-Bien niños, salgan al recreo –les ordenó la maestra al oír la campana
-Bueno, pues nos vemos al rato Takeshi –se despidió Paola dirigiéndose a la puerta
-Paola, ¿puedo salir contigo, al menos hasta el patio –le pidió el muchacho, siguiéndola
-Por mi no hay problema –contestó ella encogiéndose de hombros- Vamos
En el patio Ken y Kojiro buscaban a Takeshi preocupados.
-Dónde se habrá metido –murmuró el ex capitán del Meiwa
-Espero que no se haya perdido –le dijo su amigo buscando desesperadamente con la mirada
Mientras, en la puerta de ingreso al patio, Paola y Takeshi se asomaban.
-Ya llegamos –le hizo notar ella- Si quieres puedes venir conmigo
-No, está bien, buscaré a mis amigos
-Qué amigos –preguntó Paola curiosa
-Kojiro y Ken, vine con ellos –explicó el pequeño niño- También son nuevos, formaremos parte del equipo de fútbol
-¡Ah qué bien! –contestó ella emocionada- Pues búscalos
-Allá están –los avistó Takeshi- Gracias por acompañarme
-Por nada, de todos modos ya ví a mis amigos. Nos vemos –dijo Paola marchándose más allá
-Allá viene –notó Ken cuando su pequeño amigo se acercaba feliz a ellos
-Takeshi dónde estabas –lo recriminó Kojiro
-Buscándolos –se defendió Takeshi inocente
-Y cómo te fue –le preguntó Ken sonriente
-Pues bien, creo, ya hice una amiga –les contó orgulloso
-Vaya, Takeshi, vas rápido –ironizó el tigre japonés
-No digas eso, Kojiro –pidió su amigo sonrojado
-Y por qué te sonrojas –se burló Ken, riendo con Kojiro al notar que el tono rojizo de Takeshi se hacía más intenso
Después del recreo, todos retornaron retornan a sus respectivos cursos. Takeshi se despidió de sus amigos y éstos se fueron más tranquilos a su aula.
-Y cómo te fue en tu primer recreo –le preguntó Paola mientras esperaban al otro maestro
-Todo es distinto –admitió Takeshi melancólico
-¿Por qué?
-En el Meiwa solíamos jugar fútbol en el recreo
-Aquí no acostumbran eso, para eso está el equipo, el resto de los alumnos son muy aburridos –explicó ella fastidiada- Por cierto, ¿ya los presentaron al equipo?
-Todavía no, pero ya conocimos al entrenador
-Es estricto, pero bueno. Dice que en unos años más podré ayudar en el equipo –contó orgullosa
-Qué bien, será excelente tenerte con nosotros en el equipo
-Je, gracias, ya lo sabía –se regodeó divertida, logrando una sonrisa del pequeño
Después de su jornada escolar Paola y Takeshi salieron de su curso con rumbo a las canchas de entrenamiento.
-¡Demonios! ¿dónde se habrán metido? –refunfuñaba la niña, buscando con la mirada
-¿Quiénes?
-Mis amigos, quedaron en llevarme con ellos a entrenar
-Qué juegan tus amigos
-Fútbol, qué más –explicó Paola encogiéndose de hombros
De pronto, con paso cansino, apareció un niño de cabello castaño claro, vestido con un uniforme deportivo.
-Hola –saludó sin mucho entusiasmo
-Por qué no viniste en la mañana –lo regañó Paola frunciendo el ceño
-Me dio flojera –admitió Kazuki bostezando- Pero estoy aquí para entrenar, ¿dónde están los demás?
-Supongo que ya vendrán. Matsuki me dijo que vendría a recogerme. ¡Ah! Kazuki él es Takeshi, es nuevo, vino para jugar en el Toho –lo presentó Paola al notar la cara de interrogante del pobre Takeshi
-Hola, debes ser uno de los nuevos becados –saludó Kazuki cordialmente
-Así es –confirmó el otro niño más cómodo
-¿Y los otros? –inquirió Kazuki intrigado
-Seguro ya vienen –aseguró Takeshi, cayendo en cuenta que también Kojiro y Ken ya deberían de estar allí
-¿Te hice esperar mucho? –preguntó un niño más bien alto, de cabello negro y ojos oscuros, sonriéndole a Paola
-Tú qué crees Matsuki –refunfuñó su amiga- Mejor ya vámonos, ¿vienes Takeshi?
-No, esperaré a mis amigos
-Está bien, como prefieras –contestó ella, alejándose junto a Kazuki y Matsuki
Ya en el entrenamiento, el señor Kitazume reunió a todos los jugadores, mientras esperaban la llegada de las nuevas incorporaciones del Meiwa.
