Juego de Citas

Capítulo diez: Baby Doll (Parte 3)

Senku la estaba besando.

El gran científico eficiente y concentrado solo en su ciencia estaba besándola…

No había ningún enemigo al que necesitaban despistar ni alcohol de por medio, solo estaban ellos y… un paparazzi.

Y Senku dijo que todo lo que quería era hacer un espectáculo…

Por un momento casi se deja llevar por el beso, pero al recordar lo que dijo antes sus cejas se juntaron y de inmediato lo apartó, molesta, volteando en dirección al reportero, que ya llevaba un buen rato corriendo lejos abrazándose a su cámara.

Oh, genial.

—¡Ja, no puedo creer que hicieras eso, Senku! —Volteó a verlo con reproche y el rostro enrojecido—. ¡Todo el mundo va a verlo y van a hacer un escándalo! ¿Qué piensas ganar con esta tontería? —Porque él era Senku y de seguro que hizo ese circo por algún motivo oculto.

O acaso… ¿solo quería probarle que no le importaba hacer un "espectáculo"? Y por lo tanto no le importaba besarla, a pesar de que seguramente sabía que ella estaba enamorada de él. ¿No le importaban sus sentimientos?

—¿Por qué crees que…?

—No vuelvas a hacer eso. —Interrumpió lo que sea que fuera a decirle para mirarlo con seriedad mortal—. No vuelvas a besarme, Senku.

Él se quedó en silencio, mirándola con expresión perpleja.

Ella le dio la espalda, sintiendo que le ardían los ojos.

—Lo sabes, ¿verdad? —Él no respondió y ella sonrió secamente—. Ja… por supuesto que lo sabes. Senku, no necesitas preocuparte por eso. Porque finalmente, luego de tantos años… por fin estoy comenzando a olvidarme de ti. —Volteó a verlo con una sonrisa más sincera, notando la expresión de Senku cambiar de la sorpresa a algo completamente indescifrable—. Así que… no necesitas decir nada.

Empezó a marcharse para volver a su motocicleta, planeando dejarlo varado en la playa (podía tomar un taxi o llamar a alguien), pero Senku habló:

—¿Te gusta uno de ellos? —Su pregunta la tomó por sorpresa—. ¿Quién?

Una vez más se dio la vuelta para enfrentarse a su mirada, sin saber por qué le estaba preguntando eso, eso mismo que todo el mundo le preguntaba.

—¿Por qué quieres saberlo? —Negó con la cabeza, incrédula.

—¿Entonces es cierto? —insistió—. ¿Te gusta uno de ellos, Kohaku?

—Sí. —La respuesta salió sola, y tanto ella como Senku se sorprendieron de escucharla.

¿De verdad dijo eso? ¿De verdad le estaba gustando… alguien que no era Senku?...

Ante su expresión perpleja y confundida, Senku tensó la mandíbula y fue él el que se fue primero, pasándola de largo y caminando lejos de ella, dejándola sola con sus pensamientos hechos un completo caos.

Ja… parece que realmente no le importaba lo que ella sentía.

No es que la sorprendiera.

Sabía que nunca podría estar con él, por eso su única esperanza, por desgracia, era ese maldito y bendito programa de citas.

.

¡BOMBAZO! ¡Beso entre Ishigami Senku y la heroína Kohaku!

Estaba en todos los periódicos, en toda pantalla de celular y en cada canal de televisión. Ese domingo no hubo alma que amaneciera sin enterarse de que esos dos se besaron en la playa frente al atardecer.

Los reporteros salieron a la calle para entrevistar al público, preguntando por las opiniones de todos.

—Se veía venir —opinó una mujer mayor en una tienda de frutas—. Siempre salían juntos en todas las revistas y en la televisión. A donde quiera que el muchacho genio iba se la llevaba con él.

—Sí, era obvio que había algo allí —opinó la encargada de la tienda—, pero lo siento por los cinco galanes. Parece que nunca tuvieron oportunidad.

—¡Me siento estafado! —gritó un chico apoyado en la pared de la nueva universidad de Tokio—. Tantas citas y tanto avance en su relación con Hiroshi y resulta que siempre estuvo enamorada del héroe del mundo. ¡¿Entonces para qué fue todo este show?!

—¡Le robaron la chica a Daisuke! —Un grupo de adolescentes en una cafetería estaban desoladas por la fotografía—. ¡No es justo!

—Él es el que más se esfuerza, deja de lado su timidez para intentar conquistarla.

—¡Es el más lindo de todos! ¡Ese Senku podrá ser un héroe, pero no es tan guapo!

—¡No puede igualar la lindura de Daisuke!

—¡Ella será la más tonta y más ciega si cambia a Daisuke por ese científico con cara de loco!

—No me creo que realmente el Dr. Stone o bien Senku-sama esté interesado en esa mujer. —Dos chicos en una sala Árcade miraron con escepticismo a los reporteros—. Él está por encima de cosas tan banales como el amor o las relaciones. Seguro ella lo obligó a besarla.

—Sí, ¿a quién le importan las tetas cuando tienes ciencia y el mundo a tus pies? —secundó el otro.

—Él no es como nosotros que tiene que rogar para que una chica le dé la hora. —Ajustó sus lentes—. Él no necesita mujeres, es un ser humano superior al promedio, obviamente.

—¡Sí, no es humano, es un dios!

—Me gusta la pareja que hacen. —Opinó una chica dueña de una florería—. Aunque también me gustan los chicos del programa, en especial Sebastian, pero tiene más sentido que se quedé con Ishigami-sama, son amigos desde hace mucho, ¿no? Y creo que son lindos juntos.

—No puede ser, justo cuando me estaba gustando Ark. —Dos amigas frente a una escuela preparatoria hicieron pucheros frente a los reporteros—. Espero que Kohaku-sama siga en el programa, y espero que elija al chico que más le guste y que sea Ark, sé que no les gusta a muchos, pero creo que tienen chispas.

