Hola queridos lectores, gracias por seguir éste fic, y estar al pendiente de nuestras actualizaciones. El siguiente capítulo contiene violencia lo cual podría no ser grato para algunos, si son susceptibles lean bajo su propio riesgo, sin más comencemos la lectura.
Llegaron al departamento esa noche, la suerte los acompañaba no se veía nadie alrededor, subieron, abrieron la maleta mientras Akane seguía inconsciente, rápidamente Mousse la cargó hasta llevarla a la habitación acondicionada, que en realidad era una minúscula parte del departamento, lo suficientemente grande como para acomodar la lavadora, misma que no tenían, y tener un poco de espacio para tender la ropa, no había ventanas, apenas unas rejillas por donde circulaba el aire, que con el ruido de afuera sería imposible que alguien escuchara los gritos de otra persona, habían tapizado las paredes con cartones, los que usan para contener huevos, a estos los habían forrado con mantas, haciendo aún más difícil que el ruido escapara de aquella diminuta habitación, la puerta también estaba forrada, cualquier intento de pedir auxilio era sencillamente imposible. La habitación no tenía ningún cuadro colgado en la pared, ningún mueble más que sólo una mesita de noche, carecía de luz. Mousse se encargó de atarla fuertemente de ambas manos a la mesa, el cautiverio no podía ser peor, la pelimorada se había encargado de que no tuviera cambio de ropa y menos ducharse cuando lo pidiera, tendría que pedir permiso para ir al baño. Salieron del lugar y un velo sombrío se posó en el rostro de Shampoo cuando la vio a su merced, debían terminar los detalles del plan.
—Parece que todo está listo Shampoo, pero… hay algo que creo que falta, ¿cómo pretendes cuidarla mientras tú y yo estamos fuera?, si no te ven como de costumbre los que te conocen sospecharán.
—Eso lo tengo resuelto, mis primas Pink y Link se encargarán de ella.
Terminó de charlar con el chico de cabello largo, tomó el celular para comunicarse con sus primas, parte del secuestro era que debían cuidar de Akane para impedir que hiciera cualquier cosa por escapar, a la par de esto harían de su encierro un infierno, aunque este detalle no lo había especificado Shampoo, era el aderezo propio de sus psicópatas primas, quienes siempre habían fantaseado con ejercer control absoluto sobre alguien más, sobre todo, poder causarle daño. Tenía claro que al tener que incluir a más cómplices la cantidad que pidiera de rescate debía aumentar, ahora debía repartirlo entre cuatro personas.
Los primeros rayos del sol penetraban por las pequeñas hendiduras que servían para ventilar el área tapiada donde se encontraba una chica con una tremenda resaca, abrió los ojos notando que estaba en total oscuridad y con ambas manos imposibilitadas para moverse, su mente aturdida por los estragos de la noche anterior no le permitían aún comprender su situación, agitó su adolorida cabeza para tratar de entender mejor, con desesperación se retorcía de un lado para otro lastimando sus muñecas, la cuerda estaba anudada a un aro de metal fijo de forma improvisada, pero bien puesto a lo alto de la mesa, dándole apenas movilidad de subir a la altura de su cintura y bajar los brazos a sus glúteos, por la espalda, comenzó a pedir ayuda con desesperación, las dos primas ya se encontraban ahí una de ellas escuchó el escándalo, entró para ver que ocurría.
—Link, tenemos visita — gritó desde la puerta, dejando entrar la luz y cegando por pocos segundos a Akane, dirigió la mirada a los asustados ojos castaños que la veían desde abajo— Vaya parece que no te sientes bien, tomaste bastante, ¿tienes sed?.
—Sí—contesta casi en forma de súplica.
Link apareció a un lado de Pink recargándose en el marco de la puerta, ambas jovencitas tenían un gran parecido en aspecto físico y temperamento.
—Pink, nuestra invitada tiene sed, podrías traer un vaso de agua.
Regresa la chiquilla con el líquido, le muestra el vaso acercándolo, Akane intenta inclinarse para tomar creyendo ingenuamente que aquella señorita sería tan amable de inclinarlo y ayudarle a tomar el vital líquido, que tanto le hacía falta, esta al ver su intención retrocede y al mismo tiempo se asoma una mueca socarrona, sin titubeos tira el contenido en el rostro de la secuestrada.
