Capítulo XIII: LA FINAL (Tercera parte)

-¿Qué dijiste Ryo? –le preguntó Hajime incrédulo

-Ryo, eres un bocón –lo regañó Sanae

-Aclárennos eso –exigió Kisugi- Cómo que la Paola que está allá es la misma niñita odiosa que un día acompañaba a Genzo

-¡No puede ser! –dijo Ryo sin poder creerlo

-Por qué exageras Ryo, qué más dá que Paola sea o no la prima de Genzo –comentó Tsubasa tranquilamente

-¿No lo entiendes, Genzo tiene como cuñado...¡¡a Ken!. Yo preferiría cambiar de apellido o desconocer a Paola –reconoció Ryo apenado

-Jajaja, no digas tonterías –rió Taki ante tal ocurrencia

-Ahora vengo –murmuró Mamoru pensativo, yendo hacia la otra banca

-Mamoru, no vayas a acercarte a la banca del Toho, no ahora, en medio del partido –aconsejó Tsubasa, tomándolo del brazo

-No tardaré, con quien hablaré será con Takeshi

-Pues no te recomendaría que hables con él, no te lo permitirán –aseguró Ishizaki

-Inténtalo después –le pidió Sanae- Y tú Tsubasa, debes ir a que te vea el doctor Nakata

En el vestuario del Toho, Paola estaba vendando el hombro de Ken, que evitaba mostrar gestos de dolor.

-Lo tienes muy inflamado, espero que la crema que te puse ayude en algo

-Sé que en algo reducirá el dolor

-No esfuerces demasiado el brazo –le pidió Paola

-Se darán cuenta que estoy lastimado –le dijo Ken mirando el vendaje

-Pues a Kojiro no lo engañarás por mucho tiempo, se dará cuenta que no estás bien

-Lo que importa es que los del Nankatsu no se den cuenta –respondió el portero

-Ya está, espero que no se note el vendaje –dijo Paola asegurando la venda

Ken se disponía a ponerse la camiseta, cuando la chica descubrió que ya no tenía su cadena.

-¿Y tu medalla? –le preguntó Paola

-La tengo aquí –respondió seguro, llevándose la mano al cuello, al no hallar nada bajó la mirada y notó que ya no la traía colgada- Se me cayó –murmuró preocupado buscando a su alrededor

-Te dije que no entraras a jugar con la medalla puesta

-¿Y la tuya? –inquirió Ken al no ver tampoco la de Paola

-La guardé –mintió ella nerviosa

-Ya la encontraré, seguro cayó por aquí. Ven, volvamos que ya va a reiniciar el partido –dijo el muchacho regresando al campo- ¡Ah, y Paola, gracias –dijo sonriéndole con ternura, obteniendo una respuesta similar

El segundo tiempo iba a empezar, el Nankatsu ingresó primero al campo de juego. Yuzo se acercó a su portería y se puso a revisar el área, de pronto observó algo en medio del césped y se agachó a recogerlo.

-Mira Shingo, a alguien se le cayó esto –dijo, mostrándole a su amigo una cadena de plata

-Es una medalla con un sol, pero parece que le falta una mitad –notó el defensor del Nankatsu

-¿De quién será?. Seguro se le cayó a alguien del Toho

-Y cómo les preguntarás

-Creo que la dejo por ahí y luego les pregunto –analizó Yuzo algo temeroso

-¿A dónde vas Morisaki? –le preguntó Mamoru curioso al verlo dirigirse a su banca de suplentes

-A dejar esto que encontré

-Muéstrame qué es

-Mira, es una medalla, pero le falta una mitad al dije –le mostró extendiendo la mano

-Dámelo, yo lo llevo –ofreció su compañero luego de observar el dije detenidamente, dio media vuelta y disimuladamente sacó de dentro de su camiseta un dije en una medalla, el que había recogido la noche anterior del piso del hospital, lo llevaba colgado. Unió ambos dijes y con sorpresa vé que se corresponden perfectamente, sacó el nuevo dije de la cadena y lo puso en la que traía colgada. Luego, como intencionalmente, lanzó la otra cadena al césped

Los del Toho ingresaron. Hiroshi Imai, uno de los defensores del Toho, notó algo brillante en medio del césped, y curioso lo recogió.