—Sí, Ark seguro sería buen marido, no creo que Ishigami-sensei sea buen esposo, aunque sea un héroe, mejor que lo rechace —opinó la otra amiga.

—Con razón la muchacha decía que tenía un amor imposible —dijo un hombre con traje sentado en un restaurante al aire libre—. No hay forma de que el héroe del mundo le haga caso. Bien que está guapa, pero es mucho hombre para ella. Mejor que se quedé con una de las cinco cucarachas que la persiguen en el programa barato ese.

—Si no es con Daisuke, que no sea con nadie —opinó una señora que salía del mercado.

—¿Van a cancelar el programa por esto? —preguntó una anciana en el parque, preocupada—. ¿Y ahora qué veré en la cena? Espero que lo aclaren pronto.

Minami observó todas las entrevistas y también entrevistó a un par de personas. Intentó entrevistar a Senku y Kohaku, pero ninguno le atendía las llamadas. Senku era un caso perdido, sin duda, ¡pero Kohaku no se le iba a escapar esta vez!

Como garantía, arrastró a todas sus amigas con ella, incluyendo a Ruri y Suika, las más importantes para convencer a Kohaku, y se plantaron en la puerta de su casa, exigiendo respuestas por aquella fotografía.

Cuando abrieron la puerta, se encontraron con una Kohaku miserable y con los ojos rojos de tanto frotarlos para reprimir las lágrimas.

—Oh, Kohaku. —Ruri corrió a abrazarla—. ¿Qué pasó?...

Aunque desanimada, Kohaku las invitó a pasar.

—Si quieres decirnos qué pasó, prometo no decirle a nadie —aseguró Minami, sinceramente, ya que era muy raro ver a la fuerte guerrera tan desanimada. Todas estaban preocupadas.

—Bueno, ya saben que Senku me besó, pero… —Ya sentadas en el sofá, Kohaku se abrazó con más fuerza a su hermana— creo que finalmente le confesé lo que siento —Bueno más o menos— y creo que él me rechazó. —O más bien no dijo nada cuando tuvo la oportunidad.

De todos modos, ya lo sabía. Siempre fue obvio que él nunca la vería de esa manera.

Todas sus amigas la vieron con tristeza, excepto Yuzuriha, que se veía más confundida que otra cosa, aunque nadie lo notó.

—¿Qué tal si entrenamos un poco? —sugirió Kirisame, esperando animarla con eso.

—Yo también quisiera entrenar un poco. —Nikki se unió a la propuesta.

—Y yo te preparé algo delicioso para el almuerzo, carne, pescado y unos vegetales asados, como te gusta —sugirió Ruri, acariciando la mejilla de su hermana menor.

—¡Ayudaré a Ruri-nee! —afirmó Suika de inmediato.

—Igual nosotras —exclamaron Amaryllis y Mirai.

Kohaku sonrió al verlas, sinceramente conmovida.

—Yo podría hacer algo… si me das permiso —murmuró Minami, atrayendo la atención de la guerrera—. Muchos están dudando si continuarás con el programa de Juego de citas. Si doy un comunicado de que continuarás, Senku sabrá que se está perdiendo una gran mujer con muchas opciones y verá que tu vida no gira alrededor de él. ¿Y qué dices? Si el bastardo te rechazó, él se lo pierde. —Sonrió para infundirle ánimos.

Kohaku rio por lo bajo, apartándose de su hermana y poniéndose de pie con los brazos cruzados.

—Muy bien. De todos modos, no pienso llorar por él. Voy a seguir en el programa y voy a olvidarme de él. Ya lo he decidido.

Todas sus amigas la animaron con sonrisas, aplausos y palabras de aliento, todas excepto Suika, que parecía triste, Ruri, que parecía preocupada, y Yuzuriha, que de pronto dijo que tenía que irse a ver a su hijo y se marchó de casa de Kohaku, caminando a toda prisa.

.

¡Y nuevamente era lunes! ¡Día del hombre de pocas palabras, uno de los favoritos del público, el extranjero Sebastian!

Gen recibió a su público en el escenario con inclinaciones y besos al aire, logrando que varias chicas se desmayaran al sentir que los besos se dirigían a ellas. Luego, disparó su característica lluvia de pétalos al aire, para después mirar directamente a una cámara.

—¡Bienvenidos a un nuevo episodio de su programa favorito del nuevo mundo! ¡Juego de citas! —El público gritó con entusiasmo—. ¡Hoy es lunes! ¡Empieza una nueva semana de desafíos, aunque continuando con el reto de los bebés muñecos o baby doll de la semana pasada! ¡Aquí un pequeño resumen de lo acontecido para refrescar sus memorias!~

El logo del programa apareció, para luego cambiar a un rápido resumen de las reglas, los bebés muñecos y la participación de cada uno de los galanes. Mostraron el buen desempeño de Sebastian, aunque le quedó un castigo pendiente, lo mismo que a Daisuke, aunque su castigo sería menor.

También mostraron el terrible desempeño de Tatsuo, el tercer galán, que directamente decapito al bebé muñeco.

Luego se mostró un resumen más breve aún de Hiroshi y Ark, sus días compartidos y como habían hecho todo de forma excelente (todo gracias a Hiroshi, para ser sinceros), la muñeca que criaron como bebé real y sus momentos con Kohaku.

El público se volvió loco de emoción, a pesar de que muchos de ellos también estaban ansiosos de ver si dirían algo respecto a lo que pasó con Senku, el "sexto galán".

Claro que la reportera Minami envió un comunicado de que Kohaku era una mujer soltera y seguiría en el programa, pero no dijeron nada más, por lo que estaban hambrientos de respuestas y saber cuáles eran los verdaderos sentimientos de una de las heroínas más grandes de la humanidad, que ahora era la protagonista del show romántico más visto de todo el nuevo mundo post petrificación.