—Ahí tienes el vaso de agua— con descaro le cierra un ojo, coqueta.
—Pero que maleducadas somos, aún no nos presentamos, soy Link y ella es Pink, tenemos la encomienda de cuidarte, pero para no aburrirnos con tu estúpida presencia vendremos a platicar contigo.
Lo que las caracterizaba no era sólo su apariencia, también la falta de empatía, altanería y lo malvadas que podían ser con quién le resultará a su opinión con menor valor humano que ellas.
—Pink deberíamos darle la bienvenida– dijo Link acercándose a Akane y tomando su rostro por el mentón, presionando fuertemente sus mejillas contra sus dientes, sonrió cruelmente y azotó su cabeza contra la pata de la mesa.
De inmediato un puño se impacta en los labios y otro más en el pómulo, al instante cambia el color de su piel a un tono rojo para comenzar a hincharse, ambas terminan festejando su fechoría chocando las palmas una contra la otra, los golpes provocaron más confusión.
—Recuerda, si gritas nadie fuera de este lugar te escuchará, si haces una tontería serás amarrada de pies, también, y créeme que será bastante incómodo.
Salieron de la habitación, cerrando la puerta detrás de si, para dejar a una chica asustada y mareada, era incomprensible todo lo que le estaba sucediendo, decidió intentar recostarse contra la pared que tenía a un costado, intentó estirar lo más que pudo la cuerda que la tenía cautiva, trataba de asimilar todo, las náuseas comenzaron hacer estragos no había nada alrededor que le pudiera ayudar a mitigar lo que sentía, era obvio que estaba secuestrada, pero ¿Quién podría ser el responsable, quién sería tan ruin como para hacer esto?, no quería llorar, tenía miedo, silenciosas lagrimas comenzaron a bajar por sus mejillas.
Pasaron las horas y el hambre comenzaba a desesperarla, gritó esperando a que respondieran, Link entró.
—¿Qué quieres?.
—Tengo hambre y quiero ir al sanitario.
—Quieres comer ¡heee!, bien te daré lo que pides.
La desata para que pueda moverse, Akane soba sus muñecas, da un paso y sin mediar palabra, siente un golpe en su estómago y otro más en la cara un hilo de sangre comenzaba a correr por la comisura de su boca, quería responder la agresión, pero sabía que podría ser peor.
—¿Cada vez qué pida algo, me vas a golpear? — había un deje de insolencia en su pregunta, aquella chica ¿se habría dado cuenta?.
—Hiciste la pregunta equivocada.
Sale y regresa con un trozo de pizza y un poco de agua, lo deja en la mesita de mala manera, en cuanto lo hace comienza a golpearla una y otra vez, parece una muñeca de trapo por las tremendas sacudidas. Termina sólo para responder.
—¿Esto responde a tu pregunta?, por hoy terminó la charla— dice Link acomodando el fleco que se desordeno por la reciente actividad.
Los siguientes tres días serían terribles, entre las dos harían de su encierro un infierno.
Usualmente nunca tenía problemas con su vecino y amigo Mouse, lo que hiciera su novia lo tenía sin cuidado, pero estos últimos días había un ruido proveniente de aquel departamento que lo sacaba de quicio, parecía ser un gato o un bebé llorando y para colmo las irritables jovencitas que estaban de visita parecían entrenar a cualquier hora, el ruido era insoportable, él debía estudiar en las mañanas, por las tardes entrenaba y se encargaba de su otro trabajo y por las noches debía ir al club, las pocas horas de sueño que conseguía al día eran increíblemente valiosas para él, no perdonaba que se las arrebataran dos estúpidas que hacían ruido todo el día. Sin ánimos de reconocerlo el no haber conseguido el número de aquella inocente chica, ni siquiera su nombre lo tenía de pésimo humor y ahora esto, ruido.
Se escuchaban repetitivos golpecitos en la pared, uno detrás del otro y un murmullo, como un llanto, no más, se levantó de su cama y camino directo a la puerta de sus vecinos, decidido a silenciarlos.
