-¿Cómo dices que te llamas? –preguntó Ken incrédulo
-Paola Wakabayashi, por qué –escupió la niña con fastidio
-¿Tienes algún parentesco con Genzo? –inquirió Takeshi sorprendido
-Pues lastimosamente sí, es mi primo –confesó ella con desagrado
-Y por qué lo detestas entonces –le preguntó Kojiro interesado
-Algo personal, él me detesta y yo a él
-Quién lo creería. Genzo tiene una pequeña prima que lo odia –comentó Kojiro asombrado
-No soy pequeña, soy menor –aclaró Paola molesta
-¿Menor, es una forma distinta de decirlo –ironizó Ken
-Tengo la misma edad que Takeshi, que es menor que ustedes –les recordó Paola
-Takeshi también es pequeño –aclaró Kojiro divertido
-Mejor no la hagan enojar, no es muy agradable con el que la molesta –recomendó Kazuki- Por eso nunca se llevó bien con Genzo
-Creo que nos llevaremos bien entonces –le dijo Kojiro dedicándole una media sonrisa
-Eso espero, porque los únicos amigos que tengo están aquí en el equipo –explicó la niña
-Entonces, si lo odias, ¿por qué crees que Genzo es mejor que yo? –preguntó Ken indignado
-Obvio, Genzo nunca se hubiera acercado a darte la mano por iniciativa propia –se burló Paola- Creo que ése es un sello absurdo del taradito de Tsubasa. Genzo será algo tonto, pero también es muy orgulloso
-Déjame adivinar. Tsubasa tampoco te agrada –sonrió Kojiro
-Pues no, es un patán que cree que lo sabe todo
-Definitivamente me agradas
-Pero creo que exageras, además tienes un vocabulario que no pertenece a una niña tan pequeña –notó Ken preocupado
-Mira niño, no te metas en mi vida, que yo no me meto en la tuya, además yo hablo como quiero –advirtió Paola apuntándolo con un dedo
-Es agradable cuando no la molestas. Kazuki tenía razón –concluyó Takeshi con una gran gota en la frente
-Sí, y no lo niego –admitió la niña tranquilamente
-¿Y tú qué tienes que ver con el equipo? –le preguntó Kojiro
-El entrenador me dijo que cuando sea mayor podré ser la ayudante –explicó orgullosa
-O sea, cuando seas más grande –dijo Ken con sarcasmo
-¡Deja de molestarme! –protestó Paola viendo al karate keeper con ojos de fuego, mientras el resto se echaba a reír- Claro, búrlense. Ya les dije que no soy pequeña, ¡soy menor!
-Menor o mayor supongo que siempre estás por aquí –analizó Kojiro
-Pues sí, mi mejor amigo, o sea Kazuki, juega aquí y todos mis amigos están aquí
-Es tu novio o tu mejor amigo
-¿Novio a mi edad? –se indignó la niña- No, eso se lo dejo a la cursi de Sanae
-¿Conoces a Sanae? –preguntó Kojiro
-Para mi mala fortuna sí –se lamentó Paola dramáticamente- Y también sé lo de su corazoncito roto, jajaja –se burló cruelmente
-Cuál es la gracia –inquirió Ken con cara de "a ésta qué le pasa"
-Mira, los conocí, me refiero a los del Nankatsu, todos eran desagradables y no me soportaban, creo que el único con el que no discutía mucho era con Mamoru, pero igual era uno de ellos –agregó fastidiada- Según Tsubasa todos tenían que tener paciencia conmigo porque era una niñita algo caprichosa
-¿Algo? –se burló Kazuki
-¿Tú también? –preguntó Paola molesta- Bien, bastante caprichosa –aclaró al fin- Y que era porque nunca había estado aquí
-No entiendo, si te trataba bien por qué no te agrada –indagó Kojiro confundido
-Porque no me gusta que me tengan lástima. Además nadie le pidió que me ayude
-Aparte de caprichosa, la pequeña Paola resultó ser muy orgullosa –añadió Ken con sarcasmo
-¡Ya me colmaste, si no te callas te golpeo –amenazó Paola mirando a Ken con rabia
-No es buena idea, Ken es cinta negra en karate –aclaró Takeshi
-Yo también –dijo la niña con soberbia
-No te creo y no te quiero lastimar –le dijo el karate keeper con autosuficiencia
-No digo lo mismo –concluyó Paola, dándole una patada en una espinilla
-Jaja, Ken, creo que te ganó –rió Kojiro con ganas, al ver el gesto de dolor de su amigo
-Espero que pronto puedas ser la ayudante del entrenador –deseó Takeshi algo asustado
-Sólo le hacen falta unos años –aclaró Kazuki suspirando
-¿Unos, querrás decir muchos –puntualizó Ken burlonamente, desatando la risa de los presentes
-Vaya, qué idiota –refunfuñó Paola cruzándose de brazos
-Deja de insultarme –exigió el portero del Toho
-Y tú deja de molestarme –contestó Paola molesta
-Takeshi, creo que Ken encontró a la horma de su zapato –comentó Kojiro divertido, viendo a ambos alternativamente lanzándose miradas asesinas
-Creo que sí –corroboró Takeshi resignado