—Aunque hoy seguiremos con el desafío de los muñecos bebés, ¡habrá cambios significativos! Porque esta vez~ ¡será en vivo! ¡Nuestra protagonista y nuestros galanes vuelven al escenario!~

El público en las gradas empezó a vitorear con entusiasmo, felices de ya no tener que ver todo en la pantalla gigante que había en el escenario, lo cual no era una experiencia tan diferente a la de ver el show en televisión, excepto por las ocasionales presentaciones de Gen para las cámaras y la posibilidad de ir a pedirle un autógrafo luego del episodio, por supuesto.

—¡Tenemos mucho que hacer! ¡Así que empezaremos de inmediato! ¡Primero reciban con un fuerte aplauso a Sebastian-chan y Kohaku-chan!

—¡SEBASTIAN! ¡SÍ! —El público lo aplaudió con gran alegría, felices de ver a uno de los favoritos.

Él hombre disfrazado de doctor de la peste negra llegó al escenario en compañía de Kohaku, y al verla el público empezó a murmurar.

—¿Finalmente dirá algo sobre el Dr. Stone, o bueno, Senku-sama, más bien?

—¿Ishigami-sama y ella son pareja?

—¿Por qué sigue en el programa si está con él?

—En el comunicado de la reportera Minami-san se dijo que sigue soltera.

—¿Pero no dirá nada?

Kohaku hizo una mueca al escuchar tanto murmullo, a pesar de que no se distinguía qué decían.

—¡Atención, por favor! —Gen, al notar el malestar de su amiga, llamó la atención del público—. Como saben, Sebastian-chan cometió un par de errores la semana pasada, ¡y por eso será castigado!~

—Gen siempre hace que incluso lo malo suene como algo divertido —comentó Ukyo con diversión mientras se acurrucaba en el sofá con su esposa.

—Y para ese castigo les presentamos a… ¡nuestros invitados especiales!~ ¡Un fuerte aplauso para el galante Nanami Ryusui y su hermano mayor, el brillante Nanami Sai!

El público se volvió loco de emoción, sin poder creer su suerte cuando los dos hermanos salieron al escenario, el menor con los brazos extendidos para recibir a su público, y el mayor con la cabeza gacha, un poco ruborizado por tanta atención.

—Ow, yo también quería ir al programa… —se quejó Luna, sola en la mansión Nanami con solo Carlos y Max haciéndole compañía.

—¡El castigo de Sebastian-chan formará parte de la temática, siendo él un padre de familia, su deber es proveer dinero para su bella esposa y bello hijo!~ Por eso, tiene diez minutos para actuar como el elegante mayordomo de Ryusui-chan, sirviéndole un delicioso té lo más parecido posible a lo que suele servirle su famosa mayordomo Francois-chan~.

—Eso será difícil… —murmuró Kohaku, mirando con preocupación a Sebastian, que permaneció inmóvil y silencioso.

—Francois ha preparado una serie de ingredientes para que prepares el té adecuado. —Ryusui se sentó en un cómodo sillón junto a una mesa pequeña, pero alta y elegante.

—El agua ya está hervida —dijo Gen, mientras un asistente empujaba un carrito con una tetera, varias tazas, varios saquitos con distintas hierbas y un frasco con azúcar, aparte de cucharas y otras cosas—. Ryusui-chan accedió a probar todo lo que prepares, así que tienes diez minutos para hacer algo que le guste o de lo contrario volverás a recibir un castigo la próxima semana.

—Entiendo. —Sebastian no dijo nada más y empezó a trabajar en el carrito, preparando todo con cuidadosa rapidez y eficiencia.

—¡Es tan genial ver a Sebastian en acción otra vez! —El hijo pre-adolescente de la familia con cinco hijos levantó un puño con entusiasmo.

Cuando tuvo el primer té listo, Sebastian lo dejó en la mesita de Ryusui y de inmediato corrió a preparar otro.

—En caso de que ese té no guste, muy inteligente. —La señora Saionji lo observó con aprobación.

Ryusui sopló con gracia el té, antes de tomar un pequeño sorbo.

—También soy su fan —declaró la hija adolescente del matrimonio con cinco hijos, mirando soñadoramente a la pantalla, con corazones prácticamente flotando a su alrededor.

Luego de una pausa, Ryusui escupió el té dentro de la taza otra vez.

—Es horrible. —Volvió a dejarlo en la mesa con una mueca de asco.

—Mis disculpas. —Sebastian se acercó con otro té ya preparado—. Espero este sea de su agrado. —Retiró la otra taza y dejó una nueva, para luego volver a irse a preparar más.

—¿No deberías llamarlo Ryusui-sama, señor o amo?~ —canturreó Gen, codeando a Sebastian—. Como un buen mayordomo, ya sabes~.

—Cierra la… —Se interrumpió—. Lo tendré en mente. ¿Podrías dejarme trabajar?

Kohaku soltó una risita.

Ryusui probó este nuevo té e hizo una mueca de disgusto, aunque al menos no lo escupió, pero lo dejó en la mesa y lo apartó de él. Sebastian estuvo allí al instante, cambiando esa taza por otra.

Ryusui escupió todo al aire al probar el nuevo té, tosiendo desesperadamente y sujetando su garganta.

—¡No puede ser! ¡Lo va a matar! —chilló la hija adolescente del matrimonio con cinco hijos, con lágrimas en los ojos.

Sai le dio un vaso de agua a su hermano, que miró con miedo la siguiente taza de té.

Después de tomar aire, Ryusui probó la nueva taza, cerrando los ojos fuertemente.

—Oh. —Parpadeó—. No está tan mal, pero le falta azúcar.