-¿Qué es esto? Creo haberlo visto antes –analizó pensativo- Ya recuerdo, ¡Ken, mira esto!

-Qué es –indagó Ken acercándose a él

-Encontré esto tirado en el césped, recuerdo que tenías uno igual ¿no es tuyo?

-Sí, pero el dije no está –respondió Ken mirando alrededor

-Se habrá caído

-Y ahora cómo lo encuentro

-Compra otro y dile a Paola que es el mismo –aconsejó su amigo encogiéndose de hombros

-Imposible, lo mandé a hacer, ningún otro dije le correspondería al que tiene Paola

-Pero ella no lo sabrá, no te preocupes y concéntrate en el juego –le recomendó Imai, dándole unas palmaditas en la espalda

El segundo tiempo se inició, nadie se percataba que Ken estaba vendado, ni siquiera Kojiro; pero eso fue hasta que notaron que el portero sólo utilizaba el brazo derecho para atajar y que ya no agarraba los balones. En el Nankatsu Tsubasa también está muy lastimado, pero aun así él y el portero del Toho deciden dar el todo por el todo. El capitán del Nankatsu logró el esperado tanto del empate; pero Kojiro anotó otro gol y minutos después Tsubasa empató nuevamente. El partido estaba muy emocionante, cuando el árbitro decidió ponerle fin al tiempo reglamentario. Al jugar tiempos extra, agotados, los 22 muchachos siguieron dando todo su esfuerzo. Finalmente, ninguno de los dos equipos logró anotar el tanto que necesitaban. El partido terminó dando como resultado dos justos vencedores: el Nankatsu y el Tohoson eran campeones...

-No lo puedo creer, empatamos –murmuró Paola atónita

-Pero salimos campeones –comentó el entrenador conforme con su equipo

-Usted no entiende, es como una derrota, ¡no pudimos perder! –exclamó la muchacha enfadada, saliendo rápidamente del banco de suplentes

-¡Paola, espera! –la llamó Kitazume extrañado, pero ella no le hizo caso

Todos festejaban en la media cancha, Kojiro sostuvo a un Tsubasa desfalleciente. Los organizadores piden a los jugadores que se ordenen para iniciar la ceremonia de premiación.

-¿Y Paola? –inquirió Kazuki curioso buscando con la mirada

-No la veo –respondió Matsuki buscándola también

-Seguramente ya vendrá –aseguró Takeshi sonriente

-Dónde se habrá metido –se preguntó Kazuki rascándose la cabeza confundido

De pronto, como una sombra, Paola apareció nuevamente en el banco de suplentes: estática, con los brazos cruzados, gesto serio, no parecía que el empate la alegrara, sólo se concretó a mirar de la distancia.

-Allá está, sabía que no podía perderse esto –dijo Kazuki complacido al verla

-Se los dije –agregó Takeshi

Los directivos premiaron con la bandera del campeonato a ambos equipos, Kojiro y Tsubasa intercambiaron camisetas como símbolo de tregua. Aun así los otros muchachos del Toho prefirieron mantener su distancia respecto a acercarse a los del Nankatsu, para ellos siempre serían sus rivales. Después de darse a conocer los nombres de los seleccionados, todos fueron retirándose hacia los camerinos. Paola seguía parada en el mismo lugar, sin inmutarse.

-Creí que no ibas a vernos –le dijo Kazuki fingiendo indignación

-Ya ves, aquí estoy –contestó ella fríamente

-No te ves muy feliz –comentó Kojiro extrañado

-Lo estoy –respondió la chica impasible

-Qué tienes, feliz no estás –le dijo Ken enarcando una ceja

-Debieron ganar –murmuró Paola sin mirar a nadie, sólo un punto distante

-Pero somos campeones –aclaró Kojiro creyendo que se trataba de una broma

-No sirve –respondió su amiga atravesándolo con una dura mirada- Los del Nankatsu también son campeones, debieron perder

