quedo más sorprendido, si la elegante y guapa madre de mi novio o su padrastro.
Pero aquello no salió bien. El hombre al parecer estaba demasiado sorprendido y no era capaz de asimilar las cosas por lo que tras algunas palabras hirientes hacía su hijo abandonó la casa seguida de su mujer. Por suerte la madre de Hanamichi parecía también algo sorprendida, pero en ningún momento dio muestras de no aceptar la relación.
No fue hasta el día siguiente cuando Hanamichi recibió una llamada de su familia. Su madre le comunicó que su padre estaba aceptándolo, pero que por favor le diera algo de tiempo. Hanamichi no tuvo otra que aceptar y algo desilusionado me contó que su madre le había dicho que ya le volvería a llamar cuando las cosas se calmasen un poco.
Por fin llegó el día tan esperado. La vuelta a nuestro colegio. Hanamichi parecía estar cortantemente nervioso y como consecuencia yo acabé igual. Pero para nuestra sorpresa, cuando aparecimos por la puerta del instituto cogidos de la mano la primera persona que nos encontramos fue Ryota, y esté tuvo una reacción que de ninguna forma yo me hubiese podido imaginar antes.
- ¿¿Pero que es lo que ven mis ojos?- Exclamo mientras se acercaba corriendo a nosotros- ¿Al final vosotros dos estáis juntos?
Cuando logré salir del shock que me había producido aquellas palabras solo pude articular un vacilante:
- Ehhh... Sí.
- Wuahhhhh, ¡¡¡tengo que encontrar a los demás! ¡¡¡¡¡Aquí todos me deben dinero!- Tras aquellas misteriosas palabras el chico se fue corriendo vete tu a saber donde y yo solo pude quedarme allí con una rara sensación. Aquello me parecía demasiado extraño-
- ¿Qué demonios le pasaría? – Preguntó Hanamichi captando mi completa atención.
- No lo se, pero no me gusta nada….- Cuando me disponía a decirle que nos fuéramos a clase, algo me llamó la atención. Era Kei que se acercaba también a nosotros con una gran sonrisa.
- ¡¡Kae! ¡¡Hani!- Yo ni quise preguntar que era eso de Hani… me lo imaginaba.- ¡¡¡Por lo que veo todo salio bien!
- ¡Ya te dije que no me llamaras así! Suena demasiado extraño- Dijo Hanamichi completamente colorado. Yo entonces solo pude reírme- ¿Algún problema?- Me dijo mi novio con voz furiosa.
- ¿¿Yo? Ninguno… Es más, creo que te viene de lujo
- Eso le decía yo todo el rato, pero hay que decir que te fuiste a enamorar de la persona más cabezota del planeta- Pronto me di cuenta de que el chico rubio no paraba de mirar de reojo hacía la puerta del colegio
- ¿Esperas a alguien?- Pregunté curioso. El chico se sonrojó y negó rotundamente con la cabeza.
- ¡No! ¿Por qué preguntas?
- No por nada- Dije cada vez más extrañado por su comportamiento. Nuca le había visto así.- Por cierto ¿Has visto a Haku?
- ¡¡¡Haku! ¿¿y por qué me lo preguntas a mí? ¿¿¿Es qué acaso tendría que saber yo donde esta? Yo no soy su madre diablos…- Ante el tono nervioso y después enfurruñado del rubio comprendí que algo había pasado entre ellos. De una rápida mirada a mi pelirrojo pude ver que él también se había dado cuenta. Ahora la cosa era saber que le pasaba a Kei.
- No… Yo solo quería saberlo para decirle de mi noviazgo. No te pongas así….
Kei me miró con expresión culpable
- Lo siento. En realidad está dentro de nuestra clase… Con su última aventura
Una casi imperceptible sonrisa asomo en mis labios. Aquello iba muy bien, tener a Kei celoso facilitaba las cosas y las aclaraba bastante.
- ¿Otro ligue?- Preguntó Hanamichi como quien no quiere la cosa- No me extraña, el chico es muy guapo. Y ya ni hablar de ese espectacular culo…
Inmediatamente los ojos del rubio se clavaron en Hana furiosos. Yo, aun que algo celoso, no pude dejar de encontrar divertido todo aquello.
- ¿Qué sucede Kei? ¿Acaso tienes envidia de que él ligue más que tu?- Ante esto ahora fui yo el destinatario de su ira. El chico rubio se giró hacía mi y casi gritando exclamo:
- ¿Qué estás diciendo? Para que lo sepas yo esta tarde también he quedado. Y mi "CDT" es mucho mejor que ese idiota con el que esta Haku.
Ante la confusión que vi en las cara de Hana por las palabras del rubio, me apiade de el y empecé a explicarle unas de las peculiaridades de aquellos dos chicos.