—Aquí hay una versión más azucarada. —Sebastian cambió las tazas al instante.

—¡Qué eficiente! —notó Luna, con un sonrojo en el rostro.

—Mmm… —Ryusui cerró los ojos—. Es bueno… pero no está al nivel que acostumbro. Esfuérzate más. —Chasqueó los dedos con un guiño.

Después de tomar otras dos tazas que estaban bien, pero no a la altura, Ryusui finalmente encontró una que más o menos se ajustaba a sus estándares.

—Bien, puedo beber esta taza entera. No está mal. ¡Tienes grandes habilidades, Sebastian, las deseo! —Chasqueó los dedos—. Cuando se terminé el programa, quizás quieras ser entrenado por Francois para ser un gran mayordomo.

—Si algún día necesito más presupuesto para mis proyectos de química industrial, lo consideraré. —Por alguna razón, Sebastian hasta sonaba un poco divertido con la idea.

—Por tu trabajo, te daré este cheque. —Le tendió un cheque en blanco solo con un número anotado—. Puedes cambiarlo en el banco preparado para la ocasión. —Señaló un pequeño puesto de madera en el que Sai estaba observándolos con rostro aburrido y un cartel a un lado que decía "banco".

—Pasaste ocho minutos con cuarenta segundos encontrando un buen té para Ryusui-chan~ —comentó Gen—. Ahora debes ir al banco y sacar el dinero para cuidar de tu familia después de un exhaustivo día de trabajo, ¡pero no será tan sencillo! Sai-chan te dará un pequeño reto para simular la dificultad de atravesar largas colas o realizar cuentas complejas de administración del capital. ¡Tienes diez minutos!~

Sebastian se acercó al banco improvisado de Sai, que le sonrió con cansancio.

—Qué envidia, yo también quiero ser una estrella —exclamó Luna soñadoramente al ver a su compañero de chismes noveleros en la pantalla.

—Muy bien, Sebastian, en este cheque dice que debo darte cinco mil dragos, lo cual es un número quizás ficticio por una hora como mayordomo de Ryusui —le informó sin mucho entusiasmo—. Francois gana cien mil dragos al día, pero dedica sus días casi por completo al servicio de la familia Nanami y sus años de lealtad le han ganado notables aumento. Como un empleado reciente, trabajando ocho horas y teniendo en cuenta el salario que has recibido ahora y los errores que has cometido, ¿cuánto sería tu salario de mayordomo de mi hermano por un día sí realmente trabajaras allí?

—Ni siquiera entiendo la pregunta… —murmuró Luna, pálida, deseando que Sai estuviera allí para explicárselo de forma más simple. La verdad, luego de sus explicaciones siempre se sentía un poquito más inteligente… aunque siempre fue una chica capaz, claro.

—Es una pregunta difícil —masculló Ukyo, ajustando su gorra sobre sus ojos—. Incluso si tuviera amplios conocimientos sobre economía o matemáticas, necesitaría conocer el carácter derrochador de Ryusui y que realmente no le importa cuántos errores cometas mientras logres hacer tu trabajo al final.

—En eso tienes razón, todavía no sé qué hacer con ese peluche gigante y esa cuna con diamantes que nos regaló cuando nació nuestra hija —comentó su esposa, riendo nerviosamente.

Sebastian se quedó en silencio ante la pregunta de Sai, llevando una mano a su barbilla (o a su máscara, más bien).

—Calculó unos cincuenta mil dragos —contestó finalmente.

—¡JA, JA! ¡Tiene razón! —Ryusui chasqueó los dedos.

La mandíbula de Sai cayó al piso de inmediato.

—¡No puede ser! ¡¿Cómo adivinaste?!

—¡¿Tanto por solo ocho horas?! —El padre de los cinco hijos se cayó del sofá donde su familia estaba apretujada.

—¡Un hombre brillante, sin duda! ¡Deseo tus habilidades para el conglomerado Nanami! —Ryusui se acercó a palmear la espalda del primer galán, que soltó un quejido nada propio de él, para luego frotar su espalda, soltando una palabra que sonó a una maldición, aunque no se oyó bien—. ¿Qué dices? Seguro que tu química industrial nos servirá para algo, y me gusta tu astucia.

—Por supuesto, una alianza me interesa —soltó Sebastian con frialdad—. Podemos discutirlo una vez finalizados los dos meses.

—¡JA, JA, excelente! —Quiso volver a palmear su espalda, pero Sebastian lo esquivó y se marchó al lado de Gen, que sonrió con varias gotitas cayendo por su frente.

—Debo admitir que es un hombre con mucha clase —dijo la cuñada del matrimonio con cinco hijos, con ojos soñadores.

—Pues claro, Sebastian es el mejor —afirmó su sobrino pre-adolescente.

—¡Sigue sin llegarle a los talones a Daisuke!

—Bueno, por más que la presencia de los hermanos Nanami resulta encantadora —habló Gen, mirando a la cámara—, corremos con un horario muy estricto, así que es momento de despedirnos. ¡Un gran aplauso para los jóvenes Nanami!

El público los ovacionó de pie mientras los hermanos se retiraban, Sai evitando mirarlos y Ryusui con los brazos en alto, guiñando el ojo y lanzando un par de besos al aire a ciertas damas que chillaban con desesperación su nombre, gritando su amor por él.

—¡Ahora pasaremos a la siguiente parte del desafío! Sebastian-chan, Kohaku-chan, todavía recuerdan a su bebé, ¿verdad?~ —preguntó Gen a la pareja del día.

—¡Ja, por supuesto que sí! —De hecho, Kohaku estaba bastante ansiosa por volver a ver a ese muñeco adorable.

—¿Y recuerdan su nombre?

—Claro, se llamaba Seth —dijo Kohaku de inmediato. Recordaba el nombre de todos los bebés… incluso del muñequito lindo que Tatsuo destrozó. Su ánimo decayó al recordar ese incidente con Tarvos.