-Qué te pasa, cómo puedes decir eso –la increpó Ken molesto

-Paola, qué te ocurre. Un día te dije que tenías algo más contra el Nankatsu y tú dijiste que no era nada –recordó Kojiro sorprendido

-Los odio, eso es todo –explicó ella escuetamente

-Tu odio no es fundamentado –dijo Ken molesto por su actitud

-Tú no sabes eso, ¿saben qué, mejor me voy, ¡déjenme en paz! –exclamó Paola, marchándose rápidamente, dejando a todos sorprendidos

-Qué le pasa –inquirió Takeshi preocupado

-Déjenla, ya se le pasará –les pidió Kazuki seriamente- Seguro es por el stress del partido

-Tú sabes qué le pasa –indagó Kojiro mirándolo con los ojos entrecerrados

-Tal vez, pero si supiera algo creo que es mejor que Paola se los diga. Mejor voy con ella... –concluyó Eirina, marchándose tras su amiga

-Ken, ¿dónde está Paola? –preguntó entonces Mamoru, que se había acercado a ellos

-No es algo que te incumba –contestó el portero agresivamente

-De todos modos a ti o a ella tenía que dárselo –respondió el jugador del Nankatsu ignorando su actitud- Toma –añadió, extendiendo la mano y mostrándole la cadena que tenía con ambos dijes

-¡De dónde la sacaste! –lo increpó Ken sosteniéndolo de la camiseta

-Me la encontré –contestó Mamoru sin inmutarse

-Pero, Paola dijo... –murmuró el otro muchacho, soltándolo

-Sé que es de ella, anoche se le cayó. Yuzo la vio y recogió tu medalla, tómala

-Me dijo que...-musitó Ken decepcionado, recibiendo la cadena y saliendo tras Kazuki

-Hola Mamoru, cómo estás –saludó Takeshi evitando la incómoda situación

-Cansado... –contestó Mamoru, viendo cómo los del Toho le lanzaban miradas de desprecio

-¿A qué viniste?

-A devolver algo que no era mío

-Pues también deberías alejarte de algo que no es tuyo –aconsejó Kojiro de malas pulgas

-¿A qué te refieres? –inquirió el mediocampista del Nankatsu

-Sabes a quién me refiero: deja a Paola en paz

-No me digas lo que debo hacer, y no la dejaré, menos ahora que sé que es la prima de Genzo

-¿Piensas ganar puntos con su primo por tratarla bien? o mejor, ¿piensas ganar puntos con ella porque ahora lo sabes?

-Este no es un juego en el que ganas puntos

-Paola es mi amiga, y no dejaré que la lastimes. Tú y tus amigos ya la molestaron bastante y provocaron que ella se comporte como lo hace

-No entiendo de qué me hablas

-No sé qué le hicieron, pero debió ser algo muy grave. Paola los odia y no tiene nada que ver con que sean del equipo contrario. Déjala en paz –escupió el capitán del Toho antes de irse, dejando al otro chico perplejo por la seguridad de sus palabras

-Mamoru, vé con tus amigos, nosotros debemos irnos, vete por favor –le pidió Takeshi acongojado

-¿Por qué, yo no le hice nada a Paola -explicó el muchacho indignado

-No sé nada de eso, pero ella está muy dolida y ni siquiera nosotros sabemos por qué. No la molestes, ya bastantes problemas tiene

-¿Con Ken, verdad?. Si Kojiro quiere protegerla tanto, por qué no la cuida de su amigo

-No quiero ser grosero contigo, pero creo que no es asunto tuyo ni mío

-Debo hablar con ella. Ayúdame Takeshi –le rogó Mamoru

-No puedo ayudarte, lo sabes

-Por favor, sólo hablaré un momento con Paola

-Está bien –contestó al fin Takeshi después de analizarlo unos segundos- Pero si mis amigos se enteran...

-No se enterarán, gracias Takeshi –le dijo el otro joven conforme

-Más tarde búscame, te diré cómo podrás encontrarla –agregó el pequeño jugador del Toho- Bueno, adiós –se despidió, marchándose de último