- Veras Hana, ellos se habrán acostado con más de medio pueblo masculino entre los dos, y como es imposible recordar los nombres de todos, ellos mismos les clasificaron según el tiempo que duraran. Primero están los "CDT" o "Chicos De Turno" y son los chicos de una sola noche. Después están los "SBP" o lo que es lo mismo "Son un Buen Polvete" y estos son los que duran dos o tres días. Por ultimo estás los "RRR" O "Raros, Raro, Raro"- Ante la cara de incredulidad de mi novio yo solo dije- Ni preguntes…. Esos son los que duran hasta una semana
- Pero… ¿Y que pasa con los que duran más de una semana?- Pregunto mi torpe inocentemente
- Hasta ahora nadie ha tenido tal honor, orlo tanto no se han preocupado ni de pensarlo.
Para aquellas alturas Kei ya estaba sonrojado. El que yo revelara sus verdades a la gente era algo que al chico no le gustaba nada
- No tenías por que ser tan explicito- Refunfuñó pero a mi se me acababa de ocurrir una gran idea para mi plan "unir a los dos idiotas pervertidos" y pensaba ponerla en practica.
- Kei no hace falta que te inventes un chico para salvar tu orgullo. Si Haku tiene y tu no pues…
- ¿Pero qué dices? ¿Por qué demonios no me crees?
- Bueno seamos lógicos. Haku en verdad tiene ahora su casa por que sus padres están de vacaciones. Pero tu… - De pronto una terrible opción vino a mi mente- ¿No le habrás pedido su casa a Haku como picadero verdad?
- ¡Claro que no!- Dijo ofendido, y yo suspiré aliviado. Ni me imaginaba lo que sufriría el pobre Haku si aquello llegara a pasar.- Para que te enteres a partir de las 6 mi casa hoy está vacía, y él vendrá entonces a pasar… un muy buen rato
- Ahhhh- Mi cerebro funcionaba en aquel momento a una velocidad vertiginosa y cogiendo de la mano de Hana empecé a tirar de el para irnos al interior de la escuela mientras me despedía de un sorprendido Kei- Bueno nosotros nos tenemos que ir, me a dado un calenton y no aguanto.. Imagino que sabes a lo que me refiero.
Con aquellas palabras empecé a correr hasta que pasé las puertas del colegio, pero entonces Hana se soltó de mí bruscamente y me grito en plena cara:
- ¿Se puede saber en que estás pensando? Se supone que debemos juntar a esos dos y tu por un calenton vas y le dejas que se vaya con otro tío... Además… ¿Qué te crees para ir contándole esas cosas a la gente!
- Tranquilo, era mentira. Pero se me ha ocurrido una idea y necesitaba librarme de el, aun que antes debía saber cuando y donde había quedado con ese chico.
Hana entonces pilló mi plan a la perfección, pero con una sonrisa de burla exclamo
- Realmente eres idiota… ¿No le creías por que su casa estaba ocupada ¿¿Y que hubiera pasado si te decía que lo harían en casa del otro chico?
- Bueno… eso ahora no importa. Debemos encontrar a Haku rápido y no te molestes en molestar… te lo contaré todo más tarde. Ahora hay cosas que hacer.
Hana no dijo nada más y ambos empezamos a buscar a Haku por las clases. Cuando al fin le encontramos los dos agradecimos que el chico no estuviese acompañado y con una enorme sonrisa nos acercamos a él.
- ¡Chicos! Por lo que veo todo salió bien- Dijo una vez nos vio acercándose también él a nosotros.- Nunca dude de tus habilidades como seductor Kaede
- A decir verdad fui yo el que le seducí entonces- Intervino Hana mientras soltaba una carcajada. Yo me sonrojé un poco pero pronto recordé mi plan y me puse serio.
- Esto Haku… Esta tarde vamos a ir los dos al cine, pero aun no es nada serio. ¿Vas a tener el móvil accesible para poder llamarte si vamos y que te vengas con nosotros?
- Pues…- Pereció vacilar por un momento, pero más tarde por su expresión cruzo algo parecido a la tristeza y murmuró- Está bien. Llamarme que tendré el móvil conmigo. Después de todo el hoy estará de lo más ocupado.
A ninguno se nos escapó lo que querrían decir aquellas palabras, pero disimulándolo, solo asentimos y nos fuimos de allí a nuestras propias clases. Nada más salir me encontré con la triste mirada de Hana.
- Le duele bastante…- Susurró mientras se cogía por mi brazo y se pegaba a mí cariñosamente.
- Pero eso cambiará esta tarde.
Las clases pasaron rápidamente y por suerte aquel día no había entrenamiento. Cuando llegamos a casa, Hana y yo nos tomamos una larga ducha juntos, donde no faltó una sesión de sexo desenfrenado tras enjabonarnos el uno al otro.
Y para cuando quisimos darnos cuenta las 6 habían llegado. Mi plan era algo estúpido, pero esperaba que diera resultado, así que con decisión me dirigí hasta donde se encontraba mi móvil y me senté en mi sillón junto a Hana.
- No digas nada, solo confía en mi- Le dije al pelirrojo al ver que empezaba a marcar el numero de Haku. Hanamichi solo asintió extrañamente serio y momentos más tarde se podían escuchar los toques del móvil.