—¡Pues el bebé Seth ha regresado a sus queridos padres! ¡Y esta vez está programado para comportarse como un bebé de tres o cuatro meses, aunque tendrán solo poco más de media hora de tiempo con él antes de pasar a la última fase del desafío!

—¿Solo media hora? —Kohaku lo miró boquiabierta—. ¿Qué debemos hacer?

—¿Ven este sector con marcas en el suelo del escenario? —Gen señaló las dos líneas paralelas extrañas en medio del escenario—. ¡Les presentó la modificación más reciente del escenario! ¡Un suelo movible! —En ese momento, el suelo entre esas líneas empezó a deslizarse, trayendo un mini escenario con tres paredes (dejando abierta la zona específica para que el público y las cámaras pudieran ver todo) quizás de cartón o algún material barato que formaba una especie de mini-casa o más bien la habitación de un matrimonio con una cuna junto a una cama doble. Todos los muebles estaban pintados en las paredes, excepto la cama, la cuna y una silla—. ¡Aquí empieza el verdadero desafío!~

—Ve al grano, mentalista —pidió Sebastian, con voz exasperada.

El suelo movible no se detuvo solo en mostrar la habitación matrimonial, sino que avanzó más para mostrar la siguiente habitación, que era una zona de lavandería con todo pintado en las paredes menos una lavadora que estaba realmente lavando unas prendas, un canasto, un trapeador y un perchero, también parecía que había otra zona más allá, pero esa permaneció oculta para el público debido a los límites del escenario donde se encontraba el presentador y la pareja del día.

—¡Muy bien, estas son las reglas! —Gen parecía extrañamente emocionado—. ¡Tienen seis escenarios con seis tareas diferentes! ¡Primero deberán dormir a su bebé Seth! ¡Una vez lo logren, deberán sacar la ropa de la lavadora y colgarla! Luego la tercera tarea es cocinar para ustedes y para el bebé. La cuarta tarea bañar al pequeñín. La quinta tarea asistir a un control médico con nuestra pediatra especialista. Y la sexta y última tarea pasar algo de tiempo con su retoño y hacerlo feliz sacándole una risita~. Y para todo eso tienen solo media hora y solo pueden estar alrededor de cinco minutos en cada sector. Siete minutos y perderán el desafío.

—Oh. —Kohaku ladeó la cabeza—. ¡Ja! Suena muy fácil en comparación a lo que tuvimos que pasar la semana anterior. —Sonrió, confiada—. ¿No lo crees, Sebastian? —Volteó hacia su compañero sin perder la sonrisa.

Él ni siquiera le contestó, haciéndola perder la sonrisa al darse cuenta de que la ignoró por completo.

—¿Y a este qué le pasa? —preguntó la cuñada del matrimonio con cinco hijos, ofendida.

—Quizás está molesto por las noticias que salieron con el sexto galán —susurró la madre de los cinco hijos, haciendo a su hermana menor jadear.

—Es posible, a nadie le gusta ver a su enamorada besándose con otro…

—Déjense de chismes que quiero escuchar. —El padre de los cinco hijos subió el volumen al televisor.

—Eh… —Al notar la repentina tensión entre Sebastian y Kohaku, Gen decidió ponerse directo frente a una cámara—. ¡Bueno, recibamos al pequeño bebé Seth una vez más! ¡Y por favor un gran aplauso para la Dra. Atsumi por estar colaborando con nosotros una vez más!

El público aplaudió mientras la doctora subía al escenario cargando con delicadeza al muñeco bebé en sus brazos. Rápidamente se lo dio a Kohaku, cuyo rostro se iluminó al tener en brazos al muñeco hiperrealista con cabello verde y puntiagudo.

—Es el mismo muñeco bebé de la semana pasada —informó la doctora—, pero ahora está programado para actuar como un bebé de cuatro meses de edad.

—Oye, ahora que lo noto… —dijo alguien en el público.

—El cabello de ese bebé… —dijo otro alguien.

—¿No se parece un poco a…?

—¡Es igualito al sexto galán! —soltó sin pudor una persona en el público, comenzando una oleada de murmullos que no cesó sino hasta que Gen se metió para gritar que el desafío comenzaría ahora.

—¡Tienen treinta minutos! ¡Y recuerden~… que no pueden pasar a la siguiente zona sino hasta haber completado la zona pendiente en unos cinco minutos! Pero cuidado… no querrán echar a perder el desafío en una zona por entretenerse mucho en otra~. —Guiñó un ojo—. ¡Ahora sí, sean un gran equipo y comiencen!~

Sonó una especie de trompeta y Sebastian y Kohaku entraron a la primera habitación, que comenzó a moverse a un ritmo ridículamente lento, siendo esa la forma que demostraba el paso del tiempo y los límites que tenían para resolver todo a tiempo.

—No debería ser difícil —murmuró Kohaku, mirando de reojo a Sebastian—. Creo que puedo encargarme yo sola de…

En ese momento, el bebé empezó a llorar a todo pulmón y Kohaku suspiró y se sentó en la cama, comenzando a mecerlo mientras le tarareaba una canción de cuna típica de la aldea.

Sebastian se sentó al otro lado de la cama, dándole la espalda y pareciendo completamente desinteresado en ayudarla.

—¿A este se le olvidó que el objetivo del programa es conquistarla? —se preguntó la señora Saionji con sequedad—. Así no va a ganar ni en sus sueños.

Mientras Kohaku hacía todo lo posible por calmar al muñequito Seth, Sebastian de repente se puso de pie, asomando la cabeza hacia la siguiente zona, haciendo a todo el público notar que la lavadora estaba haciendo ruidos raros, sacudiéndose de un lado a otro, mientras agua y espuma empezaba a salirse por los bordes y por debajo también.