-Bien muchachos, hoy tendremos por primera vez junto a nosotros a los nuevos integrantes que vienen del colegio Meiwa
-Pues ya se tardaron –murmuró Kazuki burlón, provocando risitas entre sus compañeros
-Aquí estamos señor, disculpe el retraso pero el director quería hablar con nosotros –explicó Kojiro llegando agitado por haber corrido hasta el lugar, seguido de Ken y Takeshi
-No hay problema –respondió Kitazume con severidad- Muchachos, ellos son Kojiro Hyuga, Ken Wakashimazu y Takeshi Sawada, los nuevos jugadores del Toho, confiamos que con su ayuda logremos el campeonato nacional
-¡Sí señor! –exclamaron el resto en coro
-Empiecen a practicar y vayan conociendo a los muchachos –les dijo el entrenador a los nuevos, quienes asintieron y se unieron al entrenamiento
Después de un entrenamiento bastante duro, pero durante el cual los nuevos muchachos del Toho se esforzaron al máximo y comenzaron a ganarse la confianza del Entrenador, todos se fueron retirando poco a poco hacia sus casas, algunos, y otros a su habitación en el colegio.
-¡Vaya, no sabía que eran ustedes los nuevos –comentó Paola acercándose a los muchachos
-De dónde salió esta niña –dijo Kojiro enarcando una ceja, sorprendido por la altivez de Paola
-De lo más oscuro del Toho, jaja –bromeó ella divertida- Vaya Takeshi, así que éstos son tus amigos
-No me digas que la conoces –le preguntó el moreno jugador al pequeño Sawada
-Pues ella es mi nueva amiga –contó Takeshi apenado pero ciertamente orgulloso
-Yo te conozco, salías mucho en las revistas –le dijo Paola, viendo detenidamente a Kojiro- Perdiste el campeonato con Tsubasa Ozora
-Vaya niña, parece que no eres tan ignorante en ese aspecto –se sorprendió el ex Meiwa
-A mi no me ofendas –exigió ella indignada- De todos modos no me gustó que el Nankatsu se llevara el campeonato. Pudiste haberlos derrotado
-Pero no se dio –se entrometió Ken tranquilamente
-¡Ah, claro! Tú eres el portero –notó Paola con cierta sorpresa- Creí que eras mejor que Genzo Wakabayashi
-Y por qué no he de serlo –preguntó Ken desafiante
-Porque al final, como un perro con el rabo entre las piernas fuiste a humillarte dándole la mano a ese idiota –se burló Paola
-Parece que Genzo no te simpatiza –comentó Kojiro interesado
-Digamos que es algo personal –explicó la niña mirándose las uñas
-Pues me agradas –confesó el tigre japonés- Genzo tampoco es santo de mi devoción
-No me sorprende. Se cree mucho, pero al final de cuentas es pura apariencia, lo detesto –dijo Paola despectivamente
-¡Qué niña! –exclamó Kojiro divertido
-Y no la vieron de mal humor –comentó Kazuki sonriendo
-¿Acaso estás de buenas? –le preguntó Ken incrédulo
-Pues sí, en otra oportunidad los podía tratar muy mal –contestó Paola sinceramente
-Qué bueno que no lo hiciste –intervino Takeshi satisfecho
-Pero háganme enojar y rogarán nunca haberme conocido, jajaja –amenazó Paola riendo con voz de ultratumba
-Por lo visto te crees muy mala –le dijo Kojiro sonriendo
-Mala, mala no soy –aclaró ella divertida- Pero el que me busca me encuentra y se arrepiente
-Más que mala creo que eres muy engreída –opinó Ken fastidiado
-¿Ah, sí, pues sí lo soy y qué –admitió la niña desafiante- Eso sí, reconozco cuando alguien me gana, pero claro, normalmente eso no ocurre
-Pues en eso te pareces a Kojiro –notó Takeshi con inocencia
-Qué bien –dijo Paola campante- Oigan, preséntense, que yo también quiero conocerlos –les pidió luego mirando a los amigos de Takeshi alternativamente
-Bueno, no pierdo nada de todas formas –bufó Kojiro encogiéndose de hombros- Soy Kojiro Hyuga
-Y yo soy Paola –contestó ella con una elegante reverencia
-Yo soy Ken Wakashimazu –se presentó Ken algo aburrido- Pero no me digas que no tienes apellido
-¡Ah, pues sí tengo –contestó Paola despreocupada
-Y cuál es –indagó Kojiro
-Pues... –dudó la niña- Soy Paola Wakabayashi
-¡¿Qué! –exclamó el tigre japonés estupefacto