Toco tres veces la puerta con bastante fuerza, nada, volvió a tocar, no tenía ni diez segundo de haber salido de su habitación, el ruido era incesante, imposible que salieran en el lapso en que cruzó su departamento y se instaló frente a la puerta de su vecino, agudizo el oído, ahí estaba el ruido, pero había algo más, era un ¿grito?. No lograba descifrar que decía, ¿se habrían accidentado dentro de aquél departamento?. Bien, nadie que viviera ahí le agradaba, antes de irse lo meditó bien, pudiera ser que la pelimorada no le agradara, pero conocía a su amigo, él la amaba con todo su ser si algo le ocurría lo pasaría mal. Con una patada abrió la puerta, el ruido se intensifico, venía de una diminuta puerta, si ese departamento era igual al suyo, venía del área de lavado, abrió la puerta y se detuvo estupefacto.
—No puedo creer que una simple cosa, UNA, maldita sea, ¡carajo!, sólo les pedí una cosa y no pudieron hacerla bien, ¡MALDICIÓN! —les gritaba Shampoo a sus primas, ella se encontraba de paseo con su novio en una de las plazas de la ciudad, se había ocupado de ser vista por varias personas, cuando Mouse le entrego el celular después de que sonara y él respondiera.
Su maldita suerte, Ranma Saotome le había llamado a Mouse para poder comunicarse con ella he informarle que había liberado a su mascota y la tenía en su departamento y necesitaba de su presencia pronto, ¿ahora como explicaría eso? ¿podría sobornar a Ranma? ¡maldición!.Todo iba tan bien.
—Perdón, perdónanos Shampoo la chica no dejaba de hacer ruido, no importaban todas la palizas que le pusimos, ella volvía en sí y seguía haciendo ruido, nos harto y sólo salimos a tomar el aire, ¿Cómo íbamos a saber que tu chismoso vecino iría de visita?.
—Es que lo único que debían hacer era no dejarla sola —vocifero Shampoo, la rabia contenida estaba por explotar— Olvídense del trato, son un par de idiotas, lárguense de aquí, no quiero verlas .
—Pues tendrás que vernos o iremos a la policía y diremos lo que sabemos— amenazó Pink.
—¿Qué?, ¿Qué saben? ¿Qué me equivoque de lugar y mande a mi amiga a mi casa y después de eso me fui con mi novio y no he puesto un pie dentro de mi departamento y ustedes mantuvieron cautiva y golpeada a la menor de los estúpidos Tendo? ¿eso?. Que imbécil eres, ¿tú crees que no he pensado en todo?. Yo no tengo las manos manchadas, en cambio ustedes sí y es mi palabra, la palabra de una estudiante modelo, contra la suya, dos adolescentes problemáticas con antecedentes, lárguense de una vez, si logro resolver esto les hare llegar un agradecimiento, de lo contrario iré por sus cabezas, ah y una última cosa, piensen bien lo que harán y que dirán a quien, no me querrán molestar más.
Shampoo podía llegar a ser bastante cruel y eso bien lo sabían sus primas, lo mejor sería no molestarla, pero había algo más allá de su crueldad y eso era su instinto de supervivencia, no sólo era lista y elaboraba excelentes planes, cuando se angustiaba salía lo peor de ella y llegaba a ser devastadora, en ese momento no sabían definir bien como la veían, ¿preocupada?, ¿enojada? Sencillamente estaba fuera de sí.
Tocaron a su puerta, él dejo de acariciar los azulados cabellos que reposaban en su pierna, se levantó de su cama y caminó a su entrada.
—Ranma.
—Mouse, Shampoo, entren vamos a negociar.
Todo era así con Ranma Saotome si él llegaba a involucrarse en algo, él tendría que ser a quien mejor le fuera. El chico era listo, la escena que vió era más que obvia, tendría a aquella sabandija a sus pies, con una llamada que él hiciera se les acababa el teatrito, pero por desgracia para aquella maltrecha e inocente chica él no era un buen tipo, antes de hacer cualquier cosa, debía conocer la situación a fondo.
Ranma interrogaría a la pareja que tenía frente a él, Akane inconsciente descansaba por primera vez desde su secuestro en una confortable cama, ninguno estaba preparado para lo que se avecinaba.