—Oh-oh —exclamaron varios en el público.

—Eh… Kohaku… —Sebastian volteó la cabeza en dirección a la mujer.

—¿Qué quieres? —Ella lo miró con sequedad.

—Quizás quieras apurarte en hacer dormir a ese muñeco —masculló, suspirando—. O pronto la siguiente zona se inundará de agua y espuma y no quiero ni imaginar el castigo que me esperará por eso. —Soltó otro suspiro.

Kohaku se levantó de la cama sin dejar de mecer al bebé y también asomó la cabeza, quedándose con la boca abierta al ver el desastre que estaba empezando a surgir en la siguiente habitación.

—¡No puede ser! ¡Gen! ¡¿Por qué no nos dijiste que eso iba a pasar?!

¡Y ella que había estado tan tranquila creyendo que podía tomarse su tiempo y esto sería fácil!

—Porque así no hubiera sido divertido, claro está. —Rio maliciosamente, pero al sentir la mirada asesina de Kohaku rápidamente cerró la boca, tragando saliva y sudando frío.

—Espero que Gen llegué al final del programa con vida. —La señora Saionji rio con diversión.

Kohaku, ahora más nerviosa, empezó a mecer al bebé con un poco más de rapidez, logrando todo lo contrario a calmarlo, porque empezó a llorar más y más.

—Ponerte nerviosa no ayudará. Dámelo. —Sebastian se acercó a Kohaku y tomó al bebé de sus brazos, empezando a mecerlo con delicadeza—. Cantar funcionó la semana pasada. Tranquilízate y canta algo para Seth. —Kohaku todavía parecía preocupada, y más cuando la lavadora empezó a hacer sonidos más estridentes—. Por favor, todo estará bien. —La voz de Sebastian de pronto sonó más suave y amable, llamando la atención de Kohaku—. No puedo hacer esto sin tu ayuda. Necesitamos ser un equipo. Por favor.

Kohaku parpadeo lentamente, antes de suspirar y acercarse al muñeco, cantando una dulce canción de cuna que poco a poco empezó a calmar su llanto.

Una vez calmado el muñeco (y Kohaku también), Sebastian le dio al bebé para que lo durmiera, cosa que logró sin mucho problema. Lo colocaron en su cuna, que tenía varios peluches a los pies del pequeñín.

Kohaku se le quedó viendo al bebé, hasta que Sebastian le recordó que la lavadora estaba haciendo un desastre en la siguiente zona.

—¡Oh, cierto! —Ambos corrieron a la lavandería y Sebastian de inmediato detuvo la lavadora.

—Hay que poner esto a secar —masculló a regañadientes, poniendo la función de secadora en la lavadora—. Por mientras sequemos este lugar. —Tomó el trapeador y además vio que había un trapo justo al lado.

—Pero eso no era parte de lo que teníamos que hacer ¿o sí?

—Debemos actuar como si esto de verdad fuera una casa y de verdad fuéramos padres, no correré riesgos. —Empezó a trapear y Kohaku encogió los hombros y comenzó a limpiar la espuma con el trapo.

Mientras estaban en eso se dejó ver la siguiente habitación mientras la sección que simulaba un dormitorio se perdía tras bambalinas. La nueva habitación era una cocina, y en ella había varias cosas, incluyendo una estufa con una cacerola en el fuego, hirviendo al punto de que estaba burbujeando y comenzando a lanzar un montón de vapor.

—Eh, Sebastian… —Kohaku fue la primera en notar el vapor subiendo—. Creo que debemos darnos prisa…

Ambos asomaron la cabeza para ver lo que sucedía y luego ambos maldijeron, empezando a limpiar con más ganas. Cuando la ropa estuvo seca, todavía no habían terminado.

—Tú termina, yo colgaré —exclamó él, corriendo a la lavadora y asegurándose de que estuviera lo suficientemente seco para después empezar a colgar.

—Al principio no me convencía, pero creo que sí puede ser buen marido —opinó la señora Saionji, observándolo con ojo crítico.

Sebastian colgó las mantitas de bebé rápidamente y luego volvió a ayudar a secar el piso, terminando poco antes del límite de tiempo y corriendo a la siguiente sección donde el agua estaba a punto de evaporarse por completo.

El primer galán bajó la flama y agregó un poco más de agua, para luego tomar un paquete de fideos y echarlos sin pensarlo dos veces, volviendo a subir la flama y tapando la olla.

—Son fideos instantáneos, también tenemos una salsa ya preparada, solo hay que calentarla —murmuró Sebastian, examinando las cosas en la cocina—. ¿Tenemos comida para bebés por aquí? El mentalista dijo que debíamos hacer comida para bebés.

—Mmm… ¡Oh, aquí hay una papilla en frasco! —exclamó Kohaku con entusiasmo.

Prepararon todo bastante rápido ya que eran cosas que no tardaban mucho, pero mientras Kohaku se servía un plato para comer el espagueti (se le antojó), Sebastian observó en silencio el frasco con papilla para bebés.

—¿Qué pasa? —preguntó Kohaku, con la boca llena.

—La doctora dijo que el muñeco simula a un bebé de cuatro meses… —comentó él, pensativo.

—¿Y…?

—Según he estudiado, los bebés deben alimentarse exclusivamente de leche materna o formula hasta por lo menos los seis meses. —Arrojó el frasco despectivamente a un lado—. Era un desafío trampa.

—¡Oh! —Kohaku volteó a ver a Gen con indignación—. Maldito murciélago tramposo…

Gen tragó saliva, pero en ese momento el bebé Seth empezó a llorar desde su lugar en un cesto en la siguiente habitación, que era una sala de baño con todo lo necesario para bañar a un bebé.