- "Diga"- Sonó la voz del moreno por el teléfono.
- ¿Haku? ¿Eres tú?- pregunté imitando perfectamente un tono de voz desesperado
- Ehhh, si. ¿Qué pasa Kaede?
- ¡¡Corre! Tienes que ir a buscar a Kei, el ahora esta en su casa y te necesita…- Me falto muy poco para echarme a reír a carcajadas al ver la cara de circunstancias que tenía mi novio.
- ¿Pero que dices? Kei… El ahora esta con alguien- La voz de Haku había sonado realmente deprimente
- No seas estúpido,¡ya lo se! Pero es que mientras Hanamichi y yo veníamos de comprar escuchamos a unos chicos hablando. Estaban diciendo que uno de ellos había quedado con un tal Kei a las 6 de la tarde y se estaban riendo todos por que por lo visto el tipo ese es de lo más sádico. ¡Uno incluso llegó a insinuar que podría llegar a violarle!
Por un momento un silencio sobrecogedor se apodero del ambiente. Yo sabía que todo aquello sonaba demasiado ilógico, pero era un buen plan.
- ¿Pero como sabes que era nuestro Kei?- Preguntó Haku aun sin poder creer una palabra- Por que sus palabras textuales fueron "aquel muchacho rubio hiperactivo y con cara de muñeca" No puede ser coincidencia.
Después de aquello Haku cortó la llamada y yo supe que el chico se había ido corriendo a casa de Kei. Enseguida cogí de la mano a mi novio para ponernos nosotros también en marcha. Pero Hanamichi no se movió.
- ¿Qué demonios hiciste? ¡Le destrozará el verlos juntos!
- No, no es la primera vez que uno de ellos pilla al otro en pleno acto. Pero la cosa es que debemos darnos prisa y llegar a casa de Kei pronto.
- ¿Qué? Por el amor de Dios.. ¿Es que ahora te ha dado por mirar?
- Solo ven conmigo- Volví a tirar de él y está vez Hana decidió ponerse en marcha- Veras, para empezar debes saber que Kei tiene un hermano pequeño y uno muy curioso. Sus padres tuvieron que poner cerraduras en todas las puertas por fuera para que no andará metiéndose y escondiéndose por todos los lados. Y el cuarto de Kei no es la excepción.
Cuando íbamos por la calle empecé a correr ya que si Haku llegaba mucho antes que nosotros a la casa del otro mi plan no funcionaría.
- Cuando Haku vaya a "salvar" a Kei, el otro chico terminará yéndose, y esos dos seguramente se quedaran discutiendo en el cuarto. Nosotros, que estaremos para entonces en su puerta, les encerraremos y no se les abrirá hasta que se digan lo que sienten de verdad
De pronto sentí como Hana se soltaba de mi mano, y cuando me di la vuelta para preguntarle que le sucedía, el pelirrojo se me adelantó gritando:
- ¿Y ese es tu astuto plan? ¿Encerrarlos?- El pelirrojo me miraba completamente incrédulo
- Bueno… es un buen plan…- Me defendí
- ¿Y no pensaste que podrías haberlo hecho en cualquier otra ocasión y así ahorrarle el trago de ver una escena?
- Eso no daría resultado, ellos son demasiado orgullosos. Pero míralo de esta forma, Kei va a estar aun excitado por su sesión de sexo interrumpida, Haku por una parte estará completamente celoso y por otra seguro que le echa la culpa al otro por irse con gente "mala" Kei le dirá que eso a él que leche le importa, y ahí estaremos nosotros para gritarles que si no dicen la verdad lo haremos nosotros.
- Estas como las cabras… Eso es demasiado suponer… - Hanamichi me miró dudoso por un momento, pero después fue él quien empezó a correr.
Mientras tanto Haku acababa de llegar a casa de Kei. Su corazón le latía demasiado deprisa y su respiración era dificultosa pro el esfuerzo de correr. Pero ni se paró en pensar en todo aquello. Cogió su copia de las llaves de aquella casa, que solo tenían el y Kaede y abrió la puerta. Enseguida pudo escuchar ruidos en la habitación de Kei y desesperado corrió hacía allí. Haku maldijo el que aquella casa fuera tan grande, aquel día el pasillo que comunicaba el salón con las habitaciones le parecía ridículamente largo.
Cuando llego ante la puerta de Kei, pudo oír claramente gritos que a su parecer, eran los gritos del pobre Kei siendo violado… Pobre iluso. Cuando Haku por fin abrió la puerta la escena con la que se encontró le dejó helado.
En la enorme cama del rubio se encontraban dos chicos. Uno esposado a la cama mientras que el otro se inclinaba sobre el con su cabeza a la altura de su cintura. La ya para entonces desquiciada mente del moreno solo pudo pensar que aquello era una violación y con un grito de furia, que dejo helado a más de uno, se abalanzó sobre la cama a "salvar" a su amigo.