—¡Oh, tenemos que ir! —Kohaku se comió apresuradamente todo en su plato y luego jaló a Sebastian a la otra habitación, corriendo a apachurrar al muñeco mientras Sebastian preparaba todo para su baño.

Sebastian preparó todo con eficiencia rápidamente, pero el bebé no dejaba de llorar.

—¡No sé qué le pasa! ¡No puedo calmarlo! —exclamó Kohaku con nerviosismo.

—Hmm… En su cesto hay un peluche igual al que tenía en la cuna —señaló Sebastian, inclinándose para tomar el peluche de un panda y enseñándoselo al muñeco. Eso pareció calmarlo un poco y Kohaku tomó el peluche e hizo como si le diera un besito al bebé Seth, mientras tarareaba una canción. Eso lo calmó y ambos suspiraron aliviados, para luego comenzar con el baño.

Ahora el bebé se movía mucho más y empapó por completo a ambos. El vestido azul de Kohaku se le marcó al cuerpo por completo, y varios hombres en el público le dedicaron un par de silbidos y uno que otro grito alabando su belleza. Kohaku no les hizo ningún caso, pero Sebastian de pronto se quitó su chaqueta y la colocó sobre los hombros femeninos luego de acabar con el baño.

—Lo siguiente es la cita con el pediatra, tenemos dos minutos todavía y… —Mientras se secaba con una toalla, miró alrededor de la habitación—. He notado que hay un bolso y varias cosas alrededor de la habitación. —Tomó el bolso y empezó a ojear las cosas de la habitación—. Fíjate las cosas útiles para una visita al pediatra, como por ejemplo este reporte médico ficticio de un resfriado el mes pasado.

—¡O-oh, claro! —Empezó a ojear cosas, sin tener realmente idea de qué hacer, todavía con el pequeño Seth en brazos.

—Se nos acaba el tiempo, sigue buscando mientras visto al niño. —Sebastian le quitó al niño y le dio el bolso, comenzando a vestir al niño rápidamente.

Kohaku metió el peluche al bolso, unos papeles raros, se le cayó algo, pero estaba tan ocupada que no lo tomó. Con su vista leyó algo sobre vacunas, ¿eso era importante? Bueno, dudaba que lo vacunaran, así que dejó el papel y cerró el bolso, a tiempo para que Sebastian le diera al bebé y salieran rumbo a la siguiente habitación que simulaba un mini escenario con la Dra. Atsumi ya esperando en un sillón.

—Hmm, ya me gustaría a mí tener un sillón tan cómodo en mi consultorio —dijo la pediatra, frotando su espalda antes de recostarse en el sillón y mirarlos con una sonrisa—. ¡Bienvenidos, queridos! Tenemos poco tiempo, así que debo ir directo al grano. —Kohaku asintió, mientras que Sebastian estaba revisando todo en el bolso—. El pequeño Seth cuenta con cuatro meses y esta es su visita mensual. Como no puedo extenderme mucho, les pediré que me digan los detalles más importantes de sus hitos de crecimiento. ¿Cómo ha avanzado su desarrollo? ¿Notan que puede sostener su cabeza solo, si intenta girarse o hace amago de querer sentarse, o han visto que sostenga su espalda solo aunque sea un poco? —Los miró expectante.

Sebastian y Kohaku intercambiaron una mirada.

—Bueno, se mueve más que antes, eso seguro —comentó Sebastian, desinteresado.

—Yo he visto que si sostiene mejor su cabeza, no está tan floja como antes. También giró un poco cuando estaba en su cuna, y creo que sostiene mejor su espalda —aseguró Kohaku, ganándose una mirada sorprendida del primer galán (aunque su máscara cubría su cara, pero dio esa impresión).

—Veo que estás muy atenta, me alegra. —La doctora asintió, complacida—. Ahora debo preguntar sobre sus vacunas, ¿cuáles ha recibido?

—¿Eh? —Kohaku se quedó en blanco—. Pero… no es como que nunca lo hayamos llevado a vacunar…

—Claro, entiendo que es un programa, pero Gen-chan debió haberles dejado un documento con las vacunas que debería tener un niño con su edad. ¿No lo encontraron?

—Y-yo… —Kohaku empezó a sudar frío—. S-se me cayó y pensé que no era importante…

—Querida… —La doctora la miró con cansancio—. Las vacunas son sumamente importantes, es muy necesario un cuidadoso seguimiento y control para asegurar un buen cuidado de la salud del bebé. Cuando seas mamá de verdad, debes asegurarte de llevarlo siempre actualizado y completo a cada visita con tu pediatra, es muy importante que…

—Doctora. —Sebastian interrumpió el regaño de la pediatra, haciendo a Kohaku detener su lloriqueo y mirarlo con curiosidad—. Yo recogí el documento con todas las vacunas aplicadas al m… a Seth. La última vacuna en el listado es la Antimeningococo, y el resto también están listadas aquí.

—¡Oh, lo tomaste! ¡Excelente! —Kohaku lo miró con ojos brillantes y una sonrisa aliviada.

—¡Sip, Sebastian es el mejor! —El hijo pre-adolescente del matrimonio con cinco hijos aplaudió triunfante, ignorando la mala mirada de su tía.

—Muy bien, queridos, todo está en orden. —Les regresó el documento—. Ahora, para hacer esto corto, les voy a preguntar sobre el aseo del bebé y su alimentación. ¿Qué le están dando de comer a su pequeño?

—Respecto a la última pregunta, seguimos la exclusividad de la leche materna como única fuente de alimento, o en su defecto formula, siendo que Seth es demasiado pequeño para otro tipo de alimentos —declaró Sebastian de inmediato.

La doctora asintió complacida y, luego de que les explicaran de cómo lo bañaban y que habían abandonado el uso del talco (que ese fue su error de la semana pasada) por una crema anti pañalitis, los felicitó por su eficiencia y los dejó avanzar a la última zona.

La última habitación era el cuarto del bebé, lleno de juguetes, con una cuna y dos sillas al lado de esta.

—Lo último que debíamos hacer era hacer feliz al bebé, ¿verdad? —preguntó Kohaku, sin poder recordar bien todo lo que dijo Gen.

—Debemos hacerlo reír de alguna forma —masculló Sebastian, sonando miserable.

Kohaku se sentó en una de las sillas e intentó hacer caras graciosas para hacerlo reír, pero no parecía estar funcionando. Hasta probó el peluche de antes, pero nada.

—Podrías intentar ayudarme —pidió Kohaku luego de un par de minutos, comenzando a ponerse nerviosa por el límite de tiempo.

—No es mi fuerte —dijo él, con extrema frialdad.

—Vamos a perder… —le recordó, pero ni siquiera pareció importarle.

—Estoy comenzando a perder mi favoritismo por él… —murmuró Luna—. Aunque de todos modos mi favorito es Hiroshi.

El público comenzó a murmurar con disgusto hacia la mala actitud del primer galán.

Luego de otro par de minutos, Sebastian pareció empezar a preocuparse y se sentó junto a Kohaku, intentando usar otro muñeco para al menos arrancarle una sonrisa al muñeco-robot.

Cuando solo faltaba un minuto, Sebastian de pronto le quitó el muñeco a Kohaku con delicadeza y le dio la espalda a ella y al público, y entonces hizo algo que dejó a todos con la boca abierta: se quitó la máscara (solo hasta la nariz) y sacó la lengua hacia el bebé, haciendo un sonido gracioso que solo contribuyó a que las mandíbulas de todos llegaran al núcleo terrestre.

Eso ganó una sonrisa del bebé robot, pero no rio del todo.

—Bueno, lo intentamos. —Después de colocar la máscara en su lugar otra vez, le devolvió el bebé Seth a Kohaku, que seguí con la mandíbula dislocada.

Aparentemente el rostro totalmente sorprendido y desencajado de Kohaku fue suficiente para arrancar una carcajada del muñeco robot, una que sonaba bastante real y complemente adorable, reemplazando la sorpresa en el rostro de Kohaku por asombro y ternura.

—¡Bueno, ya concluyó su media hora con el bebé Seth! —Gen se acercó a ellos junto a la Dra. Atsumi, que tomó al muñeco en brazos—. Lamento que su despedida sea tan breve, pero debemos pasar al último segmento de hoy, que solo durará unos cinco minutos… ¡Siéntense en estos sillones, por favor! —El escenario movible mostró un último escenario, esta vez como una sala de estar común con solo dos sillones reales—. Ahora, deben decirse lo que más les gusta y disgusta el uno del otro como padres y pareja. Aunque sea breve, deben decir al menos dos cosas buenas y dos cosas malas de su rol como padres y lo mismo con lo del rol de pareja. ¡Y rápido, que nos quedamos sin tiempo!

Sebastian y Kohaku se miraron el uno al otro en silencio un momento.

—Bien, yo empezaré —dijo Sebastian—. Como madre te admiró por tu atención al detalle, tu increíble percepción y cuidado hacia el niño, y tu cariño y paciencia. Como pareja admiró tu habilidad de poner los problemas a un lado y centrarte en el niño, al igual que tu gran eficiencia al asistirme con tareas del hogar. —Carraspeo—. Lo que me disgusta de ti como madre, es que te preocupas demasiado y puedes llegar a entorpecer tu eficiencia, y… también necesitas estudiar más al respecto. Lo que me disgusta de ti como pareja, es que a veces no respetas mi espacio y a veces tampoco puedo entenderte del todo. —Kohaku le frunció el ceño—. Bien, tu turno.

Kohaku ablandó su mirada, para luego suspirar, pensativa.

—Yo… creo que eres muy eficiente y aplicado. Haces las cosas con dedicación y confianza, se nota que sabes lo que haces. Creo que serías un gran padre. —Le sonrió sinceramente y todos pudieron ver a Sebastian tensarse—. Como pareja… pues, puedes corregir mis errores, eso lo agradezco. También eres comprensivo y me enseñas cosas nuevas. —Rio suavemente—. En cuento a tus defectos… como padre, te falta ser más afectivo, supongo. Y relajarte más. Como pareja… quizás nos falta comunicarnos. Nunca sé lo que estás pensando, pero… para ser honesta, hoy no parecías el mismo. —Miró fijamente a los lentes de su máscara—. Sebastian… si yo no te gusto, no tienes que seguir aquí, ya sabes. —Apartó la mirada, para luego ponerse en pie y retirarse del escenario, dejando a todo el mundo sin palabras.

—Bu-bueno… —Gen se colocó frente a la cámara, con una sonrisa nerviosa y gotitas de sudor corriendo por su frente—. ¡Desgraciadamente, se nos acabó el tiempo! ¡Nos vemos mañana para un nuevo día del reto Baby Doll!

—¡No nos puedes dejar así! —gritó absolutamente toda la familia del matrimonio con cinco hijos, cuñada incluida, al igual que muchos otros en el público.

Por desgracia, eso no impidió que la pantalla se pusiera en negro, finalizando el episodio del lunes.

Continuará...

Holaaaaa :D

Ahora q termino la Semana SenHaku, me moría de ganas de actualizar este fic! *w*

Iba a abarcar más, pero me quedó muy largo D: Así que nomas está el fin de semana y la parte de Sebastian...

El próximo capítulo probablemente sea la parte de Daisuke y Tatsuo, aunque como Tatsuo perdió su día será algo diferente y Tatsuo en sí no aparecerá mucho... ya lo verán OwO

Ojala q este cap les haya gustado!

Muchas gracias por todo su apoyo a este fic!

No olviden que se les ama!~ :3

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!